༄ Capítulo #4. "Camino de una reina"

En verdad la vida dentro de aquel orfanato era horrible, pues las que "cuidaban" a los niños más pequeños eran tan crueles que llegaban hasta el punto de maltratarlos sin razón alguna tras obligarlos a quedarse fuera del lugar aunque lloviera o nevara de tal modo que herían su fragil autoestima por ser tan inocentes porque los hacían vulnerables ante el mundo sin tener ninguna clase de piedad, así que desde luego no pude soportar por mucho tiempo esas costumbres tan espantosas al despertar en mi ese maldito instinto maternal sobre protectora, el cual, al ver en carne propia como abusaban a las pobres niñas por simples estupideces de las cuales no eran culpables terminó por llevarme a la ruina total, pues poco a poco comencé a levantar sospechas por parte del todo el personal a cargo del orfanato, lo cual ponía en absoluto riesgo tanto a Palmira, a las otras niñas y al mundo entero.

-¡Ay maldita mugrosa!, ¿Te comiste todos los pasteles de manzana que estaban preparados para la colecta de otoño, verdad? -Preguntó de pronto la cocinera del orfanato tras hallarse muy alterada y furiosa al ver como una de las tantas niñitas de 6 años se estaba comiendo un único pastelito de manzana a escondidas de sus garras, pues esa tarde la pobrecita anhelaba comer alguno.

-¡Ohhhh!, Rumina, yo puedo explicarlo... Mira, es que yo quería comer uno para probarlos, además, quedé con muchísima hambre después de cenar porque apenas me dieron una delgada pieza de pan y sabes que cuando llueve así de fuerte mi panzita ruge aún más que siempre. -dijo la dulce niña encontrándose muy avergonzada y con unas cuantas lágrimas en su rostro de ángel, pues sabía muy bien que sería duramente castigada.

-Hey Palmira, ¿Qué sucede ahí?, ¿Quiénes son ellas? -Pregunté encontrándome muy desconcertada, pues enserio me llamó la atención como esa mujer le gritaba a una pequeña niña solo por comer de más durante la tormentosa noche.

-¡Shh!, mi Reina, ¡Haga silencio!, ¡Solo camine sin voltear a ver y bajo ningún motivo se meta en esa discusión!, ¡Ah!, por favor no se preocupe, ¡Claro que yo le explicaré todo!, mire, debe saber que esa mujer es Rumina Tratcherberg, la cocinera más odiosa de todo el mundo y ella es una pequeña niña la cual se llama Julia Eddhunt y solo tiene 6 añitos pero fue abandonada al nacer como la mayoría de aquí. -afirmó Palmira estando algo asustada, pues hablaba muy bajo para no ser vista por aquella sucia mujer amargada.

-¿Qué dijiste, eh puerca asquerosa?, vamos, repítelo, ¡Quiero oírlo!

-Yo... Yo me comí uno de sus pies de manzana, ¡Lo siento mucho!, pero no se estrese, mañana yo misma hornearé el que falta con ayuda.

-¡Ja, ja, ja!, ¿Enserio?, no, ¡Tú jamás podrás hornear un pastel como este porque no puedes ni tan si quiera preparar una simple pasta!, vamos niña, ¡Ya deja de soñar despierta!, el mundo real es muy cruel y tú eres incapaz de lograr tus metas por mucho que luches, tonta rata!, ¡Uff!, además conoces muy bien las reglas de este lugar, pues después de cenar nadie come más, y además toda la tarde los estuve preparando para la colecta de este año, la cual arruinaste por culpa de tu gordura. -aseguró la mujer estando enserio molesta y cansada, pues se puso tan roja como un tomate porque según ella la pequeña niña había violado sus sagrados postres.

-¡Lo 'chiento' mucho! -dijo la pobre niñita mientras bajaba la cabeza en señal de arrepentimiento verdadero, ya que la vieja mujer le daba muchísimo miedo.

-¡Habla bien mocosa retrasada!, y entonces muy bien, para que sepas lo que es sufrir de verdad esta noche dormirás con los lobos allá afuera, ¿Lo entendiste bien?, ¡Ushh!, ya veo por qué te abandonó tu madre, solo quiso deshacerse de ti cuando tuvo la oportunidad. -dijo la maldita mujer con frialdad absoluta mientras que azotaba a la pequeña con un trozo de cuero caliente por la espalda sin un motivo aparente, pues la indefensa niñita lloraba muchísimo y eso no le importó en lo más mínimo.

-¡No Rumina!, ¡Por favor no me envíes allá afuera!, ¡Dios!, ¡Me duele mucho mi brazito!, ¡Ya no me golpees más!, ¡Por favor ten piedad de mi!, ¡AHHH! -exclamó la pobre niña tras estar muriéndose de dolor y miedo, pues gritaba como loca tras aquella mujer golpearla y obligarla a salir del orfanato a mitad de la noche como si fuera un gatito pulgoso.

-¡Ay no Palmira!, ¡Yo no puedo con las injusticias y mucho menos si se trata de niños inocentes!, ¡Uff!, lo siento mucho querida amiga pero no puedo quedarme con los brazos cruzados y hacer como si nada sucediera aquí mientras que esa pequeñita sufre de verdad, no, ¡Ella podría ser mi hija! -aseguré hallándome firmemente decidida a enfrentar a aquella mala mujer, ya que odiaba el maltrato en cualquiera de sus tipos hacia alguna persona.

-Espera, ¿Qué?, ¡NO! -exclamó Palmira estando muy alterada y sobresaltada, pues trató de impedir a toda costa que yo hiciera una locura por simple impulso, sin embargo fue demasiado tarde.

-¡Oiga!, si, ¡Usted vieja inmunda!, ¿Qué a caso no le importa que ella le duelan sus golpes, eh?, ¡Solo tiene 6 añitos de edad, por Dios!, ¡No es un animal salvaje!, además usted es mucho mayor que ella y sabe que está en lo incorrecto, ¿Y si me atrevo a denunciarla justo ahora con la directora o con el gobierno por maltrato infantil qué hará?, ¿Me golpeará a mi también?, vamos, ¡Déjela tranquila!, ¡Se lo ordeno!, no lo soporto más. -dije tras estar muy molesta con aquella injusticia, pues grité fuertemente frente a esa mujer mientras que la pequeñita lloraba atrás de mi, ya que su primera reacción al verme junto a ella fue a tratar de esconderse luego de sentir mi protección maternal.

-¿Ah?, ¿Qué rayos?, ¡Oh!, ¡Vaya, vaya!, ¡Tienes agallas, mocosa rebelde!, pero, ¿Quién demonios te crees tú, eh jovencita asquerosa?, ¡Ah!, ¿Y cuál es tu nombre en primer lugar?, ¡No recuerdo haberte visto antes ni en el comedor o en las sucias habitaciones! -Preguntó la mujer tras encontrándose fuera de sus cabales, pues me tomó del cabello bruscamente al ser la típica buleadora que no le importaban los demás al hacerlo por simple placer.

-¡Claro!, es obvio, no sabe cómo actuar ahora y se hace la desentendida al verse acorralada, y mire, ¡Me llamo G... Liana Hammer, tengo 20 años de edad, soy nueva aquí porque me trasladaron de orfanato y esto que usted hace me parece una gran injusticia, ¡Ah!, si, y le aseguro que tanto usted como todos los abusadores aquí se arrepentirán, lo juro vieja bruja. -afirmé estando un tanto adolorida sobre el frío suelo, pues mi fiera interior salió al ver a ese pequeño angelito en peligro.

-¡Uff!, ya entiendo, con razón te atreviste a hablarme así, sucia rata, pues como eres nueva no sabes nada acerca de las reglas en este lugar pero te juro que pagarás muy caro por esta osadía, eh Liana Hammer, y si te crees tanto "Teresa de Calcuta" serás tú quien pase la noche fuera por entrometida... Si, ya veremos mañana a la luz del día a ver si continuas como una súper heroína o no, ¡Ja!, vendrás suplicándome perdón de rodillas. -dijo la mujer nuevamente con un tono de voz nefasto y sarcástico, pues tomó mi cabello dolorosamente mientras que me escupía en el rostro porque para ella yo solo era una huérfana más tras no reconocerme en lo absoluto.

-¡Ohhhh!, ¡NO!, ¡Alto Rumina!, ¡Tú no puedes hacerle eso!, no, ¡A ella no!, ¡Por Dios recapacita antes de que sea muy tarde! -aseguró Palmira de pronto tras estar muy asustada y preocupada por mi, pues aquella mala mujer me iba a castigar duramente con dormir afuera.

-Pero miren quien nos acompaña también... La rebelde malagradecida de Palmira Kattch, ¡Uff!, de acuerdo, lo diré de otra manera, ¡LÁRGATE!, pues supongo que no quieres una doble paliza con el palo de la escoba como cada noche cuando no haces caso o traes sucios animales aquí, pero dime algo, mugrosa, ¿Por qué dices todo eso sobre ella?, ¿Es la reina o qué cosa, eh? -Preguntó la mujer sarcásticamente mientras tomaba por la fuerza a la pequeña niña del brazo, ya que iba a enviarla a las afueras del lugar solo por comer de más.

-¡Ya basta Rumina!, no preguntes más, ¡No puedo responder!, y si, está bien, ¡Castiga a Julia en su lugar, ya que ella es joven y fuerte como para sobrevivir allá afuera durante una maldita noche!, solo eso te pido y ya, por favor. -aseguró Palmira mientras bajaba la cabeza y lloraba un poco ante aquella mala mujer tras temerle demasiado, más por ende pude ver como su cuello estaba lleno de hematomas y rasguños por una clara señal de violencia física en ese tétrico orfanato de gobierno.

-¿Ah?, ¿Sabes algo Palmira?, a veces eres muy rara pero de acuerdo, será Julia a quien los lobos se la devorarán en el establo por ser solo una sucia ladrona de comida, ¡Ushh!, de todas maneras al final fue ella quien empezó toda esta disputa a mitad de la noche únicamente por ser una gorda sin control. -dijo la vieja mujer con una expresión de burla tras empujar a la pobre niñita a la calle sin piedad, pues no tenía sentimientos humanitarios por nadie.

-¡No!, ¡Por favor no!, ¡Rumima detente ya!, ¡Ayúdenme!, las necesito mucho, amigas. -exclamó la pobre criatura mientras que temblaba de frío, pues estaba casi a punto de ser expulsada a mitad de la noche.

-¡NO!, ¡No permitiré esta injusticia!, ¡Y ni se le ocurra tocarle un solo cabello a esta pequeña niña o se las verá conmigo porque yo si soy tan importante como le acaba de decir a Palmira! -dije estando firmemente segura de lo que hacía tras encontrarme en verdad indignada y furiosa por la situación, pues sabía bien que también podría salvar a aquella dulce pequeña.

Gloriana!, ¡NO! -Gritó Palmira a todo pulmón porque de la impresión del momento sin querer reveló mi nombre verdadero al tratar de defenderme con uñas y dientes, pues para ella yo era la única utopía de paz para todos en ese desolado país.

-¿Qué?, ¿Gloriana?, ¿Qué a caso no te llamabas "Liana"?, ¡Ohhhh!, ¿Pero entonces quién demonios eres tú, eh?, si, ya veo, ¡Solo resultaste ser una farsante!, ¡Claro!, es más que obvio, pero espera a que la directora Francisca se entere que eres una espía del gobierno, ¡Ella misma te mandará directamente a la ahorca, sucia niñita huérfana! -afirmó la mujer mirándome con desprecio mientras que de nuevo me escupió en el rostro en señal de absoluto asco y rencor.

-... ¡Ya sobreviví a una siniestra ahorca mucho antes de llegar hasta aquí, eh!, y sabe señora apestosa, al final si soy importante porque yo soy la R... -dije hallándome enserio alterada tras tratar de convencer a aquella mujer, sin embargo fui irrumpida por ella misma porque no me quería escucharme para nada.

-¡Mentirosa!, ¡Solo cállate y ya!, ¡Ja!, mañana será tu último día en esta vida, ¡No lo olvides!, pues la directora ordenará tu muerte y luego te devorarán los perros. -aseguró la vieja mujer mientras que me veía fijamente a los ojos tras amenazarme con un peligroso cuchillo de la cocina que tenía muy cerca.

-¡Ashh!, como veo que no entiende le diré mi pequeño secreto, ¡Yo soy su Majestad la Reina Gloriana y por desgracia ahora soy la única Romanov con vida!, si, alguna vez fui la nieta del Zarévich Alexei Romanov y la sobrina nieta de la Gran Duquesa Anastasia, además pertenezco a las fuerzas de la paz del país, sin embargo fui exiliada y todos creen que morí... Ahora, deje tranquila a la pequeña Julia si no quiere que todo el mundo se entere de sus crueldades y sea usted quien muera en la ahorca por lastimar a los niños inocentes, ¿Contenta? -aseguré con fuerza al confesar toda la verdad con el corazón en la mano, pues era incapaz de poder saber las reacciones de aquella mujer cuando lo supiera.

-¡NO!, ¡Ohhhh! -exclamó Palmira estando bastante asustada y preocupada, ya que Rumina nos mataría a las 2 esa noche sin dudarlo a pesar de mis palabras.

-¿Pero qué estupidez dijiste, eh?, ¡Eso es completamente imposible!, ¡Tú no puedes ser de la realeza con esa apariencia!, más bien pareces la Reina pero de los cerdos, ¡Ushh!, ¡Quiero una prueba!, si, si no obtengo una rápida respuesta yo me encargaré personalmente de refundirte en la cárcel por ladrona y espía. -aseguró la mujer hallándose realmente pálida, pues estaba bastante impactada por lo dicho de mi boca, ya que era ridículo creerme en esos momentos de angustia.

-¿Qué más prueba quiere que esté aquí entre ustedes?, ¡Ah!, no olvide que las apariencias engañan mucho más de lo que usted cree, ¡Yo soy la Reina y se lo demostraré!, ¡Ya basta de tantas injusticias!, solo mire con detenimiento este diamante rosa, ¡Yo lo he tenido incrustado en el pecho desde que salí del palacio hace meses!, de hecho tiene un grabado con forma de letra "R" que representa mi apellido pero nadie me lo ha podido quitar porque he sabido esconderlo muy bien... Sabe, a pesar de que Christelle me torturara una infinidad de veces aún conservo mi espíritu y voy a luchar hasta el final para recuperarlo todo.

-¡Ay por Dios!, ¡Mi Reina!, ¿Por qué no me dijo nada sobre esa vieja joya?, ¡Pude ayudarla a sanar desde que llegó!, pero, ¿No le duele tener esa cosa clavada en el pecho? -Preguntó Palmira encontrándose muy asustada e impresionada por completo al ver ese hermoso pero filoso diamante tan cerca de mi corazón.

-¡No, no me lastima en lo absoluto, querida amiga!, pues como he aprendido a soportar incluso a la misma muerte ya nada para mi representa dolor, y este diamante rosa infectado nadie nunca me lo quitará porque me lo dio mi fallecida tía abuela Anastasia hace años y ahora me pertenece. -afirmé con un nudo entre la garganta, ya que esa bellísima alhaja era el único recuerdo que tenía de mi familia.

-¡Ohhhh!, ¡Santo Dios!, ¡Todo esto es verdad! -exclamó la vieja mujer con una expresión de asombro, pues de pronto se inclinó ante mi tras estar muy arrepentida, ya que vio la letra R en el diamante al igual que mis grandes y inolvidables ojos marrones mucho más de cerca y con fe.

-¿Entonces tú eres una princesa en realidad? -Preguntó la dulce pequeñita mirándome con alegría inmensa en sus tiernos ojitos color verde, pues nunca había visto a una persona de la realeza de frente y mucho menos que la defendieran de aquella mujer como una madre.

-¡Si angelito mío!, lo era hace apenas unos años, sin embargo ahora soy la REINA y jamás permitiré que les hagan más daño del que ya sufren, incluyéndote a ti, eh Palmira, ¡Yo las voy a proteger siempre de quien sea!, y usted señora, ahora que sabe la verdad, mi verdad prometerá que no les volverá a hacer nada malo durante toda su vida. -afirmé estando muy feliz y satisfecha mientras que le secaba las mejillas húmedas a la pobre niña quien no cabía de la emoción al verme protegerla.

-¡Claro que si!, lo juro por mi vida, mi Reina, lo juro, ¡Permítame besarle sus sagradas manos!

-¡Deténgase!, ¡Dije que se detenga!, mire, seré franca como le dije a Palmira cuando llegué, ¡Yo quiero ser como cualquier chiquilla abandonada y no tratada como lo que en realidad soy!, así que seguiré siendo "Liana Hammer" para ustedes y las demás aquí, pues si la bruja de Christelle se llega a enterar que estoy viva nuevamente en este lugar los torturará a ustedes de por vida y no quiero que sufran más personas por mi culpa, ¿Okey? -aseguré encontrándome algo nerviosa, pues esa verdad me tenía cansada al tener que cuidarme hasta de mi propia sombra a todo lugar que fuera.

-¡Pero mi Reina usted fue declarada como muerta públicamente!, ¿Por qué apareció en este inmundo edificio de gobierno?, no lo entiendo pero de algo si se, ¡Usted merece ser quien lleve las riendas de este orfanato, pues sus padres, los antiguos reyes donaban cada navidad dinero, libros, comida y joyas a todos los orfanatos del país, por eso es que las niñas saben leer y escribir, ¡Ohhhh!, ¿Y si la directora Francisca la descubre?, ¿Ya pensó en eso?, ¡Puede denunciarla con Christelle y ella es mucho peor que yo en cuanto a reprimendas para las niñas! -aseguró la mujer estando muy interesada en mi súbitamente, pues le preocupaba que fuera a ser entregada a mi peor enemiga.

-¡Sí!, ¡Sabía que mis padres eran bondadosos!, ¡Ellos siempre fueron buenas personas!, y no lo se Rumina, solo recuerdo que mis bisabuelos me dijeron algo importante que debía hacer aquí en mis sueños, ¡Uff!, ahora, con respecto a la directora quizá actúe como con usted si me descubriera, ¡Yo no soporto injusticias y más tratándose de niños!, saben, tuve 2 hermosos hijos y de ambos fui separada, por eso cuando vi que estabas a punto de echar a la calle a esta niñita como a un perro callejero me imaginé que era mi primogénita y mi corazón no lo soportó. -dije algo tranquila tras por fin respirar un poco mejor, pues Palmira y Rumina juraron estar de mi lado en todo momento desde ahora.

-Su Ma... Liana, amiga, dijiste que habías sido "súper dotada" de un extraño poder mágico que tu tío abuelo "Starfy" tiene o tenía, no lo comprendí ni lo comprendo ahora, ¿Qué don es el que posees?, ¿Me puedes explicar? -Preguntó Palmira hallándose algo cansada y confundida por todo lo sucedido, pues mi vida era como una película de suspenso.

-Starky, ese es su nombre, y si, ¡Mi don es ahora mi salvación!, lo heredé de Él, ya que puedo trasladarme mágicamente donde quiera cuando sea, por ejemplo Rumina, si tú me hubieras castigado fuera del orfanato esta noche en lugar de Julia solo era cuestión de desear estar adentro y ya, habría aparecido en mi habitación junto a las demás niñas sin ningún problema... -aseguré con algo de incredulidad tras confesar mi místico don al estar muy feliz de poder recordar no sin antes tratar de ignorar a Rumina, quien se comportaba muy extraño conmigo después de saber la verdad.

-¡Ah no, no!, ¡Eso si que sería imposible! -aseguraron Pamira y Rumina encontrándose anonadadas tras escuchar lo que dije, pues mi afirmación era demencial.

...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top