༄ Capítulo #25. "Ataque planeado"
—Abby, ¡NO!, ¡Se suponía que esto era un secreto internacional!, ¿Y si nos encuentran por tu gran y estúpida inmadurez?, ¡Esto es serio!, ¡No tienes idea del daño que me causaste!, otra vez, ¡Ay Dios! —aseguré estando extremadamente nerviosa, pues grité y di vueltas en círculo dentro de aquella sala debido a la desesperación porque ahora mi vida corría peligro.
—Muy buenas tardes, Su Majestad, ¡Es un placer poder co-no-cer-la! —dijo el chico misterioso con una monótona reverencia, pues me saludó cordialmente mientras que se ponía de rodillas frente a mi, ya que para ellos yo era un gran ejemplo.
—¡Ubss!, mi Reina, lo lamento mucho pero necesita tener aliados ahora más que nunca, ¡Ah!, y aún falta una persona más en nuestro escuadrón, de hecho es la última y le juro por mi vida que ya no hay más. —aseguró Abby estando algo intranquila, pues quería impresionarme aunque su estúpida misión fallara.
—¡Esta vez te pasaste, eh Abby!, ¿Y quién es esa otra persona si se puede saber?, ¿A caso es el Presidente de la Casa Blanca o agentes espía del gobierno?, no, ¡Esto era información confidencial entre tú y yo!
—... ¡Ya lo verá!, y enserio se sorprenderá cuando la vea porque ella anhela apoyarla. —dijo Abby Cragford con una confusa sonrisa de regocijo tras estar convencida de lo que hizo conmigo esa tarde.
—¡Reina Gloriana!, ¡Qué gusto volver a vernos cara a cara!, ¡De verdad la he extrañado mucho más de lo que usted cree! —dijo de pronto una mujer de voz familiar, alta estatura, cabello alborotado y uñas largas entre las sombras de aquella sucia sala de reuniones porque la muy atrevida se acercó a mi rápidamente, pues se notaba que lloró y se lamentó mucho al verme de nuevo como antes.
—¡Ohhhh!, ¿Pero qué?, ¿Usted?, ¿Por qué carajos está aquí, eh?, ¡No entiendo! —Pregunté estando en verdad helada de la impresión, pues no me esperaba a esa persona tan cerca de mi luego de 10 años.
—Mira, se que en el pasado fui algo injusta y cruel contigo pero yo no sabía que eras... —dijo la mujer mientras que bajaba la cabeza en señal de vergüenza y arrepentimiento, ya que el verme de nuevo le dolía recordar.
—¡Hey, hey!, un momento, ¿En qué quedamos, ah?, ¡No la tutee!, ¡Ella es nuestra Majestad! —dijo Abby.
—Tran-qui-la, ¡Yo se lo permito!
—Okey su Majestad, okey.
—... ¡Ex profesora Saralí!, ¡Vaya!, ¡Aún no lo puedo creer!, ¿Enserio es usted? —exclamé hallándome impactada, confundida y muy triste tras ver como el pasado estaba volviendo a mi más rápido de lo esperado, ya que parecía como si esa fuera mi penitencia luego de tener que repetirlo todo como hace años.
—Lo se, créame que no tengo palabras para expresar esta maldita culpa por no haberla...
—¡Uff!, Abby, yo te perdoné hace mucho y por eso confié en ti para decirte este gran secreto pero esta mujer NUNCA será mi aliada o amiga, ¡Ella no me creyó nada y tú lo sabes muy bien porque cuando aseguré ser de la realeza rusa y haber visto a mi bisabuelo Nicholás salvándome solo se burló de mi!, sin embargo, fue mucho peor que solo una risa, ¡Ella me ridiculizó y humilló frente a todos, incluyendo a mis fallecidos padres!, no, ¡En definitiva no confiaré en quien me provocó tanto daño en el pasado a pesar de haberme "defendido" de ti cuando las enfrenté luego de confirmarse mi identidad Romanov con documentos reales!
—¡Ay no!, ¡Por favor crea en mis disculpas!, ¡Son desde el fondo de mi corazón!, ¡Uff!, Gloriana, es verdad lo que te digo, ¡Perdóname! —dijo la ex profesora Saralí hallándose algo alterada mientras que lloraba mucho al hablar, ya que decía la verdad con el tema del arrepentimiento.
—¡Ishh!, de acuerdo, de acuerdo, ¡Pero ya levántese del suelo!, no deseo verla de esa manera porque odio que las personas me alaben como si yo fuera una diosa o una extraña mujer súper dotada, por favor, ¡Ya basta de todo esto! —aseguré estando en verdad muy cansada de verlos bajar la cabeza frente a mi, pues me consideraba una persona normal.
—¡Ohhhh!, ¿De verdad me perdonas, mi muchachita hermosa? —Preguntó la ex profesora Saralí con los ojos llenos de lágrimas mientras que me suplicaba perdón de mil maneras.
—¡Sí, así es!, desde hace mucho tiempo lo hice al igual que con Abby, pues yo no le guardo rencor a nadie excepto a la maldita mujer que me quitó a mi hija mayor por la fuerza, ¡Tranquila!, ¡Ah!, el que la perdonara no significa que vaya a confiar en usted así de fácil como si fuéramos grandes amigas... Lo siento pero aún no puedo. —dije con unas cuantas lágrimas fugitivas en mis hinchados ojos, pues con empatía y madurez también la abracé porque había dejado mi pasado atrás solo para poder sanar en medio de todo.
—¡Ohhhh!, ¡Te juro ser la mejor profesora y confidente del mundo, mi pequeña Reinita, pues no volveré a ridiculizar o a lastimar a nadie!, ¡Desde ahora mi vida cambiará gracias a ti! —aseguró la ex profesora Saralí mientras que volvía a llorar mucho frente a mi como si yo pudiera hacer algo por esas extrañas promesas que se hizo a sí misma.
—Escuche, ¡Eso no es tan fácil!, ¡Debe demostrarlo con acciones, no con solo palabras de políticos ineptos que jamás cumplen, y mire que conozco a varios así tal como usted en lo que aún quedó de la corte rusa y más allá de Europa! —aseguré firmemente segura de lo que estaba diciendo, pues le sonreí un poco en señal de perdón y sororidad tras estar dispuesta a irme de ahí como una buena conocida, pues nuestro corto turno de receso laboral ya había finalizado.
—Señorita "Gloria Carpenter", su tía Rachel estuvo tratando de contactarse con usted hace horas por el teléfono de la empresa... Dijo que una mujer llamada "Crisal" los había secuestrado y su llamada se cortó de pronto asustándome mucho, entonces, ¿Debo llamar a la policía? —Preguntó la secretaria del jefe estando algo molesta y con un tono de voz cortante, pues realmente odiaba su trabajo de mensajera.
—¡Ohhhh!, ¿Te sientes mal?, ¿Quién es esa tal "Crisel", su Ma... Honey Milley? —Preguntó Abby estando muy confundida tras ver como de pronto me puse tan pálida como un papel, ya que mi tercera tía diabólica había vuelto a atarcarnos por sorpresa.
—¡AHHH!, ¡Christelle nos encontró de nuevo!, ¡Jesucristo Santísimo!, ¡Estoy acabada!, ¡Mi hora de muerte finalmente llegó!, no hay salida.
—¿Se siente mal, verdad?, ¡Ahhh!, ¡Traigan un vaso con agua para ella!, ¡Pero rápido, bola de inútiles!
—No Abby, muchas gracias por preocuparte de esta manera tan especial pero nadie más se volverá a molestar por mi culpa, yo me encargaré de todo esto, ¡No se preocupen!, tal vez pueda sobrevivir unos cuantos meses más, como máximo. —exclamé llena de terror y angustia tras temblar de pies a cabeza, ya que el resto de mi pobre familia estaban en riesgo vital.
—... ¿Entonces si llamo a la policía tal como pensé? —Preguntó nuevamente la muchacha de secretaría tras estar algo confundida y nerviosa, pues se preocupó por mi luego de ver como Abby, la bruja matona de la empresa se encontraba a mi servicio desinteresadamente.
—¡Qué no molestes más, Julia!, ¡Ashh!, ¡Eres una completa inepta! —dijo Abby con una actitud sorprendente de protección hacia mi, ya que esta vez si iba a hacer las cosas diferentes para el bien común del mundo.
—¡Okey, okey!, ya entendí, ¡Solo no te enfades así conmigo, por favor!
—¡Ashh!, ¡Yo no puedo contigo, eh lenta perezosa!, vamos, ¡Es para ya!, ¡Solo lárgate!, ¡Déjanos solos!
—Abby, fue un gusto conocerte... Conocerlas mejor dicho, ¡Ahora si que este es mi fin definitivo sobre esta tierra! —afirmé con una inmensa crisis de ansiedad, ya que todo se complicó de manera extraña.
—¿A que te refieres con eso, mi Reina?, ¿Quién es esa maldita rata que quiere hacerte tanto daño, eh?, ¿Quiere que la defienda como hace unos minutos?, porque yo puedo ser capaz de... —Preguntó Abby nuevamente tras ofrecerse a defenderme sinceramente, sin embargo no iba a arriesgar a alguien más por una guerra que era mía.
—¡Ohhhh!, ¡Abby!, ¡Cuánto desearía que me hubieras dicho lo mismo en la secundaria hace 10 años!, y no, ¡La respuesta es un rotundo no porque de ninguna manera voy a ponerlos en peligro!, ¡Yo no quiero involucrar a nadie más en esta, mi dura batalla aunque aún no sepa bien cómo acabar con ella! —aseguré estando muy alterada y a punto de un colapso nervioso gracias a ella, pues temía que Cristelle los lastimara.
—... Existe una antigua profecía, Gloriana, ¡Habla acerca de que una chica Elegida por Dios y la dimensión espiritual utilizará sus poderes de nacimiento para acabar con la guerra de odio que causó la sangre, y creo que eres tú de quien hablan!, ¿Cierto?, te lo conozco lo suficiente como para deducirlo. —aseguró la ex profesora Saralí con una extraña sonrisa, pues me veía fijamente a los ojos mientras que me acariciaba el cabello, ya que ahora era una persona diferente solo por mi.
—¡Ohhhh!, ¡Pero ya no tengo más poderes mágicos o espirituales en mi interior!, ¡Yo los perdí todos por culpa de un estafador que fingió ser mi fallecido tío abuelo!, si, de hecho en realidad jamás los tuve porque también eran un engaño.
—¡No del todo!, ¡Usted es la sobrina nieta del real Starky Derwent así que por ley natural debió nacer con sus dones mágicos aunque piense que no los posee más!, ¡Yo se que los tiene escondidos dentro de su bondadosa alma!, ¡Ah!, y mire, su Majestad, en primer lugar el haber sobrevivido hasta ahora es un verdadero augurio de buena suerte el cual nadie en el mundo se esperó, ¡Esa es su arma real contra esa mala mujer! —afirmó Abby Cragford estando muy segura de sí misma, pues me tomó de las manos con fuerza en señal de lealtad, amistad y confianza.
—¡Ohhhh!, ¿Qué rayos?, ¡Ay no!, ¡Dios mío!, ¡NO!, ¡No de nuevo, por favor!, ¡AHHH! —exclamé mareándome un poco cuando de pronto y sin ninguna clase de advertencia fui trasladada de lugar por medio de magia negra.
...
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