Capitulo 63: El misterioso regalo de Hades

Mini maraton!

Capitulo 63: El misterioso regalo de Hades

«Ocupa tu mente Nube, ocupa tu mente».

Así como él estaba ocupado, entonces yo también estaría ocupada. Me levanté a bañarme a ver si se me apagaba el fuego que empezaba a quemarme la cabeza llena de teorías.

Que difícil era mantener una relación cuando eras peleona por naturaleza y tu novio no se expresaba.

«Recuerda su condición».

«Es el amor de tu vida, ya tendrá una excusa y más le vale que sea buena».

Salí de la ducha envuelta en una toalla, al menos la ducha había logrado relajarme mucho, me acerqué a la cama y miré mi teléfono cuando la pantalla alumbró, tenía una video llamada perdida de Hades Parker.

Uhm, ¿Ya se había desocupado de estar con esa?

De repente tocaron el timbre del apartamento, mi corazón salió disparado y aguanté la respiración.

¿Hades?

Fui a abrir la puerta casi corriendo, no podía con la emoción de que hubiera venido a verme.

—Creí que los espacios... —comencé a decir pero me detuve al ver que no era Hades, era un hombre de uniforme con gorra y una ligera sonrisa, tenía rasgos asiáticos.

—Entrega para Nube Queen. —dijo.

—Sí, gracias —dije sintiendo que la decepción me azotaba y se me formó un nudo en la garganta.

No era Hades.

Me hizo firmar un papel y tomé el pedido, era una caja.

—Pero ¿de quién...? —pregunté, pero el chico se dio media vuelta yéndose.

Uhm.

Entre a mi habitación con la caja misteriosa y la coloqué en la cama, iba a empezar a abrirla cuando de repente vi que mi teléfono sonó en una video llamada entrante, estuve muy tentada a colgar o dejar que sonara sin atender al ver que se trataba de Hades Parker, pero tenía que recordar que tenía que ser una mujer madura y entender que Hades a veces hacía cosas sin la intención de lastimarme, sino que su condición lo hacía actuar de esa manera indiferente y distante.

Había mejorado muchísimo, pero aún tenía esas actitudes difíciles.

Arreglé mi cabello y coloqué mi mejor ángulo para contestar como si no estuviera gritando internamente cuando su hermoso rostro apareció, parecía que también había acabado de bañarse y ahora estaba acostado en su cama.

—Hola señorita Queen. —murmuró, su voz profunda hizo que mi piel se erizara y recordara lo mucho que amaba cuando me hablaba de esa manera suave.

El maldito tono de su voz me encantaba tanto que era capaz de doblegarme y alegrar mi mundo con una sola palabra.

Tragué pesadamente saliva y dije:

—Hola señor Parker, ¿se le ofrece algo?

—¿Por qué no contestaste antes? —preguntó, su mirada fija en mí a través de la pantalla aún seguía siendo igual de intensa.

Fuera más fácil hacerme la fuerte si Hades fuera feo, pero parecía un semi dios bajado del cielo.

—Pensé que estábamos respetando los espacios. —murmuré con cierta ironía.

Él entrecerró los ojos.

—¿Estás molesta? —preguntó.

Claro que lo estaba pero no quería discutir y tragarme mi molestia solo hacía que me molestara más.

—Estoy cansada —inventé—, voy a dormir.

—Vale. —dijo Hades como siempre sin comprender que en realidad estaba enojada y por eso dije eso.

Que no me insistiera en hablar me hacia sentir mas molesta.

«Su condición».

Esto de ser evasiva no funcionaba, tenía que ser más directa entonces.

—¿Vale? —repetí incrédula— Me ignoras casi toda la semana y esperas que este como si nada.

Hades alzó una ceja y dijo:

—Entonces si estas molesta.

Claro que a través de una pantalla no podía analizar todo mi lenguaje corporal y analizar mi reacción.

—Obviamente —solté en un hilo de voz— ¿por qué estas saliendo con la profesora Pompeye?

Él negó con la cabeza.

—No estamos saliendo. —dijo.

—Eso no dice la foto que me enviaron del lugar donde trabaja Saraelí. —repliqué.

—Respira Nube. —dijo, su calma me hacía sentir aun más ansiosa.

—No quiero. No quiero verte con alguien que no sea yo. —refuté sintiéndome como una niña que exige un juguete y estaba al borde del llanto.

Maldición me sentía patética por estos celos que me carcomían y me hacían mal.

—Me contrató para que fuera su abogado y lograr que la reincorporaran a la universidad —explicó Hades—, es el único trabajo que tiene.

Uhm.

Como lo sospeché, es decir, me sentía más tranquila pero aún tenía algo de molestia.

—Y la ayudaste. —completé y agregué con sarcasmo:— Que tierno de tu parte ayudarla.

—No me interesa ayudarla realmente —dijo Hades—, me muevo por mis intereses, reincorporarla hace que el rumor se detenga, además de que me esta pagando y el dinero es lo único que me interesa.

—Ah ¿entonces el dinero te interesa más que yo? —solté resentida.

Hades frunció el ceño.

—Nube, deja tus celos a un lado —dijo—, me reuní precisamente en el lugar donde trabaja Saraelí para que no se mal interpretara; un lugar público.

Tomé una profunda respiración.

—No me gusta que salgas con ella en citas. —dije bajando un poco mi intensidad.

—Una cita de trabajo —replicó—, tú sabes más que nadie que cuando me interesa alguien no la llevo a un sitio tan de mala muerte como ese lugar.

Apreté los labios por como se expresó de Frank's, pero sí sabía que Hades era muy elegante, al menos a mi me llevaba a sitios muy lindos.

—Pompeye no te llega ni a los talones conejita —continuó diciendo—, y yo soy completamente tuyo, como tu eres mía.

Sentí mi rostro sonrojarse y tomé una profunda respiración.

—Mmmh. —murmuré, bueno, en parte se había bajado un poco mi molestia.

—Te mandé algo. —dijo Hades.

Sonreí un poco viendo la caja frente a mí, y se lo mostré en la cámara.

—¿Qué es? —pregunté.

—Ábrelo. —dijo.

—Vale, vale —murmuré algo emocionada, dejé el teléfono a un lado de la cama y como un niña pequeña que recibe un regalo inesperado abrí la caja y saqué un artefacto algo largo y no tan grueso, la textura era suave como de piel, sentí mis mejillas sonrojarse cuando entendí por las imágenes de las instrucciones lo que era.

Le enseñé el artefacto a Hades que me veía atentamente desde la pantalla de mi teléfono, me sentía completamente confundida.

—¿Es un vibrador? —pregunté incrédula.

—Que yo controlo. —dijo enseñándome un control en su mano— Y que me encantaría probar contigo, si me lo permites, ahora.

Que me preguntara de manera caballerosa una propuesta tan indecente me hacía gracia y a la vez ya me sentía caliente.

Me quedé perpleja y a la vez seducida por lo que Hades estaba proponiendo.

Sexo telefónico.

Nunca lo había hecho y la idea me atraía.

Hades estiró la comisura de sus labios, sus ojos levemente oscurecidos cuando preguntó:

—¿Quieres jugar conmigo?

Relamí mis labios y murmuré:

—Juguemos.

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AAAAAAAAAAAAAH Recuerda votar o embarazada sales eh xD

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