Capitulo 49: Durmiendo con Hades


Capitulo 49: Durmiendo con Hades

Me quedé en shock procesando lo que había acabado de decirme.

Mi Mártir.

Que yo Nube Queen dominara la majestuosa mente de Hades Parker.

Que lo manipulara a mi antojo tal y como él hacía conmigo en el juego de la hipnosis erótica.

Sentía que me había metido en un mundo paralelo, ni en mis más locos sueños hubiera imaginado esto.

Si alguien me hubiera dicho que Hades Parker estaría de rodillas frente a mí pidiéndome que no lo dejara el día que vine a su casa para entrar por primera vez en este mundo de la hipnosis erótica nunca lo hubiera creído.

—¿Pero qué estas diciendo Hades? —dije sin aliento— ¿estarías dispuesto a eso por mí?

Hades no apartó sus ojos dorados ligeramente cristalizados fijos en mí cuando dijo:

—Estaría dispuesto a entregar mi vida entera por ti, Nube.

«Santas vacas».

Iba a desmayarme ahora mismo, me quedé sin aliento, mis manos temblando.

Hades acarició mis manos y continuó diciendo:

—Nunca hice nada fuera de la hipnosis erótica hasta que te conocí, nunca me atreví a corresponder un beso, nunca sentí... esto que siento por ti, sé que no soy el mejor expresando lo que siento, de hecho soy terrible haciéndolo, pero espero que mis acciones te lo demuestren porque no quiero perderte.

Tragué pesadamente saliva y relamí mis labios, mi rostro entero caliente del sonrojo cuando las lagrimas llenaban mis ojos, lo incité a levantarse y Hades me hizo caso levantándose pero aún así no apartó su mirada de la mía ni me soltó las manos, tuve que alzar la cabeza para poder mirarlo al rostro.

No podía dejar a este hombre ahora que por fin estaba hablando, esto era justo lo que quería, que fuera comunicativo pero quería más, necesitábamos hacer que esto marchara bien y que nos comunicáramos mejor; ser un equipo.

—Quiero que cambien 2 cosas. —empecé a decir.

Hades no dijo nada, pero me miraba con atención a lo que le fuera a decir.

—La primera es, que quiero que me digas quienes son estos sujetos peligrosos que parecen perseguirnos —continué diciendo— y la segunda, quiero que compartamos la cama.

Hades frunció ligeramente el ceño como si no o comprendiera.

—¿La cama? —repitió incrédulo.

—Sí —dije—, quiero que durmamos juntos cuando me quede aquí contigo, es decir... sé que tú amas tu soledad y tu espacio pero...

—Dormir juntos —repitió como si aun procesando la idea.

—Sé que de seguro no te guste la idea, pero...

—¿Por qué lo dices? —me interrumpió.

¿Qué por qué lo decía?

Por Dios, la última vez me sacó de su cuarto y me dijo que no volviera a entrar a su habitación.

Eso fue doloroso.

—Hades, tú no eres nada expresivo —dije— y realmente a veces solo me quedan tus demostraciones de afecto porque de resto siento que amas mas quedarte en tu propio mundo lejos de mí.

Hades relamió sus labios y con la mirada fija en mí murmuró:

—Nube, tú eres mi mundo.

Me quedé sin aliento ante lo que había acabado de decirme.

«Santas vacas, Hades Parker me acaba de decir que yo soy su mundo».

—Eres tan despistada —continuó diciendo Hades al ver que me quedé muda— que no te has dado cuenta de que tienes todo mi mundo a tus pies desde el día en que te vi.

Sentía que se me había salido el alma del cuerpo y tuve que apartar la mirada de la suya al sentir que era demasiado intenso el sonrojo que ahora llenaba todo mi cuerpo.

Él alzó una mano tocando mi barbilla para que volviera a mirarlo a los ojos, relamí mis labios y murmuré:

—¿De verdad dejarías que yo te hipnotice?

Mi hipnotista oscuro estiró una de la comisura de sus labios y afirmó con la cabeza diciendo:

—Solo para que sepas que también tendrías dominio sobre mí.

No iba a mentir, realmente no me interesaba tener dominio sobre él, me gustaba que ambos tuviéramos mente propia y disfrutaba mucho cuando me hipnotizaba y tuviera el dominio en la cama.

—Ven. —dijo Hades de repente envolviendo mi muñeca con su mano, lo seguí sin refutar y es que estando separados aumentaba mi ansiedad, estando juntos sentía que todo estaba bien; controlado, en paz.

Hades era mi paz.

Caminamos por el pasillo hacia la habitación de Hades, él abrió la puerta y me permitió pasar, era extraño para mí estar en la habitación de Hades otra vez, todo mantenía ese aire serio en colores oscuros.

—¿Qué hacemos aquí? —pregunté confundida.

—Quiero que compartamos la cama —dijo Hades—, aun es algo temprano, ¿que tal si dormimos unas horas juntos?

Claro no eran ni las 5 de la mañana.

Al menos quería consentirme en una de las 2 condiciones, pero aun no se me olvidaba que no me había dicho nada al respecto.

«Paso a paso, Nube».

Lo vi acercarse a la cama y acostarse, yo con algo de reservas de que se tratara de uno de mis locos sueños me quité los zapatos y me acosté a su lado ambos distanciados por una ligera distancia, el ambiente algo extraño porque de hecho ambos estábamos viendo el techo sin decir nada, solo acostados.

«Vamos, no seas tímida Nube».

Tomé una profunda respiración y me voltee hacia Hades colocando mi cabeza sobre su pecho y reposando una de mis manos sobre su estómago, llevaba la franela pero podía sentir su torso ejercitado debajo, podía escuchar los latidos de su corazón, estaban completamente acelerados, él estaba algo tenso pero finalmente pareció relajarse un poco, cerré los ojos percibiendo su olor, procesando que por primera vez estaba durmiendo junto a Hades Parker.

Bueno.

No precisamente durmiendo porque de hecho, no podía dormir al tenerlo tan cerca de mí con medio cuerpo desnudo, todo de mí estaba comenzando a incendiarse y el hecho de estar en una cama puede que me diera miles de ideas.

«Cuenta ovejas, Nube».

Comencé a imaginarme a las ovejas saltando una valla.

«Una oveja, dos ovejas... tres Hades... en cuatro me tiene Hades...».

Joder mal intento por bajar la calentura del momento.

No podía concentrarme en dormir y estaba segura que Hades sí quería descansar un poco porque él se mantenía tranquilo, su respiración subiendo y bajando mientras sus ojos estaban cerrados.

«Eres una ninfómana Nube».

Hades me había convertido en una ninfómana.

Me voltee del otro lado para ver si conciliaba el sueño; dándole la espalda a Hades y dejando de tocarlo a ver lograba concentrarme en otra cosa que no fuera el hecho de tenerlo cerca, cuando de repente Hades se volteó hacia mí y me quedé rígida cuando pegó su torso de mi espalda.

«Calma Nube, solo respira, inhala, exhala».

Todo iba bien, solo estábamos muy cerca.

De repente Hades se acomodó mejor de modo que pude sentir su brazo envolver mi cintura y su mano tocar mi abdomen, tragué pesadamente saliva.

Maldición.

Apenas me tocaba y ya sentía que estaba por incendiarme otra vez, intenté en solo enfocarme en que me estaba abrazando, pero de repente su mano comenzó a acariciar mi abdomen y automáticamente dejé de respirar cuando continuó acariciándome hacia mi vientre, tragué pesadamente saliva al sentir su aliento en mi oreja, y entonces su mano se deslizó por mi muslo para comenzar a alzar el ruedo de la tela de mi vestido.

«Ay, santas vacas».

 

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