Capitulo 39: Eres muy importante para mí
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Capitulo 39: Eres muy importante para mí
Hades aún no me soltaba la mano cuando entramos al estacionamiento de mi residencia y me quedé sorprendida cuando vi que ahí estaba la camionetota de Hades estacionada, el foco estaba ahí reparado, parecía recién pintada.
Me aliviaba que ya estuviera bien después del desastre que hice.
Hades siempre solucionaba.
Di la vuelta para montarme de copiloto cuando me sorprendí de ver el Lamborghini rosa ahí, mi rostro se iluminó en una sonrisa de alivio de volverlo a ver, es decir no lo usé durante un buen tiempo pero perderlo se sintió como perder a un familiar cercano.
—Margarita —dije sobresaltada de alegría abrazando al auto como si fuera mi propia hija.
Creí que después del robo nunca más lo volvería a ver, mis ojos se cristalizaron y lo revisé, estaba perfecto, no le había ocurrido nada.
Hades se acercó, podía sentir su mirada sobre mí, lo miré él tenía el ceño fruncido como si no comprendiera por qué lo había llamado así.
En realidad se me había acabado de ocurrir llamarlo Margarita, pero sentía que era tan especial que necesitaba un nombre.
—Lo bauticé Margarita —le expliqué a Hades—, creí que debía de tener un nombre, es decir es lindo y delicado como una Margarita, claro que es rosa y las Margaritas amarillas, pero Margarita es un nombre más bonito...
Detuve mi explicación cuando me di cuenta de que debía parecer tonta poniéndole nombre a los carros, sin embargo Hades estiró la comisura de sus labios levemente, su mirada clavada en mí logrando remover todo como siempre lograba hacer.
—Que ocurrente, Nube. —se limitó a decir y abrió la puerta de su camioneta para ayudarme a subir, le acepté la mano sintiéndome ahora completamente e inexplicablemente feliz.
Creo recordar que estaba enojada con Hades por rastrearme sin mi consentimiento y ocultarme cosas, solo que ahora no estaba tan enojada como antes, Hades me recuperó el carro que de hecho él me regaló y de paso arregló su auto que yo choqué.
Creo que más motivos tenía él de estar molesto.
Hades se subió al puesto de conductor y sacó algo de sus bolsillos para darme mis llaves del Lamborghini, las tomé y las guardé en mi bolsillo.
—Gracias —susurré, ahora tenia una mezcla de emociones, desde que conocí a Hades siempre me molestó que pusiera un muro donde me impedía entrar a su realidad y a su vida en general, claro que ahora estaba siendo más comunicativo y eso lo apreciaba porque por su condición era algo que no se le hacía nada fácil, sin embargo que me rastreara para mi seguridad me hacía pensar que habían cosas muchas más peligrosas que aun desconocía de Hades.
¿Quién era realmente Hades Parker?
—No me gusta verte caminar ni tomando el autobús —dijo Hades—, espero que ahora comiences a usar a Margarita.
Me reí un poco de que estuviera usando el nombre que le puse a mi auto.
—Creo que puedo intentarlo. —dije, después de la terapia sentía que manejar se sentía como antes; normal, sin miedos.
Hades arrancó la camioneta saliendo del estacionamiento y me sorprendí al ver que había vigilancia, en todo este tiempo aquí no había visto que hubiera vigilancia, pero al menos así la residencia se sentiría más segura no solo para mí; para todos tras lo que ocurrió.
—Sigues molesta —más que una pregunta; Hades lo afirmaba porque estaba en completo silencio solo estábamos envueltos en la música de Oltremare de Ludovico Einaudi.
—Sí —dije aunque realmente ya no lo estaba tanto.
Solo quería explicaciones.
—Lo hice por tu seguridad —explicó Hades.
—Hades, me diste un collar con un rastreador todo este tiempo —dije—, eso es pasar la linea.
Sentía que nunca tuve privacidad de nada, al menos hasta que me lo quité que fue cuando dejé de verlo.
Hades no dijo nada, solo continuó manejando, solté un suspiro, claro lo peor es que para él no parecía ser malo que estuviera resguardándome todo este tiempo, pero a mí me parecía una invasión.
—Solo quiero explicaciones —solté por fin—, no soporto que me tengas como ignorante, como si no lo sé... no me consideraras a tu altura.
Ya estaba lo había soltado.
Hades Parker me hacía sentir a veces como la única mujer en el mundo, pero de un momento a otro podía hacerme sentir como una completa cero a la izquierda cuando levantaba el muro entre los dos.
No me gustaba nada.
—No quería hacerte sentir así —dijo Hades.
—Entonces no lo hagas más —dije—. Quiero que seamos un equipo; cómplices, no enterarme de que me rastreas por mera casualidad de una conversación.
—Es por tu seguridad. —repitió Hades.
—Ya lo dijiste —dije—, pero no sé de qué me proteges, Hades.
Él se detuvo en un semáforo y colocó una mano en mi pierna, voltee a mirarlo, él estaba observándome, sus ojos dorados pareciendo más intensos en medio de la tenue oscuridad del carro.
—Nube —dijo—, te quiero proteger de todo y a la vez de nada, no sé si logras comprenderme.
Negué con la cabeza en respuesta porque en realidad no lograba hacerlo, creo que casi nunca lograba comprenderlo.
Cambió la luz y Hades se volteó hacia el frente para continuar manejando pero no quitó la mano de mi pierna.
—Si estas con alguien como yo —explicó—, puedes ser un blanco fácil, Nube, algo para llegar a mí.
«Hola señor engreído».
Pero él no mentía, era millonario, ahora podía comprender que no era lo mismo estar con una persona normal que con alguien de mucho dinero y que de hecho tenía escoltas.
—Pero se supone que lo nuestro es un secreto —dije sin entender, casi nadie lo sabía, muy pocas personas en realidad.
—No para algún buen observador que intente llegar a mí —dijo Hades, sentí de repente que todo esto no era nada seguro, que de hecho él tenía razón.
Había gente observando a lo lejos pero más cerca de lo que creía, como lo que ocurrió con el robo de mi auto, ellos debían de tener tiempo acechando mi casa y yo ni cuenta me había dado.
—Necesito saber que siempre estas a salvo —dijo Hades—, a muy pocas personas les tengo aprecio y... eres importante para mí, Nube, no quiero que nada te pase.
«No quiero que nada te pase».
Lo miré, él seguía con la mirada fija en la carretera pero la mano que mantenía en mi pierna tembló un poco, sentí mi corazón acelerar su ritmo al escucharlo decir tal cosa.
El señor Hades Parker me había confesado que yo Nube Queen era importante para él.
Estaba gritando internamente porque por fin seguía expresando sus sentimientos, abriéndose conmigo.
—Tú también eres muy importante para mí, aunque la mayoría de las veces no te entiendo —contesté acariciando la mano que mantenía en mi pierna, lo vi sonreír un poco.
«Hades me tienes enloqueciendo».
—Estas personas trabajan en complot, al menos las que intentaron robar a Margarita —explicó Hades—, aun intentamos averiguar donde están.
Fruncí el ceño.
—Creí que ya los tenían. —dije.
—Sabemos quienes son —dijo Hades—, pero no los hemos conseguido.
¿Sabía quienes eran?
Saber que andaban sueltos me preocupaba, temía que pudieran volver por mí en cualquier momento.
—¿Y quiénes son? —pregunté.
Hades se quedó en silencio, la música seguía sonando llenando el ambiente, y mi pregunta perdiéndose en el aire.
«No quiere decirte».
Al parecer hasta aquí llegó el Hades comunicativo y aquí estaba yo, mordiéndome mi lengua para no presionarlo para que me dijera, tenía que recordar que él lo haría cuando estuviera preparado.
¿Pero por qué no quería decirme? ¿acaso yo los conocía?
Sentía que internamente hervía como una olla de presión al borde de explotar, pero ya conocía a Hades, tenía que tener paciencia con él, claro que realmente mi paciencia no era mi mejor virtud.
Mi teléfono vibró en mi bolsillo, lo saqué mirando la pantalla.
Era mi hermano Luciano.
¿Qué querría?
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Doble actualización, recuerda votar :D
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