Capitulo 37: Haciendo enojar a Hades.
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Capitulo 36: Haciendo enojar a Hades.
Me quedé fría.
Ya de por sí Hades estaba molesto por lo que le había dicho esta mañana de follarse a la profesora Pompis y ahora de seguro lo empeoré al aceptar el aventón de Gabriel cuando él me dijo que no me le acercara.
«Eres la peor novia del mundo Nube, haciendo enojar a Hades el día de su cumpleaños».
—¿Estás bien? —preguntó Gabriel probablemente al notar que me había quedado callada de repente.
—Sí, sí. —Aclaré mi garganta— Es que noté que voy tarde.
Guardé el teléfono sin responderle a Hades porque realmente no sabría qué decirle, vine para ver si podía sacarle algo de información a Gabriel cuando Hades específicamente me dijo que no lo hiciera porque no le agradaba la idea de que lo tuviera cerca porque Gabriel no estaba bien de la cabeza y podía hacerme daño.
Y aquí estaba yo, montada en su auto por voluntad propia.
Pero en mi defensa, Hades nunca me decía bien las cosas, no me decía todo; tenía el presentimiento que ocultaba mucho más de lo que me hacía saber y mi curiosidad solo me llamaba por respuestas.
¿Acaso Hades sí tendría que ver con la muerte de la novia de Gabriel y por eso Hades no quería que me acercara a él? Muchas especulaciones sin respuestas.
Gabriel me dejó en la academia de ballet, le agradecí y por fin me fui para empezar mis practicas intentando olvidarme de que dentro de unas horas iba a enfrentarme a Hades Parker y eso me daba terror.
Claro que no sabía por qué exactamente si Hades siempre era respetuoso conmigo, pero pensar en que había hecho cosas para molestarlo por mi impulsividad me dejaba intranquila.
Creo que era la vergüenza que tenía que no me dejaba actuar como una persona serena y madura que enfrentaba sus terribles metidas de pata.
Tanto así, que cuando terminamos las prácticas fui la primera en irme saliendo por la otra puerta; la trasera, di una vuelta entera en la cuadra y me fui a paso rápido a mi residencia mirando alrededor para ver si Hades estaba siguiéndome, no había rastro de él.
«Estás metiendo aún más la pata hasta el fondo, Nube».
Me sentía que volvía al pasado a cuando vivía con mis padres y me metía en graves problemas con mi papá, huía quedándome en patio por horas hasta que cuando caía la noche volvía y el regaño no era tan grave.
Debía de estar mal que pensara en Hades como mi papá.
«Daddy Issues, Nube».
Solté un suspiro y llegué a mi residencia, al menos había logrado llegar sin encontrarme a Hades, me prometí que después de bañarme le escribiría diciendo que no había visto el mensaje y me disculparía por todo.
Mañana llegaría con un regalo a su casa, tenía que ver qué iba a comprarle.
Abrí la puerta de mi residencia, y encendí la luz de la sala, solté un grito echándome hacia atrás de la impresión al ver a Hades sentando en el sofá, sus piernas cruzadas, sus brazos abiertos a lo largo del espaldar y su mirada de ojos dorados resplandecientes, fija en mí.
—¡Hades! —aclaré mi garganta al darme cuenta que mi voz había salido como un chillido— pero... ¿Qué haces aquí?
¿Cómo había entrado?
—¿Acaso pensabas que podía huir de mí, Nube? —respondió tan tranquilo que me estremecí al sentir que seguía enojado.
Y con muchas razones para hacerlo, elementalmente me encargué de molestarlo hoy.
—Hades yo... —murmuré sin encontrar una respuesta porque era eso; yo había intentado huir de él fallando en el intento.
Hades se levantó caminando hacia mí a paso lento, su mirada clavada en la mía, mi corazón estaba desenfrenado y dejé de respirar cuando se detuvo frente a mí, tuve que alzar la cabeza para poder verle el rostro, sus ojos oscurecidos.
Mi leona interna se había metido a la cueva creyendo que el león iba a quemarla con su fuego.
—¿Qué? —preguntó Hades su aliento chocando con mi rostro mandando a todas mis hormonas a alborotarse.
—No estaba huyendo, es... es...
Nuevamente me había quedado sin argumentos y solo empezaba a balbucear incoherencias.
Necesitaba un botón para reiniciar el día y hacer todo diferente.
Alzó una mano apartando un mechón de cabello de mi rostro hasta detrás de mi oreja, si simple toque ocasionándome casi un infarto, más que miedo... comenzaba a incendiarme por su cercanía, el calor subiendo a mis mejillas.
—Estás temblando —comentó Hades paseando la mirada por mi rostro, relamí mis labios sintiéndolos resecos, sus ojos deteniéndose por un momento ahí agravando la tensión que comenzaba a sentir que me incitaba a abalanzarme a sus brazos.
No pude hablar, no encontraba mi voz.
—¿Me tienes miedo? —continuó Hades en un susurro, una de sus manos acarició mi cintura mientras se inclinaba hacia mí de modo que sus labios rozaron mi oreja cuando murmuró:— Deberías, Conejita.
Mordió el lóbulo de mi oreja y gemí aguantándome de su pecho como un reflejo al sentir que todo mi cuerpo se estremeció por completo.
¿De qué momento pasé a querer huir de él a querer tocarlo y que me hiciera gemir a gritos?
Solo pensaba en que lo que pasó en su oficina no fue suficiente, quería más.
—Hades, no te entiendo —susurré, él comenzó a lamer y besar mi cuello en un tortuosa caricia.
—¿Por qué? —susurró a mi oído antes de morder el lóbulo de mi oreja.
Gemí otra vez sin poder evitarlo poniendo los ojos en blanco sintiendo que me deshacía como una galleta de soda.
—Creí que estabas molesto —susurré aferrándome a su pecho sin querer que se despegara de mí.
—Lo estoy —susurró Hades—, lograste provocar mi enojo.
«Santas vacas».
La punta de sus labios rozaba mi piel, pero esta vez no me tocaba, solo sentía su aliento caliente pero eso era suficiente para mantenerme en un incendio forestal.
—Confiesa lo que hiciste, Nube —continuó Hades echándose hacia atrás de modo que ahora su nariz rozaba la mía.
Tragué pesadamente saliva.
—Fui con Gabriel cuando me dijiste que no querías que estuviera cerca —susurré.
Observé como una de la comisura de sus labios se estiró un poco en una sonrisa malvada y murmuró:
—¿Y por qué lo hiciste?
—Quería indagar por qué vino —confesé.
—Cuando te dije que no. —completó Hades, sus manos me aferraron más fuerte la piel de la cintura en una deliciosa caricia que me hizo estremecerme y gemí sobre sus labios.
Noté que sus ojos se oscurecieron y me tomó la mano, en seguida me tensé al saber lo que significaba este gesto.
No tuvimos que decir nada, porque cuando nos miramos, parecíamos comunicarnos en silencio en que era placer; intenso y profundo placer.
En un movimiento Hades me giró colocándome de espaldas, me quedé apoyada de la fría pared, jadee de la impresión inesperada cuando se acercó de modo que pude sentir el roce de su cremallera contra mi trasero, estaba completamente duro contra mí, Hades se inclinó de modo que dejó leves besos en la piel descubierta de mi hombro ocasionando que me estremeciera hasta que llegó a mi oído y susurró:
—¿Por qué me desafías, señorita Queen?
Relamí mis labios y respondí:
—Porque puedo, señor Parker.
Hades mordió el lóbulo de mi oreja y gemí cuando una de sus manos se metió dentro de mi pantalón deslizando sus dedos dentro tocando directamente mi feminidad...
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Doble actualización, pero recuerda votar para la buena suerte :D
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