Capitulo 34: Industrias (Parte II)
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Capitulo 34: Industrias (Parte II)
Hades entró y luego le seguí yo cerrando la puerta a mis espaldas, mi mirada lo seguía mientras iba al escritorio a dejar su maletín, por más que lo viera era imposible acostumbrarme a su belleza de dios del olimpo, creo que mi deseo incrementaba aun más porque seguía completamente caliente de su clase.
Estaba al borde, muy al borde como un volcán a punto de hacer erupción.
Él se volteó hacia mí como si lo hubiera llamado con mis pensamientos pervertidos, sus ojos dorados fueron a mi brazo donde me sostenía el pañuelo contra mi piel.
—¿Qué te ocurrió en el brazo? —preguntó Hades.
—Me caí. —dije acercándome a él, no sabía por qué pero me sentía completamente temblorosa cuando me detuve cercar de él.
—A ver. —dijo tocando mi brazo, su simple toque me hizo tensarme y aguantar la respiración.
«Basta Nube, debes calmarte antes de saltarle encima».
Aparté la mirada cuando me quitó el pañuelo, no quería ver sangre y desmayarme de la nada.
—Ya no tienes nada. —dijo Hades observando mi raspón, seguidamente tomó un pequeño envase de alcohol etílico y lo esparció en un algodón para pasarlo por mi herida.
Gemí cuando sentí que me ardió pero luego me calmé cuando no dolió más, alcé la vista y dejé de respirar cuando noté que Hades tenía clavado sus ojos dorados en toques verdosos y bronces en mí, estaban levemente oscurecidos.
«Pero no me mires así que me aumentas el placer doctor».
Una de la comisura de sus labios se alzó un poco y murmuró con voz profunda:
—No aguanta nada, señorita Queen.
Dejé de respirar porque simplemente me habló en un susurro y fue necesario para que el sonrojo llenara por completo mis mejillas.
Aclaré mi garganta y dije:
—Debería hipnotizarlo yo, a ver que tanto puede aguantar las ganas de follar en plena clase, profesor Parker.
Él amplió su sonrisa y guardó el alcohol y los algodones nuevamente.
Me levanté sintiendo que debía alejarme un poco de él para que me bajara el deseo al menos un poco, tenerlo cerca me resultaba torturante, pero escuché sus pasos detrás de mí, me voltee retrocediendo al ver que no tenía intenciones de detenerse y mi espalda pegó de la pared, él me atrapó con su cuerpo.
«Santas Vacas industriales».
Estaba tan cerca que olvidé como respirar o pensar como era común cuando lo tenía así de cerca siempre.
Hades relamió sus labios y se inclinó de modo que su nariz rozó la mía.
—Dime qué tantas ganas tienes, señorita Queen.
Su aliento chocando con mis labios estremeciéndome, sus labios rozaron mi mejilla y el borde de mi barbilla para descender por mi cuello, me aferré a sus hombros soltando un gemido echando mi cabeza hacia atrás, estaba muy segura de que iba a incendiarme en cualquier momento.
—Señor Parker —murmuré sintiendo que me fallaba la voz—, estamos en la oficina.
—Eso no nos detuvo antes. —susurró a mi oído antes de morder el lóbulo de mi oreja, gemí arqueándome sin poder evitarlo, estaba harta de prolongar el deseo, mis pezones dolían de lo hinchados que estaban pegándose a la tela de mi camisa, podía sentir la dureza de su cremallera rozar mi ombligo.
«Quiero más».
—Industrias —susurró Hades.
Mierda.
Gemí fuerte echando mi cabeza hacia atrás, mi corazón latiendo desenfrenado cuando el vapor caliente se extendió por todo mi cuerpo haciéndome temblar por completo otra vez.
—Por favor... —susurré sin poder encontrar mi voz.
—¿Qué quieres, Nube? —preguntó Hades— ¿Otra clase de industrias?
«Satanás».
Gemí aferrándome a sus hombros y oculté mi cabeza en su cuello estremeciéndome, él se tensó su respiración también se había había tornado más rápida.
Sentía que se estaba desquitando por haberle chocado la camioneta, creo que de alguna forma, esta era su venganza; hacerme casi retorcerme del placer.
—Hades... —susurré.
—Dime lo que quieres —susurró a mi oído pasan la mano por mi cintura descendiendo hasta apretar mi trasero contra él.
—A ti —gemí.
Hades pareció complacido de mi petición.
Sus mano fueron a mi cremallera soltando al botón de mi pantalón y lo ayudé a bajármelo rapidamente junto con mis bragas a la altura de mis rodillas, Hades metió la mano entre mis pliegues vaginales y comenzó a tocarme; sintiendo mi humedad, mi respiración estaba echa un desastre y comencé a mover las caderas a su ritmo buscando más fricción y gimiendo ante la gloriosa sensación.
—Luces —ordenó Hades.
—Ah... —jadeé echando mi cabeza hacia atrás — mierda...
Me hizo abrir un poco más las piernas de modo que introdujo 2 de sus dedos en mí que se deslizaron con facilidad, estremeciéndome.
«No puedo, no puedo, es demasiado».
Sentía que iba a deshacerme como toda una galleta mojada.
—Luces intensas —ordenó Hades.
«Por fin».
Me estremecí gimiendo casi en un grito y Hades me cubrió la boca con su mano para que nadie que pasara cerca escuchara, pero es que no podía controlarme sentía que tenía un terremoto interno cuando el orgasmo me barrió dejándome completamente empapada, apenas pude recuperar el aliento.
«Mierda, eso fue... increíble».
Siempre que estaba con Hades lo era.
—¿Te siente bien? —preguntó apartando algunos mechones de mi rostro, apenas pude enfocar mi mirada en sus ojos dorados completamente oscurecidos.
—Sí —susurré apenas encontrando mi voz.
—Mira cómo me tienes —Hades me tomó mi mano colocándola sobre la tela de su pantalón en su cremallera, la deslicé de arriba a abajo, estaba tan duro como una roca.
Relamí mis labios preparándome para devolverle el placer cuando de repente su teléfono vibró en una llamada, Hades lo sacó de su bolsillo apenas mirando la pantalla y lo apagó dejándolo a un lado, no alcancé a ver quién era.
Hades me tomó de la barbilla para que volviera a enfrentarme a su mirada y acaparar mi atención, su aliento rozando el mío, relamí mis labios nuevamente y su pulgar acarició la silueta de los mismos.
—Soy tu rey —susurró, su aliento chocando con mi boca estremeciéndome.
¿Algún día iba a cansarme de Hades?
Creo que no.
Nadie iba a ser como él.
—Sí —respondí en un susurro.
—De rodillas —ordenó Hades.
Sentí el déjà vu de sus palabras de cuando jugamos la primera vez, sonreí levemente mientras lo tocaba encima de la camisa y descendía hasta estar de rodillas solté el botón de su cremallera y le bajé el cierre para bajar su pantalón él me ayudó y su miembro saltó a la vista casi enseguida completamente erecto, lo tomé en mi mano sintiéndolo caliente y palpitante, las venas se le marcaban, sin dudar ni un poco lo lamí desde el tallo hasta la punta jugando con mi lengua hasta que lo metí a mi boca y alcé la vista hacia él para observar su expresión de placer, sus ojos dorados estaban completamente oscurecidos con la pupila dilatada en deseo, parecía un completo dios sobrenatural.
Me estremecí cuando nuestras miradas se cruzaron, y estiró la comisura de sus labios en una ligera sonrisa.
«Me fascinas, Liebe».
Continué mi trabajo moviendo mi cabeza más rapido hacia adelante y hacia atrás, su boca levemente abierta soltando ligeros jadeos y comenzó a mover las caderas buscando profundidad, evité las arcadas cuando me tocaba el fondo de la garganta pero no me detuve, solo aceleré mis movimientos disfrutando completamente que él lo disfrutara.
Su placer era mi placer.
—Detente —ordenó Hades estremeciéndose un poco, sabía que estaba a punto de llegar.
Pero en este punto ya no estaba bajo su hipnosis, creo que desde que me arrodillé no lo estaba, ya se había cumplido la hora así que no me detuve, lo sujeté de las caderas y seguí moviendo mi cabeza hacia adelante y hacia atrás.
—Nube, si no te detienes voy a venirme en tu boca —dijo con voz ronca— y vas a tener que tragártelo.
En respuesta lamí la punta de su miembro con mi lengua y lo miré sonriendo antes de volver a meterlo a mi boca continuando mi trabajo, Hades me acarició el cabello, sus jadeos más rápidos y luego se separó dando un paso hacia atrás para continuar con su mano, yo saqué la lengua aceptando lo que venía y él me tomó del mentón colocando la punta en mi boca lo vi apretar los ojos y se dejó ir empapando mi boca con el líquido tibio, no respiré, solo acepté todo lo que me dio, se sentía muy raro pero no me di tiempo de pensarlo, solo me lo tragué antes de arrepentirme o que me diera arcadas.
Hades recuperó el aliento y me miró, limpié las esquinas de mis labios y sonreí levemente, él también estiró la comisura de sus labios en una sonrisa, esta era una pasión desenfrenada que no pudimos aguantar, y es que cada vez que estábamos juntos parecía mágico, estábamos muy conectados.
Él me tomó la mano ayudándome a levantarme y se arregló el pantalón, yo me arreglé también el mío tenía que ir a mi otra clase, lo volví a mirar mientras arreglaba mi cabello y Hades fijó sus ojos dorados en mí, su mirada profundizándose en la mía y es que no era necesario decir nada, la tensión y atracción hablaba cuando comenzó a agravarse otra vez.
«Lo amo, realmente lo amo».
Creo que ambos compartíamos la idea de que esto no era suficiente, que necesitábamos más, me acerqué alzándome de puntillas lo más que pude y rocé su nariz con la mía, Hades se tensó pero no se movió, sabía que se controlaba por mí; vencía su trauma. Rocé su labios, su aliento chocando con el mio, lo sentí estremecerse antes de pegar mis labios a los suyos y él me correspondió en un beso que comenzó a volverse cada vez más fogoso, su lengua me obligó a abrir la boca y gemí rindiéndome al deseo que no se había disipado aún.
Quería más.
De repente la puerta de la oficina se abrió, Hades y yo nos separamos enseguida pero era evidente que nos habían encontrado con las manos en la masa.
Mierda.
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Holaaa conejitas sexys jajajajaj hace calor o solo soy yo??? xD Dios mido ¿pero quien los encontró? el que adivine le dedico el proximo capitulo :D recuerda votar, espero les haya gustado la doble actualización quise editarlo con cuidado.
Estas son mis redes sociales por si desean hablar conmigo y seguir contenido de la historia :D
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Las amo con mi higado y mi pulmón :D
Nos leemos el miercoles.
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