Capitulo 27: El robo del Lamborghini
Actualización 1/2
Capitulo 27: El robo del Lamborghini
Limpié mi rostro empapado en lágrimas con una camisa vieja y dejé el teléfono a un lado para colocarme algo de ropa antes de ponerme a leer todas las cartas, mi corazón latía desenfrenado al pensar en que Hades Parker se tomó la molestia de escribir cada una para mí aún cuando le dije que no quería estar con él...
Me hacía saber que sí le importé, que no me abandonó nunca y que esta distancia fue buena para nosotros porque...
...Parecíamos ser el uno para el otro, pero no era el momento correcto de estar juntos.
Me levanté de la cama acomodándome la toalla para buscar algo cómodo qué ponerme cuando de repente me detuve en seco al escuchar un estruendoso ruido como cuando el vidrio cae y se estrella contra el suelo rompiendose en miles de pedazos, Saraelí gritó.
Mierda.
—¿Saraelí? —dije alzando la voz mientras me diría a la puerta de mi habitación— ¿Estás bien?
Lo primero que pensé era que se había quemado con la bandeja y se le habían caído las galletas al piso rompiendo algún objeto de vidrio en el proceso.
Pero no me preparé para esto.
Abrí la puerta saliendo de la habitación y me quedé en estado de shock, al ver a 2 personas encapuchadas y vestidas de negro en la sala, la ventana estaba abierta y estaba entrando otra persona por ahí, tenían a Saraelí aguantada cubriendo boca, podía ver sus ojos acuosos en lagrimas que comenzaban a derramarse por los costado de su rostro.
«Están robando».
¿Pero qué nos iban a robar? No teníamos casi nada de valor aquí, solo las viejas computadoras y la vieja tv que aun tenía la caja atrás.
Sabía que no debí descuidarme cuando vi la venta abierta tantas veces, esa daba a una escalera de emergencia, pero nunca tuve la malicia de pensar que algo malo sucedería, era una ciudad "segura".
Retrocedí queriendo entrar otra vez a mi habitación pero el último que entró me apuntó con un arma.
—No te muevas —me amenazó, su voz estranguladora por la malla de su cabeza me hizo imposible reconocer su voz, pero creo que no lo conocía.
Se acercó a mí agarrándome del cabello con dureza, apreté los ojos presa del miedo.
—Por favor no nos hagan daño —susurré, entreabrí los ojos justo cuando vi que guardaba su arma en la parte baja de su pantalón e hice algo estúpido, lo intenté empujar para soltarme forcejeando con él, el sujeto me dio un cabezazo con fuerza ocasionando que mi visión se tornara borrosa, y caí al suelo aturdida.
«Me van a matar».
—Maldita puta —me gritó enojado arrodillándose frente a mí, apenas pude reaccionar tapándome los pechos cuando me sacó la toalla dejándome completamente desnuda y expuesta.
«Va a violarme».
Y es que todo pasaba demasiado rápido.
Intenté cerrar las piernas lo mejor que pude mientras él me agarraba de las rodillas intentando abrirlas, aproveché el momento para darle una patada directo a la cara y escuché su nariz crujir cuando se echó hacia atrás.
—¡Mira hijo de puta! —dijo uno de ellos que al parecer era una chica empujando al sujeto para que se me quitara de encima— no vinimos a eso.
Me cubrí rápidamente con la toalla otra vez, el sujeto se levantó al juzgar por sus jadeos al parecer le había partido la nariz.
—¡ENFOCATE! —le gritó el otro sujeto que sujetaba a Saraelí— ¡LAS LLAVES!
¿Llaves?
Aun en el suelo tomé un jarrón que estaba cerca y me levanté dispuesta a estrellarlo contra cualquiera a la cabeza.
—No —dijo el chico que sujetaba a Saraelí apuntándome con un arma— no te atrevas, baja eso y solo retrocede, Nube.
¿Uh?
Me quedé sorprendida, se sabía mi nombre.
Solté el jarrón a un lado y alcé las manos completamente temblorosa, me tenían apuntada, no podía hacer más nada estúpido ni arriesgado, dejaron claro que querían algo; no hacernos daño y algo que sabía era que ningún objeto valía más que la vida.
—¿Donde están las putas llaves? —dijo la chica apuntándome con un dedo como si quisiera intimidarme, claro era muy alta y atlética, le alcancé ver un tatuaje de araña en un espacio entre el cuello y la camisa, esta mujer no iba a dudar en golpearme.
—¿Las llaves de qué? —Dije sin comprender.
—Del Lamborghini, zorra —replicó.
Oh.
Claro, se me había olvidado que tenía un costosísimo auto en el estacionamiento que no conducía desde hace un año.
—Están colgados en el llavero —dije—. Por favor solo tómenlo y no nos hagan nada.
La chica fue a buscar las llaves y el sujeto que intentó violarme se acercó dándome una sonora bofetada que dolió aun más por sus guantes, ocasionando que se me volteara la cara y me desestabilizara, dejando un intenso cosquilleo picoso en la piel.
—Hija de perra —soltó y me escupió, su saliva me cayó en el cabello.
«Maldito».
—Déjala, idiota —dijo el sujeto que al parecer se sabía mi nombre en una advertencia y el que me abofeteó solo se alejó de mí.
—Vamos —dijo la chica con las llaves de mi precioso Lamborghini en sus manos cubiertas por guantes.
—No se atrevan a llamar a la policía —dijo el sujeto que se sabía mi nombre soltando a Saraelí corriendo a la ventana mientras no nos perdía de vista apuntándonos con el arma.
Todos salieron por la escalera de emergencia, yo estaba presa del pánico, todo mi cuerpo estaba temblando y las lagrimas corrían como un rio casi nublándome la misión cuando corrí y cerré la ventana trabándola con un hilo grueso de modo que ahora era imposible de abrir. Esto fue lo que debí hacer cuando la vi abierta tantas veces, pero nunca me imaginé que esto podía pasar, vivíamos en el piso 14 por Dios...
Saraelí tomó su teléfono.
—¿Qué haces? —dije viendo a Saraelí.
—Llamar a la policía —dijo colocando el teléfono en su oído y mordiendo su labio inferior en forma de nerviosismo.
—Ellos dijeron... —comencé a murmurar presa del pánico porque supiera que habíamos llamado a la policía y volvieran por nosotros.
—Me sabe a mierda —me interrumpió—, te robaron el carro y casi te violan, mira mis manos estoy temblan... Hola, ¿policía? Sí quiero reportar un robo.
Ella se metió a la cocina, estaba completamente alterada al igual que yo, tragué pesadamente saliva y me metí a mi habitación, lo primero que hice fue tomar mi teléfono con manos temblorosas y le marqué a Hades, atendió casi enseguida.
—Parker.
Escuchar su voz me hizo calmarme y a la vez desesperarme.
—Se metieron a robar, se... se robaron el carro —solté.
—Despacio, Nube —dijo Hades—, ¿qué ocurrió?
Tragué pesadamente saliva sintiendo que se me trancaba la respiración.
—Se metieron a mi residencia a robar el carro —expliqué— ya la policía viene.
Hades se quedó unos segundos en silencio y luego dijo:
—¿Dónde estás? ¿qué te hicieron?
Parecía que había puesto el teléfono en alta voz y escuché que tecleaba algo en su computadora.
—En la residencia —dije.
—No salgan hasta que llegue la policía —dijo—, estaré en 10 minutos.
—No, no Hades yo...
Colgó.
Claro obviamente no le iba a decir algo así e iba a esperar a que se quedara tranquilo.
.
.
.
.
*****
Buenas buenasss, traje do capitulossss! espero esten bien :D recuerda votar por este capitulo y tendrás mucho dinero :D
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top