Camaleón bajo el pie.

Atsushi miraba los dedos de sus pies apenado, el azabache lo miro un momento, suspiro – oye, no te lo dije para que estes así – explico – solo quería decirlo

- Lo sé, es solo que...

- Lo sé, no te gusto

- No, digo eso no es aún no lo sé

- ¿Qué?

- No sé si me gustas o no, apenas hoy íbamos a tener una cita, pero no sé ¿Cómo podría gustarme alguien tan rápido? No sabes nada de mi

- Sé que eres un chico amable, servicial, eres algo enojón, pero no dejas de ser atento, te preocupas por tus hermanos, eres muy valioso, y tierno también

- Hablas de mi como si fuese una persona amable – menciono nostálgico

- Lo eres

- ¿Cómo lo sabes? ¿y si fuera un ladrón?

- No dejarías de ser esa persona amable – respondió

Atsushi se quedo sorprendido, completamente sorprendido, entonces acerco su rostro

- ¿ni siendo un ladrón?

- Te diré algo

- Si, dime

- Odio a las personas, son fastidiosas

- Pero, eres amable conmigo

- Si, contigo, me gusta ser amable contigo por que tu me inspiras a ser amable pero las personas, iug

- Pero eres un detective

- Lo sé ¿loco no?

- ¿Por qué?

- Pagan bien

- Entonces...

- Ayudaré a todo el que lo necesite, tampoco soy un nefasto, además, jure ante la ley hacerlo y soy un hombre de palabra

Atsushi sonrió

- Eres lindo Ryunosuke

- Tu también eres lindo Atsushi, ahora ¿te llevo al mueble?

- Si, ¿podemos ver una película?

- Claro – respondió cargándolo - ¿Cuál quieres ver?

- ¡Rapunzel!

- Ya veremos

- ¡pon rapunzel! ¡quiero rapunzel!

Terminaron riendo y viendo rapunzel.

Llego la noche también, donde los hermanos de Atsushi llegaron, Akutagawa se despidió, aunque aún sin respuesta, esperaría paciente. Akiko se sentó al lado del menor - ¿Cómo te fue?

- Bien, creo... se confeso

- Aaay tenemos al primer novio

- N-no es mi novio, aun no acepto – menciono – tengo miedo

- ¿es por lo que hacemos? Atsushi-kun, solo se vive una vez

- Si pequeño, esto tú sabes por qué lo hacemos, así que disfruta la vida, sal con ese agente como si fuese un ladrón más

- Si, roba su corazón y entrégale el tuyo a cambio

Atsushi trago saliva, Ranpo no había dicho nada de hecho, así que ¿Cuál era su mejor opción?


Akutagawa regreso al día siguiente, esta vez con un poco de helado, Atsushi estaba encantado de ver al agente, lo había ayudado en todo y se ponía totalmente nervioso cada que lo cargaba para llevarlo de un lado a otro, hasta que sí, esa tarde, Atsushi quería algo de su habitación, así que subieron. El azabache buscaba lo que Atsushi quería, la verdad, es que solo quería mostrarle su cuarto, y si, lo vio. Un peluche grande de camaleón, el agente sonrió mirándolo - ¿es tuyo?

- Si, ¿es bonito?

- Si, muy bonito

- Pásamelo por fis

El azabache le acerco el peluche y Atsushi lo abrazo, se acostó en su cama mirándolo – así me duermo

El azabache se sonrojo – ya veo, te gusta ese camaleón ¿verdad?

- Si, me gusta mucho.

- ¿Cómo se llama?

Atsushi se puso rojo, el camaleón no tenia nombre, pero igual miro fijo al agente – Ryu

- ¿así se llama?

- Si, Ryu me gusta mucho

Akutagawa se inclino sobre la cama, quedando cara a cara de Atsushi - ¿estas jugando conmigo pequeño niño?

- Qui-quizá poquito ¿te molesta?

- No si tengo un besito de recompensa – pidió poniendo su mejilla

Trago saliva, estaba nervioso. Tomo las mejillas del agente jalándolo hacia él y acercando sus labios, ambos se miraron un momento, cerraron sus ojos y se besaron.

Atsushi jalo al agente a la cama y este se sorprendió, su beso continuo sobre la cama donde el camaleón era lo único que los separaba. Tomo sus muñecas levantándolo, se miraron un momento nuevamente – me agrada tu camaleón

- E-es bonito...

Un beso más había comenzado, pero está vez, el mafioso fue más allá permitiéndose meter su lengua a la boca del menor, este lo dejo entrar profundizando su beso, al separarse, ambos estaban agitados, la mirada de Atsushi era totalmente seductora, tragaron saliva al verse y bien, si, el agente se separó – di-disculpa me deje llevar – menciono sentándose en la cama, Atsushi se sentó también y lo miro – no quería molestarte, no me tomes a mal es que yo, tu... me gustas

Atsushi tomo su mano - ¿Qué no viste? – pregunto sonriente – incluso cerré mis ojitos, no estoy jugando, ni tampoco usando. Detective Ryunosuke, me gusta... - le sonrió – más que mi camaleón Ryu

Akutagawa comenzó a reír

Atsushi lo abrazo del cuello y volvieron a recostarse en la cama, el camaleón ya no molestaba.

Atsushi y Ryunosuke se besaban, estaban teniendo un juego de lengua donde Atsushi jalaba al agente con su muñeca desde su cuello. El agente no dudo en comenzar a quitarse la ropa empezando por su abrigo mientras el joven perloso jugaba con su cabello.

Soltó al mayor para ayudarlo con su camisa, quitaba botón por botón hasta que el mayor se separó y lo detuvo – oye pequeño ¿Qué pretendes hacer conmigo?

- No sé, ¿lo mismo que tu conmigo?

- Atsushi, ¿tu... estas seguro de esto?

- Si, lo estoy – menciono – la vida es un riesgo, me gustas, hay que vivir

- Vaya eso fue un poco...

Atsushi volvió a jalarlo para besarlo, Akutagawa no tuvo nada más que decir. Era cierto, Atsushi lo sabía, podrían irse pronto, no volver a verlo, y si lo veía solo sería si el y sus hermanos eran atrapados, solo tenía la oportunidad de vivirlo, le gustaba, le encantaba y sus hermanos lo habían aconsejado. Debía vivir lo que le quedará.

Terminaron sin ropa, Akutagawa se aseguraba de que el pie de Atsushi no saliera lastimado por lo que el camaleón estaba debajo del pie.

Sus besos dejaban al menor sin aliento, hasta que por fin lo tomo de los hombros – Akutagawa, ya, ya no puedo más, solo hagámoslo...

- Aun me preocupa que lo quieras hacer tan rápido, no me has dicho nada y

- Ryunosuke, me gustas, en verdad me gustas, y tenía miedo, pero anoche hable con mis hermanos, mi hermana dijo que debo dejar de tener miedos, y tu eres las llaves de mis cadenas. En verdad, me siento bien con esto, contigo. Confió en ti...

- De acuerdo, eso fue demasiado lindo...

- ¿podemos hacerlo? Somos novios... Anda

Akutagawa comenzó a reír, el menor no dejaba de ser tierno. Se acerco besándolo nuevamente y aunque Atsushi pensó que sería una jornada nueva de besos, pudo sentir al mayor acomodarse y comenzar a entrar.

Podía sentir como iba entrando, su interior se agrandaba con punzadas continuas, no importo en ese momento cuando detalle tuvo para abrirlo, podía sentir su cuerpo arder, tapo su rostro ignorando al mayor, estaba adolorido pero peor aún, no quería ser visto con tal fachada tan deplorable.

Akutagawa a su contrario, tomo sus manos separándola de su rostro, beso su frente casi en su sien, Atsushi lo miro un momento – estará bien, déjame terminar...

- Du-duele

- Lo sé, pero insististe... ¿quieres que pare?

- N-no – dijo armándose de valor

Tomo la muñeca del mayor mientras siguió entrando, arqueo poco a poco su espalda mientras el miembro llegaba más y más profundo. Por fin, dejo un gemido salir algo similar a un chillido. Akutagawa también pudo gemir por la satisfacción de entrar. Se quedo quieto, Atsushi aún estaba quejándose muy ligeramente, pero las uñas enterradas en su muñeca decían que tanto era lo que dolía.

Poco a poco la presión bajo, con ello Akutagawa supo que Atsushi estaba recuperándose. - ¿aun duele pequeño?

- Si, pe-pero... no lo sé, me siento extraño, pero no sé ¿me explicó?

- No, pero te entiendo

- ¿vamos a continuar?

- Solo si tú quieres

Atsushi soltó la mano del mayor, lo abrazo del cuello con ambos brazos. Akutagawa bien, no lo pensó tanto, la verdad es que estaba aguantando mucho el no moverse, sentía como su miembro palpitaba por el menor debajo suyo, así que comenzó a moverse.

El joven Atsushi seguía gimiendo apretaba los hombros del mayor mientras el movimiento era rápido y fuerte. - ¡Ryu, va-vamos, Ryuu

- Eres demasiado tierno, por favor grita más

- Más... si, ma-más – grito emocionado

Comenzó a moverse para rápido, Atsushi lo abrazo con fuerza jalando su espalda con sus uñas, el dolor continuo entre ambos, luego besos y jaloneos, creando un ambiente de sofoco y gritos contagiosos entre ellos.

Una vez que terminaron en la primera, Akutagawa se acostó a su lado, Atsushi besaba su cabeza mientras se recuperaba. El mayor sonrió y comenzó a reír - ¿te gusto?

- No lo sé del todo, aun me duele y creo que se me entumió el pie

- Déjame darte un masaje

- Aay, tengo un novio tan lindo

- Solo para ti

Akutagawa se levantó, tallo delicadamente el pie de Atsushi y su pantorrilla, Atsushi se recostó relajado mientras el mayor no dejaba de cuidarlo. Sonrió – Ryu

- ¿sí?

- Te quiero...

- También yo pequeño tigre





















En la cafetería, Chuuya tenía a Dazai sobre el suelo, esté le miraba sonriente – entonces, ¿Qué acabas de decir bastardo?

- No sé

- Te lo repetiré parte por parte, dime... ¿donde, están, las, joyas?

- Las joyas, jamás te diré dónde están.



...

¡Gracias por leer!

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