04
Los encuentros entre estos dos se repetían cada semana. A veces lo llamaba Taeyang y otras lo llamaba él. Esto duró un año, hasta que el que empezó a buscarlo ya solamente era Taeyang.
Después de todo ese tiempo Minho calló en sus manos y acabaron siendo una pareja oficial.
―Maldito perro, llegas una hora tarde. UNA HORA. ―Taeyang estaba furioso.
―Ya, ya, es solo que...
― ¿Una anciana requería tu ayuda para llevar la compra? ¿Un niño requería tus sabios consejos? ¿O es que te perdiste en el camino de la vida?
―Voy a elegir la primera.
―Ah... ya hemos perdido la primera sesión, así que tendremos que esperar hasta las 8 para ver la película.
―Lo siento.
―Bueno, si me invitas a las máquinas estaremos en paz.
Pasaron a la sala de recreativos y se pusieron a jugar a juegos de tiros, uno de matar zombies, otro de disparar a monstruos, otro de matar terroristas.
―¿No te cansas nunca de los disparos? ―preguntó Minho.
―Son los únicos en los que podemos jugar en equipo y entre los dos batimos la puntuación de cualquiera.
―¿Solo me quieres para ganar a estos juegos?
―Es parte de tu castigo por hacerme esperar siempre. Venga, echa otra moneda.
Minho suspiró y empezó a fallar a propósito para sacar de quicio a Yamato, pero éste ya se sabía todos sus trucos y no cayó en la trampa, de todas formas ya habían batido todos los récords de todas las máquinas de ese tipo.
Llegó la hora de la película y Minho tuvo que invitar también a las palomitas y refrescos.
Cuando salieron del cine, Taeyang no parecía muy satisfecho.
―Ahh... qué mal... no me esperaba que fuera una cursilería de película. ―se quejó Taeyang.
―¿Por qué dices eso? A mí me gustó.
―Creí que sería de acción, y que no giraría entorno a una parejita.
―Había mucha acción también.
―Ya, pero lo estropeaban con tanta ñoñería. La próxima es mejor que la elijas tú.
A Minho, que hubiera una historia de amor le gustaba, le recordaba a las novelas que siempre leía, pensaba que siempre había que meter un poco de amor en las historias.
Cuanto más pasaba el tiempo más se daba cuenta de que no tenía casi nada en común con Taeyang, tan solo el ninjutsu y puede que algunas comidas.
No solían salir mucho a comer o al cine, la mayoría de las veces quedaban o en el piso de Minho o en el de Taeyang y solamente hacían cosas de mayores en la cama.
Minho solía despertarse antes que él y se quedaba observando cómo dormía un rato. Recordaba que siempre quiso apartarle el pelo de la cara a Rosé, pero nunca la veía por la mañana.
Ahora que podría ver a su pareja dormir, no podía apartarle el pelo, porque lo tenía demasiado corto como para que hubiera algo que apartar.
Pasó el tiempo y cada vez se veían menos. Taeyang siempre estaba muy ocupado con su carrera y Minho pasaba más tiempo en el gimnasio.
Sus encuentros empezaron a basarse solamente en el sexo. Quedaban, lo hacían y luego cada uno se iba. Tanto fue así, que empezó a volverse cansino para los dos.
Una noche, Minho había salido tarde de una reunión, y aunque Hyunjin y los demás le insistieron para salir a tomar algo, él no se sentía de humor para eso.
Caminaba calle abajo en busca de su coche, pensando en muchas cosas, en su relación con Taeyang, en que ahora veía menos a sus perros, en que todavía no estaba dando clases de ninjutsu ...
Ya hacía tiempo que estaban instalados en el nuevo edificio, ya había una sala solo para él y para dar sus clases de ninjutsu, pero sus compañeros le pidieron que siguiera con defensa personal porque aun necesitaban dinero.
Todos esos pensamientos asolaban su mente cuando una persona pasó por su lado y la brisa dejó que entrase por su nariz un agradable aroma.
Enseguida se giró y vio la espalda de un hombre, con el pelo castaño y una bolsa de la compra en la mano que se alejaba poco a poco.
Minho se paró extrañado y abrió la boca para llamar la atención de aquel hombre, pero se detuvo.
Ese olor... era muy dulce, olía muy bien. No parecía colonia, sino su olor natural. ¿De verdad alguien puede oler así de bien? Ni Rosé ni Taeyang huelen así... Serán imaginaciones mías... debo estar cansado.
Dejó que su figura desapareciera por las calles y Minho siguió su camino.
Al día siguiente quedó con Taeyang en su piso. Quería hablar de él sobre algo.
―Minho... tenemos que hablar.
―Tú dirás.
―Ya casi no nos vemos, sé que en parte es culpa mía porque siempre estoy ocupado, pero es que cuando nos vemos apenas nos relacionamos.
―¿En serio?
―Quiero decir que... parecemos animales en celo en lugar de una pareja.
―Es lo que hacen las parejas.
―Si, ya lo sé, pero creo que tú no sientes nada por mí...
―¿Por qué dices eso?
―¿Acaso no es verdad?
―...
―Mira, no pasa nada, hemos sido amigos mucho tiempo y creo que te forcé a que fuéramos algo más. La culpa es mía. Tú eres... eres muy guapo de cara y tienes un cuerpazo y eso me cegó desde que era pequeño... Pero ahora me doy cuenta de que no somos compatibles como pareja. ¿Entiendes?
―No es culpa tuya, a veces hay que probar las cosas para saber si resultarán bien o mal.
—Tienes razón... Así que... creo que aquí se acaba lo nuestro.
―Será lo mejor.
―Pero... seguimos siendo amigos ¿no? No me gustaría dejar de quedar contigo y los chicos...
―Claro que somos amigos, nunca dejamos de serlo.
―Uff... menos mal... creí que me echarías la bronca y pasarías de mí.
―¿Aun no me conoces?
―Aun así, tienes que saber que sigo loco por ti, me va a costar mucho olvidarte.
―A todos les cuesta.
―Ja, no te pases de listo.
Minho salió de allí bastante contento. Taeyang era un buen tipo, siempre lo fue. Y se había dado cuenta de que lo que estaban haciendo ya no tenía sentido. Solo que él había tenido el valor de decirlo primero.
En sus dos relaciones largas nunca había sido él el que había dado el primer paso, Rosé le propuso salir, Taeyang le propuso ser novios. Al final no era que él no quisiera, era que le daba un poco igual.
Empezar una relación porque no tienes otra cosa mejor que hacer, esa no era la actitud. Eso no podía pasar de nuevo.
Minho se propuso no volver a salir con alguien si él no lo deseaba realmente. No volvería a caer en la trampa de pensar que las cosas pueden salir bien con el tiempo.
Al día siguiente llegó a trabajar y sus compañeros lo estaban esperando en la puerta con confeti y trompetas de fiesta.
― ¿Qué es todo esto? ―preguntó Minho.
―Hemos abierto la solicitud de plaza para ninjutsu. ―le explicó Jisoo con una sonrisa.
―¡Desde hoy mismo ya eres el profesor oficial de ninjutsu!
―Pero... ¿no necesitábamos más dinero?
―Jisoo dará defensa personal en tú lugar a partir de hoy.
La vida por fin le daba una alegría, una gran alegría. Ya podía olvidarse de lesiones inexistentes, caídas demasiado torpes o de que le pidieran el teléfono en cada clase.
Después de dejarlo con Taeyang eso era justo lo que necesitaba para seguir adelante con normalidad.
Ese fin de semana lo celebraron saliendo a cenar.
―Estoy impresionado Minho, mucha gente se ha apuntado a ninjutsu, y eso que casi nadie sabe lo que es. ―dijo Changbin.
Minho suspiró.
―Casi todos los que se apuntaron son antiguas alumnas de defensa personal...
―Me lo imaginaba, en cuento entré a clase y dije que ahora iba a ser yo la profesora se fueron como diez personas, y así toda la semana. ―Jisoo bebió de su copa con algo de tristeza.
―Chicos, chicos, no os desaniméis, es la primera semana, seguro que con el tiempo las cosas se normalizan. Minho, en cuanto empieces a meterles caña estoy seguro de que solo se quedarán a las que de verdad les guste y Jisoo, en cuanto vean lo buena maestra que eres decidirán no desapuntarse.
―Gracias Hyunjin... pero aun así duele que se marchen nada más empezar, es un rechazo muy fuerte...
―Ven aquí, no estés triste ―Changbin abrazó a Jisoo.
―Lo siento chicos, no quería que las cosas fueran así.
―No digas eso Minho, tú tenías todo el derecho a dar las clases que querías al igual que lo hacemos todos. Nosotros te forzamos a dar defensa solo para ganar más pasta. ―intervino Changbin.
―Pero eso estaba bien, el ninjutsu no es muy conocido, así que teníais razón.
―Vamos, vamos, que esto es una cena de celebración, no de depresión. Todo nos va genial, que se desapunten un par de personas no nos va a afectar, venga, ¡brindemos!
Eso era cierto, llevaban un tiempo ganando bastante dinero, sus dos gimnasios estaban arrasando y mucha gente se daba cuenta de ello. Su propósito era abrir unos cuantos en todo el país, y al ritmo al que iban, pronto lo conseguirían.
‼️‼️‼️💗
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top