02
Hacía años que Minho no veía a su antiguo compañero de ninjutsu. Ahora era casi tan alto como él y se había convertido en todo un hombre.
Ya no quedaba nada del pequeño y enclenque sujeto que solía patear durante los entrenamientos.
Llevaban una semana entrenando los días que la sala de Minho tenía alguna hora libre y ese fin de semana tenían todo solo para ellos. Tocaba entrenamiento intensivo.
Entre que el cuerpo de su viejo amigo se había vuelto más fuerte y él no estaba tan entrenado como solía estarlo, le iba costando aguantar sus golpes.
En el pasado, para Minho, Taeyang no era más que un niño con el que tenía que cargar. No era torpe y se esforzaba mucho, pero Minho ya por aquel entonces estaba a otro nivel.
Si de por sí todos sus compañeros parecían unos inútiles contra él, un niño cuatro años menor que él era como un saco de boxeo con patas.
Pero ahora, lo que tenía delante no era aquel niño, sino a un hombre que estaba rozando su nivel y que se había ganado un nuevo respeto por parte de Minho.
―Tomemos un descanso.
―Ya no aguantas como antes eh, Minho.
―Ya no tengo dieciséis.
―Hablas como un viejo.
―Yo nací viejo.
Ambos se sentaron mientras bebían agua y recuperaban sus fuerzas. Llevaban dos horas luchando y ese descanso estaba totalmente justificado.
―Por cierto, Minho, ¿cómo te va con las chicas, tienes novia?
―No, hace poco corté con la que tenía.
―Oh, lo siento...
―Es mejor estar solo.
―Eso dices ahora, pero eso es porque no has encontrado a la adecuada.
―Si... o al adecuado.
―Si... espera... ¿eres... te gustan los hombres también?
―Me da igual, mientras sea persona.
―Vaya, no me esperaba esto. Es que siempre te había visto como un rompecorazones, ya sabes, como todas las de la academia estaban locas por ti y eso.
―Eran ellas, no yo.
―Ya, ya me doy cuenta.
―Bueno, y ¿tú qué tal?
―No, yo no tengo a nadie.
―Aun eres joven para esas cosas.
―¡Tengo 18!
―¿En serio? Parecías más pequeño.
―Pues para tu información acabo de entrar en la universidad.
―Enhorabuena, ¿en qué carrera?
―Arquitectura.
―Jum... te pega.
―Si, verdad.
Se quedaron en silencio, y en esos momentos Minho percibió que Taeyang estaba algo inquieto, podría decirse que hasta estaba nervioso, de repente su actitud había cambiado.
―¿Estás bien?
―Si, si claro, es solo que... quería saber... si te gustaría que fuéramos a tomar algo por ahí.
―Hoy no puedo.
―Oh... ―Taeyang puso una cara de disgusto que se parecía mucho a la que solían poner sus perros cuando lo veían prepararse un bocadillo.
―Pero... si te dan el cinturón, saldremos por ahí a celebrarlo, ¿qué opinas?
―¡Genial! Tú sí que sabes motivar profesor.
―No exageres hombre. Y una cosa, es mejor que guardes tu testosterona para después de la competición.
―¿Qué me guarde qué?
―Es recomendable no practicar sexo ni masturbarse al menos una semana antes del gran día.
―¿Es una broma?
―Es lo que hacen muchos deportistas, para conservar la testosterona en el cuerpo. Búscalo en internet si no me crees.
―Te creo, te creo, pero... no sé si podré aguantar tanto tiempo.
―Je...
―¿Qué pasa?
―No te tenía por un salido.
―¡Es algo completamente natural! Si hay un pervertido aquí ése eres tú. ¿Aun sigues leyendo esos libros?
―Yo ya tengo cinturón negro, ya pasé por todo eso. Quizás estás tardando tanto en avanzar porque te relajas demasiado antes de competir.
―Bueno está bien, puedo aguantarme. Venga, continuemos, ahora tengo ganas de patearte el culo.
―Ja... Pobre iluso...
A Minho realmente le gustó mucho pasar esas dos semanas al lado de Taeyang. Echaba de menos hacer ninjutsu con alguien más.
Las clases de defensa eran las más solicitadas, las que les deban de comer y las que más ingresos generaban, pero no podía simplemente dejarlas y ponerse a dar ninjutsu, al menos no en estos momentos.
Tenía claro que algún día lo haría, si se decidió a abrir el gimnasio también era para tener la libertad de trabajar en lo que quisiese pero, al fin y al cabo, todo sueño requiere su sacrificio.
La tarde de la competición de su amigo, recibió un mensaje.
Me debes una salida =)
El pequeño Taeyang lo había conseguido, Minho esbozó una leve sonrisa mientras le indicaba los planes para esa noche.
Quedaron en un bar del centro, junto con Hyunjin, Changbin y Jisoo. Taeyang los había visto alguna que otra vez pero no había tenido la oportunidad de hablar con ellos nunca.
―¡Felicidades por tu nuevo cinturón! ―gritó Hyunjin. ―En unos años podrás estar dando clases con nosotros, te pagaremos bien te lo prometo.
―Muchas gracias, tendré que pensármelo.
Todos bebieron, rieron y cantaron llamando la atención de todos los del lugar, bueno, eso más bien lo provocó Hyunjin, que cuando quería podía ser muy escandaloso.
Taeyang no se quedaba atrás, no tenía mucha tolerancia al alcohol y con dos copas ya había pasado por todos los estados de ánimo conocidos. Minho nunca había visto a nadie pasar de la alegría al llanto con tanta rapidez.
―Bueno, es hora de llevarte a casa. ―dijo Minho.
― ¿¿¿Queeeeeé...??? Si nos lo estamos pasando suuuuuper bieeen, ¿no es así Hyunjin? ―protestó Taeyang.
―Minho tiene razón, no tienes aguante ninguno querido amigo.
―Noooo Minho... mi casa está muy lejoooos, no quiero irme...
―Tengo un piso aquí cerca, puedes dormir ahí hoy.
― ¿¿¿En serio??? Eres taaaan bueno...
―Si, si...
Minho lo agarró de un brazo y lo sujetó por la cintura mientras caminaban, su piso no quedaba lejos de allí y no tardarían mucho en llegar.
―No quiero caminaaar... llévame en brazos... ―Minho suspiró y lo ignoró. ―Eres tan amableeeee... y tan guapo... Echaba de menos pasar tiempo contigo.
Minho siguió ignorándolo hasta que llegaron al apartamento.
―La habitación está al fondo, tú puedes dormir allí, yo dormiré en el sofá.
―¿No me acompañas? Me puedo caer...
Minho lo guio por el pasillo, hasta la puerta del cuarto, pero antes de entrar Taeyang lo acorraló contra la pared apoyando las manos en ella a los lados de la cabeza de Minho.
―Podrías haberme dicho antes que te gustaban los chicos.
―Venga, tienes que dormir un poco.
―No tengo sueño, estoy muy despierto.
Antes de poder reaccionar Taeyang le plantó un beso rápido y se separó.
―Taeyang... estás borracho.
―No tanto como para arrepentirme de esto. ―Dicho eso volvió a besarle, esta vez apartando una mano de la pared para sujetarle el cuello.
―Ya es suficiente. ―Minho lo apartó.
No puedo hacer esto... si este chico sigue así no voy a poder controlarme...
―Eres cruel Minho... tú me dijiste que no me tocara en una semana, y ya llevaba toda la anterior sin hacerlo, así que esas son dos semanas. Mira cómo estoy.
Taeyang empezó a rozar sus partes en la pierna de Minho. Estaba muy duro todo aquello.
―Tú has provocado esto, ahora tendrás que hacerte cargo, no puedes dejarme así...
Taeyang insistió y lo volvió a besar. Las manos de Minho, que durante toda la conversación se habían mantenido al margen, no pudieron resistirse y se posaron sobre las caderas de aquel chico.
Mientras mantenían el beso fueron pasando a la habitación y Taeyang se dejó caer en la cama quitándose la camiseta sin dejar de besar a Minho.
―No lo hago con borrachos.
―No estoy tan borracho. ―se quejó Taeyang.
―Pero tienes razón, debería ayudarte con esto.
Minho metió una mano dentro de los pantalones y empezó a acariciarle.
―Espera... esto no... ah... ―El maestro lo masturbaba mientras besaba su cuello. ―Minho... no... espera...
En poco tiempo, todo lo que había acumulado esas dos semanas se esparció por el abdomen y el pecho del castaño, quien se quedó extasiado.
―L-lo siento... fue muy rápido...
―Ahora duerme. ―dijo Minho cruzando la sala para coger una toalla y lanzársela a su amigo. ―Nos vemos mañana. ―Acto seguido salió del cuarto y se fue a tumbarse en el sofá.
Mierda, mierda... ¿qué he hecho? Ahora el que está duro soy yo. No eres más que un perro salido Minho, ¿en qué estabas pensando? Mañana hablaré con él para dejar las cosas claras.
Mañana ya les voy a subir los 2 caps que siguen 💗
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