Capítulo 09
—Te enseñaré alguna llave básica y también caer correctamente.
—Bien.
El hyung se dió la vuelta y le dio la espalda al profesor.
—Haga como que me va a asfixiar por la espalda. Con los brazos en el cuello— le ordenó señalando sus hombros con las manos. Jisung obedeció y rodeó su cuello con uno de sus brazos, pero antes de darle tiempo a apretarle bien Minho le agarró el brazo y lo lanzó sobre él, dejándolo bocarriba en el suelo sin soltarle el brazo, para que no se cayera del todo y se hiciera daño.
La maniobra fue rápida y limpia. El castaño salió volando por encima del hyung, pero éste le mantuvo agarrado en todo momento y evitó que la caída fuera fuerte. Al profesor le sorprendió no haberse hecho daño.
—No me lo esperaba—dijo el joven riendo un poco.
—¿Y qué esperaba? Ahora le toca a usted—el hyung le ayudó a incorporarse al castaño—Deme la espalda y yo le agarraré por detrás.
El corazón del maestro bombeaba sangre como nunca lo había hecho, pero a pesar de eso se sentía calmado. Minho le proporcionaba seguridad en sí mismo y tener una experiencia como la que estaba teniendo motivaba mucho a Jisung, que hace mucho que no salía de su rutina.
El hyung rodeó con sus brazos el cuello del joven, que trató de repetir el movimiento, pero sin éxito, el cuerpo del hombre parecía una roca inamovible, no logró ni levantarle un poco los pies del suelo.
—No tenga miedo en hacerme daño, inténtelo con fuerza.
—Ya lo hago.
—Pero no esta usando todo su cuerpo, solo esta tirando de mi brazo. Debe echar las caderas hacía atrás con fuerza, para desequilibrarme, y luego agacharse y hacer que pase por encima de usted.
—Ah... va-vale...—la incomodidad volvió a presentarse en el ambiente cuando Jisung fue consciente de que debía pegar totalmente su cuerpo con el del hyung, y echar las caderas hacía atrás provocaría que chocara con su entrepierna. La calma se disipó y la cara del maestro se convirtió en un maduro tomate.
—No me diga que le da vergüenza—el cuerpo del hombre seguía muy cerca suyo, su brazo continuaba rodeándole, como un abrazo y las palabras del hyung sonaron muy cercanas a su oído, pudo sentir el aire que salía por su boca hacerle cosquillas en la oreja. Jisung estaba apunto de perder el control sobre una parte importante de su cuerpo, y al darse cuenta de eso, despertó de su coma.
De un tirón paso al mayor por encima de su hombro tumbandolo en el suelo como el otro había hecho anteriormente, solo que Jisung le soltó el brazo y el hyung casi ni llegó a tocar el suelo, ya que se mantuvo en pie después de la maniobra.
—¡Vaya! No me esperaba que le saliera bien tan pronto. Pero a la próxima no me suelte el brazo, eso se hace para evitar que tu oponente se haga daño.
—Si intenta atacarme querré hacerle daño, ¿no?
—En un caso real sí, pero normalmente practicará con personas a las que no quiere hacer daño, en la calle puede hacer lo que quiera. Repitamos.
Repitieron la maniobra unas cuantas veces, la mayoría de las veces era Jisung quien tiraba al hyung, pero un par de veces fue al contrario. Cuando el profesor parecía dominar la técnica, cambiaron de maniobra y el hyung empezó a enseñarle algo que no requería tanto contacto.
Sacó una colchoneta de la pared y la colocó en el suelo, donde se deslizó dando una voltereta y se levantó dando un golpe en el suelo. Jisung repitió sus movimientos varias veces, mientras Minho le explicaba para qué servía aprender todo eso.
Jisung no pudo evitar fijarse en la parte superior del traje de su hyung se había abierto más, dejando ver toda la zona central de su blanco pecho. Le gustaba esa imagen, no podía negar que el hombre era de los más atractivos que había visto nunca; sus facciones masculinas, su tez clara, su cuerpo fuerte y su cicatriz en el ojo, que solo lo mejoraba, al fin y al cabo él también tenía una cicatriz, mucho más grande, atravesandole la cara.
Había pasado una hora desde que empezaron la clase y ahora los dos estaban sentados en el tatami, uno frente al otro, pero lejos.
—¿Qué le está pareciendo la masterclass? —preguntó el hyung, sin dejar de tratar de usted a Jisung. Eso al joven lo tranquilizaba de cierta forma ya que era una manera de mantener la distancia entre ellos. Aunque a estas alturas cualquier otro ya le estaría tuteando e invitándolo a tomar unas copas.
—Pues la verdad, yo pensaba que me enseñaría a lanzar estrellas ninja o saltar por los tejados de los edificios.
—Lo de los tejados puede esperar, y lo de las estrellas es para profesionales, pero puedo mostrarle como se hace —el hyung se levantó y fue hacía su mochila, de donde saco las estrellas ninja. También cogió una diana y la colgó de una pared que ya parecía estar preparada para eso.
—Pensaba que lo decía en broma —rió Jisung sin apartar la vista del hyung, qué se colocó pegado a los espejos mirando en dirección a la diana. La distancia era muy grande, pero el hombre lanzó las estrellas una detrás de la otra con suma habilidad. El castaño apenas pudo verlas por el aire, era demasiado rápido para su vista.
Todos dieron en el centro, parecía que hubieran luchado por hacerse con el mismo punto. La puntería de ese hombre era increíble, Jisung se quedó con los ojos abiertos como platos y la boca abierta también.
—Ahora se que no debo meterme con usted —alcanzó a decir mientras el hyung se acercaba a recoger las estrellas.
—¿Quiere probar?
—¿Quiere morir?
—Le prometo que no me matará.
—Puedo romper algo.
—No será usted el primero en lanzar una de estas en mi clase.
Minho le hizo un gesto para que se colocara junto a él, en vez de en el fondo de la clase se puso en el medio. Jisung se levantó y se acercó y fue hacía él, quién le entregó una de las estrellas. El castaño se concentró unos segundos, cerrando un ojo para apuntar al centro. Realizó el lanzamiento, pero la estrella quedó clavada a un metro por encima de la diana, en la pared, que ahora notaba que tenía algunas marcas como la que quedaría una vez despegasen la estrella de ella.
—¡Lo siento mucho! Le dije que no era buena idea. Lo siento.
Minho río.
—No pasa nada, es completamente normal, en todo caso la culpa sería mía por permitírselo. Venga, lance otra, esta vez le diré un truco.
El hyung le entregó otra estrella, se colocó detrás del maestro, con una mano apoyada en su hombro y la otra sujetando delicadamente la mano de lanzamiento del maestro dibujó en el aire un suave movimiento. La cara del mayor estaba muy cerca de la cara de Jisung, que giró levemente su cabeza para fijarse en la irresistible cara del hyung.
—¿Lo ha entendido? —preguntó el hyung con los ojos cerrados esbozando una sonrisa mientras se separaba del maestro.
—Cl-claro —Jisung asintió con la cabeza para centrarse y repitió el movimiento con fuerza. Esta vez dió en la diana, muy cerca del centro.
—Increíble, a este paso acabará superándome, le dije que tenía potencial.
—No diga eso, es que usted es un buen profesor.
—Lo sé.
Muchas gracias por todo el amor que le están brindando a esta historia, los amo muchísimo ♡♡
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