第4章 | Cómplices


Abran paso, voy a actualizar esta cosa.

El capítulo de hoy es largo, así que no tengo mucho qué decir.



Jjajajsajajsaj aprendí a hacer hilos, puede que haga algunos si a alguien le interesa. Hasta pensaba en hacer una historia de puros hilos culeros de twitter así como las páginas del feisbu.

Bueno ya, disfruten el capítulo









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Tokyu Plaza Omotesando Harajuku

11:49 AM





— ......... entonces.........

— ¿Si?

Sentada frente a Miku, en una mesa del patio de comidas, Tsubaki le sonreía de una manera indescifrablemente sospechosa.

A veces le ponía de los nervios.

— ¿P-para qué me llamaste? [Más bien, ¿Cómo conseguiste mi número?]

Ante la pregunta, Tsubaki escogió quedarse callada un instante como si estuviera pensándolo.

— ....... ¿Ya decidiste lo que vas a pedir? — Preguntó, haciéndose la estúpida e ignorando lo que dijo Miku.

[Pero responde.....]

Extrañada y disgustada, la pelirroja movió su mirada con cautela, notando un detalle no tan pequeño tras las manos con pedicura súper cara de Tsubaki.



Ahora quería irse con más ganas.

— ¿Sabes? Justo hoy tenía cosas muy importantes que hacer....

Como buscar una forma definitiva de hundir (potencialmente matar) a Fuutaro, o terminar de leer algunos libros.... "informativos" acerca de ciertos temas de los que ella ya no era partícipe, pero sí que le hacían sentir cosquillas en la intimidad.

En muchos sentidos.

— Vamooos~ no creo que te tome mucho tiempo pedir....

— Es que dejé los frijoles en la estufa

— Jaja buen chiste Miku-chan

La risa de Tsubaki no podía ser más fingida porque no era posible, así como tampoco lo era la paciencia de Miku, se lo iba a decir.

— Tsubaki, la mesa es de cristal.... — Aquellas palabras llenas de incomodidad extrañaron a Tsubaki.

[Claro que la mesa es de cristal, quiero decir, no es como si hubiera puesto mi grabadora de voz en.... oh....] — Tal parece que el truco que aprendió en ese anime de espías no le sirvió.

Y mientras Tsubaki veía a la nada, Miku sopesó, de alguna manera tanto Fuutaro como Tsubaki habían conseguido su número.

¿Qué tan fácil era doxxearla?

Pasaron unos segundo en silencio en los que Tsubaki no cambió de semblante.

— .... ¿Sabías que el cuerpo humano solo soporta noventa y seis-

— Oye, e-en verdad tengo algo que hacer, n-no debes saberlo, pero tengo clases con un tutor

Mintió otra vez, habían pasado tres días desde su primera tutoría y no ha sabido nada de él.

— ¡Solo un rato! ¡Quédate un ratito más y-y-y-y ¡¡Ya sé!! ¡Te daré alguna noticia jugosa!!

Verla arrastrarse por la mesa solo hizo que las ganas de Miku por salir de ahí incrementaran exponencialmente.

— De verdad lo siento, p-pero dudo que tengas algo de-

— El profe Fuutaro acaba de entrar en ese café con una chica de preparatoria

— Te escucho

Tsubaki no supo en qué momento Miku se volvió a sentar.....



|𝕻𝖗𝖔𝖋𝖊𝖘𝖔𝖗      𝕻𝖗𝖎𝖛𝖆𝖉𝖔|


[... 家庭教師 ...]

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Miku estaba intrigada.

Lo cierto era que ese día no planeó salir de la cama hasta que durmiera lo necesario sin tener que despertarse con una terrible sensación de calor y necesidad de atención en las zonas sensibles de su cuerpo.

No sabía qué era ni quería saberlo, solo quería dormir....

O pensar en discusiones imaginarias con Fuutaro en las que ella lo humillaba argumentalmente.

— ¿Y bien? Es inesperado que me llames, pero me intriga más el hecho de que quieras charlar.... ¿Qué es lo que quieres?

— Es tan cruel de tu parte ni siquiera saludarme correctamente luego de tanto tiempo~

Pero el hecho de que su profesor privado estuviese en una cafetería con una colegiala era jodidamente más interesante que todo lo dicho antes.

[¡¿Q-Qué hace este gasto de espacio en la tierra perdiendo el tiempo con una menor?!] — Haciendo un temible rostro de concentración, Miku no se dio cuenta, pero a este punto ya estaba acechando detrás de Fuutaro por respuestas.

En frente del adulto, con el mentón descansando sobre sus manos entrecruzadas como si apreciara lo que estaba viendo con esos profundos ojos de vitral celeste, había una hermosa chica de largo y sedoso cabello negro, una inevitablemente curvilínea figura remarcada en su uniforme de preparatoria era lo más llamativo.

Ese fue el análisis mental de 0.01 segundos que hizo Miku en lo que veía cómo ambos se miraban con complicidad en la esquina más alejada del lugar.

— ¿Qué deberíamos pedir de soborno primero? — Susurró Tsubaki en su mundo, siendo callada por Miku con un panecillo.

Las sospechosas gafas de sol que las chicas tenían puestas les dieron la sensación de profesionalismo que requerían para ignorar que estaban haciendo el ridículo.

No las echaban porque Miku les dio propina a todos los meseros.

[Vas a caer Fuutaro....]

La pelirroja asomó un poco la mirada para volver a ver a sus sospechosos.

— Saludarte bien..... ¿Es eso lo que quieres? — Su profesor había meditado aquellas palabras por un instante, terminando por hablar con una voz que denotaba un claro sentido oculto.

Notó como la chica delante suyo se había movido un poco de su lugar, como si tensara las piernas.

— .... a-a parte, ¿No dirás nada de mi atuendo? — Sonando tentadoramente alegre, el coqueto inclinamiento de la colegiala bajando los brazos entre sus grandes pechos hacia adelante hicieron evidentes sus intenciones.

— La juventud de hoy en día.... — Sentenció Tsubaki indignada.

[E-ella también era así.... aunque dudo que se haya metido con alguien mayor] — Miku por otro lado solo pudo quedarse callada mientras recordaba a su hermana mayor algo nerviosa.




En algún lugar de EE.UU, una chica se cayó de cara en medio de un rodaje.

— ¡Cort- ¡¡NO!! ¡¡Esa toma estuvo buena!! ¡Ichika tropezándose en medio de su confesión se queda!

— Ah jaja.... [Alguien máteme...]





Bueno, ahora solo quedaba esperar a ver la más que clara reacción de Fuutaro a una incitación así.

— Ah, si, ¿Qué carajos haces vestida así? Estamos en público, ¿Sabes?

Y tan rápido como llegaron, sus expectativas de un Fuutaro pervertido y 100% culpable se fueron por el caño. Debería dejar de esperar algo de él o sino iba a acabar decepcionada o muy fastidiada.

Tsubaki se veía decepcionada también.

— ¡E-Es todo lo que vas a- a- ¡Aah~¡

Aunque la belleza pelinegra era otro caso.

[¿Qué acabo de escuchar?]

— P-pero lo cierto es que.... um.... v-viniste realmente rápido cuando te- ufff.... mandé la foto~ — Afirmó, manteniendo como podía esa mirada sensual sobre los feroces ojos de Fuutaro.

El alto tan solo bajó la mirada un segundo hacia aquello que se mecía atrapado entre la camisa y suéter ajustados de la colegiala para volver hacia ella y su intento de sonrisa socarrona.

— ........ tenía mis motivos — Respondió en seco.

— Y-ya veo~....

A Miku le extrañó el brillante sonrojo que tomaba forma en el rostro de la chica, lentamente transformándose en una expresión en la que parecía estarse ahogando con sus palabras mientras respiraba transpiraba profundamente.

— Estás siendo muy molesta, Kaoruko....

— D-Di mi nombre completo, por favor~ — Miku estaba comenzando a preguntarse si esa chica estaba bien debido a que había dejado caer su rostro extremadamente rojo a la mesa mientras suplicaba algo extraño entre sutiles jadeos.

— ¿No viniste a este café para desayunar? ¿Qué mierda haces entonces?

— Y-yo... ah~...

— ¿Acaso quieres que te ayude con eso...? Ya entiendo, para eso es que me llamaste........ responde mujer — Ordenó Fuutaro, moviéndose un poco en su asiento.

— Yo- yo~

— Ya estás grandecita, compórtate como debes...

Mientras más veía, la tercera hija de los Nakano comenzaba a sentir más curiosidad por lo que estaba sucediendo allí. Esos jadeos llenos de éxtasis no parecían normales.

— Merezco~ un castigo~

Miku notó al instante que la mujer comenzó a apretar la mesa con fuerza.

Como ella con sus sábanas cuando se mas....

Oh....



— Vámonos , que no tengo tu tiempo... — Y así, levantándose mientras se limpiaba los dedos con un pañuelo, Fuutaro se dirigió a la salida del local sin esperar a nadie.

— Agh, demonios, la grabadora aún no funciona.... oye Miku, ¡Hey! — Tsubaki intentó llamar a Miku que tenía la mirada pegada a la puerta y un terrible sonrojo elevándose hasta las orejas.

— ¿E-eh?

— Se están yendo, anda síguelos en lo que yo arreglo esta cagadera — Expresó Tsubaki como si la hubiese invadido el espíritu de un camionero, ignorando el terrible manojo de nervios y expectativa que era Miku en ese instante.

— ¿Q-qué-, ¡Esp-Espera no! Yo no- no-

La Tsubaki camionera no parecía entender nada de lo que había estado pasando en esa mesa.

Ni debajo ni sobre ella.

— Anda vamos vamos, que los vas a perder de vista

Miku se estaba deshaciendo en su vergüenza mientras Tsubaki la empujaba a la acción.....

— ¿P-por qué hago esto...? — Masculló la pelirroja siguiéndoles el paso, silenciosa como el viento y roja como un tomatillo.

Pero aunque ella se quejase, muy dentro suyo tenía aquello que ella poco conocía y que brillaba por su ausencia en la vida de Miku Nakano.... curiosidad y emoción puras como el alba en las montañas.

Ella quería saber qué era lo que iban a hacer.

[Por el bien de la ciencia...] — Y sus pantalones, Miku los siguió, con pequeños latidos cada vez que notaba cómo la chica del pendiente para cabello se apegaba a su profesor.

Que atrevida.

— Kaoruko, deja mi cabeza en paz por un momento

— Andaaaa~, amárrate el cabello, me gusta mucho más así que con todos esos mechones tapando su carita

Inevitablemente, ella notó aún más de cerca el atractivo de la llamada Kaoruko y su sensual figura.

Anchas e hipnotizantes caderas imposibles de ignorar aún con el uniforme de preparatoria y su cintura estrecha, una piel tersa y cremosa como sus piernas afirmadas por las medias blancas hasta los muslos que ajustaban casi al límite y ni qué decir de esa camisa terriblemente tensa por su delantera.

Una convivencia dinámica donde ninguno tuviese miedo de interactuar como le plazca, ¿Eso era algo que alguien como su profesor podía tener? ¿Y ella? Claro que no sería tan insano como relacionarse así con alguien de preparatoria.

Sin notarlo realmente, su mente divagó y se comparó a ella, como si fuese un acto reflejo el simple hecho de imaginarse en esa situación, con la mano de su profesor suavemente envolviendo su cintura y bajando peligrosamente hacia sus posaderas sin vergüenza alguna como lo hacía con esa chica....



 No...

Aunque le intrigaba mucho la mirada tan feliz y extasiada que le regalaba aquella chica.

Ella también fue tocada y hasta besada por ese tipo, ¿Qué diferencia había entre ellos?

Quizá la intimidad afirmada entre esos dos era más estrecha que la de-

¡¡¡¡NO!!!!

[¡¡YO NO ESTABA PENSANDO EN ESO!!]



O al menos es lo que ella quería creer mientras sacudía la cabeza con fuerza para deshacerse de esos pensamientos tan vergonzosos.

Casi entra en pánico al perderlos de vista, buscó por todos lados con la mirada hasta que por fin los vio caminando por la plaza comercial menos concurrida por las mañanas. 

Vaya que se desviaron en muchos lugares, fueron a una farmacia, pero salieron con las manos vacías.

Miku aprovechó para sentarse detrás suyo cuando los vio descansar en una banca para charlar, aunque era más bien la pelinegra hablando mientras Fuutaro se cortaba las uñas y la escuchaba.

[¿Para qué....?]

— Entonces, este chico escribió algo gracioso. Dijo que la lectura era tan buena que parecía que era yo misma sobre el papel

— Eso es... curiosamente peligroso, parece que no has mantenido un perfil bajo en lo que no nos hemos visto.... — Reprendió él con una voz grave mientras se soplaba en los dedos sin ver a la chica.

— Si~, debes tomar en cuenta todo esto cuando me vayas a-


— D-Dis....culpen....


Una rasposa voz infantil interrumpió a Kaoruko antes de que dijera algo interesante.

[¡¡¡Cuando le vaya a ¿QUÉ?!!] — Miku también quería saber.

Un niño con una cubeta fue lo que se cruzaron en frente.

— .... ¿Si? — Kaoruko fue la primera en dirigirle la palabra al pequeño, con una voz suave a a pesar de sonar apurada por aquello que casi la oyen decir.

Nadie sintió al niño acercarse.

— E-Esto....

El menor apretó el asa entre sus manos sin saber cómo dirigirse hacia la mirada tan fuerte del adulto. Fuutaro notó aquella inquietud y entonces habló.

— ¿Cuál es tu nombre? — Preguntó curioso sin quitar la vista de los inquietos ojos del infante.

Miku lo vio suavizar la mirada hacia el niño que, de todas maneras, se mostró nervioso por los ojos del adulto, Miku extrañamente empatizó con él.

— Kaku...cho... — Con dificultad, el niño terminó de musitar su nombre.

— Parece que quiere vendernos dulces — La pelinegra señaló a una estampa con un precio en la cubeta.

En respuesta, Uesugi suspiró y negó con la cabeza mientras miraba al pequeño. Su rapado cabello mostraba unos mechones negros creciendo desaliñados e incluso si le estimara una edad, para alguien como él era evidente su leve estado de hambre.

Miku se compadeció, queriendo salir de su lugar para apoyar al niño, pero dudó, una vez más porque quería evitar las molestias que pudiera causarle su acción de ayudar.

Ella sintió un poco más de odio hacia si misma en ese instante.

— ¿Ves ese grifo de allí? Dame la cubeta y ve a lavarte las manos — Con un tono digno de un maestro, Fuutaro se acercó y depositó una mano en el hombro del chico para señalarle la llave de agua.

— P-Pero...

— Anda ya, yo lo cuido — Con un empujoncito, el menor no tuvo más opción que hacerle caso a Fuutaro con algo de prisa. Miku los observó con calma hasta que notó la mano de su profesor metiéndose en la cubeta.

[¡¡¿Le va a robar?!!]

— Es una cubeta bastante grande... ¿Qué estás poniendo dentro de ella? — Las palabras curiosas de la colegiala fueron lo primero que escuchó luego de casi levantarse y reclamarle.

— No me digas qué hacer con mi dinero, más bien, ¿Podrías ir a pedir una mesa? En un minuto te alcanzo

— Mmm no sé yo, ¿Qué debería-

[¿Q-qué es esta presión?]

La chica detuvo su juego de hacerse la difícil en cuanto notó la cara de Fuutaro. Hasta Miku sintió la presión inquisitiva del alto bajo su mirada seria.

— Y-Ya voy~ — Alegó la chica con más emoción que miedo.

Fuutaro no quitó la vista del muchacho hasta que este volvió mientras se secaba las manos en su ropa.

— Ya está.... — Cohibido, el pequeño miró a Fuutaro sin decir nada, aunque era claro que quería su cubeta de vuelta.

El adulto le devolvió el silencio, manteniendo al niño en suspenso.

— Bien, sígueme y te devolveré el cubo.... — Rompiendo el silencio y sin darle tiempo a replicar, el alto se levantó y empezó a caminar con las pertenencias del chico.

Obviamente el menor se sorprendió de sobre manera, pero ya no tenía de otra.

— ¡A-A-Ah....! ¡Espere!

[¡L-Lo está secuestrando! ¡Y además robando!] — Fue lo que pensó Miku alarmada hasta que vio cómo ingresaban a un restaurante.

El seguimiento se estaba saliendo de control y ni siquiera lo sabía.

— E-espere.... — Jadeó, a Kaku le había costado alcanzarlo debido a las largas piernas del adulto.

— Es para que aprendas a no confiar en adultos tan fácilmente.... ¡JAJA! Yo soy la excepción claro

El bajo se ahorró varias palabras al oír la sonora risa del adulto rezumbar un poco en sus oídos.

— ¡Por aquí! — En cuanto entraron, la voz de Kaoruko los llamó a una mesa. Claramente Miku se sentó en el lugar que estuviera a sus espaldas.

El menor tenía una cara de otro planeta a pesar de estar siendo literalmente casi raptado por dos personas mayores. Era claro que no daba crédito a la vista interior de esos lugares que solo veía de reojo mientras pedía monedas por allí.

— Oye, si lo traes acá al menos intenta ayudarlo a sentirse cómodo — Reclamó Kaoruko, a lo que Fuutaro simplemente la ignoró con su silencio.

— ..... mira, ¿Qué es lo que más te gusta de lo que ves? — Y sin darse cuenta, un menú le fue extendido al pequeño de parte de Fuutaro.

Confundido, simplemente señaló hacia una imagen en específico.

— ¡Tch! ¡Mesero! — Kaoruko no esperó para llamar a que los atendieran, lo cual fue extrañamente respondido casi al instante.

— El menú de carne con mucha carne......

Antes de seguir ordenando, Fuutaro vio cómo el pequeño veía al menú de nueva cuenta y de reojo hacia él en varias ocasiones.

— Y cuatro súper helados de Hulk caramelo explosivo, pero en fa — Con un chasquido, el mesero se esfumó hacia la cocina.

A Miku le pareció la sonrisa más brillante y tierna aquella que esbozó el niño en cuanto Fuutaro terminó de ordenar.

— Iré al baño — Avisó la pelinegra dejando la mesa con los dos chicos.

Y vaya, habían alimentado al niño. Miku se sintió un poco culpable por aquello, ya iba a quejarse con Tsubaki por demorarse tanto, hasta parecía una acosadora.

Que sí lo era.

Podía escuchar cómo su profesor le hacía preguntas al muchacho en lo que este devoraba su comida.

Tal parece que hoy había sido retirado de la escuela temprano y sus padres lo enviaron a vender dulces en la gran urbe y al final reunirse en un punto establecido más tarde.

Hubo silencio por unos instantes antes de continuar.

— ¿Y cómo te va en la escuela....? — Sorprendentemente, Miku notó como al mayor le había costado preguntar aquello.

— Hum.... no muy bien jejejeje, los profesores me regañan mucho por eso, pero no entienden que no tengo tiempo para estudiar si puedo ir a vender o algo ¿Sabe? Eso hará más felices a mis papás

— ..... ¿En serio?

— Claro que si, siempre escucho que hablan sobre racionar la comida para poder llegar a fin de mes o como le digan

Hasta Miku notó que, cuando el niño se volteaba para comer, Fuutaro tensaba su rostro con terrible seriedad mientras parecía distante. Arrugó un poco el ceño en cuanto revisó su celular, pero volvió a estabilizarse en cuanto tuvo que hablar.

— Ya veo, entonces, ¿Qué te pareció todo?

— ¡M-Muy bueno! Quisiera poder traer a mis padres acá pero...

— ¿Hmm? Ah si, lo entiendo...

— Usted es asombroso por poder pagar algo como esto, yo no podría aunque quisiera.... pero cuando sea grande que los traeré con el dinero que gane de un trabajo de verdad

Por segunda vez en su vida, Miku vio la cara de Fuutaro estirarse lo suficiente como para parecer asombrada. Tal parece que el menor no era tonto, tenía presente el hecho de que, para alguien como él, no se puede obtener lo que uno desea sin dejarse la piel antes.

Él era diferente y el mundo en el que estaba era hostil si se descuidaba, pero aún así no cabía en su cabeza tomar en cuenta tantas cosas.

Hasta Miku sabía que esa no era la manera en la que debía vivir un niño.

— ..... ¿Sabes?

— ¿Si?

— Eres un gran chico por ser tan obediente, así que toma esto y escúchame ¿De acuerdo? — Ante la repentina petición del adulto, Kaku simplemente asintió.

Fuutaro sacó de su bolsillo una alarma antisecuestros y se la entregó.

— Esto es....

Sabía lo que era. Sus compañeros siempre llevaban unas bonitas colgadas en sus mochilas. Tan solo pudo pensar en una respuesta para aquel gesto.

— Gracias... — Una sensación cálida se movió por su pequeño pecho, quizá eran demasiadas molestias las que se tomaba ese hombre por él.

Y Miku también estaba pensando lo mismo.... de una manera diferente.

El pequeño notó que la alarma tenía atadas unas notas que, bajo la mirada expectante del mayor, se encontró con que eran notas de estudio.

Extrañado y hasta algo incómodo, se atrevió a preguntar.

— Eeh... muchas gracias, pero qu-

— Vas a ir con tus padres y les dirás que no volverás a vender dulces — Y la siguiente indicación cayó sobre la mesa como un balde agua fría.

De inmediato, la angustia fue evidente en el niño y su cara de preocupación.

— P-Pero mis... y-yo solo estoy gastando su dinero y.... ugh.... — Bajó la cabeza sin poder continuar.

Quería refutar lo que dijo Fuutaro, pero no podía, decirle que no luego de todo lo que hizo no se sentía bien para él.

— Oye... está bien querer ayudar a tus padres, pero los vas a ayudar más si te dedicas a estudiar a partir de ahora

— ¡E-estudiar no llenará la barriga de nadie! ¡L-lamento ser tan descortés luego de lo que me ha dado, p-pero no puedo....! No puedo decirles que no traeré dinero a la casa...

El niño bajó su mirada afligida sin poder ver al adulto, susurrando aquello último por simple vergüenza.

— ....

















"Miku, mamá se disculpa por no poder estar tanto tiempo con ustedes, son niñas tan buenas.... así que no llores por favor, no todo es eterno en este mundo.... no cabe duda que esta tristeza se convertirá en una felicidad preciosa algún día"

"Disculpen, la hora de la las visitas terminó, tenemos que hacerles los exámenes respectivos, señora eh...."

"Nakano"

"Nakano, si.... será mejor que vuelva para evitar contratiempos"

"Mamá las quiere a todas, que ninguna lo olvide, ¿Si?"
















— ... — Miku no sabía por qué, pero unas irremediables ganas de gritar la invadieron. Apretó la madera de la mesa para seguir en silencio, no debía interrumpirlos.

Ni tampoco quería.

— ....

— .... oye...

La voz áspera de Fuutaro caló en los cercanos, si el pequeño quería irse antes, ahora ya no podía siquiera moverse.

Quería que alguien lo ayudase.....


— .... ¿Qué acaso no te dijeron que si no estudias no tendrás dinero?


— .... ¿Eh...?

La mano de Fuutaro cayó con gentileza sobre la cabeza del menor para aplacar sus dudas.

— Kakucho, esforzarte en los estudios es la acción más noble y primordial que un hijo puede hacer por sus padres, luego de eso eres libre de escoger qué hacer por ti y tu familia... estoy seguro de que hallarás lo que te hace más feliz en este mundo mientras lo busques

Al escuchar cada palabra de Fuutaro, la necesidad de irse y no escuchar aquello creció en ella, pero Miku no parecía moverse de su lugar ni un milímetro.

No eran para ella, pero esas palabras la hacían sentirse nostálgica.

Miró a Fuutaro envolver las pequeñas manos del niño con la que tenía libre, juntándolas para que sostuvieran la cubeta que le pertenecía a Kaku.

— No dejes que te quiten tu cubeta, no dejes que te quiten tu educación... y no dejes que te quiten tu infancia. Eres un niño maravilloso por querer hacer feliz a quienes amas, así que, Kakucho, conviértete en alguien que pueda traerle felicidad a los demás...

Mirándolo, el adulto esbozó la sonrisa más gentil que pudo hacia el menor.

[Esta calidez....]

Amor, gentileza y seguridad. Por un instante, aquellos niños lo sintieron, todo estaría bien bajo las grandes manos de aquel hombre.

Miku se levantó en ese momento, no tenía nada más qué hacer allí, jamás lo tuvo.

— E-está bien.... — Con sus mejillas calentándose, el pequeño ya no pudo negar a Fuutaro.

— Bien... me gustaría acompañarte, pero tengo unos asuntos muy urgentes que terminar, ya sabes qué hacer con la alarma así que ve con cuidado, Kaku-chan — Con confianza, Fuutaro revolvió los mechones del pequeño.

— Jajajaja, d-de acuerdo

— Y por mientras, llévale esta cubeta a tus padres, estoy seguro que aceptarán esta ofrenda

— Muchas gracias por todo — Tomando su balde, Kakucho se dirigió a la salida, alzando la mano para despedirse en cuanto se encontró en el marco de la puerta.

Afuera, el chico tan solo caminó uno cuantos pasos antes de toparse con alguien a un lado suyo. Con toda la calma del mundo, el niño volteó a verla.

— [Qué bonita...] — Fue lo primero que pensó Kakucho al ver a aquella dama.

— M-Mucho gusto, ¿Vas a algún lado pequeño?

— Eres la chica que nos seguía desde hace rato....

— ..... [Mierda] — Pensó Miku.

Mientras Miku arreglaba ese detalle, en el restaurante aún quedaban dos personas.

Al perder de vista al niño tras voltear en la salida, Fuutaro soltó un suspiro mientras echaba su cabeza hacia atrás en el espaldar de la mesa.

— .... bien, ya vámonos, niña malcriada. Sé que estás detrás mío

— Atrapadaaa~ como sea, eres un maldito intenso, ¿De que sirve enseñarle algo a un niño si luego lo olvidará?

— No lo entiendes, Kaoruko, pero está bien, el dinero que le dejé en la cubeta debería ser suficiente como para que prosperen si saben usarlo bien

— Eso fue muy extremo de tu parte, pero también lindo

— ..... un niño no necesita preocuparse por la mierda de los adultos

— Si~... soy una niña despreocupada y que solo quiere una cosa de ti~

— A veces me das miedo, como sea, lamento informarte que dejé todo mi dinero en la cubeta de ese muchacho así que no puedo pagar un lugar adecuado ni nada

— Hum.... pues yo sí tengo algo en mente~


.

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Muy bien, esa fue una falsa alarma para Miku.

Tal parece que el pequeño Kakucho no sabía bien dónde quedaba el lugar a donde tenía que ir por lo que ella se ofreció a llevarlo a cambio de que no mencionara nada a nadie sobre haber estado siguiendo a su profesor.

Además de una pequeña suma de dinero.

En este punto ya no le importaba lo que Fuutaro hiciera con su vida, se marcharía inmediatamente y luego le escribiría a Tsubaki con una excusa convincente.

[Miku Nakano nunca estuvo aquí....]

Hasta que los vio, más apresurados que nunca.

[Miku Nakano siempre estuvo aquí...]

¡¡Se veían tan sospechosos!! Pero Miku solo tenía la intención de verlos en lo que se marchaba....

Hasta que su estoico rostro se transformó en uno de pura vergüenza al ver a dónde se habían metido.

...


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— De todos los lugares a los que tenían que entrar..... — Miku maldijo conocer el lugar al que habían entrado.


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"Solo mayores de dieciocho años"; era lo que decía en la vitrina de la puerta.

....

Si, Miku no consideraba el chisme tan bueno como para entrar allí a fisgonear... otra vez, así que iba a darse la vuelta en ese mismo instante y olvidarse de todo lo sucedido esta mañana.

— ¡¡Miku-chan!! ¡Por fin te encuentro! — Hasta que oyó a un lado suyo la chillona voz de Tsubaki, la cual hizo que la pelirroja soltara un grito extraño.

Hastiada, Miku fijó su vista en Tsubaki y el otro tipo que venía detrás de ella.

— ¡Mira! Te presento a Ishigami-kun de la facultad de ingeniería de software, ¡Él arregló mi grabadora, pero ahora nos será de mucha más ayuda que eso! — Exclamó haciendo un ademán hacia el chico.

— Paz...



Bueno, ahora Miku sabía que no podía irse así que simplemente quedó resignarse.

— E-es un gusto....

— Tu cara no dice lo mismo, aunque es natural tomando en cuenta dónde estás parada

Ah, parece que Ishigami-kun era un pedazo de burlón de la categoría más irónica y molesta. Bien, ahora Miku odiaba a otro hombre más.

— N-no sé de qué hablas.... — Acotó la pelirroja casi incapaz de ver a cualquier persona a la cara sin que notaran el fuerte sonrojo de su rostro.

— ¿En serio? ¿Qué lugar es este? — Preguntó Tsubaki asomándose a mirar dentro. Rápidamente su semblante cambió a una sonrisa socarrona al ver la tienda.

El rostro de la pelirroja se arrugó de la vergüenza y el fastidio, inflando las mejillas con frustración por su inevitable destino.

Y a Tsubaki no podía importarle menos.

— Vamos a entrar

— Oye, hoy tengo planes así que si fueras tan amable....

— Ah, ¡No hay problema Ishigami-kun! Toma — Tsubaki le extendió un fajo de billetes sacados de su bolsillo al chico, el cual los revisó de solapa antes de entregarle un pequeña caja.

— Por cierto, no está de más aclararlo, pero, yo no estuve aquí y no nos vimos el día de hoy bajo ningún concepto...

Tras sus palabras, Ishigami procedió a desaparecer entre las calles de la gran plaza.

Miku vio extrañada la caja mientras se despedía con la mano, aunque tenía ganas de quejarse con Tsubaki por no dejarla irse como hizo con Ishigami.

— Je je, por esa mirada tuya puedo decir que estás interesada en lo que hay en la caja, pero primero deberíamos ir adentro

La cara de Miku le decía a Tsubaki que se jodiera mucho.

Claro que ella no lo notaba porque había arrastrado a Miku al interior de la tienda quien trató por todos los medios de que no la vieran para nada, pero ahora tenían otro problema.

— ¿Cómo diablos los dejaron entrar al almacén...? ¡Y encima está cerrado! — Tsubaki se quejó en voz alta al toparse con otra puerta, una por la cual logró ver cómo Fuutaro y la chica entraban.

Bastante ansiosos por lo visto.

— ¿Y qué se supone que ibas a hacer...?

— Usar una cámara pequeña, eso es lo que hay en la caja

— ¿Hum? ¿Sucede algo? — La pregunta del cajero

— ¡N-nada! — Respondió Tsubaki rápidamente para no levantar sospechas.

Mientras tanto, Miku, que se tomaba del cabello escondida en el suelo, pensó que este día estaba siendo un martirio total.

No culpaba a Tsubaki, una chica con el hambre de querer saber de todo era una característica digna de alguien que sobresaldrá. Solo estaba en esa clase de recuperación por una nota que no le deja avanzar temporalmente.

Pero para ella, que ahora en su vida no hay un interés peculiar por nada o esforzarse por algo, simplemente el hecho de hacer ese tipo de cosas vergonzosas no valen la pena ahora que es una adulta.

Una adulta......

[Tomar lo que uno quiere porque es capaz de hacerlo....]

¿Hasta dónde llegaría su profesor con una chica?

Si quería saberlo, porque ese era el caso, debía hacer algo. Miku vio fijamente el picaporte de la puerta que la separaba del sinsentido por el que había desperdiciado su mañana entera.

En serio, no tenía por qué estar allí, no existía obligación que la atara a abrir la puerta y tomarse tantas molestias como seguir espiando algo que de verdad sentía que no le incumbía.


...





...


Pero fue quizá una sensación más allá de la curiosidad la que hizo poner a funcionar su cerebro como loco una vez más.

Solo esta vez; ella actuaría más de la cuenta.

— Tsubaki, en dos estanterías a la derecha está el parlante que pone la música de ambiente, anda súbele el volumen al máximo

— ¿Qué? ¿Por qué- [¡La cámara no está!] — Alarmada, Tsubaki buscó la cámara entre sus bolsillos, hasta que Miku volvió a acaparar su atención tocando su hombro.

— La tengo yo, voy a entrar así que necesito que vayas y distraigas al cajero.... confía en mi — Afirmó Miku con seguridad.

— .... — Tsubaki lo dudó, honestamente, sabía bien que la había llevado a rastras hasta este punto, pero la idea de Miku también sonaba divertida. Confiaría en la seguridad de las palabras de.... la pelirroja.

Ella sabía también que aún existía una barrera entre ambas.

Aún así sonrió.

— Bah, pues ya qué — Subiendo ambos brazos a los lados, acató la orden sin más remedio y se dirigió a los estantes adyacentes, encontrándose allí con el aparato.

Obviamente haciendo que el cajero la notara.

— ¿Señorita? ¿Qué está- espere, aléjese del parlante, ¡Señorita!

— Oh, tiene botón de bluetooth...

En cuanto oyó al cajero llamar a seguridad, Miku supo que debía taparse los oídos mientras deshacía el seguro de la puerta con unos pasadores para cabello.

Y entonces....


































¡¡¡VEN Y SANA MI DOLOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOR!!!

https://youtu.be/E7t47xKiTCM











— Cielos.... justo a tiempo, supongo — Con el ruido invadiendo el lugar, Miku soltó un suspiro mientras abría la puerta.

Por una extraña razón, sintió que debía voltear a ver si Tsubaki estaba bien. Quizá estaba preocupada, quizá.

....

La chica de la cola a un lado estaba siendo llevada entre dos tipos de seguridad fuera de la tienda.

— ¡Llévensela oficiales!

— ¡¡YA MEMORICÉ SUS ROSTROS!! ¡¡SABRÁN DE MI CUANDO SALGA DE LA CÁRCEL!!

— ¡Esta chica tiene mucha fuerza!

— ¡Parece que tendré que usar la cuchara!

— ¡¡ESO ES DEMASIADA VIOLENCIA!! ¡¡VIVA DADDY YANKEE!!

Miku suprimió una risa para no ser descubierta, y como un sentimiento de complicidad, ambas se alzaron el pulgar al mismo tiempo.

Ahora eran cómplices.

Sin saberlo, ella también sonrió. Ahora era tiempo de entrar y descubrir la verdad.

Y vaya verdad.

— M-más~

El sonido característico de una doncella recibiendo placer fue lo primero que encontró allá dentro, seguido del rechinar de los andamios donde se guardaban los libros de connotación erótica en un movimiento rítmico.

— Haah.... maldita sea, el volumen afuera sí que estuvo alto, tus trabajadores son unos incompetentes...

Pudo oír la voz de su profesor quejándose entre jadeos. Bueno, era bastante evidente incluso para ella, que quiso negar toda la mañana lo que en verdad estaba sucediendo entre esas dos personas a las que estaba viendo actualmente.

— ¿A-a quién le... uhm... i-importa eso....? P-Por favor continúa- ¡AAHH~! ¡UFF! ¡SÍ, JUSTO ASÍ!

Aquel chillido comenzó a enrojecer la cara de Miku gradualmente.

— Mejor aprieta ese trasero, ya no voy a ir tan despacio

— E-espera, ¡¡HYAAA~!!

Pero vaya, lo que podía hacer su profesor siempre la sorprendía y esta vez no sería la excepción. Miku iba a aprender una nueva lección en ese instante al verlo.



































Teniendo sexo.





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著者のコメント- CA:



Poco a poco el pasado se va desvelando y el acto sesual atiborrando el escenario....


EOOOOOOOO

Esta vez me demoré menos en sacar capítulo y eso que mis clases me están matando.

Hablando de eso, no miren ahora, pero había soltado esta nueva parte hace unas horas cuando estaba en clases.

No obstante, como wattpad de celu es una reverenda cagada me malogró el proceso de escritura y tuve que anular la publicación para rehacerlo y que quedara perfecto.

Pero eso no es relevante ahora, díganme, ¿Qué tal estuvo el  cap?



Miku pensando en lo que verá el próximo capítulo 😈


Bueno ya ahora sí, nos olemos luego, gracias por leer y todo eso que dicen los autores antes de despedirse.

Adiuuuuuuuuuuuuuuu~


つづく

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