26

Me encuentro confundido y pensativo...

Estar en el salón cuando no hay nadie es mucho mejor que estar en pleno recreo, le pedí a mis amigos que me dejen solo, pensaba escribir para estar tranquilo, pero mi mano solo alejo mi cuaderno de mi, y volví a abrazar mi rostro poniendo la cara en medio de mis brazos.

Se ira...

Se ira de Transilvanía, lo que siempre desee desde que llego a pisar este salón.

Se supone que debería estar feliz... pero en lugar de eso me siento...

Triste...

Vacío...

Debería estarlo celebrando... no lamentándome...

Yo...

Demonios...

...

Levanté la mirada hasta que me barbilla toco la carpeta, me quede mirando mi décimo cuaderno de mi libro, lo más irónico es que el protagonista de mi historia, esta igual de triste que yo ahora.

Estoy queriendo soltar lagrimas, o al menos eso quiere mi corazón, pero mi mente hace que esas lagrimas que quieran salir solo sea una ilusión. 

¿Qué carajo me pasa?

Todo parecía tranquilo, quería descubrir lo que tiene mi corazón, y lo que pensaba mi mente, porque ambos en este momento están batallando, para saber quién es el ganador, pero solo puedo decir que: El que va ganando es mi corazón.

- ¡Yugi! - Escuche una voz irritante, demonios en el peor momento tenía que venir la maldita niña genio. La mire y vi como se acercaba  hacía mí. - Vengo a reclamarte, y esta vez no me iré hasta recibir un beso.

- ¿Sigues con la misma cantaleta acosadora? - Hable fastidiado.

- No me iré de aquí hasta recibirlo, y si no me lo das le contaré a mi mami el resto de las travesuras que has hecho en este colegio.

- ¿Te estas revelando, eh? - Hable incrédulo mientras me levantaba. - Pues no me importa, ahora vete a jugar con tus muñecas o aprovecha en otra cosa otro segundo de tu patética existencia.

- Grrr. - Hizo un puchero enfrente de mí. - ¡Quiero mi beso!

En eso vi que el profesor Sennen estaba por entrar al salón, hasta otro profesor se le puso enfrente para charlar. se quedaron conversando desde la entrada de la puerta. Y no se por qué razón sentí un impulso de demostrarle que no me importa nada de lo que ocurrió en mi casa ayer, vi a la gringa enana enfrente de mi haciéndome ruegos a regaña dientes exigiéndome un puto beso, pero mi mirada estaba más atenta a esos ojos opacos y sangrientos de ese chupa sangre.

Cuando vi que el otro profesor con el que conversaba se alejo, este retomo su camino para entrar, y por instintos calle a esa niña besando la pequeña comisura de sus labios, juro que me arrepiento de haberla besado, fue un pico pequeño, pero hasta yo mismo me desagrado, y me incomode más cuando sentí que alguien nos observaba, creo que ya sabrán de quién estoy hablando, me separe rápido y al verla contemple su cara de sorpresa.

- ...

- ¿Qué?, ¿No era lo que querías? - Dije molesto y la agarre de la muñeca jalándola hasta estar fuera del salón. La saque fuera y esta solo se quedo parada dándome la espalda, ¿Enserio sigue en shock? Me cago en...

Al maldecir por mis adentros cerré la puerta corredera, y escuche los gritos de alegría de esta niña, mierda.

Al darme la vuelta vi que el profesor Sennen me miraba serio y cruzado de brazos enfrente del pizarron.

- Creo que ya había hablado de este tipo de conductas en mi clase.

- Pf, no estamos en clase, es recreo.

- Lo que es una fortuna, sino ya los hubiera dejado en la dirección.

- Wow, que carácter, al parecer alguien esta molesto.

- Molesto queda corto. Yo diría celoso.

- ¿Celoso? - Levante una ceja de forma incrédula sin dejar de mirarlo. - ¿Por qué la razón?

- Creo que con todo lo que hemos estado viviendo ya sabrás la respuesta, no hace falta que preguntes.

- ¿Cosas que pasaron? - Hable y me acerque a mi carpeta. - ¡Ja!, No tengo ni idea de lo que habla.

- Si quieres hacer como sino paso nada haya tú. Pero para mi cada mirada. - Dijo mientras se me acercaba. - Cada roce. Cada beso. - Llegó enfrente de mí mientras me miraba desde arriba. - Es un recuerdo plasmado en mi memoria con candado de oro.

Trague en grueso sin dejar de mirarlo.

- ¿Y eso quiere decir...?

- Que es importante para mí.

Mire a otro lado, es imposible no tomarse sus palabras enserio con esos ojos tan profundos que hace que te pierdas en ellos, mi corazón habla, y le hace bromas a mi cerebro, no, no de nuevo.

- Pare. - Susurré.

La verdad no estaba ni con ganas de verle, no quería ni otorgarle ni una palabra. En sí, estoy cabreado, no puedo creer que se valla a ir, aun sigo pensando que es una puta broma, y eso si, esta es peor de las tantas bromas que yo habré hecho en el pasado.

- ¿Por qué? - Preguntó.

- No quiero ni hablarle.

- Jaja. - Río leve. - Ya lo estas haciendo Muto.

- No me haga caso. - Pedí.

- Lo estoy haciendo.

- No lo haga.

- Muy tarde para eso.

¿Por qué mierda hablábamos susurrando y de forma profunda?

- ...

- Muto...

- ¿Mh?

- Se que no es momento pero, no puedo evitar decirte que te quiero.

- No soy el único a quién se lo dijo. 

- ¿Y por eso te molestas?, ¿Querías ser el primero?

- Eso no es lo importante.

- ¿Entonces?

- Quiero que me explique todo.

- ¿Qué cosa? - Hablo confundido.

- ¿Desde cuando conoce a mi papá?

- ...

No me respondió, me miraba sin hacer nada, nuestros ojos estaban a linea contemplándose fijamente sin querer perder la batalla de miradas, el que la apartaba perdía, y era porque algo ocultaba.

- Yo... lo conocí desde que era joven.

- ...

Estoy atento a todo lo que habla.

- Él... era mi mejor amigo... 

- ...

- Y mi primer amor.

- ¿Qué? - Hablé sorprendido.

- Fuimos pareja antes, pero me marche.

- ¿Se marchó?

- Si.

- ¿Por qué?

- Mi familia me quería alejar de él, dijo que yo me alejaba, o ellos me alejaban de él.

- ¿De qué manera?

Él me miro alzando leve una ceja y dejando que su cabeza se inclinará a un lado un poco. Esa mirada decía varias cosas, y al analizar bien todo, entendí esa mirada.

- Oh, entiendo.

- Yo lo amaba, pero tenía que hacerlo.

- Pues mi papá no lo iba a esperar, porque me tubo a mi con alguien más.

- Lo sé.

- Ahora entiendo por qué mi papa se veía tan molesto al verlo.

- Y comprendo que este molesto. - Aparto la mirada de mí. - Después de dejarlo seguro en su casa me fui, pensé que podía protegerlo, pero, en esos tiempos fui muy débil. - Vi como sus manos se hacían puños  y fruncía leve el ceño. - Y no pude hacer nada.

Quede callado por un momento.

- Ya veo.

- Quisiera enmendar las cosas con él, pedir disculpas, pero no me quiere cerca de su burbuja personal.

. . .

- Mire...

Vi que cuando solté una palabra de mis labios levantó la mirada para verme.

- Intentaré hablar con él del tema, y para que lo perdone.

- ¿Ha-hablas en serio? - Es la primera vez que lo escucho hablar tartamudeando, creo que no se cree lo que estoy diciendo.

- Si. Haré lo que pueda.

Se quedo callado, hasta que despertó de su ensoñación y respondió.

- Gracias.

- Pero con una condición.

- ¿Cuál? - Pregunto.

- El día del concurso de historias, quiero que este presente y me vea ganar.

- ¿Ganar? - Dijo burlón.

- Si, ganar, porque yo seré el ganador de ese concurso.

Él solo sonrió.

- Al menos antes de que se valla, quiero que este presente cuando triunfe.

- Esta bien Muto, estaré ahí.

- Gracias.

Al menos así podre retrasar su partida, las clases de este año acaban en un mes, y el concurso es en dos meses, así estará por un tiempo más cuando sea verano.

Después de eso...

Adiós...

Maldito Literario.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top