Capitulo siete

Sus piernas bien depiladas corrían por las calles llena de gente, las personas le miraban con asombro, pero al notar que al frente había una feria llena y a la vez salía un auto mando sus tacones a la mierda y se los quito para comenzar a saltar por los tejados para llegar rápido a su destino. La razón por la que hacia eso era que estaba llegando tarde a su trabajo, es que mira ¿Quién manda a las personas hacer ajetreo cuando él va más atrasado que la mierda? Nadie e igual lo hacen, es como si les pagaran para que hiciera ejercicio. Seguro Karma les pagaría un sueldo completo al verle en moviendo.

Agito si cabeza de forma rápida, no tenía que pensar en su triste vida romántica y sin esperarlo ya veía la entrada de la escuela. Al llegar a la entrada se miró en los espejos de un auto cercano y se comenzó a arreglar y saco de su bolso un lápiz labial para no verse con la cara de poto que según el tenia.

-¿Hinata-sensei que está haciendo?- escucho la voz de su yo del pasado haciéndolo pararse derecho y esconder su lápiz labial detrás de él.

-Nada, solo arreglando mi cabello- dijo mientras se peinaba con sus largos dedos.

-¿Y porque tan agitada eh?- y esa voz le llego como ladrillo. Akabane Karma estaba sujetando su cabeza sobre el hombro de Nagisa.

-Esto, corrí por toda una feria llena de gente, razón tengo por estar tan cansada- conto con un puchero.

-¿Y porque anda descalza?- y ahí fue cuando se fijó que sus pies estaban al aire. No sabía cómo reaccionar. Lo único bueno de eso es que se había pintado las uñas y se veían hermosas a la vista.

-Mierda, verdad que los tire- susurro mientras maldecía su tonta acción.

-¡Chicos! Miren- y al darse la vuelta estaba Maehara detrás con sus tacones- venia caminando y de los tejados cayeron estos tacones- y mientras lo contaba los mostraba ya que a la luz del sol brillaban.

-Maehara-kun, esos tacones son míos- dijo el profesor del futuro mientras se acercaba a su alumno para dejar de sentirse enano ante sus ex-compañeros.

-¡oh! Quien iba a decir que estos tacones que cayeron de los techos iban a ser... ¡¿SUYOS?!- Grito sorprendiendo a los demás y asustando a su profesor travesti, aunque ese pensamiento le daba un dolor en el pecho del adulto.

-Sí, es que había un montón de gente y si no hacia eso iba a llegar tarde y no llegaría a tiempo para hacer sus clases- justo también ese día a primera hora le tocaba dar clases, si toda la gente estaba en contra sí.

Todos se quedaron callados, Karma le miraba de pies a cabeza. Una persona con tan pequeño y delicado cuerpo tenía una gran agilidad e instinto asesino o una gran mente para el ataque sorpresa. Después de unos minutos los ojos verdes le miraron, algo tenían, pero él no sabía el que. Su profesor mostro una sonrisa de oreja a oreja mientras caminaba a la entrada con esos grandes tacones.

-Ella tiene algo- susurro y vio como Nagisa-kun asentía en acuerdo a su frase.

-Algo que la hace distinta a todos- le acompaño el chico de menor estatura que tomo su brazo- apurémonos Karma-kun- sonrió logrando la tranquilidad en el chico pelirrojo.

Caminaron en dirección a la colina, esquivando cada animal u objeto que estorbara su misión de llegar a tiempo al salón de clases, pero lo que se encontró la pareja de amigos los dejo sin habla. Koro-sensei tenía una bolsa de regalo y se la estaba entregando a su profesora.

La joven solo sonrió y se fue al salón dejando al pulpo fuera con sus alumnos que estaban todos escondidos detrás de una esquina.

-¿Tendrán un romance?- Pregunto Kanzaki-san.

-¿Cómo piensas eso? Nadie puede enamorarse de eso- dijo Nakamura sin culpa.

-¿Pero entonces porque le entrego un presente?- Pregunto Kayano-chan a la rubia.

-¿Tal vez un regalo entre profesores como bienvenida?- Sugirio Sugino-Kun, pero las chicas no le hicieron el mísero caso.

-Tal vez aunque no quieran admitirlo quieran algún romance en el salón- Susurro Maehara que recién había llegado y después de decir eso todos los chicos asintieron.

Y entraron al salón todos, eso sorprendió al profesor que estaba a punto de saltar de felicidad hasta que vio como Karasuma-sensei traía a rastras a Terasaka-kun, eso provoco que el aura de felicidad se fuera a la mierda, enserio sus compañeros eran tan hijos de... Mejor no decir nada.

-Alumnos hoy tenía una clase sobre asesinatos de la historia de Japón para que tuvieran ideas de como matar a Koro-sensei, pero parece que no les interesa- Al decir eso muchos gritaron frustrados- Pero a cambio quiero que tomen atención a lo que escribiré en la pizarra- Con una tiza comenzó a escribir el título y objetivo de esa clase.

"Leyendas de Japón"

-Quiero que hagan una obra de una leyenda de Japón y después introduzcan un asesinato en ese suceso, los grupos serán al azar con esta hermosa cajita- saco de su mochila una caja blanca y la sacudió para que se escucharan los papeles en su interior.

Es en ese mismo momentos que todos se sintieron morir, si les tocaba a alguien que no tenían buena interacción su trabajo se ira a la basura.

Mientras todos pensaban eso. Nagisa-Kun le llego un pensamiento dulce y amargo a la vez, al ver como iba la clase.

"Parece una clase normal, como si nuestro deber no fuera matar al que destruyo la luna"


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