29

Su saliva pasó por su garganta como si quemara y su mano apretó la bolsa que llevaba en su mano izquierda, a la cual se aferraba como si fuera un salvavidas.

- Hey, relájate, no van a comerte.

- Eso dices tú.

Yoongi entrelazó sus dedos mientras caminaban por el cendero de piedras y flores que su madre tanto se preocupaba por mantener. En su mano, una bolsa de papel madera con un vino caro para almorzar y en la otra mano, Jennie.

La castaña llevaba una bolsa del mismo material y de una cara pastelería por la cual habian pasado temprano. Llevarían algunos bocadillos dulces y masas finas para la hora del té que, su familia religiosamente cumplía.

Una vez frente a la puerta, el mayor besó la naricita de su novia y le sonrió de forma tranquila.

- Lo haras genial, deja de preocuparte. -acarició con su pulgar su mano y luego la apretó.

Ambos se separaron y Yoongi tocó el timbre de la casa en la cual creció. Tomó aire, fingía estar relajado pero en el fondo los nervios se lo estaban comiendo aunque debia mostrarse impasible y darle apoyo moral a su chica.

La puerta abriendose lo distrajo y unos brazos graciles y femeninos lo abrazaron por el cuello.

- ¡Cielo! ¡Es tan bueno verte de nuevo!

- Mamá. -se quejó. -Nos vimos hace dos semanas.

- Callate, malcriado. -y golpeó su nuca con su mano. -Si yo no te llamo tu no lo haces. Yoongi rodó los ojos y quiso decir algo pero la atencion de su madre se volvió en torno a su acompañante.

No sabia que decir, no podía descifrar su mirada. Si le molestaba, si le parecía linda o si simplemente era una observacion extenuante.

Una sonrisa algo rara se formó en sus labios.

- Tu debes ser la novia de Yoongi.

Jennie hizo una reverencia perfecta de inmediato y saludo de forma respetuosa.

- Es un placer conocerla, se-señora Min. -no pudo evitar tartamudear.

La señora Min imitó la accion y se hizo para atras, dandoles espacio para entrar.

- El gusto es mio, cariño. Pasen, pasen, no se queden ahí parados.

Los dos entraron y Jennie pudo admirar la casa en la que su novio habia sido criado.

- ¿Taehyung esta aquí?

- En su cuarto con Rosie. -asintió. -Ve a bajarlos, asi conocen a tu novia. -sonrió y extendió su mano. -Ven conmigo, querida.

La nombrada miró a su novio y éste le guiñó el ojo en señal del apoyo. Ella caminó detras de su suegra y llegaron hasta la cocina. Vio que habia un poco de desorden y los cubiertos listos para ser puestos en la mesa.

- ¿Quiere que la ayude con algo, señora Min?

- Gracias, sería de mucha ayuda... -pregunto tacitamente su nombre.

- Jennie.

- Jennie, lindo nombre.

- Gracias. -volvió a reverenciarse.

- ¿Podrías poner la mesa, por favor?

- Por supuesto.

Jennie agarró lo que mas pudo con sus manos y caminó hasta la que, imaginó, sería la mesa donde almorzarian. Vio los individuales y los vasos ya puestos. Comenzó a ubicar los platos y cuando terminó, empezó con los cubiertos, todo bajo la atenta mirada de su suegra.

Escucharon pasos bajando la escalera.

- ¡Oh! ¿Esa es tu novia, hyung?

- Ahhh~ que bonita. -dijo una voz femenina junto a la otra que nunca había escuchado.

Dos personas se colocaron en frente suyo. Un hombre joven, mas que su novio, con cabello castaño claro y una sonrisa brillante y cuadrada la saludó junto con una bella muchacha, le calculaba la misma edad o un poco menos y era preciosa. Cabello negro y ondulado, alta, piernas largas, delgada, podría ser modelo.

- Hola, soy Min Taehyung. -se reverenció. -El hermano menor de tu... novio. -se burló y rió aunque Yoongi le hubiera golpeado en la nuca como su madre.

- Hola, soy Park Chaeyoung pero todos me dicen Rose. -imitó a su novio. -La novia de tu... ¿cuñado? -preguntó igual de divertida.

- Hola, soy Kim Jennie, es un gusto conocerlos. -se reverenció a noventa grados algo nerviosa.

Rosé se acercó sin vergüenza y acarició sus mejillas.

- Que suaves, tu piel es muy linda. ¿Que mascarilla usas?

Deja vu.

Antes de que pudiera contestar unos pasos mas lentos bajaron por la escalera. Un hombre imponente y de la misma altura que su novio se acerco.

La observo y luego a Yoongi, luego a ella y despues a su otro hijo y nuera.

- Papá, ella es mi novia, Kim Jennie.

- Un placer, señor Min. -mostró sus respetos educadamente. El hombre la imitó y algo serio contestó su saludo.

- El placer es mio, Jennie.

- Oh, aquí estaban todos. -la mujer mayor apareció. -El almuerzo ya esta listo. Yoonie puse los dulces en el refrigerador.

- ¿¡Trajiste dulces!?

- No para ti, mocoso.

- ¡Hyung!

Jennie pudo observar como los hermanos se peleaban y discutían pero notaba el amor en sus ojos cuando se veían y las pequeñas sonrisas que trataban de ocultar.

- Vamos, Jennie. Podemos sentarnos juntas. -Chaeyoung tomó su brazo y la llevó hasta el comedor.

Los hermanos siguieron a sus novias una vez que las vieron alejarse y caminaron detras de ellas. Se miraron tratando de hablar pero no sabían que decirse.

Era como si todos ignoraran lo increiblemente joven que parecia Jennie. ¿Tal vez tenía el secreto de la juventud?

Todos se sentaron y comenzaron a servirse comida.

- No seas timida, Jennie. Espero que te guste lo que prepare, no sabía tus gustos.

- Gra-gracias, no se preocupe por eso.

- ¿Por qué no nos presentamos todos? Es la primera vez que Yoongi trae una chica a casa... -dijo Taehyung tratando de molestar. Y lo consiguió.

El pelinegro gruñó pero todos aceptaron.

- Bueno, soy Min Sunhee y soy la madre de estos alborotadores, Jennie. Puedes llamarme como quieras, querida. -dijo tranquila y mirando a su marido para que siguiera.

- Soy Min Youngsoo. -asintió con su cabeza y su presentacion fue... eso. No era muy hablador pero su mirada calida y sus ojos suaves le sacaron el miedo a Jennie.

- ¡Ahora yo! Soy Min Taehyung. -dijo masticando. -Tengo veintisiete años y soy tu cuñado. -rió. -Soy fotografo de Vogue Korea.

Jennie abrió sus ojos en grande. Eso debía ser genial.

- Vaya...

- Deja de presumir.

- Estoy haciendo mi presentación, hyung. -hizo un puchero. -Ahora tu, calabaza.

- Soy Park Chaeyoung. -dijo con vergüenza. -Tengo veinticinco años y... soy modelo de Vogue.

¡Asique no estaba tan errada! ¡Por supuesto que sería modelo! ¡Es hermosa!

- A-ah, es un gusto estar con us-tedes. -se trabó un poco al no saber que decir, Yoongi puso su mano en su pierna.

- Ahora tu, Jennie. -incitó Taehyung.

La chica miró a su novio y este asintió. Bien, que comience la fiesta...

- S-soy Kim Jennie, uh... la novia de Yoongi oppa. -se ruborizó.

- ¿De que trabajas, Jen? -dijo Chaeng.

- Oh, yo... yo no trabajo. -se mordió el labio mirando.

- ¿Tienes algo en mente? -la madre de Yoongi preguntó.

- Ah, no. Aun no he pensado que quiero hacer en el... futuro. -susurró mirando al pelinegro.

- Disculpa la pregunta, Jennie. -la madre habló. -Pero, ¿cuantos años tienes?

Su boca se secó y la mano que Yoongi estaba sosteniendo se apretó en la del mayor. Su corazon empezó a latir fuertemente y su novio notó lo nerviosa que se habia puesto.

Empezó a pellizcar su mano para que lo mire. Lo hizo. Jennie clavó sus ojos en él y suplicó un poco de ayuda, permiso para mentir o algo parecido. Yoongi negó. Quería que dijera la verdad. Ya habian discutido ese tema y el mayor se negó a mentir sobre la edad de su novia, no sería correcto y si no podian aceptarlo entonces... entonces se iría con ella.

Jennie volvió su vista a sus suegros. Tragó duro y se armo de valor.

- Ten-tengo diecisiete años, señores Min.

Un silencio de formo en la mesa. Chaeyoung bajó su vaso, Taehyung dejó de devorar, el padr posó su pesada mirada en ellos y la señora Min abrió sus ojos en grande.

Una carcajada se hizo escuchar y las risas del menor de los Min retumbaron mientras todos lo miraban.

- Buena esa, chicos. -Taehyung comenzó a reir un poco menos y fingió secarse una lagrima. Yoongi y Jennie se miraron. -Ahora ya, en serio.

- Taehyung.

Su hermano mayor lo llamo y le dio una mirada seria. El castaño abrió su boca sin poder creerlo.

- Perdona... creo que no he escuchado bien. -dijo Sunhee simulando estar confundida. - ¿Cuantos años dijiste que tenías?

Jennie puso una expresión muy triste en su rostro pero que trato de disimular, sabia que ir ese dia no era una buena idea.

- Diecisiete. -volvió a decir bajito pero claro. Avergonzada se mantuvo en su asiento mientras Yoongi miraba el rostro de su familia. Estaban consternados.

- Vaya... eres muy joven. -dijo Rosé tratando de hacer el ambiente ligero.

- Demasiado. -Taehyung siguió. -Menos mal, creí que eras un vampiro.

- ¡Amor!

- ¿Qué? De verdad lo pense.

- No es momento. -susurró a su oído, viendo la situacion entre los padres y la pareja reciente.

La madre de Yoongi estaba congelada en su asiento y su padre no decia nada. Simplemente miraba un par de segundos a la niña y luego a su hijo.

La madre de Yoongi carraspeó y no supo que decir. Abrió su boca pero las palabras no salieron, estaba consternada.

El mayor suspiró y supo que era su deber el aflojar el ambiente aunque la tarea fuera complicada. Sus padres estaban rigidos y batallando con sus pensamientos.

Jennie bajó la cabeza, timida, avergonzada y volviendo a ser la introvertida chica con la que nadie quiere juntarse en la escuela. Su novio, al ver esta actitud, se sintió impotente. Ya bastante había pasado en la escuela como para que le pase en la casa de su infancia, aquella que debería hacerla sentir bien.

Su mano continuaba en su pierna y, tratando de calmarla, apretó un poco mas sobre su muslo cubierto por una falda denim. Jennie, lejos de sentirse tranquila, gimió bajito por el dolor.

Yoongi frunció el ceño al ver la expresión en el rostro de su novia. ¿Tan fuerte le habia apretado? Solo quería acariciarla...

Su mente hizo un click y, sin importarle el momento tenso que se estaba desarrollando allí, con su enorme mano subió la falda de su novia.

Abrió la boca y un jadeo sorprendido salió de su boca.

Un moreton.

Un maldito moreton del tamaño de su palma que tendría pocos dias, estaba violeta, casi amarillento o verdoso. Y se veía doloroso.

Maldijo en su mente.

No se contuvo. Maldijo tambien en voz alta y en frente de todos. Se paró precipitadamente y apoyó sus manos en la mesa, mirandola con enojo e impotencia, en frente de toda su familia.

- ¿Cuando tiempo ibas a ocultarmelo, Jennie?

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