23

- Esto esta mal.

- Muy mal.

- Te ves muy relajado sabiendo que podemos meternos en problemas.

- Me veo relajado cuando estoy contigo.

Jennie rodó los ojos, a su novio nunca le importaba nada cuando estaban juntos, ni siquiera la posibilidad de ser vistos por alguna autoridad de la escuela o un alumno.

- Deberíamos volver.

- Aun falta para que toque el timbre, quédate conmigo. -la abrazó mas fuerte por la espalda haciendo que su cuerpo chocara contra tu torso.

- Yoonie...

- Amo cuando me dices asi. -comenzó a repartir besitos dulces y tiernos en su cuello y detras de su oreja.

Jennie no pudo resistir mas ante la tentación y se dejó abrazar y mimar por su novio.

Yoongi era increible, cambiaba su humor en segundos y la convencia de cualquier cosa aun mas rapido.

Se encontraban en la azotea del instituto, del lado del jardin botanico que habian construido hace años pero que habian dejado sin uso. El lugar estaba practicamente vacio y Yoongi vio en el una linda oportunidad de pasar los recreos sólo con su novia rodeado de bellas flores.

- Aun estoy enojado contigo.

- No es para tanto...

- Hubiera sido bueno que me avisaras antes de este lugar y no tener que encontrarlo. -besó su mejilla. -Si no lo hubiera visto tal vez ahora no estaríamos pasando tiempo juntos.

- Claro que si, encontraríamos la manera.

- ¿Tu crees?

- Eres capas de encerrarme en el salon de ser necesario.

El pelinegro rió dandole la razon. -Ya me conoces bien.

- Cada día aprendo mas cosas de ti.

- Bueno, llevamos saliendo tres meses, sería raro que no supieras nada de mi.

- ¿Tres meses? Wow.

- Si bebé, los primeros tres de muchos.

Jennie se dio vuelta para poder besar los labios de su novio mientras el afirmaba su sus manos en la cintura pequeña y femenina de la chica.

Se besaron lento, con armonía y sin intenciones de separarse en un tiempo largo. Movian sus labios de forma sensual y sin prisas mientras se acariciaban de la misma manera.

Yoongi adoraba esos besos y sabia que ella tambien, un beso en su cuello podría hacer estragos. Continuó acariciando su espalda y luego peinó su cabello castaño pero algo oscuro.

Se separaron con los ojos entreabiertos y se sonrieron con amor. Jennie amaba esas miradas, sentía que era la unica en el mundo de Yoongi y eso la llenaba de placer y orgullo.

- Sabes, estaba pensando...

- ¿En...?

- Tengo muchos amigos en Seúl que quieren... conocerte.

- ¿Hablaste de mi? -preguntó.

- No, fueron Jin hyung y Jisoo. Los dos son unos bocazas y le contaron al resto que estaba contigo. 

- Oh...

- Si... me gustaria, uh, llevarte a Seúl un fin de semana. -dijo sin mirarla y algo sonrojado.

Aquella accion le dio ternura.

- ¿En serio? ¿A mi? ¿A Seúl?

- Si, Jen. ¿Te gustaría?

Jennie se mordió el labio algo contenta y sin poder contener mucho su sonrisa. ¡Por supuesto que le gustaría! Conocer la famosa capital y alejarse de ese horrible pueblo sería genial.

- Claro que si, me gustaría mucho. -sonrió aunque se dio cuenta del detalle. -Pero no se si sería posible... Jisung...

- Lo sé, tambien lo tuve en cuenta.

- Lamento no poder ser una novia normal. -bajó su cabeza algo triste.

Si fuera una chica normal ahora estaría viajando con su novio y despidiendose de sus padres para pasar un lindo fin de semana con el pero la realidad no podía ser mas diferente.

- Oye, no digas eso. -subió su mentón para que lo mirara. -Eres mi linda novia y lo que tocó vivir a ti es una injusticia que podría haberle pasado a cualquiera, no es tu culpa. Nunca lo será. -abrazó su cuerpo pequeño con fuerza y besó su frente para despues mirarla a los ojos. -Eres mi novia y te quiero como eres, no voy a mentirte, por supuesto que cambiaría la forma en la que vives si estuviera en mis manos pero no puedo y no sabes lo impotente que me siento todos los dias cuando te veo entrar a tu casa.

- Yoonie...

- Claro que me importa donde y con quien vives porqué como tu novio debo protegerte y darte seguridad y eso es lo que prometí hacer, ¿cierto?

- Cierto.

- Eso tambien significa hacerte feliz, ¿verdad?

- S-si... -contestó sonrojada.

- Entonces tratemos de pensar en una forma de que tu padrastro no se entere que vendrás conmigo a Seúl.

- ¿Aún quieres llevarme?

- Por supuesto, no volveré a ir sin mi chica.

Jennie se abrazó a su pecho con una enorme sonrisa y el corazon latiendole a mil. Amaba cuando Yoongi hablaba asi de ella y se mostraba protector. Era tan apuesto y masculino.

Simplemente perfecto.

- Todavía no se como lo hice.

- ¿Que cosa, cariño?

- Qué te quedes a mi lado. Debo haber sido una muy buena persona en otra vida...

- Tambien lo eres en esta.

La castaña besó sus labios favoritos y sonrió durante el beso cuando Yoongi comenzó a darle pequeños picos de forma rapida y algo bruta.

- ¡Yah! ¡Oppa!

- Ahora te gusta decirme oppa...

- Debo hacerlo, eres mucho mas mayor que yo.

- ¿Me estas llamando viejo?

- Tal vez... -se levantó, alisó su falda y se dió vuelta para darle una mirada algo atrevida por el hombro. -Pero no puedo evitarlo, se ve que me gustan mayores...

Le guiñó un ojo y salió caminando hasta las escaleras, el timbre sonaría pronto. El profesor negó divertido.

- Si sigues escuchando esa musica te desinstalare Spotify.

- ¡Ya se ir a la tienda!

- ¿Ya sabes donde queda?

- Muy gracioso. -Jennie le sacó la lengua antes de bajar y su novio le dedicó un guiño.

Yoongi esperó unos minutos para poder hacer lo mismo sin ser visto. Suspiró y mientras veía la sedosa cabellera de su novia desaparecer, pensó en lo afortunado que era.

Y en lo mucho que le gustaria cambiar la fortuna de Jennie... aunque ella pensara que tambien lo era.

🎹

Caminaba por el pasillo con mejor humor que de costumbre, estar con su novio siempre la ponía de buen humor.

Adoraba ver las sonrisas de Yoongi y poder tocar sus labios con libertad. ¡Era tan lindo! Era un hombre, si que lo era, pero no podía evitar sentirse cada vez mas y mas atraída.

Yoongi no solo le gustaba... no, definitivamente era mas que eso pero aún no habia podido descifrar sus sentimientos.

No se dio cuenta cuando una persona tocaba su hombro con insistencia hasta que sintió el tirón en su camisa. Se dio vuelta y se encontró con una de sus compañeras: Nayeon.

- ¿Hola?

- Lo-lo siento, no estaba prestando atencion. -se disculpó con una reverencia algo nerviosa.

- No hay problema, seguro te sorprendi. -dijo tranquila.

- ¿Necesitabas algo? -preguntó sin saber bien que decir, era su primera vez en años hablando con una chica sin estar peleando o fingiendo ser una matona para que la dejen en paz.

- Oh, yo solo... uhm... quería preguntarte algo.

- Claro. -dijo algo confundida, la gente no le preguntaba cosas.

Vio como Yoongi aparecia detras de Nayeon para caminar hasta su siguiente clase. Compartieron una disimulada mirada.

- ¿Te gustaría sentarte conmigo en el almuerzo?

Sus ojos se abrieron y su atencion cayó completamente en la chica.

- ¿Perdón?

Yoongi se sorprendió al oírla pero sonrió para si mismo y siguió caminando y pretendiendo que nada le importaba. Llegó a su salón y antes de entrar pudo ver a Nayeon sonriendole a una muy nerviosa Jennie.

- Bueno, solo si quieres...

- ¿Sentarme en... el almuerzo?

- Si.

- ¿En... tu mesa?

- Sip.

- ¿Con...tigo?

- Bueno, no sería solo conmigo. Momo y las demás estarían allí. ¿Conoces a Momo, cierto? -rió.

- Si, si las conozco...

- Oh, entonces en ese caso ya sabes. -enredó un mechon de cabello en su dedo nerviosa. -Si quieres venir con nosotras en el segundo recreo... puedes hacerlo...

- Es-esta bien. -tartamudeó sin creerlo.

- Será mejor que vayamos a clases, ¿no crees?

- ¡Si, vamos! -gritó sin contenerse. Sintió muchas emociones en ese momento.

Por primera vez alguien la invitaba a almorzar en el recreo, ¿sería una broma? ¿Podría confiar en ella?

Llegarón al salón y la puerta ya estaba cerrada, se habían demorado mucho en ir hasta el aula, de seguro la profesora estaría molesta.

Nayeon le dio una mirada de disculpa y tocó la puerta. La maestra de ingles les abrió algo sería.

- Saben que deben entrar a las 10 y media, chicas.

- Fue mi culpa, profesora. Entretuve a Jennie hablando en el pasillo pero prometo que no volveremos a llegar tarde. -sonrió de forma infantil para que Hani las dejara pasar.

La castaña se sorprendió cuando la profesora las dejó pasar y Nayeon levantó su pulgar hacia ella.

- Sientense.

Las dos obedecieron y Jennie sonrió para si misma mientras abría su cuaderno.

Tal vez confiaría en ella.

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