21

- ¿Nadie va a hablar, eh?

Yoongi aún tenía una expresión furiosa en su rostro. Estaba completamente indignado. Era su mas profundo instinto tratando de defender el orgullo de su novia.

Vio a un par de alumnos del medio hacer una mueca incomoda pero los mas tranquilos e inmutables, eran los del fondo.

Las porristas parecian esperar algun idiota para incriminar y los jugadores de futbol guardaban silencio ya que ellos no habian hecho la lista. 

Jay miró a sus compañeros, Zico y Chanyeol y los observó con la misma mirada despreocupada, ellos estaban limpios, no tenían nada para decir y por supuesto que no eran soplones.

Sabian exactamente quienes habian hecho aquella lista pero no abrirían la boca por nada del mundo.

Aunque la expresión en la cara del profesor Min diera miedo y ¡mierda que lo hacía!

- De acuerdo, estan todos en detencion el dia de hoy. -sentenció. -Cuando suene la campana vayan directamente al salon de castigos, estarán allí durante dos horas.

Los gritos se hicieron escuchar. Todos sus alumnos del medio y de adelante se quejaron. ¡Ellos no tenían nada que ver! Pero no querian que su vida escolar fuera un infierno, no podías ser soplon y no esperar una paliza a cambio. Era suicidio social.

Yoongi, igualmente, negó y se volvió a sentar detras del escritorio.

- Cuando terminen su tarea entreguenla. Una vez en detencion deberán hacer un informe con los libros de estudio sobre la musica clasica y su influencia sobre el comportamiento en los seres humanos. Y lo quiero para mañana, quien no lo entregue tendrá un uno en su nota final.

- ¡Pero...!

- ¡Profesor!

- ¡Hay algunos que no tuvimos nada que ver!

- Esto es injusto.

Yoongi hizo oídos sordos ante sus alumnos y continuó leyendo desde su escritorios mientras enviaba furtidas miradas hacia Jennie.

Su celular vibró en su bolsillo. Lo sacó de inmediato.

Jennie 🖤:
No debiste decir eso.
Estoy bien.

Me:
No lo estas. No puedo quedarme con los brazos cruzados.

Esto es demasiado.
Se han excedido.

Jennie 🖤:
Ya no importa.
Solo dejalos volver temprano asi podran olvidar todo este problema.

Me:
No lo haré.
Recibirán su castigo a menos que alguien me diga quien fue.

Jennie 🖤:
Sabes quienes fueron...

Me:
No, no lo sé.
Sólo soy el profesor, aun no conozco a nadie aquí.

Jennie 🖤:
Yoongi, solo dejalos ir.

Me:
No, Jen.
Ya no toleraré faltas de respeto hacia mi novia.
Lo lamento.

Jennie 🖤:
Tambien yo...

El timbre sonó, haciendo que guarde su celular y se levante de inmediato.

- Todos a detencion, ahora.

Los estudiantes se levantaron a regañadientes, incluso Jennie, quien siguió al resto sin mirar al profesor. No tenía ganas de hablar con el en ese momento. Quería que el día terminara y el lo hacia mas largo.

Yoongi la vio caminar con el resto y frunció el ceño, era obvio que no queria verle ahora.

Juntó sus cosas para ir al salon de detención hasta que se dio cuenta de algo. Tres alumnos se encontraban aun sentados en sus bancos. Dos algo dubitativos y otro con la mirada clavada en el.

- No pueden quedarse aquí. Vayan a detención, es una orden.

Dos alumnos se pararon y caminaron hasta la sala como él habia ordenado pero uno de ellos de quedó allí, observandolo fijo.

Se paró y caminó hasta su escritorio para ponerse justo en frente.

- ¿Si?

- Fueron las porristas.

- ¿Qué? -Yoongi ya lo esperaba pero no pensó que alguien las delataria.

- Bae Irene, Park Joy, Kim Yeri, Kang Seulgi y Son Wendy, ellas hicieron la lista ayer en la ultima hora y usaron la fotocopiadora de la sala de maestros para hacer las copias y dejarlas en las mesas de todos.

Min tragó duro. Aquella confesión de esa persona lo habia dejado desconcertado porqué ahora debia liberar del castigo a todos menos al grupo de chicas del fondo.

- Gracias por decirmelo.

- De nada, señor Min. Espero que pueda sacarnos el castigo y dejar allí a quienes se lo merecen.

- Ten por seguro que lo haré. -pensó un momento. - ¿Tienes pruebas?

- Puede hablar con la entrenadora de porristas, la profesora Hyoyeon y con el profesor de gimnasia, Hwayoung. Ellos saben que llegaron tarde al entrenamiento el dia de ayer y las horas encajan perfectamente.

- ¿Las viste hacerla?

- Todos las vimos, profesor.

- De acuerdo, ten por seguro que me encargaré del problema. Gracias por tu honestidad.

- Solo... ¿puede mantener en secreto que fui yo quien se lo dijo? -preguntó.

- Por supuesto, será algo entre tu y yo.

- Que alivio, gracias.

- Puedes ir ya a tu casa, ve con cuidado.

Asintió y se dirigió fuera del salon dejando al mayor mas enojado que antes.

Salió con su maletín y caminó hasta llegar al aula de los castigados. Una vez que entró, encontró a todos menos a uno (quien ya se habia ido).

Sin rodeos, comenzó a hablar serio.

- Las siguientes personas deberán quedarse en detencion durante dos horas. -carraspeó. -Bae Joohyun, Park Sooyoung, Kang Seulgi, Kim Yerim y Son Seungwan. El resto puede irse.

- ¿¡Qué!? -la cara de las porristas se transformo. Muchas de ellas indignadas, otras con miedo, una con culpa.

- Ya me escucharon. Pueden irse.

Todos tomaron sus cosas y salieron casi corriendo del salón. Haciendo una reverencia rapida (los alumnos y el maestro) dejaron aquel lugar casi vacio.

Jennie trató de ignorar las miradas de muerte que le daban las porristas y los jugadores de futbol. Corrió hasta los baños y allí se calmó un poco.

Fue a uno de los cubiculos y una vez que salió de el, fue al lavabo y se lavó la cara. Escuchó una puerta abrirse detras de ella y se asustó pero al ver a su novio reflejado en el espejo se calmó un poco.

- ¿Qué haces aquí?

- Te llevaré a casa.

- Puedo caminar.

- No quiero que lo hagas, por favor. -suplicó. -Dejame llevarte.

Suspiró y asintió para no discutir. De verdad no queria hacerlo. Nunca habia discutido con nadie por miedo y no lo haría ahora. Solo queria encerrarse en su cuarto hasta el otro dia.

Los dos caminaron juntos y procurando que nadie los viera. Llegaron al estacionamiento y se subieron al coche de Yoongi. Este manejó durante un par de minutos y cuando llegaron a la casa de Jennie, siguió de largo.

- Yoongi...

- Oppa.

- Te pasaste mi casa.

- Lo sé, no te llevaré a tu casa.

- ¿Qué? -frunció el ceño. - ¿A donde me llevas?

- A la mia.

🎹

- Preferiría estar en mi casa.

- Sabes que no es cierto.

Jennie suspiró, Yoongi tenia razón. Ningun lugar podría ser peor que su casa con su padrastro.

- De cualquier forma, no se si quiero estar aquí. -dijo bajito.

- Jennie. -la expresión del mayor se suavizó y prácticamente corrió para abrazar el cuerpo de su chica. -Sabes que nada de lo que digan es cierto, ¿verdad?

Ella se aferró a su espalda y apretó su camisa. Quería llorar, su dia fue horrible. Su autoestima estaba por el piso y su orgullo pisoteado. No le daba atencion a esas cosas ya que creía que estaba fuera del campo de vision de todos pero eso de verdad le dolió.

- Shhh, no llores, no llores cariño. Estas conmigo. -acarició su cabello y besó sus mejillas donde caían un par de lagrimas. Se separó para secarlas con sus pulgares. -Eres la chica mas hermosa que he visto.

- No tiene que mentirme para hacerme sentir mejor, está bien.

- No Jennie, no esta bien y no te miento. Jamas te mentiría, eres preciosa para mi. -besó sus labios de forma gentil y suave como un roze. -Eres la niña mas bonita de todas.

Besó ambos cachetes y le sacó varias sonrisas a la chica, quien comenzó a reír por las cosquillas.

- Ven conmigo. -la tomó del brazo y la llevó detras suyo hasta su habitacion. Jennie nunca habia estado allí.

Hizo que se sentara en el lado derecho de la cama, el de Yoongi siempre era el izquierdo.

Acarició con el dorso de sus dedos todas las facciones en la cara de la castaña. Desde sus lindos párpados, soplando sus pestañas, pasando por su tierna nariz, besó de nuevo sus cachetitos y delineó sus labios tiernos y suaves con dulzura.

Jennie cerró los ojos con gusto y luego sintió los labios de su pareja en su frente.

- Eres realmente hermosa, bebé.

Jennie mordió su labio, nunca le había dicho bebé, tuvo sentimientos encontrados. Por un lado se sintió muy menor para su novio pero despues se sintió tan cuidada y protegida. Le había gustado mucho el apodo.

Se dejó hacer cuando las caricias y sus labios volvieron a posarse en su rostro. Besó sus párpados, la punta de su nariz, sus labios, su barbilla, sus mejillas...

No supo cuando pero quedó recostada en la cama con Yoongi encima.

- Eres una belleza. -le susurró al oído para luego besar su lobulo y detras de éste.

Sus besos fueron bajando con ternura y gentileza. Eran un simple toque pero podía sentir sus labios haciendo estragos en su estomago y vientre.

Lentamente volvió a besar sus labios de forma mas intima. Nunca se habian besado asi, sus labios succionaban y la saliva era considerable. Los dos peleaban con sus labios de forma rapida y pasional, era algo nuevo para ellos.

El pelinegro pasó para besar su mentón y luego, con algo de nervios, besó su cuello. Empezó a repartir besos humedos y mojados en esa zona tan sensible.

Jennie se sintió extraña. Era una sensacion nueva y... adictiva. Yoongi la mimaba y besaba a los costados, adelante, mordia su lobulo y después volvia a devorar su cuello con hambre.

Algo que nunca había esperado escuchar, pasó. Jennie soltó un gemido al aire.

Con valentía, dio un par de lametazos en su cuello mientras sus labios besaban esa zona pero tratando de no dejar marcas visibles. Se reincorporó en la cama, apoyando sus brazos a los lados de la cabeza de Jennie y la vio desde arriba.

Su pelo estaba esparcido en la cama, sus ojitos entre cerrados, sus labios abiertos y su respiracion estaba dificultandose.

Yoongi sintió el tirón en su entrepierna, sus pantalones se abultaron. ¡Mierda! Nunca habia imaginado que Jennie podría ser tan... erotica.

- Eres tan linda.

Joder, debía controlarse.

Cuando estuvo a punto de salir encima suyo, los brazos de Jennie lo inclinaron hacia adelante y lo besó con la misma intensidad que antes. Se notaba que se sentía igual...

Mordió su labio y Jennie gimió. Dios mio, no podía.

Volvió a bajar hasta su cuello y siguió dándole espasmos satisfactorios a su novia quien se encorvaba y se removía sin poder controlarse.

Dejó mordiscos en sus claviculas ya que su camisa estaba desalineada y luego dejó besitos donde habia mordido.

En un arranque desesperado y sin poder esperar mas, tuvo que hacerlo...

Pasó sus enormes manos por detras de su cintura y fue bajando hasta que tocó su trasero.

Gimió de gusto cuando toco aquel tierno y suave trasero que tantas veces habia visto. Esperó una cachetada de Jennie o algo parecido pero ella lo besó con hambre mientras el amasaba sus gluteos.

Era el cielo pero sentía que se quemaba.

A Jennie le gustó el toque, casi quiso pedir por mas o que al menos lo hiciera con mas frecuencia.

- Tan dulce, tan hermosa, tan adictiva. -susurró de nuevo en su oído.

Acarició sus gluteos y en un desafortunado movimiento de Jennie, sus manos quedaron debajo de su falda, tocando su piel a pleno.

Oh, oh...

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