15

[Yoongi's pov]

Pocas cosas me causaban mas satisfaccion que la musica. Amaba mi trabajo, amaba lo que hacía. Cada hora sentado en mi escritorio estudiando por horas sin salir de casa habian valido la pena. Adoraba la musica, era mas que un complemento... era mi vida entera.

El hecho de poder trabajar de lo que amo y que jóvenes que ya casi no se interesen por nada, atiendan a mi clase era muy gratificante.

Una de las cosas que tambien disfrutaba, era que mis alumnos hicieran sus tareas. Mucho mejor era que las hicieran bien y mi orgullo se elevaba cuando me miraban prestando atencion y se interesaban por la clase. Preguntaban, comentaban, ayudaban y eran pocas veces -y pocos alumnos- las que no entregaban sus tareas.

Estaba contento conmigo mismo.

Sin embargo, hace una semana, un pequeño terremoto llamado Jennie Kim habia llegado y se habia instalado en mi corazon y mi cabeza sin intenciones de volver a salir.

Haciendo estragos en mi mente, sin dejarme dormir por las noches, sin poder concentrarme a la hora de evaluar y sin poder quitar mi vista de sus hermosos ojos, sus largas pestañas, sus rosadas mejillas y sus blancos dientes.

Trabajar de lo que amaba era gratificante, que los estudiantes me presten atencion tambien pero el tener la completa atencion de Jennie y sus ojos en mi, durante dos horas, era mas gratificante que cualquier premio.

Sus ojos siempre estaban puestos en mi. Lo sabia, lo sentía cuando estaba de espaldas y cuando le devolvía el gesto, agachaba su cabeza nerviosa.

Tan tierna.

Una semana habia pasado desde nuestro primer beso en la sala de musica. Fue nuestro primer beso... pero no el unico.

De repente, todos los dias se convertían en una deliciosa rutina. Por mas que no tuviera trabajo acumulado, me dirigia sin falta al salón y esperaba que la puerta se abriera para dejarme ver a la hermosa chiquilla que me tenia loco.

Jennie era un problema.

Al principio se acercaba a mi algo timida pero cuando nuestros brazos se rozaban y nuestras ojos se encontraban, las palabras no hacian falta.

Siempre era yo el que iniciaba los besos y hubiera creído que era un maldito aprovechado de no ser porqué al segundo de separarme, Jennie se encontraba rodeando mi cuello con sus delicados brazos.

A veces acariciaba mis mejillas con sus pulgares. A veces apretaba las mangas de mi camisa. A veces sus manos sudaban por la vergüenza asique las retiraba pero yo me tomaba el trabajo de agarrarlas y entrelazarlas con mis dedos.

¿Lo estaba disfrutando? Completamente.

¿Estaba mal?
Definitivamente.

Siempre que dejaba a Jennie en su casa (porqué si, claro que dejaba a mi alumna favorita en su hogar) y conducia hasta la mia, tenía un tramo de 10 minutos en los cuales me daba la cabeza contra el volante y me reprochaba por ser un delincuente.

¿Creen que exagero? Todas las noches mi conciencia me recuerda que Jennie no tenia nisiquiera 18 años, aun faltaban meses para que cumpliera la mayoria de edad y yo...

Yo ya era un adulto de 32 años, quince años mas que ella. ¿Era un pervertido? totalmente pero... ¿Me arrepentia? No, por supuesto que no.

Habia tocado el cielo por primera vez cuando sus dulces labios tocaron los mios, ahora no podía alejarme.

Incluso en este momento, mientras todos hacen sus tareas yo no puedo dejar de mirar disimuladamente a esa niña (porque si, me duele decirlo pero lo es).

Se que ella tambien me esta admirando. Conozco sus miradas, finge hacer la tarea pero toda su atencion esta en mi.

Y me encanta.

No sabia desde cuando habia perdido el control de la situacion. De un momento a otro me enteré que tiene problemas en casa, pasé de comprarle un celular a dejarla en su casa y luego a encerrarme todos los dias de semana en un aula para poder besarla.

Cualquier persona me catalogaria de enfermo y ¿saben que? yo tambien lo haría. A veces sentía rechazo hacia mi mismo y no podía creer lo que estaba haciendo.

Pero...

Cuando sus ojos se encontraban con los mios -como ahora- toda preocupacion desaparecía. Lo unico que queria era estrecharla en mis brazos y decirle que todo va a estar bien.

No es lastima, no. No se muy bien lo que es, nunca me habia sentido asi asique no tenía ningun parametro sobre lo que me estaba pasando. Hoseok y Namjoon dicen que me estoy enamorando.

La primera vez que me lo dijeron por skype casi lloro de risa pero cuando vi sus caras serias y me preguntaron que era lo ultimo que pensaba antes de dormir y lo primero al despertar, supe que tenia un problema grave.

No queria confesarlo a nadie, ni siquiera a mi mismo. Aun no estaba preparado para verme reflejado en el amor.

Tampoco sabia que era lo que pensaba ella, aunque la forma en la que se lanzaba a mis brazos y confiaba en mi sin dudar me daba una idea.

Nos estábamos metiendo en aguas peligrosas y a ninguno de los dos nos importaba. Despues de todo, eramos precavidos.

¿Verdad?

📚

- Hola... profesor.

Me saqué mis anteojos cuando la vi ingresar al salon. Miré mi reloj en mi muñeca y comprobé que llegaba 10 minutos tarde.

Extraño, ya que siempre llegaba puntual y desde hace una semana... antes que yo.

- Te dije que puedes llamarme por mi nombre fuera del horario de clases.

Ella se sonrojó. Que linda.

- Aun no me acostumbro bien.

- Deberías. -le tendí mi mano y se sento a mi lado.

- Es que... el respeto...

- Se que me respetas. -acaricie su mejilla. -Tal vez en el futuro puedas decirme como quieras. -me encogí de hombros sin pensar en lo que dije.

Ella se sorprendió un poco cuando escucho futuro y, lo admito, yo tambien. Quise cambiar el tema rapido, no se me dan bien estas cosas.

- ¿Por qué tardaste?

- Oh, una de las chicas de la clase tropezó con un monton de papeles asique la ayudé a recogerlos.

-Vaya. -me sorprendí. Ella no tenia confianza para hablarle a nadie mas que a mi.

Con el tiempo entendí que no era rebelde, era timida e introvertida.

- ¿Quien era?

- Im Nayeon.

- ¿La que se sienta al medio?

- Si, con el resto de sus amigas.

- ¿Te fue dificil? -puse un mechon detras de su oreja y me dispuse a admirar sus facciones como cada vez que estabamos solos.

- No tanto, no es como los demas. -frunció el ceño y a mi me dio ternura... como todo lo que hace. -Me agradeció y todo.

- Si se dieran la oportunidad de conocerte sabrían lo dulce y hermosa que eres.

Ella se sonrojó a mas no poder y yo me acerqué lento. No tenia que hacer mas, generalmente no aguantaba tenerme tanto tiempo cerca y no hacer nada.

Besó mi mejilla fugazmente y despues miro sus manos en su regazo.

- No es verdad...

- Claro que sí, ellos se pierden de conocer una persona genial como tu. -le guiñe el ojo. -Pero asi esta bien, hay mas Jennie para mi.

Me dejó escuchar su melodiosa risa y yo reí con ella. Era muy contagiosa y el verla feliz me hacia feliz.

Tan solo habia bastado un par de meses, una sonrisa y un beso para caer completamente en sus redes.
Tampoco me estaba quejando. Aun era algo timida y no se animaba a hacer mucho mas que responder mis besos.

Y la entendía, claro que lo hacia. Si yo fuera una adolescente menor de edad que pasa detencion besandose con su profesor quince años mayor ya tendría un problema serio en mi cabeza.

Por un momento deseé conocerla en otras circunstancias, en otro tiempo, otro lugar. Luego me di cuenta de que eso no hubiera podido ser y me alegraba con el haber encontrado a alguien que hacia que mi corazon desborde alegria. Tambien me gustaba el saber que yo alegraba sus dias y que a veces, se ponia triste cuando le decia que ya era hora de volver a casa.

Aun estaba alerta. La llevaba a su casa y procuraba que este sana, salva y sin golpes. No olvido el motivo por el cual me volví mas cercano a ella.

Nunca lo olvidaría.

Jennie se estaba colando en mi corazon y parecía que pronto ya no habría espacio para nada mas. Por eso, mientras mi corazon siga latiendo, yo seguiría cuidando de ella.

Cueste lo que cueste.

- El viernes es el festival escolar.

- ¿Participaras?

- No lo creo. -hizo un puchero.

Algo que me mataba era verla tan sola. Si, yo estaba -relativamente, porque no teniamos un titulo- con ella pero Jennie necesitaba amigas o amigos de su edad, mas gente con la cual desahogarse, relacionarse, divertirse. La adolescencia es una etapa dificil y pasarla con amigos lo hacia mas facil. Desafortunadamente, a Jennie le tocó una dificil.

Esa era otra de las razones por las cuales me mantendría firme a su lado. Ya no me importaba nada. Ni el ser un 'señor', ni el tener la palabra 'pedofilo' en mi frente. Siempre que me necesite estaría con ella.

- ¿Que te parece si... despues del festival...

- ¿Mmm? -dejó toda su atencion en mí. Lo adoraba.

- Tenemos, ya sabes... ¿una cita?

Sus ojitos lindos se abrieron y sus labios se arquearon hasta arriba. ¿Ya dije que me encantan sus sonrisas?

- ¿En-en serio?

- Claro.

La mas hermosa mujer del mundo (porqué prefería decirle asi y no una niña... aunque lo fuera) asintió emocionada y eso me motivó mas para seguir buscando buenos lugares a donde llevarla.

De repente su rostro se mostró algo preocupado y me contagió el sentimiento.

- ¿Qué pasa? ¿No quieres?

- ¡Si quiero! -gritó. -Pero... Jisung... el pueblo... todos nos verían.

Chasqueé la lengua. Ese imbecil siempre me hacia volver a la realidad.

- Entonces deberíamos ir a otro lado.

- ¿Irnos? ¿A donde?

- Lejos de aqui. ¿Te parece?

Movió la cabeza de arriba a abajo señalando que estaba de acuerdo conmigo y luego, con un poco mas de confianza, empezó a acercar su cara con obvias intenciones de besarme.

- ¿Hiciste tu tarea hoy?

Mi pregunta repentina la hizo detenerse y no pude evitar burlarme de su carita confundida.

- ¡Yah! Se está burlando de mí... oppa.

Detuve mi risa cuando escuche ese apodo. ¿De verdad, Jennie me habia llamado... oppa?

Escuché su linda risa sinvergüenza. Ahora era ella quien se burlaba de mi pero no me importaba con tal de poder hacerla feliz.

- Te estas burlando de tu profesor, eso no está bien.

- No, me estoy burlando de mi oppa. -batió sus pestañas con una fingida inocencia que me hizo robarle un pequeño beso en la comisura de sus labios.

- Me gusta.

- ¿Que le diga oppa?

- Que puedas sonreír.

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