Capítulo 50
Kyojuro puso su mano encima de tu frente para sentir tu temperatura, un suspiro salió de tu boca al verlo preocupado de esa manera, ya se encuentra cambiado y arreglado para ir a trabajar, pero, en cuanto te iba a despertar se dio cuenta de que quizás no te sientas del todo bien.
—Estoy bien, Kyo —murmuraste antes de que él dijera algo.
Negó.
—Deberías quedarte y descansar hoy, ¿quieres que...?
—No, no hace falta que faltes solo por cuidarme —respondiste levantándote para poder sentarte. —Puede que haya hecho lo mismo en su momento, pero la falta de un alumno es menos importante que la de un profesor.
El rubio esbozó una pequeña sonrisa entrecerrando los ojos, tragó saliva al escuchar tu respuesta, tienes razón; es incapaz de negarlo o contradecirte, pero también se encuentra preocupado por tu salud. Se acomodó subiendo sus rodillas a la cama, estiró sus brazos alcanzando tu rostro y antes de que pudiera besarte, impediste que lo hiciera poniendo tus manos para detenerlo. No replicó por tu acción, entiende la razón por la cual se lo estás negando, en su lugar sus labios tocaron tu frente y te atrapó en un tierno abrazo. Sus dedos se deslizaron por lo largo de tu cabello.
—Oye, no olvides el anillo —comentaste con pena.
Una risa salió de su boca, te dio tu espacio una vez se alejó, sujetando tus manos las llevó hacia sus labios para dejar un beso sobre cada una de ellas.
—¡Para nada, cariño! —exclamó regalándote una sonrisa angelical.
Acomodaste su corbata que se encontraba algo chueca y lo miraste a los ojos, en ellos hay un brillo deslumbrante que delata lo alegre que se siente.
—Voy a dejar el desayuno hecho, deberías volver a dormir y descansar. ¡Al terminar las clases volveré lo más rápido posible! Llegaré a cuidarte.
—No vayas a estar distraído sólo por pensar en cómo me siento, ¡estaré bien, así que asegúrate de dar bien tus clases!
—¡Lo haré, amor! Ahora vuelve a recostarte y descansa, te marcaré cuando tenga tiempo, te amo.
Volviste a acostarte en la cama, Rengoku te arropó, cuando él salió de la habitación tomaste una almohada para poder abrazarla y te quedaste dormida al instante.
Tras cocinar y dejarte algunas cosas preparadas para cuando despiertes, tuvo que ir a trabajar llegando al colegio en cosa de nada. Luego de estacionar su auto, al salir se le escapó un suspiro de la boca pensando en lo agobiante que podía llegar a ser el día. Quería mandarte un mensaje preguntando cómo te sientes, pero debes de estar dormida y él prometió concentrarse, tampoco quiere estresarse demasiado. No tardó mucho en llegar a la sala de profesores, lo primero que hizo fue saludar a Gyomei, quien se encontraba también en el lugar y de igual manera le deseo buenos días a Kanae quien iba entrando.
Revisó su horario para ver con que salón le toca clase, fue difícil mantener su sonrisa cuando vio que se trata de tu grupo.
Es lamentable que aún tenga problemas que arreglar con Kirari, sabe que debe de hacerlo, pero se va a sentir incómodo contando todo lo que sucedió.
—¿Por qué tienes esa expresión? —cuestionó su amigo apareciendo a un lado.
—¿De dónde saliste?
—Estás lo suficientemente pensativo como para darte cuenta de mi presencia, ¿acaso sucedió algo malo?, ¿ella te dejó? No te preocupes, como tu mejor amigo yo-
—No es nada de eso —respondió tomando algunas de sus cosas y caminando hacia la puerta.
Uzui lo siguió.
Tengen estuvo como chismoso escuchando lo que Kyojuro le contó, tomaron caminos separados cuando el de puntas rojas llegó al aula, buscó a Kirari con la mirada y recordando lo que su amigo dijo, aprovechó que Kagaya ya se encuentra en el colegio para resolver todo de una vez. Escribió en el pizarrón qué es lo que todos debían de hacer y le pidió a la castaña que lo acompañara a la oficina del director. Ella no dijo nada, tampoco replicó o discutió innecesariamente, sólo se levantó y siguió a su profesor. Ya en la oficina de Kagaya, él demostró ser tan indulgente y benévolo como es habitual, entendió la gravedad de la situación, a pesar de también ponerse serio dio el castigo correcto.
El problema se resolvió muy rápido gracias a la cooperación de Hoko, Rengoku regresó a dar los últimos minutos de clase que le quedaban.
El resto de su día fue casi lo mismo que siempre, solo que esta vez se acercó a hablarle a Tomioka y comer junto a él, Tengen es muy su amigo, pero a veces descansar de sus bromas viene bien. Aprovechó una hora libre que tuvo para llamarte, ya era de tarde así que respondiste casi al instante, se quedaron hablando por un ratito; se despidieron una vez me dijiste que llegaste al doctor.
Apenas dio la hora de la salida, tomó todas sus cosas y regresó rápido contigo. Al abrir la puerta del departamento y entrar, te encontró acostada en el sillón, envuelta en una cobija mientras abrazas una almohada viendo la tele.
—¿Debería comprarte alguna dakimakura o un peluche? —preguntó acercándose a ti.
Tardaste en procesar sus palabras, te avergonzaste y negaste muchas veces mirándolo.
—Ya tenemos de estas —respondiste a modo de broma.
—¿Cómo estás? —cuestionó poniendo su mano sobre tu frente.
—¿Honestamente? No muy bien, me duele la cabeza y el cuerpo, aún no he tomado las pastillas porque quise esperar para tomarlas en un buen horario...
—Te las daré ahorita, ¿dónde están?
—En la mesa junto a la receta.
—Tenía tiempo que no te enfermabas —comentó el rubio yendo hacia donde le indicaste.
—No suele pasar seguido, pero cuando sucede es muy feo —reíste.
Después de servirte un vaso con agua regresó contigo, se agachó y extendió el vaso hacia ti, lo tomaste. Antes de darte cualquier pastilla, leyó la receta; sacó las de una caja mediana y te la dió.
—¿Entonces no has comido? —negaste poniendo la pastilla en tu boca.
Volteó a ver la televisión, miró el programa que te encontrabas viendo y una sonrisita apareció en el rostro de tu pareja, te observó.
—Creí que no te gustaban las comedias románticas.
Respondiste luego de tener la boca libre.
—Para nada —tus ojos fueron a dar a la tele. —Pero este anime es diferente, los dos luchan para que el otro se le declare, aparte tiene buenos chistes.
Kyojuro rió revolviendo tu cabello.
—Iré a cambiarme, ¿quieres comer?
—No tengo ganas.
—¡Querida, debes comer algo para tener fuerzas! —exclamó.
Usó un tono serio, una risita salió de tu boca, te volviste a acostar tapándote hasta los hombros y escondiendo tu cara en la almohada, ocultaste tu sonrisa para que no viera como te pusiste cuando te habló así.
—Está bien, comeré... —susurraste tratando de que tu voz sonara normal.
—¡Vuelvo en un momento!
Fue a su habitación para poder cambiarse, regresó con ropa más cómoda y fue hacia la cocina, miró los ingredientes que hay y comenzó a cocinar. Lo hizo con cuidado, no está tan apurado ya que ahora se encuentra contigo, por ende puede vigilar cómo te encuentras; de todas maneras te la pasaste acostada todo el rato que cocinó. Vio que te encuentras concentrada viendo la tele así que decidió ir por la mesita plegable que tiene guardada, la colocó en frente del sillón, acomodándola y luego fue por la comida para dejarla encima.
—Esto es un montón —hiciste un puchero.
—Come lo que puedas y me terminaré lo demás —sugirió.
Sonreíste, tomaste el plato con arroz y los palillos, comenzaste a comer. Kyojuro deslizó sus dedos por tu cabello, dándote caricias que te mantuvieron tranquila. Casi terminas toda la comida, echaste todo tu peso al respaldo del sillón, un suspiro se escapó de tu boca.
—¿Cómo te fue hoy? —le preguntaste a tu novio.
Esbozó una sonrisita al escuchar tu pregunta.
—Algo cansado, me sentí aliviado de que el problema con Hoko se resolviera de buena manera, lo demás fue lo mismo de siempre.
Recargaste tu cabeza en su hombro.
—Tú también deberías descansar.
—No hace falta en este momento, estoy cuidando de ti —respondió dándole un bocado a la comida.
—¡Entonces dormiré para que puedas descansar! —exclamaste mirándolo a los ojos.
—Hazlo si necesitas —respondió. —Aún así estaré despierto y al pendiente de ti por si quieres algo.
Te cruzaste de brazos haciendo un puchero, el rubio dejó el plato con comida y puso una de sus manos en tu cabeza; moviéndola con suavidad y lentitud de izquierda a derecha, te acarició. Tus mejillas se pusieron rojas, pero aún así lo dejaste ser. Sentiste sus labios en tu frente.
—Voy a revisar algunos trabajos, ¿vas a quedarte aquí?
—Sí, voy a seguir viendo el anime que comencé en la mañana.
—Entonces me quedo aquí, ¿te importa? —mencionó con un tono suave.
—¡Mucho mejor para mí! —alejó su mano de ti, suspiraste.
—Eres muy linda, ¡ciertamente encantadora! Te amo, ________.
—¡No digas ese tipo de halagos de la nada! —cubriste tu rostro con tus manos.
Rengoku rió.
El resto del día se la pasaron juntos, pediste los apuntes del día de hoy y Kyojuro decidió explicarte personalmente la clase, así que en lugar de ponerle atención a sus palabras, sólo te concentraste en lo feliz que se veía y lo atractivo que es; cuando te preguntó que no entendiste una risita nerviosa se escapó de tu boca, besaste sus mejillas murmurando una disculpa por no haberle hecho caso. Si no hubieses estado enferma, te habría cargado para llevarte a la cama o de plano te llenaría de besos, pero fue lamentable que no pudiera ser capaz de realizar ninguna de las dos cosas, sólo suspiró y volvió a explicar con paciencia.
Aún te sentías algo mal al día siguiente, pero no podías volver a faltar al colegio ni al trabajo. Tu pareja se encargó de conseguir un justificante, que bien, no fue difícil debido a que tenías tu receta médica.
El tiempo transcurrió, los días pasaron y algunas preocupaciones se añadieron a tu lista. Una semana después, Rengoku por fin tocó el tema de las universidades y la carrera que desean estudiar, ya que lo había mencionado desde antes, platicaste con Shinobu los días anteriores, incluso hablaste con Kanae sobre tus dudas en cuanto a que tan buena era la carrera de biología; las dos te ayudaron a entender que gracias a estos casi 3 años que trabajaste con plantas, es una de tus especialidades. Entonces tu mejor amiga y tú decidieron estudiar la carrera juntas, y aunque ya las habían elegido antes de que tu tutor tocara el tema, no pudiste evitar sentirte nerviosa.
Para colmo el último periodo de exámenes también comenzó, a pesar de que historia es la materia que menos te preocupa, estudiar para las demás será fastidioso.
Cada tarde estudiabas en la biblioteca junto a Yuu, comenzaste a ver actitudes extrañas de tu amiga hacia él, de vez en cuando hacías bromas sobre ello provocando que se sonrojaran.
Ahora después de un aburrido resumen de lo tranquilos que fueron los meses restantes hasta hoy, podemos decir que tu graduación está a días que puedes contar con la mano, hace poco dieron los resultados de los exámenes y saliste mejor de lo que esperabas. Aunque normalmente tienes buenas calificaciones, siempre tienes ese miedo de bajar aunque sea un punto, aún si es una materia con la que nunca has tenido problemas; de verdad deseas ese diploma y esperas hacerlo posible, la razón por la que te esforzaste tanto esta vez.
—Disculpa la demora —te sentaste junto con tu amiga.
—No se preocupen chicas, ¿cómo ha ido todo? —preguntó tu jefa mientras las miraba.
—Todo debería ser más tranquilo, pero me siento nerviosa —respondiste.
—_________-chan no ha dejado de pensar en que le van a proponer matrimonio apenas se gradue —se burló la de puntas moradas.
Le diste un codazo suave.
—Debes de estar emocionada, ¿verdad? —asentiste ante la pregunta de Hana.
—Este año ha pasado muy rápido, sucedieron un montón de cosas —confesaste. —¡Así que luego de graduarme podré descansar un poco y poner más esfuerzo en el trabajo hasta hacer el examen para la universidad!
—Tenemos planeado realizarlo juntas, ¡así que ya le dije que debemos quedarnos juntas también!
—Esfuércense chicas, mucha suerte, aunque no la necesiten.
—¡Disculpen haber llegado tarde! Estaba atendiendo una paciente y también pasé por Himaru a la escuela.
Susumaru se sentó junto a Hana, su hijo tomó el lugar a un costado, desde que las cosas se arreglaron entre ustedes se comporta de una manera más tímida, pero es mejor así.
—Nosotras llegamos hace poco —comentó Shinobu.
—¿Cómo te fue en el trabajo? —cuestionó Hana.
—Muy bien, estoy teniendo muchos avances con ella, al parecer es una de tus compañeras, _________.
—¿De verdad?, ¿te hiciste amigo de Kirari, Himaru? —le preguntaste al joven.
Se sonrojó mirándote por un momento para después desviar la mirada, tu amiga y tú rieron, fue una acción demasiado tierna por parte del castaño.
—No va a pasar el año, pero por lo menos está mejorando —asentiste.
—Es una buena chica, me preocupaba la manera en que llegó a insistir, pero sé que será una mejor persona.
—Y ahora tiene alguien que la apoye, ¿no es así, Hi-tan? ~
La de puntas moradas molestó amigablemente al joven, él rió nervioso debido a la situación. Tu jefa respiró profundo luego de suspirar.
—Les encanta hablar de cosas que no entiendo —se quejó.
—Lo lamento, Hana —se disculpó el azabache dándole una sonrisa gentil y cerrando los ojos.
Continuaron hablando durante un rato hasta que Kocho y tú tuvieron que irse, sólo habían pasado a saludar, en realidad las dos van a pasar la tarde juntas y es probable que también te quedes a dormir en su casa. Al despedirse de los dos adultos y el chico, salieron de la cafetería, aprovechando que no tiene mucho que recibiste la paga del mes, quieres ir a comprarte algunas cosas; invitarle algo a Shinobu y darle un regalo a Kyojuro. Tomaron la dirección hacia el centro comercial, no obstante recibiste una llamada de un número desconocido, no respondiste, colgaste la primera vez, pero volvió a llamar. La de puntas moradas tomó tu celular para responder por ti.
—¿Hola? —preguntó poniendo el celular en altavoz.
La voz de la persona que habló fue de quien menos esperabas. “¿Este no es el celular de ________?” al parecer no reconoció la voz de tu amiga.
—¿Qué necesitas? —preguntaste esta vez.
“Quiero que nos veamos, necesito hablar contigo sobre todo lo que ha pasado este tiempo y también me gustaría que me ayuda...-” colgaste antes de que terminara de hablar. Sigues algo molesta con tu madre después de todo lo que sucedió, no la aborreces tanto como para desearle la muerte, pero estás lo suficiente molesta como para ya no querer saber de su existencia. La del broche de mariposa puso su mano en tu espalda, dio un par de palmadas, te quitó el celular de las manos y bloqueó el número, es mejor no tener más problemas sobre lo que ya ha pasado. Quiere que tengan una buena tarde, que no te preocupes por cosas que ya no deben ser de tu interés.
—No puedo entender cómo se atreve a hablarte luego de todo lo que te dijo —se notó algo molesta.
En tu rostro se formó una sonrisa al verla de esa manera, la tomaste entre tus brazos apretándola con cariño, tu amiga se sonrojó por tan repentina acción, pero correspondió.
—¡Gracias por ser mi amiga, Shinobu-chan! ~ —exclamaste al soltarla. —¡Vayamos a lo que teníamos planeado!
La tomaste de la mano, siguieron su camino hacia el centro comercial. Comenzaron a ver entre locales para ver que comprar, buscaste algo de ropa ya que no te habías dado tantos lujos antes debido a tu preocupación de dejar de vivir con tu madre, luego de mudarte con tu pareja llegaron más y más problemas que te mantuvieron ocupada, si bien solías comprarte cositas de nada, no fue hasta que le conseguiste ese anillo a Rengoku que te diste un lujo de verdad. Así que dejando de lado la vez que aquella mujer te quitó dinero, desde que le pediste a Shinobu que lo guardara, juntaste una cantidad considerable.
Está atardeciendo, la de puntas moradas y tú llegaron a su casa, su hermana las saludó al verlas, se quedaron platicando con ella durante un rato.
Por otro lado, Kyojuro está pasando la noche con sus colegas, Uzui propuso la idea de ir a tomar algo, y aunque el rubio no va a ingerir nada de alcohol; aceptó porque no vas a estar y algo de aire fresco le vendrá bien. En el camino encontró a Tomioka, quien iba tan concentrado que no lo vio.
—¡Hey, hola! —el de puntas rojas se acercó a saludar a su compañero.
Los ojos azules de Giyu buscaron al dueño de esa voz.
—Hola —respondió volteando hacia Kyojuro.
—Vivimos cerca, ¿verdad? —cuestionó.
—Vivo a algunas cuadras de ti —respondió.
—¡Eso es estupendo!, ¿estás ocupado? —negó. —¿Te gustaría ir junto a mí y los demás a tomar algo?
—No tomo alcohol.
—¡Yo tampoco! —rió. —Sólo vayamos a convivir, un poco de eso te vendría bien.
—Pero a mí no me invita-...
—¡Pues yo te invito! No te preocupes por eso, ¿entonces vienes?
El azabache cerró los ojos al suspirar, quizás pareció fastidiado, pero una sonrisita apareció en su rostro cuando aceptó. Continuó su camino junto a Kyojuro, en el camino se pusieron a platicar de algunas cosas, Giyu se sintió algo abrumado de tantas preguntas y de lo mucho que su amigo habla, pero se sintió feliz de responder cada una de ellas, aprovechando la confianza hizo una pregunta sobre tu relación con Rengoku, él la respondió sin ningún problema. Luego de eso le confesó cuándo fue la primera vez que los vio juntos, aquel día en el que tu novio te compró ese vestido, después se los llegó a encontrar en distintas ocasiones cuando salían juntos; desde ese momento sospechó, y al ver la forma en la que se miran, confirmó todo.
—¡Gracias por no decirle a nadie!
—No tenía porque, no hay nada que agradecer...
—¡Rengoku! y... Tomioka —mencionó Uzui al verlos.
—¡Lo invité a venir! —exclamó el de puntas rojas. —¡Así que por favor disfrutemos este momento todos juntos!
Un suspiro se escapó de la boca de Uzui, Iguro se burló de él al verlo.
—Al parecer ya le robaron el amigo a alguien —le dijo el azabache al de ojos fucsia.
Tengen frunció el ceño torciendo su sonrisa, volteó a ver a Obanai mientras Kyojuro se sentaba a un lado de Sanemi y Tomioka a un lado del rubio.
A pesar de la imprudencia y descuido del más alto, en ningún momento le ofreció alcohol a su amigo, podrá ser un imbécil guardando el secreto de su relación, pero es un ser pensante. Todos se divirtieron juntos, se la pasaron algunas horas platicando, como era de esperarse al peliblanco casi se le sale la información sobre su Kyojuro, Giyu arregló su error en cosa de nada, provocando burlas hacia Tengen por parte de los demás.
Llegó el momento en el que Rengoku se tuvo que retirar, recibió un mensaje de parte de su hermanito diciéndole que había llegado a su departamento y que se encontraba adentro. Así que tomó un taxi para llegar más rápido a casa, una vez en frente de la puerta, tomó las llaves y la abrió, una vez dentro, cerró la puerta detrás suyo. Apenas dio unos pasos su vista se encontró con su padre sentado junto a Senjuro, el menor se levantó y corrió a abrazar a su hermano, quien lo recibió con los brazos abiertos mientras saludaba a su papá.
—¿Dónde estabas a estas horas? —preguntó.
Sonaba molesto, pero se puede notar la preocupación en sus palabras.
—Con unos amigos, salimos a tomar algo.
—¿Tomas? —el mayor frunció el ceño.
—Solía hacerlo cuando Uzui me invitaba, comencé a rechazarlo una vez _________ se mudó aquí.
A veces la honestidad de Kyojuro es sorprendente, Shinjuro exhaló con molestia, no le caes mal, le das totalmente igual; lo que lo mantiene de esa manera son los "problemas" que puedes llegar a ocasionarle a su hijo. El simple hecho de escuchar que ahora vives con él, no ayudó en nada, mucho menos cuando sus ojos fueron a dar al anillo en la mano de su hijo mayor.
—Padre, sé que te preocupas por mí y que también te desagrada la idea de que _________ viva conmigo, pero, no planeo dejarla; los dos vamos en serio y no sabes lo feliz que me haría que la idea te deje de desagradar.
Senjuro soltó a su hermano, miró a su papá quien se encuentra pensativo, se levantó del sillón, caminó hacia sus hijos y puso una de sus manos en el hombro de Kyojuro, este lo vio. Shinjuro comprendió la seriedad de las palabras que escuchó.
—Eres un adulto, tú sabes lo que haces, Kyojuro —respondió. —Te dejo a tu hermano, paso por él pasado mañana, nos vemos.
No tardó mucho en irse luego de despedirse, el menor jaló al mayor de la manga de su ropa, los ojos de Rengoku fueron a dar a él.
—¿Entonces _________ vive contigo?...
—¡Así es!
—¿Y dónde está?...
—¿Querías verla? —asintió. —Se quedó a dormir con una de sus amigas, mañana en la tarde la veremos, ¡ella también se encontrará feliz de pasar tiempo contigo, Senjuro!
Las mejillas del pequeño se tiñeron de un rosa apenas visible.
Al día siguiente llegaste poco antes de que dieran las 12 de la tarde. Entraste y diste algunos pasos hasta que te encontraste con el hermano menor de tu pareja, se miraron mutuamente durante unos segundos; sonreíste, abriste los brazos y él corrió a abrazarte.
—Tenía tiempo que no nos veíamos —comentaste unos segundos después de que se separaran.
—Estaba emocionado por volver a verte... —Dijo con pena. —¿Cómo te fue?
—¡Estupendo! Me quedé a dormir en casa de una amiga, me hubiese encantado saber desde antes que estabas aquí, te hubiera traído algo.
—¡N-no, así está bien!
Soltaste una risita al verlo de esa manera, revolviste su cabello.
—A todo esto, ¿dónde está Kyojuro? —cuestionaste.
—Salió a comprar algunas cosas, no creo que tarde demasiado.
Caminaste hacia el sillón, el pequeño te siguió y los dos se sentaron; Senjuro tenía mucha curiosidad de cómo terminaste viviendo junto con hermano, aprovechaste el tiempo y le contaste respondiendo así su duda, él no sabía demasiado de ti, por ende le sorprendió cuando mencionaste lo terrible y malvada que fue tu madre. La puerta sonó, se abrió y ahí apareció tu pareja, cuando los dos se vieron al cruzar miradas, sonrieron. El de puntas rojas va cargando una bolsa con unos cuantos productos dentro, se acercó a ti e inclinándose un poco besó tu frente; tu cara se puso caliente, aunque no fue nada del otro mundo, hizo que te avergonzaras.
—¿Cómo te fue, cariño? —preguntó caminando hacia la cocina.
—¡Muy bien! Ayer luego de ver a Hana y Susumaru, Shinobu y yo fuimos a comprar algunas cosas.
—¿Fue divertido?
Ibas a responder, no obstante tu celular comenzó a sonar, te alejaste para poder responder, se trata de Susumaru así que crees que es algo importante. Él saludó, mientras lo escuchas hablar caminaste hacia la habitación que compartes con tu novio, al llegar te sentaste en la cama, tu ceño se frunció al escuchar las últimas palabras que dijo.
—¿Cómo sucedió? —dijiste sin creerlo.
"No me dijeron mucho, sólo que tuvo un accidente. Al parecer cuando sucedió iba saliendo de la empresa donde trabaja, creí que debería avisarte". Tragaste saliva, tus ojos se pusieron llorosos y no fue precisamente por el accidente que tuvo tu madre, te duele lo que le sucedió, sí, pero sigues sin querer verla; estás luchando internamente para saber si esos sentimientos son buenos o malos.
—Susumaru... ¿Está mal si no quiero verla? No la odio, pero tampoco la quiero después de todas esas cosas que dijo sobre mí —murmuraste.
"No es tu obligación quererla, _________, lo único que te mantiene unida a ella hasta el momento es su lazo de sangre, si no te sientes cómoda, no te preocupes. No te estreses por intentar quererla o sentir empatía por ella, así que respira profundo e intenta tranquilizarte." Dijo las palabras correctas que tenías que escuchar, mordiste tu labio intentando no llorar o algo por el estilo, no deseas preocupar a los hermanos Rengoku cuando te vean con los ojos rojos. Respiraste profundo pensando en que responder.
—Sé que es mucho pedir, pero, ¿puedes encargarte de eso?... O si no, dame la dirección y voy a verla, no quiero moles-
"De hecho me adelanté, si no quieres verla y te pone mal déjalo así, te voy a pasar la dirección, sólo no te veas en la obligación de verla únicamente porque es tu madre, _________". Te tiraste a la cama, un suspiro salió de tu boca, limpiaste las lágrimas que se acumularon en tus ojos. Luego de un par de palabras más por parte de tu padrastro, terminó la llamada. Ocultaste tu cara en la almohada, escuchaste unos golpecitos en la puerta, y al voltear te encontraste con Kyojuro, se acercó sentándose a un lado de ti, los latidos de tu corazón se aceleraron, apenas se acercó te lanzaste a abrazarlo.
Te tomó y se acomodó para que no estuvieras en una posición tan incómoda. Te rodeó con sus brazos dejando leves caricias en tu espalda mientras que pasa su otra mano por tu cabello, no preguntó nada, se quedó en silencio dándote cariñitos; está esperando a que te sientas lista y le cuentes que fue lo que sucedió. Lo apretaste con fuerza como si no quisieras soltarte de él, sigues callada queriendo hablar, pero tienes un nudo en la garganta.
—Voy a salir... —pronunciaste en voz baja.
—¿Vas a estar bien? Si lo necesitas puedo...
—No, está bien, quédate con Senjuro...
Escondiste tu cara en su pecho. Hizo que te alejaras algunos centímetros para poder ver bien tu rostro, colocó una de sus manos en tu mejilla y sin decir nada unió sus labios con los tuyos. Pusiste tus manos en su pecho, él ladeó su cabeza y así logró conseguir mejor accesibilidad a tu boca; sus labios se movieron con cuidado y lentitud sobre los tuyos, su otra mano se deslizó hacia tu espalda baja, se inclinó hacia ti, apoyando su brazo a tu lado en el colchón. Todo tu rostro se puso caliente, el tierno y dulce beso para consolarte subió de tono, recordaste que dejó la puerta abierta y a pesar de estar disfrutando de la presión de sus labios en tu boca, lo alejaste empujándolo con cuidado.
Hay una sonrisa inocente en su rostro, mientras que tú casi estás muriendo de vergüenza.
—Senjuro podría vernos, no hagas ese tipo de cosas... —murmuraste dejándote al desviar la mirada.
—¡Es un chico educado y nada chismoso, no te preocupes!... Olvidaste lo que te había hecho sentir mal, ¿verdad, bebé? ~
Usó un tono juguetón, tomó un mechón de tu cabello y jugó con él. Eso combinado junto al apodo que te dijo, te hicieron sonrojar aún más.
—Eres muy linda, amor, ¡ciertamente perfecta! —atacó tu rostro dejando múltiples besos. —Eres hermosa, bella, preciosa, me encanta todo; cada parte de ti...
Se detuvo en tus labios, deslizó su pulgar por tu labio inferior, acarició con cuidado; lo miraste directo a los ojos, tiene un brillo especial, algo peculiar y diferente. Abriste un poco la boca a causa de sus caricias, su mirada te tiene hipnotizada, la manera en la que mueve su dedo por tus labios también te está seduciendo; sientes que los dos son los únicos en el mundo, tu respiración se hizo más lenta. Cuando Kyojuro estaba por besarte le diste un leve empujón, todo tu rostro se puso rojo, negaste muchas veces.
—¡N-no hagas eso ahora o yo...! —exclamaste volviendo en sí.
—¿O tú? —cuestionó sobre la frase que no terminaste.
—Eres malo, realmente malo... —balbuceaste cubriendo tu rostro con tus manos.
Iba a responder, pero lo interrumpiste.
—¡V-voy a salir! Vuelvo... ¡no sé a qué hora voy a volver! Iré al hospital, te cuento lo que sucedió cuando... Regrese —explicaste con nervios.
Agarraste tu celular para después levantarte de la cama, saliste de la habitación algo rápido, el de puntas rojas se levantó siguiéndote. Vio como te acercaste a Senjuro al parecer despidiéndote de él, te diste la vuelta y diciéndole adiós con la mano, saliste del departamento.
—¿Por qué estaba tan nerviosa?
—Al parecer hubo un problema y tiene que ir a resolverlo —respondió revolviendo el cabello de su hermano. —Volverá pronto, tranquilo.
Tomaste un taxi para llegar pronto al hospital, le mandaste un mensaje a Susumaru para que te esperara y así lo hizo, al llegar lo viste en la recepción. Te informó como es la situación, decidiste pasar a verla y al entrar a su cuarto, respiraste profundo antes de responder a la pregunta que había hecho pensando que eras su ex pareja. Diste algunos pasos hacia la camilla, volteó a verte y frunció el ceño, mal, mal, mal, muy mal comienzo. Decidiste ignorar esa acción tan grosera, tragaste saliva pensando en qué decir.
—¿Estás bien?
Fue una pregunta demasiado tonta a decir verdad.
—Todo este tiempo, ¿has estado bien? —corregiste.
—Creí que no te vería aquí, como ya hiciste tu vida pensé que me olvidaste —se quejó.
¿Por qué está siendo tan mala? Te duele verla así, pero te molesta mucho más la forma en la que te está tratando, ni siquiera te está viendo a los ojos para hablar y a juzgar por el volumen de su voz, está irritada o simplemente quiere fastidiar.
—No, en realidad no iba a venir —confesaste.
Se sorprendió por tu honestidad.
—No te quiero, tampoco te odio, así como hiciste cosas buenas por mí también hiciste malas, muchas más, pero tengo corazón y quiero que tú, al igual que tengas al igual que yo, una mejor vida.
—Si no le hubieras dicho todas esas cosas a Suma ahora todo estaría bien, ¿tanto te costaba quedarte callada? Tú fuiste quien... ¡Espera!, ¿a dónde vas?, ¡eres una cobarde, _________!
No tenías más razones para quedarte, no al escuchar sus quejas y la manera en que no quiso entender, hasta se te quitaron las ganas de saber que le sucedió, ahora de verdad no deseas ni recordar su existencia. Fuiste con Susumaru para contarle de tu pequeña y corta plática con tu progenitora, él te abrazó diciendo que todo va a estar bien, te quedaste con él mientras resolvía unas cosas relacionadas con Tana y cuando terminó tuviste que irte ya que Kyojuro te había mandado mensaje.
No le contaste nada de lo que sucedió hasta el día siguiente, luego de que Shinjuro pasará a recoger a su hijo, esta vez, sorprendentemente te saludó bien.
Es domingo, saliste a pasear con tu novio y en el camino se encontraron a Tomioka, Rengoku insistió en ir a saludarlo, aceptaste y aunque se le hizo extraño; les regaló una sonrisa a los dos, tú por obvias razones te sorprendiste demasiado.
El viernes es el día que te graduas, son sólo 5 días luego del domingo, estás algo nerviosa ya que después tendrás que hacer el examen para la universidad, pero también por las palabras de tu novio, sabes lo que hará, llegó a mencionarlo en distintas ocasiones; ahí es donde entra el factor sorpresa, tienes conocimiento sobre su propuesta, pero no sabes la manera en que va a ejecutarla. Conociéndolo de seguro será algo sencillo... Al menos que Uzui lo ayude.
El rubio aprovechó que fuiste a trabajar luego de clases para ir a comprar el anillo. Tengen quiso ayudarlo, se ofreció a acompañarlo, pero este se negó; alegando que desea que la decisión salga de su corazón, la elección será bastante personal y representará la confianza que los dos se tienen (Kyojuro y tú). Quiere que sea una sorpresa, así que también aplicó tu estrategia, tomó el anillo de aquella vez en el festival; como lo habías guardado luego de esa ocasión, en realidad los anillos de los dos permanecieron intactos y juntos.
Entró a la joyería, saludó con tanta emoción que parecieran haber brillitos alrededor de él mientras habla, la mujer que atendió se sintió deslumbrada por tal energía.
—¡Me gustaría ver anillos de compromiso que tenga con esta medida, por favor!
A la empleada le pareció tierno, tuvo que mantener su profesionalismo ante todo, luego de sacar la medida del anillo, buscó en algún catálogo y volvió a mirar al de puntas rojas.
—Tenemos estos modelos disponibles —le enseñó el catálogo —o bien en la segunda fila del mostrador todos se encuentran en la medida que usted desea.
A diferencia de ti, el momento fue menos bochornoso para Kyojuro, y no sólo porque le tocara alguien amable.
No quería algo demasiado vistoso ya que creería te sentirías incómoda, pero sí desea algo bonito. Entre tantas opciones terminó por elegir un lindo anillo de oro blanco, una piedra brillante en el centro de un tamaño considerable y discreto, mientras a su lado hay piedritas que sirven como un buen adorno; cuando pidió que se lo mostraran, apenas vio el reflejo de la luz en el brillo del anillo, supo que es el perfecto para ti.
Ahora solo toca esperar a que sea viernes.
AHORA SÍ EL CAPÍTULO SIGUIENTE ES EL FINAL AAAAA
Termina el lunes, lo lamento, hice mal mi cuenta y pues... XD
El siguiente es 🍋🍋🍋 de despedida, va a ser más fuerte que todos los demás, qlo si no, ya me comprometí. Muchas pidieron a un Kyojuro rudo y después de tanto por fin lo van a tener.
Las cosas en este capítulo en realidad avanzaron bastante rápido, no había casi mucho que explicar, igual si tienen alguna duda sin problemas déjenla acá 😳🤙🏻
En fin, espero que les haya gustado, lo escribí con amor uwu❤
Gracias a aniexte por seguir ayudándome jijiji❤❤🥺
Los capítulos han estado larguitos por ser los últimos ><
Hay unos temas en cuanto a la trama de la historia y unos cuentos problemas que hubo, debo de aclararlo bien porque debo admitir que me siento algo irritada en cuanto al tema, pero eso no será hoy.
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