Capítulo 48
Abriste los ojos y lo primero que viste fue a Kyojuro durmiendo tranquilamente. Acomodaste algunos mechones de su cabello detrás de su oreja, de por sí es muy atractivo, pero verlo de esta manera es mucho mejor que cualquier otra cosa. Su respiración es lenta; ya que dormiste más temprano de lo habitual es probable que él haya dormido más tarde, de hecho te quedaste dormida mientras hablaba. Recuerdas cosas muy vagas sobre lo que dijo, también de cuando te despertó para tomar la pastilla, sus caricias te relajaron tanto que ya no lograste aguantar. Teniendo cuidado de no hacer ruido, tus pies tocaron el suelo luego de sentarte en la orilla de la cama, te levantaste y caminaste hacia el armario para buscar ropa que ponerte luego de bañarte.
Al encontrar las prendas que usarás al salir de la ducha, te dirigiste hacia allá.
No tardaste tanto en terminar de bañarte, deseabas hacerlo ayer en la noche, pero tu cansancio fue más. Antes de salir, dejaste la puerta del cuarto abierta con las luces apagadas, Rengoku aún sigue dormido, es fin de semana; por fortuna ninguno de los dos tiene mucho trabajo que terminar con urgencia.
Te apuraste a secar tu cabello con la toalla, esperaste a que dejaran de caer gotitas de agua y volviste a la cama junto a él, en el camino cerraste la puerta. Tan pronto como te acomodaste en la cama sus brazos te atraparon, y te acercaron a él. Fue algo sorpresivo para ti, pero no te importó mucho.
—¿Qué tal dormiste, amor? —preguntó.
—¡Muy bien!, ¿qué hay de ti, Kyo?
—¡Excelente! —respondió. —Acabas de bañarte, ¿verdad? Hueles delicioso...
Tu rostro se calentó, el tono en que lo dijo fue lo que te hizo avergonzarte, eso sumado a la voz que tiene cada mañana son una combinación de infarto. Tragaste saliva, apartó sus brazos de ti en cuando sintió que te ibas a alejar, aunque claro, sólo es para poder mirarlo a la cara.
—Usé tu shampoo, el mío se terminó, debo ir a comprar otro —confesaste con pena.
El rubio rió, con su mano comenzó a acariciar tu rostro, apartó algo de tu cabello para verte bien, su dedo pulgar se deslizó hacia tus labios, lo viste directo a los ojos; tomándote del mentón sus labios se posaron sobre los tuyos. El beso se veía venir, a pesar de esto, creíste que se encontraba jugando como las otras veces. Pusiste una de tus manos en su pecho, y con la otra tomaste su ropa entre tu puño, sus labios se mueven sobre los tuyos con suavidad o por lo menos así fue al principio... Mordió tu labio inferior, fue delicado y hasta tierno, no lo hizo muy fuerte, pero sí provocó que te fuera un escalofrío.
Tomó algo de distancia regalándote un sonrisa, aflojaste el agarre en tu puño, su mirada fue lo suficiente honesta para que puedas procesar qué es lo que sucede.
—Es demasiado temprano para que me recibas así... —bromeaste.
Se rió.
—¿Puedo ser egoísta por hoy y pedirlo...?
Preguntó con la misma inocencia que usaría un niño al querer un dulce. El tono de su voz fue sutil, tranquilo y calmado, pese a ello; sonó como si exhalara una súplica. No puedes culparlo, luego de lo que sucedió en el salón y lo de la noche a decir verdad te sorprende que pueda contenerse tanto.
—Pídelo sin problema cada que quieras —te levantaste quitándole la cobija de encima.
La dejaste a un lado para que no estorbe, en su rostro pudiste apreciar una débil y tímida sonrisa en su rostro, ibas a acomodarte quedando a la altura de su entrepierna, pero te tomó haciendo que te sientes encima suyo. Él acomodó unas almohadas detrás suyo, quedó casi como si estuviera sentado. Pusiste tu cabello detrás de tu oreja inclinándote hacia el rubio, apoyaste una de tus manos a un costado suyo para no echar todo tu peso encima, entonces sus labios se rozaron un poco. Kyojuro te tomó de la nuca acercándote para por fin unir sus bocas en un beso. Ni siquiera esperó, su lengua recorrió tu labio inferior, buscando a la tuya, apenas abriste un poco la boca; aprovechó la oportunidad.
Los latidos de tu corazón se aceleraron, su atrevimiento está haciendo que te pongas nerviosa. Suelen darse besos apasionados a modo de juego, pero ahora está siendo muy serio.
—Kyo... Kyojuro —jadeaste al alejarte para tomar aire.
Te limpiaste la boca con tu mano, el rubio soltó una sonrisita juguetona al verte de esa manera.
—¿Tienes toda la tarde libre? —interrogó tomando entre sus dedos un mechón de tu cabello.
—¿Tanto lo necesitabas? —te acomodaste.
—Luego de una boda hay luna de miel, dulzura.
Tus labios se curvaron al escucharlo. Tomaste tu blusa quitándotela en el acto, volviste a acercarte, colocaste tus labios en su mejilla y bajaste hacia su cuello dejando un camino de besos. Abriste un poco la boca y mordiste su cuello siendo cuidadosa y suave, sentiste cómo reaccionó a ello. Metiste tus manos por debajo de su playera acariciando su abdomen, Kyojuro no se quedó atrás, una de sus manos desabrochó tu sostén y por otro lado usó la otra para quitártelo. Volviste a tomar un poco de distancia, Rengoku se quitó la estorbosa prenda, tu dedo índice recorrió su abdomen acariciando cada parte que tocas, comienzas a sentir como se pone duro por lo que empezaste a mover tus caderas encima suyo.
Te tomó de la cintura ayudándote a hacer los movimientos.
—¿Te gusta cuando me pongo así? —cuestionaste volviendo a besarlo.
Está claro que no pudo responder, de su boca salió un "hmmp..." por tener tus labios sobre los suyos.
—¡Me encanta! —respondió cuando pudo. —Pero, ¿sabes que me gusta más?
Sus labios rozaron tu mejilla, hasta llegar a tu oreja y mordisquear un poco, sus siguientes palabras fueron un murmuro.
—Cuando estás debajo de mí, puedo dominarte y ver esas lindas expresiones tuyas...
La forma en la que te lo dijo te dio escalofríos, tragaste saliva. No es para nada el mismo tono de siempre, esta vez sonó muy diferente. Tus mejillas se pusieron rojas, tu rostro comenzó a arder, te sorprendió que dijera eso de manera tan directa e inesperada. Tomándote de la cintura te quitó de encima suyo dejándote a un lado, lo miraste a los ojos, se giró hacia ti y sujetando tu nuca unió sus labios con los tuyos por unos cuantos segundos, te recostaste donde él se encontraba antes, el rubio se puso encima de ti, acomodándose entre tus piernas una vez las abriste.
Sus besos bajaron hacia tus clavículas y pasó por en medio de tus senos, con su lengua recorrió ese lugar hasta detenerse, y meter a su boca uno de tus pezones. Con una de sus manos masajeó tu otro seno. La extraña y repentina calidez de su boca te hizo estremecer, mordiste tu labio tapando tu boca con una mano.
—Hoy estás siendo muy honesto... —susurraste jadeando.
—Aún tengo más cosas por decir y hacer —subió la mirada para encontrarse con tus ojos.
Envolvió su lengua alrededor de tu pezón, un suspiro salió de tu boca. Tu novio se levantó, acomodándose sujetó tu pantalón y lo bajó junto con tus bragas, al darse cuenta de la manera en que lo miraste, habló.
—A ti te gusta mucho hacerlo, ¿verdad? —todo tu rostro se puso rojo, desviaste la mirada. —Si te portas bien te dejaré hacerlo, sé una buena chica, ________.
—¿Qué cosas dices, Kyojuro?...
—No lo negaste, amor. ~
Su risita solo te avergonzó más.
El rubio abrió tus piernas y su cara se acercó al interior de estas, comenzó a dejar besos en tus muslos. Te recostaste por completo. Rengoku volvió a besarte, sus labios presionaron sobre los tuyos con suavidad, inclinó su rostro cuando abriste un poco más la boca y jugaste con su lengua. Una de las manos del mayor bajó hacia tu entrepierna, apenas tocó tu clítoris ahogaste un gemido en el beso.
—No hemos hecho tanto como otras veces, ¿acaso es por todo lo que dije? —preguntó al separarse.
—Te gusta jugar, ¿verdad? No es mi culpa que estés diciendo cosas tan eróticas... —sus miradas se cruzaron.
Sonrió, dejó un beso en tu frente, ¿cómo puede hacer preguntas tan atrevidas y después actuar de manera tierna?
Comenzó a hacer círculos alrededor de tu clítoris, tocando con suavidad, si no fuera porque tu boca está ocupada con la suya, es probable que si no te estuviera besando, estarías haciendo mucho ruido. Metió un dedo dentro de ti, te aferraste con fuerza a él, lo hizo de manera lenta, pero no lo esperabas. Un fino hilo de saliva quedó colgando entre los dos, Kyojuro besó tus mejillas, bajó dejando besos desde tu cuello hasta tu vientre, no le quitaste la vista de encima; en ese momento tomó tus piernas y las abrió, hundió su cara, sentiste su lengua pasando a lo largo de tu vulva hasta tu clítoris, casi cierras las piernas pero no te dejó, sus manos te sujetaron con fuerza y lo único que provocó fue hacer que temblaras.
—No cierres las piernas —te ordenó mirándote.
—E-está bien...
Dejó de agarrarlas y tú las tomaste para que tus reflejos no te traicionen después.
—A esto te referías cuando solías pedirlo antes, ¿verdad? Mmmhp... no estoy siendo malo, pero te gusta que te trate así.
Dijo entre palabras mientras chupa y succiona, echaste tu cabeza para atrás, el placer es tanto que te cuesta pensar en una respuesta decente, sólo no quieres que pare. Tu respiración está acelerada y tu corazón parece estar en una carrera, si sigue así terminarás pronto.
—Kyojuro, por favor...
Por el tono que usaste sonó como una súplica.
—¿Sí, amor? —se detuvo y te miró.
—¿Por qué te detienes? —cuestionaste.
Recibiste una risita de su parte.
—¿Estabas por terminar? —preguntó de vuelta.
Asentiste, tu pareja se limpió la boca con su muñeca, y quitándose el resto de su ropa tomó asiento a un lado de donde estás acostada, imitaste su posición. No le quitaste la mirada del rostro, pero tus ojos no pudieron evitar bajar a su erección, sentiste tu rostro calentarse y no sólo por el bochorno del momento. La mano de Kyojuro debajo de tu mentón hizo que lo mires a los ojos, se acercó a ti y sus labios se unieron a los tuyos, sus narices se rozaron con suavidad una vez inclinó su cabeza para tener mejor accesibilidad a tu boca. Sabe alternar muy bien entre ser dulce y atrevido, en cualquier otra situación sería molesto quitar pasión al momento, pero ahora... Solo te provoca que no te deje terminar (en todos los sentidos).
—Adelante, cariño —te susurró en el oído antes de apartarse. —Soy todo tuyo.
Frunciste el ceño, a veces no sabes si solo lo dice de juego o simplemente es natural.
—Tú te ves más excitado que yo —dijiste acomodándote bocabajo y lo tomaste entre tus manos.
—Es lo que provocas por ser tan hermosa y hacer expresiones tan lascivas, bebé...
—No digas esas cosas, Kyo —frunciste levemente el ceño.
Él rió, acarició tu cabello con una de sus manos y con la otra se apoyó en la cama, abriste la boca sacando tu lengua y lamiste la punta de su miembro. Gruñó al sentir que tu lengua recorrió el contorno de su glande, puso un mechón de tu cabello detrás de tu oreja, acariciando tu mejilla te miró una vez lo pusiste dentro de tu boca; sus miradas se cruzaron, Rengoku se ruborizó al verte de esa manera. Cerraste los ojos volviendo a centrarte en el trabajo que estás haciendo, subiste y bajaste tu cabeza mientras sujetas su pene apretándolo con cuidado, no quieres lastimarlo, pero, aunque sientes que aplicas demasiada presión, el ruido que Kyojuro está haciendo te dice lo contrario. Lo sacaste de tu boca para respirar, limpiaste la saliva que cayó por un extremo de la misma.
—También esperabas este momento, ¿verdad? Tan sólo mira cómo te pusiste, mmhp...
Dejaste un beso en la punta, el rubio frunció el ceño con una sonrisa difícil de mantener, cerró los ojos en cuanto sintió comenzaste a mover tu mano y con la otra acariciaste el glande con tu pulgar.
—Estás jugando con fuego... _________ —murmuró jadeando y mirándote.
—Y al parecer aún no está lo suficientemente caliente —bromeaste sacándole la lengua.
Volviste a meterlo en tu boca, aunque lo sacaste casi al instante para limpiarte la saliva.
No tardaste tanto, aún así el de puntas rojas logró quitarse y ponerse encima tuyo, está sonriendo, pero no es nada comparado a lo de siempre.
—¿Te gusta jugar, cariño? Los dos podemos hacerlo.
Ya que estás de espaldas y está encima tuyo no puedes moverte mucho, él tomó su miembro y lo acomodó en tu entrada, desde la última vez que lo metió de golpe ya no sabes que creer; no obstante, en esta ocasión fue igual de suave que las demás.
Está haciendo movimientos lentos, calmados y tranquilos, se inclinó hacia ti, cubriendo tu cuerpo con el suyo; moviendo tu cabello hacia un solo lado, sus labios tocaron tu cuello y dejó besos donde podía, mordió tu cuello de la misma manera en la que lo hiciste con él, sólo que le agregó una pequeña pizca de rudeza ya que fue más fuerte. Un gemido salió de tu boca, te fue imposible quedarte callada o contenerlo. Kyojuro se recargó sobre la cama con su brazo derecho, para sostener su peso y no aplastarte, mientras que con su mano derecha tomó la tuya y la apretó con cariño.
—Estás siendo muy cruel estimulándome de esta manera, solecito...
Él iba a responder, pero tu teléfono comenzó a sonar, un suspiro salió de tu boca, extendiste la mano para tomarlo, al ver el nombre de la persona que llamó frunciste el ceño. «¿Por qué diablos me está marcando tan temprano? Encima llama sin avisar...» pusiste el celular en modo vibración y lo volviste a dejar sobre el buró.
—Nadie que sea importante, ¿puedo voltear? Quiero verte, Kyo.
Salió de ti, volviéndote a acomodar sobre las almohadas, el mayor se acercó y volvió a meterlo. Entrelazó sus dedos con los tuyos mientras su otra mano tomaba tu cintura y seguía moviéndose, aún siendo suave.
Tu celular volvió a vibrar, debido a la superficie donde se encuentra el sonido se volvió molesto. Respiraste profundo, lo tomaste e ibas a colgar.
—Deberías responder, puede ser importante —sugirió el de ojos dorados con iris rojos sacando su miembro.
—Es Kirari, dudo que sea algo realmente importante, no sé de dónde sacó tanta confianza si casi no le hablaba —un suspiro salió de tu boca.
—Responde para ver qué es lo que quiere o escríbele y dile que te encuentras ocupada.
Aceptando su consejo, respondiste la llamada, estás molesta y es probable que se te escuche. Lo pusiste en altavoz mientras silencias la llamada.
—Vas a ver como me dirá algo de ti —mencionaste mirándolo.
Kyojuro no respondió, recibiste una risita de su parte. Le quitaste el silencio a la llamada, ella había saludado, así que también lo hiciste devuelta. "¡Mio me apoyó! Estuve pensando y de seguro Rengoku-san sólo lo dijo para evitar problemas, ¡no llevaba puesto ningún anillo!" rodaste los ojos al escuchar sus palabras, tu novio tuvo que aguantar su risa al ver tu expresión.
—Kirari, deberías de superarlo, es nuestro profesor las probabilidades de que algo suceda son de muchos ceros —respondiste tapando tu rostro con tus manos.
El mayor se acomodó en la cama, tomó una posición cómoda escuchando la plática de las dos. "¡Pero hay probabilidades!" insistió. "Así que mientras haya esperanza, habrá un camino".
—Aún eres menor de edad, dudo que Kyojuro sea tan crédulo como para salir con alguien que sigue siendo menor, encima después de lo que me dijiste que querías hacer. Él es un adulto responsable, deberías ser igual, Kirari. Es probable que solo sea una obsesión, encuentra a alguien con quien puedas enamorarte mutuamente.
"________-chan, suena como si lo conocieras perfectamente, pero... ¿por qué lo llamaste por su nombre?" tragaste saliva, estás tan irritada porque los interrumpió que ni siquiera pensaste en lo ruda y honesta que fuiste con tus palabras. «¿Le importó más que lo llamara así qué todo lo que le dije?» eso solo te molestó más. Sentiste como Kyojuro te tomó de las caderas y en cuanto lo miraste, entró de nuevo en ti, saliendo al momento. Te tapaste la boca evitando hacer ruido, pero no fue del todo posible. "¿Estás bien?, Oh, olvidé preguntar qué hacías, ¿interrumpí algo?" todo tu rostro se pintó de rojo, observaste a tu novio con el ceño fruncido.
—No... Salí a correr como todas las mañanas con mi novio, sólo es que casi me tropiezo y me golpeé.
Después de eso silenciaste nuevamente la llamada.
—Te pusiste más apretada, cariño —Rengoku murmuró. —¿Por qué no sólo le dices que somos pareja? No va a decir nada, estoy seguro de ello.
—¿Decirle? —dudaste.
—¡Entonces le diré yo! —se estiró para tomar tu celular y quitarle el silencio.
—¡E-espera!...
—No, todo está bien —respondió a la pregunta que ella hizo. —Joven Hoko, ya se lo dije, tengo un compromiso con alguien a quien amo y no planeó dejarla por nada del mundo, desista a la idea de salir conmigo, por favor, sólo soy su profesor. Usted es demasiado joven para mí y tal grado de obsesión no es sano, considere encontrar a alguien que la quiera. ¡Tenga un lindo día!... Oh, una última cosa, reconsidera un poco las llamadas a esta hora, no es tan temprano, ¡pero a veces un mensaje es mejor!
Colgó la llamada y dejó tu celular donde estaba antes, ahora silenciado para no molestar. Al verte se dio cuenta de lo roja que estás.
—¿P-por qué hiciste eso? —titubeaste.
—A veces se vuelve un poco molesto —respondió sonriendo.
—Eso que le dijiste... Yo también soy joven y aún eres mi profesor.
Kyojuro rió, se inclinó hacia ti, sus labios rozaron los tuyos.
—________, amor, tú eres la mujer a la que amo y de quien me enamoré. En cuanto a la edad, ¿te molesta mucho?
—Para nada —negaste.
Él te miró a los ojos, desviaste la mirada al verlo.
—¿Quieres que te diga cosas bonitas? —cuestionó al ver el brillo de tus ojos. —¡Bien, entonces te las diré!
Sus labios tocaron tu cuello, lo rodeaste con tus brazos para poder tener mayor accesibilidad a su cabello y jugar con el. Puso sus antebrazos a un costado tuyo para mantener su peso.
—Eres alguien linda y espléndida... Luego de un tiempo cuando habíamos estudiado juntos me llamaste la atención, ¿sabes por qué?
Dejó un besito en tus labios, ibas a hablar en cuanto se separó, pero volvió a unirlos con los tuyos. Movió su lengua alrededor de la tuya, sujetó tu mano con cuidado y una vez que se separó lo observaste ansiosa por su respuesta.
—Porque contigo no me siento solo y me divierto de cualquier manera, eres encantadora por naturaleza, _________.
Ha dicho muchas cosas, pero nunca algo tan honesto o por lo menos no lo recuerdas, tragaste saliva, sus palabras te hicieron sentir extraña; sin duda estás feliz.
—Así que para agradecértelo, me encargaré de hacerte feliz y darte todo lo que necesites, ________. Así como también lo has hecho conmigo.
«Pero quién ha hecho más cosas por mí, eres tú...» pensaste mirándolo. Volvió a entrar en ti, movió sus caderas con lentitud.
—Kyo —extendiste tu mano hacia su rostro. —¡Te amo! Te amo mucho, pasemos nuestra vida juntos, seamos una pareja feliz y...
—No digas cosas tan lindas, ________... —murmuró.
Se puso rojo, tus palabras provocaron otros efectos, una risita salió de tu boca. Tomó tu mano y besó el dorso de la misma.
—Para las cosas cosas que dijiste hace rato, estás siendo bastante suave.
—¿No lo quieres así? —rió. —Bien, voy a cumplir lo que dije.
Se puso encima tuyo, y entró en ti de golpe, te tapaste la boca para evitar hacer mucho ruido, aunque fue imposible contener el gemido que salió de tu boca. Rengoku te tomó de las caderas, las levantó un poco. Abriste las piernas y siguió moviéndose, cerraste los ojos tomando las sábanas de la cama. Está empujando con fuerza, aunque tú te calles, el sonido que hace al penetrarte es mucho más fuerte que los que salen de tu boca.
Tu respiración volvió a ser rápida en cuestión de segundos, los latidos de tu corazón también se aceleraron, se inclinó hacia ti para besarte. Continuó moviendo sus caderas de manera más suave, tomó tus dos manos y las sujetó por encima de tu cabeza mientras su lengua se ocupa de tus labios, está masajeando uno de tus pechos con su mano libre; demasiada estimulación hace que no pienses correctamente, tu mente está en blanco, sólo estás concentrada en sus caricias.
—Kyo... Kyojuro —lo llamaste una vez se alejó. —E-estoy apunto de... Terminar.
Bajó una de sus manos hacia tu entrepierna y comenzó a frotar tu clítoris, entrelazó los dedos de su mano con los tuyos, no pasó demasiado para que tus piernas comenzaran a temblar y seguido de esto todo tu cuerpo, tu espalda se curvó una vez llegaste al orgasmo y tu novio se detuvo.
—¿Puedes...? —le preguntaste jadeando y haciendo señas con la mano.
El rubio asintió con una sonrisita en el rostro, salió de ti y se puso de rodillas a un lado tuyo, volteaste y tomaste su pene entre tus manos.
—No quiero que tú también te quedes así... —lo miraste a los ojos.
Tu mano se movió de arriba a abajo, te acomodaste para tomarlo entre tus manos y lamer a lo largo. Lo apretaste moviendo tu mano mientras trabajas con la punta dentro de tu boca.
—Amor... Voy a correrme —avisó.
Succionaste con cuidado de no hacerlo muy fuerte, aumentaste la velocidad de tus movimientos hasta que sentiste como su semen cae en tu lengua, al alejarlo de tu boca, se te cayó un poco y unas gotitas salpicaron en tu cara. Lo pasaste antes de que Rengoku dijera algo y una risita salió de tu boca, él suspiró, con su pulgar limpió las gotitas que habían en tu cara.
—Lo siento —murmuró dejando un beso en tu mejilla.
—¿Por qué te disculpas?, ¡yo encantada! —reíste.
Te rodeó con uno de sus brazos, acarició tu cabello. Tus manos fueron a dar a su espalda, también lo acariciaste.
—Acababa de bañarme —te quejaste con una risita.
—¡Toca bañarnos juntos!
—Me encantaría, pero mis piernas aún me tiemblan...
—Entonces quédate aquí acostada, iré a darme un baño y haré el desayuno.
—¡Está bien! Pero si te tardas lo haré yo. Ahorita te llevo una toalla, báñate tranquilo.
Una risita salió de la boca de Kyojuro, dejó un piquito en tus labios, besó tus mejillas y frente para después levantarse. Cuando salió de la habitación tomaste tu celular y viste que tenías más de 10 llamadas perdidas junto algunos mensajes, lo leíste, un suspiro salió de tu boca, ¿por qué se enoja contigo si tu nunca le dijiste que eran amigas? La dejaste en visto para entrar al chat que tienes con Shinobu y escribirle, no le contaste lo que estaban haciendo, claro está, pero sí le dijiste que Rengoku le dijo a Kirari que es tu pareja, ella respondió de inmediato; tuviste que decirle que tenías que ir a desayunar.
Volviste a dejar tu celular en la cama, fuiste al otro baño del departamento para poder limpiarte bien y hacer tus necesidades, una vez terminaste fuiste por una toalla para llevársela a tu novio y volviste a ponerte la ropa que tenías después de salir de bañarte, la usaste solo como 5 minutos.
Fuiste a la cocina para empezar a hacer el desayuno, poco después Kyojuro apareció detrás tuyo y te abrazó por la espalda. Te dio un beso en la mejilla, soltándote después.
—¡Puedo terminarlo yo, cariño, si quieres ve a sentarte! —negaste.
—¡Mejor ayúdame y hagámoslo juntos! De cualquier forma sabrá raro por habernos lavado los dientes.
—Eso es correcto, pero no está de más que sepa bien —rió. —Entonces ayúdame.
—No vas a desistir, así que lo haré con gusto.
Los dos terminaron de cocinar juntos, al terminar se sentaron a comer y platicaron sobre distintas cosas. Ya que los dos van a estar desocupados el resto del día, se sentaron en el sofá, te acostaste en las piernas de Rengoku; el acarició tu cabello con suavidad mientras buscaba algo que ver en la televisión, puso un programa aleatorio para que se escuche. Te miró y un suspiro salió de su boca.
—Quiero que hablemos sobre algo, ________...
—¿Es malo o por qué usas ese tono? —preguntaste algo preocupada.
Levantándote y sentándote bien te acomodaste a su lado. Él negó mientras sus labios formaban una sonrisa tranquila, aún así lo ves algo dudoso de sus palabras.
—Te lo había dicho ayer, pero te quedaste dormida —dijo con tranquilidad.
—Lo siento.
Puso su mano encima de la tuya.
—¡Está bien, por eso quiero decírtelo ahora que pude pensarlo mejor! Cariño, debe ser difícil para ti tener que estudiar, trabajar y encima llegar tarde a casa... Así que si gustas y quieres tener más tiempo para ti, yo no tengo problema en mantenerte y cuidar de ti...
Notaste cuando le costó decir esas palabras, tus ojos se abrieron de sorpresa al escucharlo, tragaste saliva sin saber qué responder. Lo miraste, al parecer él se avergonzó ya que sus mejillas están ruborizadas, su mano apretó un poco la tuya, temeroso por tu respuesta; el silencio se hizo un poco largo e incómodo, pero no fue a propósito ya que en verdad no sabes qué responder.
—¡Claro que entenderé si...! —pusiste uno de tus dedos sobre sus labios.
Se detuvo a media oración.
—No podría darte tal carga —respondiste. —Sé que me amas más que suficiente ya que me propones esto, pero... Yo también te amo y no puedo dejar que seas el único que trabaja, ya haz hecho demasiado por mí, solecito.
—_________, eres joven y me gustaría que disfrutes de tu tiempo como alguien de tu edad, no me gusta el hecho de que ser pareja o que trabajes te lo impida, cariño —acarició tus mejillas.
—Hagamos un trato; si en algún momento se me hace muy pesado, ¡lo dejaré! Pero por mientras yo solita compraré mis cosas.
El rubio sonrió, giró hacia ti y te atrapó entre sus brazos, acarició tu cabello con dulzura y dejó un beso en tu coronilla.
—¿No te cansas de hacer que me enamore de ti?
—No pienso alejarme de tu lado —lo apretaste con cariño.
—Yo no pienso dejar que te alejes, ¿te parece si hoy salimos a dar un paseo?, ¡tengamos una cita! Tiene un tiempo que no salimos juntos.
—¡Acepto!
Lo hicieron y sin desayunar, lechita pa'l desayuno jijiji 🤭
El siguiente también va a ser uno bueno, vamos para los 55 capítulos alv. Para los lemons también necesito referencias, saben? Es fácil imaginarlo en la mente, pero escribirlo es difícil. Mi buscador está lleno de cosas súper "eróticas" que deberían de ser normales, pero no lo son XD
Espero que les haya gustado ❤
En fin, de nuevo envidiando la relación de Kyojuro con la rayis, nunca pidan menos. 😔🤙🏻
Solo queda esperar que hará Kirari el lunes... O qué le hará Shinobu a Kirari...
Bueno, sabrá Dios 🙏🏻
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Pd: el siguiente capítulo no será su cita 😔
Pd2: al terminar la historia les enseñaré bocetos de los personajes secundarios jijiji
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