Capítulo 46

—¡Ahora vayamos a comer algo juntas! —exclamó la chica de cabello castaño.

«No es que no quiera convivir con ellas, pero es molesto que no dejen de hablar de los profesores...» pensaste al seguirlas para no parecer al educada, en el camino pensarás una manera de librarte de ellas,  usarás cualquier mínimo mensaje como excusa. No podías seguir sus conversaciones o siquiera unírteles porque no entendías la razón de su plática y simplemente no es de tu agrado. Resulto que eligieron mesa afuera del local, te rehusaste de sus pensamientos de irte, les darás una oportunidad y si dicen algo que no te guste, vas a irte inventando una mentira; durante estos 3 años, dejando de lado a Shinobu, el único amigo que hiciste fue Yuu y su relación ya no es como antes.

Llegó una camarera, luego de ordenar, volvieron a hablar.

—Me gustaría por lo menos conseguir novio antes de entrar en la universidad —una de las chicas murmuró.

—No lo intentes, hay chicos que no valen para nada la pena —su amiga le comentó con molestia.

—Hace poco que terminé con mi novio, fue lindo, pero durante poco —te miró. —¿Has tenido novio, ________-chan?

Tragaste saliva, es posible que por tu expresión ya se hayan dado cuenta, así que no queda de otra; debes decir la verdad. Te quedaste un momento en silencio para pensar bien tus palabras, no quieres que se te escape algún dato importante haciendo que ellas sospechen.

—Tengo novio —respondiste. —Prefiero decir que es mi pareja, suena más formal...

—¡Oh!, ¿es eso?, ¿cuánto llevan juntos?, ¿cómo es su relación?

—Bueno...

Ya te habías arrepentido de hablar.

—Tenemos ya casi 7 meses juntos, nuestra relación es buena —reíste nerviosa.

—¿Se trata de Yukihira? Ustedes dos solían estar juntos durante mucho, ¿será que su amor floreció hasta...?-

—No, Yuu y yo sólo somos ami...

La camarera llegó con un par de pedidos, entre ellos el tuyo. Tomaste la malteada y le diste un trago, no querías responder más preguntas, así que sólo mantuviste ocupada tu boca cada que te miraban para hablar. No sabes sí sacan temas relacionados a la escuela para de esa manera te unas a la conversación; ó si lo hacen solo porque en verdad quieren hablar de los profesores y fantasear con ellos. Como sea, parece que la chica que organizó todo tiene un amor platónico hacia Kyojuro, te gustaría poder bajarla de su nube; es lamentable que no puedas decir con honestidad quien es tu novio, de alguna manera también es bueno, si lo confesaras quién sabe como reaccionarían.

Mientras ellas hablaban tomaste un trago de tu malteada, tu celular comenzó a sonar, dando una disculpa te levantaste de tu asiento para poder responder. Una sonrisa apareció en tu rostro al escuchar la voz de Rengoku, le explicaste donde estabas y que ya habían terminado de comprar; él dijo que te divirtieras, colgó y usaste esta llamada como pretexto para irte y volver a casa.

—Al parecer mi presencia se necesita en otro lugar —reíste nerviosamente al volver.

Tomaste tu malteada, bebiste todo lo que quedaba e ibas a dejar dinero para pagarla, pero ellas se negaron.

—¡Puedes llevarte tu traje antes de irte! Así no lo olvidarás —la joven castaña te pasó la bolsa.

—Muchas gracias a todas —hiciste un pequeña reverencia. —Nos vemos mañana.

Luego de que se despidieran de ti, saliste de la cafetería, miraste la bolsa y un sonrojo apareció en tu rostro. Te avergüenza la idea de usar algo así, pero puede que valga la pena.

Regresaste rápido a casa para poder encontrarte con Kyojuro.

Al día siguiente, jueves luego de clases fuiste a visitar a Shinobu a su salón para saber que van a preparar ellos ahí, no obstante no la encontraste, así que le mandaste un mensaje. Ella dijo que estaba con Kanae, un suspiro salió de tu boca, le dijiste que la verás después. Regresaste a tu aula, los chicos están sacando las sillas y pupitres para poder poner mesas y sillas diferentes para el día de mañana. Te acercaste a las chicas con las que vas a trabajar, se encuentran organizando los manteles que se pondrán en las mesas, una de ellas te saludó al verte y así fue con las otras.

—¿Vienes a ayudar, _______-chan? Creímos que hoy tenías que trabajar —mencionó la castaña.

Negaste con una sonrisita.

—Mi jefa me dio estos días por el festival a cambio de que la invitara —reíste.

—Que envidia, hace poco conseguí un trabajo y mi jefe es un viejo amargado —comentó otra.

—Tal vez tuve suerte.

—¡Estamos eligiendo colores! Tenemos disponibles estos 3, pero no sabemos con exactitud cuales van a funcionar mejor con las decoraciones, hoy queremos avanzar para que mañana temprano terminemos a tiempo antes de que comience el festival. Tienes buen gusto, ________-chan, ¿nos ayudas a elegir?

—Claro...

Miraste las telas dobladas encima del escritorio; rojo, amarillo y rosa. Al haber elegido representar a un "maid café" las decoraciones son lindas en un intento de ser agradables para los demás. Por más que los primeros dos colores te recordaran a cierta persona, tu mente tuvo que ignorar ese pensamiento para reflexionar de una mejor manera.

—El rosa quedaría bien con la temática —dijiste algo dudosa.

—¿Rosa? —la chica volteó a ver las decoraciones. —Bueno, tienes razón, ¡rosa, será!

—Que bueno que al final decidimos dejar los trajes aquí, así podremos cambiarnos mañana temprano.

«Hubiera sido muy vergonzoso tener que salir así desde casa... Encima desde el departamento de Kyojuro, sería demasiado raro si alguien me llegara a ver». Un suspiro salió de tu boca al pensarlo.

—Si consigo la suficiente valentía me gustaría decirle a Rengoku sensei cuales son mis sentimientos... —murmuró.

Lo dijo en voz baja solo para que ustedes la escucharan, las demás chicas y tú. Desviaste la mirada, estás pensando en que decirle para que no lo haga, no parece una mala chica; pero está muy ilusionada. Una de sus amigas habló, dándole apoyo, gracias a ello si tu le dices que no lo haga, va a parecer que tienes envidia o pensarán que es algún tipo de sentimiento negativo. Pusiste una de tus manos en su hombro, ella te miró, hiciste la sonrisa más fingida de toda tu vida y también hablaste.

—¿Sabes? Cuando el amor es verdadero no hay barreras, pero considera que es un profesor... Quizás no lo sepamos y ya tenga a alguien más.

Murmuraste fingiendo preocupación. Las demás apoyaron tus palabras, un suspiro de alivio salió de tu boca.

—¡Me esforzaré!

Quieres ser amable con ella, intentas que no se le rompa el corazón, pero es realmente terca. Sonreíste con nervios asintiendo a sus palabras.

—Mientras podemos poner esto a las mesas, hay que apurarnos —otra de ellas cambió el tema.

—¡Por supuesto! —respondiste.

El día pasó realmente rápido, fue entonces que llegó el viernes. Al despertar Kyojuro aún seguía dormido, una de dos; tú te despertaste temprano o está cansado. Las dos son muy probables, lo dejaste dormir y fuiste a darte un baño rápido, en efecto despertaste antes de tiempo. Te pusiste tu uniforme, luego sentandote en la cama, moviste con cuidado al rubio para despertarlo. Él abrió los ojos con lentitud, se sentó en la cama bostezando. Una sonrisita apareció en tu rostro al verlo medio dormido aún, su cabello está alborotado y hay mechones cayendo sobre su rostro.

—¿Quieres que haga el desayuno o vas a esperar a comer en el colegio, Kyo? —preguntaste tomando su mano.

—Ven aquí, cariño...

Ya que te encontrabas sentada en la orilla de la cama, Rengoku te tomó y mientras volvía a acostarte hizo que te acostaras a su lado, te rodeó con sus brazos, una de sus manos comenzó a acariciar tu cabello.

—Es muy temprano, ¿qué haces despierta? —cuestionó.

Haber despertado hace poco influyó en que su voz sonara ronca, tragaste saliva.

—No tengo idea —respondiste.

—No estarás nerviosa hoy, ¿verdad? —preguntó alejándose un poco para poder verte.

—Un poco —desviaste la mirada.

El rubio rió, te tomó de las mejillas acercando su rostro a ti, sus labios tocaron los tuyos, aunque fue un suave roce, provocó que te pusieras nerviosa.

—Antes te molestaba que no te besara en los labios y ahora te avergüenza, ¡eres tan linda, ________!

—Por lo menos deberías avisar... —murmuraste haciendo un puchero.

—¿Debería hacerlo?, ¿también necesito permiso? ~

—¡N-no es eso! —negaste.

Una risita salió de la boca de Kyojuro, se levantó de su lugar, en un abrir y cerrar de ojos se puso encima tuyo, tus nervios empezaron a crecer; tus mejillas no podían estar más rojas. Creíste que haría algo más, pero al parecer solo lo hizo para provocarte. Se quitó de encima, te ayudó a levantarte y se sentó en la cama junto a ti.

—¡Desayunemos juntos! Puede que después no tengas tiempo de comer, no quiero que te saltes ninguna comida, cariño.

—Estás más feliz y energético de lo normal, ¿a qué se debe?

—¡A que cada día me enamoro más de ti!

Sonreíste por lo que dijo.

—Que astuto... —murmuraste levantándote para seguirlo.

—¡Yo cocinaré así que no te preocupes!

Luego de un divertido desayuno junto a tu novio, tuviste que salir de casa antes que él, teniendo tiempo de sobra te tomaste tu tiempo de camino al colegio. Al llegar subiste directo a tu salón, ya se encontraba más decorado, encontraste a unos de tus compañeros, entre ellos Yuu. Te acercaste para saludarlo, él te sonrió devolviendo el saludo, pero se tuvo que ir porque otro chico lo llamó. Por la puerta entró Kirari, la chica que propuso la idea. En cuanto te vió se acercó a ti, te tomó de la muñeca sacándote arrastras del aula, te llevó a otra. Te soltó, adentro observaste a las chicas ya cambiándose, la castaña te entregó tu traje.

—Esta lugar y los otros 3 que están al lado se usan como bodega durante los festivales, ¡así que puedes cambiarte aquí sin problema!

Sonreíste.

—Gracias...

Te quitaste el suéter de tu uniforme, tomaste una silla para poder sentarte, una vez te quitaste la parte de arriba de tu uniforme, poniéndote el vestido te quitaste la falda de tu uniforme para acomodarlo bien. Te quitaste las calcetas para ponerte las medias y de nuevo los zapatos, la chica castaña te miró con un brillo en los ojos, se acercó a ti sujetando un peine en su mano y en la otra el accesorio que va en la cabeza.

—¿Me vas a peinar? —tragaste saliva. —P-puedo hacerme solo dos coletas, no hace falta.

—¿Segura? —asentiste.

De la bolsa de tu falda sacaste un par de ligas para el cabello, usando tu celular como espejo, lo separaste a la mitad e hiciste una coleta de los dos lados.

—Todas se ven muy lindas, ¡hagamos que esto funcione! —exclamó la castaña.

Todas las chicas ahí adentro asintieron con felicidad, se les nota en el rostro, de ti ni hablar. Vas a terminar muriendo de vergüenza si es que Kyojuro llega a verte. Sacaste tu celular mientras caminabas por los pasillos, le escribiste un mensaje a Shinobu el cual respondió de inmediato. "Cuando puedas toma algo de tiempo y ven a visitarme 👉🏻👈🏻" le escribiste lo mismo de vuelta. Regresaste a tu aula, afuera ya hay un letrero diciendo que en este salón hay un maid café.

Todavía tuvo que pasar una hora más para que comenzaran a recibir gente, al principio entraron un par de mujeres, luego de un rato llegó Hana. No la atendiste tú, pero te aseguraste de ser quien le entregara su comida, platicaron un poco hasta que llegó Susumaru, le ofreciste una mesa para él solo, no obstante dijo que podía sentarse junto con Hana, que así te será más fácil reconocerlos a los dos. Tu jefa aceptó de inmediato, cada que te acercabas a alguien para preguntarles que deseaban, observabas como ellos dos platicaban gustosos. Cuando terminaron de comer se levantaron y se fueron, se despidieron de ti diciendo que esperaban verte después.

Más y más gente llegó apenas dieron las 12, te tocó ver a algunas compañeras de Shinobu y también entraron algunos profesores que fueron atendidos por Yuu y compañía.

Llegó el momento que menos esperabas.

—¡Hola! Bienvenidos...

Al ver a Kyojuro tus mejillas se pusieron totalmente rojas, bajaste la mirada esperando que no se notara.

—¿Les ofrezco una mesa?, ¿quieren sentarse junto a los demás profesores? —cuestionaste.

—¡Eso estaría perfecto! —exclamó el amigo de tu novio.

Frunciste levemente el ceño, no podías quitar la sonrisa de tu rostro. Caminaste, ellos te siguieron hasta la mesa, se sentaron a un lado de Kanae, Tomioka e Iguro, los saludaron y cuando dejaron de platicar fue que pudiste escribir que querían. Todo sin verlos a la cara en ningún momento, no puedes con la pena de que ellos dos te vean así.

—¿No está siendo muy tímida? —cuestionó el hombre alto a su amigo.

—Al parecer —respondió.

—¡Hay algo que sí debo de admitir! —el rubio lo miró con atención. —De verdad no le queda nada mal el traje a tu novia, eres todo un suertudo.

El peliblanco recibió un codazo por parte de su amigo, giró su mirada viendo a sus compañeros profesores mirándolos.

—¿Qué cosas dices, Uzui-san? —preguntó la del broche de mariposa. —No es algo que debas decir sobre la pareja de tu mejor amigo.

—Es asqueroso, ¿cómo se te ocurre decir algo así en este momento? —cuestionó Obanai.

Tomioka se quedó callado, comiendo su pastel sólo observo como hablaron.

—O eso es lo que diría si la viera —corrigió mirando a Kyojuro. —Claro que no me refería a nadie de aquí, solo hay estudiantes.

—¿Eso no entra en la definición de "extravagante"? —interrogó el ojiazul mirando al par de amigos.

—¡Eso es...!

El rubio hizo que Tengen se callara, solo está empeorando las cosas y si sigue, será más difícil arreglar lo que acaba de provocar. Aprovechó el poco tiempo que discutieron para pensar algo con lo que desviar el tema, no le costó mucho al recordar el lugar donde se encuentran.

—¿Cómo se han sentido con el servicio hasta ahora?, ¡espero que mis chicos los hayan tratado bien! —comentó con entusiasmo.

Uzui se relajó cuando sintió que Rengoku le quitó ese peso de encima, un suspiro salió de su boca; echó todo su peso al respaldo de la silla, dejó que fuera su amigo quien siguiera hablando. Cualquier otro comentario suyo podría ser sacado fuera de lugar, y luce como si Giyu estuviera más atento de lo que parece.

—Todos se ven encantadores, la comida también es buena —respondió la de los broches de mariposa.

—Así es —afirmó el de ojos azules.

—Vine por petición de Shinobu, pero todo aquí es muy lindo —agregó. —¡Se esforzaron mucho! Se nota.

—¡Eso me alegra!, me siento orgulloso de todos aquí, sigan disfrutando su comida.

Luego de ese último comentario del profesor de historia, los demás siguieron comiendo. Llegaste poco después con un par de platos, ni siquiera te detuviste a verlos ya que tuviste que ir por sus bebidas, cuando terminaste de llevarles su orden te pusiste en frente de los dos, aún sin mirarlos a la cara hiciste una reverencia.

—Disfruten su comida...

Lo dijiste con pena, ni siquiera puedes entender como es que no balbuceaste o tartamudeaste, casi se escucha como un susurro pero fue lo suficiente fuerte para escucharse. Te fuiste tan rápido como hablaste, ni siquiera recibiste las gracias de parte de ninguno.

—Le va a costar mirarte a los ojos cuando regresen a casa —Uzui le susurró a su amigo.

Se quedó callado al ver la mirada que Kyojuro le dio.

Regresaste al lugar donde toman la comida que las personas piden, tu corazón está latiendo rápido, no es solo por la vergüenza de que Rengoku te vea vestida así, también se debe a la manera en que él se ve con ese traje. De toda la maldita ropa que tiene, ¿por qué justamente con un traje? Echaste aire a tu cara con una mano, respiraste profundo retomando tu compostura, sentiste la mano de alguien en tu hombro y esto provocó que te exaltaras, casi se te sale el corazón cuando volteaste a ver y miraste a Kirari, un suspiro salió de tu boca. Debes concentrarte, no tienes porque tener pensamientos extraños o algo por el estilo, los demás te verán rara y aún más si no puedes ver a Kyojuro a la cara.

—¿Te encuentras bien?

—¡Así es! —exclamaste. —Es sólo que uff... Mucha gente, no esperé tanta.

—¿Verdad? A este paso terminaremos temprano —rió. —Espero que por lo menos a las 4 hayamos terminado, escuché que otra clase de tercero tomó la idea de las bodas.

—¿De verdad? —ella asintió.

—¡Voy a tomar valentía durante este tiempo y se lo pediré a Rengoku sensei!

Al parecer quería murmurar, pero sonó tan emocionada que casi lo grita. Se tapó la boca de inmediato, pudiste darte cuenta de que sus mejillas se pusieron rojas. Comienzas a sentir un poco de celos, sabes que nada de lo que imagina junto a tu pareja es posible, pero te molesta el hecho de que seas incapaz de poder decirle. Parece una buena chica, pero es incapaz de desistir a sus deseos casi imposibles; mordiste tu lengua con cuidado de no decir ninguna tontería, ya te viste muy sospechosa en frente de dos de tus profesores, encima ella viniendo a decir eso cuando tratas de calmar tus pensamientos después de notar su atractivo con ese traje. Una sonrisita apareció en tu rostro, tratas de que no se vea muy fingida.

—¿Hasta que hora crees que estén?

—¡Supongo que hasta tarde! Habrá parejas que quieran simular tener una boda en la noche —rió. —Será cuestión de que los anillos alcancen.

—Entiendo...

—¡Pero debemos volver al trabajo! Realmente me gusta hablar contigo, ________-chan, siento que tú sí me entiendes.

Te dijo mientras tomaba una bandeja con comida, la miraste ella te sonrió y después se fue a entregar lo que llevaba en las manos. Otro problema más se agregó a tu lista, suspiraste para luego tomar un par de platos y seguir a la joven.

Algunas horas después la cantidad de gente bajó, ya no están tan atareados entregando y haciendo comida. Kirari te reunió junto a otras chicas, entre ellas dos con las que fuiste a comprar los trajes de maid. Escuchaste con atención, deseando con toda tu alma que por fin sea un descanso.

—Han estado trabajando duro, casi terminamos así que... Pueden ir a tomar un descanso, en 30 minutos nos volvemos a ver.

Una sonrisita apareció en tu rostro, asentiste y luego le agradeciste, fuiste a buscar tu celular, una vez lo encontraste, en el camino le escribiste a Shinobu que te diriges hacia donde ella. Buscaste su aula y al entrar te encontraste a algunas parejas esperando, la de puntas moradas te indicó que te sentaras en una silla mientras los demás pasaban. Obedeciste, acomodaste la falda del traje para que no estorbara tanto y tomaste asiento. Pasaron dos parejas más, hasta que por la puerta entro Kyojuro, toda tu cara se puso roja cuando volteó a verte, tragaste saliva, desviaste la mirada hacia tu celular para que no se notara tu nerviosismo. Él se sentó a tu lado así que sólo empeoró todo, tu cara no podía sentirse más caliente.

—¿Está aquí para supervisar lo que sucede? —le preguntó una chica a su profesor.

—Oh, no. ¡Sólo vengo a ver! —respondió.

Bastaron solo unos segundos para que Yuu también entrara por esa puerta. «¿Qué diablos está sucediendo?, ¡todo lo planeó, Shinobupensaste mientras fruncías el ceño. Todas las parejas terminaron de pasar, no obstante, algunos se quedaron para ver lo que sucedía. Tu atención se centró en la del broche de mariposa una vez llamó a tu amigo, tus ojos se abrieron en sorpresa cuando ella le pidió que se casaran, al parecer el azabache tampoco se lo creía.

—No seas tímido, Yuu —mencionó Shinobu mientras tomaba un anillo. —Estás son experiencias que no se vivirán después... Me refiero a estos juegos, puede que sí te cases en verdad. ~

El tono juguetón de Shinobu lo fue todo, volteaste a ver a Kyojuro y un chico le hizo plática, se encuentran hablando en voz baja. Cuando menos te lo esperabas la joven de puntas moradas te tomó de la muñeca, levantándote de la silla; te llevó hacia el lugar donde simulan un "altar". Tus mejillas estaban a estallar de rubor, sientes un bochorno insoportable por culpa de la vergüenza, un traje de maid, tu mejor amiga haciendo que te cases con ella, encima con tu pareja viéndolas; no puede ser peor.

—Somos amigas del alma, ¡así que por si no te llegas a casar con tu novio, hazlo conmigo tan siquiera!

Lo dijo fuerte y en voz alta a propósito, sabes y estás segura en su totalidad que hay maña detrás de sus acciones.

—¿Tienes novio, ________-chan? —preguntó una de las chicas de tu clase, ni siquiera la habías visto.

—Por favor no interrumpan —las dos personas en el escritorio hicieron que todos los presentes guardaran silencio.

Toda esa escena terminó contigo muriendo de pena, regresaste a tu lugar para sentarte al lado de Yuu, los dos se miraron y eso bastó para compartir sus pensamientos. Pasó una pareja más, y antes de continuar, Shinobu se detuvo de hablar; fijándose en la bolsa de anillo miró hacia tu dirección.

—Debe ser aburrido solo estar de espectador, ¿verdad, profesor? —cuestionó al mayor.

Antes de que él pudiera responder, ella continuó.

—¿Por qué no se une y también participa? Después de todo es un juego. ~ Podría "casarse" con...

Hizo comillas con los dedos, pero, la sonrisa en su rostro esconde algo detrás. Una chica dio hizo sonidos de emoción que trató de esconder, los ojos de las demás veían con anhelo a la azabache; esperando ser elegidas, Kocho examinó con su mirada a todas en el aula, hizo unos movimientos y alguien se colocó frente a la puerta. Los ojos de tu amiga se detuvieron en ti, tragaste saliva sabiendo lo que dirá en unos momentos.

—La mayoría está aquí con su pareja y no hay casi nadie sola... ________-chan podría ser una buena elección. Esto es un juego así que no hay nada de malo.

Rengoku te miró sonriendo.

—¿No habrá problema con tu novio, señorita _________?

«¿Por qué le está siguiendo el juego?... No puedo con los nervios» un suspiro salió de tu boca. Tus ojos fueron a los del rubio, fue entonces que pudiste calmarte y pensar con tranquilidad, también se formó una sonrisa en tu rostro.

—¡Para nada! —respondiste levantándote.

«No hacía falta la palabra "señorita", Kyo...» caminaste hacia el lugar donde tienes que pararte.

—Hasta parece que está vestido para la ocasión ~ —comentó alguna de todas las chicas.

Una risita salió de la boca de Shinobu, tomó una hoja y comenzó a leerla, en frente de ustedes colocaron otras dos, frunciste el ceño, una risita salió de tu boca al leer lo que dice. Kocho pidió que se miraran de frente, eso hicieron, ella lo dijo, es como un juego, pero este momento se siente diferente... Aunque no están solos, a pesar de que hay gente mirándolos; puedes sentir esa comodidad y tranquilidad que Kyojuro te brinda. En el salón reinó un silencio increíble, cada persona en este lugar está poniendo atención a cada movimiento que su profesor hace. Algunas chicas hasta se emocionaron.

—Hagamos esto bien —la de puntas moradas aclaró su garganta. —Kyojuro Rengoku, ¿aceptas a _________ como tu legítima esposa para amarla, respetarla y prometes serle fiel en...?

La de puntas moradas se calló cuando te vio, rió. Puso dos anillos frente a ustedes.

—Adelante, cada uno pónganlo en la mano del otro.

El mayor tomó tu mano izquierda con cuidado, deslizó el anillo por tu dedo anular aunque te quedaba algo grande.

—Si no les quedan pueden abrirlos o cerrarlos más —aclaró el joven detrás de Shinobu.

Asentiste, también tomaste su mano he hiciste lo mismo, tragaste saliva. Kocho planeó muy bien todo, comienzas a sospechar que también tiene que ver en ese descanso que te dieron. Una vez los dos tuvieron el anillo en sus dedos pensaste que se habría terminado, pero no fue así. Tu corazón ya no puede soportar más, tratas de no hacerte fantasías y encima tu amiga sale con esto.

—¡Supo donde ponerlo! —una chica "murmuró" con emoción.

Todos (menos ustedes) la miraron feo y se calló de inmediato disculpándose en voz baja.

—Puede besar a su esposa, profesor —una risita juguetona salió de la boca de la joven con broche de mariposa.

Kyojuro sabe que cualquier cosa que haga ahora lo verán como parte del juego, claro que no se va a lanzar a besarte, es alguien prudente y aunque Kagaya ya sabe de la relación de los dos, no quiere que sea molesto para ti. Te rodeó con sus brazos, una de sus manos fue a dar a tu espalda y la otra a tu cabeza, acariciándote. Todo tu rostro se puso rojo, de verdad no creías que fuera a reaccionar y hacer algo de este estilo, pensaste que sólo se iría y ya ó respondería de manera amable. Antes de alejarse dejó un beso en la coronilla de tu cabeza, trataste de procesar lo que está sucediendo, pero te está costando y mucho.

Todo el lugar estuvo en silencio, pero cuando sus labios te tocaron, tus compañeros empezaron a aplaudir y ovacionarlos.

—Cuando lleguemos a casa, hablemos sobre esto —murmuró.

Lo suficiente bajo para que sólo tú lo escuches.

—¡Bueno, chicos! Debo volver con los demás —Rengoku se alejó de ti.

Se acercó a la puerta, el chico que estaba ahí se hizo a un lado, antes de salir hizo una reverencia y agradeció el momento "divertido". Solo viste como se fue, el sonido de tu celular te sacó de tus pensamientos, caminaste hacia tu silla para tomarlo y responder a la llamada.

—Bueno amigos, sigamos con esto, ¿quién sigue? ~

Saliste del lugar, la llamada era de Kirari diciendo que debías de volver porque hace falta personal. Regresaste rápido junto a ella, antes de que tomaras la comida te detuvo al ver lo rojo de tu rostro, y lo extraña que te notas.

—¿Estás bien? —interrogó.

Asentiste.

—Si te sientes mal, solo dilo... Dios, hace un rato hicieron mucho ruido, ¿lo escuchaste? —preguntó tomando un par de platos.

—Lo hice...

—Me pregunto que habrá sucedido, que envidia... Todos están divirtiéndose y aquí estamos ocupados, ah.

Dio un suspiro, ya no pudiste responderle pues se fue.

Las horas pasaron, no podías sacar las imágenes de tu cabeza e incluso tus nervios volvían cada que lo recordabas. Hana volvió junto a Susumaru para despedirse incluso Himaru estaba con ellos y no te importó, tus manos se pusieron algo torpes y Kirari no dejaba de preguntar si te encontrabas bien. Entonces a las cinco de la tarde llegó el momento en el que por fin terminaron de trabajar, decidiste limpiar las mesas, también quitaste los manteles; aunque eras rápida también organizada, necesitabas cosas en las que distraerte para dejar de pensar en todo lo que sucedió y como Shinobu volvió a hacer de las suyas.

—¡Creo que por fin podemos ir a disfrutar! —exclamó la azabache mientras te quitaba los manteles de tus brazos.

—Realmente me gustó este día, aunque fue cansado —mencionó Mio.

—Deberíamos ir a cambiarnos, ¿nos acompañas, _________-chan? —cuestionó Kirari.

—Vayan ustedes, terminaré de limpiar aquí, nos vemos después.

Les regalaste una sonrisa, ellas asintieron y se fueron. Solo pasaste 10 minutos más junto a los chicos, saliste del aula tomando dirección a las escaleras hacia los salones donde la azabache te llevó en la mañana, abriste la puerta de donde te cambiaste dándote cuenta de que aún seguían sus cosas ahí, las de todas. Miraste al rededor del pasillo y todo se encuentra vacío y desierto, pero es posible escuchar el  barullo de la gente afuera, en el patio. Mordiste la uña de tu pulgar pensando en si debías de hacer lo que estás pensando o no.

Kyojuro está caminando entre los puestos de la entrada, sin embargo, su celular sonó, se tuvo que alejar de la multitud para responder la llamada.

No tardó mucho en llegar contigo, te vio sentada detrás de unas cajas, revisando tu celular. Tomó una silla para luego sentarse a tu lado, lo miraste.

—¿Sucedió algo malo? —sonó preocupado.

Negaste.

—¿Te sientes mal?

—Algo así —te recostaste sobre el pupitre.

—¿Qué sucede, amor?

Puso una de sus manos en tu espalda, la movió de arriba a abajo para acariciarte, cerraste los ojos ante sus movimientos; los abriste unos segundos después, te acomodaste para observarlo bien y tomaste su mano entre las tuyas. Kyojuro te miró con atención, algo confundido por tu comportamiento.

—¿Me veo linda?

Los labios de Rengoku se curvaron formando una sonrisa, cuando soltaste su mano tomó una de tus coletas y deslizó su mano a lo largo de tu cabello, tus mejillas se ruborizaron por tal acción sumando a que los dos están en silencio; esperas aunque sea un pequeño susurro de su parte como respuesta. Se levantó de la silla y te dio la mano, al tomarla te impulsó hacia él, atrapándote en sus brazos. Las yemas de sus dedos acariciaron tus labios, la velocidad de tus latidos aumentaron, no ha pronunciado ninguna palabra, pero sus acciones ya te dicen demasiado.

—Te ves hermosa.

Dijo suavemente, como si las palabras hubieran salido de su boca sin que las controlara. No habías respondido cuando sus labios ya se encontraban sobre los tuyos, sentiste una sensación agradable, está siendo cariñoso y dulce. Te atrajo más hacia él, sus labios se alejaron de los tuyos, no obstante, los sentiste en tu mejilla.

—Kyojuro... —murmuraste.

Hizo un sonidito afirmativo, dando a entender que te escuchó y quiere saber que dirás a continuación.

—No puedes ser tan malo para aparecer vestido de esta manera, y encima no negarte a los juegos de Shinobu... No sabía que hacer en ese momento.

Bajaste la mirada, ocultando tu rostro en su pecho. Una risita salió de su boca, quitó las ligas que amarran tu cabello, subiste la cabeza para poder verlo.

—Me gustas aún más con el cabello suelto y sobre eso...

Creíste que había ignorado por completo lo que le dijiste.

—Si te pone así de nerviosa un juego, ¿qué será de nuestra boda real? —murmuró en cerca de tu oreja.

Sentiste su aliento chocar contra tu piel.

—Es que tú...

—Esto no es muy diferente a lo que se usa en una boda, ¿te pondrás más nerviosa entonces? —de nuevo volvió a reír.

—Es porque tú lo provocas —te quejaste haciendo un puchero.

—Cari...-

Lo interrumpiste besándolo, lo tomaste de los hombros, teniendo el control del beso fuiste tú quien lo dirigió; Kyojuro se inclinó hacia ti, tomándote de la cintura para que te sea más fácil.

—Ya hablamos sobre esto, amor —mencionó al separase.

Negaste.

—No puedes jugar de esa manera y esperar que no suceda nada... —desviaste la mirada. —Aparte tú también lo quieres y es notorio.

Te alejaste para poder verlo y darle su espacio. Su rostro se ruborizó, se cruzó de brazos volviendo a sentarse en la silla, no dijo nada más. Sentándote en el piso sobre tus piernas pusiste una de tus manos en su entrepierna, se estremeció en cuanto sintió tu mano por encima de la ropa. El rubio se tapó la boca con una mano, escuchaste como tragó saliva. Buscaste una posición cómoda en la que poder acomodarte, y desabrochaste su cinturón para después bajar el cierre de su pantalón, acariciaste su miembro con la tela de por medio.

Él se levantó un poco para bajarse los pantalones y la ropa interior, no pudiste evitar sentir tu cara calentarse cuando lo viste, se volvió a sentar y te miró.

Te paraste, apoyándote en sus muslos y doblando las rodillas, inclinaste tu cuerpo hacia el para poder besarlo, tomaste su pene con una mano, apretaste con suavidad y la moviste de arriba a abajo. En cuanto al beso, Rengoku está tomando tus labios con deseo, no sólo eso sino pasó de morderlos a jugar con tu lengua; es seguro que solo quiere ahogar los ruiditos se satisfacción que le estás causando. Tomaste aire al alejarte de él, un fino hilo de saliva une sus bocas, sin embargo, Kyojuro te limpió con la manga de su camisa. Te volviste a sentar en el suelo, ahora con un simple beso su miembro ya se encuentra más duro.

—¿No te exitaste muy rápido? —cuestionaste poniendo unos mechones de tu cabello detrás de tu oreja. —¿Es por como estoy vestida? Por hoy soy una maid... Así que me encargaré de atenderte correctamente.

Cuando estaba apunto de responder, ya habías usado tu lengua para lamer la punta, fue repentino para él, mordió su labio para evitar producir algún sonido.

—No puedes decir cosas como esas y luego hacer eso... —se quejó.

—¿Hacer qué? —preguntaste mirándolo a los ojos. —¿Esto?

Lo metiste a tu boca, Kyojuro suspiró, su respiración se aceleró, puede sentir a su corazón latir demasiado rápido. Te quitó el cabello que te estorba en la cara y casi se te mete a la boca. Si bien ninguno de los dos vio a nadie al llegar, estás procurando no hacer mucho ruido, es un alivio que haya más ruido afuera que algo que provenga del lugar donde se encuentran. Una de tus manos se movió a la par que tu lengua, te alejaste para tomar aire, pero no lo soltaste. Limpiaste la saliva que cayó por un extremo de tu boca, al mirar al rubio lo viste agitado, con una mano tapando su boca, se te escapó una risita.

—Eres realmente lindo —sonreíste.

—También te ves hermosa desde aquí —acarició tu rostro.

Mientras hablan no dejas de mover tu mano, hiciste un poco más de presión y pusiste atención a su expresión por si es que le molestaba, no te dijo nada; pareció gustarle.

—Lastima que esto no tenga escote o podría hacer más... —murmuraste.

—Eso me alegra —comentó aliviado.

—Dudo habérmelo puesto si lo tuviera —reíste.

—Tú te ves bien de cualquier manera... Amor...

Un suspiro salió de la boca de tu pareja al sentir como tocaste sus testículos, respiró profundo, está intentando no ser ruidoso, pero le es imposible por la manera en que lo estás tocando. Lo tomaste con una mano e inclinaste tu cabeza, pasaste tu lengua a lo largo de su miembro, Rengoku está aguantando las ganas de tomarte de la cabeza y meterlo todo en tu boca.

—Una compañera... —le dijiste al separarte, no le miraste a los ojos. —Al parecer le gustas mucho...

Murmuraste con molestia moviendo tu mano, él se quedó callado pues se dio cuenta que continuarás.

—Intenté no ponerle mucha atención, pero se ve ilusionada, me habría encantado poder decirle que tú eres mío.

Tres simples palabras fueron suficientes para que la erección de Kyojuro creciera, te diste cuenta como se hizo más grande en tu mano, una sonrisa de satisfacción apareció en su rostro, también se ruborizaron sus mejillas. Estiró su mano para acariciar tu cabello, lo miraste al meter su miembro a tu boca, frunció levemente el ceño.

—¿Qué fue lo que dijiste hace un momento, cariño? —preguntó.

—¿Hmm? —lo volviste a sacar de tu boca para hablar.

—Repítelo.

Fue una petición normal, pero sonó más como una orden. Procesaste las palabras que habías dicho, todo tu rostro se puso rojo, negaste múltiples veces.

—Lo escuchaste bien... —murmuraste avergonzada. —Hasta reaccionaste a ello...

Elegiste las palabras correctas para contraatacar, dejando de lado tantas palabras decidiste volver a concentrarte en él. Lo metiste a tu boca pasando tu lengua al rededor de la parte que está adentro, poniendo más atención al glande; moviste una de tus manos de arriba a abajo, debajo del lugar donde estás chupando. Rengoku empujó un poco tu cabeza, apenas un par de centímetros, lo miraste, el brillo de sus ojos, su mirada, esas pocas cosas fueron suficiente para saber que quería algo más. Te alejaste para poder respirar, lo viste agitado.

—Kyojuro... —lo llamaste tomando su mano. —Tú eres quien mejor sabe de que manera te gusta.

—¿Uh? —te miró con curiosidad.

Hiciste que con su mano tomara su miembro, tomaste tu cabello y lo pusiste detrás de tu oreja, así no va a estorbar. Cerraste los ojos, inclinándote lo volviste a introducir en tu boca, esta vez siendo únicamente el glande. Lograste hacer que esta vez Rengoku se avergüence de verdad, su mano se empezó a mover de arriba a abajo con prisa, puede que desde un principio lo quisiera así y no sabía como pedirlo. La calidez de tu lengua y boca sumado a los movimientos de su mano están haciendo que le sea más difícil contener su placer.

Escuchaste como gruñó, su respiración se escucha agitada, y no poco después un gemido escapó de su boca.

—__-______... Estoy por correrme...

Alejaste su mano, lo metiste más a tu boca, sus manos tomaron tu cabeza y la empujaron hacia él. Sentiste como se corrió, cuando te soltó colocaste tus manos debajo y al alejarte de su entrepierna tapaste tu boca para que no cayera en tu traje o al piso.

—A-amor... Escúpelo si no...

Negaste, cerraste los ojos y como aún lo tenías en la boca lo tragaste, algunas gotas cayeron en tus manos así que las acercaste a tu boca y las lamiste.

—Déjame reconocer que eres muy tierna cuando estás celosa —te levantaste del piso.

—Tampoco quiero romperle sus ilusiones y ser la mala del grupo —suspiraste.

—Debe ser realmente molesto, por mi parte no debes preocuparte —tomó tu mano. —¡Después de todo, soy todo tuyo!

Exclamó para luego guiñarte un ojo, desviaste la mirada.

—Iré a cambiarme, creo que tengo papel entre mis cosas... Vuelvo en un momento.

Lo primero que hiciste al salir fue revisar si no había alguien, entraste al aula donde te cambiaste y cuando encontraste el papel regresaste para dárselo a Kyojuro, volviste a salir, ahora sí, para poder cambiarte el traje de maid a tu uniforme normal.

Acá no termina este momento, en el siguiente aún van a seguir en la escuela y Rengoku le va a proponer algo a rayita. (No, no será boda) xD

Hoy sí no hubo revisión, si ven algún error ortografico me disculpo, hice este episodio entre ayer y hoy y pues XD

Debo admitir que me gustó escribir este capítulo, espero que a ustedes también les haya gustado leerlo. Se me olvidó avisar lo del lime, la felación que la rayis le hizo a Kyojuro, pero no lo tenía planeado al principio jajaja. De cualquier manera, gracias por leer y ojalá les haya gustado ❤

También hay una duda muy común, puede que a algunas les parezca raro o no estén de acuerdo, pero Kyojuro tiene 27. Considerando los 4 años de carrera, los 3 que ha estado con rayita y 2 que llevaba trabajando desde antes. Hubiera sido muy raro dejarlo con los 20 del anime, pero de una vez lo aclaro porque he recibido muchas dudas al respecto.

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