Capitulo 41

Kyojuro se despertó a la hora habitual, le habría encantado poder dormir más. Se sentó al borde de la cama, bostezó y luego se inclinó hacia ti para verte, sus labios se curvaron formando una sonrisa al verte dormir tan tranquila; apartó un mechón de cabello de tu rostro y dejó un beso en tus mejillas. Miró la hora en su celular, se levantó de la cama estirándose. Es temprano, pero, tiene algo de flojera así que decidió levantarse antes de volver a acomodarse a tu lado y posiblemente quedarse dormido de nuevo.

Primero tomó un baño, algo rápido, cuando regresó a la habitación y buscó ropa para cambiarse, se dio cuenta de que seguías dormida. Un suspiro salió de su boca al recordar la tarde del día anterior. ¿De verdad te cansaste tanto? Quizás es un poco obvio por la manera en que caíste dormida apenas te acostaste, pero antes de la cena aún te veías con mucha energía. Una vez terminó de ponerse el cinturón, salió de nuevo para ir a hacer el desayuno; decidió despertarte cuando termine de cocinar, así podrás seguir durmiendo más.

Cuando llegó a la cocina y abrió el gabinete inferior, su ceño se frunció mientras sonreía. «Fueron solo dos noches y aún así compró sopa instantánea...» respiró profundo para después tomar la harina de hotcakes.

Al pasar un tiempo terminó la mezcla, miró el reloj en su muñeca y de nuevo se dirigió al cuarto. Poniéndose a un lado tuyo su mano se dirigió a tu brazo, te movió con suavidad hablando calmado.

—_______, despierta, vamos a desayunar.

—Hum... —apretaste la almohada en tus brazos. —Estoy cansada, Kyo. Fuiste muy rudo ayer...

Una risita nerviosa salió de la boca del rubio, sintió su rostro calentarse, iba a alejar su mano de ti, pero sujetaste su muñeca antes de que sucediera, sin decir nada la pusiste encima de tu cabeza; él entendió de inmediato y empezó a acariciar tu cabello.

—Ahora entiendo porque dijiste "lastima que sea domingo" —abriste los ojos y lo miraste.

—Vamos a desayunar, cariño —se sentó en la orilla de la cama.

Te moviste para darle más espacio, su mano se deslizó por tu cabello hasta tomarte de la mejilla, Rengoku se acercó, sus labios tocaron tu frente y suspiraste. Él se alejó cuando vio que te estabas levantando, pero sólo te sentaste en la cama. Hiciste un puchero sin quitar los ojos de su mirada, te regaló una sonrisa mientras esperaba a que hablaras.

—No quiero ir —exclamaste.

Un suspiro salió de su boca, se quedó en silencio pensando en que responder.

—Bien, no vayas, pero... —levantó su dedo índice. —Vas a levantarte a desayunar ahora y quiero que consigas los apuntes del día de hoy.

—¡Acepto! Yuu me los pasará sin rechistar.

Kyojuro río, se levantó de la cama y extendió su mano para que la tomes, lo hiciste, también te paraste. Un bostezo salió de tu boca, los dos se dirigieron camino a la cocina; tu novio te pidió que tomaras asiento por otro lado él sirvió el desayuno. No tardó mucho en dejar frente a ti un plato con hotcakes y té, esperaste a que también se sirviera para iniciar a comer, le agradeciste por la comida una vez se sentó a tu lado; comenzaron a comer poco después.

Ya que vas a volver a acostarte, regresaste junto a él a su habitación, tú caminaste hacia la cama, pero tu pareja abrió un cajón y de ahí sacó su típica corbata roja. Se te iluminaron los pensamientos, antes de subirte por completo a la cama, te acercaste a él, miraste la prenda en sus manos y luego le viste a los ojos.

—¡Estuve practicando! —exclamaste. —Déjame ponerla por ti.

—¡Por favor!

Sonreíste ante su respuesta, pasaste uno de los extremos por su cuello para acomodarlo, cruzaste la parte larga por encima de la chica y la pasaste por la parte delantera, el rubio te vio tan concentrada que prefirió quedarse callado mirándote; son pareja, viven juntos y han hecho el amor de distintas maneras, pero tenerte haciendo una cosa tan simple como atarle la corbata le causa una felicidad tremenda, tu cercanía de esta manera a pesar de que no haces nada inusual, le pone nervioso. Pasaste la parte larga por el espacio que habías dejado, ajustaste el nudo que hiciste y luego acomodaste el cuello de la camisa para que se viera bien.

Te alejaste cruzándote de brazos, no le quitaste la mirada a tu novio.

—Quedó bien para ser la primera vez oficial —una risita salió de tu boca. —Esperaba que se viera mejor.

—No digas eso, amor... ¡Me encanta!

Luego de verse en el espejo, te envolvió entre sus brazos, ocultaste tu rostro en su pecho respirando su aroma, un suspiro salió de tu boca; también lo abrazaste.

—Te amo, Kyo —murmuraste.

Él se alejó para poderte ver a la cara, se agachó y te cargó para luego dejarte encima de la cama. Movió la sabana acomodándola y luego te arropó, tu cara se puso caliente desviaste la mirada dejando que hiciera lo suyo. Cuando terminó de acomodar todo, se acostó a tu lado y te rodeó con uno de sus brazos, mantuviste los tuyos dentro de la cobija.

—Yo te amo más, ________.

El simple hecho de que dijera tu nombre le dio más seriedad a sus palabras, tragaste saliva cuando sentiste sus labios en tu frente.

Rengoku miró la hora en su reloj, exhaló y se separó de ti, solo miraste como se levantó de la cama.

—Debo ir a trabajar, recuerda en lo que quedamos —te sentaste en tu lugar mirándolo.

—Te hace falta algo —hiciste un puchero.

—¿A qué te refie...? —una sonrisa apareció en su rostro cuando vio que señalaste tus labios.

Se inclinó hacia ti, poniendo una de sus manos en la cama, se apoyó en ella y sus labios se unieron con los tuyos; fue una presión suave y sutil, el mayor se separó casi al instante, sabe que si se queda más tiempo se le hará tarde y es posible que caiga ante tus provocaciones. Revolvió tu cabello, te dio otro beso en la frente y se despidió de ti, saliendo por la puerta. Volviste a meterte dentro de las mantas, abrazaste la almohada que tenías antes y cerraste los ojos intentando volver a dormir.

Las horas pasaron, mientras tú estás durmiendo en casa, Kyojuro se encuentra trabajando.

Se colgó el maletín en el hombro para salir del aula, detrás de él salió Yuu disparado como si estuviera buscando algo importante. El rubio se dirigió a la sala de profesores, tendrá una hora libre después de almorzar así que es probable que tome un descanso, apenas un par de aulas antes de llegar a su destino, se topó con Shinobu, tú amiga. Ella lo saludó e hizo una leve reverencia, después cuando iba a cuestionar porqué faltaste, Yuu llegó corriendo, deteniéndose en seco al ver a su profesor en frente de él. Le fue imposible ocultar el nerviosismo en su rostro, el mayor sonrió mientras negaba.

—Sabes que no debes de hacer eso, Yuu —le advirtió cruzándose de brazos.

—¡Lo siento! No lo había visto...-

—Tampoco debes de hacerlo aunque no hayan profesores, puedes chocar con alguno de tus compañeros y ocasionar un accidente, ¿entendido?

El azabache suspiró.

—Disculpe, Rengoku sensei —hizo una reverencia para después mirar a la de puntas moradas. —¿Sabes por qué no vino, ________? No responde los mensajes...

—Eso iba a investigar...

La joven frunció levemente el ceño mientras veía a su amigo, Kyojuro no dijo ni hizo nada, pensó en muchas cosas, pero iban a sonar raras; la única alternativa sería irse.

—Si no necesitan nada más, me retiro, ¡si quieren ayuda en algo búsquenme!

—Muchas gracias, Rengoku-san —agradeció la chica viendo como su profesor se iba.

—Parece que interrumpí algo importante —el joven se quejó.

—Para nada, pero deberías de ser más considerado, Yuu. Interrumpir de esa manera es muy... Maleducado de tu parte.

—El domingo no hablamos, se veía alegre el sábado y ahora faltó. ¿Crees que se trate de algún problema familiar? —dudó.

—Estoy segura de que en este momento el último motivo por el cual podría faltar es algo familiar... Así que totalmente descartado, le marcaré hasta que responda.

Sacó su celular, acelerando su paso.

—¡Espera!, ¿no vas a comer? —la persiguió a su misma velocidad.

Kyojuro entró a la sala de profesores y se sentó en su lugar, dejó su maletín encima del escritorio y echó todo su peso al respaldo de la silla, un suspiro salió de su boca, una de dos; regresa a dormir o se duerme más temprano de lo habitual. Sacó su celular para enviarte un mensaje, antes de que pudiera buscar tu contacto, la voz de uno de sus compañeros de trabajo le sorprendió, girando su silla para poder ver a Tengen. El peliblanco le miró entrecerrando los ojos, el rubio sonrió con tranquilidad ante la actitud extraña de su compañero, sabe que puede que le haga un interrogatorio y no desea responderlo.

—Ayer corriste cuando todo terminó, no quisiste salir a tomar en la noche con nosotros y hoy te ves cansado... ¿Qué suceso fue más importante que salir con tus mejores amigos?

Rengoku se río al escuchar las palabras del más alto, fue solo para disfrutar su nerviosismo. ¿Qué no sería más importante que eso? Tuvo una mejor tarde que saliendo a tomar.

—No hice nada en especial, ¡ocupé mi tiempo en adelantar mi trabajo! —mintió.

—Relajate por un momento, siempre vas más allá —jaló la silla de al lado para sentarse.

—¡También me relajé, mucho...! —exclamó con alegría.

—¡Tengo otra invitación para ti y espero que ahora sí la aceptes! —ignoró la respuesta de su amigo.

—Depende de que sea, no puedo aceptar cualquier cosa.

—Vayamos a un bar, en la noche. De seguro tienes tiempo libre, una noche no será nada... Aparte, habrán muje-

—¡Me niego rotundamente! —respondió. —Mucho menos si habrán mujeres, algunas posiblemente con copas de más y ganas de ligar. Tengo pareja, la respeto y puedo aceptar tu invitación si es en la tarde y otro día.

—¿Realmente es tan buena? Hombre... De un momento a otro nos diste la noticia de que tienes novia, ha pasado más de medio año y aún no la conocemos, ¿es algún tipo de celebridad? Eso sería realmente extravagante.

Kyojuro río ante las palabras de su compañero, negó.

—No es nada de eso, pero, ¡sí es alguien muy linda! —se levantó de su asiento.

—Debe de serlo si ocupa todo tu tiempo —río.

—Mi tiempo está bien, tus propuestas no.

Con una risita el rubio miró al de ojos color fucsia. Tengen sonrió, llevó sus brazos atrás de su cabeza y cerró los ojos, silbando. Sabe que lo que dijo el de puntas rojas es cierto, lo aceptó sin reprochar.

—Que aburrido eres —fue lo último que dijo.

Rengoku se cruzó de brazos y negó sonriendo.

—Te invito algo, vamos —le dijo a su amigo quien aún se encuentra sentado.

Este abrió un ojo, se levantó de golpe y lo siguió.

Mientras tanto, Yuu miró el celular de Shinobu quien se encuentra llamándote. La paciencia del chico estaba por acabarse, no dejaba de mover las piernas y eso distraía a la joven de puntas moradas. Un suspiro salió de su boca, volteó a ver a su amigo frunciendo el ceño, él se calmó de inmediato. Pasaron unos segundos más y por fin respondiste.

—Ponlo en altavoz —le dijo el azabache a tu amiga.

Lo hizo.

—¿Por qué faltaste hoy, _________? —te cuestionó.

"Acabo de despertar... Estoy cansada, el día de ayer fue agotador..." fue tu respuesta, los dos jovenes de miraron, Yuu fue quien menos entendió, Shinobu sospechó de algo, pero, para tu suerte no dio en el blanco.

—¿Hiciste ejercicio o algo por el estilo? —preguntó Yuu. —¡Oh! Lo tengo, fue por tu trabajo.

—¿Trabajaste ayer?

"Disculpen, me está llamando alguien más, voy a colgar... Llamaré más tarde, gracias por preocuparse, los quiero". Tu amigo suspiró, eso fue demasiado repentino y justo en el momento en que habían preguntado.

—¡Deberíamos ir a verla a su casa! —recomendó. —El sábado me ofrecí a llevarla y no quiso, de seguro algo está mal allá.

—¿Luego de que me fuera?... Ir a su casa tampoco es opción.

—¿Por? Eres su mejor amiga, ¡sabes donde vive!

—Sólo dejala ser, mañana vendrá y podrás conseguir más información que yo —le dio unos leves codazos en el brazo, el chico se sonrojó, frunció el ceño y desvío la mirada.

Levantaste el celular con tus dos manos, solo necesitabas dormir un poco más, ahora estás aburrida y te arrepientes de haber faltado. Kyojuro te había marcado, pero cuando aceptaste la llamada se colgó de inmediato; dejaste el celular a un lado tuyo y te sentaste en la cama. Tallaste tus ojos, bostezaste volteando a ver tu celular el cual había sonado, se trata de un mensaje de tu novio. "Fue un accidente, Uzui tomó mi celular jajaja", "Ya despertaste, cariño?" sentiste un enorme alivio al no haber dicho nada, si te hubiera escuchado habría sido lo peor. Un suspiro salió de tu boca mientras escribías.

Luego de responder, te levantaste de la cama. Vas a intentar desaburrirte mientras haces cosas.

Primero decidiste limpiar el departamento, barriste todo el lugar y trapeaste, creíste que tardarías mucho, pero no fue más de hora y media; sólo porque te estabas distrayendo con cualquier cosa. Luego de eso lavaste la ropa, Rengoku dijo que lo haría él, pero no fuiste a la escuela y es lo mínimo que puedes hacer luego de faltar. Cuando te tomaste un descanso, te sentaste en el sillón para revisar los mensajes que tenías; no tocaste tu celular en toda la mañana más que para responderle a tu pareja. Le escribiste a Shinobu, Yuu y extrañamente tenías un mensaje de un número desconocido, frunciste el ceño cuando lo leíste pues sólo tenía un punto; bloqueaste a ese número. Después le mandaste un mensaje a Hana para que te dijera si sí vas a ir a trabajar o no. Vas a cocinar algo para comer en la tarde o cenar.

Shinobu recibió el mensaje en medio de la clase de historia, fue tanta la coincidencia que pudo leerlo. Levantó su libro y sacó el celular, escondiéndolo de la vista del profesor.

—Esta chica... —la azabache suspiró al leer el mensaje.

"El mensaje lo mande hace 4 horas >:c" fue la respuesta de Shinobu, recibió un "jajaja" de tu parte. Ya no te respondió pues tenía que poner atención a la explicación que Rengoku comenzó a dar, guardó su celular y acomodó sus cosas. No pasó mucho cuando terminó de explicar, dejó trabajo y tu amiga pudo escribirte de nuevo. Al sonar la campana la clase finalizó, Kocho miró la hora, las clases ya terminaron, sin embargo ella tiene actividades en su club; así que regresará tarde a casa. Todos comenzaron a recoger sus cosas, Kyojuro incluido, pero antes de que saliera del lugar, se acercó a él para cuestionar el porqué de tu falta.

—Dijo estar cansada, ¿fue sólo eso? —preguntó.

Sabe que el rubio entenderá rápido, sin dar muchos detalles a los demás no les importará de que hablan.

—¡Yo no debería ser quién responda eso! —exclamó con una sonrisita.

—Pero no dijo mucho, así que usted es mi última opción.

Como los dos estaban caminando juntos, su profesor se detuvo, giró para ver a tu amiga y respondió con tranquilidad.

—¿Por qué no la visitas? ¡Eres libre de hacerlo cuando quieras!

De la boca de Shinobu salió una risita, si alguien más los llegara a escuchar va a parecer que hablan de acertijos, la chica del broche de mariposa se inclinó haciendo una reverencia.

—Avisaré cada que vaya a verla —el mayor asintió.

—Está bi...-

De nuevo llegó Yuu corriendo, cuando vio a su profesor una gota de sudor frío cayó por su frente; se inclinó haciendo un montón de reverencias mientras balbuceaba disculpas.

—¿Sobre que hablamos hace poco, Yuu? —el de puntas rojas de cruzo de brazos.

—¡Fue sin querer! Lo juro...

—Por favor pon más atención, ¡terminarás lastimándote a ti o a alguien!

—¡Entendido, profesor!

—¿Esas fueron todas las preguntas, Shinobu? —asintió. —Entonces me retiro, ¡tengan linda tarde, chicos!

Se alejó de los dos jóvenes, el azabache volteó a ver a su amiga, enseñándole su celular; justamente el mensaje que le habías enviado. Kocho lo leyó buscando lo malo del mismo, pero no entendió nada, esto hizo que Yuu tuviera que explicar.

—¡Respondió mis mensajes sólo porque quería los trabajos! —un suspiro salió de su boca.

—No grites tanto, ¿por qué te molesta tanto?, ¿esperabas otro tipo de mensaje?

—N-no, para nada... Pero si quiere algo por lo menos que lo pida directamente y no le haga al cuento —apagó la pantalla de su celular y lo guardó.

Una sonrisita maliciosa apareció en los labios de Shinobu.

—Deberíamos visitarla, ¿no crees?

—Pero tú dijiste...

—¡Visitemosla alguna vez!, ¿no te gustaría? Después de todo eres su mejor amigo —puso su mano en el hombro del chico.

—Sin comentarios —se excusó para ya no tener que decir nada más.

Shinobu río.

—Debo de ir a mi club, nos vemos después, Yuu —el joven asintió.

Se despidieron, la de broche de mariposas comenzó a caminar en dirección a su club, frunció el ceño cuando vio a la figura de una persona peculiar, caminó con cuidado hacia aquella silueta, sin embargo la perdió de vista en la esquina. Un suspiro salió de su boca, no hay ninguna razón por la cual deba de estar ahí, dio media vuelta para seguir con su camino y entonces se encontró con Himaru. Ya no sabe si llamarlo tu hermanastro o no, ella lo iba a evadir, ni siquiera lo volteó a ver, apenas sus ojos lo miraron de reojo desvió la mirada para ignorarlo, este fue quien la detuvo.

—Hace mucho no te veía —saludó.

—Me encantaría detenerme a hablar contigo, pero preferiría reprobar el año —fue su respuesta.

—Vamos, ¡quiero hablar bien!

—Voy justa de tiempo.

Respondió siguiendo con su camino.

Kyojuro dejó algunos papeles en la sala de profesores y luego salió, llegó a la entrada de la escuela y sacó su celular. Iba a marcarte cuando una voz le detuvo, miró a la persona de la que proviene, una sonrisa se formó en su rostro, hizo una reverencia y guardó su celular.

—¡Buenas tardes! —saludó.

—Buenas tardes, Kyojuro —Kagaya dijo caminando a su lado. —¿Estás ocupado?

—¡Para nada!, ¿necesita algo?

—Vas de regreso a casa, ¿no es así? —el rubio asintió. —Está bien, regresa con cuidado, nos vemos mañana.

—¡Muchas gracias! También vaya con cuidado —hizo una pequeña reverencia. —Con su permiso.

Siguió con su camino, volvió a sacar su celular para poder marcarte, respondiste al instante.

Estabas comiendo una paleta de hielo cuando te hablo, casi te ahogas al responder. Como estabas acostada en el sillón mirando hacia el techo, te sentaste, acomodándote. Respondiste la llamada, la pusiste en altavoz y dejaste el celular en tus piernas, limpiaste tu boca tratando de no ensuciarte con la paleta.

—¡Hola, cariño! —exclamaste.

Si hubieras podido verlo, habrías notado la sonrisa tan grande que apareció en su rostro. "Buenas tardes, amor. ¿Irás a trabajar hoy?". Metiste la paleta en su empaque y tomaste el celular.

—Hana me dijo que vaya mañana y que el fin de semana iremos juntas por flores —respondiste. —Hoy tengo el día libre, sólo estoy esperando a que Yuu me pase los apuntes de hoy, ¿por qué?

"Ya voy para allá, llegaré en media hora" respondió, comenzaste a jugar con tu cabello.

—Con cuidado, aquí te espero —dijiste.

Se dijeron algunas cosas más antes de colgar, tu amigo te mandó un mensaje así que lo revisaste; "me indigna mucho que solo me hables para esto, pero aquí está >_<", "no hicimos mucho, tienes suerte". Una risita salió de tu boca, le devolviste el mensaje con un agradecimiento. Te paraste y fuiste por tus cuadernos, abriste las imágenes que mandó para poder iniciar a copiar los apuntes, te concentraste lo suficiente para no distraerte y poder terminar rápido, quieres estar libre para cuando tu pareja regrese a casa.

No obstante, te concentraste tanto que el tiempo pasó muy rápido, ibas apenas en la quinta imagen cuando escuchaste la puerta principal abrirse.

—¡Estoy en casa! —escuchaste la voz del rubio.

Una sonrisa apareció en tu rostro, te levantaste para poder recibirlo.

—Bienvenido, Kyo —dijiste extendiendo los brazos.

Él caminó hacia ti, te rodeó con sus brazos, tú también y llevaste tus manos hacia su cabello, tus dedos jugaron con el.

—Nunca me cansaría de que me recibas así —murmuró apretándote con cariño.

—Te estás tardando —tu voz salió en un murmullo.

Fue lo suficiente bajo para que no escuchara, esas palabras solo fueron para ti. Te alejaste de su abrazo y le miraste a los ojos, tus manos se deslizaron hacia su corbata, la aflojaste quitándola mientras hablas.

—Cociné, si quieres comer puedo servirte o... ¡dime que es lo que quieres y lo haré!

Kyojuro sonrió ante tus palabras, tomó su mano y te volvió a jalar hacia él.

—¡Lo único que quiero hacer ahora es descansar! —río. —Sólo quédate conmigo.

—Claro que me quedaré contigo, este lugar es demasiado grande y sin ti es mucho peor, una almohada no puede ser tu reemplazo.

—¿Estabas haciendo algo? —preguntó soltandote.

—¡Lo que te prometí! —exclamaste. —Pasaba los apuntes del día de hoy a mi cuaderno.

—¿Qué te parece si los dos trabajamos juntos? —preguntó.

Tus ojos se iluminaron ante su propuesta, lo tomaste de los hombros, estirándote hacia él le diste un beso en la mejilla.

—¡Tú vienes cansado así que es mi turno de consentirte! —las mejillas de Kyojuro se ruborizaron un poco. —Sientate, iré por ropa para que te cambies y por algo para taparnos después...

Antes de que tu pareja pudiera reprochar y rechazar tu propuesta, te fuiste corriendo hacia el cuarto. Al sentarse puso la mano en su corazón, un suspiro salió de su boca; «de verdad logras ponerme nervioso, pero me siento muy feliz...» pensó, respiró profundo y sacó los papeles de la planeación de sus próximas clases, dejó su maletín en el suelo, a un lado del sillón. Llegaste 5 minutos después entregándole la ropa y dejando una manta en el otro extremo del sillón.

—Espera, me voltearé —dijiste dándote la vuelta para que se pueda cambiar.

—No es como si fuera la primera vez que me vieras así —se burló, haciendo que todo tu rostro se pintara de rojo.

—¡Rengoku! —te quejaste a modo de broma.

Se le hizo raro que lo llamaras de esa forma, tiene algo de tiempo desde que no le decías por su apellido. Se desabotonó la camisa, y se quitó el cinturón para luego bajarse el cierre y quitarse la ropa, se puso la que tú le diste, volteaste justo en el momento en que terminó de ponerse la camisa.

—Iré a dejar es-...

Lo interrumpiste.

—¡Permíteme! —tomaste las prendas de sus manos.

Corriste hacia el cuarto para dejarlo ahí, regresaste rápido.

—¡Hoy eres más atenta de lo normal! —mencionó con sorpresa. —¿Se debe a algo en especial?

Preguntó mirándote, te sentaste a su lado, te inclinaste hacia él tomándolo del rostro.

—Hoy descansé bien, pero tú fuiste a trabajar —tocaste su pecho con tu dedo índice. —Sólo te trato como lo mereces, Kyojuro.

—Te encanta ponerme nervioso, ¿verdad? —un suspiro salió de su boca.

—¿Ponerte nervioso? No, no, no es eso —reíste avergonzada. —De verdad no lo dije con esa intención, fue natu...

Rengoku sonrió, te tomó de las mejillas y te besó, haciendo que dejaras de hablar. Te relajaste correspondiendo al beso. Dejó otro beso en tu frente para luego alejarse.

—Te amo, _______.

—Por favor quédate siempre a mi lado —dijiste tan rápido apenas habló.

—Soy yo quien debería pedir eso —entrelazó los dedos de su mano con los tuyos. —¡Estemos juntos más allá del tiempo que podamos!

SON 4000, ESPERO LO HAYAN DISFRUTADO.

PERDÓN POR TARDAR TANTOOOO, estuve ocupada todo el día con compromisos de los que no me pude librar, pero aquí estoy como siempre ❤

Espero que les haya gustado, ya estamos en las riendas finales so... Vamos a disfrutarlo al máximo ùwú

La relación de Rayis y Kyojuro es tan linda >_<❤ lo que busco representar es que mientras se quiere, se puede. Cuando las dos personas son lo suficiente maduras como para sobrellevar su relación amorosa y la relación que tienen con la sociedad, ya saben. Es algo tipo; la madurez de Rengoku es el soporte, pero la juventud de Rayis es como la persona que repara el soporte conforme se desgasta XD

Por eso hay momentos en los que los dos se equivocan, porque rayis aún es joven y nuestro solecito toma malas decisiones, lo normal. 👉🏻👈🏻

Espero se entienda, fue una mala metáfora, en pocas palabras, se complementan. ❤

Disculpen los errores ortográficos. 🙏🏻

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