Capítulo 4

—Estaba comiendo —respondiste cuando te tranquilizaste. —¿De verdad quieres salir.

"¡Es temprano! Aprovechemos el tiempo, te compraré algo lindo y provecho. Entonces, ¿paso por ti?"

—Claro, te espero...

Respondiste quedándote sin opciones, no podías negarte. Quizás era una broma pero conociéndola ya estaba en  camino hacia tu casa. Seguiste comiendo, esperando a que sonara el timbre para tener que abrirle al bicho que es Shinobu.

Apenas habías terminado, no tardó nada y el timbre ya estaba sonando, ni siquiera estabas cambiada. Fuiste hacia la puerta, en cuanto abriste Shinobu se lanzó a abrazarte, invadiendo tu espacio personal, no te molestó pues ya era normal. La invitaste a entrar a tu casa y vio tu comida sobre la mesa, te volteó a ver sin dejar de seguirte; fue entonces que te hizo una pregunta.

—¿Por qué no me dijiste que tardara un poco más? —su tono tranquilo no ayudó.

Daba miedo.

—No me habrías hecho caso —respondiste abriendo la puerta de tu cuarto para que entrara. —Por favor pasa, me cambiaré rápido para que salgamos.

Shinobu se negó, un par de señas y una expresión de lo más normal te hizo entender lo que haría, siendo una chica tan rara y terca a su manera decidiste hacerle caso. Entraste a tu cuarto, buscaste algo de ropa que combinara y te cambiaste. Ella por su parte recogió tu plato de la mesa para que pudieras apurarte. Aparte necesitaba hablar contigo sobre un montón de cosas relacionadas a algo muy importante. Cuando bajaste ya había acomodado todo, ibas a reprochar pero entonces te tomó de la mano, y salieron (agradeciste llevar tus llaves contigo en ese momento). Fueron caminando para observar el paisaje y porque el centro comercial está cerca de donde vives.

Shinobu buscaba como sacar el tema, había escuchado a su hermana hablar sobre Rengoku y le causó curiosidad lo que escuchó.

—¿De qué año a qué año duró el periodo Edo? —preguntó de repente.

Volteaste a verla con confusión.

—Eh... ¿No lo sé?

—Vamos, algo así te enseñará Rengoku-san, intenta. —Insistió.

—Es que de verdad no sé —respondiste.

—Ara, ara, será un duro trabajo para él. ~

El tono tan extraño en que habló te confundió aún más. Decidiste no ponerle atención, quizás era otra de las mañas raras de Kocho, tal vez no le bastaba con invadir tu espacio personal. Las dos siguieron caminando hasta llegar al centro comercial.

Y así se la pasaron toda la tarde.

De camino a casa te percataste de todas las llamadas de tu madre, tragaste saliva. Llamadas y mensajes, cuando llegaste a tu hogar la bienvenida no fue precisamente cálida. Ella se acercó a ti y te dio una cachetada, desviaste la mirada sin verle a la cara. En su mirada se podía notar la furia que tenía, tu mejilla hormigueaba y ardía por el golpe, dolió pero no tanto. Estaba más que claro su enojo, pero sus gritos posteriores no hicieron más que confirmarlo, nada de lo que te sintieras feliz, ni siquiera nada que presumir. Respiraste profundo para no responderle, lo único que escuchabas eran sus gritos de molestia, tus oídos comenzaban a doler de lo alto y fuerte de su tono.

—¡Sabes que tienes que estudiar! No quiero que vuelvas a reprobar, niña tonta —fueron las palabras que dijo lo que te hizo irte.

En dirección a tu cuarto no dejó de hablarte.

—¿De qué diablos sirves si vuelves a perder otro año? —entraste a tu cuarto y le cerraste la puerta en la cara.

Ella empezó a golpear, exigiendo que le abrieras. Te recostaste en tu cama y cerraste los ojos comenzando a llorar en silencio. Sacaste tu celular de uno de tus bolsillos, abriendo los ojos de nuevo, buscaste el contacto de Shinobu y lo pensaste dos veces antes de mandarle un mensaje.

"Gracias por el regalo, mi amor 😳💕"

No sabías ni siquiera como contarle, de tantas personas ella fue la única que se acercó de buena manera a ti.

• • •

Un día nuevo para enseñar, la mañana parecía ser la más hermosa de todas. El azul del cielo brillaba en conjunto con un cielo medio despejado, el cual dejaba pasar libremente a los rayos del sol. Dando un clima templado, que aunque parecía que lloverá más tarde, no le quitaba lo hermoso que es. En tu preparatoria todo iba bien, alumnos con falta de ganas (algo relativamente normal), otros grupitos charlando felices antes de que comenzaran las clases. Los maestros caminando de aquí allá con tranquilidad para dirigirse a clase. Aunque la primera hora suele ser la más pesada y aburrida esta vez todo parecía marchar bien, a excepción de un simple detalle; tu día anterior fue un asco en la noche. ¿Qué tiene que ver aquí? Pues la preocupación de la chica con el broche de mariposa no pudo haber sido mayor, tu amiga se preocupó un montón después de que le dijiste que tu madre quería pelear contigo.

Shinobu entró al aula y fue directo a su asiento, ya habían compañeros adentro e incluso estaba Rengoku. Una idea apareció en su mente pero se quiso mantener al margen, por lo menos en esa hora; quizás aprovechando las dos veces que verá a Rengoku en el día, Shinobu actuará.

En cuanto al rubio se le veía tranquilo, emocionado y alegre por dar sus clases como siempre. Saludaba a cada alumno que entraba con la puerta, su sonrisa y entusiasmo era el mismo y no cambiaba, en lugar de eso aumentaba. Intentando parecer la figura autoritaria en la que confiar pese a su posición. Sin embargo se vio algo extrañado cuando empezó la hora de clase; "¿Dónde está ella?" fue su primer pensamiento, claro refiriéndose a ti. Kocho se dio cuenta de esto, se le notaba algo extrañado cuando vio tu lugar vacío, ella estaba sentada algo atrás pero después le intentaría explicar a Kyojuro que sucedió.

Él se fue dando un último vistazo a tu lugar, todos se despidieron.

Pasaron un par de horas y entonces Rengoku volvió nuevamente. Se puso a dar la clase y dejó un par de preguntas para responder. Shinobu terminó de inmediato para poder hablar con él.

—A mí también me preocupa —él volteó a verla.

—¿Sabes por qué no vino hoy? —preguntó.

Tu amiga asintió.

—No soy la persona correcta para contárselo, espero que decida venir mañana. Recuerdo que me dijo que estaba consiguiendo trabajo... Sólo le puedo decir eso.

—¿Trabajo?

—Puedes preguntarle mañana, Rengoku-san, a ella también debe de preocuparle su sesión de estudio contigo. Gracias por preocuparte por ella también.

Él terminó de revisar las preguntas de Shinobu.

¿Por qué las cosas son tan difíciles?


Volví y para actualizar esta nada más 👉🏻👈🏻

Holis bbs, cómo están? 😳

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