Capítulo 37
Abriste tus ojos y lo primero que viste fue el rostro de Kyojuro, plácidamente dormido. Una sonrisita apareció en tu boca, ya no querías volver a dormir por ello decidiste levantarte; el rubio se movió un poco en cuanto saliste de la cama. Tomaste tu celular para ver la hora, es domingo y algo tarde a decir verdad, casi dan las 10 de la mañana. El día anterior fue Rengoku quien preparó el desayuno para ti, esta vez es tu turno y debes apurarte un poco pues van a salir más al rato.
Luego de prepararte, caminaste hacia la cocina y buscaste cosas para cocinar.
—Tal vez deba comprar más... —un suspiró salió de tu boca. —O aprender a hacer más variedad.
Tu pareja te ha recibido en las mañanas con desayunos ricos, comidas deliciosas, sin embargo, tú solo eres capaz de hacer cosas comestibles. Cerraste los ojos, respiraste profundo y con decisión te preparaste para cocinar. Tomaste algunas cosas de la alacena y comenzaste con tu cometido; hacer un desayuno rico. Antes de terminar, Kyojuro se levantó, no te diste cuenta por lo concentrada que estabas, así que te asustaste cuando se acercó a abrazarte. Te dio un beso en la mejilla y se ofreció a ayudarte, fue tanta la insistencia que te viste incapaz de negarte, terminaron cocinando juntos los dos; no tardaron mucho en desayunar.
Hubo una plática tranquila sobre lo que harán en el día, todo el tiempo que pasó terminó siendo tanto que dio la 1 de la tarde, entonces los dos decidieron cambiarse, para ir a la dirección de el trabajo de tu madre.
Antes de entrar al lugar, Kyojuro tomó tu mano, una persona del lugar te reconoció, hizo algo de plática y luego te guió al escritorio de la secretaria de tu mamá; fue sorpresivamente facil, aunque si bien estás algo concentrada en tu objetivo, las miradas que tu novio recibe también te incomodan a ti.
—Hola, buenas tardes... —saludaste a la joven.
—Buenas tardes, ¿qué necesita? —volteó a verte y preguntó con un sonrisa.
—Soy hija de Sotana, necesito el número de Susumaru y la dirección de su trabajo...
—¿Eres la hija de...? —se sorprendió al verte. —¡Oh! Claro, por favor espera un momento mientras lo busco...
Se exaltó tanto cuando escuchó tu nombre que fue algo extraño, escuchaste algunos murmullos frente a ti, luego sentiste al rubio apretando tu mano con cariño; lo miraste sonriendo, él también lo hizo y se inclinó hacia ti para hablar.
—Al parecer las personas de aquí están un poco sorprendidas por tu presencia...
Una risita se escapó de tu boca.
—Creeme que eres tú quien causa todo este furor —dejaste de verlo para después ver a la joven secretaria.
Él soltó tu mano y revolvió tu cabello.
—¿Qué son?... —un empleado le preguntó a la chica de al lado.
—Parecen ser cercanos, pero, tan solo míralo —se mordió el labio —es tan-
—Cállate —murmuró alguien más sentándose. —¿Qué no escucharon? Es la hija de la jefa, así que si quieren conservar su trabajo, será mejor que la chica no los escuche o se irá a quejar con su madre.
Volteaste hacia el lado donde los oíste murmurar, un suspiro salió de tu boca. No obstante, la joven de rizos se levantó de golpe de su silla, haciendo que dieras un par de pasos retrocediendo ya que te había asustado. No querías pasar tanto tiempo en el lugar, pero, los minutos parecen alargarse más y más conforme pasa el tiempo.
—¡Qué maleducado de mi parte! —se quejó mientras hacia una reverencia.
No sabías a que se refería, pero, aún así la tomaste de los hombros para que subiera la mirada.
—Soy Mika Hamirashi —se presentó. —¿Desean asiento, un vaso de agua, un café? Quizás quieras pasar a ver a tu madre.
Negaste con una sonrisita nerviosa.
—Mucho gusto Mika-san, no... —miraste a Kyojuro, él negó. —No necesitamos nada, sólo quiero la dirección, por favor, y si es posible que mi mamá no se entere, ¿está bien?
A la de rizos le sorprendió tu amabilidad y el aparente tono "suave" que usaste. Volvió a sentarse, escribió algo en un papelito mientras veía la pantalla de la computadora, te lo entregó. Le agradeciste, se despidieron y en cuanto saliste de ese lugar; algunos de los compañeros de la secretaria de tu madre se le acercaron sin dejar de ver como caminas. Bombardearon de preguntas a Mika, la única que pudo responder fue una sobre tu "amabilidad"; entonces dos de sus compañeros tuvieron una idea muy tonta.
—¿Cuánto a que no te da su número? Está con alguien muy alucinante —le dijo a su amigo mientras reía.
—¿Cuánto a que sí me lo da?
—Son unos verdaderos tontos... Suponiendo lo joven que es Tana, ella debe de ser una niña —exclamó la mujer al lado de la de rizos.
Uno de esos dos hombres caminó rápido para alcanzarte, antes de que salieras te habló habló, haciendo que te detuvieras. Querías irte de una vez, en cualquier momento puede aparecer tu madre, y lo que menos quieres es un drama su trabajo. Kyojuro se cruzó de brazos, miró al hombre con una expresión tranquila junto a una sonrisa, sin embargo se puede sentir esa aura energética tan característica suya. El hombre frente a ti, quien es apenas unos centimetros más grande que tú, se encogió ante tal porte, comenzó a dudar de sus palabras, sin embargo también creyó que no debía de decir nada y volver.
—¿Puedo tener tu número? —lo dijo tan rápido que apenas pudiste entender.
Tus nervios crecieron, Rengoku rodeó tu cintura y con su mano te atrajo hacia él, tus mejillas se pusieron rojas al mirarlo.
—No me mires a mí, bebé. ¡Es tu decisión si dárselo o no!
Tus ojos se abrieron en par, te mordiste el labio para que luego una risita se escapara de tu boca. Tal vez no se le notan tanto, pero sabes que a tu novio le fue inevitable sentir celos.
—Claro, claro, déjame ver.
El tipo te dio su celular, escribiste rápido, se lo devolviste y él hizo una reverencia agradeciéndote. Tomaste de la mano a Kyojuro y salieron juntos del lugar.
—¿De verdad se lo diste? —cuestionó con duda.
Negaste mientras reías.
—Escribí el número de mi madre —murmuraste.
El rubio río.
—Te amo.
—También te amo, Kyo.
Miraste el papel en tu mano, lo guardaste en el bolsillo de tu pantalón y luego miraste a tu pareja. Apretaste su mano para llamar su atención y él volteó a verte.
—¿Podemos ir a comprar algunas cosas? Necesito shampoo, jabón...
—¡Hagamoslo!
—Llamaré a Susumaru en la tarde, no quiero ir a verlo de una manera tan repentina e interrumpir su trabajo, aún no sé como se lo diré...
—Está bien, cariño, no te preocupes por eso.
Rengoku condujo hasta un supermercado, entró al estacionamiento y luego salieron para entrar y comprar. Comenzaste a recordar que tenías que comprar mientras ibas contando tu dinero, sentiste tu celular vibrar en tu bolsillo, no le hiciste caso; lo sentiste vibrar múltiples veces y entonces cerraste tu monedero, suspiraste y revisaste tu celular. Kyojuro también paró, haciéndose a un lado para no estorbar en el camino. Viste que eran múltiples mensajes de Shinobu, frunciste el ceño ya que se te hizo algo raro; ella comenzó a escribir. “Kanae casi lis ve!!!” “los*”, “¿por qué tuvimos que coincidir en este momento? 😭👊🏻”, “dónde estás?? Vamos hacia... Acá” luego de eso te envió una foto, tomaste a Rengoku de la mano y lo llevaste hacia el lado contrario.
—¿Qué sucede? —preguntó al ver tu comportamiento tan extraño.
—¡Kanae y Shinobu están aquí! —bajaste la voz de inmediato.
—Deberíamos saludarlas —recomendó el rubio.
—Quizás en otra ocasión cuando no estemos juntos... Shinobu lo sabe, pero Kanae...
—Entonces —se detuvo. —No seas tan obvia, será más sospechoso si me ven huyendo junto a una chica que curiosamente se parece demasiado a alguien llamada _______.
Mientras él reía soltaste su mano, un suspiro salió de tu boca.
—Lo siento —negó de inmediato.
—No hay nada por lo que disculparse, está bien, amor —revolvió tu cabello.
Levantó sus brazos y se quitó la liga con la que amarró una pequeña parte de su cabello, tomó todo e hizo una coleta. Sabes que no lo dijo de manera manera, pero te sentiste regañada. El lugar fue lo suficiente grande como para no encontrarse en un rato, tuviste que alejarte de Kyojuro pues debías buscar algo en otro lado, él se quedó esperándote mientras veía uno que otro dulce para elegir. Miraste los shampoo de un estante, hasta que tu celular vibró y lo tomaste. De nuevo, Shinobu; “OH DIOS MÍO”, “Jsjfjsjfjsxuusudb” no supiste a que se refería, mientras escribías llegó un audio luego de esos mensajes y seguido de otro mensaje. “Dice cosas bien bonitas de ti, que lindo ><✨".
—A este paso van a terminar sabiéndolo todos... —una risita se escapó de tu boca.
Le respondiste, tomaste un shampoo y regresaste una vez Shinobu dijo que se iban.
Rengoku y tú regresaron a casa poco después.
Ya es algo tarde, pero aprovecharon en comer algo mientras se encontraban afuera, llegaron a lavarse los dientes y relajarse un poco; mañana también vas a tener el día libre debido a lo que Hana te dijo, y en estos últimos días no has tenido la cabeza suficiente para pensar, casi olvidas que aún tienes tarea que debes hacer. Mientras Kyojuro toma un baño, tú fuiste por tu libro y libretas para terminar tus deberes, te sentaste en la alfombra para posteriormente acomodarte y abrir el libro. Respiraste profundo, procediendo a concentrarte, te ocupaste tanto en otras cosas que ahora esto es un alivio.
Tal vez no es mucho, pero debes de pensar bien y sirve como un buen distractor.
Empezaste investigando lo de química, quieres iniciar con algo que te tome poco tiempo.
Pasó un rato, dejaste la libreta a un lado y te estiraste, un suspiro salió de tu boca al cerrar los ojos, creíste que iba a ser lo más fácil, pero tienes tanto en mente que te está costando comprender el tema. Sentiste una manta sobre tus hombros, abriste los ojos y te encontraste con la dulce sonrisa de tu novio, quien se sentó a un lado tuyo; tomó tu libreta y comenzó a leer lo que decía.
—Te ves algo agobiada, cariño —comentó dándote un leve vistazo.
—No le entiendo, está siendo algo complicado.
—¡Vamos, dejame ayudarte! —exclamó mientras tomaba tu lápiz y se acercaba más a ti.
Te inclinaste hacia él, un poco adelante; fijaste tu mirada en Rengoku quien comenzó a explicarte el tema con lo que ya habías escrito, si bien le entendiste, no pusiste mucha atención pese a su explicación corta y sencilla. Terminaste concentrada en la entusiasta expresión en su rostro, la cual delató su alegría.
—Eres muy atractivo —la frase se escapó de tus labios.
Kyojuro detuvo su habla, hay un ligero color rojo en sus mejillas al voltear a verte, tragó saliva.
—¿Por qué tan de repente? —cuestionó.
—Sólo me quedé viéndote un momento, ¡de verdad eres muy guapo! —afirmaste llevando una de tus manos a su rostro.
—Gracias, amor. Tú también eres muy linda —revolvió tu cabello. —Pero hay algo más relevante en este momento... ¿Pusiste atención?
Una risita nerviosa se escapó de tu boca, alejaste tus manos de él.
—Dame un beso... —pediste desviando la mirada.
—Me niego.
Lo miraste con sorpresa.
—¡Termina esto y te daré todos los que quieras!
Te devolvió la libreta, poniéndola encima de tus piernas. Se volteó hacia ti, uno de sus brazos rodeó tus hombros y él se acercó de nuevo; se inclinó lo suficiente y con uno de sus dedos señaló una parte en tu cuaderno. Te pusiste roja cuando el olor del shampoo en su cabello, y la fragancia de su cuerpo llegó a tus fosas nasales, tragaste saliva.
—Eres malo —hiciste un puchero mirándolo el lugar donde señaló.
—¿Quieres que de verdad sea malo? —preguntó con un tono juguetón para después reír. —Anda, cariño, haz la tarea, me quedaré aquí contigo, ¿te molesta?
—¡Sí y para nada! —exclamaste.
Kyojuro revolvió tu cabello, jalaste un extremo de la manta para dárselo y que se tapara, tomó el control de la televisión y la prendió; pusiste toda tu concentración en el trabajo, había escrito un algunas cosas también así que solo recordaste algunas palabras, y seguiste lo que estaba escrito; no tardaste demasiado luego de eso. Te recostaste en el hombro de tu pareja mientras dejabas lo de química una vez terminaste, tomaste tu libro de matemáticas y comenzaste a resolver los problemas, usando calculadora donde lo necesitabas, y lo demás haciéndolo mentalmente, junto a la vieja confiable; los dedos.
El rubio te observaba de reojo en algunos ratos, una sonrisa adornaba su rostro al verte tan concentrada.
Cuando terminaste, apilaste tus cosas, lo hiciste a un lado y luego volteaste a ver a Rengoku, quien se encontraba mirando su celular.
—¡Lo hice!
Tu notable entusiasmo se hizo demasiado presente, tu novio volteó a verte no sólo por tu habla fervosa, ya que también le tomaste por la parte inferior de su suéter y lo jalaste con cuidado. Él dejó su celular a un lado, al ver tu expresión sus labios se curvaron mientras un leve rubor aparecía en su rostro; abrió los brazos para que te lanzaras a abrazarlo, sin embargo, no lo hiciste. Te acercaste para después unir tus labios con los suyos, se sorprendió, pero, sentiste como sonrió en medio del beso. Presionó sus labios contra los tuyos de una manera suave, una de sus manos fue a dar a tu cintura aunque no mucho después se separaron.
—¿Realmente lo querías? —preguntó.
No respondiste, volviste a besarlo y eso le bastó para saber que sí. Kyojuro te rodeó con sus brazos para luego darte un beso en el cabello, y posterior a ello, te pusiste en frente de él, así que tuvo que abrir sus piernas para que quedaras de rodillas en el espacio entermedio entre las dos. Te observa con cuidado y atención.
—Tener que terminar mis deberes para poder besarte es realmente cruel...
Te quejaste frunciendo el ceño y haciendo un puchero, la risita que salió de su boca fue tan hermosa que te hizo sonrojar, tu semblante cambió apenas lo oíste, mordiste la uña de tu pulgar al mismo tiempo que desvías la mirada.
—También me parece muy malo de tu parte quejarte por ello cuando eres tú la que realmente es alguien cruel —expresó.
Lo miraste, él tomó la mano de la uña que mordías, la acercó a su boca y sus labios tocaron el dorso de tu mano; dejando un suave beso ahí. El calor en tus mejillas solo confirmó que esa simple acción te hizo sonrojar mucho. Kyojuro te jaló con sutileza hacia el, su otra mano fue a dar a tu nuca y acercó su rostro al tuyo; su flameante mirada no se alejó de tus ojos ni un segundo, tragaste saliva al sentir que tus nervios crecieron con creces, soltó tu mano, dejó de verte y comenzó a acariciar tu cabello; los latidos de tu corazón también se aceleraron.
—Diciendo cosas tan lindas, provocándome de distintas maneras... —murmuró entrecerrando los ojos.
Luego de la última palabra sus labios quedaron algo entreabiertos, los nervios no te permiten pensar bien, entonces te quedaste callada.
—Dejándome con la ganas para que después tenga que hacer el trabajo yo solo...
Su dulce risita te sorprendió, no fue solo la risa, también sus palabras. Tomó una de tus manos para luego entrelazar sus dedos con los tuyos; ¿cómo puede ser tan inocente y sensual al mismo tiempo?
—Kyojuro... —fueron las únicas palabras que salieron de tu boca.
—¡Pero aún así te amo, cariño! —exclamó alejándose.
Lo pudiste ver al rostro, una sonrisa tierna y bondadosa que se luce junto a sus ojos cerrados.
No dijiste nada más, te quedaste sin las suficientes palabras para expresar lo que te hizo sentir su confesión, con tu mano libre lo tomaste de la ropa, cerraste los ojos para poder besarlo, él correspondió al instante, pero también fue quien se separó.
—¡Permíteme recoger esto y te voy a dar toda mi atención después! —se refería a tus cosas.
—No, yo...
Ni siquiera te dio tiempo de responder, se levantó luego de tomar las libretas y el libro, caminó hacia su cuarto; un suspiro salió de tu boca tan solo por recordar sus palabras, te mordiste el labio tomando tu celular. Miraste el contacto de Susumaru que habías agregado, en un impulso de valentía decidiste mandarle mensaje, no obstante te arrepentiste segundos después de enviarlo. “Hola Susumaru, soy _______” fue lo único que escribiste, no tardó en responder, querías dejar el celular a un lado, pero ya no era apropiado. Tomando una bocanada de aire, volviste a escribir en respuesta a su mensaje. “Quiero hablar contigo sobre algo, cuándo tienes tiempo? Es un poquito importante...", el último mensaje ya no lo vio, temiste que se encuentre con tu madre y este le haya avisado.
Kyojuro regresó, se sentó a tu lado y aunque notó tu nerviosismo, esperó a que le contaras.
—Le hablé —confesaste. —No sé porque fue tan difícil.
—Amor...
El rubio puso su mano encima de la tuya, la tomó con cuidado y apretó un poco, un suspiro salió de tu boca. Sentiste la otra mano de Rengoku en tu mejilla, volteaste a verlo y no tardó mucho en que él uniera sus labios con los tuyos, el celular se te cayó de las manos; ni siquiera gastaste tiempo en recogerlo, correspondiste al beso de tu novio.
—¡Puedo acompañarte cuando vayas a...!-
Recomendó una vez se separaron, pusiste uno de tus dedos frente a sus labios, sonrió.
—Si sigues así me harás muy dependiente de ti —una risita nerviosa salió de tu boca mientras alejabas tu mano.
—Lo siento.
Negaste.
—Me encanta toda la atención que me das, está bien. Me hace sentir cómoda y... Hablo en serio, ¿a quién no le gustaría la atención de alguien como tú? Eres simplemente per... Mmmhp...
Te calló con un beso, pero se separó poco después.
—¡Deja de decir cosas tan lindas o no me haré responsable! —exclamó cruzándose de brazos.
Reíste.
—Me haré responsable por los dos...
Estiraste los brazos, Rengoku lo aceptó, te abrazó con fuerza. Olvidaste por completo la preocupación que hace un momento tenías por Susumaru y su relación con tu madre, es sólo que... Kyojuro te hizo olvidarlo, nada mejor que disfrutar de su presencia.
“Tengo tiempo para ti cuando sea, Tana me dijo que vas a pasar el finde con tu pareja. ¿Te parece si mañana cuando regreses nos vemos? O visítame en el consultorio si gustas, estaré libre a las 3:50”
Se me olvidó decir esto en el anterior, no ha ido a trabajar porque Hana le dijo que iba a salir y no había necesidad de abrir la tienda, pero pss ya saben Hans best jefa, aún así le pagará XD
Los próximos capítulos van a ser maso como relleno, porque el final literalmente está a la vuelta de la esquina.
¿Qué les pareció este capítulo? uwu
Es gracioso porque hay veces que no sé como describir una pose o así XD ahí me ven como estúpida agarrando una almohada para recrearla jajsja
🍌🍌🍌
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