Capítulo 32

Tomaste el bolígrafo, tu mano temblaba un poco. Kyojuro terminó de repartir los examenes y comenzó a contar el tiempo, respiraste profundo para concentrarte, empezaste a leer pregunta por pregunta y así ir respondiendo primero las que sabes; mordías la parte superior del lapicero cuando no te sabías la respuesta. Estudiaste mucho durante un semana para esto, pero los nervios van a poder contigo antes de que puedas recordar todo. El rubio a veces te veía de reojo, la última vez que lo hizo un suspiro salió de su boca. Ahora mismo no puede hacer demasiado por ti, mucho menos cuando no se trata de su materia.

Pasaron los 40 minutos, fue algo muy largo, sin embargo, debías reflexionar bien las preguntas.

Cuando Rengoku comenzó a recoger las hojas, sin querer su mano rozó la tuya, fue raro escuchar su disculpa. Poco después se despidió y se fue.
Echaste todo tu peso al respeto de la silla, no creíste que fuera tan pesado a pesar del estudio, la semana pasó demasiado rápido y aunque tú y Kyojuro se veían en la biblioteca, no es nada como cuando vas a visitarlo a su casa. Buscaste tu bento entre tus cosas, lo sacaste y justo cuando ibas a abrirlo, Yuu se acercó a ti.

—¿Cómo te fue? —preguntó sentándose en la silla de al lado.

—Me puse nerviosa, casi olvido todo —respondiste. —Es química, espero sacar un 10, no quiero bajar de calificación.

—Pienso lo mismo, por alguna razón esta vez fue más difícil que las demás... ¿No comerás con Shinobu?

Negaste.

—Ella faltó el día de hoy junto a Kanae, tuvieron un asunto urgente y salieron. ¿Quieres que comamos juntos?

—¡Claro!

Se levantó y fue por su bento para luego volver  sentarse junto a ti, tu abriste el tuyo quitándole la tapa, luego tomaste los palillos; los dos comenzaron a comer. Tu amigo se quedó en silencio mientras pensaba sobre que hablar, miró hacia todos lados y vio como los demás estaban distraídos en lo suyo, luego volvió a verte.

—¿Te gusta Rengoku sensei? —murmuró.

Casi te ahogas con la comida, pasaste lo que tenías en la boca mientras negabas muchas veces. Yuu ha estado junto a ustedes mucho tiempo, pero... ¿Tan obvios son? No puede ser así, fingiste aún tener comida en la boca para evitar hablar en lo que pensabas una buena excusa, no sabes como evitar el tema y ni siquiera se te ocurre algo para evadirlo. Entonces llegó una idea a tu mente, volteaste a ver a tu compañero, respiraste profundo y luego un suspiro salió de tu boca. Vas a decir la verdad a medias, y esperar a que se lo crea o si no te vas a meter en muchos más problemas.

—Me gustaba —también murmuraste. —Pero como a todas me rechazó...

—Es un buen profesor, puedo entender porque lo quieren tanto —siguió comiendo. —Cuando iba en segundo año, las chicas de aquella ocasión, ¿las recuerdas?

—¿Te refieres a lo de la biblioteca? —él asintió.

—Sí, ellas se llaman Leiko y Tame. Ellas solían molestar mucho a los profesores, tienen malas calificaciones y siempre molestan a todos.

—¿Cómo es eso posible? También conozco a chicas que lo han hecho, no entiendo como pueden llegar hasta ese punto.

—Creo que le tienen mucho respeto a Shinobu, por no decir miedo. ¿Viste su rostro aquella vez? Ella estaba sonriendo, pero ellas se veían aterradas.

Una risita salió de tu boca.

—Shinobu es así, es muy buena amiga —respondiste. —¿La conoces? He visto que hablan con confianza.

—No mucho, estaba en su mismo club en segundo año y a veces solemos coincidir, no hablamos tanto.

Siguieron platicando y comiendo, hasta que pasó el tiempo, Yuu volvió a su lugar unos minutos antes de que terminara el tiempo del almuerzo, aprovechaste lo poco que quedaba para revisar tu celular. Respondiste los mensajes de Shinobu, ella te contó donde estaba, le dijiste que fuera con cuidado; cuando ibas a guardar tu celular, te llegó otro mensaje. Se trata de Kyojuro, lo miraste desde las notificaciones: "vas a tener tiempo hoy?" de seguro quería que fueras a su casa, cambiaste tu expresión a una de tristeza mientras respondías, tuviste que escribir rápido. "Hoy tengo que hacer la limpieza del salón, voy a tardar un poco porque estaré sola y después quiero ir a la biblioteca antes de irme a casa (ㄒoㄒ)".

Silenciaste tu celular y lo guardaste antes de que entrara Sanemi, no querías hacer otro examen.

Conociendo a Sanemi, él hace sus exámenes difíciles, son lo peor de lo peor, pero tremenda sorpresa se llevaron algunos esta vez. Al parecer se encontraba de buenas, cuando entró luego de saludar, lo primero que hizo fue comenzar a decir nombres; te asustaste pues te mencionó, pero no sabías de que se trataba.

No tenías que hacer examen.

Ahora te encuentras recostada sobre tus brazos, con los ojos cerrados mientras esperas a que termine. «Kyojuro la otra vez me dijo que tenía celos... Pero yo también los tengo» pensaste mientras suspirabas, «a él se le declaran casi siempre y a veces cuando salimos se le acercan... ¿Tan chica me veo?» Te acomodaste y luego ocultaste tu rostro entre tus manos. Estás aburrida y cansada de pensar, tampoco es como si pudieras sacar tu celular pues están en medio de un examen. Tomaste tu bolígrafo empezando a hacer dibujitos en tu mano.

No tardó mucho para que Sanemi recogiera los examenes. Un tiempo después, terminó clase y tuvo que irse, ni siquiera recordabas que hoy te toca tutoría e historia; por ende cuando Kyojuro entró por la puerta te confundió un poco.

—Buenas tardes, chicos. Sé que hace un momento tuvieron examen, ¡por lo qué quiero darles esta hora para que se relajen!

Miraste las caras de todos, una alegría inexplicable; en la tuya solo apareció una sonrisita.

—Si van a hablar hagandolo en voz baja, ¿bien?

Todos asintieron. Te acomodaste en tu lugar y sacaste tu celular, no querías hablar con nadie. Echaste un poco para atrás tu silla, te inclinaste para quedar con la mirada abajo, escondiste tus mnos y celular debajo del pupitre; para que así nadie pueda ver lo que escribes. Le mandaste un mensaje a Shinobu, pero no se conectó desde la última vez que hablaron, entonces decidiste hablar con Rengoku. "Hoy luces más atractivo que de costumbre, lastima que estemos en clase... 👉🏻👈🏻", subiste la mirada para verlo con discreción, en cuando le llegó el mensaje sacó su celular para revisarlo, viste como aparecía una sonrisita en su boca mientras movía los dedos para escribir.

"¿Qué te lo impide?"

Volviste a bajar la mirada antes de que se diera cuenta, cuando leíste el mensaje todo tu rostro se puso rojo, "el chiste era que tú te avergonzaras y no yo..." respondiste. "Lo estoy, pero no quiero que los demás se den cuenta, bebé", tu rostro se ruborizó mucho más cuando leíste lo último. Tragaste saliva, tus manos temblaron un poco; "si me sigues diciendo así entonces yo te diré...".

¿Quieres hablar, _________? —te preguntó Yuu sentándose a tu lado.

Te asustó, brincaste y ni siquiera terminaste de escribir el mensaje, tus mejillas ardieron mucho más; con rapidez guardaste tu celular y luego de respirar con profundidad volteaste a ver a tu amigo. Tenía una mirada confundida por tu reacción, aún más por la expresión que tienes y lo nerviosa que te ves. Te tomó un momento responder a su pregunta pese a que ya lo estabas viendo, no obstante, apenas abriste la boca, solo lograste hacer unos cuantos sonidos antes de que el chico te interrumpiera para preguntar si estás bien.

—Estás roja, ¿te sientes bien?

—Lo estoy, me siento perfectamente —respondiste muy rápido. —Es solo que... Uff, tengo sueño y me asustaste.

—Lo lamento, te veías algo aburrida y creí que sería buena idea hablar —dijo mientras se recargaba en el respaldo de la silla.

—Que agradable de tu parte, eres muy amable, ojalá mi hermanastro fuera como tú —ladeaste un poco la cabeza para luego reír.

—Hablas de Himaru, ¿no? —se acercó a ti. —Él estaba diciendo rumores falsos, de hecho en un principio me pidió que lo ayudara a hacerse amigo de Shinobu para acercarse a ti... Lo rechacé porque no hablaba mucho con ella y fue extraño.

Murmuró para luego separarse y volver a su lugar, un gran suspiró salió de tu boca. Sentiste como tu celular vibró en la bolsa de tu falda, lo sacaste para ver de que se trataba y en cuanto leíste el mensaje te pusiste nerviosa de nuevo. Lo guardaste y tu atención de nuevo fue hacia Yuu.

—E-es muy molesto, tiene un gran padre y no lo aprovecha —frunciste el ceño. —Encima a veces es difícil de entender y raro...

Balbuceaste.

—¿De verdad estás bien?

Asentiste muy rápido con la cabeza, te está costando controlar tus nervios. Tu compañero se quedó callado, Kyojuro se levantó de su asiento y salió de el aula.

—Agradezco un montón el descanso que Rengoku-san nos está dando —se estiró en su lugar.

—Es muy amable de su parte, ¿verdad?

Por fin te calmaste.

—Lo es, hace poco escuché de otros profesores que Rengoku-san tiene pareja —te murmuró. —No lo creo tanto porque lo dijo Uzui, pero la mujer que esté con él debe ser muy suertuda.

—Sí, ¿verdad?... Que envidia.

Como aún no tenían sus números, los intercambiaron, se la pasaron otro rato hablando hasta que Kyojuro volvió con un chocolate que comenzó a comer. Pasaron los minutos y tocó el timbre para salir y regresar a casa o que algunos vayan a sus clubes. Respiraste profundo, casi nunca te toca limpiar debido a que debes de ir a trabajar, pero como este no es el caso; entre todos decidieron que fueras tú quien se quedara, para colmo estarás sola. Recogiste tus cosas y las dejaste arriba del pupitre, tus compañeros iban saliendo en pareja o en sus grupitos mientras hablaban, Yuu se acercó a ti.

—Me gustaría quedarme a ayudar, pero quiero regresar temprano a casa, ¿vas a estar bien?

Asentiste con una sonrisita.

Te quitaste el suéter, lo dejaste encima de tus cosas y saliste junto a los demás para ir a buscar las cosas para limpiar el aula. El profesor salió detrás de ti y se fue hacia el lado opuesto.

Tomaste un trapo, también la escoba y la cubeta para llenarla de agua, una vez terminaste de arreglar todo volviste al aula, te acordaste que no le habías respondido a Kyojuro, así que sacaste rápido tu celular y le escribiste; "No deberías hacer que me ponga nerviosa frente a otras personas, a mí si me cuesta ocultarlo... /////", una vez activaste el sonido de las notificaciones lo dejaste encima de un pupitre, abriste, barriste desde la entrada para luego cerrar la puerta y dejar entreabiertas las ventanas. No suele pasar mucha gente por este piso, menos a esta hora, pero no te gusta que te vean limpiando.

Al terminar de barrer, tu celular sonó, la respuesta de tu pareja, un audio; “a veces eres cruel, bebé, tú fuiste quien comenzó el juego”. Te dieron escalofríos cuando escuchaste el apodo, tragaste saliva y empezaste a escribir, pero envió otro mensaje; "qué era lo que ibas a escribir cuando Yuu te asustó? :o".

"Si quieres puedo ir a ayudarte"
"Ya voy, espérame"

Ni siquiera te dio tiempo de responder, guardaste tu celular y un suspiro salió de tu boca.

Viste como un chico pasaba y golpeó la puerta para llamar tu atención y reírse, frunciste el ceño; sacaste una de tus libretas para después escribir "favor de no molestar al menos que tú quieras limpiar" y la pegaste en el vidrio de la puerta. Tomaste el trapo, y lo mojaste con un poco de agua para luego pasarlo por todos los pupitres, puede que lo estés haciendo mal, pero quieres terminar rápido y haciéndolo bien encima sola; tardarás demasiado. Al rato llegó Kyojuro, abrió la puerta cuando estabas concentrada que te hizo asustar. Un grito casi se escapa de tu boca, respiraste hondo cuando lo viste entrar.

—¿Alguien te molestó? —preguntó dando algunos pasos para luego cerrar la puerta.

—Algo por el estilo —respondiste. —Me asustaste, Kyo...

Murmuraste.

—Está bien, no hay nadie por aquí y algunos profesores ya se fueron —se acercó y quitó el trapo de tu mano.

—Puedo hacerlo sola, no deberías esforzarte demasiado, no tiene mucho que te enfermaste —intentaste quitarle el trapo.

Él alzó su brazo y se hizo para atrás, una risita se escapó de su boca al ver tu expresión.

—No quiero que te estreses demasiado —dijiste cruzando los brazos y haciendo un puchero.

—¡Puedes ayudarme si eso sucede!, ¿no? —revolvió tu cabello.

—Sí, pero...

—¡Entonces no hay ningún problema! Aparte... —te tomó de los hombros y se inclinó hacia ti, murmuró. —Tú también estas muy ocupada, bebé...

Se alejó y siguió limpiando en donde tú te habías quedado, cuando terminó se sentó en una banca y te miró.

—¿Qué suce-...?

Lo tomaste de la corbata, tus labios golpearon los suyos, cerró los ojos y correspondió el beso, dulce y sutil, por lo menos hasta que te separaste. Soltaste su corbata para después acomodarla, desviaste la mirada sin verlo a la cara.

—Tal vez debería regalarte otra —murmuraste una risita salió de su boca.

—No hace falta que lo pidas de esa manera, bebé —se levantó y entrelazó sus dedos con los tuyos.

—Últimamente te la pasas diciéndome así.

Frunciste leve el ceño, el rubio sonrió y rodeándote con sus brazos, te acercó a él, no se abrazaron, pero si están algo cerca.

—Suena lindo, ¿prefieres que te diga "amor", "cariño" o te llamo por tu nombre? ~

Están hablando lo suficiente alto para que ustedes se escuchen, pero no para que se escuche desde afuera. Kyojuro te soltó, te sentaste en frente de donde él estaba sentado, volvió a tomar asiento. Miraste la hora en el reloj.

—Aparte, ¡sigo teniendo mucha curiosidad de que era lo que ibas a escribir! —exclamó.

—No puedo si haces esa expresión, eres muy tierno —suspiraste. —Papi... Eso iba a decir.

Murmuraste desviando la mirada.

—E-espera, ¿Dijiste...?

Tus palabras lograron ponerlo nervioso, en cuanto habló volteaste a verlo; sus mejillas con un rubor notorio, sus ojos detonan la sorpresa que sintió, y el hecho de que se trabara al hablar, indicó que sí lo asombraste con una simple palabra. Para él no solo fue la palabra, fue el tono en que lo dijiste y la expresión que pusiste. Respiro hondo, luego un suspiro salió de su boca, su corazón comenzó a latir rápido.

—¿Por qué eres tan mala conmigo? —preguntó mirándote.

No pudiste responder a lo que dijo, se levantó e hizo que se sentaras encima del pupitre, una de sus manos fue a tu mejilla y se acercó peligrosamente a ti. Unió sus labios con los tuyos, sin embargo esto no se comparó al beso que le habías dado antes. Su lengua lamió tu labio inferior de extremo a extremo, terminó en tu boca jugando con tu lengua, Kyojuro inclinó su cabeza para que no fuera tan molesto, luego de unos segundos más; fuiste tú quien se separó por la falta de aire. Respiraste agitada, solo con un beso te hizo sentir de esa forma, te limpiaste con la manga de tu camisa la saliva que salió de tu boca.

Tu mirada fue a dar a la de tu pareja.

—Yo no soy mala contigo... —jadeaste.

—Oh, cariño... —hundió su rostro en tu cuello y dejó algunos besitos.

Tragaste saliva, ya habías recuperado el aire, cerraste los ojos pensando en la tontería que dirías después.

—Puedo demostrarlo, Kyo —tu mano fue hacia su cabello y tus dedos se hundieron entre las hebras del mismo.

Lo soltaste poco después, él se alejó.

—Tú siempre me haces sentir bien a mío, Kyo —te paraste del pupitre y caminaste hacia él.

Retrocedió hasta topar con la pared, una de tus manos se deslizó desde su pecho hasta su cinturón. Lo miraste a los ojos, dejó un piquito en tus labios y luego te miró.

—¿Estás segura? —preguntó.

—Por completo, tengo papel entre mis cosas así que no te preocupes mucho —susurraste.

Le quitaste el cinturon, ya se podía ver como estaba teniendo una erección creciente, lo tocaste por encima de su ropa y subiste la mirada para ver al rubio. Aflojó su corbata con las dos manos, se quitó la liga con la que tenía atado una pequeña parte de su cabello, tomó el tuyo y lo amarró. Le sonreíste mientras te agachabas.

—Se puso más... —murmuraste dejando de verlo.

—Es porque eres muy tierna —respondió.

Tus mejillas se tiñeron de rosa, le bajaste la ropa interior y tomaste su miembro con una mano; sentiste como Kyojuro se estremeció ante tu tacto.

—Perdón, tengo las manos frías —te disculpaste, él negó.

Tu mano se movió de arriba a abajo con cuidado, vas lento y sin apretar mucho, sólo estás tratando de recordar como hiciste aquella vez. Acercaste tu rostro y aunque el olor fue algo extraño, no te resultó desagradable en lo más mínimo, quizás es porque ya te sientes acalorada. Abriste un poco la boca y dejaste que tu lengua tocara la punta, sin embargo te alejaste, quitaste tus manos y dejaste que un poco de saliva cayera sobre ellas. Rengoku suspiró, volviste poner tus manos al rededor de su miembro, y ahora sí ya era diferente. En esta ocasión metiste toda la punta a tu boca, teniendo cuidado con tus dientes, tu lengua se movió en circulos alrededor del glande.

Eso combinado con tu mano hicieron que Kyojuro se tapara la boca para no hacer ruido, sin embargo escuchaste un gruñido de su parte.

Cuando lo sacaste de tu boca, hiciste ruido sin querer, ya se está poniendo mucho más duro en tus manos. Limpiaste la saliva que caía por un extremo de su boca, subiste la mirada para ver a tu pareja, ya está jadeando. Lo tomaste y te inclinaste para pasar tu lengua por el tronco de su pene. Lo miraste mientras hacías esto, lo viste sonrojado, eso te incitó a hacerlo mucho más rápido. Cerraste los ojos, volviste a meterlo a tu boca, estabas tan concentrada que una de tus manos bajó hacía sus testículos, y acarició con suavidad.

Cuando lo miraste ibas a alejarte para abrazarle, pero sus manos en tu cabeza te empujaron hacía su miembro.

—L... Lo siento, tu boca está muy cálida... —murmuró jadeando cuando te soltó.

Te alejaste para poder respirar mejor, una sonrisita apareció en tu rostro, te limpiaste la boca.

—Te ves muy lindo así, amor, ¿lo hago bien?

Preguntaste tomando su miembro con las dos manos y comenzando a moverlas, no le diste tiempo de responder cuando volviste a meterlo a tu boca.

—Claro que sí... —respondió después mientras tomaba tu cabello desde la coleta que te hizo.

Lo miraste, sentiste como creció aún más en tu boca, comenzaste a mover tu mano con rapidez, también lamías cada parte de su miembro adentro de tu boca. Tomó tu cabello con fuerza y empujó un poco sus caderas, tu mirada se encontró con la suya; las rodillas comienzan a dolerte por todo el tiempo que has estado así. Apretaste las piernas en cuanto escuchaste a Kyojuro jadear, tú igual estás empezando a excitarte, un ruido se escapó de tu boca cuando Rengoku jaló tu cabello. Te separaste para respirar, con tú mano lo apretaste con suavidad, tu boca comenzó a ir más rápido al igual que tus manos.

—Estoy por correrme... —susurró.

Aumentaste aún más la velocidad, hasta que sentiste el líquido en tu boca, te alejaste de su miembro, con la mano atrapaste algo de semen que casi cae a tu uniforme.

—Espera, escúpelo, ________... —dijo jadeante.

—Sabe raro... —dijiste una vez te lo pasaste. —No sabe mal, pero es raro.

Te levantaste, las rodillas te dolieron mucho, el rubio se recargó en la pared tratando de recuperar el aliento; buscaste el papel entre tus cosas y te limpiaste la mano y también la boca. Le diste algo de papel a Kyojuro.

—¿O prefieres que lo limpie por ti? —preguntas y una risita salió de tu boca.

No respondió pero viste como se avergonzó, cuando se limpio volvió a acomodar su ropa y a fajar su camisa.

—Yo-

Te interrumpió, jaló tu mano, caíste hacia él, sus brazos rodearon tu cintura y una de sus manos fue a tu nuca. Te abrazó con fuerza, correspondiste con el corazón latiendo a mil, también pudiste sentir el suyo; dejó un beso en tu mejilla y luego en tus labios, eso te hizo sonrojar.

—Te amo mucho, ________... —murmuró en tu oreja.

Su aliento golpeó contra tu piel, cuando se alejaron tomaste su mano, y entrelazaste tus dedos con los suyos.

—¿Puedo ver más de esas expresiones tuyas, solecito? —murmuraste mientras le mirabas a los ojos.

—Sí lo consigues, hazlo con gusto —respondió.

Le señalaste que te diera un beso en la mejilla, pero pese a eso lo hizo en los labios. Lo volviste a abrazar y él correspondió, escuchaste un sonido de su parte, sin embargo no dijo nada. Lo miraste, un suspiro salió de tu boca. Te quitaste la liga con la que amarró tu cabello y se la devolviste.

—Debería terminar, ya es tarde y aún quiero ir a la biblioteca.

—¿Te veo ahí? —asentiste.

—¡Voy a limpiar rápido y en 15 minutos voy!

Tomaste las cosas para limpiar y terminaste de hacerlo rápido, fue un milagro que Kyojuro se fuera a tiempo, luego de salir te encontraste con Gyomei tocando la puerta; le enseñaste que sí estabas limpiando y se fue, un gran suspiro de alivio salio de tu boca cuando lo viste caminar lejos. Recibiste un mensaje de Kyojuro con una foto enseñándote que se encuentra en la biblioteca, tomaste tus cosas y las que usaste para limpiar; corriste, las dejaste en su celular y caminaste algo rápido para llegar a la biblioteca, ya no volviste a correr porque casi te atrapa Iguro y no querías un regaño.

Cuando entraste no viste a Kyojuro, pero viste sus cosas sobre una mesa y ahí dejaste las tuyas.

Caminaste entre las estanterías, querías un libro diferente al tuyo porque el tuyo lo terminaste, buscaste por la letra y te molesto que estuviera hasta el fondo y peor aún, arriba. «¿Por qué diablos los libros de otros años los olvidan?...» pensaste mientras te ponías de puntitas para alcanzarlo.

Alguien se puso detrás tuyo y lo alcanzó por ti.

—Podrías pedir ayuda, _________ —se alejó de ti, pero te dio el libro en la mano.

—Rengoku-san... —lo llamaste por su apellido por si alguien llegaba a escuchar.

Él puso su dedo índice enfrente de sus labios y te guiñó el ojo.

—Ya casi no hay nadie, aquí no hay nadie, tranquila...

—¿Entonces por qué me llamaste por mi nombre? —preguntaste con sorpresa.

Kyojuro se acercó más a ti y ahora fue él quien te acorraló contra la estantería. Abrazaste el libro en tu pecho, tus mejillas se tiñeron de rojo una vez atacó tus labios. Su lengua recorrió tu labio inferior y cuando te mordió, un sonidito de "mmhp" salió de tu boca. Ahí fue cuando caíste en cuenta de porqué te sentías tan incómoda, y es porque estás mojada; al parecer lo olvidaste por lo ocupada que te encontrabas.

—Quiero decirte algo, cariño... —murmuró tomándote de la cintura para luego darte la vuelta.

Tomó tus dos manos, haciendo que el libro cayera al piso y las sujetó detrás de tu espalda, dejó algunos besos en tu mejilla y la parte del cuello que se te veía, mientras que con su otra mano desabotonaba tu camisa. Lo miraste de reojo, cuando llegó a los botones de tu pecho, se detuvo; empezó a besar y succionar algunas áreas por tus hombros y cuello. No te soltaba, el que se encuentren en esta situación, estén en la biblioteca y que Kyojuro de un momento a otro se pusiera así, sólo está ocasionando que te mojes más.

—Kyo-Kyojuro... Aquí pueden descubrir...

Se movió hacia un lado y te tomó del mentón para besarte, ocasionó que te callaras antes de poder terminar.

—A veces eres muy mala conmigo poniéndome en estas situaciones, provocándome —sus labios rozaron tu oreja, te dio escalofríos.

—N-no tengo problema en que tú también lo seas, pero es que...

Te mordiste el labio para evitar gemir fuerte, Rengoku te soltó e hizo que voltearas de nuevo; toda tu cara está roja y ya estás jadeando.

—Yo también quiero ver más de esas expresiones tuyas, amor.

Soltó para luego volver a besarte mientras sus lenguas juegan entre sí, sus dedos están acariciando tu clítoris por encima de la tela, lo tomaste de la camisa y la apretaste, tus gemidos se ahogaron en el beso, cuando se separó estabas respirando con dificultad y jadeando mucho. Abrió más tu camisa y subió tu sosten revelando así tus pechos, alejó sus manos de ti, te tomó de la cintura y atrajo hacia él, quien se había agachado un poco para quedar a la altura de tus senos y empezar a lamerlos. Te tapaste la boca con una mano mientras la otra la llevabas a su cabello. Él se alejó para poder verte, tiene la misma mirada gentil y suave de siempre, pero sabes que esconde algo.

—Kyojuro... —un gemido se te escapó cuando su lengua tocó tu pezón.

—Te amo mucho, _________ —de nuevo volvió a besarte. —Mucho, mucho, te amo demasiado... _________.

—¿Sucedió algo, cariño? —te aferraste fuerte a él.

Sentiste un bulto en su pantalón, un suspiro salió de tu boca. Desde tu pregunta, él se quedó callado un momento, no dijo nada.

—_______... —murmuró tu nombre.

Sus labios fueron a dar a tu cuello, moviste la cabeza a un lado para darle más accesibilidad. La forma en que te llamó te dio escalofríos, un tono medio cantado, dulce y sutil.

—¿Puedo venirme dentro de ti? —su pregunta tan directa te hizo avergonzar, todo tu rostro se ruborizó.

—Claro, sin problema, mi amor —respondiste mientras jugabas con su cabello.

Al parecer se olvidaron por completo del lugar donde se encuentran. Kyojuro se desabrochó el cinturón, se bajó los pantalones y también su ropa interior. Él se había alejado de ti para hacer esto, te tomó de los muslos, te pidió que dieras un saltito y te cargó.

—Tómalo y frotalo contra ti, bebé.

Abriste los ojos por sorpresa.

—¿Yo?...

—Sí, amor.

Obedeciendo lo que dijo que fue más una orden que nada, hiciste a un lado tus bragas y luego tomaste su miembro, poniéndolo en tu vulva. Lo soltaste y te aferraste con fuerza a Kyojuro, lo rodeaste con tus brazos y piernas, sentiste como se comenzó a mover, no te penetró, más bien está frotando su parte con la tuya. Te mordiste el labio, si bien no estás gimiendo, sí es posible escuchar tu respiración acelerada y uno que otro sonidito de "mmhp" o "nngh". Así estuvieron por un buen rato, hasta que te cansaste de que solo fuera un roce.

—Kyojuro... Mételo —murmuraste en su oído.

No te hizo caso.

—Pídelo más apropiadamente, bebé —se alejó de ti y volvió a dejarte en el piso.

—¿Más apropiadamente? —preguntaste jadeando.

Antes de que pudieras decir algo más, te tomó del mentón y te beso. A pesar de no estar siendo igual de dulce que siempre, sabes que se sigue conteniendo.
Te diste la vuelta inclinandote un poco para que tus caderas se levantaran, y miraste al rubio de reojo. Te diste cuenta como en su rostro apareció una sonrisa, tragaste saliva sintiendo como tu corazón late muy rápido.

—Por favor, Kyojuro... Por lo que más quieras, m-mételo...

Sí, sonó como una suplica. El rubio te hizo caso, te tomó de la cintura y con su otra mano acomodó su miembro en tu entradas. Te mordiste el labio evitando soltar un gemido, una vez estuvo adentro de ti, su mano se dirigió a tu boca y la tapó. Sientes todo tu cuerpo caliente, tu corazón late tan rápido que sientes sus golpes contra tu pecho, mientras que Rengoku te está sujetando, la mano que se encontraba en tu cintura atrapó tus manos y las puso detrás de tu espalda.

—E-espera no lamas... —dijo cuando comenzó a sentir sus dedos húmedos.

—Mmfhg... —quitó su mano de tu boca. —¿T-te estás conteniendo?

—¿Quieres qué...?

—Ya estamos hasta este punto...

Te tomó de la cadera, apretó con fuerza y empezó a moverse con rudeza y rapidez. Aún tenía tus manos sujetadas, ya no podías aguantar tus gemido; las piernas comenzaron a temblarte y también estabas babeando, Kyojuro salió de ti de repente, soltó sus manos e hizo que te voltearas. Te apoyaste con cuidado en la librería mientras el se agachaba un poco para volver a penetrarte. Levantó una de tus piernas y volvió a acomodarse, lo sentiste de nuevo dentro tuyo.

—Bésame, por favor, Kyo...

Te tomó del rostro, sus labios se estamparon contra los tuyos y se comenzaron a mover de forma brusca, mordió tu labio inferior, ahogaste un gemido en el beso; poco después te separaste en busca de aire. Lo tomaste del rostro y dejaste un beso en su frente.

—Dime que es lo que sucede... —le pediste entre jadeos.

—Te amo mucho, _________...

Salió de ti para luego volver a cargarte, te aferraste a él.

—Me gusta que digas mi nombre así, mmgh...

Acercó sus labios a tus orejas hasta rozarlas, empezó a susurrar tu nombre una y otra vez, esto hizo que te avergonzaras más. «¿Cómo tiene tanta energía con lo de hace rato...?» te preguntaste.

—Cariño, es-espera voy a... Voy a... —antes de que siquiera pudieras terminar la frase él comenzó a moverse mucho más rápido.

Un gemido se te escapó una vez te corriste, él se detuvo para esperar a terminaras, sin embargo cuando volvió a moverse fue cuando tu sensibilidad aumento. Siguió con movimientos rápidos, enredaste tus piernas en su espalda, él gruñó cuando sintió que estaba apunto de correrse y te besó, con mucha más dulzura que las otras veces, los dos gimieron cuando expulsó su semen dentro tuyo. Salió de ti y luego te dejó con cuidado en el piso, te tuviste que agarrar de su brazo para no caerte, tus piernas te tiemblan y sigues muy agitada. Kyojuro te sujetó con fuerza y cuidado, hizo que te apoyaras en la estantería para poder acomodar su ropa; cuando lo hizo lo rodeaste con tus brazos, él acarició tu espalda.

—Lo siento, amor... —se disculpó. —¿Estás muy cansada?

—Sólo un poco —respondiste comenzando a jugar con su cabello. —Debo admitir que me gustó, aunque... Ahora mis bragas están sucias, ¿y sabes? Deberíamos probar más cosas.

—¡Podemos arreglar eso...! — exclamó y se quedó en silencio por un momento.

Te alejaste un poco para verlo a la cara, lo tomaste de las mejillas y jalaste un poco, Kyojuro frunció levemente el ceño.

—Insisto en que me digas que sucede, no quiero que pase como cuando te enfermaste.

Un suspiró salió de su boca, lo soltaste y te acomodaste el sujetador, volviste a abotonar tu camisa  y acomodaste tu falda.

—La semana pasada mi padre me visitó, me dijo que terminara contigo mientras sigas siendo mi estudiante, luego de que me fui, me llamó y preguntó si ya habíamos terminado...

Desvió la mirada, tomaste su mano y entrelazaste sus dedos con los tuyos.

—¡No quiero verte con esa expresión, Kyojuro Rengoku! —llamaste su atención, te volteó a ver. —Tú siempre estás feliz, sonriente y te gusta ayudar a los demás... No pongas esa expresión. ¡Nada más dejame hablar con tu padre y haré que cambie de opinión a como dé lugar!

—Bebé... —en su rostro apareció asombro.

Soltó tu mano, te rodeó con sus brazos; mientras acariciaba tu cabello.

—De verdad te amo mucho, ________. ¡Eres mi amor, mi vida, mi bebé, mi cielo, mi todo! De verdad te amo, mucho mucho.

Todo tu rostro se puso rojo, lo dijo con tanto entusiasmo que alguien más pudo escucharlos.

—Tú has hecho más por mí... —murmuraste.

—¿Quieres quedarte a dormir en mi casa? —preguntó separándose de ti luego de dejar un beso en la punta de tu nariz.

—¡Me encantaría! —exclamaste.

Escucharon un ruido, Kyojuro se alejó de ti y tomó el libro que se te había caído salió con él en la mano y abierto.

—¿Qué haces aquí tan tarde? —preguntó Sanemi.

Kyojuro le enseñó el libro para luego darle una sonrisita.

—Deja esa cosa en su lugar, vámonos de aquí —el rubio asintió.

De milagro no te descubrió ni vio tus cosas.

CASI 6K PERDÓN AJDJSJD

¿Les gustó?

Tenía hartas ganas de escribirlo, alguien por privado me dijo que que quería que rayita le dijera "papi" a Kyo y he aquí, cumpliendo sus deseosss.

En mi perfil pregunté si rojo o amarillo, el rojo era para que la rayis le hiciera una felacion bien puesta a Rengoku-sAn y en el amarillo no pasaba nada XD buena elección, toda la gente que me respondió

Desde acá abajo voy a poner una explicación del capítulo anterior, si quieres leerla, hazlo porque al parecer muchas se confundieron.

En el cap anterior rayis NO estaba embarazada ajdjsjfb sólo dijo "quiero que lo hagamos sin condón, no me quiero embarazar pues voy a revisarme"

Las pastillas anticonceptivas no hacen tanto daño, antes de usarlas debes de ir al médico para que te indique que hacer, porfa 🙏🏻🙏🏻 hasta tienen beneficios.

Perdón x los errores ortográficossss 🙏🏻

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