Capítulo 29

Colgaste tu mochila en los hombros y empezaste a caminar, un bostezo salió de tu boca, para ya no pensar en Kyojuro decidiste pensar en otras cosas más que te dieron sueño. Saliendo del salón de clases te topaste con Shinobu, caminaron juntas mientras platicaban; ella te hizo más preguntas con relación a lo que sucedió el domingo, pero, otra vez te saltaste detalles. Debes de ir a trabajar, sin embargo lo que te dijo Himaru y encima lo que hizo te trae con el estómago revuelto, y, sin ganas de hacer nada. Lo que más nervios te da es que tendrás que hablar con Susumaru de lo ocurrido, lo que menos quieres es que haya un malentendido con él; se ha portado realmente bien y comienzas a considerarlo un padre.

En cuanto al trabajo todo fue normal como siempre, Hana te saludó, comieron juntas y este día se quedó a trabajar junto a ti; recibiste algunos mensajes que no respondiste por estar ocupada, pero tampoco tenías ganas.

—Tu celular está sonando, _______-chan —las palabras de tu compañera te sorprendieron.

—¡Muchas gracias!

Dijiste al terminar de acomodar las flores y caminaste hacia el mostrador para tomar tu celular.

—Has estado muy distraída el día de hoy, ¿hay algo malo?

Negaste mientras respondías la llamada, llevaste el celular a tu oreja, ni siquiera te fijaste quien había llamado. Hana fue a terminar de acomodar las flores para darte algo de privacidad, cuando escuchaste la voz de tu pareja una sonrisa apareció en tu rostro. "Estoy bien, feliz de que llamaras" respondiste a su pregunta, cuando le comentaste que estabas ocupada él dijo que podía llamar más tarde; se despidieron y colgó a los minutos de haber iniciado la llamada. Tu jefa de nuevo se acercó a ti, se inclinó un poco para ver tu cara y una sonrisita apareció en su rostro, eso te hizo avergonzarte; fue demasiado repentino.

—No necesito preguntar quién fue —dijo soltando una risita. —¿De verdad todo está bien?

—Un poco —respondiste. —No tengo ningún problema con él, es solo que hoy mi hermanastro dijo que le gusto, y estoy nerviosa porque tendré que hablar con su padre y Susumaru en verdad me cae bien.

—Es la pareja de tu madre, ¿no es así? Quizás sea muy atrevido de mi parte, pero al ser psicólogo entiende mejor las cosas, no creo que reaccione mal, _______.

Un suspiro salió de tu boca.

—También me besó, cuando lo hizo Kanae y Kyojuro salieron, no lo vieron hacerlo, pero aún así fue incómodo.

—Oh... ¿entonces el caballero de armadura dorada salió a defender a su princesa? —las dos rieron.

—Sonó diferente a lo usual cuando regañó a Himaru —comentaste.

—Que no te sorprenda si el pobre chico sale mal en historia...

Se burló mientras caminaba hacia un algunas flores y te las daba, las tomaste eran algunas rosas.

—No creo que sea capaz de hacer eso —desviaste la mirada, dudando de tus palabras.

—Cuando el amor es verdadero te incita a hacer muchas locuras, ¿no es así?

Tu rostro se puso rojo, ya no respondiste nada más, Hana te explicó porque te regaló las rosas; terminaron de acomodar y luego de eso te despediste de ella para poder volver a casa. Caminar sola por la calle te hizo pensar mucho, miraste las rosas creyendo que sería buena idea ir a dárselas a Kyojuro, pero, tu mente solo estaba pensando en excusas y alternativas para no volver a casa y evadir tus problemas. Así que tomaste tu celular y le mandaste un audio a Rengoku avisándole que ya vas de regreso a casa, al estar en línea respondió rápido y también con un audio. Lo escuchaste, el simple hecho de oír su voz te hizo sonreír.

Aunque tu momento de felicidad se terminó en cuanto tuviste que volver a casa, te paraste enfrente de la puerta, sacaste tus llaves para abrir y cuando las ibas a meter; alguien más abrió por ti.

—Oh... ________, bienvenida —el hombre azabache se hizo a un lado.

—Gracias —respondiste guardando tus llaves.

Te quitaste los zapatos y solo diste un par de pasos, Susumaru se ve tranquilo y tú no sabes como tocar el tema; esperar a que sea él la persona que hable primero tampoco es una opción.

—Sobre lo de Himaru...

—Lo sé, recibí una llamada en la tarde. ¿Estás bien? Sé que es mi hijo, pero no puedo aceptar que se comporte de esa manera.

—No, sí estoy bien, sólo que...

—¡Estoy en casa!

Hablando del rey de Roma, el joven castaño llegó justo en el momento menos indicado. Su padre y tú voltearon a verlo, se encogió y una vez cerró la puerta detrás de él, se quedó quieto, una mirada inocente apareció en su rostro.

—¿Qué fue lo que sucedió, Himaru? —preguntó el azabache. —Estas no son horas de llegar, ya es muy tarde.

—________ suele llegar mucho más noche a veces... —murmuró desviando la mirada.

—Yo ya soy mayor de edad y aparte debo trabajar —dijiste frunciendo el ceño.

—¿Dónde estuviste y por qué no me avisaste?

—Salí con unos amigos, ¿no puedo?

—Claro que puedes, pero debes de avisar.

—_______ también suele irse sin avisar y nadie la regaña —se quejó.

Un suspiro salió de tu boca y de la de Susumaru, su hijo está siendo tan cínico como para quejarse de lo que tú haces y comparando sus situaciones. Te cruzaste de brazos.

—Tenemos que hablar, Himaru. Me llamó una de tus profesoras diciendo que acosaste a ________. ¿Por qué lo hiciste?

—Yo no hice nada —volteó a verte. —Tú eres una mentirosa.

Se hizo paso entre los dos y caminó para alejarse de ustedes, su padre lo siguió para después tomarlo de la muñeca y detenerlo. El castaño frunció el ceño ante la acción del mayor, se deshizo de su agarre para luego mirarlo con enojo.

—Himaru, te lo estoy preguntando bien, ¿por qué lo hiciste?

—¡No te interesa! Así como la mayoría de cosas que me suceden, solo te la pasas en tu consultorio y me dejas solo, encima cuando hago algo mal no me regañas; ¿por qué lo vas a hacer ahora? ¿Sólo por que se trata de ella? —exclamó con enojo.

—Oye, no le hables así a tu padre —te acercaste al joven. —¡Susumaru te quiere, y aunque no esté contigo aún así intenta demostrarte su amor! Quien está mal eres tú, Himaru.

Tanto alboroto alertó a tu madre, bajó las escaleras, y se acercó a ustedes para preguntar que estaba sucediendo, y porque tantos gritos. Tú no dijiste nada porque si le explicabas de seguro no te creería; sin embargo su pareja decidió contarle la situación con calma, el castaño miró a tu madre esperando a que lo apoyara, hubo un silencio algo incómodo y largo hasta que fue Tana quien decidió romperlo. La miraste con atención.

—Deberías explicarnos, Himaru. ¿Qué pasó?

Él suspiró.

—¿Por qué todos están en contra de mí? ¡No hice nada malo!

—¡Besaste a ________! Aunque no tengamos relación sanguínea ahora son hermanastros y ella tiene novio.

—¿Novio? De seguro su novio ha de ser una mentira para salir cada que se la da la gana con cualquier chico, eso y lo del trabajo... Vaya tontería.

—¿Qué cosas dices, hijo? —Susumaru frunció el ceño. —¿Tienes 15 años, y eres incapaz de entender algo tan simple? Eso no te da derecho a molestar a _______, encima no es la primera vez que lo haces, también hostigaste a su amiga.

—Creo que deberías de castigarlo, Suma —le dijo tu madre al hombre mientras se le acercaba, volteó a ver a Himaru. —Si gustas podemos hablarlo con más tranquilidad, lo que hiciste estuvo mal, aún más porque ahora somos familia.

Sabiendo que no iba a poder defenderse más cosas, decidió dar media vuelta para irse.

—Ya no quiero que molestes a _________, ¿entendido? Tampoco vas a poder ir a las actividades de tu club ni salir con amigos, no puedes usar tu celular al menos que esté contigo, también te vas a poner a estudiar más y sin reproches; cada que regresé te haré preguntas y quiero ver tus apuntes.

—Pero...

—No te trato mal, Himaru, tampoco lo haré, pero si sigues así te enviaré con tu abuela.

El antes mencionado se fue, hecho una furia, ibas a subir para ir a tu cuarto, pero antes de poder hacerlo tu mamá te tomó del brazo; jalandote hacia ella para luego rodearte con sus brazos. Tus ojos se abrieron de sorpresa, ni siquiera quisiste mirarla, y para que no fuera suficiente con un abrazo de tu madre; Susumaru también se unió. Tu corazón comenzó a latir rápido ante tal acción, tragaste saliva, hace mucho no te sentías así. Cuando lo procesaste a medias, extendiste tus brazos para también rodearlos, queriendo corresponder al afecto que te están brindando, aún más cuando tu madre decidió hacerlo sin decir o reprochar nada. Algo simple y extraño, pero lo quieres mantener como un buen recuerdo. Hasta que se separaron.

—Si necesitas hablar sobre algo aquí estoy —el azabache te dijo mientras tocaba tu hombro.

Asentiste, tus ojos comienzan a humedecerse, también tienes ganas de llorar.

Fue una buena noche.

Entonces pasaron unas semanas, Himaru dejó de molestarte, ya ni siquiera la mirada te dirige; comenzaste a hablar más con Susumaru, de alguna manera se volvió tu psicólogo, de tu madre tampoco hay muchas cosas que decir. Hoy es fin se semana, pero Kyojuro está ocupado y tampoco quieres llegar al punto donde solo deba de estar para ti, así que ahora te encuentras en el trabajo; mientras que por lo que él dijo, antes de salir con sus amigos fue a ver a su familia.

Kyojuro tomó sus llaves y abrió la puerta, Senjuro está sentado en el sofá esperando con paciencia a su hermano, cuando lo vio entrar por la puerta se levantó de golpe y caminó hacia él; mucha fue la felicidad que sintió cuando el mayor lo abrazó antes de que el pequeño lo hiciera. Se saludaron.

—Te traje esto —dijo Kyojuro mientras le entregaba una bolsa.

—Son mis dulces favoritos... ¡Gracias hermano! —volvió a darle un abrazo.

—¿Qué hay de nuestro padre? —preguntó.

—¡Fue a comprar algunas cosas! —exclamó. —Hace poco llegaron más alumnos al dojo así que ya ha estado más animado.

—¡Eso es muy bueno!, ¿crees que tarde en llegar? Quiero saludarlo antes de irme.

Los dos se fueron a sentar.

—No estoy seguro, salió hace un rato así que quizás llegue en cualquier momento. ¿Cómo has estado tú?

—¡Muy bien! Las cosas han estado tranquilas últimamente, aunque pronto tendré que hacer exámenes, así que estoy algo atareado, pero todo está muy bien; gracias, Senjuro.

Él negó con una sonrisa.

—¿Qué hay de ________?, ¿cómo está ella?

—¡Hace poco dijo que quería verte, así que tienes que ir a visitarme pronto! —Kyojuro revolvió el cabello de su hermano menor.

Él cerró los ojos, una risita se escapó de su boca. Estaban tan concentrados hablando que no escucharon el ruido de la puerta.

—Ella es buena novia, ¿verdad? Aunque debe de ser triste que no puedan hacer mucho, ¡qué mala suerte que sea...!

—¿Kyojuro?, ¿Tienes novia?

El padre de los hermanos Rengoku apareció interrumpiéndolos, el mayor se levantó para saludarlo, le dio la mano y también un abrazo.

—¡Sí, tengo pareja, padre! —dijo con felicidad.

—Por eso estás más energético que de costumbre... —un suspiro salió de su boca. —¿Por qué no me habías dicho? Hasta Senjuro lo sabía.

—No había tenido oportunidad, Senjuro la conoció por accidente —una risita salió de su boca.

—Pero, ¿qué era lo que ibas a terminar de decir, Senjuro? —miró a su hijo.

El joven miró a su hermano con nerviosismo, no supo que responder; tragó saliva. Sabe perfectamente que no es algo que él deba de mencionar, así que Kyojuro tomó la palabra.

—Iba a decir que se trata de... De una de mis alumnas.

Shinjuro suspiró, llevó sus manos a su rostro y luego revolvió su cabello.

—Por favor dime que es mayor de edad.

—¡Lo es! —exclamó. —¡Incluso trabaja! Senjuro ya la conoce, es una buena chica.

—Siendo tú no lo dudo —caminó hacia la cocina para dejar lo que compro. —¿Cuándo la podré conocer?

—¡Hablaré con ella! No hay nada de que preocuparse, voy en serio con ella... Incluso ya conocí a su familia, así que espero poder traerla pronto.

Cuando estabas en el trabajo recibiste un mensaje de Shinobu, diciéndote que salieran junto a otras chicas a tomar algo. Lo hizo cuando tu turno estaba por terminar así que se te hizo difícil negarte, regresaste a casa para cambiarte y luego mandarle un mensaje; ella pasó por ti y caminaron hacia una cafetería donde se vieron con las demás chicas, entraron y se sentaron para pedir algo. Todas se pusieron a platicar mientras tomaban sus cafés y comían pastel. Entonces descubriste que ellas van a la misma escuela que las dos, de seguro Shinobu las conoce de algo, pero no son amigas y aceptó porque le debían algo a ella; te surgió esa duda cuando una de ellas mencionó invitar la comida. No lo querías, pero cuando sacaron el tema de los novios casi te ahogas, tuviste que fingir y disimular.

—Ayer mi chico me llevó a comer a un restaurante, pero ni siquiera pudo dejarme en casa después.

—¿Ustedes dos tienen novio? —preguntó la otra chica.

—Yo no —respondió la de puntas moradas mientras sonreía.

—Yo sí... —respondiste sin verlas mientras tomabas un sorbo de café.

—¿Y qué tal _______-chan?, ¿es lindo y dulce o elegiste mal y es un total patán?

La chica que había hablado primero te hizo muchas preguntas, tragaste saliva, comenzaste a ponerte nerviosa y Shinobu esperaba a ver que decías; luego de burlaría de ti con eso.

—Es muy lindo —respondiste. —No tiene mucho que se lo presenté a mis padres y... Es muy bueno, sí.

No querías dar tantos detalles, aunque no parecen malas chicas, no deseas hablar de más. Como estás sentada en frente de ellas, la mesa en la que se encuentran da a la puerta y puedes ver quienes entran, te pusiste mucho más nerviosa cuando viste que por ahí entró Kyojuro junto a los demás. Antes de que sus miradas se cruzaran agachaste la cabeza, Shinobu se dio cuenta y las otras dos chicas voltearon a ver que sucedió.

—Que curioso... —murmuró una.

—¡Qué suerte! —exclamó otra.

—Ahora que sé que puedo encontrarlos aquí, no dudaré en venir —volvió a hablar la primera chica.

—¿Pero no tienes novio? —preguntaste.

—Mi novio no se compara para nada a ellos, tan solo míralos, las mujeres que salgan con alguno de los profesores deben ser muy suertudas.

—Así es, demasiado suertudas.

Afirmó Shinobu mientras le daba un trago a su café, su hombro golpeó ligeramente el tuyo, también tomaste de tu café para ocultar tu nerviosismo. «¿Por qué justo en este momento?...» pensaste mientras agachabas la mirada.

—En realidad me sorprende mucho que hayas aceptado la invitación —comentó Tengen de manera espontánea.

—¡No he rechazado tus invitaciones tantas veces! —respondió el rubio riendo.

—Bueno últimamente estás muy ocupado con tu novia, así que...

La camarera se acercó para tomar sus órdenes, cuando vio a los tres al parecer se puso algo nerviosa. Sanemi pidió lo suyo, seguido de Uzui y al final lo hizo Kyojuro, y ella lo miró a él en especial. Luego de anotar todo se fue.

—¿Viste como esa señorita se fijó en ti? Al parecer le gustaste, ¿por qué no intentas...-?

—¡Para nada! —exclamó.

—No intentes meterles ideas estúpidas, Tengen. No lo vas a lograr —dijo Sanemi mientras se cruzaba de brazos.

—¡Al parecer vas en serio, amigo! Dinos, ¿ella es bonita?, ¿la conocemos? Lo mantienes tan en secreto que hasta me da envidia, ¿qué tan buena es en la cama?

—Deja de hacer ese tipo de preguntas, es incómodo —se quejó Sanemi.

El más alto suspiró.

—¡Es hermosa!, y no creo querer responder las demás preguntas.

Era inevitable no verlos de reojo, las chicas con las que te encuentras no paraban de hablar de ellos; agradeciste que en ningún momento mencionaran a Kyojuro. Cuando llegó la hora de irse, fue porque ellos también se iban a retirar, sí, aquellas chicas insistieron en quedarse hasta cuando ellos. Un suspiró salió de tu boca, pasaste a un lado de Sanemi, pero te llamó la atención lo que dijo Uzui.

—¿Eso no es su número?

—Lo es —respondió el rubio.

—¡Tienes mucha suerte, Rengoku! De seguro fue porque le hablaste de manera amable, ¿la agregarás?

No podías quedarte a escuchar porque sería sospechoso y te reconocerían.

—No, no debería de hacerlo —dijo dejando el papelito en la mesa.

—Entonces yo... —Tengen no pudo terminar.

Sanemi lo tomó, lo rompió en cachitos y se paró para tirarlo.

—Él no se iba a atrever y tú ya me habías molestado —una sonrisita apareció en el rostro de sus amigos.

—¡Gracias, Sanemi! —dijo el rubio.

Estando afuera te diste cuenta de lo nublado del cielo, suspiraste. Ya no es época de lluvias y el cielo está nublado, puede que no llueva pero es extraño. Un mensaje te llegó, cuando lo revisaste viste que se trataba de Kyojuro y una sonrisa apareció en tu rostro. "Es temprano, qué tal si te escapas de ahí y nos vemos para pasar un rato juntos? (●'◡'●)ノ". Te detuviste para poder escribir, las demás también pararon, te miraron con curiosidad; hiciste una reverencia mientras una disculpa salía de tu boca.

—¡Lo lamento! Debo volver antes —miraste a Shinobu.

Ella entendió rápido lo que sucedía, una sonrisita apareció en su rostro.

—¡No te preocupes! Ve con cuidado.

Shinobu se acercó a ti, se inclinó un poco y te murmuró.

—Que envidia, de verdad se apoderó de toda tú... ~

Te pusiste roja, negaste rápido, cuando ella se separó de nuevo te despediste. No querías que cuestionara el porque de tu nerviosismo, después de todo no le contaste que ya lo hiciste con Kyojuro, tampoco querías un interrogatorio.


YA SÉ COMO LE VOY A HACER, EL SIGUIENTE EPISODIO DE SEGURO SE VUELVE DE SUS FAVORITOS AAAAAA

Cómo sienten que está yendo todo? Yo ando re feliz, 3k de palabras diarias para ustedes, tomen mucho amor y agua 💕🙏🏻

Gracias a las que pusieron en la parte anterior que se preocupan por mi, las amo mucho

Qué tal este episodio? 😭🙏🏻
El drama de Himaru XD
Ya voy a ir agregando algunas de las ideas q me dejaron uwu

Quiero explicar lo de Shinjuro, en el spin off se supone es maestro de un Dojo, nomás que no me acordaba bien de como era y sin querer maté a la madre XD, así que acá no es TAaaaN malo como el del anime. Hasta aquí mi reporte, Joaquín. 😖

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