Capítulo 24
Te tallaste los ojos, bostezaste abriéndolos, te sentaste en la cama. Al parecer te quedaste dormida y ni siquiera recuerdas como, tampoco estabas cansada así que quizás te dormiste por dormir. Te levantaste de la cama para estirarte, tomaste tu celular y abriste la puerta para después prender la linterna de tu teléfono y bajar al primer piso, pero lo apagaste en cuanto viste la tenue luz que había arriba, al parecer las luces de abajo están prendidas.
—¿Qué tal dormiste, _______? —escuchaste una voz que te hizo sobresaltar.
Suspiraste.
—No lo sé, me siento muy cansada —respondiste caminando hacia la cocina. —¿No es muy noche?
—Son las 11 apenas, ¿aún no cenas?
—Lo voy a hacer ahora, pero no tengo hambre... Tuve una pelea con mi mamá y no tengo ganas de nada.
—Lo sé, me lo contó —suspiraste.
—¿Te lo dijo para que esperaras e hicieras el papel de padre?
Abriste el refrigerador, nada te llamó la atención, buscaste alguna sopa instantánea en la alacena y al encontrarla la sacaste. La pareja de tu madre esperó a que terminaras de hacer tu comida, en cuanto el agua se calentó, abriste la sopa y la echaste. Poco después fuiste a sentarte al comedor y comenzaste a comer.
—No sé de que deberíamos hablar, creo que será mejor que vayas a descansar —le dijiste al azabache en frente tuyo.
Él negó mientras sonreía.
—A veces pienso que tu madre es mala contigo...
Seguiste comiendo.
—Pero si ella no fue capaz de escucharte, quiero escucharte yo. Hemos estado poco menos de un mes aquí, pero te ves feliz, no pareces ser alguien a quien estén tratando mal.
Escuchaste lo que te decía, por lo menos te hizo replantear las cosas que tu mamá dijo; sin embargo te sigues sintiendo mal, ya no solo por lo que te dijo a ti, si no por las cosas que le dijo a Kyojuro. Al día siguiente cuando te levantaste lo hiciste temprano, como te sentías un poco mejor respondiste los mensajes que quedaron pendientes el día anterior. La preocupación del rubio hizo que tu corazón se acelerara, a pesar de que no le respondiste te dijo buenas noches y buenos días; el mensaje de buenos días lo había enviado hace poco, en cuanto respondiste se puso en línea. Hablaste un poco con él, aunque te sientes feliz sigues sintiendo vergüenza por las cosas que tu madre le dijo. Dejaste el celular y te levantaste para darte un baño, al salir de la ducha, te cambiaste y bajaste a la cocina para llevar comida.
—Buenos días, _______ —saludó tu madre.
—Buenos días...
—Al parecer no quieres hablar, bien. Toma esto.
Sujetaste con recelo la caja de bento que te entregó.
—Gracias...
La dejaste en la mesa y subiste rápido a tu cuarto por tus cosas, te colocaste el collar que Kyojuro te regaló, en tu rostro apareció una sonrisa cuando te viste al espejo. Bajaste de nuevo y tomaste el bento.
—Me voy —dijiste poniéndote los zapatos.
—¡Suerte en la escuela!
Cuando cerraste la puerta caminaste confundida, ¿por qué tan amable de repente? Su amabilidad no arreglará el daño que hizo por más de 10 años, suspiraste. Sigues algo triste, ahora extrañada y de hecho habías considerado faltar el día de hoy. Vas con tiempo de sobra así que vas a un paso tranquilo.
Al llegar a la entrada del colegio, viste como Shinobu corrió hacia ti y casi te tira. Te dio un fuerte abrazo al que correspondiste con ganas.
—¿Por qué no respondiste los mensajes ayer? —preguntó. —¡Ya sabes quién me contó lo que sucedió!, ¿todo bien?
Te bombardeó con preguntas.
—Un poco supongo... Ella dijo unas cosas que de verdad no soporto —respondiste y luego le enseñaste el bento. —Me dio esto.
—¡Qué rabia! —exclamó.
Está siendo extrañamente mas expresiva que en otras ocasiones, te hizo sonreír.
—Parece muy hipócrita que se enoje y haga un numerito para que después te dé comida y te trate bien —te tomó de la mano.
—Así es...
La seguiste, empezó a caminar rápido arrastrándote con ella, la seguiste. Caminó por los pasillos como si supiera a donde iba, sin embargo tú no estás tan segura de eso; tus ojos se abrieron de sorpresa cuando viste que te llevó donde Kyojuro, antes de llegar le murmuraste “pero pueden vernos...” ella respondió algo que te hizo confiar solo un poco. Te dejó en detrás del rubio, dijo una palabra y este volteó, en cuanto te vio una sonrisa de alegría muy notoria apareció en su rostro. Desvíaste la mirada, hablaron por mensaje, pero nada como verlo en persona; cuando habló lo notaste en su tono, notaste esa preocupación que es evidente y obvia para ti, Shinobu te apretó la mano para que te sientas seguro, suspiraste.
—¿Estás bien? —preguntó.
—Lo siento... —dijiste aún sin mirarlo.
—No te preocupes, está bien. La que me preocupa eres tú, ¿no pasó nada?
—Hasta el momento no... —respondiste mirándolo.
Su sonrisa te tranquilizó, él suspiró.
—No puedo decir ni hacer mucho aquí, te escribo al rato —murmuró. —Regresen a su salón.
Shinobu asintió y volvió a jalarte, conociéndote seguro no querrías irte de su lado. Cuando estaban lo suficiente lejos, miraste a tu amiga.
—Gracias —ella negó y luego río.
—Estás muy sensible hoy —dijo mientras soltaba tu mano. —Pero _______-chan, siempre tendrás mi ayuda, no te preocupes.
—No puedo creer que tengo tanta suerte.
—¿Ah sí?
Fingió no saber a que te referías.
—Te tengo a ti y a él...
Se detuvieron, te soltó y agitó de los hombros. Luego te hizo una pregunta que no alcanzaste a responder que te confundió, pero aún así respondiste.
—No pienses demasiado en eso, después del trabajo ve con... Y disfruta del resto del día. —Ibas a reprochar —algún otro comentario negativo y te...
—¡Entiendo! Entiendo...
Pasó el tiempo, en la hora del almuerzo mientras comías con Shinobu, revisaste tu celular. Ella no pudo evitar burlarse (de manera amistosa) de ti, en tu rostro apareció una gran sonrisa, así que tu amiga supo de quien se trató. El resto de las clases fueron normales, ya no estabas tan decaída, pero seguías sin ganas de hacer nada. Así llegó la hora de la salida, y tenías que ir a trabajar. Al salir de el salón de clases pasaste por la sala de profesores, viste como Kyojuro estaba junto a Uzui y los demás, ibas a seguir de largo, pero caminaste con un paso más lento para que no fuera tan sospechoso.
—¿Quieres ir a tomar algo? Después podemos ir a comer y luego ir a-
—Lo lamento, ¡estaré ocupado! —respondió.
—Últimamente estás muy ocupado —comentó Sanemi.
—Bueno... Ahora tengo a alguien más con quien pasar mi tiempo —respondió.
Tuviste que evitar hacer expresiones raras cuando escuchaste eso, seguiste caminando e incluso aumentaste la velocidad, pero lo que dijo después lo mencionó con tanta emoción que lo escuchaste algo lejos. “¡La amo tanto y voy muy en serio con ella!”, no quisiste quedarte a escuchar que respondían los demás.
Esta vez este día no está tan nublado, se ve un poco gris el cielo, pero no parece que vaya a llover. Al salir sacaste tu celular, Shinobu tiene actividades en su club por lo cual no te va a acompañar; buscaste el contacto de tu pareja para escribirle. Respondió al instante; "Quieres que vaya a buscarte cuando salgas del trabajo? ( ˘ ³˘)" una sonrisita apareció en tu rostro, escribiste rápido para responderle. Poco después guardaste tu celular para dirigirte al trabajo, sin embargo alguien tomó tu muñeca con brusquedad y te detuvo. Volteaste a ver a esa persona con el ceño fruncido, cuando tus ojos dieron con los de tu hermnastro suspiraste; sacudiste tu mano para zafarte de su agarre y diste un par de pasos hacia atrás.
—¿Qué diablos te sucede? —preguntaste.
—Ayúdame.
—No, no tengo tiempo.
Comenzaste a caminar y Himaru te siguió.
—Te voy a dejar de molestar si me ayudas a acercarme a Shinobu, me ha rechazado 3 veces y...
Paraste en seco y caminaste hacia él, retrocedió al verte enojada.
—Himaru, mi madre podrá quererte más a ti o lo que sea, pero tu padre sí es alguien sensato —respiraste profundo. —Si vuelves a molestar a Shinobu, no solo te voy a golpear...
Seguiste con tu camino. Él suspiró.
El tiempo pasó, cada día debe de haber una noticia para arruinar tu felicidad. Lo único que te tranquilizó fue llegar al trabajo, oler las flores y la presencia de Hana. Las dos comieron juntas, vendieron unas cuantas flores y entonces dieron las cinco de la tarde, empezaron a recoger y guardar todo; entonces llegó la última persona del día y para tu sorpresa se trata de tu mamá. Tu jefa vio la expresión que pusiste, también sintió la tensión del ambiente así que prefirió dejarlas solas. Saludaste a tu madre mientras seguías moviendo algunas cubetas con flores, ella inspeccionó el lugar antes de responder, al parecer comenzó a fijarse minuciosamente en cada detalle del lugar; te incómodo.
—Quiero hablar contigo —fue lo que dijo.
—Soy toda oídos, mami —respondiste mientras le dabas una flor.
—A veces no sé si te burlas o...
—Soy tu hija después de todo.
Cuando tomó la flor, tú agarraste la escoba para empezar a barrer. Tu progenitora se hizo a un lado para no estorbar tanto, comenzó a hablar.
—Sé que no debería meterme, pero decidí darte permiso para salir con tu profesor.
Volteaste a verla, miraste hacia todos lados y ladeaste la cabeza, negaste. «¿Escuché bien lo que dijo?...» pensaste a tus adentros al tratar de procesar sus palabras. Ella notó tu expresión de confusión, te pusiste nerviosa por sus palabras, paraste de barrer y centraste tu atención en ella.
—¿Lo dices en serio? Disculpa, pero, ¿te sientes bien?
—¡Tengo una condición! —exclamó. —Quiero conocerlo bien así que-
La interrumpiste.
—No dejaré que vaya a casa para que Himaru lo sepa y me amenace con eso. Ese niño está loco...
—Pero aún así quiero conocerlo —se cruzó de brazos. —Debo asegurarme de que en serio estás en buenas manos y...
—¿Y?
—Que no cometas el mismo error que yo...
Miraste desde la ventana para ver si no iba a llover, viste la hora en tu reloj y luego te pellizcaste. Tu madre frunció el ceño.
—¿Por qué haces eso?
—No puedo creerlo, en 10 años no has sido tan —pensaste. —Cariñosa a tu manera, es como un milagro.
La mujer se acercó a ti y te tomó entre sus brazos, tu confusión no pudo ser mucho más grande, tus nervios aumentaron junto a los latidos de tu corazón; los ojos se te humedecieron. Correspondiste al abrazo extrañada, no sabes como sentirte en esta situación, no es muy normal que digamos. Tragaste saliva, te sientes tan sentimental y vulnerable en este momento que tienes ganas de llorar, se formó un nudo en tu garganta y las lágrimas amenazan con salir de tus ojos en cualquier momento. Comenzaste a tararear una canción en tu cabeza, con las manos te secaste las lágrimas que casi salen y para mejorar más esta situación; Kyojuro llegó.
Sonó la campana de la puerta, ustedes dos voltearon por inercia y se encontraron con la figura del rubio y una sonrisita nerviosa en el rostro.
—Buenas tardes —saludó. —¿Interrumpo algo?
—Kyojuro —murmuraste con sorpresa al separarte de tu madre y limpiando tus lágrimas.
El mayor se acercó a ti deslizó uno de sus brazos por detrás de tus hombros y te limpió las lágrimas, toda tu cara se puso roja; hacer esto en frente de tu madre es tan...
—¿Estás bien? —preguntó con preocupación.
—Sí, es solo que-
Tu madre se aclaró la garganta, los dos centraron su atención en ella.
—Decidí que ustedes dos pueden salir.
Al parecer le incómodo un poco decir lo último.
—¿Es eso? —Kyojuro preguntó con una sonrisita.
—Sí, no pareces alguien malo —al parecer buscaba las palabras correctas, —sin embargo, quiero conocerte más.
—No tengo problema alguno en invitarles a cenar en casa —respondió mirándola con atención. —Puedo hacer cualquier cosa para demostrarle que mi amor hacia ________ es verdadero.
Olvidaste por completo la confusión que tenías, todos esos sentimientos desaparecieron y fueron reemplazados por vergüenza y pena (no de los malos), se hecho te sientes feliz porque los dos están hablando bien, puedes sentir un poco de tensión en el ambiente, no obstante, Kyojuro sabe lo que dice y tú mamá parece comprenderlo bien. La mujer en frente de ustedes suspiró, al parecer sigue sin aceptarlo del todo pero ya no le causa tanto conflicto como el día de ayer, tragaste saliva al verla tan seria, se cruzó de brazos.
—Sigo sin creer como fue posible que le confesaras tus sentimientos a mi hija cuando-
La interrumpiste, tu rostro se puso aún más rojo.
—De hecho fui yo quien... —miraste a tu pareja —se lo dijo.
Tu madre suspiró.
—Estoy sin palabras honestamente —dijo tu madre.
Se fijó en la hora.
—¿A qué hora llegarás a casa? —te preguntó mirándote para después mirar al rubio.
—Eh... ¿No tan tarde? —dijiste dudando.
—Yo la llevaré a casa —acompletó Kyojuro.
—Una cosa más... —los miró a los dos. —Una disculpa por lo que dije ayer.
Después de decir eso salió del lugar. Kyojuro te miró, hay una expresión de notoria alegría. Te abrazó con fuerza, la suficiente para estar muy cerca de ti, pero no para lastimarte. Hana iba a volver para que terminaran de recoger, pero en cuanto se asomó y los vio abrazados prefirió volver a irse. Estás feliz, pero confundida a la vez; ¿cómo cambió tan rápido de opinión y por qué?
—¿Estaría bien si te propongo matrimonio cuando cenemos con tu madre? ~ —bromeó.
Lo supiste por su tono.
Él río al ver tu cara, te abrazó.
—Te amo mucho.
BIEN QUE QUIERE JAJDJSJ
Sé que quizás estén confundidas, pero en el siguiente espero explicar que sucedió y quiero contarles el pasado de la rayas 😔👉🏻👈🏻
Alguien por ahí me dio una ideita, si se les ocurre algo sin pe2 comentenlo, ya tengo pensado el final y todo eso, pero algo de relleno no hace mal. Si se dan cuenta ya está avanzado un poco más rápido que hace 6 capítulos
~(~ ̄▽ ̄)~~
Himaru te odio. (ง'-̀̀'́)ง
¿Qué tal?, ¿les gustó?
(||●'◡'●)))
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