Capítulo 23
Ha pasado un mes relativamente tranquilo, dejando de lado lo molesto que es Himaru. Kyojuro y tú no se han podido ver mucho luego de clases, debes de trabajar y como quedó pendiente aquella exposición; y decidiste no elegir a tu equipo, los fines de semana que descansabas tenías que reunirte con ellos. Agradeciste que antes de que se pusieran a trabajar todos, Rengoku hizo énfasis en la organización que debían de llevar y como debían de ser cuidadosos con los compañeros que tuvieran otros compromisos; pese a que era más que claro que se refería a ti, beneficio a otros los cuales también tenían problemas con su horario. De igual manera, no tenías tanto tiempo debido a que ibas a cocinar con Shinobu, se ofreció a ayudarte y empezaste a practicar.
La primera vez se veía bien en cuanto a estética, pero el sabor estaba de morirse. Las tareas en realidad no fueron difíciles, hace dos años podría ser algo complicado, pero ya no.
Lo que ahora te pone nerviosa, es que estás en el salón de clases de tu hermanastro exponiendo el tema que te tocó; ¿lo peor? Kyojuro también está escuchando como tú y tu equipo trabajan. Justo cuando terminaron diste un paso para pasar a parte donde se responden las dudas.
—Ahora si tienen una duda-
Himaru levantó la mano.
—Pueden hacerla con mucho gusto... —terminaste tu frase.
Retrocediste el paso que avanzaste, una chica de tu equipo le dio la palabra a tu hermanastro.
—¿Puedes responderla, _______?
Preguntó fingiendo y con tono de inocencia, sonreíste para que no te dieran ganas de insultarlo. Casi no se encontraban en la escuela, se veían de lejos y ahora que estás en su salón te molesta todo lo que puedas. En realidad no te importaría mucho si no estuviera Kyojuro en el lugar, sin embargo está; los recuerdos de aquel día pasan como flasheasos en tu cabeza, y te da pena e incómoda que tengas pensamientos intrusivos mientras estás en la escuela; porque es fácil que te pongas nerviosa.
—¿______? —preguntó tu compañera. —Claro...
—¿La masturbación se considera vida sexual activa?
—Sí, verás...
Toda la mañana y parte de la tarde te la pasaste deseándole la muerte a tu hermanastro, respondiste la pregunta bien, el propósito es informar, pero casi te pones muy nerviosa. No solo fue por la maldita cuestión que no te importó responder puesto que Rengoku salió porque recibió una llamada; después de tu respuesta los compañeros de Himaru se pusieron a murmurar y cuando te acercaste para recoger los folletos que tus compañeros dieron para apoyar su información; escuchaste a unas niñas con las hormonas alborotadas y hablando sobre Kyojuro, eso te puso furiosa. Lo peor es que tuviste que mantener esa sonrisita fingida, no podías mostrar ningún enojo extraño, pero si no te incomodabas un poco también parecería raro, y si no decías nada sería lo mismo. Así que solo dijiste un par de palabras para que se callaran, pero tampoco sirvió.
Esa fue la peor parte del día, te enojaste demasiado que no aguantaste y te desahogaste con Shinobu, ella río al verte tan exaltada y te ayudó a calmarte, funcionó con lo de las chicas porque será algo difícil de cambiar, y no solo escuchaste comentarios sobre tu pareja. Ahora toda tu furia se dirigió hacia tu hermanastro, a quien de un momento a otro se le hizo divertido comenzar a molestar.
Shinobu tuvo que darte mucha comida para mantenerte callada la mayoría del tiempo, no obstante, eso no evitó que te quejaras.
Pero ahora, mientras caminas debajo de la lluvia, tu mente se aclaró; miraste el reloj en tu mano y te diste cuenta de la fecha. Un suspiro salió de tu boca; "ni siquiera podemos vernos hoy y casi lo olvido..." Teniendo cuidado de no tropezar o resbalarte debido a un charco de agua, corriste hacia la florería para comenzar tu día.
—¡Buenas tardes, Hana-san! —saludaste a la dueña quien volteó a verte sonriendo.
—Buenas tardes, _______-chan. Debes de tener mucho frío con tu uniforme, ve a cambiarte.
Asentiste mientras ibas a la parte trasera del local, te quitaste el abrigo y lo dejaste encima de una silla, luego te pusiste un pantalón para luego bajarte la falda y guardarla. Te pusiste el delantal y de nuevo colocaste el abrigo en ti, antes salir revisaste tu celular para responder los mensajes de Kyojuro; una sonrisita apareció en tu rostro al leer, escribiste una respuesta rápida para luego guardar tu celular e ir a trabajar.
—¿Cómo te fue hoy en el colegio? —preguntó la mujer de cabello castaño mientras te pasaba unas flores.
—Algo estresante a decir verdad —respondiste acomodándolas.
—¿Hermanastro?
Reíste.
—¿Soy muy obvia?
—Últimamente lo haz sido mucho.
—No entiendo a ese chico, es demasiado molesto para tener 15 años y no sirve de nada que hable con su padre o mi madre.
—Espero que lo puedas resolver pronto...
Suspiraste.
—También yo.
Terminaste de armar el ramo, lo amarraste con un moño bonito y luego se lo diste a tu jefa. Ella lo acomodó junto a otros en una caja y la movió, miraste con atención sus movimientos.
—¿Harás una entrega? —preguntaste.
—¡Así es! —respondió mientras caminaba a tu lado para buscar algo en el mostrador. —Aún con este clima tenemos clientes, debemos de aprovechar.
—La mayoría de clientes son de años, ¿verdad? —asintió. —Durante tanto manejaste esta florería sola, realmente te admiro.
Ella río, luego resolvió tu cabello con cariño.
—Ahora estás para ayudarme, y hablando de ayuda, la necesito con las cajas...
Te paraste, abriste la puerta para detenerla con algo y que no cerrara. Tomaste una de las cajas de ramos y la metiste en el auto. La acomodaste con cuidado para que no cayera agua.
—A veces es difícil limpiarlo, pero es mejor que estén aquí que en el maletero.
—Eso parece. Ten cuidado.
—Regresaré antes de cerrar, asegurate de comer bien.
Cerraste la puerta, ella se metió y luego de despedirse nuevamente con la mano, arrancó el auto. Volviste a entrar y cerraste la puerta para que no hiciera frío, te sentiste detrás del mostrador; comenzaste a divagar en tus pensamientos. «Llevamos un mes..." te recostaste sobre el mostrador, un suspiro salió de tu boca; «que felicidad...» escuchaste como sonó tu celular. Miraste el mensaje, se trata de tu madre, no pudiste evitar poner una mueca de disgusto; leíste el mensaje y tu desagrado aumentó mucho más. Ni siquiera quisiste responder.
«Kyojuro dijo que podía ir a su casa cuando quisiera...» pensaste, «tal vez pueda...»
Buscaste con la mirada que flores podrás usar, luego esperaste a que llegara tu jefa para tomar algunas flores y pagarle.
Hana no se negó, te dijo que las tomaras sin necesidad de pagar, insististe, pero aún así no aceptó. En este momento estás en camino a la casa de tu pareja, con un ramo de flores en la mano y mucha vergüenza. Nunca habías hecho esto, ni siquiera con tu madre o padre, ni siquiera le llegaste a regalar algo así a Shinobu; pero la intención es lo que cuenta. Sigue nublado, sin embargo no parece que vaya a llover en un buen rato así que solo dejarás las flores, una cartita y te vas para tu casa. Miraste el reloj en tu muñeca, no es tan tarde, pero de seguro Kyojuro aún no llega a casa.
Una vez en frente de la puerta de su departamento, sacaste las llaves y abriste la puerta, apenas diste un paso adentro escuchaste la voz de un niño.
—¡Hermano, bienvenido!
Toda tu cara se pinto de color rojo, hasta las orejas. Tu cerebro no pudo procesar una respuesta o siquiera una acción, te quedaste parada en la entrada hasta que el hermano menor de tu novio te miró.
—Oh...
—Eh...
Tragaste saliva, vaya momento más incómodo.
—Usted debe de ser ________ —dijo el pequeño mientras se hacia a un lado para que pasaras.
Tus mejillas no podían sentirse mucho más calientes, sabes por lo que Rengoku te ha contado que no es un mal niño, pero te tomó muy desprevenida. Llegaste con el pensamiento de no habrá nadie, dejo las flores, cierro y me voy; así que ahora te sientes muy nerviosa. Dejaste las flores en una mesa y luego te sentaste en el sofá junto a Senjuro. Lo miraste de reojo, él parece igual de nervioso que tú.
—Senjuro, ¿verdad? —él asintió. —Mucho gusto yo soy la pareja... De Kyojuro.
Te presentaste.
—Me ha hablado de ti, se ve muy feliz —volteó a verte.
Hay una pequeña sonrisa en su cara, sus palabras te pusieron alegre, pero también aumentaron tus nervios.
—Me alegra escuchar eso —dijiste desviando la mirada —bueno yo...
—Mi hermano debe volver pronto, fue a comprar algunas cosas. Si gustas puedes...
—¡Gracias! —respondiste rápido. —Pero regreso del trabajo, debo llegar a mi casa; solo venía a dejar eso... Y ya.
—Ve con cuidado, ________-san.
Sonríste, te levantaste del sillón y caminaste hacia la puerta para salir, cuando la abriste te encontraste con la figura de tu pareja, quien se encontraba buscando sus llaves. Tu rostro no pudo ponerse mucho más rojo, en el rostro de Kyojuro apareció una gran sonrisa al verte. Como tenía dos bolsas en una mano, dio un paso hacia el frente y te rodeó con su brazo libre. No pudiste negarte, su calidez es demasiado tentadora, tanto que ni separarte de él quieres.
—¿Estás ocupada? —preguntó separándose para mirarte.
Negaste.
—¿Quieres quedarte?
—Me gustaría, pero tu hermano está aquí y no quiero molestarlos.
—¡No es una molestia! —respondió. —¡Ya regresé, Senjuro!
Entró al departamento, te tomó de la mano y dio unos pasos más junto a ti, su hermano volteó para saludarlo; lo saludaste con la mano y él sonrió. Intercambiaron un par de palabras más, te volviste a sentar junto a Senjuro para que después Kyojuro dejara en la mesa lo que compró, sus ojos se dirigieron al ramo que yacía en la mesa también. Te encontrabas platicando con el menor, pero por alguna razón volteaste a ver a Rengoku y te diste cuenta que tenía las flores en la mano. Desviaste la mirada con rapidez, volviendo a centrar tu atención en su hermano, no obstante tu pareja sí se dio cuenta de que lo viste. Su corazón se aceleró, si bien sus latidos no eran tan rápidos como los de una situación de nervios; en realidad se sintió muy feliz por el detalle. Ni hablar de como te sientes tú, habías logrado olvidarlo solo por darle un abrazo.
—¡Me alegra ver que se llevan tan bien! —El rubio se acercó a ustedes.
—¡Senjuro es muy tierno! —respondiste.
—¿Verdad que sí?
Sólo avergonzaron al pobre chico.
Se la pasaron la tarde hablando y viendo cosas, el tiempo pasó comenzó a atardecer, pronto va a oscurecer así que cuando viste la hora; tomaste tus cosas y te despediste para volver rápido a casa.
—¡Espera! —Kyojuro se paró rápido y fue a su habitación.
Senjuro te dio una mirada y entonces entendiste que es lo que tu pareja va a hacer, claro, te va a acompañar a casa.
—Vamos, no puedes estar sola tan noche —dijo acercándose a ti. —Vuelvo enseguida, Senjuro.
El menor asintió al ver como se iban.
Los dos salieron, el mayor te tomó de la mano y también cargó tus cosas, ibas a reprochar, pero al verlo preferiste no decir nada. Se puso la capucha de su abrigo y comenzaron a caminar en silencio, un silencio sereno y bonito. No fue hasta que sacó el tema de las flores, cuando llamó tu atención.
—Muchas gracias por las flores, _______.
No suele llamarte por tu nombre, usa apodos cariñosos o ese tipo de cosas, sin embargo ahora que lo hizo te gustó mucho más por la forma en la que lo pronunció; te hizo sentir bien y ni siquiera te pusiste nerviosa. Una risita salió de tu boca, mientras negabas.
—Eso es poco en comparación a lo que tú me haz dado, cariño.
Esta vez fuiste tú quien lo llamó por un apodo cariñoso, apretó tu mano un poco más, no fue molesto puesto a que no lo hizo para molestar; cada cosa que hace este hombre te hace sentir bien y protegida. De hecho, en esta ocasión te fijaste en algo diferente y es que se avergonzó un poco por tus palabras.
—Te amo —soltó.
—Yo mucho más —respondiste.
Él río.
—¡Puedo demostrarte de muchas maneras cuanto te amo! Así que nunca me ganarás.
Reíste.
—A... —pensaste antes de seguir la frase. —Quiero descubrir eso otro día, cuando tengamos más tiempo. ~
Canturreaste. Esta vez sí lo dijiste y vaya que funcionó; cuando miraste a Kyojuro, sus mejillas tenían un leve rubor rosa.
—Es un hecho —afirmó.
Ahora fuiste tú quien se sonrojó.
Siguieron caminando, esta es la ocasión donde se encuentran más cerca de tu casa, cuando ya te ibas a despedir, Rengoku te pidió un momento más. Sus labios se deslizaron sobre los tuyos, te abrazó y sus cuerpos se pegaron; si bien hace frío esto te hizo dejar de sentirlo. Cuando se separon se disculpó por lo repentino que fue, no pudiste evitar sentir ternura, la expresión en su rostro sólo te animó a besarlo de vuelta, fue más corto que el anterior beso, pero con los mismos sentimientos. El rubio ya no siguió porque se encuentran en la calle y cualquiera puede verlos. Te pidió cerrar los ojos, lo hiciste y sentiste sus manos en tu cabello, cuando los abriste te tocaste el cabello.
—Probablemente Shinobu se ponga celosa —reíste.
Lo rodeaste con tus brazos de nuevo, y le diste un beso en la mejilla. Cuando te alejaste lo tomaste de las manos.
—No quiero irme —reíste.
Él te volvió a abrazar con fuerza.
—¡Mañana podemos vernos! —exclamó.
—Bien... —te soltó. —Regresa con cuida...
—¿¡______Qué diablos sucede aquí!? —tu madre apareció detrás de Kyojuro.
Suspiraste.
—Ya te había dicho, ¿no? —respondiste intentando mantener la calma.
—Y usted... —caminó hacia tu lado. —¡Oh! Con razón hablaba maravillas de mi hija, sabrá Dios cuántos "favorcitos" se habrá hecho.
—No es así, señora —respondió con calma.
—Mamá, ya soy mayor de edad, no tiene nada de ma...
—¡Serás mayor de edad y todo lo que quieras, pero si no es un juego le gustabas cuando aún eras una niña!
Le hiciste una seña de que le ibas a escribir después, tu madre te agarró de la muñeca y comenzó a jalarte hasta llegar a casa. Empezó a darte un sermón y entonces cuando llegaron a casa, abrió y te metió adentro.
—¡Quiero que me expliques ahora mismo qué sucedió!
Desviaste la mirada.
—¡Habla, _______!, ¿por qué demonios sales con un pr...-?
Le tapaste la boca antes de que terminara de decirlo, si Himaru llega a escuchar va a armar tremendo lío y los va a meter en problemas a los dos.
—Te voy a explicar, pero por favor para de gritar.
Ella frunció el ceño, bufó.
Te quitaste los zapatos para entrar, tu progenitora hizo lo mismo.
—También quiero que me digas porque llegas tan noche y dónde estabas.
Te sientes muy avergonzada, no puedes creer la cantidad de cosas que dijo en frente de Kyojuro, mañana no podrás verlo a la cara. Suspiraste mientras veías a tu mamá subir las escaleras, caminaste siguiéndola.
—No es de sorprender que salgas con un bueno para nada.
Por lo menos te alivió que no te escuchara.
Seguiste a tu madre hasta su cuarto, te sentaste en la cama y empezaste a jugar con tus dedos, estás nerviosa muy nerviosa y aunque seas mayor de edad; su enojo puede crear infinitas posibilidades. Se sentó a un lado tuyo, cruzó los brazos y sin mirarte, esperó a que comenzaras a hablar; no lo hiciste porque en realidad no sabes que decir, entonces ella empezó.
—Tus dieces en historia fueron porque le gustas, ¿no?
—Para nada...
—Cuando decías quedarte con Shinobu, tú y él...
—¡No! No ha sucedido nada de eso, ¿sabes por qué? ¡Porque es un hombre decente, mamá, no como los que tú solías conseguir! —exclamaste mirándola con lágrimas en los ojos.
—¡No te eches muchas flores, niña! Tú tampoco te alejas de las tonterías que yo llegué a hacer, ¡si sigues aquí es gracias a mí! De seguro solo están jugando contigo, una relación secreta y prohibida; parece un chiste que en verdad creas que te ama.
—No digas esas cosas... Ni siquiera conoces cómo es nuestra relación...
—¡Debiste ser honesta conmigo desde el primer momento!
—¡Tú eres quien no me deja ser honesta! Hace unos años me golpeabas por tener malas calificaciones, aún así sigues humillandome y rebajandome con tus palabras, ¿eso siquiera es ser madre?
Te paraste.
—Te estoy cuidando, _______.
—Lo que haces solo ocasionará que te quedes sola...
Saliste dando un portazo, caminaste directo a tu cuarto y cerraste la puerta con seguro; te tiraste a la cama a llorar. Escuchaste como te llegó un mensaje, luego otro y otro, pero no quisiste revisar.
Tu mamá salió de su habitación, caminó a la sala y se sentó al lado de tu hermanastro.
—¿Cómo te va en la escuela, Himaru? —le preguntó.
—¡Muy bien! —respondió.
—¿Qué piensas de los profesores?
Vaya discreción, señora.
—¿De todos en general? Son mucho mejores que en mi antiguo colegio, aunque no pase mucho tiempo ahí, pero en definitiva prefiero a estos. ~
—¿Sí? —asintió. —Cuentame más.
El castaño estaba algo confundido de repentina pregunta, pero no se negó a responderla.
—Me caen bien todos, a veces veo a las chicas de mi clase murmurando cosas sobre los profesores; aún más sobre Sanemi —río. —¡De hecho! Hace poco alguien me contó que nadie tiene malas calificaciones en historia, me sorprendió porque es verdad.
—¿De verdad?, ¿qué hay de las otras materias?
—También, pero suelen haber reprobados en matemáticas. Sin embargo con Rengoku todos tienen interés de aprender.
—¿Y cómo lo definirías como persona?
Himaru frunció un poco el ceño, eran demasiadas preguntas y comenzaban a ser muy obvias.
—¿_______ no te contó? —preguntó.
—¿De verdad crees que ella me contaría?
Río mientras negaba.
—Es cierto, lo lamento. Es alguien muy difícil, ¿verdad? Pero bueno... Diría que es muy buena persona, me molesta un poco esa cantidad de energía que tiene, mucho positivismo, pero es alguien que se preocupa mucho por sus alumnos.
Tu madre se quedó pensativa. Tu hermanastro continuó hablando.
—Todos en ese lugar tienen un cariño excepcional por los profesores, he visto a chicas abrazando a Kocho y también a chicos abrazando y regalándole cosas a Rengoku.
Tu madre sacó su celular, buscó tu contacto y te escribió un par de mensajes, el castaño volteó a verla. Como estaba en un momento de confianza decidió seguir contándole cosas a tu madre, quien creyó le diría más información que sirviera.
—Por eso me cae tan mal, _______... —suspiró. —Es amiga de las hermanas Kocho y a visto a Kanae...
Suspiro, tu progenitora supo que ya no diría nada bueno y decidió pararse.
—¿Quieres cenar? —preguntó.
Las que creyeron que habría más drama quedaron 🤡
XD es broma, igual lo siento, ls madre de la rayis es una mujer sensata aunque no lo parezca 😔🙏🏻
...suena como una mentira
Me sorprende lo increíblemente rápido que pasaron los dos días :0
Iba a actualizar ayer pero me sentí sin ganas de escribir
Con la pregunta que hizo el molesto de Himaru, la masturbación sí cuenta como inicio de la vida sexual; encontré la página de una Organización, pero no pude terminar de leer porque usaban "lenguaje inclusivo" y lo digo con honestidad, lo repudio. ((๑ 丷๑)))
Ya me imaginé como va a ser el lemon! Nmmms se ve bien bonito en mi cabeza, ya quiero escribirlo ~
✧*。٩(ˊᗜˋ*)و✧*。
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top