Capítulo 17

Guardaste algo de dinero en el bolsillo de tu falda, tomaste un abrigo y tu bufanda, es época de lluvias, sin embargo, parece invierno con tanto frío que hace. Agarraste tus cosas y saliste de camino a la escuela, hoy es tu cumpleaños; aunque no esperabas una felicitación por parte de tu mamá, la conseguiste. Te sorprendió, quizás tomó o algo por el estilo, pero tampoco olía a alcohol. Sólo respondiste con palabras simples; cuando te soltó decidiste terminar de arreglarte rápido. El baño se te hizo mucho peor, cuando terminó saliste temblando.

No duraste mucho caminando, llegaste rápido antes de entrar volteaste al cielo, una gota de agua cayó en tu cara; se ve que está muy nublado y posiblemente llueva toda la tarde. Te apresuraste a entrar y una vez adentro seguiste con tu camino; te diste un golpecito en la frente, no recordabas que Shinobu te dijo que le contaras como te fue el día de ayer. Así que sabiendo que tienes tiempo de sobra para llegar a tu salón, la buscarás en los 15 minutos que te quedan libres. Aunque para que sea más rápido, decidiste parar y enviarle un mensaje, terminaste de escribirlo y cuando guardaste tu celular para volver a ver hacia el frente, te encontraste con la figura de Kyojuro. Tus nervios se hicieron presentes, ¿cómo se supone que lo trates "normal"? Después de lo que sucedió el día de ayer...

Él también te miró, una sonrisa apareció en su rostro y cuando iba a levantar la mano para saludarte, alguien llegó corriendo y lo abrazó. Una risita salió de tu boca, tu rostro está rojo, pero le agradeces mucho a ese chico que llegó.

Kyojuro es alguien muy querido, por todos en realidad, así que no es raro ver que los chicos hagan eso; de hecho es el único profesor al que haz escuchado que admiten querer, de Sanemi se quejan y de Tomioka también, a Uzui parece que le tienen celos y ni hablar de Obanai. Así que Rengoku suele recibir abrazos de parte de ellos, también regalos que rechaza. Sin embargo permanece como uno de los más queridos.

—Ara ara, ______-chan... ¿tan temprano y ya estás así? Disimula un poco. ~

Una voz apareció detrás tuyo, Shinobu retrocedió antes de que la golpearas sin querer. Reconociste su voz, aún así te asustó.

—Por favor no hagas eso, casi te lastimo... —ella río mientras negaba.

—Hubiese sido mi culpa —respondió. —Leí tu mensaje, llegué hace poco así que estoy alegre de que no te movieras mucho.

Las dos empezaron a caminar juntas.

—Kyo-... Rengoku es alguien muy querido, ¿no? —preguntaste.

—Lo es, nadie tiene malas calificaciones en su materia, inspira a todos a ser mejores —respondió mirándote.

En cuanto se dio cuenta de lo que pensabas, una sonrisita apareció en su rostro.

—¿Te sientes con suerte de ser a quien el ame? —murmuró e hizo señas para para no decir todo completo.

—¡Así es! Espera... ¿cómo adivinaste? —paraste de pronto.

—Eres mi amiga —fue su única respuesta. —Aunque aún no me has contado del todo que fue lo que sucedió...

—¡No no no! Espera, no pasó nada malo, ¿entendido?

Corriste y la alcanzaste ella río.

Llegaron hasta afuera de la puerta de tu salón, ahí se detuvieron.

—Toma —sacó una bolsita de tela y te la dio en las manos. —Tu regalo de cumpleaños.

Te guiñó un ojo.

—Es un poco más sutil que la mía, pero cumple su función. ¡Debo ir a mi clase, nos vemos!

Ni siquiera te dio tiempo de responder, entraste a tu aula y te dirigiste a tu lugar. Abriste la bolsa con cuidado y ahí adentro viste una horquilla para sujetar el cabello, con una mariposa pequeña muy similar a la de tu amiga. Sonreíste y lo pusiste en tu cabello, como había algo más lo sacaste; un papelito. Ibas a leerlo, pero una de tus compañeras se acerco así que lo guardaste en tu puño y le pusiste atención (algo molesta) evidentemente.

—¡Escuché que hoy cumples años!

Casi haces una mueca y frunces el ceño, tuviste que mantener tu sonrisa.

—Quiero darte esto y que seamos buenas amigas...

Es casi imposible no darte cuenta de las malas intenciones que tiene. Miraste la caja de regalo que puso en tu pupitre, quitaste la bolsa donde estaban los regalos de Shinobu y volviste a poner atención a la chica.

—No puedo aceptarlo...

—¡Tómalo cómo una prueba de amistad! —dijo con alegría.

Acercó su pupitre al tuyo, tragaste saliva y miraste la hora en tu celular; más de tus compañeros entraron, pero aún no iniciaban las clases.

—Si somos amigas podremos hablar de chicos, ir de compras juntas, a fiestas, ¡si nos volvemos amigas podremos tomar juntas! O... Hablar sobre los hombres que nos gustan...

—¿Estás interesada en Rengoku sensei? No sé porque pregunto, es obvio... Mira, yo no tenía mala calificaciones a propósito, ni siquiera fui quien le pidió que me ayudara. Si quieres que te ayude a estudiar dile directamente. Eres la décima persona que me pide amistad por algo tan tonto como esto, él no me ha dado "clases privadas" sólo a mí, hay más chicos de otros grados que también han trabajado con él... Gracias por el regalo, pero tampoco puedo aceptar-

Ni siquiera habías terminado de hablar cuando ella se levantó de golpe, su asiento casi cae e hizo un sonido muy feo. Agarró la caja e iba a aventarla, pero alguien la detuvo.

—Esas no son maneras de portarse, señorita.

La chica tragó saliva, está claro que reconoció la voz al instante.

—Mucho menos si daña el inmobiliario —agregó. —Te voy a bajar un punto por mala conducta, a ver si comienzas a pensar más en tus acciones. No es la primera vez que te veo haciendo algo así.

En efecto, Sanemi la sorprendió en mal momento.

—Gracias profesor —miraste como se dirigió a su lugar.

Él no dijo nada.

El tiempo pasó y ahora te toca la tercer clase, no estás tan segura de que sigue, pero de alguna manera tu día no ha ido tan mal. Sanemi te felicitó al igual que Gyomei antes de que se fueran del aula, Himejima quería que tus compañeros te cantaran "las mañanitas", pero te negaste rotundamente. Luego de esta clase podrás salir a comer junto a Shinobu, quizás hablarle un poco a Kyojuro. Sentiste como vibró tu celular, miraste la puerta y luego lo sacaste para ver de que se trataba. Era una notificación de un mensaje.

Desbloqueaste tu celular y lo leíste, tu rostro se puso rojo en cuanto terminaste; "¿Crees que Shinobu se enoje si te robo hoy?". Antes de abrir el mensaje de Kyojuro le escribiste a Kocho. Quien vio tu mensaje, pero no lo respondió. Volviste a voltear a la puerta para ver si el profesor no llegaba, y cuando tu mirada volvió al celular ella estaba escribiendo. "nox t pñrecopes" al parecer lo escribió sin ver, ella se ha de encontrar en clase. Luego de eso, abriste el mensaje de Rengoku para responderle y luego guardaste tu celular.

• • •

Estás al lado de Kyojuro, él está abriendo la puerta de su casa, pasaste y fuiste a sentarte en el sofá. Cerró la puerta, el sonido de la lluvia dejó de escucharse muy fuerte.

—¿Debería darte una copia de las llaves? —preguntó dejando su maletín encima de un mueble.

—¿Qué?...

Sus palabras te tomaron por sorpresa, no lo esperaste, tampoco lo llegaste a imaginar, así que tu cara ahora mismo es todo un poema; aún eres incapaz de creerlo, mucho menos puedes procesarlo. Tragaste saliva, y respondiste de una mejor manera, aunque tu voz temblaba.

—Digo... ¿por qué?

—Bueno somos pareja —respondió con una risita desde la cocina. —Aún vives con tu madre, pero por lo que me has contado no tienen buena relación, no me molestaría que te quedaras aquí.

—Kyojuro... De una vez pide que me mude contigo —murmuraste.

—¿Entonces te parecería bien?

—¡Oh! Eh... Si gustas —te paraste del sillón y caminaste hacia la cocina. —¿Vas a cocinar?

—Hoy es tu cumpleaños, claro que sí —te miró. —No estoy seguro de que tanto puedo hacer, ¿hay algo que te guste?

—Cualquier cosa que hagas está bien para mí.

Él dejó las cosas que tenía en la mano y se acercó a ti. Te tomó de las mejillas y sus labios se dirigieron a tu frente para darte un cálido beso. Tu corazón comenzó a latir con velocidad, tu cara se puso roja y cuando Kyojuro se alejó para poder verte, también te acarició el rostro.

—Te amo —dejó otro beso en tu frente.

—Yo también... —tragaste saliva.

—Puedes ir a sentarte y ver la tele, quizás hacer tus tareas o si quieres espera y con gusto te ayudo —se alejó un poco para verte mejor. —Yo te llamo cuando esté lista la comida.

—No podría dejar que me ayudaras cuando tu también tienes deberes.

Él negó mientras soltaba una risita.

—No importa —revolvió tu cabello. —No me causa mucho problema, aunque si tampoco quieres hacer eso, da una vuelta por la casa.

—¿Puedo?

—¡Claro que sí! Si tienes frío o algo avisame, puedo darte algo de mi ropa o...

Te miró de arriba a abajo, sin embargo no lo hizo con mala intención. Luego sonrió, al parecer se le ocurrió una idea.

—Creo que Senjuro tiene algo de ropa aquí, podría tomarla prestada... Aunque no sé si te quede, si no pues te doy la mía.

—¡Entendido! —respondiste.

—Te avisaré en cuanto tenga lista la comida.

Te dio un beso rápido en los labios y luego se alejó.

—¡Oh! Una cosa más, por favor no seas demasiado curiosa, te tengo una sorpresa.

Esas palabras solo hicieron que te diera curiosidad, ni siquiera ibas a explorar su casa.

—¡No te preocupes, Kyo-chan! —reíste. —¡Te amo!


A VEr. También se le puede decir chan a los hombres, su nombre se convierte en diminutivo. Sonaba bonito anyway y por eso lo puse, aunque investigue antes eeee

Gen le dice a Senku, Senku-chan 😔👌🏻

Creo que el que viene o sea el próximo capítulo será importante 😳

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