Capítulo XLVII
Demasiadas confesiones en un solo día, Zenitsu estaba aturdido. ¿En verdad Uzui lo amaba? Su corazón estaba desenfrenado y se sentía demasiado nervioso. ¿Qué haría a partir de ahora? ¿Uzui se habrá molestado con él luego de dejarlo con ganas? Pensó que debió haber dejado que su profesor lo tocara más..., él también quería sentirlo, pero estaba molesto con él. Se mordió el labio inferior y observó las marcas que tenía en el cuello y la clavícula, pasó sus dedos por cada una de ellas y se ruborizó. Tengen lo estaba marcando como suyo, quería hacer lo mismo. Se pasó las palmas de las manos sobre su rostro. ¿Debería perdonarlo?
Cerdo afeminado a cambiado el nombre del grupo a 'Team Iron Man'
¿WTF?
Cerdo afeminado:
— Estuve repitiendo la película de Civil War
— Dije que ya no me estresaría
—¡¿Pero saben qué es lo que más me emputa?!
Tanjirou:
— ¿Que el Capitán América haya dejado a Tony?
Cerdo afeminado:
— ES UN IMBÉCIL
Ya, pero por qué tenemos ese nombre para el grupo
Supéralo
Ya pasaron cuatro años
Cerdo afeminado:
—IMPERDONABLE
— NUNCA LO OLVIDAREMOS
— ¿ESCUCHASTE CAPITÁN DE CUARTA?
Tanjirou:
— Hmm
— Hablando de capitanes
— Tengo pareja para el baile
WHATS
Cerdo afeminado:
— ¿Por qué no me sorprende?
—A VER
— O es Rengoku sensei o Topioka
Apostemos
Cerdo afeminado:
— HECHO
— YO QUIERO UN SHOYU RAMEN
Primero
Dime por quién apuestas
Y luego te doy mis condiciones
Cerdo afeminado:
— ¿Te crees mejor que elmo?
— Yo digo que es el emo
— tiene más sentimientos que Rengoku sensei
JAJAJA
¡Eso no se vale!
Yo iba a apostar por él
Cerdo afeminado:
— Lento
Está bien
Iré por Rengoku sensei...
Aunque siento que voy a perder
Cerdo afeminado:
— TENGO OTRAS CONDICIONES
A VER
Cerdo afeminado:
— Si gano, y lo haré
— Tendrás que venir perrísima a las competencias deportivas
ESO NO SE VALE
TE DOY TU RAMEN Y LISTO
Cerdo afeminado:
— ES ESO Y YA
— Parece que no puedes soportar el estilo Neutrón
Tanjirou:
— Apoyo eso
NO
Yo también tengo que dar mis condiciones
Si tú pierdes
Tendrás que invitar a Sanemi sensei al baile uwu
Cerdo afeminado:
— *pues no mi ciela*
—Me temo que eso no pasará
A VER
Tanjirou
¿quién es?
Tanjirou:
— Se los diré mañana uwu
— Así hay más tensión
Cerdo afeminado:
— El trato está hecho
— Rubia, ya te veo bien perra
Tanjirou:
— *Lenguaje*
— Por cierto, ¿habrán porras?
Cerdo afeminado:
— No lo sé
— Ustedes podrían animarme
No lo creo, cerdo inculto
Bien, acepto tu apuesta
Tampoco es que tenga tanto problema en vestirme así
Cerdo afeminado:
— Tal vez porque en realidad sí eres...
No, no lo soy
La semana del festival había llegado, dejando de lado las clases. Era martes, tendrían una última práctica en todas las áreas para mañana ya iniciar con las presentaciones y actividades. Era ensayo general con los de la obra de teatro y Tanjirou estaba nuevamente nervioso, Zenitsu pasó a visitarlo y a ver qué tal iba con la obra. Al parecer su amigo tendría el papel protagónico de Hansel, Rengoku sensei lo había escogido a él y a Gretel como Kanao. El rubio sabía del crush que tenía Kanao con Tanjirou, por lo que le causaba gracia, al menos no tendrían una escena comprometedora. El de cabellos burdeos estaba incómodo con su compañera al lado, pero hacía todo lo que podía para interpretar bien su papel.
— Obra uno, Hansel y Gretel, excelente interpretación — felicitó el profesor de historia subiendo al escenario. —Lo haces muy bien, Kamado san. —apoyó a su chico que estaba preocupado.
— ¿Usted lo cree, profesor? — Tanjirou se animó más al verlo asentir con la cabeza, en verdad que a veces tenía pánico escénico. — Me da un poco de miedo, espero que no se haya notado... —
— No, para nada, mi muchacho. Lo haces bien —apoyó dándole unas palmaditas en su cabeza. Tanjirou asintió y se bajó del escenario para descansar y dar lugar a la siguiente obra.
— ¿Dime? ¿Quién será la bruja malvada? — preguntó Zenitsu, acercándose a su amigo.
— Shinobu senpai —respondió para luego empezar a beber de su botellita de agua. — ¿No la viste? —
— Recién llegué —se excusó encogiéndose de hombros. Entornó los ojos cuando vio a Ume subirse al escenario junto a Akaza. — Genial, la presentación de tarados inicia... — comentó con una sonrisa burlona. Su amigo negó con la cabeza y le dio la razón.
— A ellos les toca el cuento de Caperucita — comentó Tanjirou. Zenitsu arrugó la nariz. — Sí, y la abuela será Susamaru... — asintió con la cabeza para volver a mirar a su amigo.
— ¡Oh, abuelita! ¿Estás enferma? —Zenitsu entrecerró los ojos al escuchar esa horrible voz. Decidió salir de allí con Tanjirou, quien se despidió del profesor de historia. Ya terminó su ensayo, así que estaba libre.
Se encontraron con Inosuke en el camino y emprendieron rumbo a la cafetería. El de hebras azuladas empezó a sacar toda la comida que guardaba en su mochila ante la atenta mirada de sus amigos, se soprendieron cuando vieron unos asadores encima de la mesa y lo miraron confundidos a Inosuke.
— Son los asadores de Gary Coleman — mencionó para empezar a colocar su sándwich dentro —¿Sabes qué es lo más genial de esto? ¡Creí que no existían! Y se puede escuchar música mientras se come — dijo agarrando unos auriculares que estaban conectados al asador. Tanjirou y Zenitsu seguían mirándolo incrédulos.
— Eso no es posible — el rubio negó con la cabeza. Inosuke asintió con exageración. —A ver... — dijo acercándose a admirar ese objeto.
— ¿Por qué tiene un reproductor de música? ¿Es legal? — preguntó Tanjirou, ladeando la cabeza y con preocupación. Inosuke entornó los ojos.
— Sí, señor. Me lo dieron Ricky y Martín —respondió para empezar a comer su sándwich. — Y bien, Gonpachiro, ¿nos dirás quién te invitó al baile? — preguntó con burla. Zenitsu también se giró para prestar su atención a su amigo.
Tanjirou chasqueó la lengua y rodó los ojos. — Zenitsu, debes preparar tus shorts más cortos y tu camiseta más ajustada — señaló a su amigo, quien lo veía impresionado y ofendido.
— JA. Gané, como siempre — presumió Inosuke, portando una sonrisa triunfadora.
— ¡Eso no es justo! ¡Yo sólo voté por Rengoku sensei porque me vi forzado a hacerlo! —se quejó Zenitsu señalando a su amigo. Infló las mejillas y se cruzó de brazos. — Lo que pasa es que siempre se aprovechan para humillarme, ahora el profesor Tomioka podría reportarme de por vida —exageró abriendo los brazos.
— Gonpachiro tiene poder sobre él, no lo hará. Puedes excusarte diciendo que eres porrista —sugirió Inosuke mientras se preparaba su jugo instantáneo. — Tampoco estaría mal que tú también vinieras así —dijo dirigiéndose a su amigo. Tanjirou se sobresaltó y negó incontables veces. No podría imaginar qué cara pondría su profesor si lo viera de ese modo.
— Aunque tus shorts últimamente están muy cortos, Tanjirou... — comentó el rubio con una sonrisa burlona, provocando un rubor en su amigo.
— ¡Eso no es cierto! —exclamó. Sus amigos siguieron burlándose de él hasta que los interrumpieron.
—¡Más margaritas para mi edén! —se sobresaltaron al escuchar repentinamente esa voz. Zenitsu se encogió en su asiento y no quiso girar a verlo. El profesor de artes llegó, entrometiéndose entre los tres y con un pequeño ramo de margaritas blancas en su mano. Se inclinó hasta llegar al oído de su chico y empezó a susurrarle. — ¿De qué cielo caíste, precioso?— dijo mordiendo el lóbulo de su oreja. Zenitsu se tapó rápidamente esa zona y sintió la calidez en sus mejillas.
— ¡Hey! —se quejó volteando a verlo. Ya le parecía extraño no encontrarse con él, aún estaba confundido, pero no podía resistirse a los encantos de Uzui. Se sonrojó con más intensidad y lo miró molesto. — Gracias — dijo agarrando ese ramito de flores y volteándose nuevamente hacia sus amigos. El albino sonrió.
— ¿Aún no leíste lo que te escribí en la nota? — preguntó intrigado, colocando ambas manos en el bolsillo de su bata. Seguía trayendo colores llamativos como naranja, amarillo y café. Zenitsu quedó pensativo, era cierto, se había olvidado de la notita que el profesor había metido en su bolsillo. Negó con la cabeza. — Está bien, léela y luego me respondes — dijo, despidiéndose de los amigos de su chico y acarciando una última vez los cabellos dorados.
— ¿Cuál otra nota? — preguntó Inosuke con interés. Tanjirou también miró expectante al rubio.
Zenitsu empezó a buscar en su bolsillo, encontrando aquella notita arrugada. La sacó y la arregló para leerla. No pudo ni siquiera leer la primera letra ya que Inosuke se había adelantado arrebatándole el papelito. — HEY — reclamó.
— '¿Quieres ser mi pareja de baile?' — leyó Inosuke con una sonrisa divertida, ruborizando al rubio. Zenitsu apretó los dientes y bajó la mirada. Tanjirou se había pegado a su amigo para también leer lo que decía aquel papel. Miró enternecido a su amigo.
— AW, Uzui sensei resultó ser muy adorable. Lo siento, no puedo evitar emocionarme con este tipo de cosas... — Tanjirou se tapó el rostro también sonrojado. Era un sueño recibir ese tipo de atenciones.
— Ya tienes pareja para el baile, Monitsu. — se burló Inosuke pasándole nuevamente el papel. Era demasiado ansioso así que no podía soportar la lentitud de su amigo para leer una simple frase.
— ¿Conocen a Murata? — preguntó inseguro y aún sin levantar la mirada. Tanjirou lo miró y quedó pensativo.
— Obvio, ¿qué tiene? — respondió Inosuke restándole importancia. Lo conocía porque llegó a ser presidente del curso por un tiempo, no estaba con ellos en la sección A, pero de igual forma siempre lo involucraban. — Es un debilucho — opinó.
— Bueno, trabaja conmigo con la organización del baile... — comentó el rubio. Tanjirou asintió, no sabía a qué venía al caso. Inosuke entornó los ojos.
— ¿Y eso qué? Ya suelta el chisme, rubia — hizo algunos ademanes con las manos para que prosiguiera con más rapidez. Zenitsu resopló y se rascó la mejilla.
— Pues me pidió que fuese su pareja de baile... — confesó, ganándose las miradas asombradas de sus amigos.
— ¿POR QUÉ NO LO DIJISTE ANTES? ¿ES QUE NUESTRA AMISTAD TE VALE O QUÉ? — Inosuke se quejó. No podía creer que su amigo le ocultaba esas cosas.
— ¿Eso es cierto? ¿Pero por qué? Es decir, creí que irías con Uzui sensei... — habló Tanjirou decepcionado.
— Sí, esa es la cosa... — respondió el rubio fatigado. Era un lío. — Me lo pidió y yo acepté... — sus amigos estaban descolocados.
— Estamos hablando de Murata, ¿por qué lo hiciste? — preguntó Inosuke indignado.
— ¿Qué tiene de malo? — el rubio también se molestó. — Solo le dije que aceptaba en caso de ser sumamente necesario — respondió cruzándose de brazos. Tanjirou negó con la cabeza.
— No tiene nada de malo, solo que me sorprende... — quiso calmar la tensión del momento. — Es extraño... — opinó.
— ¿Sabes? Es curioso..., actúa raro cuando está conmigo... — comentó pensativo. Sus amigos dibujaron una 'oh' en sus labios. Zenitsu los miró y negó con rapidez. — AH NO — señaló.
— AH SÍ — respondió Inosuke con diversión, para luego empezar a reír con ganas. Tanjirou también se había unido a la risa, dejando desolado a su amigo rubio. — Cada día me sorprendes más. Al parecer hay mucha gente que te quiere comer, Monitsu — dijo bajando la voz para molestar a su amigo.
Zenitsu enrojeció y lo miró con fastidio. — Eso no es cierto, solo quiere ser mi amigo — dijo inseguro. Tanjirou rió y negó con la cabeza.
— Dime, Zenitsu, ¿cómo actúa cuando está contigo? — preguntó con interés. El rubio ya sabía por dónde iba la cosa. — Dime cómo es y te diré qué quiere — sugirió. Inosuke asintió.
— Está bien, pero que quede claro que solo busca amistad. Es lo que yo veo. — señaló. — Me incomoda su cercanía, hay veces en que se acerca demasiado. — recordó frunciendo el ceño. Sus amigos asintieron. — Es un chico que se pone nervioso con facilidad. También me cuenta chistes muy malos y se ofrece a acompañarme por todas partes —
— ¿Le digo yo o le dices tú? — Inosuke se dirigió a Tanjirou.
— Cuando encuentres a tu gran amor, harás antes que nada la prueba de rigor... — canturreó el de cabellos burdeos. Zenitsu se enrabietó. — Bueno, según nos cuentas, él está interesado en ti — declaró con unas risitas.
— En plan de amigos —
— De amigos que quieren comerse — objetó el de hebras azuladas, provocando que el rubio se averguence más. — Ugh, tu harem empieza. ¿Le llamo a mi padrastro? — preguntó enrabietando más a Zenitsu.
— Basta — exigió con un aura oscura. Tanjirou e Inosuke solo lo veían con diversión.
— ¿Entonces qué harás? ¿Aceptarás ir con Uzui sensei o con Murata? — preguntó el de cabellos burdeos con preocupación.
— Ya me comprometí con Murata — dijo con pesar. ¿Cómo rechazaría a Uzui? Tanjirou e Inosuke negaron con la cabeza.
— No estoy de acuerdo aunque pienso que deberías hacer sufrir un poco más a Uzui sensei — confesó el de hebras azuladas, asintiendo con la cabeza. Tanjirou suspiró.
— Me da pena por él, pero si ya tienes un trato con Murata... ¿Cómo le dirás al profesor? — preguntó. Zenitsu negó con la cabeza.
— No lo sé. — bajó la mirada para observar esas margaritas. Uzui era muy lindo, se estaba esforzando mucho, además, estaba agradecido con él ya que encubrió su falta al director Ubuyashiki. El albino se había encargado de hacer su propio informe y de entregarlo sin dejarlo mal parado.
Ya estaban libre de clases, de ensayos y de prácticas, por lo que decidieron volver a casa. Zenitsu tendría que pasar a visitar a su abuelo, ya había despertado, pero seguía sin energías. Estaba feliz por un lado, era una buena señal. Recorrieron los pasillos y se frenaron cuando Murata se acercó a ellos. Zenitsu resopló cuando sintió las miradas burlonas de sus amigos y se giró a ver a su compañero.
— Hola, Murata — saludó Inosuke con una sonrisa burlona mientras se colocaba al lado de él. — Me comentaron que andas de galán — dijo directamente, sobresaltando al azabache y provocando risitas en Tanjirou. Zenitsu solo entrecerró los ojos.
— Ahh, Inosuke — saludó nervioso. — La gente inventa cada cosa, ¿no? — se excusó apartando el brazo que rodeaba su hombro.
— Eres un picarón — respondió con burla, rodeando nuevamente su hombro. — Y dime, ¿verdad que mi amigo tiene 'hermosos ojos'? — sonrió malicioso. Zenitsu quedó boquiabierto, mientras que Tanjirou se tapaba la boca para no reír como idiota. Murata se ruborizó y lo miró con fastidio.
— ¿De quién hablas? — preguntó entornando los ojos. Inosuke lo miró serio.
— Pues de Monitsu, obvio — resopló, pero volvió a mirarlo burlón. — ¿Te gustan sus ojos o te gusta verlo de espaldas? — eso escandalizó al rubio y enrojeció al azabache.
— INOSUKE — se quejó dándole un golpe en el brazo. Se sentía demasiado apenado, ya no sabía cómo mirar a su compañero de baile. Tanjirou empezó a reír con libertad, presionando su vientre por el dolor que estaba sintiendo.
— Déjalo, Inosuke. Es suficiente — habló el de cabellos burdeos tratando de calmar su risa, pero ver las expresiones de Murata le causaban más risa. Zenitsu se tapó el rostro, estaba rabioso sí.
Inosuke se separó del azabache y le sonrió levantando las cejas, Murata estaba en blanco. Carraspeó y miró al rubio, eso hizo que el de hebras azuladas también empezara a reír. — Zenitsu, me preguntaba si quisieras ayudarme a colocar las decoraciones en su lugar... — habló finalmente.
El rubio estaba ruborizado, apartó sus manos lentamente para ver a su compañero y tragó saliva. — Ahm, creo que ahora no puedo... tengo que ir a ver a mi abuelo. Podríamos hacerlo mañana — sugirió haciendo una mueca, quería sonreír, pero no le salió.
— ¡Sí! Es decir, no tengo problemas. Mañana estaría bien — respondió con una sonrisa nerviosa y pasándose la mano en la nuca. Zenitsu asintió y se despidió de él para empezar a estirar a sus amigos.
— ¡Adios, Murata! Luego te cuento cómo conquistar a mi amigo... — no pudo continuar porque el rubio le tapó rápidamente la boca. Los arrastró hasta llegar a la salida. Tanjirou los miraba con diversión, estaba agotado por reír tanto, además, le seguía doliendo el vientre.
— ¡Inosuke! ¡Eres un idiota! — reprendió a su amigo.
Murata iba recorriendo los pasillos con más ánimos, los amigos de Zenitsu insinuaron algunas cosas, ¿podría ser acaso que el rubio correspondiera sus sentimientos? Sabía que cuando molestaban a alguien de esa forma era por algo. ¿Zenitsu les habló de él? Se sentía orgulloso por lograr que fuese su pareja de baile.
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