Capítulo XLIX
Team Iron Man
Tanjirou:
— Zenitsu, ¿dónde estás?
— Ya va a empezar el partido
Cerdo afeminado:
— Me abandonas en este partido y te mato
Tanjirou:
— Sin violencia, por fis
— Pero Inosuke tiene razón
— No puedes faltar
Estoy en el baño
No pienso salir con esta ropa
¡ES HUMILLANTE!
Cerdo afeminado:
— No, es hilarante
— PERDISTE así que tienes que cumplir con la apuesta
— Además, es una oportunidad para lucir todos tus atributos
Tanjirou:
— Inosuke, no
— No hay problemas, Zenitsu, mantendré distraído al profesor Tomioka
UY
Su nuevo novio, cierto
JAJAJA
Tanjirou:
— NO ES MI NOVIO
Cerdo afeminado:
— ¿Cómo que no si ayer se besaron?
JAJAJAJAJA
AYS, son muy lindos non/
Cerdo afeminado:
— YA VEN
— LPM
OK
VOY
PERO SI SE RÍEN DE MÍ
SERÉ YO QUIEN LOS MATE
Cerdo afeminado:
— *Un precio razonable*
— Aquí te esperamos, Monitsu ;)
Zenitsu se miró por una última vez a través del espejo. Se sentía avergonzado, pero le gustaba cómo se veía. Había traído unos shorts un poco más cortos y una camiseta de una talla más grande, era lo ideal, su estilo no era usar cosas ajustadas. Así que ahora estaba allí, pasándose bálsamo por los labios y acomodando unas pincitas para apartar su flequillo. Se relamió el labio y finalmente salió del baño en dirección al patio, donde se disputarían los partidos al aire libre. Admitía que se sentía una diva caminando por los pasillos y llamando la atención de todos los estudiantes que iban por allí. Sonrío ladinamente y siguió caminando contoneando las caderas. Una vez que llegó al patio se frenó y se acomodó el cabello, mandándolo hacia un costado, levantó el mentón y empezó a buscar a sus amigos, ignorando las miradas de los demás.
Kyojuro volteó a ver al recién llegado, había visto cómo todos se giraban a ver algo, así que la curiosidad le ganó. Abrió la boca con asombro y codeó a su amigo que estaba al lado de él. No podía creer que su alumno sea así de atrevido. ¡Era el prefecto! Uzui miró a su amigo con el ceño fruncido y giró a ver lo que estaba observando con tanta impresión.
Para el albino, cada movimiento que hacía el rubio iba en cámara lenta. Lo miró de pies a cabeza, impresionado con la imagen que tenía enfrente. Ladeó la cabeza y siguió recorriéndolo con la mirada. Se mordió el labio inferior y se ruborizó. ¡¿Qué demonios le pasaba a Zenitsu?! Su chico tenía un aire de superioridad y caminaba con tanta seguridad, se había acercado a sus amigos y empezó a beber agua de su botella. Uzui no podía apartarle los ojos.
Zenitsu se reunió con sus amigos y no esperó que Inosuke se acercara a estirar su camiseta hacia atrás, pegándola a su cuerpo. — ¡HEY! — reprendió apartando las manos de Inosuke y provocando las risas de sus amigos.
— Monitsu, te dije que tenías que traer la camiseta ajustada — dijo pronunciando lentamente las últimas palabras. Tanjirou negó con la cabeza y se encogió de hombros cuando Zenitsu los miró con los ojos entrecerrados.
— No es mi estilo, además, así está bien. Curiosamente, me siento muy empoderado... — comentó pensativo.
— JA. Perra se nace, no se hace — respondió Inosuke con una sonrisa burlona.
— Llamas mucho la atención — habló Tanjirou mirando a su alrededor.
— Esa era la idea — declaró el de hebras azuladas con obviedad. Entornó los ojos y empezó a arreglarse. El primer partido sería de equipos de cursos inferiores, así que aún no era su turno. Genya se había acercado a ellos para esperar junto a su capitán. Se sentaron en unas sillas que estaban allí, frente al campo de juego y empezaron a conversar.
— Es una suerte que Tomioka sensei esté allí abajo — comentó el rubio, recostándose por la barra que separaba el campo de juego con las gradas. Giyuu se encontraba guiando a los equipos que iniciarían el partido. Tanjirou asintió.
— Supongo que luego subirá. Pero no creo que se moleste en verte de ese modo... — confesó haciendo una mueca. Inosuke se había relajado en su asiento, echándose hacia atrás para empezar a tomar algunas fotos de su amigo, quien no se percataba de ser el centro de atención de todos. El rubio parecía no estar consciente de la pose en la que estaba, se había recargado sobre sus brazos, inclinándose un poco hacia el frente y dejando una buena vista de espaldas.
— Jajajajaja — se burló el de hebras azuladas maliciosamente. — Gracias, Monitsu, por darme mucho material tuyo, ahora me haré millonario... — murmuró. Tanjirou le reprochó dándole un golpe en el brazo y Genya solo los veía con diversión, era cierto, Zenitsu había venido muy sensual hoy.
— Zenitsu, ¿por qué vienes de ese modo? — preguntó, llamando la atención del rubio. Zenitsu se inclinó más hacia el frente, sujetándose de la barra para pensar. Eso hizo que la mayoría de los estudiantes le silbara al ver tal imagen. Genya sonrió nervioso y esperó.
— Fue por una estúpida apuesta — respondió inflando las mejillas. Se giró a ver a su amigo, quien estaba demasiado concentrado con el celular. Frunció el ceño y lo señaló. — ¡¿ESTÁS TOMANDO FOTOS, IMBÉCIL?! — rechinó los dientes y se lanzó para quitarle el aparato.
— ¡¿QUIÉN TE DIJO ESO?! ¡MIENTE! ¡NO LO ESTOY HACIENDO! AY, MONITSU — Inosuke empezó a forcejear con el rubio, quien estaba estirando su celular. Tanjirou quiso separarlos para no llamar la atención más de lo que ya lo estaban haciendo, así que también empezó a forcejear con ellos.
— ¡Maldita sea, Inosuke! — reclamó el rubio, sobándose el brazo. Había salido lastimado de esa pequeña pelea. Tanjirou se disculpó por ser tan bruto a veces, pero era la única solución. Zenitsu entornó los ojos y se cruzó de brazos, refunfuñando. Genya solo los veía entretenido.
— ¡MOMENTO! — Inosuke levantó la voz, asustando a todos por ser tan repentino. — ¿Qué es esto? — preguntó acercándose nuevamente al rubio y apuntando con su dedo índice el cuello de su amigo, picándole esa zona. Zenitsu dio un respingo y se ruborizó, quiso apartar la mano de su amigo para poder taparse. — ¿Acaso esto... no es un... chupón? — preguntó burlón. Tanjirou abrió la boca sorprendido y Genya lo miró con confusión.
— ¿Es eso cierto, Zenitsu? A VER — el de cabellos burdeos se acercó rápidamente a su amigo, alarmando al rubio, quien seguía tratando de taparse. Tanjirou se escandalizó y ladeó la cabeza, esperando alguna explicación.
— ¿No que estabas separado de Uzui sensei? — preguntó Inosuke intrigado. Levantó una ceja y empezó a buscar más manchas en el cuello de su amigo. Genya los miraba con más confusión, ¿qué estaba pasando?
— Esto es alergia — se excusó apartándose de sus amigos. Los miró molesto y desvió la mirada irritado.
— Eso solo podría creértelo Kentarou. — señaló Inosuke. — ¿O es que acaso, esos chupones, son de Murata? — preguntó con la intención de molestar más a su amigo, quien ahora sí se había escandalizado. Zenitsu negó con la cabeza incontables veces.
— Estoy confundido... — comentó Tanjirou con la mirada perdida, volvió a mirar a su amigo y suspiró. — ¿Hay algo que no nos contaste? — preguntó con pesar. No comprendía por qué su amigo les guardaba secretos. El rubio entornó los ojos, aún tapándose esa zona.
— Son de Uzui, ¿contentos? — confesó finalmente, resoplando. Sus amigos lo veían extrañados, así que decidió explicar. — Tuvimos un encuentro muy casual hace poco... — comentó desviando la mirada. Se había ruborizado nuevamente y decidió sentarse para descansar.
— ¿Un encuentro casual? ¡Se comieron! — exclamó Inosuke incrédulo. Zenitsu lo miró molesto. — Monitsu, ¿eres consciente que el profesor te está marcando como suyo, así como a los omegas? — preguntó divertido.
— Eso sucede en los omegaverses, Cerdo. — respondió mirando al frente. Tanjirou sonrió de lado.
— Eso sucede en cualquier realidad, Zenitsu — habló el de cabellos burdeos. No podía creer que su amigo dejara que el profesor de artes lo marcara de ese modo luego de seguir estando molesto con él. — ¿Qué no estaban peleados? — preguntó con confusión.
— Es una larga historia... Luego les cuento — respondió aún con las mejillas encendidas. Sus amigos asintieron y dejaron de hablar sobre eso. Genya seguía confundido.
Cuando finalmente llegó la hora del partido de Inosuke y Genya, se despidieron de ellos y se levantaron para animarlos y ver el partido más de cerca. Giyuu le había puesto la banda de capitán a Inosuke, quien ya estaba con aire de superioridad. Le dio una fuerte palmada al profesor en la espalda y corrió al centro del campo. El profesor Tomioka empezó a quejarse en voz baja mientras se sobaba la espalda baja. Negó con la cabeza. Apenas y comenzaba el partido y su alumno ya estaba siendo bruto.
— ¡Vamos, Inosuke! ¡Genya! — alentó Tanjirou con los brazos levantado. Se sentía emocionado y ansioso, los partidos de fútbol siempre lo ponían nervioso hasta el punto de provocarle taquicardia. Esperaba no sufrir mucho con este partido. Zenitsu también se recargó nuevamente por la barra para animar a su amigo, también se sentía nervioso.
El albino estaba acechando a su chico, no podía evitar sentirse furioso al ver las miradas para nada amistosas que mandaban al rubio. No podía creer que se haya atrevido a traer esos shorts que dejaban mucho a la vista y esa camiseta holgada que podría ser suya. Se mordió los labios al plantearse esa idea. Se acercó con las manos en los bolsillos de su bata, amenazando con la mirada a todos los que no le quitaban los ojos de encima a su chico. Se colocó detrás de él y se inclinó hasta llegar a su oreja. — Zenitsu — llamó sobresaltando al rubio, quien casí se echó hacia el frente por el susto. Uzui rodeó su brazo derecho alrededor de su cintura para evitar que cayera y lo atrajo hacia su cuerpo.
— ¡Demonios, Uzui! ¡¿qué quieres?! — preguntó molesto, pero sonrojado al verse envuelto en tal posición. El albino sonrió y lo apegó más a él. Tanjirou los veía confundido. ¿Ya estaban reconciliados?
— Te quiero a ti — susurró, reforzando su agarre. No era un buen lugar para encariñarse con el rubio, prevenir su caída era una simple excusa para tenerlo cerca. Zenitsu se sonrojó y se mordió el labio inferior, Uzui lo acaloraba en demasía. El profesor lo soltó y se separó de él. — ¿Cómo es eso que me rechazaste para ir al baile con ese niño? — preguntó molesto. Ahora que recordaba eso, se había fastidiado de nuevo.
Zenitsu entornó los ojos y se giró a verlo. Se encogió de hombros como respuesta. Uzui entrecerró los ojos y se cruzó de brazos. — Supongo que él no tiene intenciones de salir con más personas al mismo tiempo — añadió a su respuesta, sorprendiendo al profesor y su amigo.
— Ya hablamos sobre eso, por favor, Zenitsu — respondió acercándose a él y tratando de evitar que más gente mire a su chico. — ¿Qué tengo que hacer para que confíes en mí? — suplicó para luego apretar los labios. El rubio desvió la mirada y chasqueó la lengua. No sabía la respuesta. Uzui resopló y se quitó la bata, la acercó al cuerpo su chico y lo envolvió con ella.
— No la necesito — respondió tratando de quitársela, pero su profesor frenó sus manos.
— Póntela, llamas mucho la atención — murmuró cerrando la bata una vez que lo envolvió por completo. Quería seguir disfrutando de la vista que le daba Zenitsu, pero no quería compartir. El rubio bajó la mirada y se ruborizó, asintió con una mueca de fastidio. Uzui sonrió y se despidió de ellos para ir nuevamente junto a Kyojuro.
— ¿Puedo opinar? — tanteó Tanjirou con una sonrisa divertida. Zenitsu negó con la cabeza para luego volver a concentrarse en el partido. Su amigo bufó y se conformó.
Se sorprendieron con las habilidades que tenían Inosuke y Genya, sabían que eran buenos jugadores, pero no creyeron que tuvieran tanta destreza, además, se veía que estaban disfrutando. Giyuu los observaba con el silbato en los labios, preparado ante cualquier falta de sus equipos y controlando que su capitán no sea tan violento.
Inosuke alardeaba sus cualidades y sonreía con superioridad a cualquier pase o gol que marcaba. Sus amigos lo miraban con admiración, animándolo de vez en vez. El partido contra los de segundo curso finalizó, dando como victorioso a los de primer curso. Ahora, que habían pasado a la siguiente ronda para enfrentarse a los de último año, tomarían un breve descanso para que la siguiente disputa dé inicio. Serían nuevamente un partido de cursos inferiores, quien salía ganador, se enfrentaría al ganador del encuentro entre el equipo de Inosuke contra los de último año. Y de ahí saldría un campeón.
— ¡Eso fue genial, Inosuke! — felicitó Tanjirou una vez que su amigo se acercó a ellos. Genya se había desvíado de camino para dirigirse junto a su hermano, quien lo estaba esperando.
— Fue más fácil de lo que esperaba — Inosuke presumió con una mueca, se sentía halagado. Se sentó en una silla para relajarse y empezar a beber copiosamente de su botella.
— Eres muy bueno en deportes, no lo sabía hasta ahora — comentó el rubio sentándose también. Inosuke levantó una ceja y lo miró de pies a cabeza.
— ¿Te robaste la bata del profesor de artes? Ya nuevamente te marca como suyo. Ganado de rebaño — respondió, provocando un largo suspiro en el rubio. Tanjirou ladeó la cabeza, ahora que lo pensaba, tenía algo de razón.
— Solo me la prestó... — murmuró acomodándose la bata. Acercó la tela a su nariz e inhaló el aroma de su profesor. — Huele muy bien — comentó con una media sonrisa.
— Y ya está enamorado otra vez — Inosuke abrió los brazos exagerando resignación. — Bueno, si dejaste que te comiera el cuello de ese modo. Espera, ¿ya tuvieron algo más? — preguntó intrigado y acomodándose en su asiento.
— Lo que se ve no se pregunta, Inosuke — respondió Tanjirou asintiendo con los ojos cerrados. Zenitsu frunció el ceño y negó con la cabeza.
— Es que ustedes solo piensan en eso, ¿verdad? Y luego soy yo el demente — el rubio negó con la cabeza indignado.
— ¡Hola! — el trío se sobresaltó al escuchar una cuarta voz interponiéndose entre ellos. Zenitsu bufó y miró al frente. Inosuke sonrió burlón y Tanjirou se giró a saludar al recién llegado.
— ¡Murata san! — saludó con una sonrisa amable. El chico no paraba de seguirlos cada vez que podía, y todo por culpa del rubio. Le causaba gracia de cierto modo.
— OH, ¿vienes a ver el partido o a tu amorcito? — preguntó Inosuke con una sonrisa divertida. El rubio le golpeó el brazo, le era demasiado incómodo que lo molesten con Murata, ya tenía suficiente con sus insinuaciones.
— Eh, ambos — respondió directamente, sorprendiendo a los tres. Zenitsu no quería girar por lo avergonzado que se sentía, mientras que sus amigos empezaron a reír libremente. — ¿Cómo estás, Zenitsu? — se acercó al rubio. — ¿Por qué tienes la bata del profesor Uzui? — preguntó arrugando la nariz.
Zenitsu hizo una mueca y se encogió hombros. — Pues, ¿tenía frío? — respondió con inseguridad.
— Es que el profesor Uzui quiere ocultar lo provocativo que se ve Monitsu con su outfit deportivo de hoy — comentó Inosuke, ganándose la mirada de reproche del rubio. Murata lo miró con confusión e intrigado.
— ¿Provocativo? — preguntó dirigiéndose al rubio. Zenitsu ladeó la cabeza y entornó los ojos, hizo un ademán, restándole importancia. Murata asintió. — Te ves muy bien — halagó.
— Gracias — el rubio se apresuró en responder. Estaba demasiado incómodo, pero no quería ser grosero. — Ehm, iré al baño un momento. — sus amigos lo miraban con una sonrisa divertida, ay, Zenitsu solo quería escapar.
— Te acompaño — respondió Murata casualmente, sobresaltando al rubio. Sus amigos empezaron a lanzar algunas risitas al ver la escena.
— No es necesario. No te molestes — Zenitsu quiso convencerlo, su intención era esconderse en el baño hasta que Murata se fuera. El azabache negó con la cabeza.
— No, no me molesta, lo haré — dijo siguiendo al rubio, quien ya se había puesto en marcha.
— Es que... — ya no sabía que excusa dar. Se sentía mal por Murata, pero estaba siendo demasiado empalagoso. — Oh, me acordé que tenía algo de qué hablar con Uzui sensei — dijo sobándose la nuca y retrocediendo.
— Está bien, vamos — respondió con una sonrisa. Zenitsu frunció los labios en una sonrisa. Inosuke y Tanjirou pudieron reír a carcajadas una vez que los dos se alejaron, era demasiado hilarante ver cómo su amigo rubio trataba de escapar de Murata. El rubio no tenía más opción que ir junto a su profesor, quien estaba de espaldas hablando con Kyojuro y Sanemi, Genya también estaba con ellos.
— ¡Uzui... sensei! — exclamó colocándose al lado de su profesor, llamando su atención. El albino se alegró al ser mencionado por su chico y se giró rápidamente a verlo, ¿a qué se venía su grata visita?
— Zenitsu — mencionó con una sonrisa que se borró al ver a ese chico nuevamente detrás de su rubio. — ¿Sucede algo? — preguntó con cuidado. Zenitsu miró a un costado e hizo una mueca. Debió haber pensado algo antes de lanzarse a su profesor.
— Ahm, tenía una duda... — dijo llevando sus dedos a sus labios en gesto pensativo. Uzui sonrió al ver las expresiones de su chico. Zenitsu volteó a ver a Murata y miró a su sensei. Su compañero no se iba de su lado. — Yo... — abrió la boca para hablar, pero la volvió a cerrar. El albino frunció el ceño.
— Oh, ¿es sobre el 'informe' al director Ubuyashiki? — Zenitsu lo miró con el ceño fruncido. — Ya lo hice y lo traje. Ven, te voy a dar... el informe— dijo apartándose de sus amigos para emprender camino y esperando a que el rubio lo siguiera.
Zenitsu siguió a su profesor con pasos apresurados, miró a su costado, encontrándose de nuevo con Murata. Le devolvió la sonrisa que le dio y miró al frente abatido. Uzui estaba con una sonrisa triunfal, su chico había acudido a él para pedir su ayuda, eso era un gran avance. Recorrieron los pasillos hasta llegar a la sala de profesores, donde el albino probablemente tuviera su portafolio. Uzui no se había percatado de la aún presencia del azabache, por lo que se sorprendió al verlo de nuevo.
Su chico estaba incómodo, así que dedujo cuál era el problema. — Ahm, joven Murata, esto es un asunto entre Zenitsu y yo..., si es que puedes dejarnos a solas por un momento — pidió con una sonrisa cínica. El azabache no comprendía de qué informe hablaban si ya había pasado el día artístico, por lo que el profesor de artes ya no tenía nada que ver. Se molestó con lo que dijo, pero decidió ceder, luego tendría tiempo de estar con Zenitsu.
El rubio, por su parte, estaba nervioso, tampoco quería estar a solas con Uzui, bueno sí, pero no sabía cómo actuar con él. Se despidió de Murata e ingresó a la sala de profesores, escuchando cómo su profesor cerraba la puerta cuidadosamente. El salón era más espacioso de lo que creía, por lo que se dispuso a recorrerlo ante la atenta mirada del albino.
— ¿Y bien? ¿Qué sucede con ese chico? — preguntó Uzui siguiendo a su rubio. — Creí que iba a ser tu pareja, ¿o qué? — Zenitsu entornó los ojos, ¿le estaba reclamando? Se frenó frente a un estante de libros y se puso a leer los títulos de cada uno.
— Sí, será mi pareja, solo que me persigue mucho — respondió con la vista fija en los libros, se sobresaltó al sentir unos brazos rodeando su cintura y cerró los ojos cuando su profesor se inclinó hasta su mejilla. Uzui se aprovechó y dejó un beso allí para luego empezar a encariñarse entre el cuello y el cabello de su chico.
— ¿Te gusta? — preguntó directamente. Zenitsu se giró para mirarlo con el ceño fruncido. Uzui esperó expectante.
— ¿Gustarme qué? ¿Hablas de Murata? ¿Crees que me enamoraré de cualquier chico que ande detrás de mí? — habló indignado. Se cruzó de brazos y se dirigió a la puerta.
— No me refería eso. Bueno sí, pero... Zenitsu, yo te sigo queriendo — confesó agarrando el brazo de su chico, impidiendo que abra la puerta. El rubio se ruborizó y chasqueó la lengua. Tragó saliva y abrió la puerta. —¿Tú no? — preguntó con pesar, esperanzado de que su chico confirme que sigue gustándose de él. El rubio suspiró, estaba mareado y no sabía qué responder.
— No quiero hablar sobre eso — respondió tajante para soltarse del agarre. Uzui le había roto el corazón, pero aún había respuestas inconclusas. No estaba preparado mentalmente. El albino resopló y dejó ir a su chico. Pensó que tal vez sería mejor dejar de atosigarlo, al menos no tenía nada con ese chico Murata. Al parecer necesitaba más tiempo, está bien, lo esperaría. Lo siguió a una distancia prudencial, colocando las manos en los bolsillos de su pantalón, admirando lo bien que se veía su chico con su bata.
Volvieron al patio para seguir viendo los partidos, Zenitsu se alivió al no encontrarse devuelta con Murata y se unió a Tanjirou. Ya había empezado el partido del equipo de Inosuke contra los de último año. Uzui siguió de largo, acercándose a su grupo, Kyojuro lo miraba curioso y levantó ambas cejas, el albino solo negó con la cabeza para mirar al frente.
Apoyaron a Inosuke y Genya, el partido estaba en su climax, ambos estaban empatados e Inosuke estaba poniéndose más nervioso y agresivo. Sus amigos lo veían preocupados, una falta más y sería expulsado, pero es que los de último año tampoco se quedaban atrás, también eran muy brutos, aunque su capitán, Sabito, trataba de mantener la calma.
— ¿Qué tal te fue con el profesor y Murata? — preguntó Tanjirou intrigado. Zenitsu ladeó la cabeza y resopló.
— Bueno, al menos pude alejarme de Murata. Con Uzui nada extraordinario — comentó refiriéndose a su encuentro con el profesor.
— Quiero opinar — Tanjirou levantó el brazo para que le cedan la palabra. El rubio entornó los ojos e hizo un ademán para que prosiguiera. — Creo que Uzui en verdad está arrepentido. Se lo ve decaído y pienso que deberías hablar con él sobre lo que pasó — opinó asintiendo con la cabeza, llevó una mano al hombro de su amigo para darle ánimos.
— Pienso lo mismo, pero aún no me siento tan bien — confesó el rubio mirando al frente. Tanjirou seguía sobándole el brazo en consuelo.
— ¿Lo sigues queriendo, no? — preguntó con interés, ante el asentimiento del rubio, sonrió. — Entonces no deberías de complicar tanto las cosas, a veces, en vez de aprovechar el tiempo, terminamos perdiendo absolutamente todo — eso llamó la atención del rubio, quien lo miró con una mueca.
— Eso, eso no ayuda mucho — respondió con un largo suspiro. Tanjirou se disculpó, tratando de calmar las tensiones. Volvieron a concentrarse en el partido que ya iba terminando. — Los penales me ponen muy nervioso — comentó recargándose sobre la barra.
— El sufrimiento es inevitable — respondió Tanjirou al ver que el partido había culminado, ahora se jugarían la suerte desde el punto penal. Zenitsu se restregó las palmas de su mano sobre sus mejillas, ya empezaba con la ansiedad. Inosuke se había acercado con su grupo para tener un respiro y beber agua.
— PSS, Inosuke — llamó el rubio a su amigo. — Si ganas iremos a comer shoyu ramen — animó. Inosuke ladeó la cabeza y lo miró con interés, asintió con la cabeza y los señaló.
— Que sean dos rondas — elevó la voz a sus amigos, mientras se alejaba de ahí para ir al centro del campo. Genya los saludó con una sonrisa y siguió a su amigo. El capitán sería el último en patear el balón a pedido de él, para sentirse como héroe. Y así comenzó la primera tanda, ninguno fallaba, hasta que el jugador de último año, Michikatsu, hermano gemelo de Yoriichi, falló el cuarto penal. Eso significaba que la victoria estaba en manos de Inosuke, era demasiada presión para sus amigos, quienes ya estaban agonizando por la ansiedad.
Inosuke acomodó el balón frente a sus pies y se enderezó. Miró desafiante al arquero y soltó un suspiro. Dio unos pequeño brincos para tomar distancia y patear con fuerza cuando escuchó el sonido del silbato. Sus amigos se recargaron por la barra y no despegaban la vista del balón. Todo iba en cámara lenta hasta que se escucharon los gritos eufóricos de la hinchada del curso de primer año. La pelota había ingresado al arco desde un punto más alto e inalcanzable para el arquero, Inosuke había pateado con tanta fuerza y en el centro para confundir más al pobre guardameta que estaba postrado en el suelo. Levantó los brazos y celebró sin sonreír. Así se veía más genial. Sus compañeros de equipo no perdieron el tiempo en lanzarse encima de él.
Tanjirou y Zenitsu lo estaban esperando en las gradas, estaban celebrando por su amigo. Inosuke resultó ser más genial de lo que ya era. Presumían que eran amigo del capitán agresivo que le dio la victoria a su equipo y quedaron desconcertados al verlo unirse primero al grupo de profesores. Inosuke y Genya se habían acercado a los profesores, ya que ahí estaba el profesor de matemáticas. Sanemi los felicitaba y les daba botellitas de agua para que puedan descansar. Giyuu también había subido junto a sus amigos.
— Eso fue muy intenso — comentó Genya a la vez que tomaba de la botella. Estaba demasiado exhausto. Inosuke ya había bebido todo de su botella y ya estaba abriendo otra, atragantándose con el agua. Los profesores lo miraron con preocupación y Sanemi empezó a darle 'golpecitos' en la espalda para ayudar a calmarlo. — ¡Se está ahogando! — exclamó Genya con impresión.
— NO, ya estoy bien, gracias... — murmuró abatido, se tumbó en una silla que estaba disponible y volvió a beber. — Tengo hambre — dijo inflando las mejillas. Sanemi entornó los ojos, ya comprendía por qué su alumno comía demasiado, desprendía mucha energía y las gastaba siendo muy frenético.
— Genya, te traje algo de Onigiris de atún — habló el profesor de matemáticas a su hermano, pasándole un recipiente. Inosuke escuchó eso y se giró a mirarlo fijamente. ¿Estaba tratando de extorsionarlo con la mirada? Sanemi hizo una mueca y le pasó otro recipiente a su alumno, a quien le brillaron los ojos.
Zenitsu y Tanjirou estaban boquiabiertos, se acercaron a ellos al ver que su amigo no tenía intención de ir a saludarlos. Se sentían abandonados, pero no querían arruinar la felicidad de Inosuke. El de hebras azuladas estaba concentrado en comer esos onigiris de atún sin dar tiempo para respirar, el profesor de matemáticas lo miraba con desagrado.
— ¡Inosuke! ¡Felicidades! — Tanjirou se acercó para buscar una forma de abrazar a su amigo. Se inclinó para hacerlo y le dio un fuerte abrazo, Zenitsu le dio unas palmaditas en la cabeza como modo de felicitación. — ¡Estuviste genial! —
— ¡Verdad que sí! — respondió finalmente, girándose hacia sus amigos. — ¿Vieron cómo pateé el penal? Soy diestro, pero quise arriesgarme y patear con la zurda —se jactó de sus habilidades. Sus amigos lo miraban con impresión, asintiendo todo lo que Inosuke les comentaba.
— Conque el profesor Sanemi te invitó sus onigiris — murmuró el rubio con burla, Tanjirou lanzó unas risitas e Inosuke entornó los ojos, aún comiendo esas bolas de arroz.
— ¿Hay algún problema? — preguntó con el ceño fruncido. Sus amigos asintieron con la cabeza.
— ¿Los hizo exclusivamente para ti? — Zenitsu y Tanjirou no aguantaron con la risa. — Ay, te ves bien con esas mejillas sonrojadas — señalaron, enfurenciendo al de hebras azuladas, quien no tardó en lanzarse encima de ellos para iniciar una batalla ante las miradas extrañadas de sus profesores y de Genya.
— Hermano, ¿es cierto? ¿Hiciste onigiris exclusivos para Inosuke? — preguntó Genya intrigado y con la boca llena. Sanemi chasqueó la lengua y se giró a darle un golpe detrás de su cabeza, provocando que su hermano menor empiece a toser. Kyojuro los miraba con preocupación, se acercó a Genya para ayudarlo a calmar la tos. Uzui estaba confundido, pero entretenido.
— AY, ya no puedo — se quejó el rubio tratando de separar a su amigo. Lo separó y lo miró fijamente para luego empezar a reír nuevamente. — ¡NO TIENE NADA DE MALO QUE PREPARE COMIDA PARA TI, INOSUKE! ¡ES TIERNO! — exclamó ganándose otros arañazos de su amigo. Los profesores decidieron intervenir, Giyuu separó a Tanjirou de allí, quien seguía riendo y Uzui levantó a su chico para empezar a arreglar su ropa y su cabello.
— No deberías provocarlo más — sugirió sacudiendo su bata y acomodando el cabello rubio. Zenitsu se calmó y respiró profundo.
— Es que es adorable — dijo para luego fruncir el ceño. — Son adorables y agresivos — opinó mirando al profesor de matemáticas, quien estaba con un semblante sombrío. Uzui negó con la cabeza y acarició la mejilla de su chico.
— Tanjirou, ya calmate — pidió Giyuu aún sujetando a su alumno de la cintura. Tanjirou estaba inquieto y trató de calmar su risa, mordiéndose el labio inferior. El profesor Tomioka lo soltó y lo ayudó a sentarse en una silla para luego pasarle una botellita de agua. — Esto podrá calmarte. — el de cabellos burdeos asintió y se dejó mimar por su profesor. Kyojuro seguía tratando de calmar a Genya, quien estaba abatido.
Sanemi se cruzó de brazos y miró de reojo a su alumno quisquilloso, al menos ya se tranquilizó.
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