Capítulo LII


Inosuke trataba de bajarse del escenario, pero sintió un golpe en su costado, lo que provocó que cayera. Aquella persona no había tardado en lanzarse al chico que cantaba con entusiasmo. — ¡ERES TÚ, MALDITO! ¿CREÍSTE QUE TE SALDRÍAS CON LAS TUYAS? Inosuke trataba de zafarse de ese agarre, hasta que sintió cómo lo cargaban bruscamente y lo bajaban del escenario. La música seguía sonando, el dj no sabía si pausar o no, pero se había quedado estático observando la escena. Todos estaban callados y espantados, se asustaron aún más cuando vieron ese golpe que se ganó el cantante. Tanjirou buscó a Inosuke con la mirada, pero no logró ubicarlo debido a la gente que se aglomeraba en el escenario.

— A la medianoche en mis fantasías vi algo inalcanzable que trataba de alcanzarme a mí. Contra la tormenta o un lugar donde hay calor, tu tierna mirada más será mi vencedor. — sonaba aún la canción que opacaba los gritos de Inosuke.

Sanemi se alarmó al ver a su alumno siendo llevado por un desconocido y lo siguió con la mirada. Genya se sobresaltó y miró a los costados con desesperación. ¿Qué estaba pasando? El profesor de matemáticas se apresuró en seguir a ese intruso. — HEY, IMBÉCIL, ¿QUIÉN DEMONIOS ERES? — corrió detrás del chico que cada vez se alejaba más.

Tanjirou entró en desesperación y estiró a Giyuu para buscar a sus amigos. ¡¿Qué demonios pasó?! — se preguntó mordiéndose el labio inferior. No encontraba a Zenitsu ni tampoco a Inosuke, quien había desaparecido repentinamente del escenario. Lo escuchó quejarse, pero luego cuando volvió la mirada al escenario, ya no estaba. — ¿Dónde están? — abordó a Murata que seguía sentado en su lugar, sobresaltándolo.

— Zenitsu fue al baño, ya pasó un largo tiempo y aún no vuelve. A Inosuke... creo que alguien se lo llevó — dijo con el nerviosismo ganándole la batalla. Tanjirou quedó con la mente en blanco. Giyuu no perdía de vista a los hermanos Shinazugawa, por lo que pudo ver que Sanemi había salido del salón hacia el exterior. El de cabellos burdeos sintió cómo su pareja lo estiraba para empezar a caminar hacia la salida. 

Inosuke seguía forcejeando con ese chico, era el estúpido tipo de la gasolinera. ¿Qué demonios le pasaba para haberles seguido? — ¡Idiota, suéltame! — se quejó mientras usaba sus brazos para separarlo y darle un golpe. Se separó de él y trató de golpearlo, pero el chico era hábil y lo esquivó. Inosuke quiso volver a golpearlo, pero no alcanzó ya que se desplomó en el suelo luego de recibir un fuerte golpe en la nuca.

— ¡Eres un niño estúpido! ¿Acaso crees que dejaré que hagas lo que quieras, imbécil? ¡Me rompiste la maldita cabeza! — se quejó mientras se dirigía a su motocicleta. Iba a depositar al chico encima de su moto, pero sintió cómo alguien lo agarraba del cuello de su camisa para estirarlo hacia atrás. 

— ¡¿QUIÉN DEMONIOS ERES Y QUÉ CARAJOS QUIERES?! — exclamó un colérico Sanemi, que aún tenía agarrado a aquel chico. Este se zafó de ese agarre y lo miró con el ceño fruncido. Levantó el mentón y lo observó desafiante, seguía sosteniendo a Inosuke en su costado, quien estaba ya inconsciente. El profesor de matemáticas había visto cómo ese chico idiota golpeó a su alumno dejándolo en ese estado. Ah no, eso fue el detonante para hacer explotar al matemático.

Sanemi apretó los puños y no tardó en aplastarle la mejilla con un fuerte golpe, provocando que el chico soltara a Inosuke. — ¡TÚ ERES OTRO MALDITO! ¡NO TE METAS! — se quejó para empezar la pelea. 

— A donde el cielo y mar están en unión o a donde el sol se ve salir. En algún sitio hay alguien que me ve desde allí — la canción acompañaba la batalla que se llevaba a cabo. — Ya lo siento llegar, ya lo siento llegar, ya lo siento llegar. ¡Yo quiero un héroe... —

Sanemi, así como daba golpes, también los recibía. Sintió la tibia sangre recorrerle el rostro, bajando de su nariz y sonrió sádico. El otro chico era fuerte y un imbécil. Volvió a darle más golpes con su puño para luego chocar fuertemente su cabeza con la de él, dejándolo inconsciente en el suelo.

Giyuu y Tanjirou iban llegando a presenciar la escena, el de cabellos burdeos se alivió al encontrar a su amigo junto al profesor de matemáticas, pero se alarmó cuando lo vio en el suelo. Se acercó corriendo hasta llegar a él y se acuclilló para despertarlo. — ¡Inosuke! ¡Inosuke! — llamó dándole unas palmaditas a sus mejillas.

Sanemi se sobaba la frente. Eso dolió. Giyuu lo abordó y lo miró con preocupación, provocando que el matemático chasqueara la lengua. — Este chico es demasíado problemático — dijo bajando la mirada para ver a su desmayado alumno tratando de ser despertado.

— ¿Qué fue lo que pasó? — preguntó Tomioka, acercándose al otro joven que estaba inconsciente en el suelo. Sanemi entrecerró sus ojos.

— No sé quién es este imbécil, pero quería llevarse a Hashibira —respondió, estaba pensando en qué hacer con ese tipo. ¿Lo dejarían ahí?

— ¿No era su pariente o algo así? — preguntó intrigado. Sanemi negó con la cabeza.

— Lo golpeó, aunque no me sorprendería que fuese familar suyo. De igual forma, se lo estaba llevando a la fuerza. — dijo, mientras buscaba un pañuelo en su traje para poder limpiarse la sangre.

— ¡Hermano! — Genya llegó corriendo junto a ellos. Estaba turbado y muy perdido. — Encontré a Kyojuro, está reteniendo a un chico de último año. Dijo algo sobre que Uzui se llevó a Zenitsu al hospital — comentó con preocupación. Tanjirou abrió la boca asombrado y se giró para mirar a Genya. ¿En qué momento sucedieron tantas cosas? ¡Él había perdido el rastro de sus amigos y estos estaban a punto de morir!

Giyuu lo miró levantando una ceja y Sanemi estaba desconcertado. Decidieron llamar a Kyojuro para pedir más explicaciones. El profesor de historia iba llegando junto a ellos, estirando a un chico que estaba atado e inconsciente. — Al parecer es el día de dejar inconsciente a la gente — comentó tratando de calmar las tensiones.

Kyojuro les explicó todo lo que Uzui le contó, sobre Zenitsu y su encuentro con ese chico y la ayuda que le pidió para denunciarlo a la dirección. Sanemi asintió y creyó que era buena idea también llamar a la policía para que se lleve a ese imbécil que intentó secuestrar a su alumno. Tanjirou estaba siendo consolado por Giyuu, mientras seguía cuidando a Inosuke. — ¿No sería mejor que lo llevemos al hospital? — preguntó. Tomioka asintió, tenían que sanar las heridas de Sanemi y mandar revisar a Inosuke, pero también tendrían que esperar a que llegaran los oficiales.

Giyuu decidió llevar a Tanjirou e Inosuke al hospital, Sanemi dijo que se quedaría para explicar a los oficiales lo que había ocurrido, lo mismo con Kyojuro, quien ya avisó al director Ubuyashiki del percance que tuvo su alumno de primer año. Llegaron al mismo centro médico donde estaba Uzui, era el más cercano y estarían, al menos, cerca de ambos chicos.

Una enfermera acudió rápidamente a ellos, llevando al chico de hebras azuladas para revisarlo. Giyuu y Tanjirou la siguieron y esperaron indicaciones. — Un enfermero vendrá a revisarlo, no se preocupen. Pueden esperar fuera — dijo, cerrando la puerta de la habitación. Tanjirou se sentó en una banca, aún aturdido y preocupado por sus dos amigos.

— Aún no comprendo qué sucedió — habló bajando la mirada para ver sus manos. Giyuu se sentó a su lado y le acarició el cabello.

— Lo que importa es que están bien — quiso animarlo. Tanjirou asintió con la cabeza y se levantó de golpe al ver que Kyojuro, Sanemi y Genya se acercaban a ellos.

— Ya solucionamos algunas cosas. La burocracia es patética — comentó Sanemi, tomando asiento para descansar. Kyojuro se colocó ambas manos en su cadera y Genya se sentó al lado de su hermano.

— Tengo que ir a ver a Tengen y Agatsuma — dijo, llamando la atención de Tanjirou. — Hablé con el director Ubuyashiki y él habló también con los oficiales que llegaron a llevarse a ambos chicos. Necesitan la versión de Uzui y el joven agatsuma, así que creo que vendrán o llamarán más tarde — comentó.

— Yo también quiero ver a Zenitsu — Tanjirou se levantó y miró decidido a su profesor de historia, quien le dio una sonrisa para luego asentir. — Voy con usted —

— Está bien — respondió Kyojuro, quien se giró para ir a buscar la habitación donde estaba su amigo y su chico. El de cabellos burdeos se apresuró en seguir sus pasos, se sentiría más aliviado cuando vea a Zenitsu.

Sanemi fue abordado por una enfermera, quien se ofreció a curarle las heridas. Él aceptó, pero quería saber si su alumno sufrió algún daño primero. El enfermero no tardó en salir de la sala donde se encontraba Inosuke, llamando la atención de todos los que estaban allí expectantes. — El paciente está dormido. Tiene una lesión no tan grave en la costilla izquierda y también mucho alcohol en su sistema. — explicó, entrecerrando los ojos al mencionar las últimas palabras. Era común recibir adolescentes con ciertas golpes y en estado de ebriedad. El profesor de matemáticas levantó una ceja, ¿su alumno era un alcohólico? Era menor de edad. Era normal que tuviera ese tipo de situaciones debido a la curiosidad de probar cosas nuevas, esperaba y que fuera la última vez que tomase de ese modo. — Despertará en unas cuantas horas, quizás. Está profundamente dormido, supongo que a causa del alcohol, pero no se sorprendan si empieza a vomitar. Es probable que se haya intoxicado también — culminó para despedirse de ellos, dejándolos descolocados.

— Inosuke siempre fue problemático... — murmuró Genya asintiendo con la cabeza. Giyuu negó con la cabeza. La juventud de hoy día estaba perdida.

Tanjirou seguía en silencio a su profesor de historia y frenó cuando él también lo hizo. Kyojuro se acercó a la ventanilla de la puerta para poder observar mejor y sonrió, provocando curiosidad en el chico que tenía al lado. Se giró a ver a su alumno y se llevó el dedo índice a sus labios, pidiéndole silencio. Tanjirou asintió e ingresó a la habitación luego de que Rengoku haya abierto la puerta. Se enterneció con la imagen que tenía enfrente y sonrió. Uzui estaba acuclillado y recargaba sus brazos sobre la cama donde estaba su amigo. Los dos estaban pacíficamente dormidos. Se acercaron a ellos y los observaron con detalle. El albino no soltaba la mano de su chico, utilizaba su propio brazo como almohada y Zenitsu estaba teniendo un sueño profundo.

Tanjirou se preocupó al ver la mejilla morada de su amigo y algunas vendas que tapaban todo su pecho. El profesor de artes también tenía múltiples heridas, ¿con quién habían peleado de ese modo? ¿Por qué? Rengoku solo había contado lo que él sabía. El de cabellos burdeos estaba muy confundido, pensó que Zenitsu era el único que podía contar la historia al pie de la letra. Para eso tendría que esperar, lo de Inosuke era caso concluido. Sabía que algo malo iba a suceder luego de haber tenido ese encuentro con ese chico desconocido. Esa noche habían pasado demasiadas cosas.

Estaban en silencio, mirando al profesor y alumno, pero se sobresaltaron cuando alguien más ingresó a la habitación. — ¡Zenitsu! — exclamó, para luego callar al darse cuenta de que había más personas dentro de la habitación. Kaigaku se había apresurado en llegar al hospital luego de haber recibido un mensaje de Ume, quien le mandó una foto del rubio siendo acorralado en el baño. Lo llamó al celular, pero su hermano no contestó, por lo que decidió ir a la academia, pero ya no había nadie allí, hasta que recibió una llamada entrante de Zenitsu, eso le alivió por un momento, pero se asustó de nuevo cuando fue el profesor Uzui quien habló detrás de la línea. Le explicó que su hermano se encontraba en el hospital y que no era nada grave, estaba bien y que ya detuvo al victimario. Kaigaku no pudo evitar sentirse culpable de todo eso, sabía que los hermanos Ume y Gyu eran peligrosos y capaces de hacer cualquier cosa, pero creyó que lo del enamoramiento de Ume hacia Uzui era una simple estupidez, no se esperaba que llegaran a tal punto de atentar contra Zenitsu.

El albino abrió los ojos y se reincorporó rápidamente al ver que no estaba solo. Hizo una mueca y se llevó la mano a la sien para masajearla. Tenía un fuerte dolor de cabeza. — Kaigaku, Kyojuro... Tanjirou — saludó enfocando la mirada para reconocer los rostros. Decidió explicarles con más detalles lo que sucedió y el estado en el que se encontraba el rubio actualmente. El azabache no tardó en acercarse a su hermano para mirarlo detenidamente.

— ¿Y tú cómo estás, Tengen? — preguntó Kyojuro, aproximándose a él para ver las banditas que tenía en su amigo en rostro. Uzui ladeó la cabeza.

— Estoy bien, exhausto, pero bien. Zenitsu está a salvo — respondió asintiendo con la cabeza y jugando con sus manos. — Tengo unos cuantos golpes en la costilla, pero tampoco es nada grave — le restó importancia, en realidad, ya empezaba a sentir todos los golpes que había recibido. Necesitaba descansar. Kyojuro asintió y le dijo que el director lo llamaría más tarde para hablar con él y con Zenitsu si es que se encontraba despierto para ese entonces.

Tanjirou y Kyojuro decidieron dejarlos solos, su amigo estaba en buenas manos. Kaigaku parecía preocupado, así que pensó que tal vez haya cambiado de actitud con el rubio, Uzui quería a Zenitsu, eso era evidente, así que él lo cuidaría bien. Tenía que volver a ver cómo estaba Inosuke.

— Gracias — el azabache rompió el silencio. Uzui lo miró de reojo, aún no confiaba en el extraño hermanastro de su chico. Soltó un suspiro sonoro y asintió con la cabeza.

— Haría cualquier cosa por él — respondió luego de un largo silencio. Kaigaku lo miró e hizo una mueca.

— Lo sé — desvió la mirada para ver nuevamente a su hermano. — Por eso, te agradezco por querer y cuidar de mi hermano. Estamos un poco separados, pero me preocupo por él. — respondió cruzándose de brazos. Uzui sonrió.

Kaigaku lo dejó solo ya que dijo que tenía que volver junto a su abuelo, le comentó sobre la situación que estaban pasando y que la salud de su abuelo estaba complicada. Uzui escuchó todo atentamente y asintió con la cabeza. Se ofreció a ayudar ante cualquier eventualidad y el azabache agradeció, marchándose de ahí y prometiendo regresar por la mañana.

El albino volvió a acercarse a su chico, aún no despertaba. Lo agarró de la mano y se inclinó hacia su rostro, con la otra mano libre, acarició su mejilla izquierda y dejó un beso en su frente. Tenía sueño, lo mejor sería volver a dormir cerca del rubio para estar atento a si despertaba.

Tanjirou volvió a unirse al otro grupo que estaba sentado fuera de la habitación donde estaba Inosuke, quien seguía dormido y con una cubeta al lado por si despertaba y vomitaba. Les explicó qué relación tenía ese chico que lastimó a su amigo y de cómo lo conocieron. Sanemi entornó los ojos, si bien, su alumno tuvo la culpa por provocar a personas desconocidas. ¿Cómo se le ocurrió que sería buena idea cabecear a ese chico con un casco? Genya resopló, era de esperarse ese comportamiento de Inosuke. Giyuu negó con la cabeza, Tanjirou tenía un amigo que era mala influencia, y Kyojuro hizo una mueca.

— Y lo del alcohol..., tampoco sé cómo es que puede comprarlo — habló resignado, bebió agua de la botella que le había comprado Giyuu. — También estoy cansado... — dijo.

— Deberías volver a casa — sugirió Giyuu. Él estaba cansado desde que terminaron de bailar el vals. Tanjirou negó con la cabeza.

— Me quedaré hasta que despierte alguno de los dos. Si voy a casa sería peor, no podría dormir al no tener noticias de mis amigos — comentó con pesar. Giyuu suspiró, él se quedaría a acompañar a Tanjirou. Sanemi dijo que llevaría a Genya a casa y que volvería en la mañana para ver qué onda. Kyojuro estaría al tanto de Uzui y Agatsuma, por lo que también se quedaría un rato más.

— Puedes dormir. Yo te avisaré cuando uno de los dos despierte — dijo Giyuu, acomodando al de cabellos burdeos para que se recueste por él. Tanjirou aceptó y recargó su cabeza en el hombro de su profesor, cerró los ojos y al rato quedó dormido.

Inosuke se despertó de golpe, solo para llenar esa cubeta. Se sentía horrible. Ahora sí, ya estaba muerto. Se acomodó en la cama, quedando boca arriba y desalmado. No tenía energías y se sentía tan débil. Ya no podía dormir, el estómago se le revolvía y él solo tenía ganas de llorar. ¿Estaba solo? Ya había amanecido, la habitación estaba a oscuras y silenciosa. ¿Lo abandonaron? 

— ¡INO CHAN! — Inosuke entrecerró los ojos, prefería estar solo. — ¡Ino chan! ¿Pero qué fue lo que te pasó? ¡Dime que es mentira! — el escandaloso de su padrastro entró con Kotoha a la habitación para acercarse rápidamente a su hijastro. Su mamá se recostó y le dio un fuerte abrazo, el de hebras azuladas correspondió. Extrañaba a su mami. Se acordó del auto que había estacionado a una calle de la academia y se preguntó si seguía ahí.

Tanjirou se despertó de golpe, asustándose con ese grito y asustando también a su profesor. Se habían quedado dormido, por lo que dio un leve golpe al brazo de Giyuu como modo de reproche. Le había prometido que lo despertaría en cuanto uno de sus amigos lo hiciera. Miró desde la puerta a Inosuke junto a su familia y sonrió, su amigo ya estaba despierto y con unas ojeras prominentes. Decidió no molestar, para ir a ver a Zenitsu. Estiró a Giyuu, quien seguía medio dormido, y llegó a la habitación del rubio que estaba en un pasillo paralelo al de Inosuke.

Se encontraron con el profesor Uzui en el pasillo, estaba inquieto y con el celular en manos. Ya había amanecido, por lo que lo estaban esperando en la sala de reuniones de la academia junto a los oficiales. Mentiría si dijera que no estaba nervioso, se esperaba cualquier cosa en contra suya también. Se alivió al ver a Tanjirou junto a Giyuu y se acercó a ellos rápidamente.

— Zenitsu aún no despertó. Tengo que ir a dar mi testimonio al director y a los oficiales, me están esperando — explicó a ambos. Giyuu asintió y le prometió que cuidarían de Zenitsu mientras él no está. Tanjirou ingresó a la habitación apenas y el profesor de artes se hubo marchado, agradeciéndoles antes y diciendo que volvería lo más pronto posible.

El de cabellos burdeos se acuclilló para ver a su amigo y se sobresaltó al verlo abrir los ojos. — ¡Zenitsu! ¿Te encuentras bien? — preguntó. El rubio frunció el ceño, estaba tratando de enfocar su vista, además, sentía un gran dolor en la cabeza. 

— Me duele la cabeza... — murmuró, recorrió la habitación con los ojos y se reincorporó cuando vio al profesor Tomioka también allí. — ¿Estoy en el hospital? — preguntó haciendo una mueca. Tanjirou asintió.

— Sí... sucedieron muchas cosas... — respondió con una expresión fatigada. — Pero lo mejor sería que descanses un poco más, seguro pronto te darán de alta — comentó acariciando el cabello de su amigo. Zenitsu asintió y decidió dormir un poco más. Tanjirou soltó un largo suspiro y aceptó gustoso la taza de café que Giyuu le ofreció. 

Ya habían pasado unas cuantas horas y el profesor de artes no había vuelto, al igual que Sanemi. Inosuke ya estaba dado de alta, al igual que el rubio, quien ahora se levantaba a duras penas de esa cómoda cama. Giyuu y Tanjirou seguían con ellos, Kaigaku había llegado para buscar al rubio y llevarlo a casa, mientras que Inosuke ya estaba con su familia. Al parecer la reunión con los profesores y los oficiales aún no terminaba, según un mensaje que había recibido Tomioka, quien les avisaba que los chicos ya estaban saliendo del hospital.

Se despidieron de Inosuke y su cubeta que no soltaba por nada del mundo. Se había intoxicado y se prometió que nunca más volvería a tomar alcohol. Zenitsu estaba desconcertado, no comprendía qué hacía Inosuke también internado, buscaba explicaciones, pero parecía que todos estaban apurados. Tanjirou resopló, tenía mucho que explicar a sus amigos, prometió escribirles para poder hablar mejor de lo que había ocurrido y se despidió de ellos, Giyuu lo llevaría hasta su casa.

Kaigaku miraba de reojo a su hermanastro, no sabía si estaba en condiciones de viajar en moto, pero no había de otra. — Ten — dijo, pasándole un casco a su confundido hermano.

Zenitsu agarró torpemente aquel pesado casco y pensó que eso complicaría su estado. — ¿Es necesario? — preguntó con una mueca. El azabache asintió. — Pero siento que si me lo pongo, podría caer en pleno viaje debido a lo débil que se encuentra mi cuerpo — explicó. Kaigaku entornó los ojos.

— Sujétate bien y ya — sugirió con obviedad. El rubio entrecerró los ojos y aceptó a regañadientes. Seguía mareado y la moto sería su asesino si no se cuidaba. Se ubicó detrás de Kaigaku y se sujetó de su cintura, sintiéndose incómodo con esa posición.

— Esta no es la manera de tratar a un recién internado... — murmuró chasqueando la lengua. No tenía de otra que abrazar la espalda de su hermanastro.

Llegaron a casa y el rubio se apuró a subir a su habitación, seguía demasiado cansado, con hambre, pero el sueño era más fuerte. Se acostó en su cama con cuidado, el pecho le ardía y sentía un martillazo en la cabeza. Kaigaku lo dejó descansar, él volvería al hospital para cuidar a su abuelo. Su salud iba empeorando, ayer tuvo un ataque, que por suerte lograron reanimarlo, pero eso seguía sin ser una buena noticia. No quería comentarle nada al rubio, podría empeorar su estado. Él también estaba sufriendo.

Esperaba que Uzui pudiera defender a su hermano y que el director diera un castigo a sus 'amigos'. Luego se comunicaría con él. 

Team Iron Man

Cerdo afeminado:

— Chicos, me estoy muriendo

— Fue un placer estar con ustedes

— Se me cuidan

Tanjirou:

— Inosuke, ¿te encuentras bien?

— ¿Aún no dejas de vomitar?

Cerdo afeminado:

— Ya no sé qué quiere mi cuerpo de mí

— Sigo teniendo arcadas, vomito, pero no sale nada

— ¿Sabes cuánto me lastima eso?

— Moriré, pero sin arrepentimientos

Hey

¿Alguien me explica qué fue lo que pasó?

Hola, recién despierto y estoy demasiado confundido

Cerdo afeminado:

— Rubia, tú también tienes muchas cosas qué explicar

Tanjirou:

— Bueno, ¿te acuerdas del chico de la gasolinera al que Inosuke mató?

Sí, algo así

Tanjirou:

— Pues revivió y volvió

— No sé cómo pudo localizarnos

— Pero Inosuke tuvo una disputa con él

— Por suerte Sanemi actuó rápido y detuvo a ese loco

*Nunca lo sabremos*

Sanemi es un héroe

Wow

Tu héroe, Inosuke

¿Ya se lo agradeciste?

Cerdo afeminado:

— Ahora me entero de eso

— ¿Es cierto?

— De lo único que me acuerdo es que me puse a cantar una canción

Tanjirou:

— Sip

— Ambos tienen un héroe

— ESO ES LINDO <3

Cerdo afeminado:

— Vaya, eso sí que no me lo esperaba

— Esperen un momento

— Voy a ir a vomitar mi hígado

Ugh

¿Fue una buena noche o no?

Estoy desconcertado

Por cierto, ¿Uzui cómo está?

Tanjirou:

— Está en una reunión con el director y unos cuantos oficiales...

— Está bien, no sufrió ningún daño severo, creo

Hmm :/

Cerdo afeminado:

— Ya vine, estúpidas

— ¿Por cuánto vendo mi hígado?

 Inosuke

No

Cerdo afeminado:

— Con ese dinero podríamos ir a Disney

— ¿Qué dicen?

— Por cierto, ¿por qué estabas todo lastimadito?

— ¿Te tropezaste con un cubito de hielo en la choza de los pequeñines?

Ojalá fuera solo eso

Quiero ir a la choza de los pequeñines :c

Bueno, lo que recuerdo es que esa zorra de Ume y su psicópata hermano quisieron aprovecharse de mí

Fue un momento que prefiero no recordar

En fin, apareció Uzui

y me salvó

Cerdo afeminado:

— Aw, arriesgó su vida por ti

— Creo que ya encuentro finalmente el momento para usar mi metralleta.

Zenitsu e Inosuke tenían un justificativo de reposo por una semana, por lo que no irían a la escuela hasta mejorar. Eso sonaba aburrido para los dos, pero podían aprovechar para hacer muchas cosas. El rubio se sentía nervioso por la reunión de Uzui, quería saber cómo le había ido, sin dudas, una semana era demasiado tiempo sin poder verlo. Lo extrañaba y solo lo había visto ayer, ¿debería llamarle?

Uzui, por su parte, pudo lograr lo que quería. El director Ubuyashiki se sentía indignado con el comportamiento de sus dos alumnos, tenían pruebas que los incriminarían, además los testigos tenían demasiada influencia. Kyojuro ayudó a su amigo, Sanemi también, y Kaigaku había pasado aquella foto que Ume le envió para ver si servía como prueba, Uzui estaba agradecido con él. Esa foto reforzó su denuncia.

El director Ubuyashiki no tuvo de otra más que expulsar a Ume y Gyu de la academia, era un riesgo muy grande tenerlos aún hasta culminar el año. Además, no toleraba ese tipo de ataques. Decidió, también, suspender por unos cuantos días al profesor de artes por aquella disputa que tuvo dentro de la institución, pero solo era para seguir el protocolo. El profesor aceptó, eso le daría tiempo para reposar, además, no tenía cargo de consciencia, lo había hecho para proteger a su chico. El director agradeció eso, por suerte Tengen estuvo allí esa noche para detener ese acto de agresión.

Uzui salió de la academia satisfecho, recibiendo el apoyo de Kyojuro y Sanemi. Quería volver a ver a su chico, pero ya había salido del hospital. Se habían tardado en esa reunión más de lo que se esperaba. Decidió llamarlo para saber cómo se encontraba. Se subió a su auto y descansó en su asiento, sacó su celular y marcó aquel contacto llamado 'amor'.

— Tengen — respondió la persona detrás de la línea, dibujando una sonrisa en el rostro del albino. — ¿Cómo estás? — preguntó con voz adormecida.

— Amor, me encuentro mejor que nunca. ¿Y tú? ¿Te desperté? — se acomodó en su asiento.

— Me alivia saber que estás bien... No, hace un tiempo que desperté, pero estoy cansado... ¿Cómo te fue en la reunión? — tanteó, su curiosidad le picaba todo el cuerpo. Escuchó un suspiro y se preocupó.

— Fue más extensa de lo que esperaba, pero bien. Los hermanos recibirán su castigo y yo estoy suspendido por una semana... —

— ¿Suspendido? ¿Es algo de qué preocuparse? — el rubio volvió a entrar en crisis.

— La verdad que no, es por pelear dentro de la academia. Sabes, por más de que sea en defensa propia, uno siempre recibe un castigo, uno pequeño... — explicó, tratando de calmar a su chico.

— Está bien... Tengen, tienes que descansar. —

— Sí, me gustaría poder descansar a tu lado... — Zenitsu se ruborizó y sonrió.

— Tengo que estar al pendiente del abuelo, no puedo — respondió. Uzui suspiró.

— Está bien, solo cuídate y come bien... Yo lo haré del mismo modo. Espero verte pronto —

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