Capítulo IX
Equipo 'No homo'
Cerdo afeminado:
— ¿Hacemos algo o qué?
— El imbécil de Doma y mi hermosa madre no estarán en casa.
Tanjirou:
— ¿Adelantamos el proyecto de historia?
Por Dios, Tanjirou, es fin de semana
¿Crees que estaré haciendo tareas?
Tanjirou:
Sí
Cerdo afeminado:
— ¡Es sábado de bandidas!
— Aprovechen y vengan a mi casa
— hay mucha comida
Nunca fui a tu casa
Me emociona, sí
Cerdo afeminado:
— ¿Vendrás entonces?
— ¿ o qué?
— ¿Gonpachiro?
Tanjirou:
— Creo que podré ir
— Mi familia estará en casa así que no tengo pendientes
— ¿llevo algo?
Cerdo afeminado:
— Juguetes
Tanjirou:
— ¿Llevo los juguetes de mi hermanito?
JASJSJSJS
Es bien bandido pero no capta nada
Tanjirou:
— ¿Perdón?
— ¿Hablas de mí?
Cerdo afeminado:
— Se siente aludido
Jsjsjs
¿Invitamos a las chicas?
Cerdo afeminado:
— Ya no será noche de chicas si hay chicas
¡Eso no tiene sentido!
????
Tanjirou:
— Supongo que sería un poco incómodo
— Es una pijamada, ¿no?
Pijamada dice
¿Nos pintamos las uñas?
Llevaré esmalte
Cerdo afeminado:
— Tráelos
Tanjirou:
— ¿Llevo los juguetes o no?
Cerdo afeminado:
— Sí
Tanjirou:
— Es un poco raro
— Mi hermanito me miró raro cuando se los pedí prestado
Jaajajaaja
Serás genio
Cerdo afeminado:
— Los espero a las cinco de la tarde
Tanjirou:
— ¿Por qué tan tarde?
Es una pijamada
Cerdo afeminado:
— De noche las cosas son más interesantes
— Pasaremos por el deli antes
Cerdo afeminado:
— ¿Invito a Genya o qué?
Zenitsu se encontró con sus amigos en el mini mercado que quedaba cerca de la casa de Inosuke. Genya había dicho que iría directamente a la casa porque llegaría más tarde. Por lo que los tres se encontraban comprando las provisiones para su esperada pijamada..., o noche de chicas, como lo llamaba Inosuke. Era verano, por lo que aprovechaban el aire acondicionado en los pasillos, quedándose unos momentos de más hablando allí. Inosuke decidió hacer un video para su instagram, por lo que empezó a hacer algunos trucos con las botellas para que estas cayeran de pie. Retó a Zenitsu, quien solo le siguió el juego.
— A este truco le llamo decepcionar a mi mamá — dijo el de hebras azuladas mientras se metía dentro de los carritos para niños y era empujado por Zenitsu. El rubio perdió el control y cayó, dejando a Inosuke a su suerte, quien terminó estrellándose entre los demás juguetes. Tanjirou estaba grabando, pero al prever lo que pasaría, empezó a correr hacia otra dirección, escapándose de ellos sin haber apagado la cámara. — Ay, virgencita santa que estás en los cielos, santificado sea tu nombre — rezaba mientras seguía corriendo.
Finalmente salieron de ahí luego de que arreglaran y limpiaran todo lo que habían hecho. Pudieron comprar algunas cosas, como bebidas y limones. Tanjirou no tenía idea de por qué compraron limones — ¿Nos comeremos los limones? —
— Qué loquillo — rió Inosuke.
Llegaron a la casa de Inosuke, ingresaron y empezaron a fisgonear todo lo que había. Era bastante acogedora y espaciosa, tenía muchas decoraciones extrañas, como animales disecados y cabezas de osos. Una gran espada estaba puesta en la pared que llevaba a la cocina. — Me lo imaginaba — murmuró Zenitsu.
— ¿Y? Bienvenidos a mi jungla — Inosuke abrió los brazos y dio una pequeña risa. — Pero aún no conocen mi cueva. — ¡Vengan! — jaló a sus amigos y se los llevó hasta su habitación.
Tanjirou y Zenitsu veían curiosos todo lo que había, ahora estaban siendo arrastrados en la escalera. Inosuke abrió la puerta de su habitación y los lanzó al interior.
— Hey, ¡auch! — se quejó Zenitsu, que al rato saltó del susto al chocar con un oso disecado — ¡ES UN OSO! ¡TANJIROU! ¡UN OSO DE VERDAD! —
— Wow — Tanjirou se acercó a pasos apresurados hasta aquel monumento — ¿Es real? — preguntó sorprendido — ¿Es de verdad? — dejó que sus dedos recorrieran ese pelaje pardo.
— Sip, directamente del bosque — respondió Inosuke con orgullo.
— ¡¿POR QUÉ DEMONIOS TIENES ESTÁS COSAS?! ¡¡Siempre creí que estabas loco pero guardaba la esperanza!! —
— Monitsu, ¡No te metas en mis asuntos! — dijo Inosuke mientras tomaba a su amigo rubio del hombro y lo sacudía. — Ten — le dijo pasándole una cabeza de jabalí.
Zenitsu soltó la cabeza rápidamente y volvió a gritar con histeria — ¡DEMONIOS, INOSUKE! — dijo antes de caer al suelo teniendo un pequeño desmayo. Tanjirou se acercó a su amigo sentándose en el suelo. Esperó unos segundos y pasó el alcohol en gel debajo de la nariz del rubio. Por suerte tenía un paquetito de esos en la mochila, lo usaba como colgante en uno de sus bolsillos.
Con el rubio ya reincorporándose se sintieron más tranquilos. Zenitsu se fijó en sus amigos hasta que un profirió otro grito al ver nuevamente la cabeza de jabalí. — ¡¿Qué diablos te sucede a ti?! ¡Tanjirou! ¡¿Inosuke tiene cabeza de cerdo?! ¡Lo sabía! ¡Ahora tiene sentido que lo llamen cerdo! —
— ¿A quién llamas cerdo? ¡¡Maldita sea!! — Inosuke se lanzó sobre Zenitsu, quien ya se encontraba llorando. Tanjirou acomodó sus cosas en la repisa y sacó algunos juguetes. Inosuke y Zenitsu pararon su pelea al ver cómo su amigo sacaba esas cosas de su mochila. Se escucharon unas carcajadas repentinamente, asustando al de cabello burdeos. — ¿En serio trajiste los juguetes de tu hermano? — Inosuke se acercó corriendo. — ¡Déjame verlos! — pidió mientras le arrebataba un muñeco.
— Ustedes me dijeron que trajera juguetes — dijo con confusión.
— No ese tipo de juguetes, tonto. — rió Zenitsu.
— ¿Entonces qué tipo de juguetes? — preguntó Tanjirou con el ceño fruncido.
— ¡Yo traje los esmaltes! — exclamó el rubio cambiando intencionalmente la conversación. Se acercó a su mochila y sacó cinco esmaltes de distinto colores. — ¿Nos pintamos o qué? —
— ¿No esperaremos a que llegue Genya? — Preguntó Tanjirou acercándose a su amigo rubio, tomando unos cuantos en sus manos. — Me gusta este verde — opinó con una sonrisa.
— ¡A VER! — Inosuke, quien estaba observando los juguetes que trajo su amigo, se aproximó a ellos. — Son de buena calidad. ¿Le pedimos a Genya para que traiga maquillajes? —
— ¿Para qué el maquillaje? — Tanjirou lo miró confundido.
— ¡Obvio que para pintarnos! — exclamó Zenitsu. — ¿Que tu mamá no tiene algunos? — se dirigió a Inosuke.
— Sí, cierto. Iré a buscarlos. — Tanjirou y Zenitsu aprovecharon para cambiarse de ropa y ponerse el pijama. Decidieron usar unos haoris, que les resultaban más cómodos, por lo que era lo único que tendrían puestos junto con unos shorts.
Se sentaron en la cama de Inosuke para esperarlo, pero como tardaba demasiado, decidieron empezar a pintarse las uñas. — ¿Solo verde o lo combino con otro color? — preguntó el rubio mientras le pintaba las uñas a Tanjirou.
— El negro estaría bien. — respondió con la mirada fija en los colores.
— Me lo imaginaba... — respondió Zenitsu concentrado. Pintaba intercalado, una uña verde y la otra negra. Recordó vagamente que el profesor Uzui también tenía las uñas pintadas, ¿de qué color eran? se preguntó internamente.
— ¡Hey! ¡¡¿Cómo que empiezan sin mí?!! — Inosuke entró corriendo a la habitación y se lanzó a la cama, moviendo a sus dos amigos. — Traje el maquillaje — dijo mostrándoles un maletín.
— ¡No seas tan bruto! — se quejó el rubio mientras pasaba el algodón a un dedo de Tanjirou, que estaba completamente manchado a causa del brusco movimiento de Inosuke.
Inosuke solo ignoró eso mientras veía cómo el rubio pintaba muy concentrado. Bajó nuevamente de la cama al escuchar el timbre de la puerta. — Debe ser Genya — dijo mientras salía de la habitación. Zenitsu había terminado de pintar las uñas de su amigo, por lo que ahora se estaba pintando él solo las uñas de la mano izquierda.
— ¿Por qué nunca podemos usar las dos manos por igual? Es decir, una tiene mejores movimientos que la otra. — Zenitsu se refería a lo difícil que solía ser pintar con la mano izquierda.
— Supongo que solo hace falta entrenamiento — respondió Tanjirou a la vez que soplaba sus uñas para que secaran más rápido.
Genya ingresó a la habitación junto a Inosuke, los saludó y se acercó a ellos. Quedó descolocado al ver que se estaban pintando las uñas, ¿por qué hacían eso? Se preguntó. Creyó que iban a juntarse para ver películas o algo, pero llegar y encontrarse a los tres pintándose las uñas con colores llamativos, con un maletín de maquillaje a un costado y vistiendo unos pijamas poco masculinos... ¿Eso eran juguetes? Sus ojos miraban con espanto todo lo que había a su alrededor. — ¿qué hacen? — preguntó quedamente.
— Nos pintamos las uñas — respondió el rubio con paciencia. — Elige un color — le propuso mientras seguía concentrado en la pintura roja sobre sus uñas. — Inosuke, ¿me pintas el lado derecho? — pidió a su amigo, quien asintió y se sentó a trabajar.
— Ok..., ahm, traje algunas películas — dijo Genya aún portando una expresión de sorpresa.
— Qué bueno, Genya san. — respondió Tanjirou — ¿Son románticas? —
Qué demonios estaba pasando, Genya no sabía qué cara poner. No se esperaba esto, ¿realmente era esto lo que hacían cuando se juntaban? ¿películas románticas? No sabía si unirse o inventarles una excusa. Al ver el rostro inocente de Tanjirou decidió darles una oportunidad... ¿Qué tan malo podría ser? — No, son de terror — respondió. Se sentó junto a Tanjirou y lo observó fijamente. — Creo que iré al baño a cambiarme — dijo para levantarse nuevamente llevándose la mochila con él.
— Está bien, no te tardes — Tanjirou le dio una sonrisa.
— ¡Inosuke! ¡No te salgas del borde! ¡Aaahhh! — reprendía el rubio a su amigo.
Genya salió con una camiseta y unos pantalones. Se acercó a ellos y se sentó al lado de Zenitsu e Inosuke, observando las uñas rojas del rubio. — Te puedo ayudar a pintártelas — se ofreció Tanjirou. Genya se alarmó, ¿qué diría su hermano si se enterara que hacía estas cosas con sus amigos? No pudo objetar, pues Tanjirou ya estaba con el pincel en sus dedos. — Oh, no te pregunté qué color quieres —
— El negro está bien — respondió sin pensar mucho. Tanjirou empezó a pintarle las uñas, no se veían tan mal... Terminó por soltarse con más tranquilidad, sabía que Tanjirou podía sentir lo tenso que estaba, solamente no lo había mencionado. Ahora veía sus uñas negras con admiración.
— ¡Me falta a mí! — exclamó Inosuke — ¡Quiero el azul! — por poco y no hacía un berrinche al ver que nadie se ofrecía a ayudarlo. Zenitsu aún esperaba a que la pintura se secara, al igual que Genya, por lo que Tanjirou se acercó a ayudarlo.
Había papas fritas, botellas y muchas galletitas desperdigadas por el suelo y la cama. La cama estaba desordenada y la música sonaba intensamente. Zenitsu se pasaba un labial rojo sobre sus labios frente al espejo, dando pequeñas pausas para cantar al tiempo de la canción. — Y quiero eso eso eso eso eso, eso es lo que quiero — canturreó mirando el reflejo de su amigo desde el espejo. — Noches color rosa, labios que provocan la la lolita — Inosuke entonaba el coro mientras se pintaba las pestañas. — ¡Soy tu perdición, te rompo el corazón la la lolita! — Tanjirou prosiguió enérgicamente, pasando rubor a su mejilla. — AYAYAYAY LOLITA — Cantaron los tres al unísono observando sus reflejos. Genya estaba parado sobre la cama con una botella en una mano y su teléfono en la otra.
Inosuke había vertido algo en las bebidas de sus amigos, asegurándoles que no era nada malo y que ese líquido serviría para animar más la pijamada. Zenitsu aceptó luego de hacerle jurar de que no se trataba de lejía.
Tanjirou finalmente pudo entender el propósito de los limones, al ver que su amigo los metía en rodajas dentro del vaso. Una bebida transparente..., al ver que le echaba su bebida cítrica favorita, aceptó. El primer sorbo le disgustó, pero siguió bebiendo hasta quedar un poco mareado.
— ¿Y si jugamos a verdad o reto? — propuso Inosuke.
— Ese juego es muy común — opinó el rubio mientras seguía observándose en el espejo — tendría más sentido si Nezuko chan y las demás chicas estuvieran aquí — dijo con decepción.
— Ya te dije, rubia, no sería noche de chicas si hubiera chicas. —
— Pensaba en invitar a las chicas — declaró Genya — Es decir, supongo que sería más divertido. Aunque ahora veo que sería innecesario... — murmuró al ver los rostros maquillados de sus amigos.
— Supongo que podemos hacerlo... — Tanjirou apoyó a su amigo. — Hablo del juego — dijo al ver el rostro iluminado de Zenitsu.
— Ustedes son muy aburridos... — el rubio les dio una mirada agotada.
Los cuatro se sentaron en círculo sobre la cama, con la bebida en manos. — Bien, ¿quién inicia? — preguntó Inosuke dando un sorbo de su bebida.
— ¿No necesitamos una botella? —
— ¿Para qué o qué? — Inosuke preguntó. — ¡Monitsu! ¡Te reto a confesarnos que piensas en el profesor delincuente! — exclamó señalando al rubio, quien se sobresaltó por el repentino grito de su amigo.
— ¡HEY! ¡¡¡El juego no es así!!! — reclamó el rubio. — ¡Ni si quiera me preguntaste las opciones! —
— ¡A nadie le importa las opciones! — afirmó estampando su puño en la almohada. — Anda, confiesa — presionó.
— ¡Inosuke! No seas tan duro con él — pidió Tanjirou — ¿Por qué no empezamos de a poco? — sugirió. — Bien, Zenitsu, ¿te acuerdas de cuando Inosuke llegó a la escuela? — preguntó con burla.
— ¡Hey! ¿Es que ustedes quieren humillarme, no? ¡Me invitaron a esta pijamada solo para burlarse de mí! — exageró indignación.
— No seas dramática, Monitsu. Ya suelta el chisme —
— Pasa que cuando te vimos por primera vez, Zenitsu creyó que eras una chica, por lo que se enamoró a primera vista de ti hasta que te desprendiste la camisa en plena clase, mostrándonos tus pectorales... — confesó Tanjirou dejando a los tres con la boca semi abierta.
— ¡¿QUÉ?! — Inosuke se alteró — ¡¿Qué demonios tienen en contra de mi rostro?! ¡Demonios, Monitsu! , ¿y ahora cómo te veré a la cara? — dijo dirigiéndose a su amigo rubio.
— JA. Te tenía ganas — agregó Genya que miraba con diversión la escena.
— ¡NO FUE MI CULPA! ¡Ahh! — se excusó mientras recibía la mano de Inosuke sobre su cara — ¡Maldición! ¡Eres una chica muy agresiva! — exclamó al sentir cómo la mano hacía presión y lo empujaba hacia atrás.
— ¡¿A QUIÉN LLAMAS CHICA, IMBÉCIL?! — Inosuke se lanzó encima del rubio para empezar a forcejear.
— Fue inevitable — Tanjirou se interpuso para separar a los dos — ¡No fue su culpa! —
— ¡¿Tú también me llamas chica?! — se giró en dirección a Tanjirou con un aura negra.
— ¡No! Es decir, ¡tienes un lindo rostro pero... — no sabía qué decir, por lo que decidió cambiar de tema — ¿Y si hablamos de otra cosa? — preguntó al sentirse culpable de la pelea entre sus amigos.
Inosuke se había separado del rubio, quien tenía un recuerdo de la mano de él en el rostro. — ¿Qué no era un juego de verdad o reto? — preguntó Genya.
— No, ahora es de confesiones — dijo Inosuke. El alcohol le estaba haciendo efectos, por lo que lanzó una risa a la nada. — Bueno, a ver... Ya sabemos que a Tanjirou le gusta el profesor Rengoku. —
— ¡¿Qué?! — exclamó un sorprendido Genya a la vez que se giraba a ver al mencionado.
— Ah, no lo sabías. Ahora ya lo sabes... — Inosuke respondió pasándole otra botella.
— Ehhh, bueno, yo... — Tanjirou se sentía expuesto nuevamente.
— No es necesario que te expliques — respondió el rubio. — ¿No creen que sería divertido enviar una foto de Tanjirou al profesor? — solicitó con sorna.
— Espera, ¿son novios? — Genya aún no comprendía.
— ¡NO! — Negó Tanjirou.
— Pero quieres ser su novio — respondió el rubio picándole el brazo con un dedo. — Anda, será divertido... — infló las mejillas.
— Rengoku san siempre va a mi casa para juntarse con mi hermano — dijo Genya. — Seguro está con él ahora, ya que es fin de semana... —
— OOH, debimos haber hecho la pijamada en casa de Genya — se decepcionó Zenitsu.
— ¿Y si invitamos a los profesores? — propuso Inosuke.
— Alto ahí, vaquero. ¿Cómo que a LOS profesores? — objetó el rubio. — Aquí solo está involucrado un profesor —
— Sí, cómo no — dijo rodando los ojos.
— Le escribí a mi hermano y me confirmó que Rengoku san está en su casa, además de otros profesores. —
— ¿También tienen una pijamada? — preguntó Tanjirou con inocencia.
— Pffff — Inosuke escupió su bebida para reír con ganas ante la confusa mirada de Tanjirou — ¿Y si hacemos una videollamada? —
— ¿Quiénes son los otros profesores? — preguntó Zenitsu con interés, acercándose a Genya para mirar su conversación con Sanemi sensei.
— ¡Qué interés, Monitsu! ¿Es que te gusta algún otro profesor? ¿O también quieres a Rengoku sensei? —
— Hey — Tanjirou reprendió a su amigo rubio, quien se encogió de hombros.
— No me gusta tu novio, Tanjirou. Además, ¡sólo preguntaba! —
— A mí se me hace que eres marica. — opinó Inosuke.
— ¡¿Qué diablos, Inosuke?! — exclamó tirándole una almohada.
— Ah, aún no me dice con quiénes está, me cuestiona por qué tengo interés en saberlo... — dijo Genya al ver los mensajes agresivos de su hermano.
— A VER — Inosuke se acercó pegando su rostro por la pantalla del celular. Lanzó una carcajada al ver cómo Sanemi sensei llamaba 'imbécil' a su hermanito. Genya apartó su teléfono apenado.
— Pues — continuó — supongo que Uzui y Giyuu están con ellos. Después de todo siempre los veo juntos..., aunque mi hermano no se lleve tan bien con Tomioka sensei. —
— ¿Uzui? — Zenitsu preguntó como efecto rebote. Luego se acomodó sobre la cama, tapándose el rostro con una almohada al darse cuenta de que no lo dijo mentalmente.
— ¿Conque Uzui, eh? — se burló Tanjirou.
— ¡Cállate! Solo lo mencioné, ¡¿por qué tienen que malinterpretar todo lo que digo?! — exclamó.
— ¿Quieres hablar sobre ello? — se ofreció su amigo.
— ¿Por qué querría hablar sobre él? O sea, no hay nada. No tiene sentido — habló apresurado y con un sonrojo en sus mejillas. — Solo lo conocemos hace unos días. —
— Sí, pero eso no significa que puedas estar interesado en él... — expresó Tanjirou, queriendo dar apoyo a su amigo.
— ¡No entiendo por qué la manía de molestarme con él! — el rubio se tumbó boca abajo.
— ¡Hola, hermano! — habló un nervioso Genya, llamando la atención de Tanjirou y Zenitsu.
— ¿Qué diablos quieres, imbécil? — respondió en voz resonante — ¿Qué no estabas con tus estúpidos amigos? —
Tanjirou, Zenitsu e Inosuke lo miraron con el ceño fruncido y la boca semi abierta. ¿Los llamó estúpidos? — ¡Sanemi san, no llames así a los chicos! ¡No seas tan agresivo con él! — reclamó alguien en el fondo. — ¡Oh! ¡Hola, Genya san! — saludó Rengoku, quien aparecía en la pantalla.
— ¡Rengoku sensei! — exclamó involuntariamente Tanjirou al escuchar la voz de su profesor preferido. Se tapó la boca y se sonrojó intensamente.
— ¡No te reprimas, Tanjirou! — animó el rubio empujando a su amigo con diversión.
— Ahh, hola, Kyojuro san — saludó Genya mientras miraba de reojo a sus amigos. — Aquí hay alguien que quiere saludarlo... — respondió.
Tanjirou estaba forcejeando con Inosuke y Zenitsu, quienes lo estaban reteniendo para que no se fuera a ningún lado... hasta que la pantalla giró y vio el rostro de su sensei. — ¡Kamado san! —
El de cabello burdeos ya veía la luz al final del túnel. Sentía cómo todo su rostro se calentaba ¡hasta podía decir que le salían humo por la orejas! Se sintió demasiado debilitado, pero, antes de que se desmayara, Inosuke le hizo beber de su vaso forzosamente. Zenitsu lo veía alarmado, ¿le había metido alcohol sin su consentimiento? Quedó boquiabierto mientras miraba al de hebras azuladas. — ¡Resiste, Tanjirou! —
Rengoku se alarmó al ver la escena y se apresuró en hablar — ¡Kamado san! ¿Te encuentras bien? Espera, ¿estás maquillado? — preguntó al ver el rostro de su alumno.
— ¡Hola, Rengoku sensei! — saludó Tanjirou acercándose a la pantalla — ¿Cómo estás? — preguntó con una sonrisa demasiado ensanchada y con un tic en el ojo izquierdo.
— ¡Pues bien! — exclamó con efusividad y sin aún comprender por qué su estudiante estaba maquillado. Iba a hablar nuevamente, pero sintió cómo una mano le apartaba de la pantalla. Tanjirou se sobresaltó al ver a su profesor desaparecer. — ¿Maquillado dices? — preguntó otra voz, quien se había puesto frente a la cámara. — ¡Oh! Pero si es nuestro estudiante, ¿no? —
Zenitsu tuvo un tic en el ojo al escuchar esa melosa voz, por lo que lentamente iba rodando por la cama para bajarse sin ser descubierto, ocultándose debajo de esta. — ¡Uzui sensei! ¿Cómo le va? — preguntó Tanjirou con entusiasmo. Quería seguir viendo a su profesor preferido, pero tampoco estaba tan mal jugar con su amigo rubio. Se giró para buscarlo pero no lo vio.
— ¿Estás maquillado, Kamado? — preguntó con curiosidad al ver los labios rosados y el rubor en el rostro del niño. Rengoku se había pegado a Uzui para volver a aparecer en la pantalla.
— ¡Ah! — exclamó al ver nuevamente a su sensei preferido — Yo..., pues sí... — dijo pasando su mano sobre su rostro. — Un poco, solo estábamos jugando. — terminó y sintió cómo Inosuke se pegaba a su rostro.
— ¡Hey! Pero si son los viejos — exclamó. Tanjirou se sobresaltó y le reprochó con la mirada.
— ¿Viejos? — Uzui se veía abatido mientras que Rengoku solo reía. — ¡Hey, Hashibira san! — saludó con entusiasmo — ¿conque están en una pijamada? —
Genya aprovechó que sus amigos estaban con su teléfono para ir a traer más bebidas. Su hermano estaba en la misma situación, se sentía molesto porque su hermano había interrumpido su reunión con sus amigos, quienes eran unos idiotas para perder tiempo con unos chiquillos. Pensaba todo eso mientras traía más alcohol.
— ¡Hey! ¿Dónde está Monitsu? — preguntó Inosuke buscando a su amigo — ¡Monitsu! ¡Tu profesor favorito está en la pantalla! — llamó mientras dejaba solo a Tanjirou para levantarse a buscar a su amigo.
— ¿Monitsu? — preguntó Rengoku lanzando una risa.
Tanjirou también se preocupó por su amigo, así que giró la cámara para ayudar a buscar a su amigo. Mientras tanto, los profesores podían ver la escena que estaban haciendo. Inosuke había encontrado a su amigo, ahora lo estaba estirando del brazo, forcejeando para que saliera de debajo de la cama.
— ¡Déjenme! ¡Auch! ¡Inosuke, eres muy bruto! — se quejó con su amigo. Se levantó y observó la pantalla. Se sonrojó de sobremanera al ver los rostros de sus profesores, quienes lo miraban con diversión. En realidad, se estaban matando de la risa ante la cómica escena que estaban haciendo sus alumnos. — ¡Tú! ¡Tanjirou! ¡Lo haces intencionalmente para exponerme a la humillación! — reclamó a su amigo de cabellos burdeos. Este se alarmó y cambió de nuevo la dirección de la cámara. Se escuchaba las risas de sus profesores ante las disculpas que estaba pidiendo Tanjirou a su amigo, buscando tranquilizarlo.
— Siempre exageras, Agatsuma san — canturreó el albino. Tanjirou volvió a mirar la pantalla con una sonrisa nerviosa ante la aproximación de su amigo rubio — ¿Cómo es eso de que solo Rengoku es el único profesor preferido? — preguntó con indignación.
— ¡No es eso, Uzui sensei! — Tanjirou se apresuró en responder. — Usted también es un buen profesor. — halagó.
— ¡Kentarou! ¡No seas golosa para querer llevarte también al profesor preferido de Monitsu! — reprochó Inosuke. Zenitsu reaccionó tarde, que ya había pegado su rostro al de Tanjirou para mirar a los profesores. Se apartó nuevamente de golpe al ver la sonrisa ladina del albino y la expresión boquiabierta de Rengoku hacia su compañero de al lado.
— ¡INOSUKE! — le lanzó todas las almohadas que tenía a su alcance.
— ¿A dónde vas, Agatsuma san? — preguntó Uzui con diversión. — Me halaga ser tu profesor preferido. Aunque a decir verdad, creí que me odiabas. — Rengoku le codeó el brazo y lo miró con complicidad.
— Vaya, Uzui san, quién lo diría. — rió con ganas. — Ahora, chicos, me dirán que no están tomando alcohol, ¿cierto? —
— ¡Profesor! — Tanjirou se alarmó. — Para nada, nosotros no necesitamos de alcohol para divertirnos. — respondió.
— ¡Así se habla, Kamado san! —
Zenitsu regresó a la pantalla y observó la mirada curiosa de su profesor. — Nunca dije que fueras mi profesor, preferido — dijo tajante. Uzui se ofendió y lo miró con el ceño fruncido.
— ¿Entonces quién es tu profesor preferido? — preguntó levemente enfadado.
— Tomioka sensei — respondió sin razonar.
— ¿Giyuu? — preguntó con confusión. Giró su rostro. — Tomioka san, creo que te hablan a ti — dijo a un costado.
Tanjirou y Zenitsu se asombraron al ver al profesor de educación física con ellos, este solo miró la pantalla con desinterés. — ¿Por qué demonios están maquillados? — reprendió a sus estudiantes.
Inosuke y Genya se acercaron también luego de un momento, pues el de hebras azules fue a revisar si había pasado algo con Genya, ya que no había vuelto. Lo encontró tratando de decidir qué botella beber.
— Pero si se ven lindos — respondió Rengoku con una sonrisa, sonrojando a Tanjirou y haciendo que Zenitsu chasquee los lengua. Uzui miraba con indiferencia, se había sentido humillado al escuchar esas palabras del chico rubio, pero lo miraba de vez en vez para admirar su rostro maquillado.
— Hm — fue lo único que respondió Giyuu para volver a lo suyo, volteando el rostro y bebiendo de su vaso. Sanemi se había acercado para quitarles el celular. Ya había pasado harto tiempo tonteando con sus alumnos.
— ¡Profesor Uzui! — exclamó Inosuke — Quería hacerle un pregunta — dijo levantando el brazo tal cual pidiendo permiso para hablar.
— Hazla — respondió reincorporándose en su asiento por la duda.
— Verá, ¿qué piensa de nuestro Monitsu? — preguntó directamente a la vez que recibía otro golpe con la almohada, esta vez con más fuerza que lo tumbó en la cama.
Uzui se sobresaltó al ver cómo su estudiante era golpeado con la almohada por el rubio. Sonrió de lado al ver el comportamiento que adoptaba ese chico cada vez que lo metían a él en medio. — ¿Vas a negar que soy tu profesor preferido? — preguntó dirigiéndose al rubio.
Zenitsu no sabía qué responder, por lo que lo miraba con la boca abierta y con un sonrojo aumentando de color en sus mejillas. Desvió la mirada al suelo, se sentía tan expuesto. — Aún no tengo una idea clara sobre ti — finalmente respondió.
Uzui rió y lo miró con más interés — Está bien, total, aún nos faltan muchas clases — respondió esperando que el rubio volviera a mirarlo. — Aún te cuesta mirarme a los ojos para hablar. —
— ¡Me molesta tu cara! — exclamó levantando la mirada y con los labios fruncidos. Ante la escandalosa risa de su profesor, se sintió más rabioso.
— Respondiendo a la pregunta de tu amigo... — pausó para ver la expresión del niño rubio, quien lo estaba mirando atento. — Creo que eres un chico problemático, llorón y cascarrabias... — rió al ver cómo este desviaba la mirada — pero, eso es lo que te hace extravagante. — finalizó dándole un guiño y una sonrisa burlona cuando Zenitsu volvió a mirarlo.
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