Capítulo IV
Al finalizar las demás clases, que no tuvieron nada que destacar, se despidió de sus amigos en la entrada. Les dijo que les iba a estar escribiendo en la tarde y les explicó que tendría que encontrarse con Yushiro para que este pueda asesorarlo en su nuevo puesto. El mencionado no tardó nada en acercarse a él y le explicó brevemente el concepto de 'prefecto', entregándole una hoja con todas las tareas que tendría que realizar. Zenitsu ni tuvo tiempo para saludarlo, ya que ahora solo veía su silueta a lo lejos. Dio un suspiro y observó la hoja. No había nada que no pudiera entender, excepto las ubicaciones. Se dio cuenta que no conocía su instituto por completo. — Genial, ahora tendré que recorrer como turista — pensó agotado, eso sería estresante. Según las indicaciones de Yushiro, tendría que llegar más temprano de lo habitual para evaluar a los estudiantes. Hmm, ¿tendría que dormir más temprano? — asintió, acomodando su agenda mental. — También tendría que reportar a los estudiantes que incumplan las reglas... — eso es una tarea difícil... — Sip, ahora sería un viejo gruñón. Quedó allí parado por unos minutos más mientras miraba un punto fijo. Su neuronas aún no podían unirse, por lo que se imaginó a Inosuke y Tanjirou bailando 'baby shark'. ¿Se estaban burlando de él? Frunció el ceño. ¿Por qué baby shark? Se enfadó.
— ¡Hey! — se sobresaltó echando su mochila. Esa voz nuevamente, ¿acaso la desgracia se enamoró de él? No podía creer que le pasaran esas cosas, la psicología inversa sí que funcionaba. Cuánto más quería alejarlo, más lo atraía. ¡Estúpida teoría! — Perdón — escuchó una pequeña risa — Me la paso asustándote, o eres muy miedoso por naturaleza. Apuesto a que hasta una hormiga te asusta — dijo en juego con una expresión divertida, ubicándose a un lado de él.
— De todos a los que puedo encontrar... — murmuró levantando su mochila. Alzó la vista y lo vio a los ojos. ¡Era enorme! Creyó que había exagerado en clases, pues aquella vez se encontraba sentado, y era obvio que el hombre pareciera una montaña, pero ahora... — Espera, ¿te burlaste de mí? — preguntó entrecerrando los ojos. — Sabes que puedo delatar tu agresivo lenguaje junto al director — amenazó.
— Creo que estás exagerando, niño — entrecerró los ojos y apartó la mirada — ¿Tanto te molesto? — preguntó mirando el horizonte por unos segundos para luego volver a posar su mirada en aquel chico, al verlo allí con cara de pocos amigos, entendiendo su silencio, volvió a preguntar — ¿Qué haces todavía por aquí? —
— Tenía cosas que hacer, pero ahora ya me voy — dijo acomodando su mochila en sus hombros. Dio un suspiro, suponía que debía devolverle la pregunta por educación, pero le costaba tanto, la verdad que no le interesaba mucho. — Hmm, ¿y usted? — preguntó involuntariamente, bajando la mirada a sus pies, jugando con las manos sobre las tiras de su mochila.
— Pues, estoy esperando a mis compañeros — respondió con calma — Ya sabes, a los demás profesores. Nos vamos juntos. — finalizó mientras recorría con la mirada curiosa a aquel chico. Se mordió la mejilla interna mientras observaba esa extraña melena. — ¿Es natural? — preguntó al ver que el chico no se iba aún.
— Si hablas de mi cabello, sí. — respondió sin ganas.
— Qué extravagante... — opinó al ver que no solo era rubio, sino que tenía mechas naranjas. Asintió y ladeó la cabeza, examinándolo. Era un niño bastante peculiar. Tenía la mirada taciturna y los ojos; dorados. — interesante — se dijo a sí mismo.
— Tu cabello tampoco es normal — dijo, y Uzui hizo una mueca ofendida ¿El niño pensaba que era anormal, acaso? — Es decir, no es común como el de Inosuke — se rió internamente al escuchar cómo llamó común a su propio amigo. Pero si de común no tenía nada, la belleza que tenía era inefable.
— Bueno, es natural... El profesor Sanemi también tiene un color similar. — dijo recordando a su amigo.
— ¿Él es teñido? — preguntó Zenitsu con curiosidad. — Su hermano no se parece mucho a él. — pensó en Genya. — Uno de ellos debe ser adoptado — afirmó con los dedos en sus labios, como buscando una respuesta a esa hipótesis.
Uzui se carcajeó al escuchar lo dicho por el rubio. Era un chico con sentido del humor, al menos, solo había visto su faceta de niño miedoso. Le dio unas palmaditas a la cabeza rubia mientras seguía sonriendo. — A de saber quién es el adoptado. La verdad que nunca me lo había planteado. — confesó.
Zenitsu lo miró con el ceño fruncido al sentir la mano revoltosa en su cabeza, pero seguía con una sonrisa. El profesor, viéndolo así, no parecía tan presuntuoso. Uzui bajó la mirada para verlo, a lo que el rubio la desvió rápidamente mientras sentía cómo sus mejillas empezaban a calentarse. Oh, no. Siendo el profesor muy observador, no podía dejar que lo viera avergonzado. Finalmente decidió irse. Se apartó de Uzui y se despidió velozmente con una reverencia. Ni siquiera pudo mirarle a los ojos, solamente salió disparado de allí.
Ya a una distancia considerable, se detuvo por unos momentos. ¿Qué acababa de pasar? Se preguntó internamente. Había tenido una agradable charla con Uzui sensei. Llevó sus manos para cubrirse el rostro y sintió el calor en sus mejillas. ¿Le había dado fiebre? Eso quería creer, pero la realidad era otra. El profesor seguía siendo una persona tan intimidante. ¿Era él consciente de eso? ¿O acaso era su apariencia lo que le intimidaba? Si bien, su estatura sí que atemorizaba a cualquiera. Sus ojos son de un color violeta intenso y las pestañas largas le daban una mirada más felina. Era imposible olvidar lo penetrante que era ¡Es obvio que no podría aguantarle la mirada! ¡Le estaba dedicando tanto tiempo a él! — Suficiente — se dijo — demasiadas emociones y pensamientos para hoy. — decidió cortar con ese terrible debate interno.
Caminó unas cuantas calles más hasta que llegó a su casa. Al entrar encontró a su abuelo barriendo la sala, lo saludó y se ofreció a ayudarlo. La verdad es que no quería hacerlo, trabajar con las tareas del hogar luego de un día intenso, solo terminaría acabando con su joven vida. ¡Pero es que el viejo siempre tenía que estar esforzándose a pesar de su condición! Y no quería entender ninguna palabra que el doctor le había dicho, por lo que si Zenitsu no estaba en casa, él se ponía hasta a limpiar el techo. — Estos abuelos — pensó con la escoba en manos.
Al terminar sus labores que incluían preparar la cena, se fijó en el reloj. Se sorprendió de sobremanera al darse cuenta de lo tarde que era. Con pasos pesados se dirigió a su habitación y se metió a la ducha. Una vez que dedicó tiempo a cuidar de su belleza, se acostó en su cama. — Te extrañé tanto — dijo mientras daba vueltas abrazando una almohada — cuando te veo me replanteo si necesito casarme con Nezuko chan o contigo. — confesó aspirando el olor a lavanda de la almohada.
Un ruido le dio un ligero susto. Era un mensaje. Tomó su teléfono que hace horas que no veía puesto que el instituto no les permitía utilizarlo en clases. Y estuvo bastante ocupado, al parecer, en los recesos para poder revisarlo.
Equipo 'no homo'
Cerdo afeminado:
— Hey, creo que Monitsu desapareció de la faz de la tierra. ¿Crees que es hora de que llame a la policia?
— Cierto
— Toman la denuncia 24 horas después de la desaparición...
*Hijole, creo que no se va a poder*
*Adios, vaquero*
Tanjirou;
— No creo que sea un buen tiempo para bromear...
Cerdo afeminado:
— Pero si no estoy bromeando, Gonpachiro.
— Arghhhh, cómo me cuesta escribir tu nombre
— ¡el corrector automático no funciona!
Tanjirou:
— Tal vez sea porque no es mi nombre 🙄
— Ha visto mi mensaje hace unos segundos.
Cerdo afeminado:
— PERSONA QUE LEE NUESTROS MENSAJES, SI ERES EL SECUESTRADOR DE MONITSU, LE COMENTO QUE ÉL TIENE SIDA.
Tanjirou:
— INOSUKE
— !!!!
Chicos, no estoy muerto...
Creo que me tardé más de lo que esperaba
No drama 😌
Cerdo afeminado:
— MIENTES
— SON PURAS MENTIRAS
— MONITSU, SI LEES ESTE MENSAJE ENVÍA EL EMOJI DEL FANTASMITA
Tanjirou:
— ¡Zenitsu!
— 💕💕💕
— ¿Te sucedió algo?
Aw, 🧡🧡🧡🧡
¿Quién no te amaría, Tanjirou?
Es imposible que el profesor Rengoku te rechace.
Jaja tal vez haga un hilo en twitter para comentar mi anécdotas de hoy
Tanjirou:
— ¿Tan terrible fue?
Cerdo afeminado:
— No te avergüences
— suelta el chisme
Supongo que nada terrible
Pero mañana les contaré
necesito de mis expresiones faciales para contar mi historia
Cerdo afeminado:
— A poco tienes historia
* eres un juguete*
Tanjirou:
— Siento que tus stickers son más dañinos que tus palabras.
Cerdo afeminado:
— ¿Lo dijiste tú, Kentarou?
— :c
Tanjirou:
— Lo siento, Inosuke
— No fui yo
Fue patricia
Cerdo afeminado:
— No capto
Cerdo inculto
Tanjirou:
— No quería ser tan obvio
— Pero este grupo lo creé para que podamos discutir sobre el proyecto de historia
— 😌
Cerdo afeminado:
— A poco y no me había dado cuenta
Ya háblanos de Rengoku sensei
Estuvo, quizás, tres horas con el celular en la cara, riéndose como retrasado leyendo los mensajes de sus amigos. El hambre se hizo presente, por lo que tuvo que bajar para buscar alguna botana para llevarla a su habitación. Para su suerte, el abuelo ya estaba durmiendo, y apenas a estas horas él podía disfrutar de la paz. Continuó escribiéndole a sus amigos hasta que quedó profundamente dormido con el teléfono en manos. Había sido un día bastante largo, mañana se veían más situaciones para fastidiar a Tanjirou con el profesor de historia.
...
¿Había puesto la alarma?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top