★☆𝟎𝟒‧ 𝐓𝐡𝐞 𝐢𝐧𝐟𝐥𝐮𝐞𝐧𝐜𝐞 𝐨𝐟 𝐋𝐮𝐤𝐞 𝐂𝐚𝐬𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐧

★。・゜☆ 𝐋𝐚 𝐢𝐧𝐟𝐥𝐮𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐋𝐮𝐤𝐞 𝐂𝐚𝐬𝐭𝐞𝐥𝐥𝐚𝐧★。・゜☆

. . . . . . . . ╰──╮ "𝑳𝒍𝒂𝒗𝒆𝒓𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝑩𝒂𝒕𝒎𝒂𝒏, 𝒖𝒏 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐 𝒄𝒐𝒏 𝒑𝒂𝒓𝒄𝒉𝒆 𝒚 𝒔𝒊𝒈𝒖𝒆𝒏 𝒂 𝒖𝒏 𝒓𝒖𝒃𝒊𝒐 𝒆𝒏𝒍𝒐𝒒𝒖𝒆𝒄𝒊𝒅𝒐, 𝒔𝒐𝒚 𝒖𝒏𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒄𝒂𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒐 𝒅𝒆𝒇𝒊𝒆𝒏𝒅𝒆, 𝒕𝒆𝒓𝒎𝒊𝒏𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏 𝒉𝒊𝒋𝒐 𝒅𝒆 𝑯𝒆𝒄𝒂𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒏𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆 𝒅𝒆 𝒑𝒊𝒆𝒅𝒓𝒂"╭──╯ . . . . . . . . .




★。・゜☆‧ 𝐇𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑, 𝐀𝐫𝐚𝐜𝐞𝐥𝐢

El caminó en el tren se me hizo aburrido, juguete con el llavero de batman de las llaves de mi hogar; con una figurita de Batman, aunque realmente la mansión de mi madre no era mi hogar. Por poco que me gustará admitirlo.

Mi hogar es el Campamento Mestizo o bien, el Campamento Júpiter. Mientras miraba por la ventanilla pensé que quizás fui dura con Luke, lo extrañaba más de lo que me gustaría admitir. Lo quería mucho y deseaba estar con él.

Estar en el césped en el campamento Mestizo echada con las manos de Luke en mi cintura compartiendo calor y sonrisas.

«Lo extraño tanto» Decidí vagar por allí buscando alguna forma de hablar con Luke por poco probable que fuera, iba a subir al Arco con Percy, Annabeth y Grover pero me tropecé con un chico antes de entrar al ascensor con esa señora gorda y su perro, un Chihuahua con un collar de imitación de diamantes.

Él tenía una mata de pelo negro brillante y piel tostada. El parche negro sobre su ojo izquierdo era lo que más resaltaba.

-¿Eres Araceli? Luke me envió. Soy Ethan.

Esa oración me hizo temblar, aprete los labios y examiné al mensajero con recelo. No me daba confianza. Asentí suavemente y él comprendió que no quería hablar.

-Sé que eres su novia o algo así.

-¿Su novia? -Araceli deseó haber tenido colmillos para sacarlos al gruñirle-. No soy su novia ni nada. Por favor, ¿Nadie lo entiende? ¡No soy su novia!

-Está bien, como sea. -Ethan alzó las manos y luego de su bolsillo sacó un teléfono-. Es para ti, un hijo de Hefesto hizo algunas modificaciones para que fuera seguro... Sé que para los semidioses, el uso de teléfonos celulares se considera peligroso, ya que atraen a los monstruos. Pero Luke y sus tenientes tienen varios.

Tomé el teléfono y lo examiné con curiosidad, había un contacto guardado «Luke (Tu perfecto novio)🥰✨», me reí aunque quise evitarlo. Luke era demasiado egocéntrico pero así lo quería.

Sonreí ampliamente y con un gesto le agradecí a Ethan y llamé a Luke. Me senté en el borde de una acera y espere a que contestará. Pero al ver a Annabeth y a Grover buscando a Percy me levanté y en cuanto lo encontramos los llevé a la multitud para desaparecer en ella hasta llegar a un callejón para luego volver al tren.

Era 14 de Junio y con extremada urgencia necesito una ducha, espero poder ir a algún sitio y conseguir ropa limpia para no parecer un desastre frente a los seguidores de Luke... ¡Sus seguidores! ¿De verdad Luke se volvió tan importante para atraer mestizos a su bando y al de los titanes?

Daba igual, lo más incómodo era que la suela de mis convers se despegó y tuvo que forrar el zapato con cinta gris de embalar. Al parecer íbamos a hablar con Quirón por mensaje Iris.

-La diosa Iris lleva los mensajes a los dioses. Ella hará lo mismo para los mestizos si sabes como preguntar, y no esta demasiado ocupada. -Le explique a Percy con cierta ansiedad, quería acabar con la misión lo más pronto posible.

Caminé de un sitio a otro, pisando con tanta fuerza que podría hacer una zanja. La luz del atardecer se filtro a través del vapor y rompió en colores.

Annabeth puso su palma frente a mí.

-Dracma, por favor.

-Pediselo a Percy, no hables conmigo, listilla. -Espetó con tono gélido mientras cruzó los brazos. Sé que no debería ser taaaaaaaaaaaan molesta con Annabeth pero no soporto absolutamente que ella este tras de Luke cada vez que él respire.

Ella levanto la moneda por encima de su cabeza.

-Diosa, acepta nuestra oferta. -Tiro el Dracma hacia el arcoiris. La cual desapareció en una luz dorada.

-La montaña Hal-Blood. - Solicito Annabeth.

Por un momento, no paso nada. Entonces mire a través de la neblina hacia los campos de fresas, y el sonido de Long Island en la distancia. Al parecer estábamos en el frente de una casa muy grande. Parado dándonos la espalda se encontraba un tipo con pelo rubio en pantalones cortos y una camiseta naranja. Una sonrisita de enamorada apareció en mi rostro.

-¡Luke! - Le llamó Percy y yo salí corriendo en la dirección opuesta para que no me viera en fachas.

Él volteo, con los ojos bien abiertos.

-¡Percy!-La cara de susto fue remplazada por una gran sonrisa. -¿Esa es Annabeth? ¡Dioses gracias! ¿Ustedes están bien?

-Estamos... bien- Annabeth tartamudeo y yo quise reírme con descaro. Parecía una loca mientras arreglaba su camisa sucia, y tratando de peinar el pelo fuera de su cara.

-Nosotros pensamos... Quirón... quiero decir...

-El esta abajo en las cabañas. -La sonrisa de Luke desapareció. Supe que algo tramo, yo lo veía a él pero él no a mí- Estamos teniendo problemas con los campistas. Mira, ¿todo esta bien contigo? Grover esta bien?

-Todo bien. -Me asome para ver a Luke después de arreglar mi aspecto un poco, la expresión coqueta de él despareció al ver mi molestia-. ¿Que tipo de problemas, Luke Uriel Castellan? -Estaba más que segura de que él tuvo que ver.

En ese momento un gran Lincoln Continental se detuvo en el lavado de autos con el estéreo a todo volumen y música de hip-hop. El carro se deslizo en el puesto siguiente, el bajo de los altavoces vibro tanto, que sacudió el pavimento.

-Chiron tuvo... ¿que es ese sonido? -Grito Luke intentando desviar el tema.

-Yo me encargo de eso. -Annabeth grito en respuesta, viéndose muy aliviada de tener una excusa para poder salir del camino.

Y se llevó a Grover consigo que murmuro algo sobre como las chicas son difíciles de entender mucho más que el Oráculo en Delphi, después le paso la pistola rociadora a Percy y siguió a Annabeth.

-Chiron tuvo que detener una pelea. - Luke me grito sobre la música. Se veía adorable haciéndose el inocente-. Las
cosas están muy tensas aquí, Percy. Se corrió el rumor sobre el enfrentamiento de Zeus y Poseidón. Todavía no estamos seguros como, pero es posible que halla sido el mismo que convoco al perro del infierno. -Reí al saber que fue él quien lo hizo-. Ahora los campistas están tomando lados. Es como la guerra troyana otra vez. Afrodita, Ares, y Apolo están de parte de Poseidón, más o menos. Athena esta de parte de Zeus.

Era lógico que papá estuviera del lado de Poseidón así que no me sorprendí. Desde la próxima cuadra, pude escuchar a Annabeth y un tipo discutiendo y la música disminuyo drásticamente.

-¿Y cual es tu estatus, Arty?-Me pregunto Luke con voz dulce-Te extraño, amor.

No pude evitar jadear ante sus palabras y la forma en que me habló. Quede absolutamente sonrojada y temblorosa, sentí que las rodillas me faltaban y en cualquier momento caería.

Le conté básicamente todo, excepto los sueños. Me sentía hiper ultra feliz de verlo, de sentir que estaba de vuelta aunque fuera por solo unos minutos; no me había dado cuenta de cuánto había hablado hasta que el zumbido del rociador de agua se fue, ahí me di cuenta que solo tenia un minuto antes de que se acabara el agua.

-Desearía poder estar contigo y evitar que todo esto te hiciera daño, Arty. -Me dijo Luke, parecía sinceramente acongojado-. No somos de gran ayuda desde aquí, tengo miedo, pero escucha tuvo que haber sido Hades quien tomo el rayo...

Me reí y todos los sentimientos de paz y cariño se esfumaron. Mentía con el único propósito de engañar a Percy así que hice un ademán y deje a ambos hablando solos, palpe el celular en el bolsillo de mi suavecito vestido que ya estaba mugriento por el trayecto.

Podía ser que lo llamará o quizás no lo haría.

★。・゜☆ ★。・゜☆

Después de devolverle el escudo a Ares compartimos sitio con una cebra hasta las Vegas, ya sabéis, lo de todo los días. En cuánto Percy tuvo la mochila de nailon azul se la quite para revisarla. Contenía ropa limpia para todos, veinte pavos en metálico, una bolsa llena de dracmas de oro y una bolsa de galletas Oreo con relleno doble.

Inmediatamente fui al baño para cambiarme de ropa, conseguí un anorak de espeso color azul marino que me encantó ya que me protegería del clima. Sonreí encantada, valió la pena los incidentes pasados por culpa de Ares.

Me dí cuenta también quién urgo en mis cosas, fue Annabeth, le faltaba un tal anillo de graduación en su collar por lo que le dijo a Percy ¡Por lo tanto le exigi que me devolviera la carta!

-No la tengo, porque no sé a que te refieres. Y si la tuviera no te la daría.

-Araceli, por favor, no. -Pidió Percy al ver que estaba a punto de saltarle encima a la listilla-. Estamos en el mismo bando.

Solloce, no podía seguir mintiendole al chico que se volvió mi amigo y tampoco podía ocultar la verdad del justo y correcto Jason pero tampoco podía decir la verdad.

-¡Lo siento tanto! ¡No estamos en el mismo bando y lo odio tanto! Lo siento, Percy, de verdad deseo ayudarte... Yo... Yo... -No pude continuar y Percy me apretó contra él sin pedir explicaciones de mi dolor.

Me quedé dormido en sus brazos con las mejillas humedecidas por las lágrimas. Ese día nuestro vínculo se fortalecio y silenciosamente prometimos cuidarnos mutuamente. Espero por todos los dioses que Luke reaccione y se de cuenta que podemos encontrar una solución para esto.

★。・゜☆ ★。・゜☆

Salimos a trompicones a la tarde en el desierto. Debía de haber cuarenta y cinco grados, así que seguramente parecíamos vagabundos refritos, pero todo el mundo estaba demasiado interesado en los animales salvajes para prestarnos atención.

Lamentablemente mi anorak me hacía sudar a un más así que parecía guisado.

No estaba seguro de qué íbamos buscando. Tal vez sólo un lugar donde librarnos del calor por unos instantes, encontrar un sándwich y un vaso de limonada y trazar un nuevo plan para llegar a Los Ángeles. Debimos de girar en el lugar equivocado, porque de repente nos encontramos en un callejón sin salida, delante del Hotel Casino Loto. La entrada era una enorme flor de neón cuyos pétalos se encendían y parpadeaban. Nadie salía ni entraba, pero las brillantes puertas cromadas estaban abiertas, y del interior emergía un aire acondicionado con aroma de flores: flores de loto, quizá. Jamás las había olido, así que no estaba segura.

El portero nos sonrió.

-Ey, chicos. Parecéis cansados. ¿Queréis entrar y sentaros?

Yo había aprendido a sospechar. Suponía que cualquiera podía ser un monstruo o un dios. No se podía saber. Pero aquel tipo era normal. Entré pero me dije que si algo olía mal saldría pitando de allí.

Subimos al ascensor y buscamos nuestra habitación. Era una suite con cuatro dormitorios separados y un bar lleno de caramelos, refrescos y patatas. Línea directa con el servicio de habitaciones. Toallas mullidas, camas de agua y almohadas de plumas. Una gran pantalla de televisión por satélite e Internet de alta velocidad.

Decidí relajarme y hacer cualquier tipo de cosa hasta que me percaté que deseaba algo más que nada, me dije que podría tomar mis cosas y volver a algún sitio a salvo para planear qué hacer a continuación en la guerra que se avecina. Y volver con Luke... Nadie notaría mi ausencia...

Podría volver a compartir risas con Jason, Gwen y Dakota, comer brownies y... No podría mantener eso por siempre, tarde o temprano tendría que elegir entre los griegos y los romanos. Entre Luke y Jason...

Llamé al primero, necesitábamos trazar nuestra próxima acción. Él estaba en la cabaña, en la pantalla plana se veía que habían pausado un videojuego: Residen Evil. Traía una sonrisita traviesa en sus labios y me miró con atención.

-¡Arty, amor! No sabes cuánto espere para hablar contigo. En cuánto puedas te llevaré a dar un paseo, conseguí un barco. Lo llame el Princesa Andrómeda ya que te gusta la historia, es para que sea el centro de mando de nuestro ejército. Adapte una habitación para ti, es la más grande y cómoda que hay... Yo...

Me enterneció pero también me entristeció saber que quizás terminaría en el Princesa Andrómeda una vez que ya no pudiera volver al Campamento Mestizo.

-¿Podemos dejar la guerra a un lado? -Le pedí con tono de voz suave lleno de melancolía-. Háblame de cualquier cosa de ti, sobre qué hiciste o cómo te sientes. ¿Qué hiciste hoy?

-De hecho hoy planeamos un regalo de bienvenida para ti, se supone que no debería decirlo ya que prometí guardar el secreto pero quiero que sepas que conseguimos la saga completa de Harry Potter para ti, ya que tus libros fueron destruidos. Esta es una edición especial y...

Luke parecía tan emocionado hablando de cómo él y mis hermanos se escaparon a la librería para hacer la fila y conseguir las ediciones especiales que la sonrisa que bailaba en mi boca permaneció allí por mucho rato.

No parecía el chico que culpó a los dioses del abandono de su padre, y de las injusticias cometida por estos, tales como que Zeus abandonase a Thalia y Apolo colocase una maldición sobre Halcyon Green.

No parecía querer "destruir el Olimpo piedra por piedra", me prometí que valoraría esos momentos juntos. Mientras hablaban salí a echar un vistazo y tropecé con alguien.

El teléfono salió volando y emití un chillido lastimero, recé a papá para que la pantalla no estuviera rota y antes de levantarlo me fijé en el muchachito culpable. Tenía piel oliva y ojos verdes con un brillo salvaje.

-¡NICO! -Una chica con pecas que parecía la hermana del niño apareció entre los juegos gritando, intentando encontrarle.

Tomé al jovencito por el hombro y se lo entregue a su hermana.

-Toma, fue un gusto. Permiso.

-¡OH, lo siento! No puedo creer que Nico haya sido tan despistado como siempre, espero todo esté bien. Soy Bianca di Angelo.

-Hum, estará bien. Es un gusto conocerte Bi. -Me arrodille en el pizo y agradezco a los dioses que la pantalla solo tenía unas astillas.

Se había cortado la videollamada, hice un puchero y caminé por allí. Entonces se me pasó por la cabeza: ¿cuánto tiempo llevaba yo aquí? Parecía solo un par de horas, pero ¿cuánto había sido? Intenté recordar por qué estábamos allí. Íbamos a Los Ángeles. Teníamos que encontrar la entrada del inframundo.

La madre de Percy... El ladrón del rayo... El rubio que terminaría como brocheta... Tenía que evitar que Hades causara la Tercera Guerra Mundial. Encontré a Annabeth aún construyendo su ciudad, Percy se esforzaba en sacudirla y devolverla a la realidad pero no servía de mucho.

-¿No podemos dejarla? -Brome con una sonrisa y él negó.

Caminamos hacia la puerta una vez que nos acompañó Grover y, a medida que nos acercábamos, el olor a comida y los sonidos de los videojuegos parecían más atractivos. Mi estómago rugió. Quizás podría hablar con Nico y su hermana de nuevo y ver qué tal les iba. Pensé en nuestra habitación del piso de arriba. Podíamos quedarnos sólo por esa noche, dormir en una cama cómoda y mullida por una vez...

Salimos a toda prisa del Casino Loto y corrimos por la acera. Era por la tarde, aproximadamente la misma hora del día que habíamos entrado en el casino, pero algo no cuadraba. El clima había cambiado por completo. Había tormenta y el desierto rielaba por el calor.

Percy llevaba la mochila que me había dado Ares colgada del hombro, cosa rara, pues estaba seguro de que la había desechado en la habitación 4001.

Sin embargo me centré en cosas más importantes. Fui hasta el quiosco más cercano, miré la fecha de un periódico. Gracias a los dioses, seguía siendo el mismo año en que habíamos entrado. Después reparé en la fecha: 20 de junio. Habíamos pasado cinco días en el Casino Loto.

Sólo nos quedaba un día para el solsticio de verano. Un día para llevar a buen puerto nuestra misión. Me pregunté cuánto tiempo paso para Luke y si se preocuparía por no sabe de mí.

Sólo nos quedaba un día para el solsticio de verano. Un día para llevar a buen puerto nuestra misión. Y bueno, ya sabéis las consecuencias de no lograrlo.

Sabía que Hades no tenía el rayo pero igual les seguí. Al atardecer, el taxi nos dejó en la playa de Santa Mónica. Tenía exactamente la forma en que las playas que se veían en las películas, sólo que olía peor.

Percy, Grover, Annabeth, y yo caminamos hasta el borde de las olas cuándo sono mi teléfono.

-¿Y ahora qué?- Annabeth preguntó y aunque el número era desconocido conteste mientras Percy se hundía en el agua.

-¿Araceli? Luke me pidió que camines unos cinco metros a la izquierda, un bote te espera para llevarte al Princesa Andrómeda.

-Hola, Ethan. -No podía decir que me alegraba escucharle pero mi corazón saltó al pensar en ver a Luke-. Eh sí, voy para allá.

Efectivamente, salte a uno de los botes sin titubear.

Luke ante sus subordinados parecía otra persona. Tenía la espalda totalmente recta, una mirada firme en los ojos, los labios en una línea y el rostro carente de emociones.

Solo un breve chispeo de felicidad se atisbo antes de ser apagado como el fuego por culpa del agua. Él no me sonrió como era su costumbre ni me llamó por mi apodo especial.

-Araceli, te llevaré adentro.

-Hola. -Murmuré por lo bajo antes de seguirlo al interior mientras cientos de miradas se me clavaban como cuchillo.

Sabía que todos creían que era la pareja de su comandante así que se empezarían a preguntar si valgo lo suficiente o si no merezco estar a su lado. Es una promesa de que intentarán destrozarme.

El único no hostil parecía Ethan. Me alegró tener un amigo allí. Mis botas resonaban contra el piso de madera. La habitación era amplia, en la primera división, antes de la pared que interrumpía el concepto abierto había una gran pantalla plana y mobiliario de color blanco, crema y marrón.

El atardecer se filtró entre las cortinas beige e iluminó la cama Queen con dos mesitas de noche más allá de la división.

En la mesa de café habia sándwiches de mantequilla de maní y jalea, y galletas de chocolate con zumo de fruta que eran el almuerzo favorito de Luke. Le sonreí antes de sentarme en la alfombra para comer junto a él.

Los minutos de tranquilidad no duraron mucho ya que Luke me preguntó por el rayo.

-¿De verdad quieres que te lo de?

-Arty, yo...

-¡Qué imbécil eres! -Me levanté y tomé mi mochila, los ojos se me llenaron de lágrimas-. Pensé que me querías pero solo me usas para que te ayude a destruir el Olimpo.

-Te quiero y lo sabes, pero si obtengo el rayo y Zeus y Poseidón van a la guerra...

-¡Morirán personas! ¡Nuestros amigos! ¡Percy puede morir! Él es inocente y fue abandonado por su padre a su suerte al igual que Hermes lo hizo contigo, él no se merece tener tantos problemas por tus caprichos. -Intenté salir de la habitación pero la mano de Luke se aferró a mi mochila y me tiró hacia él.

Nuestros rostros estuvieron a centímetros y el acunó mi rostro antes de... Abrir la mochila en busca del rayo. Me queje porque creí que me besaría. Lloré antes de quitarle la mochila (que por cierto no tenía más nada que chocolate, galletas y dinero porque la mochila con el rayo de Zeus la tenía Percy) y corrí a la cubierta del barco.

Me escondí tras unas macetas ya que sabía que si Luke me atrapa me encerarra en mi habitación hasta que lo disculpe, y en ese momento Luke paso a mi lado, un chico castaño lo detuvo tomándole por el codo. Parecía estar en confianza con él, ya que a diferencia del resto el castaño de ojos verdes hablaba con Luke como su igual...

-Alabaster, lo siento, pero estoy ocupado buscando a alguien y a menos que me ayudes a encontrarla...

-¿Es tú novia? -Él le sonrió burlón-. No lo niegues, es obvio que sí, no estarías tan angustiado de no ser así. ¿Qué hiciste?

-Le pedí el rayo de Zeus en medio de nuestra cita. Sí, fue una idiotez pero... ¡Necesito el rayo! Y lo sabes... Enviar a Percy al Tártaro con las zapatillas no ha sido efectivo, si pudiera deshacerme del chico para que Araceli no se encariñe más con él... ¡No entiendo por qué carajos lo protege! ¡Es un obstáculo para todos nosotros y lo sabe!

Ahogue un gruñido, ¿Cómo es que está celoso de Percy? ¡¿Y qué se supone que le va a hacer con las zapatillas?! Me levanté y tomé a Luke por el cuello del cárdigan haciendo que los lentes Wayfarer volarán por los aires.

No calculé bien el peso de ambos y él termino sobre mí en el piso. El tal Alabaster alias nombre de Piedra soltó una carcajada.

Luke se dió la vuelta con un ademán y se acomodó sobre mí y presionó un beso en mis labios tirando suavemente de mis mejillas. Ambos perdimos sentido de la realidad y de quién nos rodeaba.

-En vez de pelear, ¿Por qué no aceptas ser mi novia?

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~Isabel~

Edit 15/1/24

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