9. Típico hombre
Nunca había estado tan furiosa con una persona como en esos momentos estuve con mi novio.
El pensar que una persona que aparentemente debía confiar ciegamente en mi, desconfiara de mi de una manera tan ruin, era algo que difícilmente tenía perdón. Andrés básicamente me creyó a primera instancia como una regalada traidora.
—¡Que se pudra Andrés!—solté con rabia, mientras alzaba mi milésima copa de la noche
—¡Que se pudra!—me apoyaron las chicas que me acompañaban
Se me fue la noción del tiempo en esos instantes. Lo único que hacia era beber y beber, sin tomar en cuenta en si ya era mucho lo que bebía, o si ya era muy noche.
Mi corazón dolía, y al parecer el beber y divertirme insultado a Andrés con canciones mediante historias de Instagram eran mi mejor calmante.
—Necesito otra canción—yo me puse de pie, y fui hasta donde Roger, mi DJ favorito estaba seleccionando las canciones—¡¿Amiguito, me puedes poner la canción del negrito de ojitos claros?!
—¿Quién?—él me miró con duda
—¡Ozuna, ozuna!—Laura llegó detrás de mi, y se sentó en la barra para hacerme compañía.
Las otras chicas solo se quedaron en sus mesas cantando la cumbia que sonaba en esos instantes.
—¿Cuál de todas?—me preguntó Roger mirando su computadora divertido
—Se preparó—respondí mirándolo con inocencia.
—Chicas, ya dejen dejen de pedirme canciones cada cinco minutos—él rodó los ojos
La verdad es que Roger era una persona muy amable. Por más que lo fastidiábamos pidiéndole música a nuestro gusto, él siempre cumplía con nuestros caprichos.
—Comprende a Cielo, amor—Laura le decía mirándolo con aburrimiento—. La música a veces es el mejor antídoto a un corazón roto.
—O solo puede empeorar las cosas—él nos miró con aburrimiento—. No es por nada, pero ustedes se ponen más lloronas con música. Allá Rebeca ya está por...—él se quedó callado mirando la mesa donde estábamos sentadas—. No, olvídalo. Ya sé quedó noqueada de borracha.
Efectivamente cuando la vimos, Rebeca estaba desparramada en la mesa.
—Déjala, la pobre si que se metió de todo hoy—Laura volvió su atención a Roger.
Al decir verdad, de todas yo era la que mejor estaba.
Cuando estaba tomando una copa, que el compañero de trabajo de Roger me trajo, de pronto sonó la canción pedida. Yo claro, ni medio sonó empecé a cantar.
—¡Esta es la mía!—yo desbloqueé mi celular y en seguida se lo pasé a Laura—. Grábalo todo, que no se te escape ni un segundo.
Como quería ponerle más drama a la reacción de Andrés a los videos, me pasé por encima de la barra y fui a parar junto a Roger. El pobre se quedó con cara de "what" en cuanto lo hice, pero luego de ver mis intenciones solo se dejó llevar.
Yo me había puesto a bailar con él.
Debo decir que Roger no era buen bailarín, sin embargo me ayudó en mis planes de venganza, pues se empezó a mover poniendo sus manos en mi cintura.
—¡Se preparó, se puso linda, a su amiga llamaba! ¡Salió de rumba, nada le importó! ¡Porque su novio a ella la engañaba... como si nada!
Mientras yo me movía frente a Roger sensualmente, y de manera intencional (quería que mi novio explote de celos), cantaba la canción que me quedaba como anillo al dedo. Roger me acompañaba en mi serenata.
—Sale a olvidar las penas y el sufrimiento. El novio la hizo llorar, mató su sentimientos...—yo solté lo último casi que gritando—prometió palabras que se fueron con el viento. Ahora ella le dice lo lamento, lo siento.
Pasamos un rato así, bailando y riendo de lo que hacíamos.
Menos mal Roger era un chico caballeroso, que mantuvo su distancia mientras yo apropósito le bailaba sexy. Él era un chico muy tranquilo al decir la verdad, y creo que por eso lo elegí para grabar una historia de Instagram así.
Siendo sincera, al único chico al que le había bailado sexy fue a Andrés.
—Disculpa por haberte metido en mi venganza—me disculpé con Roger, una vez se terminaron de grabar las historias.
—Descuida, ya estoy acostumbrado—él dijo en medio de una risa—. Y ahora, sería mejor que ya vayan a sus casas.
—No, yo aun quiero seguir cantando—Laura, protestó y en seguida llamó a Carlos, el chico que atendía el bar—. ¡Oye, tráeme una de Zhumir Pink!
—Bueno, yo creo que si le hago casi a Roger—bostecé, mientras volvía a pasarme por encima de la mesa para volver a mi silla de cliente—. Hoy tuve un día muy cansando, y quisiera ir a dormir. Tengo un largo camino hasta mi casa.
—¿Vas a manejar esa moto estando tomada?—Roger me miró admirado
—No estoy borracha—hablé ofendida.
Si hay algo de lo que me siento afortunada, es de mi capacidad de disimular cuando estaba tomada. Solo cuando ya estaba en las ultimas, ahí solían darse cuenta una que otra persona.
En ese momento aun estaba bien.
—¿Vas a ir acampar ahorita?—me preguntó Laura
—Sí, ahorita voy allá. Me hace falta un poco de naturaleza urgentemente. Ese es un buen calmante a las decepciones amorosa—me acomodé mi vestido, pues se me había subido un poco en el baile y mis acrobacias por pasar sobre la barra.
Atravesé el salón que estaba un tanto vacío; supuse que por ser navidad, y fui a la mesa donde descansaba mi chaqueta.
—Me voy chicas, bellas—yo les mandé un besito volado a todas mientras me colocaba mi chaqueta.
—Chao, Cielito—todas me dijeron en conjunto. Bueno... Rebeca seguía durmiendo.
—Ve con cuidado—Laura me aconsejó—. O si prefieres, te llamo un taxi...
—¡No!—negué de inmediato mientras caminaba de espaldas, mirándolas—¡Ni loca dejo a mi pantera rosa!
Y sí, mi motoneta tenía nombre. Digamos que tenía el defecto de ponerle nombre a todas mis cosas.
—Mas terca y muere la niña—Laura rodó los ojos—. Nos avisas cuando llegues a tu casa.
—Sí—les sonreí por ultimo y caminé a paso rápido hasta la salida.
Estaba muriendo de cansancio, pues la noche anterior a duras penas y había pegado el ojo por una hora. Además como salí a recorrer el valle, me dolían las piernas un poco. Y eso que ni contaba que aun seguía sin comer nada en todo el día. Eso se lo agradecía a mi malestar estomacal, debido al chuchaqui mortal.
Con mucha suerte logré salir del bar, pues a la entrada habían varios insoportables borrachos, que me piropeaban con cada paso. Yo quería cachetearlos, pues ni tenían un poco de ingenio para coquetear.
Solo decían estupideces.
—¡Ay, mamita, ven que yo te lo...!
—Cállate, imbécil—le di un pisotón ofendida y sin más seguí caminando por la vereda, buscando a mi Sprint 150.
Por detrás mio, escuchaba más piropos de idiotas tomados.
—Esas piernitas están ricas—decía otro detrás de mi, y yo lo regresé a mirar de mala cara
—Maldito patán, mejor alejate, antes que te meta una patada en tu cosita—yo rodé los ojos y me subí en mi motoneta.
Los tipos seguían diciendo cosas y yo por supuesto seguía peleando.
—¡Es que estás bien buena!—me gritó uno de ellos desde lejos. Ellos se habían quedado admirándome desde lejos, mientras seguían con bebida en mano.
—¡Vete a la mierda, puerco!—solté a todo volumen
Sí, definitivamente era una persona de pocas pulgas. Y ahora que estaba odiando al genero masculino como no tenían idea.
Intentando ignorarlos, me dispuse a encender mi motoneta que estuvo estacionada afuera de la puerta principal de local.
—Oye, bella—sentí una mano en mi espalda.
Como estaba con los nervios de punta por los malditos patanes, por puro instinto me di la vuelta y lancé una cachetada a cualquiera que estuviera detrás.
Lastima que la persona que recibió mi manotazo, no era alguien que en ese entonces lo merecía.
—¡Ay no!—dije en cuanto divisé a Chris mirándome atónito con una mano en su mejilla.
—¡¿Qué te pasa?!—él me miraba con los ojos como platos
En seguida no lo pensé más, y me bajé de mi motoneta. Lo único que se me ocurrió para enmendar mi error fue empezar a frotarle la mejilla sonrojada por la cachetada.
—¡Perdóname!—pedía avergonzada, y Chris solo se dejó acariciar—. ¡Es que... es que... unos idiotas estaban rondándome, y pensé que... tal vez uno de ellos llegó a propasarse conmigo!
—Aja, si—él me miró intentando ocultar su malhumor por lo que le hice
—En verdad lo lamento mucho—le decía sonrojada a nivel extremo—. No puedo creer que en serio le haya hecho esto a mi amor platónico. Rayos... Bien hecho Cielo, muy bien hecho. Seguro con esa cachetada Christopher Vélez ya se enamoró de ti.
Chris al escuchar mis palabras, soltó una carcajada. Creo que ya se le pasó el dolor con mi manera torpe de actuar.
—No te preocupes—él quitó mis manos de su cara, y dio un vistazo a los tipos que seguían comiéndome con la mirada—¡Hey, más respeto con la señorita, eh! ¡Ella no está sola!
Sin querer solté un risa de boba enamorada. Eso de que tu platónico famoso te defienda era todo un acontecimiento histórico.
—¡Cuidado con él, eh!—yo regresé mi vista a los tipos—. ¡El amigo tiene cuatro guapos compañeros que los machacarían en cosa de nada!
Ambos dejamos de ver a los tipos, y más bien nos quedamos mirándonos con diversión.
—Zabdiel y Richard si servirían para machacar pervertidos. Joel... creo que si, pero Erick...Me pregunto que tan bueno será Erick en una pelea—Chris se quedó pensativo—. No, mejor él que se quede tranquilito. Cualquiera lo puede quebrar. Creo que hasta el viento lo puede fracturar.
—¿Y Christopher?—lo miré con una ceja alzada
—Con un dedo y los ojos cerrados acaba con todos—él dijo alzando las cejas presumido.
—¡Uy, si!—yo rodé los ojos
—Que pasó mami, que acaso estos músculos son de adorno nada mas o que—él me mostró sus bíceps con una sonrisa coqueta.
—Pues como adorno, no están nada mal—le sonreí con inocencia—. Y antes de que se me caiga la baba gracias a tan gloriosa vista de tus bíceps... ¿En verdad eres tú él que está aquí?—yo le toqué la cara, intentando convencerme de que Chris si llegó al final de todo—¡Diablos, deberías pellizcarme para creerme esto!
Ni siquiera terminé de decir la frase y él ya me habia pellizcado el dorso de la mato.
—¡Ay, tarado, no lo decía en serio!—protesté, mientras le devolvía el pellizco. Ambos solo nos reímos de lo que hacíamos—. Muy bien, Cielo, estás asustando a tu amor platónico con tanto golpe. Muy bien, Cielo, sigues así.
Chris me iba a seguir la corriente, pero de pronto dos chicos llegaron a nuestro lado. Definitivamente a esos chicos los conocía, pues que tipo de chrisvelnática sería sin no supiera quienes eran los íntimos amigos de mi platónico.
David y José llegaron dándome una mirada evaluadora.
—Ya dejamos bien parqueado el carro a una cuadra—informó David a Chris.
Todos nos quedamos en silencio únicamente escuchando el ruido de la discoteca adentro. Las cosas incluso ya se estaba poniendo ridículas.
—¿Viniste por mi invitación de hace rato?—pregunté sin más a Christopher.
—Así que por ella es que estabas jodiendo por venir acá—José dijo, y en seguida se calló. Chris lo miró con cara de "te mataré".
No puedo negar que me emocionó saber que Chris tenía un cierto interés en mi.
—Ustedes son los que fregaban con eso de salir a tomarnos algo desde que llegué—Chris quiso aminorar el impacto de las palabras de José—. Así que aquí estamos.
—¡A la 1 de la mañana!—David dio un bostezo, mirándolo de mal humor—. A mi me sacas a bailar temprano pela, no a estas horas.
—Es que a estas horas es mejor porque no hay mucha gente—Chris se defendía, mirando a su alrededor—. Con eso no vamos a tener a cncowners encima de nosotros.
—Okey, entonces no quieres cncowners cerca—yo fingí ponerme triste—. Bueno... ya me voy.
—No lo decía por ti—Chris se reía, mientras detenía mi andar al tomarme del brazo.
—¿Ella es cncowner?—José me dio una sonrisa de lado, mirándome de arriba abajo—. Me gustan mucho las cncowners.
—Coff, coff... bueno... en primer lugar, ella... se llama Cielo—yo les informé amablemente—. Y sí, soy cncowner, razón por la cual soy una fiel fan de Chris.
—¿Así que chisvelmaníaca?—David dio una mirada de sospecha a Chris. Luego solo negó con la cabeza y regresó su vista a mi.
—Sí, y de hecho esta Chrisvelmaníaca ya se iba—yo di un bostezo, y me estiré ruidosamente.
—¿Ya te vas?—Chris me decía sin creerlo. Los demás chicos tenían su misma cara.
—Ehm... sí—afirmé, arrimándome a mi motoneta con diversión.
—Pero si apenas llegué—él me dijo con simpleza—. No creo que quieras... irte aún.
Creo que Chris seguía sin creerse mi abandono. Supongo que no muchas personas lo dejaban plantado.
—Estoy cansada, men—yo volví a bostezar—Debiste venir más temprano.
—Es que mi mamá aun no se dormía—él me confesó, y enseguida se calló—. Bueno... en resumen me fugué un rato de mi casa.
—Cuando no—yo rodé los ojos, subiéndome a mi motoneta—. No pero en serio... creo que por hoy ya bebí mucho. Además tengo que manejar.
—Invitale aunque sea un jugo—David, le codeó burlón.
—O invitale una vaso de agua, pero invitale algo—le sugirió entre risas José, y Chris le plantó la vista.
—Cállanse—Chris sonreía malhumorado a los chicos.
—Apúrate, hombre, que se te va la chica a la que le stalkeabas las historias—seguía molestándole David.
—Ya pendejo, cállate—Chris le dio un golpe amistoso en el estómago a David.
—Así que...estabas viendo mis historias—dije con la boca abierta de la impresión. La verdad no creí que yo, llegara a llamarle tanto la atención al famoso Christopher Vélez.
—Solo quería encontrar pistas de la ubicación del culantro—me dijo bromista y yo solté una carcajada—. No sabía con exactitud donde hallarte.
—Supongo
No sé que tan ciertas fueron las palabras de Fer en algun momento, pero... él me habia dicho que yo siempre tuve a Chris comiendo de mi mano. Me informó que él indirectamente, siempre hacia lo que yo le pedía. Y sin duda, la noche del 25 de diciembre fue el primer día en que yo hice con él todo lo que quería.
Fue la primera vez que lo manipulé.
—Te propongo algo— interrumpí a los chicos, mientras caminaba hasta la puerta de entrada—. Ahorita entremos, les invito algo de beber, y luego me voy.
—Aprendele a Cielo—David seguía martirizando al pobre Chris—. Ella si actúa rápido.
—Idiota—Chris dijo divertido, y en seguida aceleró el paso para quedar a mi lado—. Y en verdad no tienes porque invitarnos. Yo pagó lo de esos estúpidos, y lo que tu vayas a pedir. Tómalo como una disculpa de mi parte por no haber llegado más temprano.
—Me parece perfecto
—El cielo se va a caer—José venía diciendo por detrás—. El codo nos va a invitar.
A medida que ingresábamos al lugar, los chicos seguían molestando a Chris, y él por supuesto los insultaba amistosamente con malas palabras.
Sinceramente, siempre me agradó que frente a mi actuara con tanta naturalidad.
Como sea...
Junto a los chicos ingresamos al bar, y obviamente me dirigí a la mesa donde estaban mis nuevas amigas. Al menos así ya no me iba a sentir tan sola entre tantos hombres.
—¡Cielo!—Laura dijo alegremente, pero al ver que venía acompañada, me miró un tanto confundida—Ehm... así que ya conseguiste... amigos.
—Sí, me los encontré a la salida, y quise volver para pasar un rato con ellos.
—Entonces, bienvenidos sean—Laura sonreía analizando la cara de Chris
Por su cara de disgusto a mis acompañantes masculinos, bien y podría decir que la noche no sería muy fácil. Ella aparentaba estar dispuesta a basurear a los chicos, hasta que alguno fuera los suficientemente masoquista para ser digno de caerle bien a Laura.
—Chicas, les presento a... Christopher Vélez...—al instante me quedé callada, pues me di cuenta que las chicas no habían reaccionado ante la presencia de uno de los lojanos más famosos.
—Un gusto, Christopher—Laura le extendió la mano, y él se acercó a ella para saludarla con un beso en la mejilla.
Realmente Laura no presentó signos de haber visto a Chris antes.
—Y ellos son David y José—informé
Presenté a los chicos y a las chicas rápidamente, y mientras se saludaban, Lau me informó que Rebeca había sido enviada a su casa en un taxi poco después que salí. En resumen del clan de chicas, solo quedábamos tres.
Estuve muy nerviosa con la presencia de Chris, lo admito, pero enhorabuena siempre fui muy buena para ocultarlo. La idea de tener a mi amor platónico imposible, sentado frente a mi, bebiendo conmigo y charlando como si fuera una amigo más, era algo loco.
No quise asustarlo con mi actitud de niña fan, fue por ello que intenté ignorarlo lo más posible y actuar normal cada vez que me hablaba.
Mientras bebíamos de nuestros shots de vodka que Chris nos había invitado, conversamos de cosas simples. Hablamos de donde vivíamos, de que estudiábamos, de nuestros gustos en música, lugares para ir a bailar, películas, etc. Y creo que de todos en el grupo, Chris y yo fuimos los que más coincidimos en gustos.
—No me creo que estés aquí—dije por millonésima vez.
Cada vez que recordaba que él realmente estaba frente a mi charlando, se me daba por agradecerle. Era inevitable, creo que lo único que no me hacia lucir ridícula era que lo decía con tranquilidad.
—Gracias por invitarme, hermosa—Chris me sonrió animado, pasándome una copa.
Mientras estuve embobada mirando a Chris con disimulo, a la vez que él bailaba en su puesto las canciones que sonaban, Laura me apretó el brazo. Yo la regresé a mirar, y ella me indicó con señas para que me acercara más a ella.
—¿Qué?—pregunté pegando mi oreja a la boca de ella.
—Quiero hablarte en privado
Ni siquiera respondí, y ella ya se había puesto de pie. Seguidamente pasó por encima mio, y me tomó de la mano para llevarme lejos de la mesa. Por supuesto yo les sonreí apenada por tan repentino abandono, a lo que ellos me correspondieron y siguieron conversando a varios pasos lejos.
—¿Ya notaste que el muchachito ese, te tiene ganitas?—me dijo a medida que analizaba con la mirada filosa a un Chris que conversaba con Pao.
—Pues, la verdad no—afirmé con simpleza.
Si hay algo que odiaba de mi misma, era la estúpida manía de ser distraída con todo lo que ocurría a mi alrededor. Siempre era la ultima en darme cuenta de cosas obvias.
—Cada que no lo miras, él tipo te empieza a ver hasta lo que no debe. Tiene esa típica mirada de un hombre en cacería. Además, anda con esas conversaciones de machos en secreto, después de comerte con la mirada. Creo que hasta sus amigos están tramando algo en contra de ti—Laura me comunicó y yo abrí la boca sorprendida.
Con eso que me dijo Lau, a la mente se me vino algo... "mensaje de la lencería"
Tal vez ese maldito mensaje enviado por mi amigo, le estaba haciendo pensar a Chris cosas que no eran.
—Mi sexto sentido me dice que ese chico no está aquí con buenas intenciones—Lau me advirtió con los brazos cruzados—. Pero en fin... si quieres ceder a la seducción un chico que quiere un vacile... pues...
—No quiero eso—aseguré mientras me cerraba disimuladamente mi chaqueta, dejando mi escote por completo cubierto—. Además no creo que me vea en esa forma.
Laura soltó una risa irónica, y negó con la cabeza.
—¿Quieres que te lo demuestre? Y así de paso nos divertimos un poco—ella fue hasta la barra, buscó a Carlos. Ellos intercambiaron unas cuantas palabras y poco después ella regresó sosteniendo en sus manos una libreta.
—Los hombres son unos traidores, y te aseguro que con lo que voy hacer, estos van a contar todo sus secretos. Su instinto de machos los van hacer contar hasta lo que no deben, y todo por quedar bien ante la chica—Laura reía maliciosa
—¿Qué vas hacer?—pregunté, y ella de inmediato arrancó hojas de la libreta
—Ya veras—ella me guiñó un ojo, y feliz salió caminando hasta la mesa de los chicos—¡Escuchen todos!
Ni medio habló Laura, todos le pusimos atención.
—Bueno, ¿Qué les parece si jugamos un ratito?—ella nos dio varias hojas a cada uno, y el esféro lo puso sobre la mesa—. En este juego vamos actuar por equipos. Será un equipo de mujeres y uno de hombres. Y afortunadamente estamos tres contra tres. Aquí el juego consiste en preguntas y respuestas. Ustedes nos hacen una pregunta a nosotras, y les respondemos cual de nosotras tendría más posibilidades de hacer lo que escribieron en esa pregunta.
—Ahh, ¿algo así como que probabilidad hay?—recordé el juego, gracias a que varias veces se lo habían hecho a Cnco mediante entrevistas.
—No, ese juego no—Chris protestó, y David y José intercambiaron sonrisas malvadas.
—Manito arriba los que quieren—dijo Laura, y todos alzamos la mano excepto Chris—. Perfecto, jugaremos eso ya que así lo exige el publico. Y bueno, para poder empezar cada uno ponga una pregunta en un pedazo de papel. Luego todas las meteremos en un solo lugar, para irlas sacando de a poco.
Yo estaba interesada oyendo a Laura, pero Pao en cambio no. Ella miraba a Chris detenidamente ya desde hace rato. Ella permanecía con un eterno ceño fruncido.
—Se me hace que lo he visto en algún lado antes—ella observó, pensativa con la mirada en Chris.
—Sí, seguro—hablé distraída sentándome junto a Pao. Laura se sentó a mi otro extremo.
Las chicas por lo pronto no habían reconocido a Chris, ni tampoco alguno de los que estaban en el bar. Supuse que era gracias a que no había mucha gente, y además los que estaban eran gente mayor en su mayoría.
—Aquí meteré las preguntas, y cada equipo tomará una en cuanto le toque su turno—ella dijo, vaciando su bolso en su asiento y posteriormente colocándolo sobre la mesa.
—La persona que más votos tenga, deberá beberse un poco de esto—dicho eso Laura puso una botella, con un liquido transparente. Ni siquiera noté cuando la fue a comprar.
A este punto debo decir que esa maldita botella, quizás fue otra pieza que provocó mi desenlace.
—Primera pregunta—Laura sacó de su bolso un pedazo de papel y lo abrió. Todos nos quedamos a la expectativa—. Dice... quien se besuquearía con alguien desconocido
Al instante que dijo esa pregunta, se me vino a la mente cierto pasaje de mi vida en una iglesia.
—Cielo—respondieron al unisono las chicas sin pensarlo ni un segundo
—¿Me creen capaz de eso, sin siquiera conocerme?—las miré escandalizada.
—Es que a veces eres media loquita—dijo Pao, y yo me puse una mano en el pecho.
Quise protestar pero Chris de pronto soltó una risita, y por supuesto yo lo miré con los ojos entrecerrados. De seguro él estuvo pensando en el día de nuestro gran beso. Era obvio que pensaba que era una hipócrita al querer defenderme de un delito que sí cometí con él.
¡Ay, diablos pero mi justificativo es que... yo era fan!
—Saben que, cállanse—yo las miré ofendida, y en seguida agarré la copa llena que me pasó Laura.
—Tranquila, Cielo... yo no pienso que seas así—Chris dijo con una sonrisa oculta.
—Gracias por tu voto de confianza—yo desvié mi vista de él incomoda, riendo ante la ironía de sus palabras. Posteriormente me tragué de una sola el vaso de lo que parecían ser puntas.
Ese líquido por poco causa que me ponga a toser. Claramente hasta sentí como todo mi estómago ardía por lo concentrado del licor.
Laura estaba loca.
—Bien, les toca—Laura, le pasó su bolso y ellos sacaron un trozo de papel.
La persona que estuvo a cargo de abrir el papel, soltó una carcajada en cuanto abrió la pregunta.
—Quien a tenido más novias y vaciles—dijo David, y sin ningún tipo de recelo regresó a ver a Chris.
—¿Yo?—él lo miró con la boca abierta
—Sí, definitivamente voto por Chris—respondió José intentando no reírse
—Oigan, yo no...—él quiso defenderse pero ni yo lo dejé.
—Hasta yo votaría en tu contra—solté burlona
—Te apoyé hace un rato y tú me hechas leña ahora—él me miró fingiendo decepción. Yo pegué una carcajada ante ello.
—Perdón, no pude evitarlo. Culpa a mis celos de fan—solté y él negó divertido.
Las chicas ante lo que dije, se quedaron pensativas mirando a Chris y a mi por turnos.
Las preguntas siguieron y los tragos con liquido concentrado también. De casi todas las preguntas Chris y yo salimos ganadores. Y para hacerles un resumen, Chris quedó como el chico vacilón, yo como la lanzada, David como el romántico y Laura como la maestra de las relaciones serias. El resto aun no había probado el bochorno de ser "el más probable".
—Bien, la siguiente pregunta candente es...—Laura hizo una pausa dramática—. Persona que le ha sido infiel a su pareja alguna vez.
Golpe bajo.
—Cielo—dijeron al unisonó las chicas, y juro que quise ahorcarlas.
—¿Cielo?—Chris parecía no creerselo
Ni se imaginaba que le fui infiel a mi novio con él.
—¡Oigan!—miré malhumorada a Laura y Pao. Ellas solo desviaron la vista divertidas—. Les pedí que no cuenten nada sobre lo que pasó con mi novio.
—¿Novio?—cuestionó Chris sorprendido—. Cielo, ¿tienes novio?
—Tenía—corregí, bajando la vista—. Y si no les importa preferiría no hablar de ello.
En serio que quería que la tierra me tragara.
—Okey—David asintió y se llevó la cartera de los papeles. Yo mientras tanto, furiosa me tragué de un solo bocado el licor en extremo ardiente.
Con tan poco, ya me estaba empezando a marear. Y era justificable, pues jamás había probado algo tan fuerte.
—Cielo está solterita, buscando un príncipe—Pao soltó dándome un codazo, y mirando a Chris.
¿Será que se notaba mucho que estaba babeando por Chris?
Esa era la desventaja de ser fan intensa de alguien, pues difícilmente los sentimientos se podían controlar. Y eso que yo era una fan pacifica, que hasta ahora había tratado a Chris lo más normal posible.
—Yo no pido eso—solté cansada—. A la final los príncipes no existen. Prefiero vivir mi vida loca, siendo soltera y sin deberle nada a nadie. Así es más fácil para mi corazón.
—Oye, ¿y nosotros que somos?—Chris dijo haciéndose el ofendido, y sus amigos le dieron la razón—. ¿Acaso no somos príncipes?
—Por más lindos que sean, no puedo asegurar que sean o no príncipes. Primero debo conocerlos para darles mi respuesta—le dije con simpleza—. De que están guapos como típicos príncipes azules no se los niego, pero en cuanto a actuar como príncipes...
—¿Quieres demostración?—Chris habló retadoramente—Si lo quieres en este mismo instante me puedo convertir en tu príncipe.
—Lo mismo digo—José se cruzó de brazos.
—¡Ay, no!—Laura rodó los ojos—. No me vengan con tonterías de esas. A lo lejos se nota que son como todos los demás.
—¿Y como sabes?— David la miró con los ojos entrecerrados.
—Todos los chicos son iguales—Laura habló retadoramente—. Se portan como unos bellos angelitos, a los que dan ganas de comer a besos, y de pronto un día... pufff... se desaparecen cuando ya obtuvieron lo que querían de la tonta.
—¿Y que dices de las chicas que hacen lo mismo?—David, se cruzó de brazos mirándola retador—. Conozco casos. Y cuando ocurren eso, ustedes siempre son las victimas. No importa lo culpables que sean.
—Exacto, siempre son las mártires—José lo apoyaba.
—Pues porque en realidad siempre somos las mártires. Nosotras tenemos corazón cuando se trata del amor, en cambio ustedes...—Laura quiso hablar, pero ya la interrumpí.
—¡SIGUIENTE PREGUNTA!—grité dado un golpe en la mesa que los hizo saltar. Luego saqué una pregunta y se las leí. No estaba de animo para oír una discusión entre géneros—. A ver... la pregunta dice... ¿Persona que se enamora con todas las de ley?
—David—soltaron Chris y José entre risas.
Menos mal la pelea de hombres vs mujeres había terminado.
—Ay, que romántico. Sabía que serías tú—dije con cara de niña ilusionada.
—¿Tú, escribiste esa pregunta ñoña?—Pao soltó una carcajada—. Tal vez todas las preguntas aburridas las escribiste tú.
—Oye—yo la miré con la ceja alzada. Al frente Chris le había pasado a David su copa de trago puro.
—¡Awww, hasta yo me enamoré de ti papu!—Chris le decía entre risas, haciendole ojitos a su amigo—. Mi chiquito cada vez me enorgullece más.
—Deberías aprenderle un poco—José se le burló.
—Eso suena a que no te gusta el amor—Laura señaló a Chris y luego me dio una mirada de "Te lo dije"
—¿Quién dice que no?—Chris soltó de inmediato relajado—. El que no me haya enamorado hasta las huevas... no quiere decir que no sueñe con un día enamorarme como idiota.
—Ay, que lindo—solté sin querer y enseguida me tapé la boca.
—Más obvia y mueres—Pao rodó los ojos con diversión.
—Dejenme ser feliz, Chris en mi platónico desde... el 2015—le dije con simpleza.
Laura se acercó a mi oído, antes la mirada de todos, y me susurró algo.
—Si no quieres que juegue contigo, no seas tan obvia con él—Laura me aconsejó—. Poco te falta para que le pidas hijos aquí mismo.
—No puedo evitarlo—sonreí, sin quitarle la vista a Chris—. Yo lo amo desde hace mucho tiempo. ¡Justificame por ser su fan!
—¡¿Fan?!—ella volvió a exasperarse en mi oído—. ¿Tanto así lo quieres a ese tipo?
A mi lado mientras tanto, Pao había empezado hablar sobre algo de las festividades de navidad. Aproveché ese momento de distracción para llevarme a Lau lejos del circulo de conversación. Era hora de informarle con quien estábamos. Claro que en cuanto nos alejamos de allí, todos volvieron a mirarnos extrañados por volver a dejarlos debido a una conversación secreta.
—¿Sabes quien es él?—yo rodé los ojos, y ella me regresó a ver extrañada
—¿Un fiestero aprovechado?—Laura me respondió sin más—. Porque eso de que esté por aquí, justo cuando tú estas despechada bailándole a todo él que se te cruza...
—¡Tampoco exageres!—yo fruncí el ceño, sintiendo el enojo llegar a mi—. Y para tu información te equivocas. Chris en un lindo chico, que respeta a sus fans.
—Ya deja de decirles fans a sus conquistes...
—¡Christopher Vélez es famoso, y por eso tiene fans!—yo alcé la voz
—¿Cómo famoso?—ella me miró pensativa
—Ay, no lo puedo creer. ¿Eres lojana y no sabes de Chris?—yo le di una mirada malhumorada—. ¿Jamás has oído de él? ¿El integrante de Cnco? ¿El chico que ganó la banda?
A todas las preguntas, Lau negó con aburrimiento.
—¿Los que cantan Regueton lento?—dije como ultimo intento
—Ah... sí, me suena—ella se quedó en silencio, y al instante abrió los ojos—. Ah sí, esos cinco chicos que cantan esa canción.
—Sí, él y su grupo—asentí aliviada por su reconocimiento—. Además ellos son un grupo reconocido mundialmente, y ahorita de puro milagro estamos bebiendo unos tragos con él. No tienes idea de cuantas chicas quisieran estar aquí, así que discúlpame si no puedo disimular mi comportamiento de fan. No es porque sea una arrastrada por atención, es solo que al ser fan, no puedo evitar piropearlo. Al menos ahora que puedo, lo tengo que hacer.
—Ah—ella me miró con la misma seriedad de antes—. Bien... pero aun así, por el hecho de ser fan, tampoco te tienes que lanzar así. No es por nada pero, los tipos famosos...pueden querer aprovecharse de la obsesión de las fans.
—Él no son así... o eso pienso—negué malhumorda—. Ya me cansé de que digan eso, ya hasta te pareces a mi mejor amigo...
—Es que es la verdad—ella me hablaba soltando un suspiro—. Piensa en esto... ¿Que hace aquí un tipo que dices que es tan famoso e inalcanzable, y que apenas te conoce? Así lo asumo porque solo hace rato intercambiaron datos básicos de personas que se ven por primera vez.
—No inventes
—Además, tú eres una chica muy linda y sexy—ella me seguía mirando con seriedad—. Los hombres, ya sean comunes y corrientes, o sean chicos famosísimos, siempre se alborotan con chicas como tú. Es su naturaleza.
Como siempre lo he dicho, Laura tenía un serio problema de enemistad con los chicos, y Chris no fue su excepción.
—Además, por las preguntas que les hicimos...
—Esas son tonterías—repliqué cruzándome de brazos.
—Según los datos proporcionados por su propios amigos...
—No quiero oír...
—Evita las relaciones serias, se engancha con alguien a primera vista, lo primero que ve es cara y cuerpo, jamás se ha enamorado en verdad, se pone de intenso con alguien que le gusta, coquetea así sea la primera vez que ve a la chica, prefiere rápido y sin compromiso...
—¡Basta!—interrumpí, dando una rápida mirada a un Chris sonriente que charlaba con David.
En es momento, miles de piezas encajaron en mi cabeza, y todo apuntaba a que le gustaba a Chris. Y quizás me hubiera puesto a fangirlear por tan romántica historia, pero resulta que me sospechaba que llamé su atención pero no en un buen sentido.
Todo apuntaba a que me quería como un vacile
¿Y porque lo digo?
Porque desde el inicio me vendí a él como una urgida que estaba desesperada por él.
—No puede ser—yo me di un pellizco intentando volver a la realidad.
En primer lugar, yo fui la que le metió la lengua en la boca. En segundo lugar, yo fui la que se llevó su celular, y con ello él pensaría que lo hice a propósito para tener la excusa de verlo y continuar con lo que dejamos pendiente en la iglesia. Tercero; yo quedé como una golfa, en el momento que Chris leyó mi mensaje erróneo donde decía que quería hacerle cositas ricas y ni se que cosas de lencería. Cuarto; yo estuve de intensa siguiéndolo en moto. Quinto; yo lo invité a beber conmigo. Sexto; nunca le ponía un alto cuando se quería portar de coqueto en mis narices. Y séptimo; él miró mis historias de instagram donde me portaba como una loca bailandole a todo el mundo. Obvio lo ultimo lo hice con intensiones de hacer rabiar a mi ex novio, pero a los ojos de Chris... bueno... ¡De seguro él quería que le baile de la misma forma!
—¿Te diste cuenta que todo es verdad, cierto?—Laura me dio una palmada de consuelo
Como alma que lleva el diablo, salí caminando hasta nuestra mesa. Allí Chris y sus secuaces reían con cosas que Pao les decía.
El idiota iba a saber quien era yo.
HOLA CHICUELAS BELLAS!!!
A los años que vuelvo a esta novela jajaja. Creo que nunca he tardado tanto en actualizar ggg, sorry. Pero comprendan que mi mentalidad estaba en terminar todo con los Abichuelos.
Abuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
Abuuuuuuuuuuuuuu
Sigo en modo lloranding por el fin de mis intensos, urgidos y cursis.
Menos mal tengo en mis "estrellados" un consuelo jajaja. Pd: estrellados los bautizaré a estos, por cuestiones que sabrán después jajaja.
Bueno, como ya todo está concluido con Chris y Aby, pasaré a dedicar mi imaginación únicamente a Chris y Cielo. Y como alguna vez les dije, esta historia les gustará. Insisto... coff coff... esta historia va a ser distinta a la de los abichuelos. Acá serán intensos de otra forma, así que vayan abriendo sus mentes jajaja.
Realmente estoy muy emocionada porque me voy abrir como escritora a otro tipo de tramas. Tanto en el sentido misterioso, como en el sentido amoroso, veremos cosas nuevas. Ay tantas cosas que hallarán en esta novela. Solo con decirles que tuve que investigar sobre varias cosas... interesantes jajaja.
Bueno muchachas, me despido.
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