51. Solo por un beso



Es un capitulo largo pero muy lindo, ya verán la razón. Quizás haya algo muy esperado 😍😍😍

Capitulo dedicado a: @CncoFanfics13 y @amailynrojas (Gracias por siempre ayudarme con sus votitos y sus comentarios. Les mando un abrazo inmenso jejeje) 





El cielo estaba por completo azul, invadido por un destello cegador amarillo de un sol intenso. Los pájaros cantaban y si le sumábamos la suave brisa de verano que bañaba mi cara, se podría decir que era un día perfecto. La paz se sentía en todo el alrededor de la modesta cafetería colonial en la que me hallaba. Para ser mas específicos estaba en uno de los balcones que me brindaban un esplendido panorama de un mar turquesa. 

A lo lejos observaba con una enorme sonrisa a una jovencita de cabello castaño liso y largo, mostrando su tez blanca en extremo a través de sus brazos descubiertos. Ella estaba sentada en una silla de playa con una guitarra en mano, mirándose perdida en las notas que tocaba.

—¿Cuál es el afortunado hombre que te tiene con esa sonrisa?—dijo de repente una voz masculina que me aceleró el corazón.

Alcé mi vista y me encontré con un Christopher sonriente. Pero no era el Chris que yo conocía, era uno más adulto. Su juventud estaba muy oculta detrás de una camisa blanca, unos jeans oscuros, y una barba crecida que le adornaba el contorno del mentón.

—¿Por qué siempre se debe asumir que unos ojos enamorados solo pueden ser para un hombre?—le dije en medio de un suspiro.

Él se sentó frente a mi mirándome pensativo sin quitar su infaltable sonrisa.

—Esa expresión tuya fue mi todo hace casi 20 años—me soltó asentando sus codos en la mesa—. Tuve la suerte de ser el causante de esa expresión. Nunca olvidaré eso.

Negué divertida y una vez más di un vistazo hacia donde la chica sonreía mientras anotaba algo en un cuaderno.

—Hace 20 años tú eras el dueño de mis ojos enamorados, pero hoy ya no—yo puse mis manos sobre las de él—. Actualmente, mi corazón es por completo de una perfecta señorita.

Nuestras miradas chocaron al instante. Los ojos de Chris se abrieron en gran manera, y yo sonreí divertida.

—¿Tienes... Novia?—me soltó notándose incomodo y de inmediato solté una carcajada.

—No, tonto—yo me puse de pie y con tranquilidad me posé a su lado—. El amor de pareja es algo que no existe para mi. Solo tengo un tipo de amor en mi vida.

Chris me miró atentamente mientras lo tomaba de su cabeza. Por un momento se vio incomodo, pero cuando giré su cabeza en dirección a la playa, él se relajó.

—¿Qué haces?—me preguntó y yo suspiré a sus espaldas sin soltar su cabeza. Los dos mirábamos al frente.

—El único amor de mi vida se encuentra allá—yo extendí mi brazo a su costado y lo llevé en dirección hacia la chica de la guitarra—. Yulieth es lo que más he amado en mi vida.

No podía ver su rostro por completo solo notaba un parte de su mejilla, pero con eso me bastaba para saber que era tan blanca como Christopher.

—¿E-ella es... nues-nuestra hija?—soltó Chris regresando a verme boquiabierto. 

—Exactamente—yo le di un ligero apretón en los hombros volviendo mi vista hacia Yuli—. Esa mujercita hermosa, es el fruto de nuestra singular historia de amor. Ella es el resultado de hace 20 años.

—Dios santo, no lo puedo creer—Chris se pasó una mano por el cabello—. Es... Es perfecta.

—Y eso que tan solo la has visto por primera vez. Espera a hablar con ella. Yuli es el ser más dulce que hay—dije con orgullo.

—Por favor, me encantaría hablar con ella—él atrapó una de mis manos y la apretó mientras me miraba suplicante—. ¿Puedo?

—Por supuesto que lo harás, pero... déjame prepararla para todo—le dije con tristeza—. Conociendo lo complicada y frágil que es esa niña con los asuntos de paternidad pues...- yo le di una sonrisa amable—. Quiero que la primera vez que se vean resulte todo a la perfección.

Chris tomó mi mano y soltó un beso un tanto largo en ella.

—Gracias por todo, Cielo—él me miraba con agradecimiento—. No tengo palabras para agradecerte todo lo que has hecho por mi.

—Era tu derecho conocer...

—No solo me refiero a que me permitiste conocer a mi hija. Me refiero a haberme regalado a Yulieth pese a que bien pudiste no hacerlo y... también por liberarme de...

—El hechizo de amor—completé desviando mi vista de él—. No me agradezcas. Mi deber era liberarte. Después de todo, tú solo fuiste una victima. Era muy cruel mantenerte a mi lado cuand...

—Puede que tengas en parte la razón. Pero los días que pasé hechizado a tu lado son recuerdos muy especiales. No fue tan cruel como lo describes.

Mis labios se abrieron para replicar pero de pronto una voz femenina nos interrumpió.

—Amor, voy a llevar a Jef a la playa.

Cuando vi hacia el origen de la voz, me encontré con mismísima Lucia. Pese a que aparentaba más años, se veía igual de hermosa. El niño en sus brazos la hacía ver con un brillo aún mas especial.

—¿Qué dijiste, bella?—le preguntó Chris regresando su atención a ella.

Lucía se nos acercó con recelo, sonriendo tímidamente.

—Dije que iría a la playa con Jef—dijo sonriente—. Te dejé la tarjeta de la habitación en recepción—y entonces ella alzó la mano hacia mi en señal de saludo.

Chris se puso de pie y rápidamente fue alcanzar a Lucia.

—Si amor, gracias. Pero antes que se vayan quisiera presentarlos formalmente con Cielo—él tomó la mano de Lucía y la fue acercando hasta donde yo estaba. Ella notándose apenada se detuvo en frente mío.

—Cielo, ella es... Lucía, mi esposa—él dijo y de inmediato lucía se acercó a darme un beso de saludo en la mejilla. Yo solo me quedé asimilando el ligero crujir de mi corazón al oír la palabra "esposa".

—La conocía por fotos—informé fingiendo tranquilidad—. Un gusto conocerte. 

—El gusto es mío—ella me sonrió amablemente.

—Y este campeón que vez aquí es nuestro hijo—tocó cariñosamente la mejilla de niño de unos 4 años que soltaba carcajadas por las cosquillas de su padre—. Jef es el menor.

—Wouu, tienen mas hijos—solté admirada.

—Sí, también está Dana, mi nena de 10 años—me dijo con orgullo.

—Se quedó dormida en la habitación—informó Lucia.

La respiración me empezaba a faltar.

De pronto una mezcla de sentimientos me embargó, y todos me asfixiaban.

—Es una perezosa—soltó un divertido Chris—. Mi Koala hermoso. 

De repente sentí los mas horrible celos que jamás sentí en mi vida.

—Bueno, corazón. Jef y yo nos vamos—Lu le dio un pico en los labios a Chris. Se veían tan felices que me daban náuseas—. Quédense tranquilos.

Chris besó al niño idéntico a él en la cabeza.

De pronto cuestioné internamente a Chris por restregarme el amor que le tenía a su hijo, y me dolió pensar que quizás el amaba más a sus hijos con los que compartió toda su vida desde bebes, que a mi hija con la cual ni había hablado.

—Ay diablos—solté en un susurró lanzándome sobre una silla cercana a respirar.

Estaba entrando en un ataque de pánico pero a ellos no les importaba. Chris y Lucía sonreían felices y enamorados haciéndole cosquillas al pequeño niño.

Y entonces de pronto desee con todo mi corazón ser Lu, para ser vista con tanto amor por parte de él. De pronto quise que el pequeño niño fuera mi Yuli de pequeña siendo consentida por su padre.

Me estaba ahogando y aunque quise llorar no pude. Todo se iba distorsionando a mi alrededor.

—¡Noooo!—dije al abrir bruscamente mis ojos.

Todo lo anterior había sido un terrible sueño.

Me pasé una mano por el cabello y sentí la humedad en él. Por lo visto sudé mas de lo normal a causa de la pesadilla.

—¿Qué carajos?—dije con la voz temblorosa.

De repente algo húmedo y tibio bajó del rabillo de mi ojo en dirección a mi oreja.

Eran lágrimas.

Al respirar profundamente unas cuantas veces, me di cuenta que mi corazón estaba acelerado y sentía un dolor y desesperación muy profunda. Afortunadamente una bolita de pelos llegó a lamerme toda la cara para calmarme. 

Los besitos de Solovina me brindaron un ligero efecto de paz.

—No quiero perder a tu padre—le dije atrapándola en mis brazos.

Cuando intentaba buscar una lógica mágica a mi sueño que creí como presagio, recordé que esa misma escena con los mismos diálogos de mi sueño los vi o mas bien dicho leí en algo anteriormente. Toda esa escena fue el epílogo de "Niebla tras tu corazón". Lo único que cambiaba era el final donde me daba un ataque de pánico.

—Mami, no me des malos augurios—solté mirando al techo, imaginándola a ella escuchándome—. Si esa escena se diera en la realidad, es muy probable que mi corazón se rompa de verdad y de maneras peores. 

Busqué mi celular debajo de la almohada y miré en la pantalla la hora. Eran las 4 de la tarde.

—Estas a un paso de abandonarme por siempre—solté con la voz temblorosa.

Su vuelo era a un poco más de las 4 por tanto él estaría ya en el aeropuerto esperando su vuelo de transbordo a Quito. De allí tomaría otra serie de vuelos que lo llevaría a Argentina.

Desbloqueé la pantalla y me encontré con lo que sabía que me iba a encontrar. Se hallaban notificaciones de whattsapp y unas cuantas llamadas perdidas de él.

—No me compliques esto, tonto—dije frustrada mientras pasaba mi nariz por mi antebrazo. El aroma de Chris seguía en mi piel. Su perfume se me había impregnado y ni siquiera hice el mínimo intento de quitármelo con una ducha en cuanto llegué a mi habitación de hotel.

Se estarán preguntando como llegué a un hotel, pues resulta que luego de mi gran escape de Chris, fui a buscar un hotel en la zona más alejada de Loja cerca de la carretera rumbo a Quito.

No estaba física (no dormí casi nada) ni mentalmente preparada para manejar por horas en moto.

Durante todo el día me cohibí de mis sentimientos confusos. Yo sabía que amaba a Chris, pero aún no entendía a que grado. Esa cuestión la ignoré por todo el día. Afortunadamente mi cansancio extremos me llevó a dormirme al poco tiempo después de recostarme en la cama.

—¿Que carajos estoy haciendo?—me dije con la culpa volviendo a mi. Estaba consciente que le rompí el corazón a Chris, y por más que quería encontrarle la "buena razón", no pude. 

Con el paso de los segundos se me hacía que el haberme ido así tan bruscamente fue algo muy egoísta con él. 

Desesperada por mi situación, me resigné a pedir consuelo. No podía con el peso yo sola, por eso con rapidez busqué el numero de la persona en la que más confiaba en el mundo.

Mi amigo Fer debía ser mi esponjita para malos ratos.

El timbre sonó y luego de varios minutos su voz contestó.

—Ese milagro comadre—él dijo bromista—. Desde que te andas tirando a tu ñengoso ya no te acuerdas de mi.

No dije nada. Solo me mordía el pulgar a la espera de que mis nervios disminuyeran. Tenía que soltarle toda la sopa incluyendo los hechos sobrenaturales y no iba a ser fácil.

Ni yo no terminaba de asimilarlo.

—Se acabó—dije de una sola—. Yo... terminé con él... o algo así. Esta vez es definitivo. 

Fer se quedó mudo.

—Sí, como no—Fer dijo burlón—. Dime... ¿Acaso entraste en una de tus singulares crisis existenciales, donde te abrumas por la idea de un amor fal..?

—Se rompió el hechizo

—¿Se rompió el hechizo?—Fer se quedó callado—. Ahhhhhhhhhhhhhhhhh, Virgencita del Quinche. ¿Pe-pero... como?

Y entonces le conté todos los hechos sobrenaturales. Y aunque hasta yo me hice bolas para explicarle, al final y luego de que me acusara de drogadicta logré hacerle entender todo.

Me costó mucho tiempo y burlas por lo descabellado de la situación.

—No mames, no mames—soltó él en medio de una risita nerviosa—. Está situación está más loca que tú luego de tomarte una botella de puntas. 

—De hecho sí

—Wouuuu, ahora entiendo su peleita de ayer—él dijo admirado—. Menos mal al final quiso redimirse por romperte el corazón falsamente...

—Ni tan falsamente

—Cierto—él se corrigió—. Te ocultó una novia en Estados Unidos.

—Y tú gran pendejo, le diste la oportunidad de confundirme más—lo regañé mientras me abrazaba a la almohada—. Pensé que iba a ser bueno apartarme de él un tiempo para descubrir mis sentimientos y tú le soltaste la llave de mi casa para que entre a alborotarme.

Fer se quedó mudito por un largo tiempo.

—Sí, lo sé. Perdona, Cielo—Fer soltó un suspiro culpable—. Te juro que pensé que era una de sus peleas ñoñas de mocosos. No... No creí que fuera tan grave la cosa. Por lo general tú siempre me llamas cuando algo malo en verdad te pasa y como no me dijiste na...

—Ni yo mismo sabía donde estaba parada. No estaba en capacidad para contarte lo que te estoy contando. Me enteré de mucho ayer. En primera que toda la historia que envolvía a la profecía era un farsa. Supe que Sara, mi madrina era una bruja. Descubrí que el libro más famoso de mi madre era real, con epilogo incluido donde mi papá es un encantador hombre que ya me conoció en secreto, lo cual aun debo preguntar. Pero...—yo cerré los ojos fuertemente—. Quizás lo peor de todas las noticias fue Chris. Todavía sigo sin entender como es posible que yo llegue amarlo de una manera tan intensa y patológica. Me duele pensar pese a que puedo amarlo como nadie, él no me vaya a corresponder al final de todo.

—Diablos, esto pinta feo—Fer soltó consternado—. Creo que empezaré a buscar más magos. Algún Merlin me debo encontrar para que nos dé otra perspectiva de su futuro.

Otra perspectiva.

Nunca pensé en aquello. Tal vez si ahora Fat miraba hacia mi futuro, en un caso de continuar con Chris... las cosas se verían distintas. Quien sabe si Sara me ocultaba mas cosas. Tal vez si en secreto hacíamos aquella investigación.

—Me siento estúpida—me dije a mi misma—. Sigo pensando que lo mio con Chris podría funcionar pese a las predicciones, pero otra parte de mi dice que es tonto pensar que su relación extensa con Lucía es mas importante que la que tuvo conmig...

—El tiempo no define si un amor es grande o no. Y puede que si sea algo que ayude a definirlo pero... no siempre es un patrón. Nunca el amor sigue un patrón. Para cada quien sabe diferente. Lo que si te recomendaría es que te regales un respiro con él y así veras que con el tiempo las ilusiones se extinguen y llegas a saber que quedó y si eso vale la pena.

—Hasta esta madrugada bien pude haber requerido solo de unas semanas para extinguir las ilusiones. Pienso que ahora más bien voy a necesitar años.

—¿Y por qué?—él dijo en tono de sospecha—. Mensa, yo te conozco y sé que hay algo que te hace mucha ilusión. Te hace vomitar arcoíris. No me vayas a decir que tú y él... en la madrugada...

—Pues...

—¡Aplicaron el snu-snu!—soltó escandalizado.

—¡Siiiii!—exclamé avergonzada tapándome la cara con una mano.

—¡Hija de la banana!—soltó consternado—. Mijita, esa es la primera cosa que hay que evitar cuando piensas que estás enamorada de alguien. Casi es inevitable que caiga muerta de amor luego de eso.

—Supongo que tú lo sabes bien—solté con reproche.

—De hecho sí. Por eso mi corazón ha sobrevivido tanto. Apenas empiezan a ponerse raras las cosas... solo cortó la relación de raíz.

El haber tenido intimidad con Chris fue mala idea. 

Realmente sentía que todos mis sentimientos por él se triplicaron. El pensar que me amó con cada milímetro de su cuerpo... me hizo aferrarme más a él.

—No lo pude evitar—dije con la voz baja—. Yo... yo necesitaba un ultimo recuerdo especial.

—¿Último?

—No voy a volver a verlo. No pienso exponerme a él creando el riesgo de enamorarme más.

—Entonces... ¿Ya lo amas como para enamorarte más?—él soltó la pregunta y yo suspiré resignada.

—Sí, Fer—confesé desanimada—. Creo que siempre lo estuve. Con hechizo o sin hechizos sentía cosas muy bonitas por él. Y anoche cuando...

—No quiero que me cuentes tu porno

Yo ignoré su comentario y me quedé perdida en mi mente.

—Me sentí muy conectada con él en todos los sentidos. Nunca sentí algo tan suave, cálido y... tan intimo—suspiré con cara de mensa—. Realmente me creí en cada segundo que ni él ni yo podríamos desatarnos del otro. Sentía que con cada beso, caricias, toque... estuviéramos firmando un contrato de propiedad. Sentenciándolos a no sentir aquello con nadie mas.

—Solo diré que mientras no te des un respiro, no lo catalogaré como amor. Tómalo con calma Cielo.

En mis pensamientos pesimistas creía que al final del respiro el único que se daría cuenta que no era amor sino ilusión, sería... Chris. 

Yo cerré los ojos y la imagen de Chris mirando con infinito amor a Lucía me carcomieron. Quizás si seguía con la esperanza de tener un noviazgo verdadero con él, iba a terminar siendo la chica triste y solitaria que mira desde lejos su matrimonio feliz. 

Pero en fin... quizás la manera más factible de cortar la esperanza, era la verdad. A lo mejor si él se enteraba por si solo se alejaría sin tanto drama de mi parte. 

—¿Debería contarle todo?

—¿Ah?

—Te juro que me siento muy mal por haberme ido como me fui—yo me mordía la uña—. ¿Qué te parece si luego de contarle todo, ahí sí me doy un tiempo con él de todas las maneras posibles? Supongo que quizás él también querrá lo mismo... o tal vez no. ¡Ay diablos, espero que no porque si se pone de intenso yo...!

—Llámalo y cuéntale lo que pasa. Quizás a él se le ocurran mejores soluciones a las tuyas. Quien sabe. 

—Sí quiero, pero me da miedo. ¡Por todos los Cielos, no creo poder!

—Todo irá bien. Ponle huevos al asunto—soltó Fer animadamente, y yo solté un risita nerviosa. 

Me costó mucho convencerme de hacerlo, pero al final ganó mi conciencia. Ya no aguantaba el peso de la verdad.

—Okey, lo haré—dije en un sollozo

—Bueno, amigui. Entonces te dejo. Más luego te llamo, suerte—me dijo con tranquilidad.

Colgué el teléfono y mirando la pantalla donde Chris sonreía abrazado a Solovina, me decidí a iniciar con leer los mensajes de whattsapp e instagram por donde habían varias notificaciones de Chris. 

En whattsapp, Chris me había enviado cinco mensajes pero los había borrado. Solo quedaron dos para ser leídos.

Whattsapp

Supongo que esto es todo.

Te deseo suerte en tu vida. Adiós Cielo.

Él se había dado por vencido conmigo, y lo entendía. Yo no había sido buena con sus sentimientos.

—Diablos—murmuré preocupada. 

Y entonces procedí a cerrar todo para enfocarme en llamarlo. Todavía estaba a tiempo. Lo mas seguro era que su vuelo aún no salía por tanto podría atenderme.

El timbre sonó unas cuantas veces, pero él no contestó. De hecho al segundo intento la llamada me llevó directo al buzón.

Christopher definitivamente ya no quería hablar contigo.

—¡Mierda!—solté preocupada.

Yo estaba bien creída que tendría a mi alcance una conversación con él cuando yo quisiera. Confiaba en que el Chris de antes aún existiera, estando listo para recibirme pese a mis estupideces.

Al parecer ya no era el Chris que esperaba por mi.

Seguí intentando, juro que seguí intentándolo por todos los medios pero no lo conseguí. De hecho hasta me había bloqueado en instagram y facebook. Casi me infarto cuando me di cuenta. 

Debo confesar que se me destrozó aún más el corazón. El alcance prestigioso que tenía con él se había ido. Me sentía nuevamente como la fan que ni por mensajes en redes sociales podría hablar con él. 

Lo ideal era esperar y caerle en el momento exacto cuando encienda su teléfono nuevamente, pero... ¿y si no me contestaba por más que repitiera las llamadas? Si tuvo la seguridad de hasta bloquearme... era porque la cosa iba muy en serio.

Necesitaba darle una pista de mi arrepentimiento, para así aliviar su corazón herido. Él tenía que saber que era importante para mi.

Y fue así como se me ocurrió algo un tanto descabellado. Definitivamente Chris iba a escucharme por las buenas o por las malas.

(...) 

POV Christopher

Creo que es la primera vez que daré mi versión de los hechos y estoy un poco nervioso. Jamás había dado un testimonio tan intimo, y ahora estoy por dárselos.

Por cierto, soy Christopher o más conocido como "el chico morfina" o "la pesadilla viviente" según Cielo. Se muy bien que esa mujer terca les habló de lo desgraciado que he sido con ella.

Cofff, cofff no le crean. Esa hermosa es todo un drama andante.

Bien, creo que ustedes mueren por saber detalles ocultos sobre mi historia con Cielo. Pues empezaré por el inicio... desde el inicio que recuerdo. Eso se remonta a diciembre del 2017, cuando grabábamos el video de Mamita en la ciudad de Quito.

Jamás pensé que esa fecha en esa ciudad, encontraría a la chica que desmoronaría mi vida.

—Chicos vamos. Ya comieron así que ya hay que regresar al trabajo—nos dijo Renato, mientras iba hacia la puerta—. Tenemos que aprovechar la luz para el video. Ahorita está en su mejor punto.

Miré como Renato se ponía hablar con un montón de gente de producción y unas cuantas personas de seguridad.

No encontrábamos encerrados en una habitación al pie de la enorme iglesia de la Basílica, donde grabaríamos varias escenas. Por los restos de oficina que nos rodeaban, supuse que nos armaron un restaurante improvisado. Gracias a Dios lo hicieron, porque estábamos muriendo de hambre con los chicos. Desde la madrugada que salimos a grabar escenas en el aeropuerto, casi ni habíamos comido nada.

—Parece camarón—dijo de repente Erick, mientra apuntaba a Joel entre risas.

—¿Qué te hiciste, bro?—Richard se acercó a ver el cuello de Joel.

El pobre estaba brillando de rojo por las quemaduras del sol. Supuse que se quemó así el día anterior que fuimos a una reserva ecológica llamada Antisana a grabar todo el día. No se sentía en su momento, pero el pasar a la intemperie en ese páramo nos había achicharrado la piel.

—Les dije que en esta ciudad el sol quema horrible—también reí al ver a Joel pálido mirarse con la cámara del celular—. Me han dicho que por ser la mitad del mundo es como que los rayos de sol son más directos.

Joel se bajó un poco el buso desde el cuello, dejando ver como se había quedado la marca de su ropa.

—¡Noooooo!—se quejó él y todos empezamos a partirnos de la risa.

—¡Se le quedó la forma del buso!—Erick seguía señalándolo y riéndose—. Yo digo que te iguales. Ahorita encuerate y anda asolearte frente a las cncowners de afuera.

—Y el sol está muy bueno, eh—Zabdiel se le burló.

—Bueno... al menos saldré bronceado en el video—Joel se veía entre frustrado y divertido.

—Rojo es lo que vas a salir—habló Richard.

A lo lejos podía escuchar como las fans cantaban nuestras canciones. Ellas se encontraban detrás de barrotes a las afueras de la iglesias, esperando a que salgamos de nuestro "restaurante" para vernos a lo lejos.

—¿Y que vamos hacer en la iglesia?—preguntó Zabdiel mientras bebía un sorbo de jugo.

—Lo de siempre, simular que son felices con las chicas del video—informó Renato acercándose a nosotros—. Darse cariñitos mientras ponen cara de asombro por las maravillas de la iglesia. Al final los vamos a grabar con drones en la torre más alta, y encima del reloj. Solo eso.

—Las chicas ya se adelantaron a la iglesia, están esperándolos—nos informó uno de los sujetos de producción—. El director también ya subió. 

—Okey, entonces vamos por nuestras novias- soltó entre broma Richard.

"Novias" "novia"

Sin querer recordé a mi ex novia e involuntariamente me puse de mal humor.

Hace unos días Lucy me había llamado hecha una furia para pedirme explicaciones sobre unas fotos mías que se habían filtrado. En esas yo salía abrazando a una chica castaña por la cintura, mientra le hablaba desde muy cerca en medio de una discoteca. 

En fin... esas fotos no se quien rayos se las mandó, pero estaba seguro que eran muy antiguas. Llevaba mucho tiempo sin ir a discotecas desde que empecé a ser el novio de Lu. Por ella me había vuelto el fiel numero uno. Juro que intenté en lo más posible respetar mi relación con ella. Me dije a mi mismo que no mandaría a la porra una relación que me costó tanto conseguir.

Me tardé como 3 años en lograr algo con Lu, una de mis más grandes amigas desde que llegué a los Estados Unidos. La había conocido en la juguetería donde trabajé, lugar donde ella también hacia trabajos temporales de vendedora para ahorrar para la universidad. Y sí, tal vez ustedes nunca oyeron de ella, y la razón es porque simplemente cuando alguna chica se convertía en importante para mí, la protegía de los medios a toda costa. Como no quería que nadie la dañara, siempre era cuidadoso en cuanto a exponerla a rumores.

Hasta el momento Lu permaneció bien oculta en mi vida, porque la amaba.

—¿Chris?—Erick me miraba curioso—. Otra vez te pusiste tristón por tu Lucía.

—No puedo creer que pese a que siempre se equivoca con respecto a sus celos, siga creyendo primero en los rumores—dije enojado, mirando en mi celular el ultimo chat que tuve con ella.

Whattsapp

Es difícil ser tu novia, Chris

Siempre tienes chicas a tu alrededor que mueren por entregarte "todo", y... 

No sé si yo llegue a ser suficiente siempre

Tengo miedo de lo que pueda pasar por eso

Si en realidad CONFIARÁS en mi, no tendrías miedo

Me duele pensar que pese tantas veces que caes en rumores falsos, tu sigas sin creer en mi

¿Debería darte rumores reales?

No puedo seguir con esto

Creo que hay que salir con otras personas

En verdad lo di todo de mi para que no se crearan rumores falsos que podrían herirla. No salía últimamente ni con mis amigos. Y en las entrevistas o encuentros con las fans que nos organizaban, por poco y me ponía vendas en los ojos para que no me vayan a tomar una foto donde parezca que veo "más de lo debido".

¡Diablos, estaba cansado de que nunca me crea inocente!

Por lo general se estaba haciendo costumbre que nadie me crea.

—Muchachos apúrense que luego tenemos que ir a grabar en otro lugar por aquí cerca. Y en la noche debemos ir al hotel a grabar la escena final...

—¿Esa que te hará ganar un Óscar?—Richard dijo bromista—. Porque dejame decirte que la escena del aeropuerto que hiciste en la mañana, te quedó... 

—De mil respetos—completó Joel entre risitas. 

—Pues lo mío no fue actuación, yo siempre ando con esa cara de tragedia por culpa de ustedes. Si no anduvieran pedejeando siempre... 

—Sí, sí Renatico, calmate—Erick me dio un codazo y me indicó con la cabeza que sigamos a Renato.

—Uno de estos días voy a renunciar, pinches pendejos—soltó bromista. 

Con los chicos nos levantamos de la mesa, y fuimos rumbo a las grabaciones.

En cuanto salimos al patio de la iglesia, las fans empezaron a gritar como locas. Nosotros con un sonrisa empezamos a saludarlas, mientras ellas cantaban nuestras canciones a todo pulmón. Aquel encuentro lejano con ellas no duró tanto, pues en unos cuantos segundos nos metieron a la iglesia.

—¿Alcanzaremos todos en el ascensor?—oí que de pronto Joel mirando un pequeño ascensor, donde entraba un chico bajito con un parlante enorme desde el cual se reproducía Mamita, para nosotras cantarla mientras grababamos.

El ascensor se fue, y nosotros nos quedamos esperando a que volviera.

—Si nos ponemos todos de lado sí entramos—calculó Zabdiel.

—Tú no entras ni de alto ni de ancho—se burló Richard.

Creo que el ascensor no nos daba ni un espacio de un metro para los seis. Renato también iba a entrar con nosotros por lo que veía.

Los chicos se pusieron a charlar con unas cuantas señoras de logística, sobre las locuras que las fans habían hecho para ocultarse en la iglesia y así lograr vernos. Incluso dijeron que se habían ocultado en los baños, basureros, y cosas por el estilo.

Ellos estaba riendo muy a gusto, mientras que yo... estaba que echaba chispas por dentro.

—Lu—solté mirando al teléfono y apartandome del grupo.

Le había escrito toda la mañana mensajes pidiéndole que me conteste, pero desde la ultima conversación solo me dejaba en visto.

—Esas chicas están locas—oí a alguien desde arriba de unas escaleras junto al ascensor—. Están allá arriba escondidas esperándolos.

—Ya pasaron como 4 horas desde que cerraron la iglesia, y ellas...

En cuanto los tipos con chaleco verde me vieron se callaron. Solo me dieron un saludo de cabeza y yo les respondí con una sonrisa amable.

En ese momento me enteré que habían fans arriba, sin imaginar que entre esas chicas estaría aquella chica que se convertiría en mi amor más confuso e intenso.

—Vamos, men—me dijo Erick, y todo empezamos a entrar a duras penas en el ascensor.

Tuvimos que ir como sardinas, apegados sin nada de espacio personal pero al final lo logramos.

—No me puntees wey—Richard le dijo a Zabdiel en broma, y yo solté una carcajada.

Erick estaba detrás de mi, y al dejarse contagiar por la broma del "punteado" él ñempezó a puntearme.

—Erick—dije mirándolo con una ceja alzada entre risas, y él me puso su cara de demencia.

—Ya casense—Joel soltó bromista. 

—¿Ya llegamos?—dijo Erick, y otra vez me "punteó" bromista, y yo solté una carcajada.

—¡Ay, no jodas Erick!—le exigí, y a la par se abrió el ascensor.

Un grito diminuto se escuchó por fuera, y todos miramos en esa dirección encontrándonos con un grupo de chicas que estaban por llorar.

—Suban pronto—Renato salió del ascensor, y se puso escudo para nosotros. Básicamente dejó pegadas en un rincón a las chicas.

Todas ellas grababan con sus celulares, y no nos quedó más opción que sonreír.

—Una foto por favor—dijo una chica castaña, con unos ojos casi verdes. Me llamó la atención, no lo niego. Sobre todo porque me parecía graciosa la manera en que forcejeaba con Renato. 

Las chicas seguían rogando, y mientras tanto nosotros solo cumplimos las ordenes de subir por las escaleras que nos llevarían a la torre de la iglesia.

—¡Chris!—escuché que alguien gritó y yo volví mi mirada hacia el origen de la voz—. Te amo con toda mi alma.

Esa chica que ya iba llamando mi atención por dos ocasiones, no se trataba de nada mas ni nada menos que de mi Cielo. Mi dramática y sentimental Cielo.

Como acto de agradecimiento le lancé un beso a ella, y en ese instante mientras lo hacia miré sus ojos. Juro que sentí una conexión muy especial con ella. Tal vez se debía a que mi corazón reconocía a la persona que me había estado faltando. En fin, en ese momento intenté ignorar aquello y me dispuse a subir nuevamente.

—¡Chris!—de pronto volví a escucharla. Entonces me di cuenta que ella se había zafado de Renato, y ahora se encontraba gateando en el piso pues se había salido por debajo de las piernas de él.

Ni siquiera pude reaccionar, pues de pronto ella se puso de pie en un flash y de inmediato se acercó corriendo a nosotros con su celular grabándolo todo. La vi pasar de uno en uno, pidiendo que sonrieran a la cámara, hasta que llegó mi turno de tenerla cerca.

—Te amo—me soltó de repente al encontrarse con mi mirada, y sin querer sonreí—. Te juro que te amo.

Mi corazón se sintió tan calido por sus palabras, era la primera vez que un "Te amo" dicho por un fan me hacía sentir tan en las nubes. 

—Gracias, bella—logré decirle.

Sentí una fuerte química con ella desde el primer momento, y solo el tiempo me diría la razón de aquello. 

—Porfavor... los chicos están retrasados—dijo un Renato malhumorado.

Cielo se puso nerviosa, y de inmediato me miró con desesperación como si no supiera que hacer.

—No, mejor no—soltó sorpresivamente y me reí por no entender a que se refería. Ella parecía muy pensativa mientras sus ojos iban de mis labios a mi mirada—Ahora, definitivamente debe ser ahora.

—¿Que?—volví decir con curiosidad

Ella subió un escalón y sin verlo venir me besó. 

Así de rápido lo había hecho sin dejarme ninguna sospecha. Por supuesto me tomó por sorpresa, pero al sentir la calidez de sus exquisitos labios, simplemente me perdí. Era como si con su solo toque un niebla espesa hubiera caído en mi cabeza. Por un instante me olvide que aquello no era correcto, pues lo único que quería era calmar un frenesí que empezaba a crecer en mi interior.

Yo se que ustedes ya saben que aquel frenesí del que les hablo no es más que un hechizo que empezaba actuar en los dos. Con ese beso habíamos abierto el camino para nuestra profecía de un final feliz.

Sus labios estaba haciendo maravillas en mi, juro que jamás alguien me había hecho sentir tan loco con un simple beso. No me dejó más opción que corresponderle, pues todo mi cuerpo lo exigía. Y si me quieren recriminar por Lu, pues... de hecho la besé con más ganas por ella.

Ya me había cansado de sus reclamos injustos, y estaba a modo "tóxico" en ese instante. Si en realidad ella quería hacerme reclamos por algo, ahora si iba a ser por algo real.

Lo demás que recuerdo de ese día son los regaños de Renato para que suelte a la chica que hasta se había colgado de mi cuello.

—Me tengo que ir, hermosa—le guiñó un ojo, y sin más me fui.

—Te amo—ella gritaba dando saltitos, y sin querer sonreí por la ternura que me causó.

Mientras subía, sentí las miradas curiosas de los demás chicos, pero de todas maneras no dejaba de mirar a la hermosa chica que me besó.

—¡Mándame un mensaje a mi Instagram!—le grité y ella se quedó boquiabierta— ¡Voy a estar pendiente de ti!

Ese día empezó mi tormenta sin darme cuenta. Desde ese día me sentencie a que sentimientos y sensaciones falsas por esa chica empezaran. Desde ese día empecé hacer cosas improbables solo por ella. Incluso fui capaz de olvidar a Lu cada vez que estaba cerca de Cielo, un chica que apenas y conocía.

En un inicio no sabía porque de repente quería volver a verla, ni tampoco porque el rencor por Lu y su desconfianza creía más. No entendía porque de repente cada una de mis decisiones solo hacia que lo joda todo con Lucy. 

Recuerdo muy bien lo que pasó horas después de nuestro excelente encuentro. Yo estaba encerrado en mi habitación del hotel, escuchando como las fans cantaban en la calle nuestras canciones. Se suponía que estaba esperando a que llegara Renato para bajar con él a saludar a las fans en la puerta del hotel. Él estaba arreglando todo el asunto de la seguridad por abajo.

—¿Qué mierda te pasa?—me dije mi mismo lanzándome contra mi almohada.

Mis manos picaba por ver si entre los mensajes nuevos de Instagram aparecía algún indicio de la chica de la iglesia.

Y entonces mi cabeza confusa me volvió a recordar mi enojo con Lu. Me recordó la cantidad de veces que me hizo reclamos por creer que le estaba siendo infiel. Mi cabeza idiota me gritaba que el que Lu me haya terminado era lo mejor para mi. Me decía que... debía empezar algo nuevo.

Desesperado me acomodé en mi cama y me puse a monear mi celular. No sé ni como pero de pronto estaba buscando en los chat a la chica linda. Necesitaba mandar al carajo de una vez mis oportunidades con Lu, para ya no querer volver a ella.

Estaba harto de encontrar chicas que confiaran en mi. Estaba harto de hallar a chicas que no me quisieran en verdad sino a mi fama. Estaba hasta la coronilla de chicas que siempre me recriminaban que yo era el problema de una relación. Estaba harta de chicas que fingieran ser lo que no eran solo para tener algo conmigo.

En ese momento estaba confundido y lo único que quería, era volver a ser un chico al que no le importaban los sentimientos. Necesitaba volver a ser el Chris soltero y sin compromisos que no sufría por amores fracasados. 

Y aunque suene un poco bobo, esa noche quise a Cielo con todas mis fuerzas. Y todo por cuestiones de despecho. Por supuesto con él tiempo me daría cuenta que ella era algo muchísimo más especial que un simple vacile. 

-Joven- oí una voz y de pronto sentí un piquete en el brazo. 

Así fue como terminé despertando de mi sueño, que más bien significó un viaje al pasado. 

-Mmm...¿donde estoy?- yo dije despertando atolondrado. 

-Llegamos a Quito- me sonrió amable la señora azafata. 

-Wouu, menos mal- yo solté un bostezo-. Gracias por despertarme. 

Yo me levanté de mi asiento, y tomé mi mochila cargándola.  

-Disculpe que lo moleste- la señora me dijo apenada-. Es que sucede que mi hija es muy fan de usted y los chicos de Cnco. No sé si tal vez me podría regalar un saludo para ella. 

-Claro, con gusto- le dije pasandome una mano por la cara como intento de verme más despierto. 

Luego de unas cuantas grabaciones, y luego de varias fotos con la azafata, me dispuse a salir del avión para dirigirme al interior del aeropuerto. 

Eran aproximadamente las 6 de la tarde cuando llegué a la ciudad de Quito. Se suponía que tenía que tomar un vuelo a Lima en casi una hora por lo cual supe que estaba con el tiempo justo.

Mientras esperaba mi equipaje pensaba una y otra vez en lo ocurrido con Cielo. Todavía me ponía a temblar con tan solo recordar sus besos y caricias en mi cuerpo. Mi corazón se aceleraba a recordar sus palabras llenas de verdad mientras hacíamos el amor.

Nunca sentí una conexión tan grande con una persona, y lastimosamente solo yo sentí aquello. Cielo tan solo me había usado para convencerse de que no me amaba. Esa era la idea mas probable.

Nunca me sentí tan tonto en toda mi vida.

En fin, mi maleta había llegado así que la tomé. Acto seguida me dispuse a salir hacia la puerta de arribos junto a los demás pasajeros del vuelo proveniente de Loja.

Me sentí aliviado al no hallar a tantas personas que me reconocieran pues no estaba apto para sonreír. Tan solo la señora azafata me había detenido para fotos. 

Por afuera de arribos todo parecía estar igual. Cuando salí las personas que estaban allí esperando me ignoraron. Por eso me apresuré a subir al área de salidas internacionales lo más rápido posible.

Con mi mente perdida me dirigí hacia las escaleras eléctricas, sin notar la presencia de dos personas siguiéndome.

—Christopher—me dijo una voz femenina y por detrás sentí un piquete en mi brazo.

Con curiosidad regresé mi vista a un costado deteniéndome, de esa manera me encontré con dos chicas que parecían tener caras de cncowners. Sus ojos llorosos las delataban. Bueno, eso y sus camisetas estampadas donde estaban fotos de Cnco.

—Disculpa que te molestemos. Pero ¿podrías darnos unos minutitos? Solo queremos una foto— dijo una chica de cabello rizado con la voz temblorosa—. Por favor.

No podía desquitar mi mal humor con ellas así que de inmediato les sonreí.

—Claro, mi amor—les respondí lo más amable que pude—. Pero vamos por acá arribita.

—Gracias Chris—dijo emocionada la otra chica, ventilándose con una mano. Parecía estar a punto de desmayarse.

Me alegré por un instante por la presencia de las fans. De alguna manera la ternura que me causaban con sus nervios y ojos llorosos distrajeron mi mente de la fan que me había roto el corazón.

Diablos, una cncowner me había pulverizado el corazón.

Quería darle un buen momento a las chicas, así que empecé hacerles la conversa. Ellas con timidez me respondían. Por esa mini charla mientras íbamos a salidas internacionales me enteré de sus nombres. Una de las chicas se llamaba Mary y la otra Estefy.

—Estás bien guapo—dijo Estefy, mientras me miraba sin pestañear—. Lo siento Mary pero ya no me aguanto. Tengo que decirle todo lo que tengo atravesado en el cogote.

—No lo asustes—Mary dijo alarmada.

—Papacito—soltó Estefy y aunque me sentí un tanto abrumado por su mirada pasional, al final solté una carcajada—. Quisiera ser el papel que te envuelve bombón.

—¡Que vergüenza!—Mary dijo mientras se sonrojaba—. Chris, perdón. No te vayas asustar.

—¡Es que es la verdad!—Estefy se colgó de mi brazo—. No tienes idea del buen pedazo de hombre que eres.

—Ya, Estefanía—la regañó la chica de cabello rizado.

Entre risas debido a las confesiones candentes de Estefy, fuimos a un lugar alejado donde no había gente. Ahí había mas probabilidad de que nadie se enterara de que era un famoso con sus fans.

Con las chicas charlamos mientras les firmaba autógrafos a sus Cds y camisetas. Ellas eran muy agradables sobre todo Estefy que me seguía piropeando de manera graciosa.

—Estoy a un paso de hacer lo que hizo la nube—dijo de repente Estefy, cuando era la fotógrafa. Mary estaba abrazada a mi posando para una foto.

—Cálmate, hombre—le dijo Mary con los ojos como platos.

El flash brilló unas cuantas veces hasta que finalmente Estefy dio por aprobadas las fotos. 

—No es justo que solo la Roja lo haya...

—Cállate—dijo de inmediato Mary.

—Chris—Estefy me miró pensativa—. ¿Tal vez no te acuerdas de nosotras?—ella le pasó su celular a Mary para empezar su sesión de fotos.

—La verdad... No. Lo siento, bella—le dije apenado—. No te imaginas la cantidad de personas que me encuentro a diario.

Entonces los flashes empezaron a llover. La chica empezó abrazarme de todas las maneras posibles y yo solo me dejé.

Entendía que ella quería aprovecharme lo más posible. No era seguro que nos volviéramos a ver.

—No creo que nos hayas olvidado del todo—Estefy se separó de mi viéndose extrañada—. Nosotras junto a una amiga...

—¡Santacachucha, casi me olvido de ella!—saltó alarmada Mary, mientras se ponía a escribir desesperada en su celular—. Ups, perdón Chris.

Dicho eso ella se alejó un poco con su atención en su teléfono.

—Como decía...—Estefy continuó contándome risueña—. Con mis amigas ya te vimos con los otros chicos. ¿No se si te acuerdas del video de mamita?

Justamente lo que recién había acabado de soñar. 

—Sí, lo grabamos hace unas semanas aquí—le respondí pensativo.

—¿Y te acuerdas que grabaron en una iglesia? Se llamaba la Basílica Del Voto Nacional—me informó y de repente empecé a sentir mi corazón acelerarse de a poco.

De pronto tuve la sensación de conocer a las chicas en serio.

—Vi a varias chicas en ese lugar—dije nervioso.

De pronto me empezaron atacar los recuerdos de ese día tan especial y fatídico al mismo tiempo.

Una personita muy toxica por la que aún moría vino a mi mente.

—Con mis amigas los vimos adentro de la iglesia. No infiltramos, quedándonos escondidas en uno de los balcones. Desgraciadamente unas viejas nos sacaron antes que nos acerquemos.

—¿De-dentro de... la iglesia?—dije boquiabierto. Mi corazón me decía quienes eran ellas y mi mente empezó a poner vagos recuerdos en mi cabeza.

—Sí—ella dijo feliz—. Pero si no nos recuerdas con lo que te dije, entonces...—Estefy se empezó a reír ocultamente—. Mi amiga te robó un beso.

Cielo.

De ninguna manera podía olvidar aquel beso con el que me embrujó. Literalmente... Me embrujó.

—Ahh, sí—dije empezando a reír nervioso.

Casi se me sale el nombre de Cielo, pero como no sabía que tan enteradas de la relación de Cielo y yo, mejor me tragué mi comentario.

—Sabía que no la olvidarías—Estefy saltó de emoción—. Como vas a olvidar tremendo beso. Ese día provocaste que mi Ciela fuera infiel por primera vez.

De pronto algo se me vino a la mente con esa revelación.

¿Porqué ellas sabían de mi llegada a Quito?

¿Porqué Mary se veía atareada con su celular?

¿Porqué me temblaban las manos?

—Lo logramos, Cielo—gritó de repente Mary con su vista en su celular—. Está aquí. No me lo creo.

El corazón se me quería salir por la boca, sobre todo cuando una voz familiar de alcanzó a oír.

—Quiero verlo—dijo la voz de Cielo desde el telefono. 

Entré en pánico de inmediato pero intenté que no lo notarán.

—Chris. Disculpa que te molestemos tanto pero... Mi amiga quiere saludarte. Ella es muy fan tuya. En serio te ama.

—Lo dudo—solté con molestia.

Hasta él momento Cielo no había hecho nada que demostrara un amor real.



















Hola chicas bellas!!! Como andan? Que tal la cuarentena? 

Espero de todo corazón que estén bien con sus familias. Cuídense mucho :)

 Y ahora volviendo a la trama de los estrellados... jejeje. ¿Les gustó el capitulo? Ya desde mucho me han pedido un punto de vista de Chris. Nuestro pobre muchacho estaba muy calladito, pero ya nos dio un panorama de sus sentimientos. 

Les cuento que el cap que leyeron tuvo muchas vivencias mías jajajaja. Digamos que les presté varias anécdotaas a la Cielito y sus amigas. Obvio las cosas sorprendentemente románticas nunca me pasarán ni en mil años, pero las fangirl por suerte (milagrosamente) sí 🤣

¿Hay alguna chica de Quito por aquí que anduvo merodeando a los chicos durante las grabaciones de mamita? Confirmen si estuvieron en las locuras acosadoras 😂😂😍

Bueno, en el siguiente cap... 

¿Como creen que resulte la charla virtual de Chris y Cielo?

¿Se reconciliarán o seguirán en el limbo del "Te amo, pero no"?



Bye, bye jejeje #QuédateEncasa

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