50. Ardiente rojo
Créditos de la multimedia a: chris.velez_tecomotodo
Capitulo dedicado a: @lesliealexa_17 y su compinche Nat jajajajaja, siempre me matan de la risa con sus teorías conspirativas. Me alegran el día con sus mensajes, en serio.
También quiero dedicar este capitulo a: mariana231195 (Muchas gracias, linda por siempre estar pendiente de la novela. Es chévere saber que siempre estás esperando mis actualizaciones)
Bue... La multimedia dice más que mil palabras jajaja
Chris me miró con atención, y con sorpresa. No movía un musculo y ni parecía respirar cuando me miró tomar de los bordes de mi vestido para retirármelo.
—Dices cosas... extrañas—él respiraba agitado, aunque con una sonrisa suave.
—Las entenderás en mi habitación—yo me acerqué a él y con un tanto de temor puse mis manos en su cuello impulsándolo a acercar su cara a la mía.
—A veces no te entiendo—él tragó duro poniendo sus manos en mi cintura.
Yo pegué mi frente a la de él y sin despeguarle la vista, susurre palabras que solo los dos entendíamos.
—Chico morfina... necesito olvidar—solté con la voz temblorosa—. Por favor, por favor... quiero olvidar.
Supe que él estuvo inseguro a mis pedidos, pasó de cara de confusión a compasión varias veces, hasta que por ultimo ganó solo la compasión.
—A sus ordenes, hermoso enigma—él soltó en un susurró y acto seguido juntó sus labios con los míos.
Yo no iba a ser la única perdedora. Si él con su beso, logró sacar una verdad involuntaria en mi, yo haría que él sacara hasta la ultima verdad sobre mi en su cuerpo y corazón. Necesitaba al menos saber cual era su limite con respecto a "amarme".
—¿Te puedo dedicar una canción?—susurré en su labios mientras le retiraba su chaqueta por los hombros—. Me siento inspirada.
—¿En verdad?—él curvó aún más su sonrisa, mientras disfrutaba que lo desvistiera—. A ver.
—Bésame un poco más y descubramos que canción me inspiras—solté bromista.
—Con gusto, señora—atrapó mis labios y yo tomé de los bordes de su camiseta para retirarla de una sola.
No podía contarle la verdad con punto y coma, pero bien podría decírselo indirectamente con una canción. Esa idea me había surgido desde que sentí que ya no me podía detener con Chris. Tal vez si él estaba lo suficientemente atento, podría leer entre lineas.
Iba a zafar sus pantalones pero él detuvo mi mano.
—¿Que sientes por mi?—me dijo con seriedad.
Yo iba a besarlo pero él retiró su rostro a un lado.
—Lo mismo que tú—solté de una sola.
—Sé más especifica—él se acercó a mis labios pero no los tocó.
Yo introduje mis manos por sus pantalones y él soltó un suspiro ahogado. Sus ojos dilatados ya conocidos volvieron a verme.
—Un amor destinado a no extinguirse—solté con un dolor en el pecho—. Siempre serás el gran amor de mi vida.
Chris sonrió ampliamente a mis palabras y yo me dejé contagiar. Por supuesto él no esperó a besarme como si no existiera un mañana.
Si supiera el terrible destino que me deparaba esa frase.
—Es bueno saber que voy a entregar mi tesorito a alguien que no me quiere como una aventura—soltó risueño y yo lo besé muerta de ternura.
Su felicidad ante mis palabras era palpable.
—Tu virginidad está en buenas manos—le dije bromista y él bajó sus manos por mis piernas. Yo aproveché eso para tomar impulso y enroscarme en su cintura con mis piernas.
Mientras caminábamos a mi habitación lo sentí arrimarme contra la pared a la vez que sus labios se adueñaban de mi cuello.
Todas mis sensaciones eran aun más poderosas que cuando estábamos hechizados. Lo sentía todo más hermoso. Hasta mi corazón parecía estar más activado. No había peso cuando lo amaba. Todo parecía tan liviano, cálido y colorido. Se sentía tan bien ya no pensar en la intimidad como una posible falsedad.
Era magnifico saber que tanto él como yo deseábamos hacerlo. Era nuestra elección.
—La voy a pisar—dijo en mis labios, pero yo no le puse atención. Tomé de su rostro y lo acerqué a mis labios—. Mu...mujer... So...—yo intentaba bajar de sus pantalones, algo que provocaba que mis manos tocaran cierta parte "sensible" de su anatomía—. Apagate un rato, amor—él sostuvo mi mano exploradora y yo lo miré con una ceja alzada.
—No quieres hacerlo—le dije al borde del pánico—. Mierda debí haberlo visto venir. Creo que esto que íbamos hacer te hizo comprender que ni siquiera me deseas, ni...
—Bella, estoy a un paso de hacerlo aquí mismo sin esperar a llegar a la cama—él dijo con una sonrisa de lado—. ¿En serio crees que no te deseo?
—Pero...
—Guapa, te olvidas del nuestro retoño que se puso a morderme los cordones de los zapatos.
Y entonces bajé mi vista hasta sus zapatos y efectivamente vi a Sol gruñir juguetona jalando de los cordones de Chris.
Diablos, ni siquiera nos demoramos mucho en el pasillo y ella ya estaba acomodada con su juguete favorito; Chris.
—No nos va a dejar concentrar. Y yo casi le piso la colita.
—Hay que ponerla un rato en el cuarto de mis abuelitos—le dije de una sola y él asintió de inmediato—. Tú lleva su camita y yo llevo sus huesitos para que se entretenga hasta terminar.
No esperamos un segundo más y ambos salimos corriendo a buscar las cosas de Solovina. Yo bajé a la cocina a toda velocidad, maldiciendo a mi perrita por interrumpir la calentura. Por otro lado Chris había tomado a Sol y su cama de una sola barrida.
—Condenados huesos—hablé mal humorada, buscando como loca entre los cajones de los muebles de la cocina.
Afortunadamente logré hallarlos a los pocos minutos luego de desbaratar todo, así que ni medio los tomé en mis manos salí corriendo rumbo a la habitación de mis abuelitos.
—¡Los tengo, los tengo!- anuncié corriendo por el pasillo y abriendo la funda de manera explosiva.—¡Sale ya!—le advertí a Chris al encontrarme en la puerta.
Chris hizo caso a lo que le dije y en un segundo salió corriendo, gritando porque Solovina lo seguía ladrando. Yo por mi parte lancé los huesitos como si se tratara de una bomba apunto de explotar y acto seguido cerré la puerta de golpe.
Con lo poco que vi en el interior, noté que Sol se lanzó sobre los huesitos como león hambriento.
—¿Te enfriaste?—le pregunté a Chris y él en respuesta soltó una risita para después lanzarse a besarme.
Los dos nos fuimos a mi habitación entre besos, mientras nuestras manos hábiles quitaban cualquier prenda a su paso.
—¿Es normal que esto duela?—solté mientras sentía como Chris me alzaba. No dudé en envolverme en su cintura.
—¿Qué diji..?—yo no lo dejaba hablar por mis labios.
De manera apresurada, él me llevó en sus brazos hasta mi cuarto sin despegar nuestros rostros ni un milímetro.
—Me duele el corazón de una manera bonita—yo me separé un rato, sonriendole mientras me desabrochaba el brasier—. Es un dolor bueno.
La cara de Chris a mis palabras fue todo un poema. Su sonrisa dulce se fue ampliando mientras sus ojos se hacían brillantes. Su boca se abría y cerraba sin encontrar palabras.
—Eso suena a...—él iba a decir pero yo le tapé la boca con mi mano.
—Te amo tanto, chico morfina—solté con una seguridad que me sorprendió.
Sin dejarlo reaccionar me lancé a sus labios mientras mis manos buscaban donde acariciar en su torso y espalda. De un momento a otro sentí como mi espalda caía sobre mi colchón.
—Espera—yo me fui acercando a su oído—. Ya sé que canción dedicarte.
—Te escucho—él besó mi hombro, y yo lo abracé fuertemente sin alejar mis labios de su oído.
Una vieja canción había vuelto a mi y al recordar cada frase de la canción saboree a Chris y todo lo que él podría representar en mi. Y lo mejor de todo es que era una canción que él extrañamente conocería. Según sus gustos musicales, sería un milagro si al menos la oyó una vez.
—Red—sonreí triunfal—. Definitivamente eres un rojo ardiente.
—¿Ah?—él soltó una carcajada—. Suena a un éxito picante.
Por el contexto de su comentario podría ser que no conociera la canción, algo que era muy ventajoso. Podría desahogarme sin que él lo sepa.
—¿Listo?—pregunté asentando mi frente en su oreja.
—Por supuesto, mami—él seguía ocupado en mi cuello.
Tomé su cabeza con mis manos y lo separé, procurando que su mirada quedara a centímetros de la mía. Él me miraba regalándome una tierna sonrisa, que hasta me incitaba a pensar que en realidad me había convertido en su todo.
Esta canción es absolutamente lo que Chris es para Cielo, palabrita 😭 Lean la letra porfis jejeje
—Loving him is like, driving a new Maserati down a dead-end street—yo canté con total sentimiento—. Faster than the wind, passionate as sin, ending so suddenly.
—Wouu, tu inglés es buení...
—Ashhh—yo le di una palmada en el cachete y él soltó una risita—. Loving him is like trying to change your mind once you're already flying through the free fall. Like the colors in autumn, so bright just before they lose it all.
Taylor Swiff me había regalado la canción perfecta para mi adictivo tormento.
—Eso fue...
—Missing a part (Falta una parte)—lo interrumpí, dándole un pico—. Touching him was like realizing all you ever wanted was right there in front of you. Memorizing him was as easy as knowing all the words to your old favorite song. Fighting with him was like trying to solve a crossword and realizing there's no right answer. Regretting him was like wishing you never found out that love could be that strong.
—Creo que a partir de ahora el rojo va a significar algo más que mi color favorito—él se mordía el labio, sin despegarme la vista de encima.
—Será el rojo que recorre mis venas—yo acariciaba su espalda—. Tu serás ese eterno rojo.
—Diablos, eso sonó... perfecto
Ambos volvimos a fundirnos en un beso, y a cada segundo que pasaba sentía que todo era un placentero e inolvidable error.
Lo que dije era mi amor calmado, se extinguió poco a poco. De pronto sentí mi sangré correr a mil por hora y mi corazón parecía estar necesitando un cardiólogo en urgencias. Hasta la respiración me faltaba por el exceso de latidos.
—Que tu amor se me quede en la piel por favor—solté con la voz temblorosa—. Quédate en mi.
—Prometido—él asintió volviendo a besarme. Su labios chocaron fervientemente con los míos.
Por otro lado ambos entre torpes movimientos logramos quedar sin prenda alguna. Y claro que me puse de mal humor cuando él tuvo que separarse de mi para quitarse su ropa por sus piernas y de paso yo la mía.
En cuanto él se recostó sobre mi, yo lo empujé de inmediato para quedar encima.
—Estamos jugando con fuego—le dije mientras mis labios descendían desde su torso.
—¿Porqué lo dices?—me dijo con la voz entrecortada a la vez que sus dedos se enterraban en mi cabello. Sonreí al ver sus ojos dilatados y su labio siendo mordido. Al parecer le gustaba lo que yo empezaba hacer con su cuerpo.
—El hacer el amor de una manera real puede ser más poderosa que una falsa—yo lo miré sonriendo bromista—. Luego de esto de seguro te castro.
—Menos mal ya conseguí a mi primogénita—soltó guiñándome un ojo—. Con Yuli en camino puedes castrarme toda la noche que no me enojo.
Soltando una carcajada continué con mis juegos previos. Simplemente necesitaba sentir que mi huella se iba a quedar en él por siempre. Si en algún momento él se enamoraba de alguien más quería que sintiera que su piel aún gritaba mi nombre.
Mi capricho era al menos llevarme su cuerpo ya que su corazón no iba a ser mio jamás.
Nunca le puse tanto empeño en provocar el puro éxtasis en mi pareja, y me alegraba saber que en él estaban funcionando perfectamente mis maniobras en su cuerpo. Hasta se me soltaban risas maliciosas cuando él soltaba algún gemido o cuando ponía cara de estreñido debido al placer que originaba.
Amaba sus caras graciosas cuando hacíamos el amor.
—No creo que dure mucho—él tomó mi rostro e hizo que subiera hasta su rostro—. Bella, deberíamos ya...
—Como ordene señor Vélez—solté pícaramente mientras me iba acomodando sobre él de una manera más cómoda.
Lo besé una vez y acercando mi boca a su oído susurré, mientras mi mano descendia en su parte baja:
—Siempre seré el secreto de tu cuerpo—él me tomó de la cintura queriendo incentivarme a continuar.
Yo le hice caso así que lentamente fui dejando caer mi peso sobre él, sintiéndolo de esa manera en mi cuerpo de la familiar forma que solo él sabía.
—Carajo—dijimos al unisono, y al instante soltamos una risa retorcida.
—Te amo tanto, Cielo—soltó mordiéndose el labio y sentándose de forma que nuestros labios se pudieron juntar mas comodamente.
Me sentía en casa al tenerlo de la manera en que lo tenía. Sentía que no había otro lugar en el mundo más feliz que ese. Ahí teniéndolo con su mirada amorosa desesperada por mi persona, me hizo sentirlo mio.
Yo quería sentirlo mio por siempre, desafortunadamente el destino me lo iba a quitar.
—Asusta—solté con la voz en un hilo.
Antes que él viera mis ojos nublados yo los había cerrado como pretexto de besarlo. Él me correspondió de una manera suave.
—¿Qué te asusta?
Yo empecé a moverme, sintiendo cada fibra nerviosa de mi cuerpo convulsionar. Sus labios recorrían mi cuello mientras yo lo sostenía desesperada contra mi cuerpo.
—Te amo... de una manera que asusta—solté tomándolo del.rostro—. Eres mi verdugo y ahora solo estoy dejando morir en tus brazos.
Mis movimientos se empezaban acelerar a la vez que él también coordinaba las embestidas conmigo.
Mi cuerpo y mi corazón no atinaba como reaccionar. Me perdía en el placer a ratos y en otras solo sentía mi corazón crujir en mi pecho. Una parte de mi me gritaba con todas sus fuerzas que esto era lo peor que podría hacer por mis sentimientos.
El amor de mi vida estaba siendo mio una ultima vez y no quería que esa ultima vez terminara.
—No te haría daño nunca—me susurró, mientras tomaba mi mano para besarla. Al enfocar mi vista en sus ojos, descubrí que él ya había hallado mi dolor. Sus ojos de cachorrito herido estaban compadeciéndome—No tengas miedo, amor. Vamos a estar bien.
No íbamos a estar bien. Jamás sucedería eso.
Y entonces se provocó en mi aquello que hace tiempo no sucedía. De repente empecé a llorar sin poder detenerme, aunque disimulé mis sollozos entre besos y caricias.
—¿Qué ocurre, hermosa?—él puso una mano en mi mejilla.
—El futuro da miedo—yo no detenía mis movimiento, tan solo quería distraerlo. Y por lo que vi si lo estaba logrando porque su mirada seria se extinguía cada vez más rápido—. Por ejemplo... Yuli...—obvio Yuli era uno de los problemas, pero había cosas mucho más graves como un amor no correspondido.
Las lagrimas no disminuían mis ganas desesperadas de seguir entregándome a él. Al contrario, mi desesperación hizo que me acelerara de una manera que me dejaba sin aliento.
—No tengas... Miedo—Chris decía con los ojos fuertemente cerrados y mordiéndose el labio—. Yo las mantendré a salvo.
Me abracé a él con fuerza mientras sentía el creciente hormigueo en mi parte baja. Las lagrimas se extinguieron como por arte de magia, dando a lugar a gemidos ahogados en lugar de sollozos.
Cuando sentí que mi cuerpo había llegado al climax, susurré su nombre sin dejar de mirarlo. Él me besó con desespero al captar lo que provocó en mi. Y de una manera que hasta a mi me tomó por sorpresa me recostó sobre en colchón.
—Creo que voy a...—él no dijo más y más bien se concentró en continuar con el vaivén que dejé en pausa hasta recobrar el sentido.
Unos minutos más pasaron hasta que finalmente su cuerpo se detuvo en seco, con sus labios soltando un gruñido en mis labios que me causó sonreír como idiota.
Nos dimos un pequeño respiro, mirándonos y disfrutando del llamativo panorama de dos cuerpos exhaustos.
—Te vez tan guapo así—yo le dije entre besos con la respiración agitada—. Tu cara de excitación no me la quitará nadie.
Él sonrió de lado abriendo los ojos lentamente. La primera acción que hizo previó a recuperarse de su orgasmo fue besar mi frente.
—Nunca nadie me había hecho sentir como tú—él pasaba su nariz por mi cuello—. Me castraste, Cielo.
Solté una risita y en seguida lo abracé logrando que su cuerpo caiga sobre el mio sin reservas. Su rostro se hundió en mi cuello, y en seguida sentí su respiración agitada en ese lugar.
—Esa era la idea—yo intenté sonar bromista, aunque por dentro sentía que mi alma temblaba de miedo—. Es algo así como mi comodín.
Sentía mis ojos nublarse pero yo me mordí la lengua antes que mis sentimientos salgan al exterior.
Chris se retiró de encima mio y se recostó a mi lado. Obviamente no quería que viera mi cara de tragedia, por lo que me recosté dándole la espalda y cerrando lo ojos.
—Estoy cansada—dije en medio de un bostezo—. Abrázame para poder dormir tranquila.
—Claro, mi amor. Favor que me haces—él dijo contento, apegándose al estilo cucharita a mi cuerpo, envolviendo sus brazos en mi cintura y mis piernas con las suyas.
—Esta es la mejor despedida que me han dado—lo oí decir a mis espaldas—. Mañana me iré feliz a Argentina, te juro.
Él no sabía la verdadera despedida que significo nuestro encuentro. En ese instante estaba más que segura que debía dejarlo.
—Así te irás condenado a no olvidarme—solté en un susurró mientras apretaba sus manos en mi abdomen.
—Nunca—él dijo risueño—. Eres el amor de mi vida.
Y entonces su palabras derrumbaron todo en mi.
Aquella frase dicha con hermosas intenciones fue la jalada de orejas que necesitaba para despertar de la fantasía y aterrizar en la realidad.
Chris solo tendría un amor de su vida y definitivamente no era yo.
—Esta será una noche inolvidable—le dije abriendo los ojos y clavándolos al frente. Mis pensamientos me dieron un panorama de días futuros recordando ese mismo instante reiteradas veces y de manera dolorosa.
El soltó una risita por un momento, lo cual me extrañó.
—Yo voy a amarte y a demostrarte. Esto que siento, yo no te miento. Será una noche inolvidable—él cantó de repente, mientras aspiraba mi cuello.
—¿Y eso?—solté confundida—. ¿De dónde salió esa canción?
—De Cnco y se llama "noche inolvidable"—él masajeaba mi pierna suavemente, y yo cerré los ojos ante el tacto—. Vaya coincidencia ¿no?
—Eso explica la dedicatoria—sonreí, y besó mi hombro
—¿Logré lo que dice la canción? Porque me dio la impresión de que... dudas de lo que siento por ti.
—Tengo absoluta fe en lo que hoy me confesaste—yo atrapé su mano y la llevé hasta mis labios para depositar un suave beso—. Sé que me amas, y yo lo sentí esta noche.
—Weiiii—él celebró—. Entonces oficialmente esta es nuestra noche inolvidable.
—Efectivamente—sonreí—. Es una noche inolvidable que representa el antes y el después de algo.
Por supuesto sentí su amor, y creía en él. Cuando volví a ser suya, comprendí lo enamorado que él estaba de mi. Su manera tan delicada de tocarme, y su ojos brillantes que me mostraban adoración me hicieron el amor. No había duda, él me amaba.
Lastimosamente eso que él sentía se extinguiría tarde o temprano.
Creí en su amor actual, pero en su amor futuro... lastimosamente no.
—Después de todo... tendremos nuestro final feliz—él soltó una risita, y una vez más me apretó contra su cuerpo, refugiando desesperado su cabeza en mi nuca.
—Exacto—cerré los ojos para ocultar las lagrimas que empezaban a salir—. Tendremos un final feliz.
Un final feliz, pero no juntos.
(...)
Una de las razones por las cuales incentivé a terminar de la forma en que terminé con Chris fue por el anhelo de una esperanza para mi corazón. Tal vez piensen que yo deseaba que mi alma y mi cuerpo reaccionaran de una manera favorable a Chris, pero mi respuesta fue todo lo contrario.
Por un instante mientras tuve sus labios y su piel adueñándose de mi, desee con todo mi corazón sentir aquella sensación de temor, culpa e incomodidad que sentí alguna vez al estar en una situación así con él. Quería que todo mi ser quisiera salir corriendo en busca del "hombre de mi vida"; Andrés, así como hace semanas cuando apenas iniciaba el juego con Chris. Desafortunadamente sucedió todo lo contrario.
La luz del día empezó entrar por mi ventana, y poco a poco mis ojos empezaron a reaccionar.
Por un instante sentí la placentera sensación de cansancio y un vago hormigueo en mi parte baja, sensaciones que siempre sentía luego de hacer el amor. Eso causó que me sintiera en el paraíso, pero como era inevitable... todo el paraíso se vino abajo cuando recordé mis primeras acciones del día.
Era momento de iniciar mi primer punto en mi agenda; decir adiós a Chris.
—Mierda—yo quise levantarme de un brinco pero su brazo me envolvía por la cintura.
Debía salir antes de verlo a la cara.
No quería que el detectara mi cara derretida de amor por él. No iba a permitir que él tuviera la opción de saber, que tenía mi corazón en sus manos. Si iba a perder en este juego por siempre, al menos quería ganar esta batalla.
Poco a poco fui moviendo su brazo de mi cuerpo y al cabo de unos minutos estuve liberada. Suspiré de alivio al verlo dormir con tanta paz.
Con el mayor cuidado, me puse en pie y suavemente sin ruido alguno recogí mi ropa. Por mala suerte cuando quise ponérmela una juguetona Solovina llegó a gruñirme traviesa a mis pies. En seguida me arrepentí por haberla sacado del cuarto de mis abuelitos hace unas horas.
—Amor, shhh—la tomé en mis brazos y cerré su hocico con mi mano. Ella me movía la colita feliz.
Miré otra vez a Chris y lo vi durmiendo boquiabierto. Agradecí al cielo porque Chris tenía el sueño pesado cuando se pasaba de copas.
Salí con mi perrita hacia el piso de abajo donde terminé de vestirme a toda prisa. Jamás lo hice tan rápido en toda mi vida.
—Cielo, solo hay que irse—me dije, pues mi corazón palpitante me exigía regresar a refugiarme en sus brazos.
No podía hacerlo.
En mis manos tenía el poder de curar una relación tóxica sin siquiera empezarla. Yo tenía el poder de evitar perdida de tiempo y estabilidad sentimental. Estaba a tiempo de evitar heridas graves a dos corazones.
Muchas personas de seguro al iniciar una relación con alguien se preguntan si valdrá la pena arriesgarlo todo y pues... yo era la única que tenía la respuesta antes de empezar.
No valía la pena. Eso era todo.
—Vamos a Quito, Sol—solté con la voz temblorosa.
Intentaba borrar las emociones que el dejó en mi pero se me estaba complicando. Mi cuerpo y corazón tenían tatuados Christopher en cada micra.
Sacudí la cabeza frustrada y en seguida corrí a la sala directo al librero a tomar una hoja y un esfero. Debía dejarle un ultimo mensaje Chris que me serviría como barrera de protección a lo que se vendría. De seguro con ello él no haría ningún intento de replicar mi decisión.
Yo había dejado mis maletas listas la noche anterior así que solo era cuestión de agarrarlas y largarme.
Los cuentos de hadas no existen, son demasiado perfectos para ser reales. Al parecer nuestro futuro planeado es un cuento de hadas.
Lo lamento Chris.
Tomé un trozo de una cinta transparente que encontré y la pegué en la aldaba de la puerta. Sea como sea él la encontraría, sobre todo por su nombre escrito con resaltadores en primera linea.
Debido a que mis maletas ya estuvieron hechas en la puerta de salida, tan solo tomé mi chaqueta, mis llaves, mi casco y por supuesto a Solovina .
—Volveré abuelitos, lo prometo—susurré con los ojos cristalinos mirando la casa. Una vez mas dejaría mi pasado abandonado y esta vez sumado algo adicional; el adiós al amor de mi vida—. Cuiden del mocoso que duerme arriba mientras se va. Él iba a convertirse en su nieto así que... es un mocoso importante.
Con una sonrisa melancólica eché un vistazo hacia las escaleras y posteriormente hice lo que debía. Me di la vuelta y sin regresar a mirar abrí la puerta despacio, y salí con mis pequeñas maletas.
La puerta no hizo ruido al cerrarla, ningún carro o persona hizo algún ruido que atentara contra la paz de Chris, las maletas colaboraron en encajar en su posición sobre mi cajuela al amarrarlas y hasta Solovina colaboró en quedarse educadita dentro de la maleta donde viajaría (colgada en mi pecho con una abertura por donde pudiera sacar su cabeza).
En fin... todo se alineó para partir en paz.
Me subí a la motoneta casi con desesperación cuando terminé de cerrar el garaje y con un gruñido de parte de ella, emprendí el largo viaje que me llevaría por siempre lejos de Chris; mi gran amor.
Holis, holis ¿como van en su cuarentena?
Solo debo decir que me moría de amor, a la vez que sufría por lo que se venía jejeje.
Y bueno cambiando de tema, mil gracias por las 10 k en estrellitas y es muy emocionante llegar a esa cantidad porque me dicen que esta novela les está gustando de manera similar a los abichuelos. Digamos que los números en lecturas y estrellitas van siendo similares a los que tuve en su momento con Chris y Aby. Es muy chevere saber que esta nove va por buen camino.
Por cierto voy a empezar a dedicar capítulos así que... Las observo jajajaja.
Ahora volviendo a la novela...
Quisiera saber que piensan sobre los sentimientos de Chris. Ustedes estando en el lugar de Cielo, aceptarían una relación con él aún sabiendo que todo apunta al fracaso?
Realmente esta novela tiene un final vertiginoso hasta el final jejeje. Tengo un haz bajo la manga que les gustará mucho, pero mientras tanto sigamos sufriendo jiji.
Se vienen cosas sobrenaturales (Todavía no nos libramos de eso jajaja) y sobre todo el amorcito que duele, aunque... quizás no por mucho, ¿o tal vez si?
Nos vemos lindas, bye bye
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