5. Estúpida soledad


Maratón por los 2k (parte 1 de 3)

Creo que con este cap irán viendo como va quedando espacio libre para Chris en la vida de Cielo jajaja. 





Toda la noche me la había pasado sentada en la entrada principal, en el frío piso, y él nunca apareció. De hecho hasta ya empezaba a temer que sus padres salieran hacer sus respectivos quehaceres, pues para salir de seguro me hallarían allí.

Ya cuando estaba por ir a esperar a un lugar menos vistoso, vi como el auto de Andrés se parqueaba a un costado de la calle. Al verlo bajar, noté que se tambaleaba un poco, cosa que me dejó en shock. Él parecía estar tomado, y definitivamente Andrés no hacia ese tipo de cosas.

Preocupada por lo que hizo, me puse de pie y caminé hasta él.

Al principio estaba arrimado al auto de espaldas a mi, pero al escuchar mi voz, él se dio la vuelta mirándome dolido.

—¡Tú no te vas a ir de mi lado!—yo me acerqué a él, y sorprendentemente no se opuso, mas bien me abrazó.

Lo único que percibí en ese momento fue el olor a alcohol emanando de su cuerpo, y debo decir que aquello me dolió. El era un chico muy tranquilo que casi nunca bebía, y es más... en ese mismo instante lo vi por primera vez borracho. 

—Nunca creí que dolía tanto una traición—él soltó una risa, mientra se despegaba de mi—. Ahora se lo que se siente cuando tu primer amor te rompe el corazón.

Sí, así como lo ven, yo era el primer amor de Andrés. Yo fui su primera novia, y desde allí había sido su novia por siete largos años.

—Yo te amo—le aseguré volviéndolo abrazar, contra el auto—. Por favor, perdóname por lo que hice. No se que me pasó, pero sea como sea, estoy muy arrepentida. Tu eres mi vida, Andrés.

—Sí, claro— soltó una risa, apartándose de mi y empezando a caminar hasta su casa.

—¡Andrés, mejor nos vamos a mi casa!—yo miraba nerviosa la puerta principal de su casa. Sabía que si sus padres los llegaban a ver borracho, de seguro se metería en muchos problemas—. Tus papás...

—¡Ellos se fueron de viaje hace dos días!—él me comunicó yendo a paso chueco hasta su casa—. Fueron a un crucero o algo así. 

Mi novio caminó con dificultad hasta llegar hasta la puerta de su casa, y yo no dudé en seguirlo. Ya cuando se quedó buscando la llave de la puerta, yo empecé hablar.

—¡Estoy arrepentida!—yo lo miré suplicante—. Solo eso quiero que sepas. Maldigo el momento donde mi espíritu fan me ganó. Sigo sin comprender porque me comporté...

—Como una cualquiera—él soltó en medio de una risa, y yo por supuesto me quedé con la boca abierta. Él nunca me había hablado de tal forma.

—¡¿Qué diablos te pasa?!—yo le di un empujón enojada

—Pasa que me estoy dando cuenta de la clase de mujer que eres—él seguía luchando con la puerta—. No eres la chica que yo creí, y me tomó siete años para descubrir que me sacarías el corazón al final de todo. 

Juro que su manera de hablarme me estaba partiendo el corazón.

—Estás tomado, y no sabes lo que dices—fue lo único que logré decir—. Y así sea, igual me merezco que me trates así. Por mis acciones lo justifico. 

—Claro que te lo mereces—él ahora intentaba encajar una llave con poco éxito—. Tú olvidaste todo el amor que te tengo, y más bien fuiste a buscar a otro chico que ni siquiera recordará tu nombre. Diablos, mi amor, como fue que te convertiste en una...

—¡Insisto, estás tomado!—yo le quité las llaves, y me dispuse a buscar la que abriría la aldaba de la puerta. Al menos no quería que sus vecinos lo vieran así.

—¡Los borrachos y los niños siempre dicen la verdad!—él me tocó la mejilla, mirándome molesto—. Quien diría que tendría tantas cosas que decirte.

—Mejor cállate, antes que te cachetee aquí mismo—de malhumor, abrí de un solo golpe la puerta, y lo empujé adentro.

De puro milagro logré llevarlo hasta uno de los sillones de la sala, pues él estaba apunto de caer con cada paso. Me alegro mucho que haya logrado manejar su carro hasta la casa estando en ese estado.

Era la primera vez que lo veía borracho, y siendo sincera no me gustaba nada verlo así. Como dije alguna vez, él no era del tipo de chicos que beben. Mas bien él era de las persona que aconsejaban en no hacerlo. A mi me había influenciado tanto en ese aspecto. 

—Mucha gente me dijo que tú no eras la chica para mi—él habló de repente mirándome a los ojos—. Y creo que tenían razón.

—Son unos idiotas, no les hagas caso—yo rodé los ojos, mientras acariciaba su mejilla.

—Me acuerdo que me decían que tú no eras del tipo de chicas a las que les guste comprometerse. Que tú en cualquier momento te cansarías de mi, y me dejarías—él me miró con tristeza—. No se equivocaron.

—Deja de decir estupideces—yo lo miré de malhumor—. Nunca me cansaría de ti, porque yo te amo.

—Mientes—él se reía a la vez que se notaba molesto—. Nunca habrías besado al "Cnco", si me hubieras amado en verdad.

—Fue un beso sin importancia, y te juro que me arrepiento—le aseguré, pero él me apartó bruscamente.

—Y luego está tu chat candente con ese man—él volvió a reírse—. Duele pensar que en dos semanas, tú y él...

—¡YO NO ESCRIBÍ ESO!—me puse de pie mirándolo con cara de asesina

—Mejor no digas nada—él cerró los ojos—. Por ahora finjamos que nada pasó. 

Aliviada por su respuesta, me senté junto a él emocionada.

—Exacto, mejor dejemos que este mal momento sea olvidado—yo le sonreí, pero él me miró con la misma mirada fría.

Incomoda por su cara, me levante y caminé hasta su habitación que quedaba cruzando la sala. Él necesitaba dormir, así que entré para prepararle su cama. 

—Cielo—lo oí decir desde afuera, por lo cual salí atender a su llamado. 

—Dime

—Creo que se me cayó mi billetera por afuera, ¿puedes buscarla por mi por favor?—me pidió él y yo asentí de inmediato—. Gracias. 

Despues de acercarme a él y darle un beso en la frente, salí a la calle. Allí me dispuse a buscar por todos los lugares donde Andrés en cuanto llegó, pero no hallé nada. La maldita billetera nunca dio señales de vida. 

Resignada por no tener éxito, volví hasta la puerta principal, pero en cuanto quise abrirla esta estaba cerrada. En ese momento me puse a golpear, pero no recibí respuesta alguna. 

—Andrés—yo di unos cuantos golpes inseguros a la puerta, pero él no abría. 

Se me pasó la mente la posibilidad de que él me sacó de su casa con engaños para ya no estar cerca de mi. 

Yo de inmediato saqué mi celular y marqué su numero. En caso de que se haya quedado dormido, y no haya oído mis golpes, quizás el tono de su celular con rock pesado si lo despertaría. 

Para mi desgraciada suerte, él jamás contesto.

—¡Andrés ábreme!—seguí gritando y por poco rompiendo la puerta.

—Cielo, vete a tu casa—oí la voz detrás de la puerta, y yo de inmediato pegué mi oído para escuchar mejor.

—¡No me voy a ir de aquí!—insistí volviendo a golpear

—En verdad quiero estar solo

—Pues yo no. Te necesito—le dije con la voz temblorosa—. Además tú me dijiste que olvidemos lo que pasó, así que ya podemos volver a ser los mismos de antes. Tú volverás a mi casa, y viviremos juntos.

—No Cielo—él suspiró pesadamente—. Cuando decía que olvidemos todo, me refería a olvidar todo lo que respecta a nuestra relación... al menos por un tiempo.

—¡Andrés, no!—yo exclamé con pánico—. Dime que no es lo que estoy pensando.

—No voy a terminar contigo... o no lo sé—él habló con la voz temblorosa—. Solo te pido espacio.

—¡Oye, no me voy a despegar de ti! No tengo ninguna intención de dejar que tu cerebro te haga pensar que terminar conmigo es la mejor idea. Admito que yo fui una pendeja que te lastimó y que te falló, pero te juro que nunca más voy a volver a caer en ese tipo de errores. Y en verdad me duele esto, y...

—¡Cielo, basta!—él habló en voz alta—. Obvio que a mi también me duele lo que pasa. Pero entiende que no es tan fácil volver a retomar la confianza en alguien que te traicionó. Simplemente aunque no quieras, siempre te queda la duda. Me estoy pensando muy seriamente que si mi recuerdo no fue tan fuerte como para impedirte besar a un chico que ni siquiera te recordará, quizás luego no se te haga nada difícil besar a algún otro chico que te empiece a cortejar y que te guste. Y así como sé que te gusta el tal Vélez, tal vez también te gustará algún chico te corteje, y tú ni corta ni perezosa puede que vuelvas a destramparte con otro.

—¡Te juro que esto no se repetirá! Perdóname, mi amor—yo empecé a sollozar. 

—Y luego está el chat...y... y... se que quizás no lo escribiste, pero de igual manera luego de ese beso, desconfío en un 50 % en esa posibilidad. La otra mitad de mis pensamientos me dice que tú si lo estuviste acosando para... tener algo más.

—Amor, siete años pasamos juntos. ¿En verdad crees que yo..?

—Fueron siete años y jamás te creí capaz de besar a otro chico, y mantenerlo en secreto—él me dijo en voz baja—. Dame el crédito por desconfiar, Cielo. Tengo justa razón en no creer en ti. Además esto es nuevo para mi. Yo jamás en la vida me he debatido en algo como esto. Tú fuiste mi primer amor, y no sé como manejar las cosas. Por eso solo te pido tiempo.

—No me dejes, te lo suplico—volví a golpear la puerta como idiota—Por favor.

—Y yo te suplico que me des mi espacio. En verdad, en verdad, en verdad necesito estar un tiempo sin ti. Ya que me lastimaste, al menos dame eso. Si quieres que sane, solo te pido tiempo—él me soltó aquello, dejándome a mí con una culpa arrolladora.

Ciertamente lo entendía. Quizás lo mejor era darle un espacio, pues tal vez mi presencia en lugar de hacerle un bien, lo estaba destrozando mas. Como dirían, sería prudente dejar a que se enfríen las cosas. 

—¿Seguro quieres alejarte de mi unos días?—pregunté arrimando mi frente a la puerta

Él se quedó en silencio por un rato, y luego habló.

—Sí, Cielo—él respondió pesadamente—. Y desde ya quiero estar solo, así que... nos vemos amo...digo... Cielo. Me voy a dormir, chao.

Dicho eso, escuché varios sonido que se iban alejando de la puerta, y yo más que resignada me decidí a volver a mi casa.

Nunca imaginé que a partir de ese instante, Andrés y yo empezaríamos un tipo de relación basada en "dar y recibir". Ambos sin darnos cuenta empezamos un juego que ninguno supo manejar a la final. Pero probablemente, así estuvo predestinado desde que inició todo. 

(...)

En cuanto llegué a mi casa, lo primero que hice fue llamar a Fer para mandarlo al carajo por su asqueroso mensaje. Al menos con alguien necesitaba desquitarme, y él era la persona que se lo merecía.

—¡Te odio!—yo solté con ira por medio del teléfono, mientras él suplicaba por perdón.

Como estaba en mi habitación podía gritar todo lo que quería.

—Mi vida, en serio no creí que...

—¿Que el bendito mensaje me iba a meter en problemas?—yo hablé malhumorada—. Pues fíjate que así fue. Andrés está convencido de que yo pretendo algún tipo de aventura con Christopher Vélez.

—Ese idiota como puede ser capaz de creerte así. Si hasta con lo que respiras se te nota que anda clavadísima con él—decía Fer atónito—. No sé como se pone así por una pendejada como un beso. Ni que te le hubieras metido al greñudo. Solo fue un fucking beso y nada más.

—Pues entiendo que se ponga así por el puto beso—yo solté culpable, lanzandome cansada a mi cama—. Una traición es traición. Así lo haya hecho con Chris, o así solo sea el beso, rompí su confianza al dejarlo de lado por un rato de... curiosidad. Hace tiempo yo le prometí serle fiel hasta con el pensamiento, pero no cumplí. Rompí nuestros votos de amor.

—Ay Celi, me parece una pendejada que echen a perder siete años de noviazgo por una estúpido beso y mensaje que ni mandaste—él dijo con cierta molestia—. Además ni que fueras a volver a encontrar, como para que Andrés tema que vuelvas hacerlo.

—Pues no es precisamente por Christopher. Esto va más allá, porque él piensa que puedo ser capaz de comportarme con otro chico que me guste, así como me comporté con Chris.

—Tu novio parece una mariquita—habló Fer aburrido

—Ay, como sea... yo sé que Andrés me va a perdonar. Pero era lógico que en honor a esos siete años, le impacte tanto lo que le hice. Siete años eran lo suficiente para creerme incapaz de algo así. Ahora lo lastimé a causa de mis burradas.

—Pues tengo unas ganas de ir a darle sus cuantos puñetes para que reaccione—él murmuró fastidiado—. Si fuera como yo, que se tira a otra mientras tiene novia, ahí si comprendería que se ponga así. Pero por un beso...

—Mejor cállate

—En verdad, es una niñería lo que pasó. Además él no tendría porque tratarte así luego de que básicamente te moldeó a su imagen. Tú muy bien sabes que ese sacrificio que hiciste al cambiar tu forma de ser por él, vale oro. Básicamente eres su títere al cual maneja a su antojo. Eso debería recordar él antes de recriminarte por un puto beso.

—Creo que mejor te callas. No puedes hablarle así.

—Es que es verdad Celi. Tú le fallaste con ese beso, pero él también te falló al no dejarte ser tú.

—Okey, cállate

—Bien—él suspiró exasperado—. Te prometo que hoy en la noche paso por su casa a contarle lo que pasó con ese chat. No voy a dejar que las cosas sigan así. Pero si él te sale con alguna babosada, solo recuerdale lo que hasta hoy has hecho por amor a él. Dile que ibas a ser capaz de casarte y embarazarte por hacerlo feliz. Y no estamos hablando de años después, sino de un tiempo inmediato así como él quería.

—¡No me jodas!—grité sintiendo un nudo en mi garganta—. Esas son cosas que no te incumben, punto. Y mientras no logres convencer a Andrés de que tú fuiste el puerco de los mensajes, mas te vale que ni me vuelvas hablar. Si él no te cree, da por seguro que nuestra amistad se acaba.

Sin esperar a más, colgué el teléfono hecho una furia, y lo lance a  mi cama. 

Fer siempre se empecinaba en decirme que Andrés me había cambiado. Que pasé a ser de la liberal Cielo que soñaba con vivir su vida loca hasta pasar los 30, a ser la aburrida señora de la casa. Pero yo no lo llamaba así, yo simplemente lo llamaba ser mejor persona. Andrés me enseñó a ser una chica de bien, que no causaría decepciones a nadie.

(...)

Sé que Andrés me había pedido espacio, pero simplemente no podía dejarlo. 

Yo creía que entre más le insistiera en que volviéramos y que me perdonara, él más se convencería de lo mucho que me importaba. Que él se daría cuento de la forma en que estaba dispuesta a luchar. Precisamente por eso, yo no resistí y terminé yendo a su casa en la noche del siguiente día. 

Me extrañaba mucho que las luces de su casa estuvieran apagadas, pues él se caracterizaba por ser un chico que cuando tenía trabajo, solo regresaba temprano a casa para dormir. Salvo en casos sumamente excepcionales llegaba más tarde de las 9.

—¿Dónde estás?—yo miré mi reloj, y ya eran las 12 de la noche.

Con extrañeza saqué mi celular, y me dispuse a escribir un corto mensaje para él, supuse que en algun momento tendría que abrir los miles de mensajes que le mandé durante el día.

Y sí, admito que me puse demasiado intensa con respecto a luchar por él. Casi durante todo el día me la pasé llamándole y escribiéndole. Cosa que al final me resultó en un grave error. 

Aquel mensaje que le escribí, fue el que causó que él finalmente se dignara en responderme. 

WhattsApp

Está lloviendo afuera de tu casa. No te he visto llegar

Espero estés bien

Te amo

¿Estas en mi casa?

Cielo, en serio ya basta

No quiero hablar

Y para tu información no estoy en Ecuador

Salí a Colombia 


¿Qué?

Y porque no me dijiste

Y para que te fuiste allá

Por trabajo

Y te recuerdo que ya no tengo porqué darte explicaciones    

Claro que debes dármelas, yo aun soy tu novia

Andrés en verdad ya no resisto estar peleada contigo

Contéstame el teléfono que necesito hablar

No puedo Cielo

Dejame respirar

Es en serio 

Me haces falta

Yo te amo 

Okey, tranquilizate

Y yo te conozco mucho al decir verdad 

Y sé que vas a estar detrás de mi hasta el cansancio

Por eso creo que lo mas sano es cortar todo tipo de relación, al menos por un tiempo

Y si seguimos siendo novios, tú tienes aun más pretextos para intentar estar en mi vida


¿Que quieres decir?

  😳😳😳 


Terminemos

Noooo

Oye, en serio, no puedes hacer eso

No puedes terminar conmigo asi como asi

Cielo, no más por favor 



Quise protestar claro, pero el idiota me había bloqueado. Así que por eso recurrí a llamarlo como loca para comprobar que lo que decía era verdad. Pero para asquerosa suerte, él nunca contestó, más bien apagó su celular. 

Extrañada por su actitud tan repentina, llamé a alguien que de seguro estaba cerca de él, así fue como terminé comunicándome con Kerly. Ella era una compañera de trabajo de Andrés, que igualmente era docente en la academia de artes donde trabajaba. Así fue como terminé enterándome que habían viajado a Colombia durante la mañana, junto algunos de sus alumnos, con el fin de llevarlos a la grabación del video musical de un cantante de ese país. Además Andrés era uno de los directores comprometidos en el proyecto. 

Alguna vez me habló de que viajaría por ese video, pero jamás pensé que sería justamente después tener nuestra peor pelea. 

(...)

Mi vida se había convertido en un infierno de un día para otro, y todo a causa de mi amor platónico. 

Christopher es ese momento quizás solo estaría viviendo feliz en Miami, sin saber que en alguna parte del mundo una de sus fans estaba muriendo en vida, a causa de los estragos que dejaron sus benditos labios.  

Carajo, nunca imaginé que ese beso iba a causar tantos efectos en mi vida. 

Solo esperen a conocer la totalidad de estragos, porque esto apenas comienza. Así que permanezcan en sintonia de Cielo, que aún tiene mucho que ofrecer para estar historia. 

En fin...

Un 22 de diciembre, sin imaginar las desgracias que me deparaba mi destino, me levanté temprano para ir al centro comercial. Planeaba comprar unos cuantos adornos para mi árbol de navidad. Me dije a mi misma que al estar en un ambiente navideño, ocupada en arreglar un árbol, tal vez distraería mi mente de Andrés. Quizás eso era mi antídoto para no pasarme llorando cada segundo que respiraba. 

En la noche si que había pasado hecho un mar de lágrimas. 

Casi a las tres de la tarde regresé a mi casa y como no tenía nada mejor que hacer después de haber almorzado, subí a mi habitación a continuar con el borrador de mi primer libro. Yo le había prometido a mi madre que plasmaría en papel, la historia que alguna vez le platee. Ella me aseguró que sería un éxito, y que ella misma haría que sea publicada en cuanto lo tuviera listo, pero... como ya saben, mi hermosa madre no pudo ver el libro. Ahora solo debía seguir con mi promesa de terminarlo, y presentarlo a la editorial. 

Bueno, yo subí a mi habitación y fui a sentarme frente a mi escritorio. Asi fue como encontré junto a mi computadora, el famoso libro turqueza que se convertiría en mi dolor de cabeza más insoportable tiempo después. 

—¿Será que te leo?—yo tomé el libro entre mis manos con duda—. Quizás con tus palabras, ya no me sienta tan sola. 

Ahora literalmente mi vida estaba patitas arriba, y lo peor del caso era que se puso así de mala para una fecha tan importante como lo era navidad. Ya solo faltaban dos días para ese día, y yo hasta el momento estaba más sola que una rata.

Mi única familia, que era mi madre estaba muerta, a mi mejor amigo no lo quería ver ni en pintura, y mi novio...o más bien dicho, "ex novio" estaba fuera del país, y dudaba que vendría a pasar conmigo navidad.

—Te extraño mamita—solté un sollozo.

Impulsada por el recuerdo de mi madre, abracé el libro y fui a recostarme en mi cama. 

En esos momentos, donde sentía mi vida destrozada, quizás sería el tiempo indicado para comunicarme con ella. Así que con nerviosismo, tomé el libro, y luego de sentarme arrimada al espaldar de mi cama, me quedé mirando el libro para empezar a leerlo.

—Tú siempre decías algo que me cambiaba la vida—yo acaricié el cuero, imaginando que era a ella misma a quien le daba cariño—. Veamos que tanto es esto que me diste.

Luego de una respiración profunda, finalmente abrí el libro. Allí lo primero que hallé, fue una foto de las dos en una de nuestras reuniones de año nuevo.

Ambas sonreíamos felices, con nuestros disfraces de brujas.

Siempre solíamos salir a recorrer las calles para admirar los años viejos, vestidas con originales disfraces. Era divertido salir a competir contra las personas que también se disfrazaban.

Luego de sacudir la cabeza, quitándome los bellos recuerdos. Pasé la siguiente pagina, y ahí ella había anotado una frase en medio de toda la pagina.

Eres el más hermoso Cielo en el cual quiero estar.

Ante aquella frase no me quedó mas remedio que empezar activar mis fuentes. Solo eso bastó para que empiece a llorar como idiota. Y en parte yo había estado cumpliendo con esa frase al pie de la letra, pues definitivamente mi madre estaba en mi. Ella siempre permanecería tatuada en mi alma. 

Al ver a la siguiente plana, finalmente hallé lo que parecía ser el título de un libro.

Obviamente en esos instantes, me sentí afortunada, porque al parecer mi madre me había dejado un libro inédito escrito por ella. Yo sería la  primera lectora de su última obra. 

Estaba feliz por ello, pero mas adelante me daría cuenta, que no había caso en tener tal felicidad por tremenda piedra que mi madre me ató. Ese libro se convirtió en mi piedra que me haría esclava. 

Nunca creí que aquel libro que estaba por empezar, era nada más y nada menos que un libro que era una realidad para mi y Christopher Vélez. Literalmente, lo que allí relataba era lo que Chris y yo teníamos que cumplir.

—"Amor a primera locura"—leí el titulo en letras grandes que estaba es casi toda la plana—. ¿Ahora con que historia de amor me matarás, mami?

Aun recordaba la novela que la lanzó a la fama.

Sin duda "Niebla tras tu corazón" , fue uno de los mejores libros que mis ojos pudieron haber leído. Y pese a que yo aun era una pequeña niña cuando se causó el boom de aquel libro, de igual manera yo me convertí en una fan en cuanto leí las paginas por primera vez.

Yo apostaba a que ese libro que me dio para mi cumpleaños, iba a ser otro de sus éxitos, así como "Niebla tras tu corazón", pero me equivoqué. Los únicos lectores de ese libro llegamos a ser Chris y yo.

Con cuidado volteé la pagina para empezar con la historia, pero con lo que me encontré fue con una carta hecha por mi madre. Al parecer si me iba hablar en realidad, y eso me puso nostálgica al mil. Incluso mis manos empezaron a temblar.


Para mi cumpleañera hermosa. (Mi niña eterna)

Yo sé que no debe haber pasado mucho tiempo desde que te vi por ultima vez. Solo de imaginar tu carita en el día donde todo llegó a su fin, siento que se me sentencia por segunda vez a morir. Créeme que daría lo que fuera por evitar que derrames una sola lágrima por mi. Tú sabes que desde que te tuve en mi vientre, juré que te daría felicidad a cualquier precio. Tú te lo merecías, pues fuiste una luchadora junto a mi. Tú fuiste mi compañera, en mi gran aventura de la vida. Solo a ti te necesitaba para tener una familia feliz. Tú mas que nadie debes saber que un papá nunca nos hizo falta. Aquella palabra jamás nos causó problemas.

Pero de todas manera, por si alguna vez quieres saber de aquella persona, no te puedo negar la información. Por eso si necesitas saber de la otra mitad que te dio vida, se lo puedes preguntar a Sara. Ella lo sabe todo, así que ahí está el respaldo a la verdad.



—¡No quiero saber de él!—exclamé mallhumorada, mirando al libro—. ¡Mamá, soy feliz sin ese señor! Ya entiende.

En aquellos momentos me embargó un dolor atroz en el pecho, pues las historias que me contaban mis abuelitos con respecto a la vida solitaria de mi madre mientras me esperaba, vinieron a mi mente.

El pensar que un tipo le destrozó el corazón, haciendole promesas que nunca le cumplió me dolía. Supuestamente el señor que por mala suerte era mi papá, solo se había ido del país luego de enterarse que mi mamá me tenía en su vientre. Aparentemente él se había ido para cumplir su sueño profesional en Brasil, y desde que se despidieron, él jamás había dado señales de vida.

—¡No lo quiero ver jamás!—hablé sintiendo lágrimas bajar por mis ojos—. Mami, deja de insistir.

Enojada por su sugerencia de que lo busque, cerré el libro de golpé. Ni aunque fuere su ultimo deseo, yo lo haría. Simplemente no quería saber cual era el rostro de la persona que me engendró. No soportaría saber que partes de mi rostro se parecían al tipo que le destrozó el corazón a mi ángel. No quería odiar parecerme al tipo que me abandonó.

En esos momentos no estaba de humor para debatir con mi madre mediante una carta. Ella había me estuvo insistiendo en sus últimos meses de vida, con respecto a que sería bueno que yo lo conozca.

Como creí que sería un grave error continuar leyendo, lancé el libro a la mesa de noche, y más bien me dispuse a oír música para olvidar que estaba en la depresión mortal. Y hubiera elegido a Cnco, pero resultaba que uno de los miembros del grupo era el causante de mi pelea con mi novio, así que por ese motivo mejor elegí a Austin Mahone. Mi canción elegida, era Mmm yeah. 

Diablos, aun sigo arrepentida por no haber leído ese libro. Por segunda ocasión perdí la oportunidad de prevenir mi desgracia con Christopher. 

(...)

La vida estaba pasando lenta y dolorosamente. Y para poder sobrevivir a un 22 de diciembre por la noche, me la pasé comiendo helado, y pollo frito. Así tendría más fuerzas para esperar por alguna señal de mi novio. 

Tomenme por exagerada, pero todo el día me la pasé revisando mis redes para comprobar que Andrés no se haya arrepentido de terminarme.

Siendo ya las once de la noche, me puse a merendar en mi cama, mi balde de presas de pollo de KFC, en medio de la música que se reproducía a todo el volumen en mi parlante. El cantar canciones deprimentes hasta quedarme ronca era mi manera de desahogar mi corazón roto. 

Vamo a llorar—dije mientras le daba un enorme bocado a mi pierna de pollo crispy. 

La canción que sonaba de fondo resultaba ser una de mi besuqueador prohibido "Christopher. Era precisamente un cover que me pondría a llorar.

La canción que sonaba era "Parte de este juego"

A todo pulmón como siempre lo hacia empecé a cantar... o más bien dicho a gritar las letras de la canción sin dejar de pensar en mi novio.

Bueno, yo era masoquista, siempre me lo habían dicho. Por esa razón, tomé mi celular y me puse abrir mi Instagram para curiosiar a Andrés. Él solo había subido una que otra historia de los talleres de actuación, pero me tomó por sorpresa ver que había subido la foto de una reunión de amigos, en alguna discoteca. Allí aparecía abrazado a sus colegas de la academia, que también eran profesores de artes. Ellos sonreían con sus gorritos de navidad, por lo que supuse que estaban haciendo algún festejo navideño. 

Andrés parecía estar feliz, mientras yo estaba muriendo de la tristeza.

—Al menos uno de los dos si está pasándola bien estas fiestas—dije, fijándome en la hora. Ya había subido esa historia hace dos horas. 

Como quería seguir viéndolo, me puse a stalkear las historias de sus amigos. Fue así como una bomba me explotó en la cara, pues en la historia de Kerly, me había mostrado por error, a mi novio bailando muy abrazado con Ana, otra de sus compañeras a la cual odiaba por ser lanzada. Ella siempre le había estado echado los perros a mi novio.

—¡Mierda!—murmuré, pasando a la siguiente historia de Kerly, donde ella cantaba sin darse cuenta que por atrás captó escenas dolorosas para mi. 

En casi todas las historias Andrés aparecía en el fondo de la discoteca, bailando un perreo intenso con Ana.

—No puedes estar haciendo eso—murmuré con el corazón hecho pasita. 

Como no pude aguantar más, me decidí a llamar a Andres, y juro que me volví loca cuando no me contestó. 

En los videos él no aparecía tan formal como siempre lo era en fiestas. Andrés mas bien parecía tomado, y ciertamente me daba pesar imaginar que la tal Ana podría aprovecharse de él mientras estaba en ese estado. 

—¡Imbécil, no me hagas esto!—lloré,mientras mandaba mensajes como loca.

Así que como ven, mi noche fue un asco. Solo permanecí en mi habitación, oyendo música deprimente con riesgo a reventarme los tímpanos, y llorando mientras intentaba localizar a mi novio.

Le tenía miedo a las acciones de la tal Ana. 

Debo contarles que me la pasé hasta altas horas de la madrugada llorando, cantando y llamando a mi novio. Ya eran tres de la mañana, y yo no dejaba de insistir. Lo único que quería era rogarle que se alejara de la fufurufa de Ana.

Esa chica gustaba de mi novio desde que él empezó a trabajar en la escuela de artes. Incluso habían veces en las que era tan descarada de coquetearle estando conmigo.

Era una perra, no lo podía decir de otra manera.

https://youtu.be/9HrrKGWpMH8

—¡TE FUISTE DE AQUÍ, SIN PENSARLO!—cantaba a todo pulmón junto al cover de Christopher—. ¡DIJISTE QUE NO ME AMABAS MÁS! ¡YO TE SUPLIQUÉ, QUÉDATE AQUÍ! ¡YO NO SÉ QUE HARÍA SIN TI, NO CREO SOPORTARLO!

Vaya, hasta en esos momentos tan trágicos, como de costumbre estaba presente Chris. Con su voz él me acompaño en mi soledad.

Ya estaba por dormirme allí recostaba a mi cama, abrazada a mi balde de pollo, pero de pronto una llamada proveniente del celular de mi novio, hizo que mi teléfono empezara a vibrar en mi mano.

—¡Andrés!—yo de inmediato me incorporé, apagando la música al instante. Luego de aclarar un poco la voz, contesté casi que desesperada—. Hola, mi vida. ¿Como estas? Ayer vi que estabas en una fiesta. Espero que...

—¡Él no quiere saber de ti, ya entiende, loca!—dijo una voz femenina que yo odiaba.

Ni siquiera tuve tiempo a replicar pues Ana, me había colgado.

—¡Que carajos!—yo solté atónita mirando mi celular como estatua

Extrañada por aquello, yo volví a llamarlo, él no contestó.









Hola muchachas bellas!!!

Bue... sé que Chris sigue sin ingresar a la trama, pero créanme que todo lo que le está pasando a Cielo es necesario para que Chris llegue a cumplir con su papel!!!

Cofff cofff, como datito... ya en el próximo capitulo... quizás alguien aparezca. 

Quien ya quiere empezar con la historia de este par???

YO YA!!! EN SERIO QUE ME ENAMORÉ DE ESTOS DOS!! NO SE IMAGINAN JAJAJA!!

Por ahora estoy intentando ser breve con respecto a la historia de Andrés y Cielo, porque como dije es necesario lo que les pasa. Ya verán más adelante porqué. 

AHHHHH Y OTRO COSITA QUE QUERÍA DECIR.... ¡¡¡¡¡GRACIAS POR LOS 2K!!!!

En verdad significa mucho para mi ese numerito. Omg, aun no puede creer lo mucho que hemos crecido!!! Ya verán más sorpresitas de mi parte como celebración :)

Bueno, nos vemos en la siguiente parte. Bye, bye. 

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