48. Qué hubiera sido


¡¿Les cuento algo?!

Yo no estaba tan segura de cuanto amaba a Chris en esta parte de la historia. Sabía que lo quería y que me dolería dejar tan de repente una relación con él. También admito que me embargaban los celos cada vez que me hablaba maravillas de su querida Lu. Y por ultimo también admito que me daba miedo dejar progresar mis sentimientos por Chris. Pese a que todavía no podía proclamar mi amor por él como intenso, odiaba dejar en el olvido lo que sentía.

Indudablemente no estaba preparada para dejarlo ir, pero tenía que hacerlo antes mis sentimientos adquieran un nivel crítico. En mi caso ese nivel era un problema, pues me conocía... y sabía que lo mio era el amor intenso y apasionado. Cuando amaba, lo entregaba todo. 

Ese era mi gran defecto. 

—Tengo que acabar con esta duda—susurré mientras manejaba a toda velocidad.

Tenía que saber si Yuli era o no una realidad. Y considerando el empeño que le pusimos con Chris a "nuestra tarea", me extrañaría que no sucediera. Todo se alineó para que Yuli fuera un hecho, incluidos los días exactos previo a mi periodo.

Además había un factor casi infalible para darme cuenta que Yuli si existía. No era nada más ni nada menos que algo que me contó Sara. 

Ya saben... algo sobrenatural.

—Entiendo que hayan tenido que hacer una profecía para poder cumplir con el prerequisito de estar cegados de amor, pero... mi madre solamente debió escribirnos una historia de amor donde el final sea una boda como máximo. No era necesario que meta a un bebé y que tampoco nos sentencie a abandonar nuestras carreras. Si se ahorraba los dos últimos puntos, bien y ahora no había problema en elegir si quiero o no continuar con la profecía. No hubiera habido la vida de un bebé en riesgo.

—El bebé era parte de un prerrequisito oculto—Sara me miró con tristeza—. Es que descubrí que con tu madre hubieron muchas ocasiones donde sintió un ruptura del corazón demasiado fuerte, sin embargo... no se logró la apertura de la barrera más que con la llegada de Emi ¿Y porque tuvo validez en esa ocasión? Porque sin saberlo tú ya estabas en el vientre de Edith. Los seres que rigen esta maldición solo se dejan debilitar por la clave cuando encuentran que no tendrán perdida. Por supuesto ellos se dejaron ver cuando fuera menos probable que Edith sospechara de tu existencia. Luego solo le dieron a elegir sus opciones, donde ella elegiría la opción más deseada del amor verdadero, sin saber que... tú ya estabas en camino. No iban a dejar que la victima eligiera dar a su primera hija por libertad, teniendo en mente nunca tener hijos. Ellos no lo iban a permitir, pues... ellos empezaron su jugada antes que Edith quisiera hacerles trampa. Con la apertura de la barrera en el momento exacto, ellos aseguraron su botín sin que Edith se diera cuenta.

Mi rostro palideció e instintivamente pasé una mano por mi pancita plana.

—¡Mierda!—solté al borde de una crisis—. Es decir que...

—Lo más probable es que Yuli esté en camino—soltó Sara, y yo empecé a hiperventilar

Luego de esa conversación entendí la razón de Yuli en la profecía. 

Deambulé con mi motoneta por un largo tiempo, sumida en la música que me regalaba mis audífonos. Obvio acabé aún más sentimental gracias a mi tendencia a escuchar las canciones más tristes del mundo. Tenía esa costumbre masoquista.

Estuve realmente agotada cuando llegué a mi casa. En una sola noche pasé de ser la chica que vivía feliz cumpliendo una profecía romántica, a ser una chica sentenciada a matar a su bebé.

—Mi amor, llegué—solté al abrir la puerta.

Mi pequeña Solovina salió corriendo de algún lugar en la sala, moviéndome su colita desesperada. Yo la tomé en mis brazos y entre besos fuimos a mi habitación.

—Nos vamos a casa—le dije a Solovina con una sonrisa melancólica.

Ni medio toque el piso de mi cuarto, empecé a empacarlo todo. 

Y no me iba porque Chris me dijo que lo hiciera, lo hacia porque en verdad no soportaba respirar tan cerca de él. No resistía mirar hacia las calles de la ciudad y recordar los lindos momentos que pasamos juntos. Eso solo haría confundir mi corazón. Necesitaba desintoxicarme de él para poder pensar con la cabeza fría. 

Mi futuro era muy incierto. Tenia tantas posibilidades de encrucijada. Me debía preparar para todos los panoramas que se me debían presentar. Y por el momento el dilema mas probable era el mas simple... si iba o no a permitir la existencia de una hija con Chris.

—¡Mierda!—me quejé lanzando mi chaqueta contra el espejo de mi cómoda. Varias de las cosas que estaban allí fueron llevadas a su paso—. Y para variar no puedo ni siquiera saber si estoy sufriendo por tener que elegir a un fréjol real en mi panza o solo aire—solté frustrada haciendo círculos en mi estómago.

¿Que iba a pasar con Yuli?

¿Que iba a pasar con Chris y los sentimientos que aún le guardaba? 

Aparentemente debía elegir si lo mantenía o no hechizado (independientemente si es o no con la profecía). Y solo si elegía la opción de mantener el hechizo de amor, podría mantener una vida donde existiera Yuli. 

Sara me ofreció quitar la magia que podría rodearme en cualquiera de las dos opciones, dejando mi vida normal en cualquier caso. Cosa que parecía ser algo bueno, pero... no era algo seguro del todo.  

Yo sé que quizás están un tanto confundidos. Y ahora mismo le aclararé varias cosas.

Resulta que gracias que la barrera de mágica cayó, se logró que aquellos espíritus malignos se quedaran en una especie de limbo, del cual solo saldrían cuando se tenga que cerrar el nuevo trato. Ahí es cuando entraría mi querida Fatima. Debido a que ella posee la sangre que creó el hechizo (De su abuela), ella también es la misma que lo puede extinguir. Debido a que los espíritus se hallan débiles gracias a que la barrera de magia se rompió, ella puede ser la bruja superpoderosa que los mande a las tinieblas. Se supone que el día que decida "negociar", e invocarlos... ellos estarían en ese mismo limbo. 

Se supondría que debía estar tranquila pero no lo estaba del todo. Por un lado tenía a Sara; una experta que estudió por años mi caso, y Fatima; la nueva dueña y señora de la maldición gracias a su herencia, y la cual además fue entrenada por Sara; mi madrina me contó que su engaño sobre el hechizo y el contrahechizo le sirvió a Fat para entrenar su magia. Cada vez que ella intentaba anular hechizos... luchaba contra la magia de la propia Sara. La cual actuó como si fuera el dichoso maleficio falso que mataba gente. Además con el hechizo de la profecía que fue creado por Fat, Sara también vio potencial. Me dijo que era un hechizo perfecto, casi inquebrantable. Si no era porque en realidad Fatima no sabía la manera correcta de anularlo, el hechizo hubiera seguido su rumbo. Sara le dijo como parar la profecía, cuando la barrera de magia se cayó. En fin, todo apuntaba a que estaba en buenas manos, pero aún así no me confiaba que espíritus malignos se dejaran vencer tan fácilmente. 

Si con mi madre tuvieron trampas, quien sabe si no las estaban planeando conmigo. 

En fin, si las cosas salían relativamente bien, yo podría tener la posibilidad de quedarme anclada a mi elección; algo así como quedar sentenciada por la magia de mis opciones pese a que se fueron para siempre los malditos espíritus, algo que sería arreglado por Sara o Fat con su magia (Le sería fácil extinguir magia que quedó cuando ya no estaba quien la produjo), y en el mejor de los casos... no quedaría nada luego que Fat destroce a esos espíritus. 

Como sea... no me quería confiar. 

—Aunque sea casi improbable... ojalá no vayas a tener una hermanita—le dije a Solovina a la vez que doblaba ropa. 

Mi perrita solo me movió su colita y se dispuso a ladrarme juguetona.

Cansada, me lancé en la cama por un rato con la vista en el techo. Una vez más mi mano fue hasta mi vientre plano. 

—Yuli, si en verdad estás ahí... quiero que sepas que yo no te traje por un accidente, tuve que traerte porque fue de vida o muerte. Bueno... antes era de vida o muerte. Ahora sé que tuve que traerte para salvarnos a tu estúpido padre y a mi—solté frustrada—. Diablos, no es justo que haya caído en este tipo de decisiones. No fue mi culpa.

Me levanté de mi cama y a toda velocidad continué empacando. Hasta a mi me sorprendió la ligereza con la que todo iba entrando en mi maleta. Supuse se debía a que no tenía grandes cosas mas que ropa, artículos de limpieza, maquillaje, uno que otro par de zapatos y varios recuerdos que compré durante mi estadía.

Mi cerebro estaba exhausto, así que necesitaba que se enfríe un poco. Por eso, luego de haber dejado mi maleta y mi mochila lista en la puerta de la casa, yoopté por intentar dormir. 

—Tengo miedo del futuro—le dije a Solovina, mientra la abrazaba debajo de las cobijas—. Mi futuro es tan incierto, y por donde sea que veo... se que voy a sufrir. 

Mi cabeza se llenó con la imagen de Chris, y de inmediato sentí miedo de él. 

¿Y porqué le tenía miedo? 

Porque él era la persona perfecta para mi corazón, y si no tenía cuidado iba acabar como en algún futuro alterno no influenciado por mi madre y Sara. Un trágico futuro amoroso. 

Él estaba destinado a tener mi corazón en sus manos, y aún no estaba segura si con el poco tiempo que compartimos lo logró.

—¿Es tan malo nuestro destino como pareja?—solté con temor—Vamos, no lo creo. En este tiempo que estuvimos juntos básicamente fuimos la pareja perfecta.

—Nena... estaban hechizados. Es obvio que si—Sara se sentó a mi lado en el sofá—. Y ahora tengo que decirte la verdad que vi hace años con respecto a tu vida con Christopher. Lo hago porque te quiero y porque no quiero que salgas lastimada por falsas ilusiones. ¿Quieres que te cuente?

—Solo dime lo necesario. No estoy tan estable emocionalmente para seguir enterándome de malas noticias

—Okey—ella me tomó de las manos y me sonrió tristemente—. Yo vi muchas cosas entre ustedes. Habían cosas muy lindas como la manera tan intensa que se amaban, pero el problema era que no sabías que en algún momento de la historia, su amor fue falso gracias a un hechizo de amor que heredaste. Ni siquiera lo invocaste, tan solo apareció sin que ninguno lo percatara. Tú te enamoraste en realidad, pero... él al parecer no. Con él tiempo tu historia con Chris es muy similar a la de Edith y tu padre, con la diferencia que no sabían que algo sobrenatural los ataba. Incluso hechizados de amor se casan, y logran concebir a un bebé. En fin...todo era felicidad hasta que llegó un momento donde sin querer descifraste la clave de anulación. 

—¿Y como? 

 —Lucía llegó un día a la vida de Chris, y pues él se vio atraído hacia ella, reconociéndola como su alma gemela. Tú captaste eso en un momento, y al igual que tu madre... lograste encontrar la clave de anulación. Luego sucedió lo que ya sabes con respecto a tus opciones "piadosas". La diferencia es que elegiste dejarlo libre, perdiendo así a Yuli. Después... bueno... empezó la realidad. El primer y trágico tropiezo es el buscar culpables por la perdida de Yuli. Ninguno de los dos sabe manejar el dolor. Es evidente que eso los aleja, y para escapar de las peleas que empezaban, ambos se dedican de lleno a sus carreras. Casi nunca se ven. Y entonces, las cosas empiezan a caer en el orden que debería ser sin el hechizo de amor. La chica que siempre estuvo destinada a Chris; Lucía, va ganando terreno con él. De manera involuntaria él se empieza a enamorar de ella, y aunque él lucho por seguir en una relación contigo, no lo lograron. Tú no lo dejaste entrar otra vez en tu vida, pues involuntariamente siempre lo veías como el chico que causó que perdieras a tu bebé gracias a su libertad.En fin las peleas aumentan. Las desconfianzas entre los dos es evidente. Los caracteres chocan...

—¡Okey, todo se va a la mierda!—solté me tapé los oídos por un instante—. Supongo que así es como terminamos divorciandonos. Y pese a que ya no estamos juntos yo... lo sigo amando. ¿Es así?

—Sí—ella soltó acariciando mi mejilla.  

—No me gusta para nada ese futuro—yo solté con la voz temblorosa, y Sara me pasó un pulgar por la esquina del ojo. 

Ni siquiera noté cuando me había puesto a llorar.

—Obviamente en ese futuro que vi, aún no habíamos actuado yo y tu madre. Ahora estás en un mundo donde tomamos todas las precauciones para que ello no ocurra—ella me sonrió animadamente—. El futuro cambió claramente. Lo que sea que miré en ese entonces ya no existe ahora. Ahora los dos son los mismo solo que en otro escenario y libreto.

—Menos mal—solté pensativa—. Pero pese a todo lo que hicieron... ¿aún sigues creyendo que él y yo no estamos hechos para tener un final feliz? Las cosas pudieron haber cambiado y...

—Linda, yo solo sé que Chris tiene una afinidad enorme con Lucia. Lo estuve rastreando por mucho tiempo atrás y por más que leía los astros miles de veces, la respuesta siempre era la misma... los dos son el uno para el otro. Lo lamento si lo digo tan crudo pero... quiero que no te lastimes con falsas esperanzas. 

No puedo negar el profundo dolor en el pecho que oí al escuchar aquello. 

—Sabes... aún hay algo que no comprendo—yo intenté cambiar el tema de conversación, bajando la mirada—. No entiendo porque mi mamá concluyó de una manera tan absurda la profecía. Es que si no se hubiera roto el hechizo... él y yo hubiéramos tenido que abandonar nuestros sueños profesionales por Yuli.

—Ese final solo era un plan B en caso de que no lográramos abrir la barrera con la clave. Tú madre no quería que las cosas se compliquen entre los dos así como en el otro futuro que no se dio. Ella sabía que uno de los puntos claves en su fracaso fue sus vidas profesionales. Ambos se metieron de lleno en sus carreras que con el tiempo se perdieron el rastro el uno al otro. Además por ese punto termina conociendo a Lucía. Por eso tu madre quiso quitar ese factor, para mas bien darles un sueño mas pequeño pero con el cual igual triunfarían, aunque no de manera tan gigantesca y patológica. Con ello Edith planeaba evitar que se hicieran daño. 

Y entonces recordé que en los recuerdos de Sara a los cuales me metí, ella nombró algo muy curioso.

—En tus recuerdos le decías a mi mami algo sobre que... él y yo eramos estrellas internacionales.

—¡Ah sí!—ella pareció apenas recordar—. Es solo que en ese futuro tú eras toda una super estrella. Me atrevo a decir que eras hasta el triple de exitosa que Chris. Ibas a ser algo así como una Taylor Swift latina.

Por supuesto yo me quedé boquiabierta.

—No te creo—solté burlona—. Por favor, hasta le tengo miedo a lo escenarios. Si no hubiera sido por mi abuelito...

—Chris logró quitarte ese miedo en ese mundo alternativo.

Diablos ahora recordaba a mi nuevo asustador de monstruos de la fiesta de Fat.

—Su... Supongamos que si—yo seguí sin creerlo—. De todas maneras no creo que tenga tantos atributos como para convertirme en una estrella tan...

—Como siempre no eres capaz de ver lo maravillosas que eres. Nena, tienes una voz de ángel.  Escribes y compones canciones con guitarra, piano y violín. Bailas perfectamente, de manera profesional muchos géneros, incluido ballet. Actúas genial; yo te vi en varias obras en teatros. También tienes un carisma que no alcanzas a medir. Eres hermosa, tienes la cara que Hollywood busca. Ademas como si fuera poco, eres capaz de escribir libros realmente originales y de calidad, que incluso pueden llevarte a inmiscuirte en la producción de un proyecto de cine. Ahh y antes de olvidar mencionarlo... hablas varios idiomas. Tu ingles y italiano son puntos extras para que puedas alcanzar el éxito. Lo tienes todo para lograr ser grande. Y eso me recuerda...

—Mmm—logré decir en medio de mi letargo. Sara me tomó de las manos y las empezó agitar emocionada.

—Dependiendo de la decisión que tomes con respecto a tu futuro con Chris, yo te podría ayudar a retomar ese camino hacia el estrellato. Tengo en mis manos la lista de persona que te llevarán a ese sitio que desde siempre mereciste. Desde hace tiempo se quienes son los productores y disqueras que están destinadas a hacerte grande. Solo déjame mover mi magia y ya veras como hago que los conozcas en las situaciones correctas. Solo es cuestión de que me lo digas. 

—Espera no te aceleres—yo solté con la boca seca. Ni había aceptado y ya esta agotada por tal futuro—. Yo en lo personal no me siento preparada para ese futuro. Se me hace difícil imaginarme dando conciertos con miles de personas. Yo... Yo solo veo mi futuro teniendo existo en algo pacífico como... escribir novelas. Ese es mi único sueño. Deseo heredar el legado que dejó mi mami. 

—Bien—Sara parecía desanimada—, pero aun así quiero que sepas que cuando tu quieras puedo devolverte tu mundo de estrellato.

Me resultó casi imposible conciliar el sueño, pero gracias a la ayuda de la música logré dormir.  Desafortunadamente mi ligero descanso, se vio interrumpido por unos golpes ruidosos en la puerta.

Al abrir los ojos vi oscuridad por la ventana por lo que asumí que aún era de noche.

Imaginas cosasme dije volviendo a cerrar los ojos. 

Y entonces la puerta volvió a sonar y de mala gana me vi obligada a abrir mis ojos. Al alcanzar mi celular logré ver la hora, enterándome de que eran las 4 de la mañana.

Pumm, pumm, pumm

La maldita puerta seguía sonando y para colmo ahora lo acompañaba el tono de mi celular sonando.

—Que no sea el idiota, por favor—dije antes de enfocar mi vista en la pantalla del celular, y luego verifiqué quien era—. Y sip, es el idiota.

Al parecer Christopher era el desesperado que golpeaba mi puerta.

No sabía como sentirme al respecto. Mi corazón empezó a bombear sangre violentamente por saber que quizás vino arreglar las cosas, pero a su vez me molestaba el hecho de que vino a interrumpir mi intento de buscar paz mental. 

Todavía no tenía claro que era lo que sentía por él.

Salí de mi cama con inseguridad y le contesté mientras me levantaba a espiar por la ventana.

—¿Qué quieres?—dije lo mas neutral posible.

—¿Podemos hablar por favor? Estoy afuera de tu casa—dijo Chris con la voz ronca—. Cielo, te lo pido. Hablemos solo un momento.

Yo me tomé mi tiempo para responderle.

—Habla con Lu—le dije con malicia.

Sin mas colgué y con cuidado lo espié por detrás de la cortina.

Sentí una punzada de lastima al verlo restregarse la cara con desesperación en cuanto colgué. Caminaba de un lado al otro con cara de dolor a medida que volvía a marcar. Por supuesto no le contesté. Solo me limité a apagar el teléfono.

—Vete, por favor—susurre arrimándome a la pared junto a la ventana. Era un sitio que me dejaba mirar las acciones de Chris detrás de la delgada cortina.

Él se sentó en la vereda cabizbajo escribiendo en su celular. Regresaba a mirar de vez en cuando a mi ventana y yo me escondía por si acaso.

—Infierno andante—solté en un suspiro. 

Lo miré estar sentado por lo que me parecieron horas. Yo sabía que él se iría en unas horas del país asía que estos minutos eran los últimos momentos para verlo en vivo y en directo.

Los destinos de los dos se volverían a separar así como lo quiso mi madre. Tal vez este último momento era nuestra última cercanía y el ultimo tacto a una profecía que le daba un hermosa calidez a mi corazón.

Mi corazón vibraba por él, eso era seguro... sin embargo, si me dijeran que jurara por mi vida que eso era amor, no podía. Sin querer una parte de mi me decía que solo era una ilusión.

—Buen viaje, chico morfina—solté con dolor dándole un ultimo vistazo. Él seguía sentado con su vista en su celular mientra fumaba un tabaco que recién había sacado.

Me metí en las cobijas con Solovina y solo por si se le ocurría hablarme desde afuera me puse los audífonos con música instrumental para que ocultaran cualquier ruido exterior y ademas para que me ayude a dormir.

Como mirar a la ventana me resultaba como estarlo viendo a él mismo, yo me giré en contra de esta y cerré los ojos. Tan solo me mantuve recostada abrazada fuertemente a mi perrita.

Y entonces mientras intentaba conciliar el sueño miles de recuerdos me atacaron.

¿Realmente quería dejar las cosas así de pendejas con Chris? 

Pese a que no tuvimos una historia larga teníamos una historia importante. Pensaba que al menos debía despedirme de él, para sentir que cerré su ciclo.

—No, no por ahora—me dije a mi misma.

Ni él ni yo estábamos emocionalmente estables. Apenas hace unas horas fuimos liberados de un hechizo de amor.

Diablos, me desesperaba saber que debía esperar a que la confusión de los dos se fuera para pretender tomar decisiones coherentes. Si por mi fuera yo quería tener las respuestas a todo ahí mismo. Sin la horrible sensación de sufrir por un tal vez. No quería atormentarme con saber lo que ocurriría con mi futuro.

De todas maneras quisiera lo que quisiera, él no se merecía hablar conmigo. Él me oculto una relación secreta con una chica. Mi orgullo me exigía aplicarle una larga ley del hielo.

Tal vez en una situación normal de secretos así, la mitad de la pareja engañada estaría despedazada así como yo en un inicio, pero extrañamente luego de calmarme ya no estaba tan dolida. Me puse analizar la razón y era que lo comprendía. Él solo era un chico que era obligado por un hechizo a quererme, cuyo corazón pedía desesperado a su verdadero dueño. A lo mejor con esa llamada su corazón encontró una manera de recuperar a Lu, y él sin darse cuenta venció a los hechizos que lo dominaba para decidir algo que su corazón necesitaba.

Por primera vez podía decir que un hombre tenía justificado un engaño.

De a poco con mis pensamientos cambiantes fui adormilandome nuevamente. El bendito cansancio estaba ayudándome a perderme en el mundo de los sueños.

Iban 1 oveja, 10 ovejas, 100 ovejas hasta que... algo muy extraño pasó.

Alguna entidad sobrenatural provocó que mi audífono derecho fuera retirado. Bue... En realidad no era tan sobrenatural.

—Con ese volumen te vas a quedar sorda—me dijo Christopher mirándome desde arriba. 

Obviamente pegué un grito que me provocó un dolor de garganta. 

—¡¿Que carajos estás haciendo aquí?!—yo me senté de un respingo y me alejé lo mas posible gateando sobre la cama—. ¡Mierda! ¡¿Qué clase de acosador eres?! ¡¿Cómo... Cómo entraste?

Creo que él vio mi espanto, así que fue a encender la luz para hacerlo menos aterrador.

—Tranquila, no te quiero hacer daño. Solo... solo quería hablar un momento—él puso sus manos como escudo. Yo había tomado una almohada lista para lanzarsela—Es que mañana me voy y... no quería irme sin arreglar las cosas contigo. Hubiera venido mañana pero... como dijiste que te ibas a ir...

—Pero no había necesidad que entres así—yo le lancé la almohada y me senté mirándolo de brazos cruzados—. Te juro que me asustaste. Es super raro que hagas esto—me pasé una mano por el cabello y tomé en mis brazos a una Solovina que había despertado y que lloraba por no poder bajar a saludar a su padre humano. Yo la bajé y ella salió corriendo hacia él.

—Hola, bebé—soltó él sonriente, mientras se sentaba en el piso a acariciar a Solovina.

Mientra él le hablaba como retrasado mientras ella le lamía toda la cara, yo empecé a evaluar su cara y su camiseta. Encontré algo escarlata en ella.

—¿Como entraste?—le pregunté durante mi inspección.

Chris restregaba su nariz con la de Solovina.

—Fer—me respondió entre risas a causa de los lametones de Solovina en la comisura de su labio. Él hizo muecas ante el toque de Sol—Como necesitaba hablar contigo busque a la persona que más te conoce en el mundo, para que me aconsejara como lograr hablarte. 

Chris bajó a Solovina que ahora quería lamer su nariz; la cual se veía roja a nivel de la fosa nasal en el mismo lado de la comisura ligeramente inflamada. Desde donde yo estaba se veía roja esa zona.

Inmediatamente empecé a lanzar teorías en mi cabeza.

—¿Y qué te dijo? ¿Te aconsejó meterte a mi casa rompiendo puertas, poniendo escaleras o haciendo cualquier pendejada? La verdad no se me ocurre como entraste.

—Fer me dijo donde tenías escondida la llave de emergencia—me confesó y de inmediato me acordé de la llave de la puerta que se hallaba escondida detrás de una baldosa media rota, cerca de la parte más superior de la ventana. 

Siempre dejaba llaves escondidas de mi casa o de otros lugares pues tenía una cabeza de pollo que olvidaba o perdía llaves.

—¿El infeliz te rebeló mi secreto así como así?—dije boquiabierta.

—Se resistió un poco pero luego que le di el numero de Leslie Grace y luego de ofrecerle pases VIP para sus novias en caso de un próximo concierto de Cnco él aceptó. Ah y también me hizo pagarle unas vacaciones en Monpiche, además de alojamiento en caso que vaya a Miami.

—Lo mataré—solté molesta—. Él debió respetar mi decisión. Si en realidad él era mi amigo debió darse cuenta que no quería hablar contigo y él...

—Le prometí que no te lastimaría y que cuidaría tu corazón cuando mi bocota se abriera. Le dije que era importante aclarar las cosas porque te quería mucho a ti y a Yuli—me soltó de golpe y simplemente me quede sin saber como reaccionar.

Sol le mordía un dedo mientras los dos nos mirábamos fijamente. Por suerte su aparente golpe en la cara con su tono rojizo me hizo volver a la realidad.

—¿Quien te pegó?—cambié de conversación.

De inmediato me puse de pie y con nervios atravesé la habitación en especifico fui hasta el baño donde estaba el botiquín.

—¿Qué?—me dijo riendo como si le hubiera contado un chiste—A mi nadie me pegó.

Saqué la cabeza y lo miré con mala cara.

—¿Seguimos con las mentiras?—le reclamé dándole una mirada asesina—. Ahora te voy a dar dos opciones. Primera; me dices que te pasó y prometes jamás mentirme otra vez. Segunda; te largas.

Chris me miró boquiabierto.

—Te lo diré todo, tranquila—él alzó a Sol en sus brazos y me miró culpable.

—¿Y prometes que ya no me mentiras?—le dije con seriedad

—Lo prometo

Un silencio se prolongó entre nosotros.

—¿Sabías que soy una persona muy desconfiada? Cuando alguien me falla yo no vuelvo a confiar y... y extrañamente aún tengo fe en ti. Eso consideralo un milagro—di un suspiro y luego de una mirada fría me volví a meter en el baño a revolver el botiquín—. Como sea... Desembucha que te pasó.

Solovina gruñó juguetona por un rato hasta que él habló.

—Fui a beber con los chicos un rato luego de...

—¿Luego de portarte como patán en el mirador?

Él se quedó mudito, y luego de un suspiro habló. 

—Perdona, Cielo... yo...

—Solo continua

Una vez más silencio. 

—Bien—dijo resignado—. Estábamos tranquilos hasta que... un tipo borracho le armó bronca al José. Según el tipo, José estaba mirando demasiado a su novia. Lo cual no sé. La verdad yo estaba mas ocupado intoxicandome con alcohol que viendo a José vacilar. La cuestión es que el tipo pasado de tragos se puso demasiado grosero desde un inicio alzando la voz y lanzando insultos, así que en un momento donde José le quiso replicar el idiota lo quiso golpear. Y como me molestó esa actitud tan poco racional, yo salí a su defensa y pues... sin querer...  pumm le lance un puñetazo. Lógicamente el tipo me regresó el golpe.

La verdad nunca me imaginé a un Chris peleonero con golpes y todo.

—¿Así que lo golpeaste porque querías defender a José?—yo salí del baño con dos envases que hallé en el botiquín—. Me parece un poco exagerada tu reacción pero bueno.

Caminé hacia él y me senté a su lado con mis botellas de vidrio. Él me observaba a cada movimiento sin soltar a Solovina.

—No estoy bien, Cielo—me confesó con la voz temblorosa—. No tengo idea de lo que hago.

Su voz me transmitía dolor y tuve que desviar mis ojos para que no captara mi compasión.

—No es algo nuevo en ti—intenté bromear mientras abría uno de los frascos pero él me sostuvo levemente de la mano.

—Hablo en serio—me dijo en un susurró y le regresé la mirada—. No sé quien soy. Estoy perdido desde que la barrera se rompió. No sé que pensar, hacer o sentir. Ya no recuerdo quien era ni sé quien quiero ser. Hoy lo comprobé al actuar de una manera tan impulsiva con ese tipo del bar. Si hubiera estado en mis cabales jamás lo hubiera golpeado dijera lo que dijera. Yo me habría tragado toda la mierda y tan solo me hubiera ido para no armar un alboroto que se podría filtrar en redes. Mi carrera depende de mi comportamiento. Sin embargo hoy no me importó. Solo estaba furioso porque no tenía idea de como encontrar mi verdadero yo y pues... quise desquitarme con alguien y justo apareció él. Y... y... Pienso que también me desquité contigo en el mirador lo cual no es justo. En verdad... me avergüenza todo lo que te dije. Yo... yo no soy así.

Yo bajé la vista y dejando en el aire sus palabras empecé a mezclar una pizca de polvo de medicina casera de mi abuelita (afortunadamente aún existía en el botiquin) y un poco de agua para hacerla una pasta.

—Creí que era la única con crisis existencial—yo tomé un poco de la pasta blanca y la alce hacia la cara de Chris. Él se alejó con inseguridad—. Solo es la super pasta antiinflamatoria de mi abuela. Ella inventó esta mezcla de productos naturales disecados para que no se te ponga un golpe morado o para que no se te hinche. 

—Gracias—dijo volviendo a ponerme su cara en frente. Yo le coloqué esa pasta que se iba poniendo fría en toda la comisura labial y debajo de la nariz. 

—Me acuerdo que una vez mi abuelito me sacó un diente y como se me empezó a hinchar, mi abuelita me puso su pasta mágica y en ese mismo día ya estaba como nueva. Ahí le creí sobre su efectividad. El requisito para que funcione es hielo en la zona del golpe.

Chris se quedó callado sonriendo levemente a mi relato, mientras yo intentaba crear un capa espesa tipo mascarilla en la zona.

—Linda historia pero... debo cambiar de tema para decirte que era mentira que no te amaba—él puso una mano en mi cintura y al sentir el contacto directo de su piel con la mía, recordé que estaba en ropa interior.

Si le suman sus palabras más la corriente que me recorrió con su tacto pues... estaba vomitando mariposas.

—Me lanzaste una verdad así que pienso que debo contraatacar con otra—yo puse una ultima pizca de pasta y me quede mirándolo frente a frente. Estábamos muy cerca—. Yo también mentí en eso de no amarte.

Él soltó a Sol en el suelo y llevó su mano a acomodar mi cabello detrás de mi hombro.

—Entonces si descartaste el no amarme la otra opción es...

—Te amo aunque... no sé en que forma. Hay muchas maneras de amar y en diferentes grados de intensidad—suspiré frustrada—. Por esa duda no he podido estar en paz. Yo también fui un manojo de sentimientos a flor de piel que querían explotar. Te entiendo. Yo tampoco me encuentro bien. 

Su cercanía me empezaba a nublar la razón por lo que de un respingo me alejé. De pronto quise besarlo para quitarle esa cara de depresión que tenía, pero al recordar que tenía una novia en Miami se me extinguieron las ganas.

—¿Y que vamos hacer para poder descubrir lo que somo sin la profecía?—él puso su atención en una Solovina que intentaba jugar con él.

—No lo sé. Pero por lo pronto evitemos que ese golpe se te ponga feo. No creo que Lucía quiera verte con esa linda carita arruinada—yo me puse de pie y caminé a toda prisa antes de ponerme a lanzar verdades hirientes. No fue buena idea recordar a Lu—. Voy por hielo.

Estaba por salir de la habitación pero de pronto oí algo que me hizo detener en seco.

—Terminé con Lu—me dijo de una sola y yo solo me quedé como estatua unos segundos para luego irme sin decir nada.

Ni siquiera sabía como reaccionar ante esa noticia. 

¿Qué se suponía ahora?

Si bien ahora había una posibilidad de empezar a planear una relación verdadera con él sin "terceros" existentes, yo no lo creía buena idea. 

Aquí no trataba del amor lo vence todo, no. A veces utilizábamos un termino tan importante para disfrazar una ilusión. Y no, la ilusión no lo vence todo. Sobre todo en mi caso cuando estaba destinada a no tener a Chris.




Hola niñas jejeje, ¿me extrañaron?

Como ya me muero del sueño, solo les dejo un adelanto 😋😋

Chan, chan, chan....

Voz de narrador: "En el siguiente episodio de Profecía de un final feliz..."


Mis manos temblaban de nervios, sobre todo porque lo vi en linea. Pese a que eran las 4 de la mañana, él estaba despierto listo para leer mis estupideces.

Tragando duro abrí el chat y empecé a escribir el mensaje que podría cambiarlo todo entre los dos.

La profecía se extinguió. Soy libre. 





—¿En verdad te vas a ir mañana?—me dijo mirándome con una expresión de preocupación y tristeza.

—No, no me voy mañana—yo me abracé a mi misma sin mirarlo.

—Wouu que bien, así podría invitarte mañana a...

—Me voy ahora mismo—solté la estocada final y él se quedó mudo e inmóvil mirándome con cara de poker. 



¿Creen que los estrellados decidan darse una oportunidad?

¿En verdad Cielo se irá de una vez?

¿A quien envió ese mensaje Cielo?



Dejándolas con las dudas me voy jiji. Chaitos :)

PD: Espero se estén quedando en casita, ah jejeje. Cuídense mucho. 

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