33. Apagando el verano
Capitulo triple (1/3)
—¿Qué clase de materia es educación para la ciudadanía?—bostecé mientras pintaba un dibujo chueco sobre justicia indígena—. Dios, estas materias jamás las recibí en mis épocas de colegio.
Ya se me estaba acalambrando la mano de tanto pintar los deberes de Fat.
—Esos profesores están enfermos—Chris pintaba un mapamundi, donde aparentemente tenía que señalar los países de la unión soviética—. ¿Me prestas el verde?
Luego de un bostezo le pasé la pintura, y tomé otra para dar los últimos toques al cuaderno de Fatima.
Tardamos casi toda la tarde haciendo las tareas de Fat, y creo que nuestra lentitud se debía a que ya estábamos muy oxidados en esos temas. Yo en lo personal no sabía ni pío de química o matemáticas. Por poco y muero de un colapso mental a causa de no entender la regla de Cramer en las ecuaciones.
¡YO ODIABA LAS MATEMÁTICAS!
Por la razón anterior es que elegí en la universidad una carrera muy lejana a esa materia.
—Yo era el mejor de mi clase—Chris habló, mirando con orgullo su mapamundi—. Estos deberes los hubiera hecho en un suspiro.
—Tú lo dijiste "eras"—le recordé con cansancio—. Bien que repetiste cinco veces cada ejercicio de matemáticas que te asigné.
—Es comprensible—él cerró el cuaderno, y cruzando sus brazos recostó encima su cabeza—. Creo que van casi cuatro años que no he estudiado este tipo de cosas.
Admiré mi ultimo dibujo de la noche, y retoqué con color piel las caras de las personas.
—También— yo cerré el cuaderno, y me puse de pie—. Bien... creo que iré ver si hay algo de comer.
—Un momento—Chris alzó la cabeza y me miró con una ceja alzada—. Olvidas algo.
—¿Qué?
El sonrió traviesamente.
—Quedamos en que el ultimo en terminar su parte de los deberes tendría un castigo por parte del otro—el dijo mirándome malicioso—. Yo terminé antes que tú.
—Sí, eso no pasará—yo salí a toda prisa de la habitación. Chris me siguió detrás—. Solo lo dije en broma.
—Pues yo hablaba muy en serio cuando acepté—él se cruzó de brazos y me miró con desaprobación—. No me gusta que la gente no cumpla sus promesas.
—¡Era broma!
Y entonces Chris sacó su celular de su bolsillo, lo plantó en frente para que luciera un numero. Yo me acerqué a ver de quien se trataba y casi me da un paro.
—Si no haces tu penitencia, llamo a Andrés y le digo que vamos a tener un bebé—él me dijo divertido, y yo la miré con la boca abierta.
—¡No serías capaz!—lo apunté con un dedo—. No creo que...
Chris en seguida arrastró su dedo por la pantalla y se llevó el teléfono a su oído.
—¡CHRISTOPHER, NO!—yo corrí hasta él, y antes que pudiera hacer algo se retiró el celular y me miró divertido—. Okey no lo llamaré, pero entonces cumple conmigo.
De mala gana me aparté de él, sin antes darle un empujón vengativo.
—¿Qué quieres que haga?
Christopher se volvió a cruzar de brazos y me miró de arriba abajo con diversión.
—Un striptease—él me alzó las cejas con cara de niño travieso
—Ya quisieras—yo rodé los ojos, y luego le lancé un peluche que le dio en plena cara—. Y ahora piensa en algo mejor, y no acepto propuestas de gato.
Chris soltó una carcajada, y poco a poco se me fue acercando con una sonrisa oculta.
—Se me ocurre algo que he querido desde hace mucho—él se paró frente a mi, y por su cara pensé que me iba a salir con otra babosada, pero... no—. Quiero comer tamales.
—¿Y supongo que la apuesta está en pagar todos los tamales que te tragues?
—Exactamente—él me guiñó un ojo, y yo asentí.
—Bien, entonces iré a buscar un lugar donde vendan los antojos del niño—caminé hasta mi armario de donde saqué una chaqueta jean—. Vuelvo en...
—Tienes que llevarme—él me dijo de golpe—. Al menos quiero hacer descansar un poco mi cerebro, y me parece una buena distracción salir contigo en tu motoneta. No me vendría mal abrazarte unos cuantos minutos mientras conduces.
—Como cuando te confiesan indirectamente que quieren "puntearte"— yo solté en broma y en seguida tomé a Chris de la mano—. Okey, vamos pronto a buscar tamales antes que se haga mas tarde.
—Yo sé de un lugar—él me informó mientras caminábamos por el pasillo.
(...)
Pasar tiempo como amigos con Chris era algo mágico. Simplemente no había un momento aburrido, pues él hacía cualquier burrada para alegrar el ambiente. Por ejemplo, me retó conseguir números de otras personas. ¿Y como llegamos a eso mientras íbamos en busca tamales? Bueno, resulta que en medio de una conversación, nos pusimos a discutir por quien era más rompecorazones que el otro.
Yo le gané, afortunadamente. Conseguí más números de chicos que él de chicas.
—Ya llegamos—le informé cuando detuve la motoneta, pero él seguía bien abrazado a mi cintura.
—No importa—él alzó los hombros, y con una sonrisa siguió pegado a mi sin ninguna vergüenza. Más bien me envolvió con una pierna.
—Podría pasar aquí siendo asfixiada por ti pero... resulta que aún tenemos unos cuantos deberes por terminar. Además tenemos exactamente una hora hasta que tengas que irte con tus amigos—yo saqué el celular de mi chaqueta y miré la hora—. Y sip, tenemos una hora para que sean las 12, así que... ¡Apúrate hombre!
—Esta bien, está bien—él se separó de mi y se bajó de la motoneta—. Supongo que quieres que me vaya pronto para poder llamar a todos los hombres que te conseguiste hoy.
—El chico de los ojos verdes estaba guapo—yo también me bajé, y caminé hasta la puerta—. ¿Viste como me miraba? Se veía tan tierno estando nervioso porque me le acerqué.
—Sí, que tierno—Chris fingió emoción de chica—. ¿Y tú viste como me miró la rubia de la plaza? También estaba muy guapa.
—Yo creo que no te miró... en realidad te comió la boca—le dije a Chris mirándolo con una ceja alzada—. Oye no creí que en serio serías capaz de besar a chicas que apenas y conoces.
—Ella me robó el beso, yo que puedo hacer—él dijo como si nada pasara. Yo abrí la puerta, y los dos ingresamos a mi casa.
—Le correspondiste un rato—reí, negando en desaprobación—. Además, él reto era conseguir números, no besos.
—¿Qué tiene de malo? O es que... ¿estás celosita?—me dijo dándome un codazo.
Indignada rodé los ojos, le quité la funda donde trajimos más tamales y fui a la cocina.
—Me pregunto donde andará Fer—le informé mientras me retiraba la chaqueta y la dejaba sobre el mesón de la cocina—. Salió hoy en la mañana a reunirse con Paola, pero... no ha vuelto. Y dijo que vendría a merendar conmigo.
Chris se sentó en la mesa donde estaban regados esféros y cuadernos. Debíamos continuar con nuestros labores.
—Voy hacer café, porque está haciendo mucho frío. ¿Quieres?
—Sí, gracias hermosa—él habló distraído, mientras abría un libro gordo de donde estaba sacando información para un deber de Investigación científica.
Atendiendo a los pedidos de Chris yo entré a la cocina, y en seguida puse agua en el microondas.
—En esta casa se ha vuelto muy común el frío—bostecé mientra le echaba un vistazo a la solitaria sala—. A veces hace falta calor humano por aquí. Si no fuera por ti y Fer, me hubiera vuelto loca.
—Si quieres hasta me quedo a vivir—él dijo en broma y yo solté una risita—. Por cierto, ¿en realidad esta casa es toda tuya?
—Sí—respondí en medio de un bostezo—. Fue la herencia que me dejaron mis abuelos. Ahora tengo una casa aquí en Loja y una por parte de mi madre, allá en Quito.
—Wou con solo 22 años ya tienes dos casas—él se quedó admirado—, y a pesar de eso me quisiste cobrar los arreglos de tu motoneta el otro día.
—Te recuerdo que tú tienes la culpa. Tu auto cochó contra mi pantera.
—No, en realidad tú tuviste la culpa—él subió los codos sobre la mesa, y entrelazó sus manos, donde posicionó su barbilla—. Si no hubieras estado tan hermosa, no habría tenido el impulso de ir a buscarte.
"Modo Fer: on" me decía mi mente
De seguro con el hechizo apagado momentáneamente, sus mañas gatunas de cuando lo conocí habían vuelto. El muchacho estaba más coqueto que lo normal en los últimos días.
—¿Así es como conquistas a todas las chicas que te gustan?—yo imité la posición de Chris—. Rayos, hasta Fer se enamoraría de ti y eso que él es un super macho.
—Quien no lo haría
Rodé los ojos ante sus palabras y me fui a la cocina para preparar el café. En cuando regresé el estaba terminando los deberes
—Está caliente, ten cuidado
Yo me senté junto a él, y bebí un sorbo mientras él hacia lo mismo. Ambos soplábamos el liquido para no quemarnos, mientras nos observábamos. En realidad el fue quien se dedicó a mirarme demasiado.
—¿Podrías dejar de mirarme? Es un alago, pero me empieza asustar—dije en broma... creo.
—Es que... no puedo creer que no haya podido recordar tu rostro en la actualidad. Eres mi primer beso, y la chica que me rompió el corazón por primera vez, y no puedo creer que no recuerde a una persona tan importante. Eso que no cuento que habrías sido el amor de mi vida, de no haber sido por todos esos hechizos.
Yo puse la taza sobre la mesa, y subí las piernas a la silla cruzándolas.
—Quizás por ser tan enanos no lo podemos recordar—dije, mientras tomaba un esféro azul, para continuar con el deber de química—. Aunque admito que eso me resultó muy raro. Por lo general soy buena recordando cosas.
—¿Y alguna vez ya te habías encontrado conmigo? Es decir antes de todo el asunto de la Basílica, ¿alguna vez ya nos hemos visto cara a cara? Quizás estuviste en algún meet and greet y yo nunca lo noté.
—No—respondí pensativa—. Esa fue la primera vez que te vi, o bueno... la primera vez luego de tantos años. Por lo general cuando quería verte, algo pasaba. Una vez fui al aeropuerto a recibirte, pero no pude ir. Tuve una emergencia con mi mejor amiga. Él idiota se chocó y tuve que ir a verlo al hospital de urgencia. Otra vez, me gané un meet and greet para conocerte en el concierto, pero cuando quise entrar... mi madre sufrió una recaída a causa del cáncer. No me bastó dos veces para correr a verla dejando tirado mi lugar en el meet. Y de hecho cada vez que quería ir a verlos al hotel, mi mamá no me dejaba. Siempre se ponía ponía enojona cuando siquiera sugería aquello. Ahora sé que se portaba así de extraña, ella sabía lo que pasaría si nos encontrábamos.
—Supongo
Yo me puse de pie para traer platos con los tamales que trajimos, pero mientras me dirigía a la cocina ciertos ruidos extraños en el piso de arriba hicieron que me detenga bruscamente.
—Estoy imaginando cosas—di un paso, y me volví a detener
El silencio se hizo muy profundo, lo que me dio la oportunidad de agudizar más mis oídos. Ahora escuchaba claramente ciertos ruidos que me enfurecieron.
Del piso de arriba se desprendía todo un concierto de gemidos.
—¡Te voy a matar!—murmuré pensando en Fer
Al regresar mi vista a Chris, noté como él también miraba hacia arriba con mucha concentración.
—Oh... oh...—se escuchó, y de inmediato él abrió los ojos como platos, pero con una sonrisa de diversión.
—Tragame tierra—lo miré avergonzada—. Chris... perdón por eso. Es que... mi amigo al parecer trajo a alguien de visita.
—Descuida—él asintió y siguió escribiendo en una hoja—En algún momento deberán terminar.
Díganme como se sentirían si de pronto llevaras de visita a alguien, y de repente todo el ambiente se llena de sonidos típicos de una película porno.
¡YO ME QUERÍA MORIR AHÍ MISMO!
—Así... así— gritaba una voz femenina, y sin querer quise lanzarle un balde de agua para que se callara.
¡MALDITO FER!
—¡Basta!—yo di un salto y en seguida empecé a caminar hasta las escaleras
—¿Qué vas hacer?—Chris decía con una risa en los labios
—Pues a enfriar a ese par—yo subía hecha una furia, y noté como Chris me seguía detrás
—¿Les vas a lanzar agua o que?—Chris parecía en extremo entretenido con la situación
Yo no le respondí, solo me encaminé a toda prisa hasta el fondo del pasillo donde estaba la habitación de mis abuelitos. Allí era donde mi puerco amigo Fer hacia de las suyas.
—¡Fernando sal de ahí!—dije golpeando la puerta fuertemente. Quise abrir ligeramente la puerta para darles un susto, pero esta estaba con seguro.
Por dentro de la habitación se pudo oír voces y pasos.
—¿Ci...cielo?—preguntó la voz de Fer.
—Sí, soy yo imbécil—murmuré de malhumor—. ¿Y acaso no te dije que me pondría de muy malhumor si traías chicas a mi casa hacer cochinadas?
—No exageres, Cielo—lo oí decir entre risas—. Además, como no te encontré aproveché que la casa estaba sola. Ay mi vida, no seas aburrida.
—¡CIERRA EL PICO!—dije malhumorada—. ¿Acaso crees que es bonito que mis visitas escuchen como mi amigo tiene sexo? Dios, solo de imaginar la pobre cama de mis abuelitos contigo y con...
—Paola—mumuró él.
—Me lo sospechaba—dije en medio de un quejido.
—Hola, Cielo. Perdón por el inconveniente—oí la voz de Pao por dentro.
—Solo... solo salgan de ahí, punto—solté con cansancio—. Tengo a alguien conmigo.
—¿A cual de todos tus mozos trajiste?—él me preguntó y yo regresé mi mirada a Chris.
—Christopher— respondí y enseguida él se quedó callado.
—¿Y así que me recriminas por profanar tu casa cuando tú ya lo hiciste? O es que no te acuerdas cuando los encontré...
—¡CÁLLATE!—solté escandalizada, pues no quería que Pao escuche mis intimidades—. Y les doy exactamente cinco minutos para que salgan de mi casa—ordené y posteriormente me llevé a Chris al piso de abajo.
Mientras esperábamos a que Fer salga, intentamos seguir una tranquila conversación. Y claro que lo logramos, pero... resulta que a los casi dos minutos, los sonidos orgasmicos volvieron a llenar el ambiente.
Chris se partió de la risa en ese instante.
—Pedazo de imbécil—solté malhumorada, y fui directo a un cajón del anaquel donde estaban las llaves de toda la casa.
Hecha una furia, busqué la llave de esa habitación, y por suerte la hallé en uno de los enormes llaveros, donde cada llave tenía el nombre de a quien le pertenecía la habitación. La llave de la habitación de mis abuelitos, tenía un papel pegado con sus nombres.
—Ya verás, idiota— fui hasta el piso de arriba con Chris siguiéndome en medio de risas escandalosas.
Mi idea era abrir y sacarlos a chancletazos pero en cuanto quise abrir la puerta; pese a que le quité el seguro, no pude. Los idiotas habían puesto algún objeto atrancando la entrada.
—¡VÁYANSE A UN HOTEL!—les grité, provocando que Chris se riera más fuerte.
—¡Danos solo quince minutos más!—Fer gritó desde adentro, y yo di un golpe fuerte en la puerta.
—¡FER!
—No seas amargada
—¡Salgan ya!
—¡ENVIDIOSA!
—¡¿Por qué te tendría envidia?!
—Porque yo si puedo apagar el verano y tú no. Ya varias veces te falla...
—¡Oye papa!—Chris soltó ofendido
Pao y Fer soltaron una carcajada sonora.
—¡Pues para que lo sepas a él no le falla, y a mi tampoco!—solté ofendida, al igual que Chris.
—Aja, sip. Por eso nunca logran acabar.
Ni siquiera sus insultos harían que me de por vencida.
Yo no tenía porque salir de mi propia casa, para aguantar frío mientras deambulaba buscando un lugar donde terminar los deberes. Además... ¡mi orgullo no permitiría que se ponga hacer bromas con mis problemas de abstinencia!
Tomé a Chris de la mano, y sin darle tiempo a preguntar, ya lo había metido en mi habitación que quedaba junto a la de Fer.
—¿Qué tan bueno eres para fingir?—le pregunté a Chris con una sonrisa competitiva
—¿Cómo?
Yo cerré la puerta y le puse seguro. Él me miró sin entender.
—La manera más efectiva para librarnos de ese par, es dándoles una cucharada de su propio chocolate. Mi amigo piensa que lo más asqueroso que existe es oír a su mejor amiga teniendo una noche de sexo loco y escandaloso.
—¿Qué?—él siguió con su cara de confusión extrema—. Es decir que quieres que tú y yo...
Chris sonrió de lado, y no bastó más para que acercara su cara a la mía. Casi que me besa.
—¡No, idiota!—yo desvié mi rostro—. Solo... solo digo que finjamos.
—¿Sabías que tú siempre me propones las cosas más extrañas?
—Bueno si no quieres no hay problema, puedo hacerlo sola—sin mas le di la espalda y me subí en mi cama.
—Es que no entiendo que pretendes
Chris miró atentamente a mis movimientos, y en cuanto me vio empezando a saltar en la cama se empezó a reír.
—¡OH SI!—grité a todo pulmón—. ¡MÁS RÁPIDO!
Tal como lo vi venir, Chris se empezó a reír a carcajadas a lo que yo le respondí con un "shhhh".
—¿Ah esto te referías cuando decías fingir?—él se empezó a reír a modo mute.
Hasta a mi me daban ganas de reírme por sus expresiones. Tenía su nariz arrugada debido a la intensidad de su risa.
—Cállate y ayúdame—yo lo llamé con mi mano, y de un solo salto se subió a la cama y empezó a saltar conmigo.
La cama empezó a sonar, pues los movimientos provocaban que se estrelle contra la pared.
—¡AHHHHHHHHHHHHH!—grité mientras daba golpes en la pared.
—¡SI MAMI SI!—Chris decía aguantándose la risa—. OH MY GOD
Admito que me daba un tanto de vergüenza estar fingiendo así con Chris, pero creo que más me divertía. Realmente estaba disfrutando de todo lo que pasaba.
—¡CÁLLATE CIELO!—Oí de pronto la voz de Fer desde la otra habitación
—¡OH SI, SOY CIELO! ¡SI! ¡SI! ¡SI!—dije con la mayor seducción que pude.
Christopher a mi lado se tapaba la boca para no explotar en risas. Se veía tan tierno, como si fuera un niño riendo por una travesura inocente.
—DALE MI AMOR, QUIERO MÁS—él daba manotazos contra la pared—. ¡DAME MÁS!
La cama hasta empezó rechinar, haciendo eco en toda la habitación.
—¡AY CHRISTOPHER QUIERO SER TUYA!—le solté en la cara, mientras reía por la tontería que dije.
De a poco las cosas dejaron de ser extrañas y más bien empezaron a ser muy divertidas. A partir de allí descubrimos que los dos eramos un par de niños grandes que estarían juntos para cualquier locura que se nos ocurriera.
Chris y yo seguirnos fingiendo gemidos tan escandaloso; que resultaban poco creíbles, y palabras demasiado sucias a la vez que saltábamos sobre el colchón.
—¡¿PODRÍAN CALLARSE?!—de pronto oí la voz de Fer en mi puerta—No nos dejan concentrar.
—¡Entonces solo lárgate!—solté con rabia, y con la voz agitada—¡DÉJANOS APAGAR EL VERANO!
Realmente el saltar sobre la cama nos estaba empezando a sacar sudor.
—¡AY SI!—gritó Chris mientras golpeaba la pared junto a mi.
—¡AHHHHHHH!—alcé la voz, en medio de un gemido fingido—. ¡AHHHHHHH!
—¡Respeten, patanes!—Fer dijo dando golpecitos en la puerta
Cuando estuve por lanzar un palabrota acompañada de un grito, escuché como algo crujía debajo de mi.
Específicamente, una tabla había crujido al romperse.
—¡AHHHHH!—solté un grito escuchar el crujido en mis pies.
Chris al ver eso estuvo apunto de soltar una carcajada, pero afortunadamente logró taparse la boca a tiempo. Creo que tanto fue la risa que le provocó el incidente de ruptura de mi cama, que no aguantó más hasta lanzarse a reír al colchón.
El muchacho tenía su cara hundida en la almohada, dando golpes. Eso era lo más que podía hacer para ocultar su risa tan particular.
—¡ROMPIMOS LA CAMA!—dije en un jadeo, mientras seguía haciendo movimientos para que la cama siguiera sonado—Así me gusta... salvaje.
—¿En verdad eres Cielo?—Paola decía por afuera en medio de una risa.
—Para que vean que... que cuando queramos nos funciona—dije divertida, aunque con fingida voz de cansancio—¡AY DIABLOS, CHRIS!
—Okey creo... creo que iré a vomitar, y luego iremos con Pao a su casa. Es algo traumante oírte... ¡Iuk!
—Cierra la puerta con seguro cuando te vayas—le dije entre jadeos—. Ahh.... Ahh...
—¡GUACALA! Es que imaginarte con otro chico... ¡iukk!—él dijo con desagrado—¡ME VOY!
Al poco tiempo, mientras Chris seguía en su singular "Oh si... jajaja.... Oh si" yo me asomé a la puerta. Por allí no vi presencia de nadie, y por eso salí de la habitación envuelta en una sabana que tomé de mi cama; por si Fer estaba por allí, y fui hasta las escaleras. Enhorabuena, él se había ido.
—Creo que se fueron—yo me metí corriendo a mi habitación y espié por la ventana. Desde ese lugar se observaba la calle, donde Paola y Fer estaban parados en medio de un beso baboso.
—¿Si se fueron?—Chris me preguntó desde su lugar en mi cama. Aun reía por lo que hicimos.
Sin duda esta escena payasa quedaría en mi memoria. Nunca creí que Christopher se prestaría para algo tan ridículo.
—Perdón por todo lo que pasó!—yo me di la vuelta. Chris se había acomodado en mi cama, abrazando la almohada con cara de inocencia—. Aun no puedo creer que sigas aquí luego de tantas rarezas.
—Descuida, créeme que esto no es nada a comparación de tantas cosas raras que he visto. Necesitarías psicólogo si supieras lo que yo he visto—él se quedó pensativo, con cara de susto—. Las redes son una cosa... brutal.
—De seguro mucho porno en los chats—dije bromista y él rió.
—Como dije... hay muchas cosas extrañas—él se acomodó sobre mi cama mirando al techo.
Al mirarlo estando tan relajado recostado en mi cama, hizo que se me contagiara mis ganas de experimentar lo mismo, por lo que me recosté a su lado en la misma posición.
—Estoy muy cansado—él me dijo mientras cerraba los ojos—. ¡Mujer me dejaste sin aire!
—Imaginate si hubiera sido de verdad—dije guiñándole un ojo bromista
Chris me miró sonriente aunque muy pensativo.
—¿Sabes? Me pregunto si llegará el momento donde Fat no pueda controlar todo el hechizo, causando que tú y yo... bueno... lleguemos a esa verdad.
—¿Aquella donde fabricamos una bebé?— solté una risita, yo lo abracé por la cintura. Chris correspondió a mi abrazo—Bueno, si Fat no lo logra... estaríamos a días de traerla al mundo.
Sin querer un sinfín de escenas, donde Chris recorría sus labios por todo mi ser me pasaron a la mente. Y pese a que un escalofrió me atacó, lo que más sentí en esos momentos fue mi estomago revolotear acompañado de mi corazón haciendo ruido.
—Y entonces al fin se acabaría el verano eterno—él soltó en una risita
—Exactamente
Era mas que obvio que ambos nos quedamos con ganas del otro.
No se tenía que ser adivina para descifrar la manera en que ambos nos hacíamos sentir con cada roce de piel. Desde un inicio ambos sentimos esa necesidad de pertenecerle al otro. Unas veces más que otras.
Lastima que ahora solo eramos amigos.
Ha vuelto, ha vuelto jajaja Dani ha vuelto.
Hola mis queridas lectoras. Les cuento que he regresado y con un montón de capitulos YA ESCRITOS, bajo la manga jajaja. Ahora si les recompensaré por las largas esperas que les hacia aguantar.
Actualmente me encuentro de vacaciones hasta un mes más así que estoy que escribo como loca.
Debí haber subido antes los capítulos que iba escribí por día, pero me resistí. Debía primero culminarlos todos hasta llegar al punto clave de esta novela, así que aquí me tienen. Ya llegué a ese punto casi final. Y créanme que tomé una buena decisión porque gracias a eso descarté muchas escenas y capítulos que a la final no fueron necesarios, y aumenté capítulos que al final me di cuenta que eran necesarios.
Espero que les guste la nueva fase de los estrellados, donde definitivamente iremos conociendo una nueva cara de Chris. Tal vez eso le cause muchos dolores de cabeza a Cielo al final de todo.
Por cierto ya oyeron "Ya tú sabes"?
A mi me gustó la verdad, pues es algo muy diferente a lo que ellos hacen. Se han ganado mi manito arriba (Como si nunca lo hicieran jajaja) Aunque admito que me gustó pero no me encantó. Sorry pero son más romanticona. Más amo canciones al estilo de "De Cero"
Nos vemos en el siguiente cap, que será ya mismito jajaja.
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