30. Desaparecido Vélez
He vuelto, aún sigo viva jajajaja
Maratón 1/3
Mi paciencia duró 3 días.
Oficialmente odiaba a Christopher Vélez, y necesitaba cortarle las pelotas lo antes posible.
—Si no es capaz de responsabilizarse de unas cuantas tareas escolares, no sé como va a ser capaz de responsabilizarse de un hijo—yo bufé de malhumor, mientras mandaba a imprimir el deber de Problemas del mundo contemporáneo de Fat—. Creo que por hoy le estoy agradecida a mi madre por haberme alejado de mi destino alterno con Chris.
—Lo mismo digo—Fer dio un bostezo, a la vez que intentaba resolver un ejercicio de química—. Si hubieran pasado las cosas como dices, yo hubiera tenido que ser el tío padre de Yuli. Yo habría sido el que adopte a la pobre bebé abandonada por su papá pajero.
—¡Pendejo pajero!—yo solté con rabia—. Y ahora ya ni siquiera me contesta. Si no fuera porque todo lo que ahora está perfeccionando Fat me beneficia, ya hubiera dejado que se vaya a la porra.
—Yo mismo lo mandaré a la porra, ya verás
Mi amigo Fer había sido el que me estaba auxiliando a hacer las tareas de Fatima. Aunque obvio me puso sus condiciones, como por ejemplo que le de permiso de traer visitas a la casa, y que también le consiga números de chicas famosas con Chris.
—Yo aquí clavada a un escritorio haciendo deberes de cosas que ya no me acuerdo, y él de farra con sus amigotes. Pareciera que ni le importara deshacerse de mi y Yuli. Él debería ser el mas interesado en ayudar a deshacer toda esta profecía—yo me puse de pie, a tomar un vaso de agua en la jarra sobre mi cómoda. Fer y yo estábamos en mi habitación.
—Muñeca, yo me tengo que ir en dos horas con Pao, así que si no acabo esto...
—¡No me vayas abandonar sin haber acabado!—yo lo apunté con cara de desesperación—. Tú me debes muchas cosas. Recuerda cuando te ayudé a escapar de una fiesta, porque llegó el novio de una de tus ex muchachitas. O cuando te ayudé a romper con Sasha, Taty, Carmen....
—Okey, ya—él rodó los ojos y siguió utilizando la calculadora—. Te debo esta vida y otra. Y ahora antes que me arrepienta... ¿No tendrás algo para comer? Al menos la comida me ayudará aguantar.
Si tan solo hubiéramos recordado cada materia, las cosas hubieran sido más fáciles. Digamos que tuvimos que auto educarnos por internet para poder hacer los deberes.
—Creo que sobró un poco de estofado del almuerzo—le informé mientras miraba mi celular, para revisar novedades.
En seguida, al desbloquear la pantalla hallé varias notificaciones, pero sin duda la más importante fue una de parte de Fatima.
Whattsapp
Creo que acabo de descubrir algo
Tú deberías saberlo
¿Puedes venir ahorita?
Es importante
Ojalá no me digas que me queda un mes de vida 🤔🤔
Okey, iré
Nos vemos
—Como yo ya terminé mi parte de los deberes, creo que saldré un rato— le comuniqué a Fer, mientras veía la hora en el reloj. Eran las siete de la noche.
—¡¿Tú te vas a divertir mientras yo me quedo aquí hasta acabar los deberes?!—él me miró escandalizado.
—Así es amiguito—yo me acerqué a él divertida y le di un beso en la frente—. Por eso te amo tanto.
—Desgraciada
De inmediato tomé la primera chaqueta que encontré y luego las llaves de mi pantera para ir a la casa de Fat.
(...)
—Entonces descubriste algo hoy—hablé mientras me sentaba frente a Fat, causando que ella me ponga atención. Se notaba nerviosa—. ¿Qué ocurrió?
—Pues, miré algo que tú no sabías... en realidad no creo que alguien haya sabido—ella arrugó el ceño con concentración—. Tal vez tu madre se equivocó con todo esto de querer darte un final feliz.
—¿Qué? ¿Por qué lo dices?
—Porque... bueno... a lo mejor aquello que tanto le causó miedo sobre tu futuro, no fue real—Fatima se acomodó mejor, subiendo sus piernas al sillón y cruzándolas—. Parece que a la final, Chris no era ese patán que supuestamente sería.
—¿Porqué?—yo me quedé asombrada—. Es que... según lo que el vidente le había dicho a mi mami...
—Tal vez fue un charlatán—Fatima habló con simpleza—. A lo mejor solo era alguien que le quería sacar plata a tu mamá. Y luego ella solo fue con mi abuela, a cambiar cosas en base a lo que el charlatán le dijo. Podría ser una posibilidad.
—¿Y que fue lo que descubriste?
Muchas veces me dije a mi misma, que tal vez no era tan malo el final feliz, porque de alguna manera eso evitó que conociera a un Chris que me rompería el corazón, y al cual de seguro odiaría.
—Según lo que vi gracias a un hechizo que acabo de lograr, fue que... Chris habría sido un amorcito como novio—ella suspiró soñadoramente—. Diablos, si hubieras visto la cosita que hubiera sido contigo de no ser por el hechizo, te hubieras enamorado de él en un segundo.
Claramente el contraste entre el Chris que conoció mi mamá y él que ahora conocía Fat era algo que me dejó en sorprendida.
—¿Estás segura?—yo alcé una ceja—Mira que últimamente él me ha re-jurado que ya no siente nada por mi. Me dijo que el hechizo era lo único que lo había mantenido enamorado. Lo único que le hago sentir es lastima al parecer... aunque ni tanto, porque el muy infeliz me dejó sola con todo el trabajo. Eso solo quiere decir que no le intereso para nada.
—Que bobo—ella se quedó pensativa con una sonrisa maliciosa—. Tal vez si lo amenazamos con ponerle una cola de cerdito, podríamos lograr que te ayude.
Ante la idea solté una carcajada. No me imaginaba a Chris conquistando corazones de cncowners, teniendo una colita de puerquito.
—Se lo diré la próxima vez que lo vea—sonreí, y en seguida volví a ponerme seria por la conversación anterior—. En fin... dime de manera mas especifica que viste. Necesito saber más.
Fat me tomó de las manos y se acercó aún más poniendo su cara de fan enamorada
—Fue muy distinto el Chris que miré. Era algo así como el Chris del libro, en cuanto a su manera linda de ser contigo. Y ahora en lo que respecta a los hechos que tenían que pasar entre los dos; me refiero al embarazo sorpresa y toda la cosa, nunca lo ví. Para hacerte un resumen, solo vi un noviazgo empalagoso.
—¿No ocurrió todo el lío del embarazo que destruye sueños?—hablé con la boca abierta—. ¿Estas segura de lo que dices?
—Ajap, muy segura. Repetí el hechizo varias veces, y en todas lo veía todo igual.
—¿Eso quiere decir que todo este sufrimiento de un hechizo maligno y uno bueno fue para nada?—murmuré con molestia—. No había necesidad de alejarme de un chico que en realidad estaba destinado a hacerme feliz.
—Parece que sí—ella se puso sería.
Mi familia había muerto por una estupidez. Y aunque quería mucho a mi madre, ahora mismo estaba muy molesta con ella. Puso en peligro vidas de mucha gente por un cuento ridículo sin bases.
—Recuerda que tu mamá creyó en un inicio que solo era un juego inocente—Fatima me informó. Al parecer asumió mis pensamientos—. Cuando ella lo hizo, creyó que no funcionaria. Creyó que aquel conjuro que le aconsejó su amiga, solo era una chiste que nunca funcionaría, pero a la final funcionó. Ella nunca supo, que mi abuela iba a hacer de algo inocente algo grave.
Yo me puse de pie, pues necesitaba espacio para calmarme. Hasta mi cabeza empezaba a palpitar por la rabia que me empezaba a consumir.
Un estúpido juego me había quitado mucho. Incluso me hizo perder al supuesto amor de mi vida; Chris.
Lo único que quería era ir a mi casa, beber un poco de whisky, y por ultimo ponerme a llorar por la decepción.
—Es una estupidez—yo me sentía impotente—. Por lo menos antes sabía que con este final feliz, me ahorré no sufrir a mares por amor. Eso podría ser lo único que valía la pena de toda esta tontería, pero ahora resulta que toda esta desgracia ocurrió por nada, absolutamente nada. Ahora ni siquiera puedo decir que mis abuelos y mi madre murieron para darme una felicidad que no iba a tener.
Esto era tan deprimente que hasta empezaba a darme risa. Reía para no llorar literalmente.
—Sabía que te ibas a poner así—Fat se puso de pie, mirándome con lastima.
—Es que... es ridículo que todo haya sido para nada—yo empecé a caminar pero ella me jaló del brazo.
—Mira, no planeaba contártelo, pero me parece que Chris no se merecía que tú lo vieras como un chico que solo actuaba bien contigo, por un hechizo que le impedía ser un patán. No me parecía justo, que de alguna manera creas que sus idioteces, eran las que inspiraron a tu madre a crear un mundo alternativo para ti. No es justo, pues a la final él solo es una victima. Nunca hubo un Chris imbécil, que causara estos hechizos. Lo único que pasó al hacer este hechizo, fue alejarte de un chico que te iba amar infinitamente.
Fatima tenía toda la boca llena de razón.
De alguna manera era un alivio saber que Chris nunca en ningun mundo, tuvo intenciones de matar mi corazón. Él no estaba destinado a ser un novio egoísta y padre irresponsable.
Sin nada hubiera ocurrido con los hechizo, Chris hubiera sido el amor de mi vida.
(...)
Los días continuaron y yo ya no hacía ni intentos de comunicarme con Chris. Preferí ahorrarme la fatiga de pedirle su ayuda, y más bien tomé toda la responsabilidad. Al fin y al cabo, él me iba a seguir ignorando. Ya hasta había olvidado cuando fue la ultima vez que me dejó en visto.
A esto precisamente me refería cuando decía que no quería dañar mis asuntos de fan con Chris. No quería alguna vez conocer una parte de él que me decepcionara y que me hiciera querer matarlo. Por eso es que en un inicio quise resistirme a tener algo con él.
Quien diría que habría un día donde llegaría a ser su ex, y lo peor de todo es que era su ex después de unos días de ser novios.
Esto era el colmo.
Como sea, intenté olvidar a Chris y su manera tan horrible de ignorarme, y más bien pensé en Fatima y sus avances. Solo debo decir que esa niña era un genio. Realmente, con tan poco que halló en el libro de su abuela, ella logró hacer cosas inimaginables. En tan pocos días ya la podría considerar una experta en las artes oscuras.
En cuanto a los avances de la profecía, digamos que todo estaba yendo bien. La idea de Fat era lograr convocar un nuevo hechizo que le permitiría hacer modificaciones a la profecía. Afortunadamente durante sus intentos, cuando quiso estudiar más a fondo mi supuesto destino verdadero con Chris, para saber en que partes realizar un cambio sin causar un fracaso a su hechizo (Ya saben para evitar aquello de que el universo acepta o no) ella se encontró con que Chris no fue el que me pintaron en otra vida, y donde además no había una bebé accidental. Allí fue cuando descubrimos que podríamos crear una nueva profecía donde Chris y yo solo eliminaríamos a Yuli sin problema alguno. Incluso pensamos que podríamos crear una nueva profecía que no tenga nada que ver con la del libro de mi mamá.
—Como ya tienes todas tus tareas, creo que ahora si me iré a dormir—le dije a Fat, levantándome de la silla.
Ambas estábamos en el bar del cool antro. No nos vimos en su casa debido a que su madre había llegado de España, y obvio no iba a entrar a su casa a estorbar.
—¡Aun no te vayas!—Fatima me tomó de la mano y en seguida se puso a buscar entre la gente del bar.
Me alegraba que ella tuviera compañía, puesto a que siempre la veía muy sola. Claro que no estaba sola del todo, pues en el piso de abajo vivía a su abuela y la familia de su tía, pero eso no le quitaba la desolación que ella debió sentir al estar sola en el departamento de arriba.
Una vez ella me comentó que prefería vivir sola arriba, antes que con sus primos traviesos. Además no quería incomodar al esposo de su tía al estar de entrometida.
—No te vayas chavo—Roger me dijo bromista, arrimándose a la mesa y pasándome una copa de tequila.
—¿Qué me ofreces para quedarme?—yo lo miré con una ceja alzada y una sonrisa de lado—. ¿Me regalarás tu Nintendo? Tú me dijiste que tenías el ultimo de los últimos.
Coff coff, como dato no tan importante (creo) estuve charlando mucho con Roger en los últimos días, y digamos que cada vez congeniábamos más. Ya hasta empezaba a olvidar al otro par de traidores. Por eso ni medio acabábamos los deberes de Fat, junto a Fer corríamos al bar a ver a las "chicas al podel" y a Roger. Allí en el bar a mas de pasar un buen rato, también aprovechaba para dejar las tareas en manos de su dueña.
—No, mejor vete chavo—él soltó una risita, y al instante negué con diversión. Roger se fue a seguir atendiendo los pedidos.
—Bien, entonces chaitos—yo me empecé a alejar.
Por alguna razón Fatima no se despegaba de mi, y más bien me jalaba de regreso. Hasta forcejeamos un poco mientras yo intentaba irme.
—Cielo, en serio no quiero... no quiero que te vayas—ella me dijo haciendo un puchero triste—. Es que me siento sola, y tú me haces compañía. Las otras veces no te decía que te quedes porque estabas con tus amigas y Fer, y no quería incomodarlos, pero ahora que estás sola...
Sí, había venido al bar sola. Fer se fue con Pao a no se donde, y las chicas creo que solo tenían ocupaciones.
—Me tengo que ir Fat—le sonreí incomoda. Quería urgentemente mi camita.
Poniendo toda mi fuerza fui hacia la puerta de salida, sin importarme que Fat fuera arrastrada por mi.
—Cielo, por favor—ella gritaba, causando que la gente nos mirara
—Mañana te vengo a visitar, lo prometo—le dije cansada—. En verdad, ahora tengo mucho sueño...
De pronto cuando quise atravesar la puerta, mi cara se estampó contra el pecho de alguien.
—¿Cielo?—dijo la voz de Chris, y yo enfoqué mejor la vista al frente.
Allí estaba mi irresponsable compañero de trabajos escolares, y juro que sentí unas ganas de darle de cachetadas.
—¿Qué haces aquí?—yo me solté de Fat y enseguida me crucé de brazos—. Ah sí, de seguro vienes a divertirte como todas las noches. Y sí, se que no debo reprocharte porque a la final es tu vida, pero resulta que me afecta. ¿Y porque me afecta? Porque en vez de divertirte tú deberías estarme ayudando con los deberes.
—Lo sé, perdón—él desvió su vista de mi. Noté que no quería mirarme pues cuando menos había oportunidad, me esquivaba la mirada.
Ja... le carcomía la culpa.
—Soy la única que se preocupa en no terminar teniendo un hijo—yo lo encaré dando unos pasos hasta él—. Soy la única que está ayudando a Fat a luchar por un futuro—nuevamente di otro paso, y él me miró. ¿Porqué lo noté ponerse nervioso—. Soy la única que quiere romper las cadenas que nos mantienen juntos—yo me acerqué tanto que casi que tocaba su nariz.
Chris me miró fijamente por un rato recorriendo mi cara de manera lenta y luego de sacudir la cabeza dio un respingo y se alejó de mi. Casi que sale corriendo de mi cercanía.
—Lo... lo siento, Cielo—él pasó su vista a Fat—. Mmmm.... Si quieres yo hago los deberes a partir de hoy. Ehmmm... sí, yo podría hacerlos solo... solo—él se mordió el labio nervioso.
—No confío en ti—dije con rencor—. Mejor yo los seguiré haciendo sola. Sí sola, para así ya irme acostumbrando, porque en caso de que esto no funcione en vez de hacer tareas sola, acabaré criando un hijo tuyo sola.
Chris sonrió ante mi enojo, haciendo que quiera sacarle los ojos.
—Un hijo mio—él negó pensativo sin mirarme—. Eso sonó tan tierno.
—¡Ush!—yo me abalancé a darle de puñetazos, a la vez que él se cubría con los brazos.
Fat interrumpió nuestra pelea cuando me agarró por la cintura. Ahora me iba empujando lejos de la puerta del bar. Chris nos seguía detrás.
—¡Suéltame, que quiero matarlo!—seguía protestando, mientras seguía dando puñetazos al aire en dirección a Chris—. Tiene la osadía de burlarse...
—Ya cállate hombre—Fat me dijo, soltándome—. La gente nos mira.
Y efectivamente unas pocas personas que fumaban en la calle nos miraban con diversión.
—Es que no es justo—yo respiraba profundamente.
Chris y Fat me miraban mientras intentaba guardar la calma.
—Perdón, Cielo—Chris me dijo notándose muy mal—. Lo digo de corazón, perdón.
Mi instinto detector de mentiras me dijo que él lo decía en serio. Sus ojos me decían que era verdad.
—Habrás tenido motivos para no ayudarme y más bien ignorarme—fue lo único que avancé a decirle dolida.
—Muchos buenos motivos—él dijo nuevamente mirándome profundamente. A los pocos segundos volvió a esquivarme la mirada—. Ejm... bien—él llevó su atención a Fat—. Dime, ¿para que me querías ver?
—Ah, sí—Fatima nos sonrió y en seguida abrió su cartera a un costado. La vi rebuscar hasta que finalmente noté dos sobres color rosa—. Les tenía que dar unas invitaciones para mis quince años.
Chris confundido abrió la boca queriendo hablar.
—Espera... ¿acaso no dijiste que necesitabas de un cabello mio, o algo así para tus cosas de magia?—él lo miró con los ojos entrecerrados—. Se suponía que solo por eso vine, cancelando todos los planes que tenía para hoy en la noche.
—Es que... no sabía como hacerte venir sin que dijeras no—Fat, reía nerviosa—. Yo... yo lo siento.
—Pudiste habernos dado las invitaciones por separado—yo también protesté—. No habría necesidad de torturarnos juntandonos—en seguida volví a caminar desafiante hacia él—. ¿No es así Chris? Este encuentro de seguro es un castigo para ti. De seguro detestas tenerme cerca, por eso ya no quieres saber nada de mi ni por los malditos mensajes. Pero descuida, ya solo nos quedan unas cuantas semanas de estar vinculados en algo. A partir de esas semanas, ya no tendremos nada que ver—yo volví acércame peligrosamente hasta él—. Lo primero que haré será dejar libre mi cuarto de pósters de Cnco. Borraré de la memoria de mi celular y de mi computadora, toda foto donde aparezcas, y...
—Podrás borrar todo lo humanamente posible, pero yo sé que hay una parte en el fondo de tu corazón que me recordará—él dijo con simpleza, y yo me quedé muda.
La manera tan nostálgica con la que lo dijo me sorprendió.
—Okey, ya—Fatima nos separó de un empujón—. Y sí, puede que no les di las invitaciones por separado, pero era por una buena razón que les encantará, y para ello necesitaba que los dos estén de acuerdo. Necesitaba que se miren y que se active su instinto competitivo. Debía aprovechar esa rabia que se andan teniendo—ella sonreía traviesamente.
—¿Qué quieres?—yo le pregunté interrogante—. ¿Qué maldición nos quieres echar ahora?
—Solo les iba a proponer que canten en mi fiesta—Fat dio palmaditas de emoción.
—No... no lo creo, hermosa—Chris negó de inmediato—. Digamos que tengo un tanto prohibido hacer algo así en publico. Ya sabes... cosas del contrato con Cnco.
—Yo no tengo problemas de contrato con nadie, pero... me lo prohibí en honor a mi abuelo—yo le contesté a Fat, la cual puso la cara más triste que jamás había visto.
—Sería tan bonito tenerlos como artistas especiales en la fiesta más importante de mi vida, sobre todo a ti Chris— ella se veía en serio deprimida—. Estaba segura que su presencia en mi fiesta, podría ayudarme a atraer a mis compañeros del colegio. Es que... no tengo muchos amigos, y... y si les digo que un cantante famoso estará en mi fiesta, ellos no dudaran en venir. Además si también les digo a mis a mis compañeros hombres, que una chica sacada de revista de modelaje bailará con ellos, no dudarán en aceptarme la invitación.
—Me siento usada—yo solté con incomodidad
—Igualmente—concordó Chris
—Además, si ustedes lo quieren podrían usar mi fiesta para al fin definir quien es el mejor de los mejores—ella volvió a poner una sonrisa oculta—. Tal vez el sueño de Chris de al fin quitarle el trofeo de "pequeñas estrellitas" podría ocurrir en mi fiesta.
—¿Cómo?—Chris parecía interesado. De hecho hasta le brillaban los ojos ante la propuesta.
—Tal vez en un rato durante la fiesta podría haber un pequeño enfrentamiento, y así un jurado selecto diría quien fue el mejor—ella se miraba las uñas—. Así me dan un show para mi fiesta, y de paso definen de una vez por todas quien se merecía en verdad el premio de "Pequeñas estrellitas".
—¡Acepto!—dijo enseguida Chris, estrechando su mano con Fat—. Claro que lo haré.
Mi boca se abrió en una gran O. Nunca pensé que en serio ese bendito premio de un concurso de niños le habría afectado tanto.
—Yo no acepto—hablé de inmediato—. Yo... yo no quiero cantar delante de tanta gente... yo...
—Podría ser tu oportunidad de superar el recuerdo de tu abuelito—Fat me miró optimista—. Vamos, Cielo. No puedes negarle al mundo tu talento.
—¡No lo haré!—dije cruzándome de brazos—. No puedo dañar un recuerdo tan lindo como él que tenía con mi abuelo en los escenarios...
—Cobarde—Chris me dijo afrentoso, ahora él daba pasos hacia mi—. De seguro solo te excusas para no revelar que en realidad me tienes miedo.
—Mi amor, no tengo miedo—yo le planté la vista—. Sigo siendo más talentosa que tú.
—Naaa—él me dio una sonrisa burlona, y yo di otro paso peligroso hacia él—. Eso dilo a todas las fans que tengo por todo el mundo.
—El hecho de que nadie me conozca no quiere decir que no tenga más talento que tú—yo me acerqué mas, casi que quedando nariz con nariz—. Eso de que tengas tantas fans locas que se mueren por ti, más se debe a tu carita de niño bonito antes que por tus propios atributos como cantante.
—¿Así que piensas que soy un niño bonito?—él sonrió de lado, bajando su vista a mis labios.
—Bonito y sensual, por eso tienes tantas fans—yo le dije con rabia y él soltó una carcajada—. Lastima que en eso no se fijaron los jueces de pequeñas estrellitas. Ahí si todo era imparcial.
—Sí, como no—él me miró con los ojos entrecerrados—. Bien que algunos eran amigos de tu abuelito.
—Eso es mentira—yo me defendí
—Si lo es
—No lo es
—Ese día ganaste con trampa—Chris seguía protestando—. Yo lo sé. No pude haber perdido así como así.
—¡Gané porque me lo merecía!
—¡Mentira!—Chris seguía discutiendo—. No fue justo. Yo debí ganar...
—No oigo, no oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado—me tapé los oídos, y me empecé alejar de él con los ojos cerrados—No oigo, no oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado.
A duras penas escuchaba como Chris seguía diciéndome tramposa mientras me perseguía detrás. Yo claro solo seguía caminando evitándolo a todo tiempo.
Allí mientras seguíamos discutiendo nivel mocosos, recordé que una vez mi abuelito me dijo que dos de sus amigos eran jueces en el concurso, pero que no me preocupara porque ellos iban a ser justos. Pero ahora que Chris me los nombraba, tal vez pudo haber pasado que efectivamente me hicieron ganar por la amistad con mi abuelito.
Quien podría saber.
—Okey—yo me di la vuelta de golpe, chocando con Chris—. ¡Lo haré!
—¡Sí!—Fat dio un salto alegre.
—Solo lo haré para callarle la boca a este irresponsable difamador—yo lo miré competitivamente—. Si en verdad esta vez me gana, prometo darle mi premio que de seguro está por algún lugar en la casa de mis abuelos. Pero si yo gano, él se ganará hacer todos los deberes.
—Perfecto—Chris sonrió triunfal—. No tengo nada que añadir.
—Yo si—le dije con una sonrisa maliciosa—. Esta vez no solo perderás el premio, y la virginidad de tus labios. Ahora perderás hasta tu propio ego, que lo tienes muy alzadito.
—Aja, aja—él sonrió
—Entonces que gane el mejor—yo le extendí mi mano, y él la tomó estrechándola.
—Que gane el mejor.
Hola mis queridisima y fieles lectoras. Gracias por aún no abandonar esta historia 😭😭
Lo sé, he tardado muchisimo, ya hasta perdí la cuenta de cuanto tiempo no he tocado esta historia.
En fin... apenas hallé un tiempito logré armar este maratón que de seguro les encantará. En estos tres capitulos el maratón podremos leer uno muy importante para la historia.
El amorcito de verdad, ese que duele ya se viene.
Esos quince años de Fatima dejarán muchas secuelas, que no sé si son buenas o malas jejeje. Descubranlo en el siguiente capitulo. De ustedes depende que lo suba pronto o lo suba pasando un día.
Bye, bye...
PD: ¿Alguien amó tanto "De cero" como yo?
Desde el primer segundo que la oí por adelanto ya la declaré como nueva favorita. No saben lo mucho que la esperé. A los años que esperé con tanta desesperación una canción de los boys.
PD2: Esa canción es tan estrellados 😍😍😍 Cuando llegue el momento sabrán de que tan cierto es lo que digo, ahhh!!!
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