Mi nombre es Ladybug

MARINETTE

Desde un tejado próximo, observo como llegan ambulancias a la mansión Agreste para atender a los heridos. Me siento culpable, no pretendía hacer daño a nadie, pero no había otra forma de detenerlos.  ¿Y todo para qué? Al final Adrien fue secuestrado por Jackady.

Oigo una musiquilla y noto una pequeña vibración en mi cadera. ¿Mi nuevo yo-yo?
Lo cojo y veo que uno de los puntos que lo decoran parpadea. Lo pulso y de improviso el yo-yo se abre por la mitad y oigo la voz de Máx.

- Hola Marinette, me he permitido el lujo de incorporar una señal telefónica a tu yo-yo para poder comunicarnos. No te preocupes, es irrastreable.

- Eres un genio. Has diseñado un arma muy eficaz... pero incluso gracias a estar bien equipada, lamentablemente perdí a Adrien. - noto como el desánimo me invade.

- Bueno, yo no diría eso. Tu arma tiene conexión wifi. Busca para ver online el canal 6...

ADRIEN

Siento dolor en los brazos. Dos esbirros me sujetan con tanta fuerza que creo que terminarán rompiéndome algo. Intento conseguir que me suelten, pero es como luchar contra barras de hierro.  Estamos en un plató de televisión, me han debido traer mientras me hallaba inconsciente. Aún tengo dolor de cabeza por el narcótico con el que me hicieron dormir. Jackady, se halla hablando ante las cámaras a los parisinos.

- Aquí estoy ciudadanos - esta diciendo - Como os prometí, os traigo la conclusión del espectáculo que he estado desarrollando estas semanas, delante mismo de los ojos de la policía. Porque yo, señoras y señores, yo soy quien ha hipnotizado a esas personas mientras venían a verme actuar para que cometiesen esos delitos y no lo recordasen después. Con solo silbar unas notas.... Hacían lo que yo les ordenaba.

Así que en realidad es el artista hipnotizador Simón Grimault. Mi guardaespaldas me pidió  permiso para ir a verle la otra noche, debió hipnotizarlo y por eso se comportaba de forma extraña.

A las primeras notas de su silbido, los dos hombres que me sujetan, han aumentado la presión sobre mis brazos arrancándome un grito de dolor. Jackady me mira con una expresión de triunfo que me confirma que no me depara nada bueno.

Mi vista se desvía un momento al techo y mi corazón da un salto de alegría. Allí, escondida entre los focos y las vigas de hierro, veo una silueta de rojo que llevándose el dedo a los labios, me invita a guardar silencio.

"Nos ha seguido hasta aquí. Increíble... Ella es increíble."

MARINETTE

Observo a Simón y sus movimientos. Tengo que evitar que me hipnotice a mi también, pero aún no se bien como lo consigue. Cuando le vi antes por televisión, barajaba unas cartas con dibujos... solo le vi hacer eso. ¿Eso quiere decir que las utiliza? Lleva algunas en las manos, se las arrebatare en primer lugar.

A un nuevo silbido que emite, los dos hombres han arrastrado a Adrien delante suyo, y ha empezado a barajar las cartas. ¡Ahora!

Engancho el yo-yo a una viga y me lanzo en picado, golpeándolo en la espalda y derribándolo al suelo. Las cartas han salido despedidas de sus manos y se han dispersado por el suelo. Bien, ya no podrá hipnotizarme. Levanta la cara y me mira con odio. Su silbido está vez suena amenazante, como el de una serpiente.

Me vuelvo y hago frente a los demás. Soltando a Adrien, se lanzan a por mí para cumplir las órdenes de su amo. Son mejores rivales que los que envió a la mansión Agreste y me cuesta más trabajo vencerles. Mientras uno me ataca de frente, el otro intenta reducirme sujetándome por detrás. Lo hace con mucha fuerza, como si me rodeara con hierros y siento dolor.

Simón se ha levantado del suelo y aprovechando la confusión de la pelea, a ido a por Adrien.

"¡No!" pienso.

Le tiene cogido por el cuello y poniendo una mano delante de su rostro está murmurando unas palabras. Los ojos de Adrien se empiezan a cerrar. Entonces no eran las cartas.
No, no permitiré que le hago daño al chico que quiero. Un ardor comienza a crecer dentro de mí. Reúno todas mis fuerzas y, como si de una explosión se tratase, las libero de golpe pudiendo así librarme del abrazo al que era sometida.
El hombre que me sujetaba sale volando contra la pared y queda inconsciente en suelo. Rápidamente inmovilizó con el yo-yo al otro adversario y corro hacia Simón y Adrien.

De un empujón lanzó a Adrien al suelo, y tomo a Simón por las muñecas. Al hacer eso, me fijo que en su manga derecha hay como una especie de aparato parecido a una radio. Así que era eso. Emitía ondas desde ese aparato y las órdenes quedaban programadas en el cerebro de las personas. No es un auténtico hipnotizador.
De un giro de brazo, le rompo la muñeca y el aparato cae al suelo rompiéndose en pedazos. Se acabó su amenaza. Lloriqueando de dolor, cae al suelo de rodillas.

Me acerco a Adrien. Esta confundido, pero se haya a salvo. Le tiendo una mano para ayudarle a levantarse.

- Ya ha pasado todo, puedes estar tranquilo - le digo - al destruir el aparato que usaba no creo que nadie vuelva a entrar en trance nunca más.

- Eso es estupendo. Yo... te estoy agradecido...

Su rostro se halla muy cerca del mío. Noto como un leve rubor acude a mis mejillas cuando él me mira profundamente a los ojos.

Las puertas del plató se abren de golpe y varias personas junto a policías se acercan a nosotros corriendo. Son las víctimas de la hipnosis de Simón, que ya han recuperado el control sobre sí mismos. Una reportera seguida de un cámara de vídeo me planta un microfono delante.

- Nadja Chamack, reportera de las noticias... ¿Cómo conseguiste tus poderes? ¿Vienes de otro planeta? ¿Tienes novio?

- Yo... tengo que irme - no me siento cómoda con el interrogatorio y dándole la espalda a Adrien, me dispongo a marcharme corriendo.

- Espera - me súplica él - ¿quién eres?

- Eeeh.... Ladybug... Mi nombre es Ladybug.

ADRIEN

Salgo corriendo a la calle, detrás de ella. Pero es tarde ya. Solo consigo atisbar su figura un momento volando hacia arriba tras lanzar su yo-yo y después perderse tras un edificio.

- A la chica que se halla tras esa máscara.... la amo - susurro para mí mismo.

No me fijo en dos conocidos que a mí espalda han estado observándola también con el resto de personas.

- Guau, ha sido alucinante. ¿No lo crees Alya?

- Ya lo creo Nino... Pero ¿sabes que sería más increíble aún? Averiguar su verdadera identidad. Y yo lo voy a conseguir.

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