Capítulo 13


El rey despertó el sexto día tras el intento de asesinato y la primera persona que vio fue a Arwen, que le sonreía con lágrimas en los ojos.

"Hola, esposo. Llevas mucho tiempo durmiendo, ¿no crees?" –dijo.

Aragorn se encogió de hombros débilmente.

"¿Sí? –alzó la mano lentamente y le tocó la mejilla-. ¿Qué... ha pasado, mi amor?"

"Alguien te ha usado como diana de práctica" –dijo Legolas, con una sonrisa de alivio.

El rey giró la cabeza de golpe hacia la voz de su amigo y abrió los ojos como platos.

"¿Le... Legolas?" –preguntó, tartamudeando un poco.

"Bueno, ¿a quién esperabas? ¿A un orco?"

Confundido, Aragorn continuó mirando al príncipe elfo, sin palabras. Legolas se rio al ver la graciosa expresión en el rostro del rey.

"¿Qué? ¿Te comió la lengua el gato?"

Los gemelos eligieron ese momento para interrumpir.

"¡Creo que más bien los Haradrim le quitaron el cerebro!" –exclamó Elrohir, riéndose.

"Estás aquí –dijo Aragorn en voz baja, mirando primero a Legolas y luego a los gemelos-. Están todos aquí."

"Sí, hermano pequeño, todos hemos venido –dijo Elladan, revolviéndole el pelo a Aragorn como cuando era un niño-. Pero sugiero que te mejores antes de intentar echarnos de tu palacio."

"Es una ciudadela" –corrigió Aragorn, sonriendo como idiota.

"Lo que sea" –dijo Elladan, encogiéndose de hombros.

Entonces los tres elfos se miraron entre ellos antes de dar un grito y lanzarse sobre la cama del rey, abrazándolo mientras se reían.

"¡Oh, me alegro de que estén todos aquí!" –se las arregló Aragorn para decir entre las risas.

Arwen intercambió una alegre sonrisa con Faramir, que miraba desde el otro lado de la cama.

"Pueden ser muy infantiles a veces" –dijo, como si eso explicara el comportamiento de los demás.

Faramir se echó a reír, aliviado ahora que Aragorn mostraba signos de que se estaba recuperando rápidamente. Las heridas del rey estaban sanando, como Faramir había predicho cuando llegaron los elfos hacía unos días, pero los que habían atacado al rey seguían en libertad. Sin embargo, por ahora, Faramir solo planeaba disfrutar observando la alegre reunión.

Varias horas después, Faramir se encontró al príncipe de Eryn Lasgalen de pie a solas en el balcón de su habitación, observando el cielo nocturno de Minas Tirith.

"¿Qué hay en las estrellas que tanto te fascinan, Legolas? –preguntó el hombre, colocándose a su lado-. ¿Qué te dicen?"

Legolas sonrió al responder.

"Hablan de vida y esperanza, mi querido amigo. Mira esa de allí –dijo Legolas, señalando la más brillante-. Es Elbereth. Ella me observa y me indica a dónde ir. Mientras siga brillando no me perderé ni me rendiré."

Faramir asintió.

"Nunca has sido alguien que se rinda fácilmente."

Enfrentándose al hombre, Legolas contestó:

"Oh, me he rendido varias veces, Faramir. Pero así me di cuenta de que no era la mejor manera de resolver las cosas."

"Y es un gran problema el que tenemos ahora –dijo Faramir-. Los Haradrim."

"Sí. Una molestia de la que debemos deshacernos rápida y eficazmente –coincidió Legolas, inclinando la cabeza hacia un lado-. Arwen me ha informado de que has estado ocupado con tus propias investigaciones. Supongo que no has encontrado a los atacantes, pero tu rostro me dice que has averiguado algo. Algo relacionado con el ataque, creo."

Faramir alzó las cejas y se echó a reír.

"¿Es que no puedo guardarte un secreto?"

"Eso depende del secreto –se rio Legolas-. Sigo sin saber nada de tu... uh... paraíso marital. ¿Sigue Éowyn tan intimidante como cuando estaba embarazada de Boromir?"

El hombre se echó a reír.

"¿Recuerdas cuando te dije que tuve que ir a cazar un ciervo salvaje durante semanas porque tenía antojo de su leche? ¡Pues me advirtió de que puede que cuando tengamos un segundo hijo tenga antojo de leche de olifante!"

Legolas tuvo que apoyarse contra la balaustrada por reírse tanto.

"Err... ¡buena suerte, amigo!"

"Sí. Ríete de mí. No olvides que estás a punto de casarte. ¡Así que puede que tengas que pasar por lo mismo!" –advirtió Faramir.

"¡No, no! ¡Mi futura esposa no me pedirá leche de olifante! Somos vegetarianos, ¿recuerdas? ¡Pero no me extrañaría que me pidiera granadas de invierno!"

"¿Qué de invierno?" –Faramir estaba confundido.

Legolas se rio.

"No importa. Es una larga historia" –dijo, ondeando la mano.

"He encontrado tus dagas perdidas" –dijo Faramir de repente.

Legolas se quedó inmóvil y miró fijamente el rostro del hombre.

"Sabes quién tiene mis dagas" –dijo con tranquilidad.

Faramir sonrió.

"Sé quién tiene tus dagas."

El elfo se quedó inmóvil un momento, pensando sobre lo que acababa de decir.

"¿Es alguien que conozco?"

"Alguien que todos conocemos –respondió Faramir antes de empezar a contarle a Legolas lo que había averiguado en la casa de Asfahn-. ¿Así que vamos a recuperar tus dagas?" –preguntó el hombre al final.

Legolas se miró los puños apretados.

"Claro que sí."

"Necesitamos un plan."

Tras volverse a girar hacia el hombre, Legolas sonrió.

"No te preocupes, amigo. Ya tengo un plan."

Con la espalda apoyada contra un montón de almohadas, Aragorn miró a Legolas con los ojos como platos después de que el príncipe elfo le contara los detalles del plan.

"¿Te has vuelto loco?"

Legolas alzó las cejas.

"¿Por qué lo dices?"

"¡Es como la batalla de la Puerta Negra, idiota! ¡Moriremos todos!" –exclamó el hombre, para luego dar un respingo cuando le dolieron los puntos de las heridas.

Riéndose, Legolas respondió:

"No, no lo haremos. Al menos tú. Tú y Arwen no se moverán de esta habitación hasta que todo pase."

"Pero acabas de decir que saldremos hacia Rivendel para que Estel pueda recuperarse allí de sus heridas" –interrumpió Arwen.

"Correcto –dijo Legolas, sonriendo-. Y eso es lo que creerá Asfahn, pues eso será lo que le diremos. Pero eso no significa que vayan a ir realmente."

"¡Como dije! ¡Es como lo de la Puerta Negra! –exclamó Aragorn, frotándose el pecho. Acababa de comprender las intenciones de Legolas-. Piensas que Asfahn morderá el anzuelo e informará a los Haradrim. Planeas que vengan a por nosotros. Y ya sé quién estará en el carruaje real en mi lugar –le lanzó una mirada asesina a Legolas-. ¡Vas a ser el objetivo! ¿Tengo razón?"

"Sí, ¿por qué no? Ya lo he hecho antes."

"Oh, no. Esta vez no lo harás –dijo Aragorn, enderezándose en la cama para intentar parecer intimidante-. Es una orden, Legolas. No vas a ponerte en peligro. Otra vez."

Legolas intercambió miradas con Faramir y los gemelos, que llevaban escuchando todo el tiempo.

"Sabía que dirías eso –dijo, antes de girarse hacia el rey-. Lo siento, Estel, pero no tienes control sobre mí esta vez. No voy a hacerte caso porque no voy a actuar como tu vasallo. Estoy haciendo esto bajo el estandarte de mi padre, el rey de Eryn Lasgalen."

Cuando Aragorn lo miró, boquiabierto, Legolas sonrió y señaló la corona plateada que llevaba sobre la cabeza.

"Solo para que lo sepas, ¡me he puesto esta maldita cosa por algo!"

¿Un plan creado por Legolas en el que se pone a tiro de los Haradrim? ¿Qué puede salir mal? XD

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