9.Regreso y charla.
Blando la espada de un lado al otro mientras me recargo de espaldas contra el tronco de un árbol enorme. Espero impaciente a que los otros signos regresen del inframundo. Solo quiero saber que no le ha pasado nada a Leo o a Sagitario, sin mencionar a Tauro y Libra.
¿Qué deberíamos hacer después de esto?
Me lo pienso un poco dejando la espada en paz, clavándola en la tierra húmeda que sorprendentemente se seca en cuestión de segundos.
Debemos tener un plan lo más pronto posible pero necesito a Libra en estos momentos. Siempre hemos sido descritos como el caos y el orden. Ella obviamente es el orden y yo el caos.
Quizás por eso discutimos mucho, además, es divertido llevarle la contraria.
Alzo la vista al cielo, descubriendo que este se ha teñido de índigo y las estrellas comienzan a tintinear con diferentes colores, formando las constelaciones.
—Yo hare la primera guardia, ustedes vayan a dormir. — Ordeno a los demás, viendo que ellos asienten sé que harán caso y lo agradezco.
Ante esta situación me parece imposible dormir, con tantas cosas en la cabeza no podría pegar un ojo en toda la noche. Joder. Se están tardando demasiado.
Me dejo caer lentamente aun contra el árbol, las hojas secas en el suelo suenan cuando las aplasto. Tomo la espada de Apolo con ambas manos mirándola aquí y allá. Paso uno de mis dedos por el filo logrando sentir lo afilada que esta, sería fácil cortar algo con esto. Yo no siento que esta queme pero si tiene un aire de calidez, probablemente logre derretir algunas cosas.
El tiempo se me escapa de las manos como si fuese arena, no tengo ni la más mínima idea de que hora es. Noto por el rabillo del ojo un rayo de luz seguido de un leve chasquido, giro a ver que es encontrándome con los signos que viajaron al inframundo. Distingo que Tauro lleva una caja en sus manos.
Hago una seña con la mano indicándole que se acerque para hablar.
— ¿Y bien?— Susurro cuando lo tengo a mi lado.
— ¿Dudas de mis capacidades?— Cuestiona sonriendo y sentándose a mi lado. Levanta la caja en sus manos para que la vea antes de seguir hablando. —Fue más fácil de lo que creí.
—Tardaron un rato. — Con un ademan de cabeza hago referencia a los signos de mi elemento. — ¿Se comportaron?
—Sí, no te preocupes.
—Leo sigue inquieta ¿no?— Suspiro y él hace lo mismo
—Sí, pero es comprensible. Tranquila, manzana.
—No me digas así. — Gruño causando que ría, sabe que me molesta y eso le divierte. Veo como de pronto, su risa cesa y su cara toma un gesto de seriedad. — ¿Qué?
—Hades nos contó algo de Ofiuco. —Murmura con la mirada perdida
—Soy todo oídos.
***
Me tallo los ojos con el dedo índice y el pulgar, bostezo sonoramente mientras cubro mi boca con mi antebrazo. Si sigo así me saldrán ojeras. Es de mañana y aunque le dije a Capricornio que dormiría un rato, fue totalmente mentira, como sospeche me pareció algo de otro mundo. Me siento con las piernas completamente estiradas, veo como Cáncer ya se encuentra atendiendo al Dios que nos acompaña. Poco después distingo la figura de Leo y la de Sagitario.
—Pero que cara. — Bromea el pelinegro.
—Es mejor que la tuya. — Respondo sonriendo, veo que lleva su arco en la mano. — ¿A dónde van?
—Iremos por comida. — Dice mi hermana con una mano en la cintura y la otra en su cabello. —Tú no querrás nada ¿cierto?
—Iugh, carne.
—A mí tampoco me gusta pero la señorita aquí presente quiere que le acompañe. — Con tono gracioso, Sagitario mira a Leo quien le saca la lengua en un gesto infantil.
—Con cuidado, la última vez casi me clavas una flecha en el pecho. — Ordeno levantándome del suelo, sacudiéndome la tierra de encima rememorando aquel día en que él casi me mata.
—Pensé que eras una cabra. — Le veo encogerse de hombros con una sonrisa divertida e inocente antes de seguir su camino. — Luego volvemos.
Ayudo a Virgo a recoger frutos y vegetales por ahí para que los demás podamos comer. Cuando me doy cuenta, Piscis es quien ahora cuida de Hermes. Me pregunto dónde estará Cáncer. Como si mi mente la hubiera invocado, la veo salir del cuerpo de agua del lugar. Su ropa se le pega exageradamente al cuerpo, el cabello esta liso a cada lado de ella, su piel está cubierta por gotas cristalinas y en sus brazos veo que lleva varias algas y algo enredadas a ellas que no logro distinguir con claridad.
Después de una larga espera por mis compañeros de elemento nos acomodamos alrededor de una fogata que he hecho con ramas y hojas secas. Los chicos de tierra, Sagitario y yo compartimos lo que hemos recolectado, mientras que los de aire comen un poco de lo que tenemos y de la carne que consiguió Leo la cual devora como si nada, apenas la ha cocinado en el fuego que he hecho, obviamente la prefiere cruda pero le ha dado un pedazo correctamente cocinado al Dios enfermo. Piscis come un poco de las algas que ha conseguido Cáncer pero veo como bebé un poco del agua del lugar, jamás he sabido bien que es lo que esta chica come, veo como incomoda la cangreja come lo que parece ser un pequeño pez. Debe parecerle extraño hacer eso frente a su hermana. Comento rápidamente lo que Tauro me ha informado sobre Ofiuco, manteniendo al tanto a los demás acerca de quién es, aunque sea mínimo.
Conocer al enemigo en tiempos de guerra es lo mejor que uno puede hacer, sus debilidades te beneficiaran en cantidades que no esperarías.
—Creo que deberíamos discutir acerca de que hacer. — Habla Libra.
—Deja de leer mi mente. — Comento antes de llevar otra frutilla a mi boca.
—Hades menciono a Poseidón, mientras veníamos para acá, nosotros discutimos si deberíamos ir con él. — Prosigue Leo.
— ¿Hasta el mar?— Cuestiona Piscis con un brillo increíble en los ojos deteniendo el viaje de un trozo de alga entre sus labios.
Libra asiente.
— ¿En que podría ayudarnos?— Pregunta Capricornio cruzándose de brazos.
—No estoy muy segura pero ya que es uno de los pocos Dioses que no está con Ofiuco creo que no hace mal pedirle que nos ayude. Además, es uno de los que saben sobre su existencia, quien es.
—Quizás tenga alguna forma de encerrar a Ofiuco. — Murmura Géminis lo suficientemente alto como para que todos escuchemos.
—Puede ser, pero nada es seguro. — Piensa el castaño en voz alta antes de suspirar.
—No creo que podamos perder algo.
—Perderíamos el tiempo en conclusiones vacías. Suposiciones vagas. Lo que menos debemos hacer es dejar que eso pase.
—No creo que tengamos otra opción. — Responde Tauro apartando el cabello de su cara.
— ¿Y después de ir que haremos?
—Ir al Olimpo.
El lugar queda sumido en un silencio incomodo por unos instantes hasta que vuelve a hablar.
—Pero debemos ver bien que haremos, tomar todas nuestras opciones y actuar.
—Iré. — Interviene Cáncer llamando la atención de todos. — Iré a hablar con él mientras tanto Libra y Aries deben planear algo, además creo que deben tener varios planes por si uno falla.
—Tu no iras sola. — Espeto y ella frunce el ceño.
—Iré, incluso si eso no te agrada, no me quedare aquí sin hacer nada. Poseidón puede ayudar o no pero no nos queda de otra más que intentar, mientras yo me encargo de eso ustedes verán otras opciones, así no perderemos tiempo como ha dicho Capricornio.
—Eso suena más racional. — Concuerda el signo de tierra con ella. —Aunque será algo problemático con Hermes pero yo puedo encargarme de él.
—Hace un segundo te oponías. — Farfullo cruzando miradas con él.
¿Tan fácil es que este chico cambie de ideas?
—Es cierto pero si lo pensamos mejor, Poseidón puede tener más información que nos sirva contra Ofiuco incluso si no tiene alguna forma de apresarla.
—Ah...— Me trago mis palabras. Odio cuando los tierra tienen razón. — Pero no puede ir sola.
— ¿Por qué no?— Pregunta ella con notoria irritación.
—En eso estamos de acuerdo. — Prosigue Capricornio.
—Yo la acompañare. — Afirma Piscis con voz chillona y decidida.
—Piscis...
—Por favor, Cáncer. Déjame ir, no solo quiero visitar el mar otra vez, no quiero que vayas sola, te quiero ayudar. — La chica de cabello naranja mira a la más pequeña de cabello coral con una mirada de consternación.
— ¿Y si pasa algo?
—No pasara nada. Estaremos bien.
—Capricornio, dile algo. — Pide Cáncer mirando suplicante al castaño quien se encoge en su lugar sin responder. Suspira. — Esta bien, pero no te separaras de mi ¿entendido?
Asiente.
Me froto la cara con ambas manos en un signo de frustración. Una voz masculina me hace aliviar aunque sea un poco con sus palabras.
—Si les hace sentir mejor, iré con ellas. — Habla Acuario.
—Sería lo mejor. — Afirma Virgo. — Que un chico vaya con ellas me parece lo más adecuado, en especial si es Acuario.
Dioses benditos. Les agradezco una y mil veces en mi mente a ambos chicos. Veo a Cáncer abrir la boca para replicar pero Virgo se le adelanta.
—No aceptare un no por respuesta, con Escorpio en aquel estado he tenido suficiente, otra perdida más me parece completamente innecesario. Quieras o no, Acuario las acompañara.
—Puedo cuidarme sola. — Espeta la chica de agua.
—Yo no digo que no, pero eres simplemente una cangrejita y ella solo un pequeño pez. — Con los ojos sobre Piscis queda claro a lo que se refiere. —El que vaya Acuario es bueno, él es más poderoso que ustedes, por así decirlo.
—Queda hecho. — Concluye Sagitario con una sonrisa forzada en el rostro tratando de aminorar la tensión en el ambiente, pero solo empeora cuando el suelo comienza a temblar. — ¿Terremoto?
No, esto no es un terremoto, es poco probable que sea de esta magnitud, tomando en cuenta lo sucedido en el hotel, esto no es ni remotamente un temblor.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top