4.
Kuroo estaba preocupado.
Las trasnochadas que Yaku se pegaba parecían estar afectando a su rendimiento, y por mucho que insistía en preguntarle qué le pasaba, el líbero no soltaba prenda. Y Kenma, que parecía saber lo que sucedía, tampoco quería decirle nada.
—Kenma, esto no puede seguir así. Como capitán, debo saber qué ocurre con mi equipo.
Se cruzó de brazos, y Kenma alzó la vista de su PSP solo para dedicarle una mirada indiferente, y volvió a centrarse en su videojuego, considerando que no valía la pena pausarlo por eso.
—¡Kenma, no me ignores!
El rubio suspiró y decidió darle una pista. Después de todo, en los juegos no podía avanzar al siguiente nivel sin las pistas.
—Si le preguntas a Shoyo, a lo mejor sabe algo.
—¿Hinata? ¿Qué va a saber él sobre Yaku?
Kenma se encogió de hombros sin despegar la vista de la consola.
—Está bien —suspiró—. Pero no tengo su número.
Kenma suspiró. ¿En serio se lo tenía que dar él todo?
—Pues búscalo.
—¡Tú ya lo tienes! ¡Puedes pasármelo!—se quejó Kuroo.
Kenma suspiró de nuevo. Así el juego no tenía gracia.
—Está bien, pero no te daré nada más hasta que llegues al siguiente nivel.
Kuroo arqueó una ceja.
—¿Nivel?
Kenma asintió mientras pausaba el juego y sacaba su móvil, buscando el número del diez del Karasuno. Cuando lo encontró, se lo mandó a Kuroo.
El bloqueador lo recibió aún extrañado por lo que su amigo había dicho, pero se encogió de hombros.
—Gracias, supongo...
—¡Vosotros dos! ¿Cuándo venís a entrenar?
Yaku puso las manos en las caderas mientras miraba a ambos. Kenma suspiró y guardó la partida mientras Kuroo guardaba su móvil.
—Ahora vamos —dijo Kuroo.
Kenma bostezó mientras hacía el gran esfuerzo de ponerse de pie. Kuroo le sujetó el brazo para que no se volviese a sentar y le instó a ir a entrenar.
Yaku suspiró mientras veía a Lev practicando sus saques. Hizo una mueca al recordar lo que Noya le había estado comentando por la noche.
Suspiró. Si se ponía a pensar tanto, algo malo iba a pasar.
—Tienes que bajar un poco más el brazo.
Lev le miró sorprendido ante el consejo.
—¿Sabes sacar, Yaku-san? —abrió los ojos como platos.
—Que sea líbero no significa que no sepa sacar —se cruzó de brazos—. Recuerda que te llevo dos años de ventaja.
—¡Es que eres tan bajo que a veces se me olvida!
Una patada se estrelló contra la espalda de Lev, que soltó el balón ante el dolor.
—¡Lev! ¡No molestes a Yaku con su altura! —gritó Kuroo mientras cargaba a Kenma hasta la cancha.
—¡Sí! —estiró la espalda para intentar mitigar el dolor—. ¡Pero es que es verdad!
Se ganó otra patada giratoria de Yaku.
No sería la última.
•••
Noya era una persona activa de nacimiento. Era cierto, su madre le solía decir que de bebé no dejaba de corretear de aquí para allá, y lo más difícil de su crianza fue que aprendiese a quedarse quieto.
Por tanto, esperar nunca había sido su fuerte. Solía querer las cosas para ya, si no era antes. Le ponía nervioso las tardanzas, y no sabía quedarse quieto mientras esperaba algo, así que tenía la mala costumbre de golpear el pie contra el suelo para mitigarlo.
Esa inquietud también se aplicaba para el ámbito sentimental, para su mala suerte. No dejaba de pensar en la maldita manera de pedirle algo tan simple como ir al cine, o dar una vuelta, o algo por el estilo. Y no saber cómo hacerlo se traducía en tener que esperar a decírselo, lo cual le provocaba inquietud que expresaba moviendo su cuerpo. En los entrenamientos lo llevaba bien, porque literalmente no paraba de moverse, pero cuando estaban en los vestuarios lo llevaba fatal.
Sobre todo porque no estaba moviéndose y porque lo tenía en su cara, sacándose la maldita camiseta para cambiarse a la de calle. Nishinoya respiró profundo para calmarse, pero su pie no dejaba de tocar el suelo y todos parecían darse cuenta de que algo no iba bien con él.
Bueno, no. No todos. Solo Tsukishima —al que no le importaba demasiado su vida—, Yamaguchi, que hacía amagos de querer hablarle, Ennoshita, que le dirigía miradas preocupadas mientras hablaba con los otros de segundo, y Suga, que directamente le miraba preocupado, con los brazos cruzados y diciéndole algo a Daichi, que le miraba con curiosidad.
Hinata y Kageyama estaban demasiado ocupados discutiendo por alguna tontería, Tanaka animándoles y Asahi intentando calmarles. Noya no sabía si agradecer al par de primero por dejarle ver más a Asahi sin camiseta por el espectáculo que armaban, o si odiarles por lo mismo.
Suspiró y guardó su camiseta para distraerse en algo más que no fuera la estrella de tercero.
Sacó su teléfono, que estaba vibrando por los mensajes que le llegaban. Sonrió al ver que eran de Yaku.
«ES GILIPOLLAS»
Ese era el último mensaje que tenía, de los diez que le había mandado que no eran muy diferentes a este. Rió al saber que se trataba de Lev sin que siquiera lo mencionase.
«Eso me lo has dicho lo suficiente en el audio de 14 mins, sabes?»
«Calla. En serio, no sabes lo que ha hecho»
Noya arqueó una ceja curioso.
«Que puede ser peor que meterse con tu tamaño»
«Ademas de eso. EL IMBECIL VA Y ME ABRAZA. TE LO PUEDES CREER?»
Noya estalló en carcajadas, llamando la atención de todos, incluidos Hinata y Kageyama, que dejaron de pelear por mirarle. Noya hizo una señal de quitarle importancia mientras tecleaba con ánimo el móvil.
«PERO ESO NO ES BUENO???»
«NO NO LO ES»
«POR QUE»
«PORQUE SOLO ME ESTABA USANDO DE PELUCHE»
«PERO QUE MAS TE DA»
«JODER SI TIENE FRIO QUE SE PONGA UNA CHAQUETA YO QUE SE ESO NO SE HACE ASI DE IMPREVISTO SABES»
Bueno, era cierto que las noches estaban siendo bastante frescas últimamente, pero joder, si a él Asahi le abrazase pues como que le daba igual si se dejaba la chaqueta siempre en casa. Aunque de cierto modo lo entendía, porque de buenas a primeras...
«VALE OK Y QUE HICISTE»
«PUES QUE VOY A HACER. DARLE UNA PATADA»
Yaku tenía su propia manera de demostrar afecto, y Noya lo había comprobado. No sabía ni para qué preguntaba.
«Ya, me lo suponia. Y que hizo????»
«ME VOLVIO A ABRAZAR EL GILIPOLLAS. Y COMO COMPRENDERAS YO SI LLEVO CHAQUETA Y LEV NO ES PRECISAMENTE PEQUEÑO»
«JAAJAJAJA. TE ABRAZO TODO EL CAMINO???»
«SI.»
Uh, eso tenía el punto al final. Era en serio.
«MIRA POR QUE TE QUEJAS»
«PORQUE ERA UN MALDITO TOMATE DELANTE DEL OTRO GILIPOLLAS DE KURO QUE SE PUSO A HACER BROMAS»
Oh, las bromas. Tsukishima tenía la costumbre de hacerlas —a su ácida manera—, y era: terrible.
«CONOZCO EL SENTIMIENTO»
Por alguna razón, Yaku dejó de hablarle en los siguientes quince minutos y Noya, más animado después de la conversación, se puso a hablar con Hinata para que dejase de pelear con Kageyama. Suga no dejó de mirarle, de hecho, parecía mirarle más que antes de hablar con Morisuke, y eso al líbero le ponía bastante nervioso.
Camino a casa junto a los demás, recibió un mensaje de Yaku.
«ESTAS EN CASA?? NECESITO LLAMADA. Y YA. URGENTE JODER.»
«NO PERO EN MEDIA HORA ESTARÉ»
«BIEN TE ESPERO»
—¡Chicos, me adelanto! —sonrió y se adelantó corriendo mientras se despedía con la mano.
Cuando echó un vistazo hacia atrás, vio la mirada extrañada de Asahi y los entrecerrados ojos de Suga.
De alguna manera, a Nishinoya no le dio buena espina.
•••
Well POR FIN.
Mae mía si que he tardado y aún debo hacer más cosas hoy wtf el día no me va a dar XD.
Espero que os haya gustado :3
¿Review?
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