Capítulo 27

Mis ojos están a punto de cerrarse escuchando al maestro Martínez hablar sobre no sé qué del teatro. Agradecida de que solo los lunes me toca esta materia y a última hora. Tiffany está a mi lado jugando a un juego de granja que tiene descargado en su celular, lo juega a escondidas sin que el maestro se dé cuenta.

Siento que me observan y no me preocuparía con la cantidad de estudiantes que hay aquí dentro. Sin embargo, miro hacia atrás y en la tercera fila observo la mirada de unos ojos mieles chocando con la mía.

Dylan se pasa la lengua por sus labios y baja su mirada con una sonrisa incrustada en sus labios

Dejo de mirarlo volviendo al maestro que está hablando sobre una supuesta obra que tendremos que hacer como muestra de lo que aprendimos. La obra seria para finales del año escolar y el guion aún está en proceso, así que no sabemos de qué va a tratar.

Mi celular vibra en mi mochila. La abro y meto mi mano dentro de la mochila encendiendo el celular.

Un mensaje.

Dylan: Después de aquí al aula B4, ¿qué opinas?

Me muerdo los labios, giro mi cabeza y está mirándome como si supiera que lo iba a hacer. Alza una ceja en una expresión divertida.

Vuelvo de nuevo al celular.

Yo: Claro.

Suspiro cuando la clase termina, le doy un pequeño golpe en el hombro a Tiffany y está centrada en terminar su juego.

-¿Quieres esperarte? Aun me falta alimentar las ovejas -giro los ojos y me quedo sentada mientras los demás se levantan lo más rápido corriendo hacia la salida.

Tiffany mueve sus dedos con rapidez y se sale del juego guardando su celular en la mochila.

-Listo, así cuando llegue a casa ya me van a dar mis recompensas -hago como si la entiendo. Me levanto y ella hace lo mismo.

Salimos y el pasillo nos recibe. Algunos estudiantes están esperando a sus amigos o sus parejas y los otros ya se han ido.

-Oye, no creo acompañarte a la salida -le digo a Tiffany.

-¿Por? -pregunta.

Me acerco a su oído.

-Tengo que ir al aula B4, Dylan va a esperarme -se separa y me mira con sorpresa ocultando una sonrisa pícara-. No me mires así, no va a pasar nada ahí dentro.

Ella alza sus manos aun con su sonrisa pícara.

-Tú qué sabes, comienzan a besarse, tocarse y luego...

-Y ya no sigas por favor -no la dejo terminar.

No hemos pasado de besos y toqueteos.

Y dudaría que algo más que eso sucediera.

-Bueno, te dejo, procura que no te vean entrando -me da un beso en la mejilla y la veo desaparecer por la puerta.

Me giro y me alejo de la puerta de salida. El aula esta casi cerca de los vestidores. Casi llegando me topo con un cuerpo alto con una camiseta azul.

Alzo mi mirada y unos ojos verdes me miran escapándose una sonrisa de sus labios.

-Joshua... -murmuro con una sonrisa un poco forzada. No me lo esperaba, llevamos desde el viernes sin hablar y es raro que ahora este enfrente de mi con una pequeña sonrisa.

-Amber, a donde ibas por este lado?

Piensa, piensa, piensa.

Ya esta.

-Estaba buscando a Adriana para preguntarle de algo de la clase, me habían dicho en esta dirección -miento.

-Quieres que te ayude a buscarla? -no ahora Joshua, por favor.

-No, no, no -me apresuro a decir colocando el mechón que se ha escapado de mi moño mal hecho detrás de mi oreja -. Tal vez ya se ha ido.

Nunca en mi vida había estado tan desesperada por llegar a un aula como estoy ahora.

-Bien, nuestros padres no están así que podríamos ir a comer al McDonals o algo así.

Me quedo callada.

Echa un suspiro.

-Escucha, sé que tal vez estes enojada por todo lo que te dije el viernes, me dejé llevar Amber -su respiración esta acelerada y como no si está hablando demasiado rápido-. No fue mi mejor reacción, pero tienes que entender que me quede en shock, es que eres demasiado hermosa, tan delicada, tan inocente y estas metida en esa cosa.

-Se llama Pole Dance -lo corrijo.

-Si eso. El punto es que enserio quisiera que recapacitaras y te salgas de eso...

-No me saldré simplemente porque a ti no te guste -me acerco más a el -. No es mi problema que tengas ese concepto, si lo quieres aceptar acéptalo y si no quieres, hazte el que no sabe nada y deja de insistirme por algo que no voy a hacer.

Se acerca más sintiendo su cuerpo pegado al mío y agarrándome del brazo.

-Amber, por favor, quiero que...

No sigue hablando cuando levanto mi vista por encima del hombro de Joshua.

Se gira y se encuentra a Dylan mirándolo fijamente a los ojos. Luce un jogger negro y una camiseta manga larga del mismo color que le queda ajustada del cuerpo. Por unos segundos lleva su mirada hacia a mí y vuelve a la de Joshua que alza un poco la cabeza para poder mirarlo a los ojos.

-¿Y tú que entrometido? -le dice Joshua en un tono furioso.

Trato de no reírme. Joshua piensa que su "actitud furiosa" intimida a Dylan y la verdad es que Dylan lo intimida a él sin decir ni una sola palabra.

-¿El gato te comió la lengua ahora? -le sigue diciendo Joshua. Esta de espalda así que suelto una pequeña sonrisa.

Este no es el momento Amber.

-¿Estas bien? -me pregunta Dylan mirándome en un tono preocupado-. Los vi discutiendo.

-Si, estoy bien -le digo y su cuerpo deja de tensarse.

-¿Ahora te preocupas por chicas? -le dice Joshua, enserio que no piensa callarse? -. ¿O solo quieres ganarte a Amber y hacer lo mismo con las demás?

Dylan aprieta sus puños.

Joshua ríe sarcásticamente.

-Aléjate de ella, quieres? He notado como la miras.

-¿Y eres tú su novio o algo? -especta agachándose para estar a la altura de Joshua-. Porque todos sabemos que su relación es falsa.

Joshua traga grueso.

-No lo soy, pero...

-¿Y si no lo eres porque andas por ahí diciendo que tienen dos casi tres meses de novios? -le pregunta Dylan en tono burlón volviendo a su postura-. Creo que a alguien se le subió bastante la noticia a la cabeza.

Joshua no se resiste y toma a Dylan de su camiseta llevándolo hacia a él. Dylan más que enojarse lo toma como un chiste.

-Oh, mira que miedo tengo -su tono burlón hace que me quiera reír.

-Joshua déjalo tranquilo -le digo colocando una mano en su brazo, pero me da un pequeño empujón devolviéndome hacia atrás.

-Este tipo me tiene harta Amber, no puedo estar a solas contigo y sus mandos son absurdos cuando el entrenador no está.

-Son tan absurdos que el entrenador me acaba de felicitar por mi trabajo, algo que nunca te dijo a ti.

Lo aprieta del cuello y rápido lo empujo hacia atrás. Me empuja de nuevo con más fuerza, pero esta vez caigo de culo. Se abalanza contra Dylan de nuevo, pero él es más rápido y toma a Joshua del cuello llevándolo contra la pared.

-Que sea la última vez que te vea poniéndole una mano arriba -le advierte, Joshua esta roja como un tomate, Dylan lo suelta y viene hacia mi brindándome su ayuda.

Me levanto y siento como si me cayera una escalera en el trasero.

¿Como sé cómo se siente? Pues porque una vez me cayó una escalera encima y se sentía así mismo.

-¿Te hiciste daño? -niego con la cabeza volviendo a mi postura. Joshua nos mira a ambos desde su puesto con las manos en su cuello y jadeando.

-Hey! -una voz hace volteemos hacia atrás-. ¿Qué hacen aquí? ¿No deberían estar en su casa?

Miriam nos observa con una escoba en manos.

-Si, estábamos hablando de un tema -digo rápido y Dylan asiente.

-Bueno, debió ser un tema fuerte ya que aquel chico parece faltarle el aire -observamos a Joshua que está tratando de recomponerse.

-Estoy bien -dice casi sin fuerza en la voz. Camina por delante de nosotros, -Dylan y yo vamos atrás de el sin mirarnos ni tocarnos, no vaya a hacer que cierta persona mire de reojo.

Llegamos afuera y otro debate empieza.

-Yo la voy a llevar -Joshua le clava un dedo en el pecho de Dylan, él lo mira como si estuviese loco. Me agarra con fuerza de la muñeca llevándome con él.

Dylan lo detiene.

-¿Qué te dije? Ni una sola vez le pongas la mano arriba -le vuelve a advertir Dylan quitando la mano de Joshua de mi brazo.

Me ha dejado una marca roja en la muñeca.

-¿Y tú si puedes ponérsela?

-Al menos yo lo hago delicadamente y no le dejo marcas -Joshua mira mi muñeca y se queda callado con lo que acaba de decir Dylan.

-Vámonos ya, Amber -camina hacia delante pero no lo sigo. Lo nota-. ¿Amber?

-Vete, llamaré a mi hermano que me pase a buscar -saco mi celular de mi mochila.

-¿Es enserio? Puedo llevarte...

-Te dije que no y cállate ya -demando marcando el número de Jason.

-Alo? -su voz me indica que estaba durmiendo.

-Hola Jay, necesito que vengas por mí al colegio.

-¿Ahora? Pero...

-Te espero en la puerta -cuelgo la llamada, ha de estar razonando la llamada ya que a veces se queda en el aire cuando lo llaman y esta medio soñoliento.

-Ya vendrá por mí, puedes irte Joshua -me apoyo en la pared guardando el celular.

-Te esperaré a que te vayas -su celular comienza a sonar y lo toma de inmediato-. ¿Hola? Estoy saliendo del colegio... ¿es urgente? Pero...Esta bien -cuelga la llamada y guarda su celular en los bolsillos-. Me tengo que ir, mi tía... acaba de llamarme.

Al parecer es una emergencia ya que después de la llamada esta algo nervioso, traga muchas veces y sus palabras suenan algo trabadas.

-Está bien -contesto mirando al frente.

-¿Te quedarás con él a solas?

-No muerdo idiota -especta Dylan recostado también de la pared con los brazos cruzados.

Joshua gira los ojos y se dirige hacia mi dándome un beso en la mejilla.

El troglodita a mi lado pone una cara de muy pocos amigos.

-Llámame cualquier cosa -al fin se da la vuelta y se va. Un rato más tarde lo veo salir en definitiva del colegio en su auto.

-¿Te duele? -me pregunta ya solos.

Miro mi muñeca, ya la marca no es tan notoria. Mi piel es bastante sensible, lo más mínimo se me marca, pero al rato se me quita.

-No, ya se me fue -le tiendo mi brazo para que vea. Se agacha un poco fijando su vista en mi muñeca y la toca delicadamente.

Lo cierto es que le tendí mi brazo para sentir su toque.

-¿Por qué estaban discutiendo? -me pregunta mirándome a los ojos-. Si se puede saber claro.

-Nada importante.

Se pone derecho y miro hacia arriba para poder seguir mirando sus bellos ojos mieles como el ámbar.

¿Por qué tiene que ser tan lindo? ¿Por qué sin decir una sola palabra me derrite? Mi cuello se me cansa solo con el calentamiento, pero para mirar a Dylan por minutos o tal vez horas, no se me cansa.

-Que lamentable que, por mi querido y adorable amigo, no pudimos estar solos.

-Es una pena, pero ya estaremos solos algún día.

-Estas dos semanas sería una oportunidad, ¿no crees?

Dos semanas sin mis padres, una semana sin Conor. ¿Qué mejor de ahí podría ser?

Aunque supongo que mi problema ahora seria Jason.

-Supongo que sí.

Estamos tan cerca, pero tan cerca. Siento su calor que emana de su pecho, se agacha un poco y me estremezco cuando siento que me hacen cosquillas las hebras de su cabello que rozan mi frente. Suelto pequeñas risas cerrando los ojos, cuando los abro está sonriendo un poco con los labios cerrados. Ladea su cabeza acercándose a mi boca, percibo el caliente de su aliento en mis labios, sus labios están rozando los míos, me acerco a sus labios para sellarlo con un beso, pero...

Una bocina me hace empujarlo fuertemente hacia atrás.

Me tapo la boca, el carro de Jason está afuera. ¿Joder, como se me olvida que estamos en el colegio? Y en la puerta.

Estúpido Dylan.

Ayudo a Dylan a levantarse, lo reviso para ver si se dio un golpe o algo, esperaba una cara de dolor o una cara de "no quiero hablar contigo"

Pero está riéndose mientras se limpia sus pantalones.

-¿Te empujo y te ríes? ¿Es enserio Dylan Gray? -me pongo las manos en la cintura-. ¿Eres masoquista acaso?

-A veces me sale ese lado contigo -se sigue riendo y giro los ojos caminando por el pasto-. Despídete bien al menos -me grita y me paro.

Me volteo y está caminando hacia mí con sus brazos dentro de los bolsillos. Me siento como en una película, parece tan irreal todo esto.

Llega hasta mí y me abraza, mi cara queda aplastada en su abdomen. Me permito oler su perfume. Es una combinación de menta y vainilla. Me da un beso en la coronilla y me aparto.

Mi hermano va a matarme.

-Nos vemos Davis -se despide de mi yendo al estacionamiento donde solamente esta su moto-. Me saludas a tu hermano y dile que por favor no me mate -me guiña un ojo y me hace sacar una sonrisa.

Me dirijo al auto de Jason, abro la puerta y cuando la cierro tiene los brazos cruzados por encima de su pecho y mirándome incrédulamente.

-¿Qué? Me estaba dando las gracias por que lo ayude en una clase -me apresuro a decir poniéndome el cinturón de seguridad.

-Pues mira que no sabía que las gracias ahora se dan besándose -siento mis mejillas arder ante su confesión, lo vio. Arranca el auto.

Me quedo callado sin saber que decir, luce tan tranquilo es que, ¿no le afecta que me vio casi besándome con una persona que mis padres odian? Que odian sin ninguna razón en concreta, pero lo odian.

-Oye, no te sientas culpable -me dice dirigiéndose al Mc Donalds por el AutoMac y haciendo una pequeña fila-. Solo digo que en mis tiempos las gracias se daban con la mano y si acaso porque los bastardos ni eso hacían.

Rio por lo bajo.

Esta tan tranquilo que me enoja.

-¿No estas molesto? -especto mirándolo. El me mira como si yo estuviese loca.

-Ahh.. ¿Debería?

-Estuve con Dylan.

-Si.

-Solos.

-Si.

-En la entrada del colegio.

-Si.

-Casi besándonos.

-Si. Efectivamente tengo ojos buenos porque lo vi todo perfecto.

-Jason, puedo explicarte...

-¿Qué me vas a explicar? ¿Qué te vi casi besándote el hijo menor de los Gray? ¿El que nuestros padres por alguna razón que no sabemos odian?

-Si, ese mismo es, ¿acaso eres adivino? -digo con incredulidad.

Gira los ojos y baja la ventana cuando llegamos a nuestro turno.

Pide una orden de papas fritas con hamburguesas de doble carne, Nuggets y refrescos.

-A veces eres insoportable -me dice entregándome las hamburguesas mientras terminan de darle un recibo.

-Es que eres un adivino -sigue por la carretera hasta que llegamos a casa.

Abrimos la puerta y un olor a perfume me invade. El perfume de Conor. La casa se siente sin ruidos ni nada por estilo.

-Conor se ha ido y le dije a Sylvia que se diera dos días libre -me informa Jason quitándome las hamburguesas y llevándolas al comedor-. La pobre con mamá no tiene ni un día libre.

Eso es cierto, Sylvia merece un ascenso de tanto que está en la cocina.

-Continuando con el tema que créeme no voy a dejar escapar -ya lo daño -. Estoy mi hermanita encontró a su Romeo.

-No encontré a mi Romeo.

-Claro que sí, ustedes dos son una mala copia de Romeo y Julieta.

-¿Mala?

-Para no decir pésima -le da un bocado a su hamburguesa-. Solo a ustedes se les ocurre besarse en plena entrada del colegio, no pudieron entrar y no sé, resolver.

¿Jason dándome ideas? Le pongo la mano en la frente revisando y no este caliente.

No lo está.

-Pues no se pudo porque te estaba esperando -especto mordiendo mis papas fritas.

-De buena forma me esperabas, que tenía rato ahí estacionado y tu ni cuenta te dabas. Estas completamente cegada.

-No estoy cegada.

-Deja de negar tanto, sé que sientes algo, aunque no me lo quieras decir.

-Pues no lo diré.

-Pues ya lo sé pendeja -le golpeo en la pierna y gruñe por lo bajo-. ¿Así tratas a tu hermano que piensa guardarte este secreto?

Dejo de masticar.

Alzo una ceja.

-¿Lo vas a guardar?

-Con una condición, si no, no.

Ay no.

Sus condiciones me dan miedo. Una vez golpee a una niña, llamaron a mi Jason y dijo que no les diría a mis padres con una condición.

Limpiar su habitación por un mes.

Y si señores, lo hice.

-Trato -me da el dedo meñique y lo acepto también con mi dedo meñique.

-Te haré una pregunta y tendrás que responderme con mucha sinceridad, y se cuándo mientes Amber -bueno esas dos supuestas preguntas no las he escuchado y ya me aterran.

-Está bien -acepto.

- ¿Te gusta Dylan?

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