Capítulo 20

Hay personas que no se ponen en el lugar de uno, no piensan en lo que uno siente ni tampoco piensan como se sentirían ellos si les pasara algo similar.

Solo hablan y hablan, y no nos queda de otra que quedarnos callados.

Después de lo sucedido esta mañana en mi casa, he decidido ir a una cafetería con Tiffany. Mi celular a cada vibra con mensajes en mi Instagram y noticias del beso.

—Es que no entiendo, a nadie le importa si es o no tu pareja —me dice Tiffany, tiene mi celular contestando los mensajes con un No te importa.

Joshua no me ha escrito, tampoco he pensado en hacerlo. Todo esto asunto me ha dolido, y no por el hecho de que digan que somos novios. Vamos, siempre han dicho eso de nosotros. El problema es ese jodido beso, por un beso mis redes están explotando y la de mis padres más, aunque a ellos no les importa.

Me estaban reprochando por la cachetada que dije que le había dado a Joshua y no porque me beso sin mi consentimiento.

La gente a mi alrededor me ha mirado y unos murmuros de:

Mira, esa fue la que se besó a Joshua.

No se le ve muy feliz la noviecita de Sellers, si el me daría un beso, lo diría orgullosa.

Hey! ¿Y el anillo te lo han dado ya?

Lo sé, comentarios estúpidos.

Y realmente mis padres pudieran parar esta noticia, dejar que la sigan regando o los padres de Joshua, pero no lo hacen. Lo hacen porque les convienen, saben que ahora con este tema ganarán más fama y tendrán más beneficios.

Supongo que de algo negativo hay algo positivo.

Si, pero esto negativo te afecta a ti, no a ellos.

—Joshua no te ha escrito? —pregunta Tiffany aun con sus ojos en el celular.

—Deja eso Tiffany, no vas a terminar hoy —le doy un sorbo a mi café—. Y no, no me ha escrito.

Sabes no creo que allá sido el, lo digo porque si fuiste tú la que le dijiste que fueran al parque, no fue algo que el planeó.

—¿Lo se Tiffany, pero entonces quien pudo haber sido? ¿Me vas a decir a mí que hay personas pendientes a cada lado que voy?

—Pues no.

—Entonces por que justamente ese día, en ese momento capturaron la foto?

Entonces alguien llegó a mi mente.

—¿Y si fue Dylan?

Tiffany alza la mirada del celular y enarca una ceja.

—Digo es que, Dylan fue la última persona en estar ahí. Tal vez él nos vio pegados y llamó a alguien para eso.

—No lo creo Amber, todo sucedió demasiado rápido, no llamas a una persona para estar en menos de cinco minutos —buen punto.

—Pues sí, pero, llevábamos un rato hablando hasta que el me beso, tal vez lo hizo por joder a Joshua.

—Amber, tal vez el si quiere joder a Joshua, pero el nunca en su vida pensaría en joderte —pongo mis codos encima de la mesa.

—¿Como sabes que no es capaz de hacerme eso? —Tiffany extiende sus labios en una sonrisa con boca cerrada.

—Porque acaba de escribirte —me pasa el celular y enseguida veo su nombre en la pantalla.

Dylan: ¿Estas bien?

Dylan: Vi las noticias aquí en la compañía.

Dylan: ¿Todo bien?

A pesar de que sigo en duda con él, sus mensajes me sacan media sonrisa.

Yo: Estoy bien.

Yo: ¿Aquí en la compañía? ¿Estás en la compañía de nuestros padres?

No pensé que respondería, pero saliéndome del chat me ha respondido el mensaje.

Dylan: Si, trabajare aquí todos los sábados.

Dylan: ¡Yupi!

Suelto una risita.

—Dylan en capaz de hacerte sacar una sonrisa algo que no has hecho el día de hoy.

Fulmino a Tiffany con la mirada y vuelvo a mirar mi celular cuando vibra en mis manos.

Dylan: ¿Seguro que estas bien? Me tienen el oído carbonizado con ese tema.

Yo: Lo estoy Dylan.

Pasan algunos tres minutos y parece escribir un mensaje y borrarlo de nuevo. Escribirlo y borrarlo. Hace un rato me aparece escribiendo, luego nada, vuelve y me parece y nada.

Hasta que por fin llega.

Dylan: Si necesitas a alguien con quien hablar, puedes llamarme cuando quieras.

Entonces sin darme cuenta le estoy sonriendo a un celular.

Me muerdo las uñas de la mano pensando con el chat abierto.

Yo: ¿Podríamos más tarde hablar por llamada que dices?

El mensaje llega de una vez.

Dylan: Llego a casa como a las nueve. Te escribiré antes 😊

Yo: Ok.

Cierro el chat y apago el celular.

—¿Te puedo hacer una pregunta?

—Ya la hiciste —rio bajo y me da un pequeño golpe en mi pierna con su pie.

—¿Te gusta Dylan? —oh no puede ser.

—Me lo has preguntado muchas veces Tiffany, y mi respuesta es la misma. No.

—No estas siendo sincera y a la única persona que mientes es a ti misma, pero no te forzaré tampoco que me digas la respuesta —ella se levanta de su asiento y yo repito la misma acción.

De la cafetería nos vamos a nuestra casa, le agradezco a Tiffany por hacerme sentirme bien en la tarde, cuando llego a casa mis padres parecen estar en su habitación y le agradezco al Señor por eso. No quiero lidiar con ellos en este instante.

Cuando subo a mi habitación espero una hora en específico y me quedo pensando en aquella pregunta que navega tanto por mi mente.

Digo que no me gusta cuando en verdad no sé lo que siento. Es que siempre he dicho que él y yo somos personas tan diferentes, pero a la misma vez tenemos cosas en común. No he tenido muchos momentos con él, solamente lo de la fiesta, lo de la excursión y el de ayer.

Bueno ni tanto el de ayer.

Pero lo de la excursión son días que no puedo olvidar, la manera en que me tocaba, en que me besaba, la manera en la que me hacía perder el tiempo, donde no me importaba nada, mira que me fui a bañar con él y a pesar de que cualquier estudiante nos pudo ver, no me importo.

Todo eso son cosas que quiero volver a sentir, porque no sé qué tiene, simplemente no lo sé, pero él tiene algo que me hace querer estar en sus brazos todo el día, pegada a su pecho sintiendo su calor, escuchar sus latidos del corazón...

Tal vez sé la respuesta a esa pregunta, pero tengo miedo de la manera que me responda. ¿Y si no siente nada? ¿Y si solo está jugando conmigo?

Al fin y al cabo, nunca tiene una relación seria, todas son para rato. Tal vez eso es lo que quiere conmigo, pasar un rato.

No me quiero ilusionar porque dentro de mí, en un fondo muy muy dentro de mí, sabe que estoy empezando a sentir algo más, y ese día quedó demostrado cuando quería quedarme a dormir con él, volverlo a sentir, el día de rio no quería irme de sus brazos, pero todo llega su fin.

Y aquí estoy como una tonta la cual dice que no le gusta esa persona, esperando su llamada.

                     **************

Dylan: ¿Te llamo?

Una pequeña sonrisa se me escapa de los labios, son las nueve y media de la noche y estoy aquí en mi cama, esperando ese mensaje.

Dudo mucho en hacer lo siguiente sin embargo lo hago. Le doy a llamar sin responder el mensaje.

Los dedos me tiemblan y estoy buscando mi habla porque no la encuentra. Pongo la llamada en silencio y digo hola asegurando que mi voz esta ahí.

—¿Alo? —la voz de Dylan me llama la atención, su voz tan gruesa y tan jodidamente sexy...

La podría escuchar siempre.

—Hola, solo es un hola —me digo a mí misma—. Eso es, que salga natural.

—¿Alo? —habla por segunda voz y de nuevo mi voz se pierde.

Desde cuando no puedo hablar.

—¿Te robaron la voz o qué?

—No —dejo de silenciar la llamada.

Suelta una pequeña risita ronca y siento que me desmayo.

—Hola Amber.

—Ho...hola —un progreso, hay progreso.

—¿Como estas?

—Yo...bien.

—Eso es bueno, ¿cómo te has sentido en todo el día?

—Pues... —suelto un suspiro agotador—. Ya sabes las personas me miran un poco raro y murmullan, pero todo bien. Tampoco es para tanto.

—¿Como que no es para tanto?

—Otras personas han pasado cosas peores.

—Eso no significa que tengas que minimizar este problema.

—Lo sé, pero es mi manera...mi manera de darme ánimos.

—¿Y tus padres? Aquella vez del rio, me habías dicho que, si tus padres se enteraran de que Joshua está enamorado de ti, te presionarían a corresponderle.

Frunzo el ceño.

—¿Como te acuerdas de eso? —mira que a mí se me olvida todo, hasta que cené ayer.

—Las cosas que me importan no las olvido nunca.

Quedo con la boca abierta.

—¿Estás diciendo que yo te importo?

—Si, eso dije.

Vuelvo a sonreírle al celular.

—Oh...mis padres —aterrizo de nuevo —. Ellos pues están molestos conmigo, pero felices con Joshua, según ellos yo lo que quiero es tapar mi relacion con él.

—¿Por qué tus padres no paran estas noticias de una vez por todas? Pueden hacerlo y...

—Claro que pueden, pero no lo harán.

Lo escucho murmurar algo, pero no lo logro escuchar.

—¿Y tú? ¿No te afecta que también estas metido en estos?

—Para nada —me dice escuchando su suspiro—. No me interesa.

—¿Esa es tu frase de por vida? —pregunto—. No me interesa, no me importa —pongo una voz más grave tratando de imitarlo y se echa a reír.

—Tu intento de imitarme es un asco déjame decirte —me dice entre risas—. ¿Y bueno que quieres que haga? No me importa lo que digan los demás, ellos siempre estarán hablando de uno, hagas lo bueno o hagas lo malo. Lo hagas bien o lo hagas mal, siempre te van a criticar.

—¿Entonces por eso tu vives tu vida así?

—¿Así cómo?

—Así como no te importa nada, así con una autoestima que nadie te baja.

—Eso si tengo, autoestima. ¿No ves que soy lo más apetecible y hermoso del mundo?

Se nota y mucho.

—No diré nada mejor.

—Oh, acabas de herir mis sentimientos —el tono en el que lo dice como si fuese un dolor muy grande me hace explotarme de la risa a tal punto que las lágrimas se me salen y tengo que limpiarme con la manga de mi camiseta.

—Eres un estúpido —termino de limpiarme las lágrimas sin dejar de reírme.

—Soy un estúpido, pero te estas muriendo de la risa y apuesto a que debes estar sonriendo y tus mejillas deben estar rojas.

Me levanto de la cama yendo a mi espejo y si, la sonrisa se me nota bastante y mis mejillas más rojas que un tomate.

—¿Como lo sabes? ¿Acaso me espías?

—No, pero siempre te pones así, rojita de cualquier cosa. Por eso aquella vez te llame rojita, aunque llamarte Tomate es mejor.

Las risas cesan.

—Llámame Tomate y juro golpearte una bola de las tuyas.

Ahora es el que se echa a reír y aun con mi tono un poco enojada, no puedo evitar reírme. Su risa es tan hermosa y tan contagiosa que podría escucharla todos los días.

—Está bien Umpa Lumpa grosera, porque eso es lo que eres. Una grosera.

Giro los ojos.

—¿Sigues con eso?

—Y seguiré siempre, acostúmbrate.

Dejo el tema atrás porque quiero hacerle una pregunta, no es de mi incumbencia, pero quiero saber.

—Oye, cambiando de tema. ¿Qué ha pasado con tu relacion con... Barbara? —escupo con dificultad, me arrasco la cabeza y me arrepiento de hacer esa pregunta.

—¿Relación? —retracta—. Ella y yo nunca salíamos como pareja.

—Pero salían.

—Tampoco, teníamos...una relacion bastante extraña.

—¿Tenían? ¿O sea que ya no están?

Para esa pregunta no te trabas. Así te quería agarrar Catalina.

Cállate conciencia, nunca estas de mi lado.

Además, no me llamo Catalina.

—No, no estamos, yo veía que ella estaba tomando las cosas muy serio y no quería soportar eso.

—O sea, ¿no te gustaba?

—No.

—¿Ni un poco?

—No.

—¿Ni un poquitititito?

—Nada Amber —suelta una risa seca—. Simplemente empezamos teniendo relaciones, nos gustó y seguimos. Ella se enamoró, yo no y no me quería ni me quiere soltar.

Siento punzadas en el estómago cuando me lo dice.

De nuevo el silencio sin embargo no me incomoda para nada, sus suspiros se escuchan y no me canso de escucharlos. Me lo imagino acostado a mi lado sintiendo el calor de su aliento en mi cuello, su nariz oliendo mi cabello, su brazo abrazando mi cintura y sentir el calor que emana su cuerpo.

—Amber —me llama y borro esos pensamientos de mi cabeza.

No debería de pensar en eso, pero al final lo termino haciendo.

—¿Sí?

—Quería decirte que...

Me despego el celular del oído cuando siento que este vibra.

Llamada entrante de Joshua.

—¿Amber?

—Lo siento —vuelvo y me pego el celular al odio—. ¿Qué querías decirme?

Parece dudar ya que pasan unos segundos y no responde.

—Quería decirte que me iré a dormir, estoy demasiado cansado.

—Oh, cierto empezaste a trabajar —Joshua me está llamando, sigo haciéndolo, pero no quiero terminar esta llamada—. ¿Qué tal tu primer día?

El jodido celular sigue vibrando.

—Todo bien, tal vez podrías ir un sábado a verme.

—¿A verte? ¿Y arriesgarnos de que nos vean?

—El solo pensar que alguien nos podría encontrar y decirles a nuestros padres, me emociona aún más.

Me muerdo el labio y siento un cosquilleo en todas partes de mi cuerpo.

—Tal vez algún día vaya.

—Bueno tengo esperanzas, peor es que me digas que nunca irías.

—Bueno, te estoy dando esperanzas. Buenas noches.

—Buenas Noches Umpa Lumpa Grosera.

—Cállate ya con eso.

—Nunca nena, Buenas noches —cuelgo y ya Joshua ha cortado la llamada.

Entonces veo que ha dejado cinco mensajes.

Amber te estoy llamando.

Coge el celular ahora.

Estoy preocupado.

Con quien hablas que no me contestas?

No estoy siendo posesivo contigo, solo me preocupo por ti.

¿Debería llamarlo?

Realmente no tengo ánimos para hablar con él, solo quiero quedarme hablando con una persona en especial.

Yo: Lo siento, te llamo mañana.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top