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25-Ago
Por la mañana se levantó con una genial idea, no sabia si tenia los materiales para llevarla a cabo, miro a su derecha pero ya no había nadie ahí, sonrío tenia tiempo de buscar todo.
Se vistió como de costumbre y bajo al sótano, vacío unas cuantas cajas hasta que en una encontró lo que necesitaba, llego a la habitación y dejo las cosas que encontró, se tomo su tiempo para acomodarlo todo.
Repasó una y otra vez los pasos a seguir hasta que logro hacerlo de memoria, con eso ya tenia todo listo, solo tubo que esperar.
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-¡Regrese!- Gritó cerrando la puerta de la entrada tras de si, intento prender la luz pero esta no hizo nada, caminó hasta la escalera pues un pequeño brillo destacaba, vio entonces un camino de velas que lo guiaban por la escalera, fue apagando una a una a su paso y estas lo llevaron a la habitación, había un aroma delicioso en el aire, las velas que quedaban esparcidas en la habitación daban un toque romántico en conjunto con la alfombra floral que rodeaba la cama, detrás de él sintió a su pareja que comenzó a desnudarlo con movimientos suaves y lentos, se dejo llevar, sus manos le recorrían haciéndole sentir escalofríos y una suave mordida en su cuello le hizo dejar la mente en blanco por un momento, podía sentir que algo aprisionaba sus muñecas con cierta fuerza, aunque lo que sentía no era dolor, de la misma forma lo sintió en su cintura, cruzando su fuerte pecho, rodeando su cuello y bajando por sus nalgas y cruzando su entrepierna sin lastimarlo, entonces se dio cuenta que la suave soga que cruzaba su cuerpo formaba interesantes formas que realzaban sus atributos físicos.
-¿Para que es...?
Un dedo sobre sus labios lo silencio, poco a poco fue bajando hasta posarse sobre su miembro, esto lo hizo mantenerse en silencio, aquellos labios conocidos se unieron a los suyos solo un instante, busco con su mirada aquella frente a él, fue un intercambio silencioso, pero tan claro como una carta, vio como lenta y tortuosamente la ropa ajena caía al piso revelando la piel clara y un poco maltratada por el trabajo, trago fuerte la saliva que se acumulo en su boca, Dios, como le encantaba observarle así.
Las manos se posaron sobre sus hombros ejerciendo una suave presión que le invitaba a ponerse de rodillas, una vez lo hizo una mano levanto su barbilla un poco y recibió otro beso, su pareja se había sentado en la orilla de la cama con una notable erección, separo sus piernas exhibiendo una mejor vista de su cuerpo, tomo de encima de la cama un pequeño frasco de lubricante y lo derramo desde una corta altura sobre su miembro, el aroma a chocolate que emitía el liquido le hizo relamerse los labios, cruzo miradas de nuevo buscando aprobación, la cual obtuvo con un ligero asentimiento.
Acerco su cabeza lo suficiente y saco un poco su lengua para poder probar aquello que ante el se mostraba como un delicioso manjar, subió de la base a la punta un par de veces, succionando un poco antes de introducir la mitad en su boca, su movimiento era lento pero cada vez la introducía un poco mas, sintió los conocidos dedos enredarse en su cabello y pensó que empujarían su cabeza para que entrara todo de una vez, pero no fue así, los dedos solo juguetearon con su cabello.
Comenzó a escuchar como los gemidos escapaban de los dulces labios del castaño e inmediatamente acelero su vaiven,pero antes de poder saborear el semen en su lengua sintió como su labor era detenida de un momento a otro, le miro nuevamente sorprendido por tal accion, el rostro de su pareja estaba rojo y su respiración agitada mostrando ademas esa hermosa sonrisa.
Se puso de pie de nuevo con ayuda, sintiendo como aquellas ataduras se aflojaban lo suficiente para podérselas quitar, se sintió un poco raro después, ya que la cuerda ejercía en su cuerpo una fuerza que le había encantado, miro a su pareja que ahora se mostraba en plena disposición para ser penetrado haciendo que su erección palpitara aun mas.
-Definitivamente debemos hacer esto otra vez- Musito mientras dejaba caer la cuerda a un costado.
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